xii. CONFUSIÓN
De acuerdo, Baekhyun. Si tienes algo en contra de mantener a tus amigos contigo es hora de volver en ti mismo. Eso pensaba. No solo se han disminuido, sino que ahora, los ahuyentas con insinuación que jamás en la vida imaginaste que saldrían de tu boca.
Un minuto.
¿Eterno? No, eso se quedaba demasiado corto como para definir el tiempo que había pasado desde que le dijo eso a Chanyeol. Fue tiempo suficiente para que se recriminara a sí mismo por lo estúpido que era. También había pensando en correr. ¿Valiente? Já, Baekhyun estaría ahora con los pantalones mojados de no ser porque la adrenalina le había inhibido cualquier expulsión básica así como la respiración.
Lo había asustado como la mierda. Por dios, Chanyeol estaba azul.
—¡De acuerdo! —Ante la nula respuesta de Chanyeol, Baekhyun decidió ponerle fin a ese martirio, sonriendo y levantándose de un brinco. Tragó saliva un par de veces, sintiendo ahora la sudadera de Chanyeol tan pesada por la vergüenza—. ¡Hora de ir a casa! ¡Los chicos nos deben estar esperando!
Mirando el terreno delante de él, Baekhyun no tuvo a dónde mirar para fingir que no le importaba y que oh, no pasa nada, vamos a olvidarlo. A ver, que tampoco debería caminar tan extraño como lo estaba haciendo, aparte de lucir más sospechoso porque su misión era convertirse en el Baekhyun genial quien siempre estaba bien.
Actuó un poquito más feliz. Contraproducente, por cierto. También bastante forzado. Saltaba de una roca hacia otra, saliendo del parque poco a poco y agradeció ser algo perceptivo porque confiaba en que Chanyeol lo seguía por detrás, pero no como siempre. Estaba lejos, más de lo que debería, llegó a pensar.
Ahora apretaba sus labios. Cuando llegó a la salida del parque y visualizó su casa algunos metros más adelante, ahora fue la mandíbula. Está bien. Fue un buen intento. No tienes por qué pensar negativo, tal vez fue todo un malentendido. Puedes decir que fue una broma. ¡Sí, una broma! Baekhyun se aterró cuando al caminar por la banqueta se vio a sí mismo y una pizca de Chanyeol a través de la ventana del coche. Habían cruzado miradas.
La expresión de Baekhyun era horrenda. Oh cielos, lucía fatal. Estaba a punto de llorar, ese pensamiento fue incluso peor. ¿Todas esas veces que Chanyeol le ha visto a punto de llorar lucía así de mal? Se pasó temblorosamente las manos por el cabello, despeinándolo y se mordió los labios.
Su mente, como sucedía muchas veces, se movía más rápido que su propio cuerpo. Entre coordinar los pasos para subir las escaleras que llevaban a su porche, entre poder recordar si había salido con llaves o si la puerta estaba abierta, o tal vez el intentar imaginar que todo eso era solo parte de un trágico sitcom en donde él era el personaje desgraciado quien no podía hacer nada bien.
Tocó la puerta con la yema de sus dedos y se sintió incluso débil para abrirla. Baekhyun era alguien bastante promedio, así se consideraba en todos los aspectos. No obstante, esa pequeña voz en su cabeza que lo martirizaba de vez en cuando, fue sustituida. Al momento de estar a nada de abrir la puerta, la voz de Chanyeol sonó dulcemente en sus oídos.
Baek o Baekhyun. Si dijo su nombre completo, fue en un susurro tan nítido que ni siquiera pudo captarlo en primera instancia. Al momento, las manos de Chanyeol lo tomaron por los hombros, girando su cuerpo y encarándolo en lo que él sintió fueron horas. Sus manos eran menos suaves de lo que esperaba —no era que había querido tocarlas, no—, pero fue lo único que pudo concluir cuando éstas habían cambiado de lugar a su rostro.
Fue simple, pero no rápido. En realidad tampoco le dio tiempo para respirar, pero en sus fantasías, un beso así no tendría porqué darle ganas de llorar.
En definitiva su cuerpo se tensó y terminó por completo contra la pared a un lado de la puerta. Chanyeol le había llamado por su nombre y sin más ni menos ahora lo estaba besando. Sus labios se movían tan gentilmente, explorando terreno para nada conocido, pero con el paso de los segundos aunque esa gentileza no desaparecía, Baekhyun se puso tan nervioso que sintió que su alma estaba siendo succionada.
Al momento que su mano se deslizó inconscientemente para apretar el cuello de la camisa del alto, terminó. Chanyeol se separó por completo, enderezándose y colocándose en una posición casi militar. Lo miraba fijamente, pero Baekhyun trataba de enfocarse en un punto muerto detrás del otro, incapaz de devolverle la mirada.
Lo hizo.
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—¿No sientes como si fuera lo mismo día con día?
Baekhyun trató de mirar a su amigo por encima del hombro al mismo tiempo que recitaba la última fórmula que tenía que memorizar. Sus labios se movían sin perder número o variable alguna, diciéndolo cuanto menos unas cien veces para que quedara grabado en su cabeza.
—No podría decir eso —articuló Baekhyun, volviendo a mirar sus notas—. ¿Por qué meterían signos y letras?
—Se siente igual.
—¿Aún con los exámenes de ingreso a la vuelta de la esquina?
Kyungsoo ni siquiera había abierto uno de sus libros. Curioso, era bastante aplicado.
—Aún con eso —asintió—. Todo se siente exactamente igual.
Baekhyun solo pudo pensar sobre lo melancólico que había estado Kyungsoo últimamente. Si bien no era que fuera un extrovertido a tiempo completo, pero desde luego había un aire extraño siempre que intentaba mirarlo a los ojos y no podía lograrlo. Aun si, desde luego, lo estaba haciendo.
Sin embargo, no había absolutamente nada en ellos. Tal vez eso le hubiera dado una pista, pero su reacción no fue más allá de la de un adolescente común preocupado por la posibilidad de no entrar a la preparatoria que quería.
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Las promesas, cuando eran juradas abiertamente en las historias, no existía poder alguno quien dijera lo contrario. Debían ser absolutamente cumplidas, sin ningún impedimento que obstaculizara lo que se prometió hacer. Así, tal cual, aún si estabas en tu último aliento y con nulas oportunidades de recuperarte, debías hacer lo posible para encomendar la promesa.
Pero por supuesto, eso solo existe en las grandes historias.
—¿Deberíamos quedarnos? —preguntó Junmyeon, nervioso, mirando hacia todos lados sin saber exactamente qué hacer.
—Tu padre está esperándote afuera.
—Aun así...
Baekhyun, sentado en medio del sillón sin dejar de mirar la pequeña nota en donde se encontraba la dirección de los Do —aunque sabiendo perfectamente en dónde estaba—, no podía hacer más. El almuerzo del día había sido cancelado, las risas y los gritos fueron sustituidos por el silencio absoluto aunado a una que otra queja por parte de Luhan, quien estaba completamente indignado.
—Está jugando contigo —gruñó Luhan. Se había quedado al borde del sillón, temblando de enojo—. ¡Es inimaginable, esa bruja...!
No tuvo ni siquiera la fuerza para reñirle. A Baekhyun se le había caído el mundo encima unos minutos antes. Sonreía para poder tranquilizar a sus amigos, pero eran lo suficientemente conscientes como para comprender la situación. Todos temblaban, pero era producto de diversas emociones que a fin de cuentas, terminaban en un mismo resultado.
El claxon de un coche sonó a los lejos y Junmyeon miró su teléfono con desesperación.
—Ve —le pidió Baekhyun—. No tienes que quedarte. De hecho, ya es hora que todos se marchen.
Tanto Junmyeon como Luhan se miraron entre sí. Ambos tenían cosas importantes que hacer ese día, pero no podían dejarlo solo porque sí. Baekhyun volvió a levantar la mano hacia ellos, con un movimiento suave pidiéndoles una vez más que se fueran.
—¡Siempre haces eso! —gritó Luhan—. ¡Queremos quedarnos!
—Pero deben irse.
—¡Aun así...!
—¡Quiero estar solo, Luhan! —Le devolvió el grito, con lo que pudo.
—¡Yah, tú...!
—Yo me quedaré —De pronto, Chanyeol saltó a la escena, cortando el inicio de la pelea. Se había quedado algo detrás, no sabiendo exactamente cómo reaccionar—. Si... si no te importa. Yo me quedo contigo.
Baekhyun, ya con la respiración agitada y dispuesto a recibir el golpe de Luhan, miró de reojo a Chanyeol quien se había acercado lentamente por el suelo, sentándose allí. No supo ni en qué momento Luhan ya lo tenía agarrado del cuello con la desesperación derritiéndose en su rostro. Con un empujón, alejó a Luhan y se cruzó de brazos.
—Vámonos. —Junmyeon tomó a Luhan por el brazo mientras que éste seguía refunfuñando—. Haremos lo que tenemos que hacer, pero después volveremos.
Apenas pudo percibir la manera en que sus dos amigos salían de su casa, uno empujando al otro y hablándole por debajo. Junmyeon le dijo un par de cosas a Chanyeol, a ese punto Baekhyun se había encerrado en su cabeza, cerrando los ojos y tratando de mantener su postura hasta que la puerta principal se hubiera cerrado.
Se concentró por un momento a su alrededor. Aunque no pudiera ver a Chanyeol, sentía su presencia y más que tranquilizarlo llegó a ponerlo nervioso. Poco a poco abrió los ojos, solo para ver cómo era que el otro le había dejado un vaso con agua en la mesita de café, tomando su lugar una vez más en el suelo, un poco más cerca que antes. Al ver sus propios dedos, sintió la necesidad de volver a rascarse, pero se detuvo al detectar la bandita que traía puesta.
—Deberías irte también —pidió Baekhyun.
—¿A dónde?
Baekhyun lo miró con el rabillo del ojo.
—A casa.
Chanyeol suspiró, girando un poco su cuerpo para dejar que su cabeza se recostara sobre el sillón. Hizo un gesto de pensárselo unos segundos, pero luego negó la cabeza tomando un sorbo de su agua. Sabía que lo miraba con cuidado, al pendiente de cualquier reacción suya que pueda llegar a molestarlo, pero parecía de igual manera decidido a no irse de allí.
Pasaron algunos minutos en silencio hasta que Baekhyun terminó por darle un sorbo a su vaso, inclinándose y sentándose sobre el suelo también. El papel seguía justo por encima de la mesa, recordándole una y otra vez lo que tenía que hacer. Nunca imaginó que ese sería la última pieza para darle fin a ese infierno que había estado viviendo en su interior, aunque muy en el fondo no se sentía para nada seguro.
—¿Qué harías tú?
Su voz, en un muy bajo susurro, fue lo suficientemente fuerte como para que el otro lo escuchara. Extendiendo la mano, Baekhyun acercó la tarjeta hacia él con miedo, casi como si le fuera a quemar.
—¿Yo? —preguntó Chanyeol.
—¿Qué harías tú en mi lugar? —Baekhyun cerró los ojos un momento—. Si tuvieras que elegir entre ir al lugar que más temes con la esperanza de que se arreglen las cosas, o no hacerlo y seguir viviendo con la ilusión de que con el tiempo todo se solucione.
Sentía que cada vez que algo andaba bien, significaba que algo malo sucedería. Había tratado de evitar esa sensación, pero con todo lo que ocurría últimamente, le atemorizaba el simple hecho de sonreír porque entonces una catástrofe mayor se acercaría. Había sido tan persistente, se las había apañado para lidiar con todo, pero una grieta se había estado abriendo en milímetros que, para la fecha, ya se había convertido en un vaso a punto de desbordarse.
Ladeando su rostro y apretando los dientes, Baekhyun trató de no ahogarse con sus propias palabras.
—Tengo tanto miedo a que todo se arregle y que de todas maneras me siga sintiendo igual.
Una de las manos de Chanyeol tocó su cara y le acarició la mejilla con el pulgar. Estaba justo allí, a su lado, mirándolo como siempre lo había hecho a diferencia de una muy sutil pincelada de añoranza. El tacto se sintió tan gentil que poco necesitó de sus palabras, porque ese simple gesto del otro le había logrado tranquilizar, dejándose cubrir con la calidez que emanaba de él. Acercándose más, Chanyeol atrajo su cuerpo y dejó que recargara su cabeza en el hombro sin dejar de acariciarle.
A fin de cuentas, no había respuesta para sus palabras y, extrañamente, si las había, ya podía imaginarse lo que Chanyeol diría. Todos estaban de acuerdo, la situación siempre había estado fuera de sus manos y no era su culpa. Porque no se trataba de un deber, sino de aquello que le diera la paz que necesitaba.
—Y tal vez, Baekhyun —No estaba seguro si esa voz era de Chanyeol, de sí mismo o alguien extraño en su cabeza—. Tal vez no eres el único que necesita paz.
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Explicarle a sus padres que quería ir a la casa de los Do fue como intentar cazar un ratón con un hilo.
Su madre, a tan solo exponer la situación, se había puesto roja en furia totalmente dispuesta a ir ella misma para pelearse con la Sra. Do como tanto lo había estado reprimiendo. Por otro lado, su padre, se había quedado en silencio por la noticia, pero en él pudo detectar preocupación. Para su buena o mala suerte, su hermano había visitado la casa, por lo que fue parte de la plática y le ayudó a tranquilizarlos.
Baekhyun no esperaba demasiado de ellos. Estaba seguro que se opondrían totalmente y así fue por lo menos durante un par de días, hasta que, con la cabeza fría y el ahora apoyo de su abogado, concluyeron que si era necesario hacerlo y Baekhyun estaba de acuerdo, entonces no había por qué negarse y más si eso les aseguraría el terminar con todo.
—¿No vas a la boca del lobo?
Un miércoles por la mañana, Sehun había luchando contra el mundo para poder tomar un respiro y salir del hospital por un par de horas. Baekhyun no esperaba encontrárselo frente al instituto, con la pijama puesta y una sábana rodeándolo. Pareciera que ya poco le importaba que los demás supieran de su enfermedad. Se las arregló para saltarse las primeras dos clases, Luhan y Junmyeon se unirían a ellos para la tercera, Chanyeol no se apareció durante toda la mañana.
Baekhyun cerró los ojos.
—¿Por qué todos están en contra?
—¿Realmente preguntas porque no lo sabes? Dios. —Sehun se acurrucó en su cobija—. Eres un masoquista.
—¿Qué hay de malo con querer ir?
—Nada, no me malentiendas. Si estuviera en tu lugar, haría exactamente lo mismo. —La banca en donde estaban sentados apenas y brillaba algo de sol, por lo que el tembloroso cuerpo de Sehun se acercó al de Baekhyun, acostándose en su hombro—. Estoy seguro que ya todos te lo dijeron, pero realmente espero no vayas solo porque esa mujer en su estado, no sabemos qué pueda hacer. Te apoyo en tu decisión, pero solo ten cuidado.
No habría nadie con quien quisiera ir, sinceramente. En el peor de los casos y el que ya le expuso su madre y Luhan de manera exagerada, era que pudiera entrar y no volver a salir. Una cruel venganza que la Sra. Do estuviera planeando con él era lo único que pasaba por sus cabezas y por más que lo intentó no los sacó de eso.
—Estará también el Sr. Do.
—Eso no exenta nada.
—Y el hermano de Kyungsoo... —Baekhyun miró al cielo tratando de recordar su nombre—. ¿Jungwoo?
—Lo último que supe de él era que estaba en Dubái. Después del funeral desapareció tras el segundo día. —Sehun estornudó y Baekhyun recordó que él también había estudiado medicina y el padre de Sehun fue uno de sus maestros.
—Entonces seremos solo los señores Do y yo.
Tras unos segundos en silencio, Baekhyun se apretó la cabeza con las dos manos.
—Es increíblemente raro, es cierto.
—Te lo dije.
—¿De verdad crees que quieran hacerme algo? —miró a Sehun con los ojos cansados.
Sehun negó con la cabeza y se acurrucó más con él.
—Ve con alguien más. Te diría que yo, pero no podría protegerte. —Algo en la voz de Sehun sonó bastante mal que inclusive bajó el tono en esa contestación. Vio por menos de un segundo una mueca dolorosa hasta que éste volvió a su usual rostro sin expresión—. Pero no recomiendo a Luhan, podría terminar peor. Junmyeon es la mejor opción.
—Puedo ir.
Mirando hacia atrás, ambos se encontraron con una gran sonrisa de parte de Chanyeol, quien tenía el uniforme hecho un desastre y su cabello todavía aplastado por la almohada. Sin duda venía llegando, cargaba con su maleta de deportes y lagañas en los ojos.
Con los pasos largos logró rodear la banca y sentarse a un lado de Sehun, dejando las cosas en el suelo mientras murmuraba algo como que la manta a su alrededor era suave, por lo que acercó a Sehun a su cuerpo, dejando un poco de lado a Baekhyun. Tragó duro al mirarlo allí, tan luminoso como siempre y apenas pudo hacer algo de contacto visual con él. Sehun elevó las cejas.
—¿Irías? —preguntó Sehun.
—Considerando que es un peso emocional fuerte para todos ustedes, tal vez sería ideal que alguien quien no está relacionado vaya. Y si estás de acuerdo, y algo llega a suceder —Chanyeol miró directo a Baekhyun, sin dejar su sonrisa— puedo ayudarte.
Baekhyun estaba lo suficientemente distraído como para haber entendido algo de lo que dijo. Incluso tenía una mancha en el cuello de su camiseta y le hacía ver lindo. La simple presencia de Chanyeol aligeró el ambiente, tenerlos justo en frente sin duda le hacía sentir más relajado y seguro.
Ante el silencio, Sehun los miró a ambos de un lado a otro y ladeó su cabeza.
—¿Entonces?
—¿Eh? ¿Qué? —Sehun llamó la atención de Baekhyun y este apenas reaccionó—. Ah,... eh...
—Puedo acompañarte, a la casa de los Do —apuntó Chanyeol una vez más, su expresión no cambiaba—, si quieres.
—¿Por qué... harías eso?
Tan pronto lo preguntó, se arrepintió de haberlo hecho. Sonaba mejor en su cabeza de lo que salió de su boca, se dio cuenta cuando la sonrisa de Chanyeol decayó un poco y sus ojos, en vez de mirarlo, se perdieron entre un punto detrás de su cabeza para luego huir hacia diferentes direcciones. Quería decir algo más al respecto, algo como que no se lo tomara a mal —aunque su voz haya sonado totalmente a la defensiva—, que solo no comprendía el por qué se tomaría esa molestia, aunque muy en el fondo lo sabía. O creía saberlo.
Una vez más, Sehun sintió el ambiente bastante extraño, por lo que tomó un impulso hacia arriba para levantarse y se volteó para mirar a los dos chicos sentados en la banca que eran un manojo de nervios.
—De acuerdo —Sehun los miró fijamente—. ¿Qué diablos sucedió entre ustedes dos?
Mudos, la primera reacción de Baekhyun fue negar intensamente pero ninguna palabra salió. Por otro lado Chanyeol pareció centrarse un poco más y sonreír como siempre, pero tampoco dijo nada en específico.
El ocurrir algo, definitivamente sucedió. Pero no podía solo decirle literalmente lo que había pasado porque ni él estaba seguro de qué significó todo eso en ese momento.
—Nada de qué preocuparse, Sehun —Finalmente, Chanyeol contestó con un tono jamás oído. Tanto Baekhyun como el mencionado se quedaron atónitos—. Es algo entre Baekhyun y yo, ¿no es así? —Ante eso, Chanyeol miró a Baekhyun y no pudo más que secundar.
Poco después, Chanyeol solo recordó la propuesta a Baekhyun y que si así lo deseaba, entonces él podría acompañarlo sin problema. Se fue corriendo al escuchar el timbre, comentando que tenía Física y que si tenía otra falta, no pasaría la materia. Baekhyun quedó en blanco, dedicándose a solo mirarlo irse hasta desaparecer y Sehun no pudo contener su sorpresa.
—¿Acaba de...? —Sehun fulminó con la mirada a Baekhyun—. ¿Acaba de básicamente decirme que no sea un chismoso?
—No lo creo, es tu imaginación —se rio nerviosamente.
—No puede ser, ¿por qué rayos lo hizo sonar como si me estuviera metiendo en algún tipo de relación...? Espera.
Baekhyun desvió la mirada e intentó tomar sus cosas para abandonarlo también al momento de sentir su cuello arder, pero Sehun todavía tenía la fuerza suficiente como para detenerlo.
—Byun Baekhyun —gruñó Sehun, pero ahora ya venía incluida una sonrisa socarrona como si lo hubiera entendido todo—. Me vas a contar ahora mismo qué rayos has estado haciendo con Park Chanyeol.
—Ah... nada realmente...
—Baekhyun, estoy viendo cómo te estás poniendo rojo.
—Es el sol..
—Explícame por qué Park Chanyeol me acaba de hacer una escenita de celos, ahora mismo.
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Terminó por perderse la tercera clase y por suerte, ni Luhan ni Junmyeon pudieron salir hasta después de la cuarta.
No le contó tan a detalle lo que había pasado entre Chanyeol y él aunque, realmente, en general pensaba que no habían sucedido cosas extremadamente significativas hasta que lo decía en voz alta y a un tercero. Mediante salía la información de su boca, no pudo evitar repensar las cosas. No eran más que amigos hasta un par de días antes, ninguno de los dos tenía intenciones ocultas detrás de sus acciones —dejando de lado cuando Baekhyun le preguntó sobre besarlo—, pero cuando lo relataba se sentía como si estuviera describiendo una historia ajena a la suya.
Cuando llegó a la parte crucial donde él la había cagado y pensó que jamás volvería a hablar con Chanyeol, Sehun tenía los ojos tan abiertos como nunca. Y, como cereza al pastel, cuando terminó con que Chanyeol fue el primero en acción real, solo asintió sin decir o interrumpir con nada, dejaba que Baekhyun hablara.
—Así que, quien te gusta es él.
Baekhyun parpadeó un par de veces y asintió con la cabeza.
—Y tú le gustas a él.
—De eso no estoy seguro... no hemos hablado de eso.
—Oh, no estoy preguntándote, te lo estoy afirmando.
Sorprendido, Baekhyun miró a Sehun. Éste le mostró la palma de su mano y comenzó a bajar los dedos mientras recitaba.
—Quiere pasar tiempo contigo como loco, quiere protegerte aunque es obvio que lo puedes hacer solo, te mira de una manera asquerosa, te besó abiertamente y, ¿recuerdas aquella vez que se peleó con Jongdae? Bueno, escuché un par de cosas en los pasillos de la gente que estaba cerca cuando empezó, pero no le tomé importancia porque no eran más que rumores.
Interesado, Baekhyun se acercó a Sehun. Había olvidado ese altercado y, de hecho, no le preguntó a Chanyeol sobre el tema porque parecía que no quería hablar de eso.
—¿Qué escuchaste?
Sehun lo miró como burlándose de él por su intensa atención.
—Solo algo como que si Jongdae volvía a pronunciar algo, no tendría boca para volver a intentarlo —Baekhyun no podía creerlo—. Y ¡pum!, supongo que Jongdae con lo impulsivo e imprudente de mierda que es, no le importó recibir su merecido. No estoy seguro, pero te lo dejó de tarea, pero de algo estoy seguro... Jongdae no te volvió a molestar ni una vez después de eso.
Oh cielos. Era verdad, tal vez se había topado con Jongdae una u otra vez, pero fuera de eso nunca pasaba a mayores como anteriormente. Sin embargo, no podía tomar eso como totalmente cierto, Jongdae era una mierda de persona a veces y cualquiera podía odiarlo por cualquier cosa.
—No... no lo sé. Él... a él le gustaba esta chica al principio y ahora... no puede ser que por arte de magia...
—¿Por arte de magia? Más bien yo digo que tuvieron la suficiente química como para hacerle ver su verdad. Estoy seguro que empezó inocentemente como una amistad para él, pero bueno, no puedes decir que no eres lindo, Baekhyun. Y si es cierto eso de que nunca había estado con un chico, entonces enhorabuena, tienes luz verde para enseñarle todo lo que hay que saber.
Baekhyun entrecerró los ojos y golpeó el hombro de Sehun.
—¡No sé absolutamente nada!
—Entonces enhorabuena, aprendan juntos.
Baekhyun cerró los ojos un momento, pero no pudo evitar una sonrisa en su rostro que fue luego vilmente olvidada al recordar su situación actual.
—Él ha visto partes de mí que jamás creí que mostraría. Ni siquiera contigo.
Una mano de Sehun le tocó la espalda y lo palmeó un par de veces, pero mucho más suave que nunca, como si estuviera reconfortándolo. Baekhyun se asustó cuando una vez más la mirada de Sehun no se vio viva en absoluto, pero cambió a la normalidad poco después.
—Me da tranquilidad que lo hayas conocido —suspiró Sehun mirando ahora hacia el frente—, supongo que disminuye mi lista de miedos.
Una palpitación cayó justo en el centro de su corazón. Apretando las manos sobre la banca, Baekhyun respiró hondo.
—¿A qué le temías?
Sehun sonrió por un momento, pasando su mano hacia la cabeza de Baekhyun para darle un pequeño empujón que le despeinó. Él apenas y pudo reaccionar.
—No lo sé. Solo tenía la sensación de que, una vez que no estuviera aquí, quisieras desesperadamente ir detrás de mí.
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¡Hola!
Lamento mucho la espera. ¡Muchas gracias por leer!
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