ix. EPIFANÍA
Chanyeol lucía algo colorado cuando terminó la llamada con el padre de Baekhyun.
Por lo que intuía, posiblemente su padre le había regañado por llevárselo así sin más aunque no fuera necesariamente su culpa. Si Baekhyun tuviera la iniciativa en ese momento, le quitaría el teléfono a Chanyeol y le diría a su padre que no tiene por qué ponerse tan gruñón, que no era un bebé y podía cuidarse solo. No obstante, no podía moverse en ese momento ya que la madre de Chanyeol estaba midiéndole la presión con una máquina súper fina y costosa.
Yoora, la hermana de Chanyeol, estaba sentada a su derecha totalmente interesada en su estado ya que le preguntaba cada cinco minutos si debería rellenar su vaso de agua. El padre de Chanyeol realizaba la cena con ayuda del ama de llaves pero todavía lograba mandarle miraditas de vez en cuando desde la cocina.
—Tu presión está estable. Tampoco salió nada alterado en los análisis.
Sí, y también le hicieron una prueba de sangre para cerciorarse de que todo estuviera correcto. Cortesía por parte del esposo de Yoora, quien es médico y también se encontraba teniendo una conversación en el jardín con un compañero suyo del trabajo.
Avergonzado no era suficiente para explicar lo que sentía. Pero era mil veces mejor que aquello que vivió una hora atrás.
—Ya quedó. —Chanyeol caminó directo hacia la gran sala de estar y se sentó a un lado de su hermana—. Tu padre dijo que vendrá por ti dentro de media hora, ofrecí que te quedaras pero... no parecía muy de acuerdo.
Baekhyun cerró los ojos un momento. Maldita sea.
—¿Cómo te sientes? —Yoora casi le perforaba el rostro con su mirada.
Baekhyun relamió sus labios resecos.
—Mejor, gra-gracias. —Baekhyun apenas podía mirar a alguien a la cara.
La Sra. Park le quitó el aparato de encima y se lo llevó de allí para guardarlo en la pequeña oficina que tenía en alguna de las tantas puertas de su casa. Baekhyun se sintió más tranquilo al tener una mirada menos encima.
—Así que tú eres Baekhyun. —Yoora sonrió, haciendo que se le marcada un pequeño hoyuelo en su mejilla—. Es un gusto conocerte, ¡realmente agradezco mucho tu ayuda!
Se sintió confundido, pero luego recordó sus pequeñas aventuras con Chanyeol en donde pintaban cerditos o rellenaban bolsitas de dulces.
—Ah, sí. No es nada.
Yoora realmente no insistió mucho más en la conversación y lo agradeció mentalmente ya que estaba agotado. Chanyeol le preguntó un par de cosas más sobre si se le ofrecía algo de comer o ir al baño, para que luego entonces se incorporara el esposo de Yoora.
Como si se comunicaran con la mirada, Yoora se levantó con ayuda de su esposo y se retiró hacia la cocina con su padre. Pronto, Baekhyun se vio en frente de ese hombre. Tenía el cabello corto y se veía amigable, aunque desprendía cierta sensación de familiaridad y comodidad.
—Hola Baekhyun, mi nombre de Kim Taegyu. —Incluso su voz era suave, parecía que es alguien acostumbrado a tener contacto directo con los demás.
—Hola.
—¿Está bien si te pregunto sobre lo que sucedió hace rato? Claro, si no te molesta.
Levantando las cejas, Baekhyun pasó la mirada hacia Chanyeol por un momento, pero este se encontraba normal, como si ya supiera lo que pasaba.
—Uh... sí, supongo. —Juntó sus manos y vio cómo era que Taegyu siguió sus movimientos.
—No te preocupes, solo intento ayudarte. —Taegyu sonrió una vez más—. ¿Te ha sucedido alguna otra vez?
Escarbando en su memoria, Baekhyun asintió.
—Sí, no tan... —suspiró—. No tan intenso pero... me sentí parecido.
Taegyu murmuró levemente y se detuvo unos segundos como si estuviera pensando.
—Bien. Viendo que no hay ninguna complicación física involucrada no hay mucho de qué preocuparse, pero cuídate mucho Baekhyun. Si vuelve a suceder y necesitas ayuda, no dudes en decirnos. Como eres amigo de Chanyeollie no hay problema. —Taegyu levantó la mirada cuando Yoora lo llamó desde la cocina para que fuera a probar una extraña mezcla que hizo, por lo que simplemente se despidió de los dos chicos.
—Baek.
Ahora miró directamente a Chanyeol, quien se había movido desde su lugar a donde estaba él. Su rostro había vuelto a la normalidad y su serena sonrisa permanecía en su rostro, pero Baekhyun logró ver algo en sus ojos que había cambiado.
—Sabes que lo que te ocurrió fue un ataque de pánico, ¿verdad? —Chanyeol le preguntó eso de una manera tan suave que tuvo que quedarse callado unos segundos.
Al salir del trance inicial para posteriormente sumergirse en la pregunta como tal, las cejas de Baekhyun se juntaron y sintió la necesidad de alejarse. ¿Ataque de pánico? No estaba en una película de terror, tampoco bajo ninguna situación peligrosa. A lo mucho caminaba por las calles y lo más peligroso fue que un coche pasó a un lado de él. Sin embargo, Chanyeol sonaba seguro, y por un momento en su interior sintió como si todo lo que sabía hasta el momento de sí mismo se estuviera evaporando.
—No... —Se detuvo un momento, completamente confundido—. ¿Por qué yo...?
—Tal vez no nos conocemos de hace mucho, pero entiendo que hay muchas cosas en tu vida que no son posibles de controlar. Y por eso, de alguna manera, el cuerpo te está tratando de decir algo. —Chanyeol siguió sonriendo y jugó con sus propios dedos—. No es necesario una calamidad para reaccionar de la manera en que lo hiciste, a todos nos puede pasar. De imprevisto, en cualquier lugar sin que tú lo quieras. Si alguna vez te vuelve a ocurrir, estamos aquí.
El sonido de una bocina hizo que Chanyeol volteara hacia la entrada, pero él se quedó mirando al alto. En la entrada, pudo apreciar a su madre saludando a la de Chanyeol, en sus manos tenía una sudadera posiblemente para él y el reflejo de la preocupación en sus ojos era bastante prominente.
Volviendo hacia él, Chanyeol apretó los labios sin dejar de sonreír.
—No estás solo.
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—¿Por qué los heteros son siempre los mejores?
Baekhyun elevó la mirada al momento que Luhan llegaba a su asiento en el comedor, casi que tirando su charola con la comida. Quitó el plástico de la pajilla y perforó su jugo.
—¿Por qué? ¿Alguien del closet intentó besarte de nuevo en los baños? —cuestionó Junmyeon mientras trataba de terminar su tarea del siguiente curso.
Luhan bufó una vez más, sentándose a regañadiente con el rostro colorado y fue suficiente como para entender su furioso 'sí'.
Baekhyun soltó una risa para comerse la charla de su amigo en donde se quejaba que a esa edad ya estaban lo suficientemente grandes como para saber lo que te gusta. En ese año, Luhan ya había superado los diez altercados de chicos pidiéndole una probada, porque según ellos no estaban seguros de su sexualidad y dado que él era muy abierto a la suya y demás, entonces lo veían como opción para explorar a su merced.
Obviamente, la respuesta de Luhan siempre era la misma dependiendo de su humor: entre un 'largo de aquí' hasta un 'vete antes de que te rompa la cara'. Lo feo venía cuando esos homos de closet —así como los llamaban ellos— se enojaban y comenzaban a crear rumores de Luhan ofreciendo su cuerpo entre otras estupideces, por eso mismo su fama no era muy buena, pero a él le importaba un pepino lo que dijeran.
—Es por eso que deberías superar a Sehun y buscarte una pareja de verdad. —Le aconsejó Junmyeon justo al poner el punto final en su escrito. Se enderezó en su lugar y cerró su libro—. Eres bastante fuerte para enfrentarte al bullying y te importa una mierda. Sal con alguien, que todo el mundo se entere y punto final.
—¡Como si eso fuera a solucionar las cosas! —Luhan refunfuñó. Chanyeol llegó a la mesa con el cabello mojado en sudor y apenas logró saludarlos cuando volvió a gritar—. ¡Y qué si me gusta Sehun!
Chanyeol pareció algo desconcertado con esa declaración y Baekhyun solo intentó tomar apropiadamente su bebida sin derramar nada, estaba repentinamente temblando. Desconocía por qué el alto estaba tan cansado, pareciera que había corrido todo un maratón al punto que se tomó de una la botella de agua que había traído consigo.
—Sabes que enamorarte de un hetero es lo peor que te puede pasar, amigo. —Junmyeon siguió prestándole atención a Luhan.
—¡No estamos seguros!
—Le gusta la enfermera, no creo que haya dudas. —Y aunque ese pensamiento debió quedarse dentro de su cabeza, toda la mesa quedó en silencio y se volteó a verlo—. ¿Q-Qué?
—¡¿A Sehun le gusta alguien?! —Luhan se abalanzó a su lado, haciendo que se deslizara por toda la banca hasta que su cuerpo se pegó con el de Chanyeol.
Oh, dios. La ha cagado descomunalmente.
—Luhan, no te alteres... —Baekhyun trataba de alejar las manos de Luhan de su propio cuerpo al momento de buscar respuestas mientras que luchaba por no topar tanto con Chanyeol—. Sabíamos que podría suceder en cualquier momento.
—¿Pero cómo lo sabes? ¿Hablaste de eso con él? —Luhan se apretaba más contra él.
—Luhan... —En una de esas, el chino lo empujó tanto que terminó golpeándose contra la barbilla de Chanyeol.
—¿Estás bien? —Esa fue la voz de Chanyeol cerca de su oído y Baekhyun sintió todo su cuerpo arder. Aunque estaba sudado, olía extrañamente a vainilla.
Con un empujón fuerte y al darse cuenta que Luhan se detuvo un momento al ver que se hizo daño, logró ponerse de pie, provocando que Luhan cayera hacia atrás.
Muy bien, esto no estaba correcto. De entrada, no tendría por qué estar sonrojándose de la nada y segundo... no tenía nada más que pensar.
—Los heteros son los peores.
No supo ni por qué ni de dónde salieron esas palabras más que de su boca, decidiendo por excusarse e irse de allí lo más rápido que podía. Luhan gritó mil cosas detrás de sí pero no volteó para nada. Trataba de imaginarse alguna situación cómica en eso, una en donde debió despedirse dramáticamente por algo genuinamente real y no solo porque se sentía aprisionado y, lo peor de todo, no tenía nada que ver con Luhan y sus comentarios.
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Apenas pudo esquivar la charola que fue volando hacia la pared, a dos centímetros de su cabeza.
Su cuerpo se fue hacia abajo por el reflejo y cuando estuvo a punto de caer de rodillas, caminó dos pasos hacia el frente para darse cuenta que los gritos inmensurables provenían de la habitación compartida de Sehun en el hospital, solo que ahora se encontraba totalmente vacío además de él y su padre.
El Dr. Oh era robusto y bastante blanco, lo que al enfurecerse lograba ponerse completamente rojo. Apenas asomó su cabeza tratando de saber lo que ocurría entre los dos, vio a Sehun en su cama con los ojos cerrados pero con el ceño fruncido.
—Es el mejor doctor del país, Sehun. —El Sr. Oh apretaba con fuerza la bata que cargaba entre sus manos, tenía una barba de aproximadamente cuatro días sin afeitar—. No estás en tu sano juicio como para tomar esa decisión, eres mi hijo, mi responsabilidad, ¡y si digo que te vas a operar, lo harás!
Hasta Baekhyun se minimizó con ese grito. Sin embargo, Sehun apenas abrió los ojos.
—No voy a operarme.
—¡Sehun!
—Primero me dices que estoy demente y ahora quieres que me abran la maldita cabeza para terminarme de matar. —La respiración de Sehun se encontraba algo agitada, su pulso se aceleró según la máquina a su lado.
El Sr. Oh apretó los labios.
—¡La cirugía...!
—¡La cirugía tiene cuarenta por ciento de éxito y si lo tiene no estás seguro de que despertaré. E incluso si despierto... está más que dicho que no volveré a ser el mismo! —Sehun pateó hacia un lado la sábana cuando intentaba acomodarse—. Si voy a vivir así, con la necesidad de tener a una estúpida enfermera dándome de comer porque yo no puedo sostener una maldita cuchara, ¡entonces prefiero no hacer nada!
Baekhyun apretó el marco de la puerta y se dio vuelta, apresando su espalda contra la pared. No estaba listo para otro golpe de realidad, malditamente no lo estaba y el olor a hospital, cuando antes lo amaba, ya le resultaba enfermizo.
—Me voy a casa.
—¡No, no lo harás!
Lo próximo que escuchó fueron más gritos por parte del Sr. Oh, algo de ajetreo de la boca de Sehun y cosas cayéndose, hasta que un estruendo mayor hizo que un enfermero cerca corriera hacia la habitación, cosa que Baekhyun no pasó por alto —además de asustarse como la mierda— en el momento que se dio vuelta, entrando a la habitación para ver a Sehun convulsionando.
—¡Sehun! —gritó Baekhyun, pero casi fue atropellado por un par de doctores quienes entraron en la escena para estabilizarlo.
Su cuerpo se movía de un lado a otro sin control alguno aún cuando había dos personas sosteniéndolo, todos se movían de un lado para otro y era tan confuso lo que hacían. Iban, venían, gritaban. Pedían cosas, entregaban cosas y terminaron por subir a Sehun a su camilla, sacar al Sr. Oh de la sala a regañadientes y a él, quien no puso objeción alguna.
—Carajo.
Baekhyun se quedó sentado en una de las sillas plegables, todavía incapaz de reaccionar a lo que acababa de presenciar. Su corazón iba bastante fuerte y el pensamiento de que le sucedería lo de la noche anterior de camino a la casa de Chanyeol comenzó a atormentarlo. No le dijo nada al Sr. Oh por lo menos en diez minutos, hasta que salió el doctor a cargo del caso de Sehun y le dijo que estaba estable, pero que necesitaba descansar.
—Está durmiendo, Dr. Oh. Sabe más que nadie que no es buena idea alterar de ese modo a los pacientes con un tumor en el cerebro, es bastante arriesgado. —El padre de Sehun simplemente asentía, molesto.
—Llevenlo a una habitación privada. Si insiste ir a una común, diganle que no hay disponible.
El otro doctor asintió hacia eso, dando la indicación a los enfermeros y posteriormente se fue.
Tomó otros cinco minutos para que el Sr. Oh volviera en sí y se percatara de la presencia de Baekhyun. No era consciente de su propia expresión, pero debía ser mala como para que la expresión del Sr. Oh se convirtiera en la angustia pura.
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Conoce más al Sr. Oh que al propio Oh Sehun, simple y sencillamente porque estos dos son tan parecidos en su personalidad que no necesitaba tanto interacción con el padre de Sehun como para entender cómo era. Habían sido años de saludarlo cuando se quedaba en casa de su amigo o si iban de vacaciones juntos. Sehun lo trataba como su mascota a quien lo llevaba a aventuras de aquí para allá, de las cuales no se quejaba porque viajar gratis siempre era viable.
Ahora, sentados frente a frente con un café americano humeante, Baekhyun hace mucho no se sentían tan incómodo.
—¿Cómo has estado? —Como era de esperarse, el Sr. Oh mostraba su calma y serenidad, aunque el rojo en su rostro todavía no había desaparecido.
Baekhyun asintió.
—Bien.
—Escuché que la Sra. Do volvió a molestarlos. —El Sr. Oh suspiró bastante fuerte—. Si las cosas se ponen fuertes, comunicate conmigo o dile a tu padre que me lo haga saber. La detuvimos tiempo atrás, no hay manera de no hacerlo ahora, sin las pruebas suficientes.
Oh bien. Dos temas de los que Baekhyun quería huir estaban presentándose ahora mismo frente a sus ojos.
—Está por terminar. —Baekhyun miró alrededor. El lobby de hospital era un continuo paso a pequeños cafés y tiendas de conveniencia en donde no había más que rostros cansados o brillantes—. Eso creo...
El Sr. Oh asintió, dándole un sorbo a su café. El silencio reinó por un par de minutos en lo cuales el otro cerró sus ojos, y aunque quisiera irradiar serenidad, su ceño estaba fruncido y no podía concentrarse. Su rostro lucía como si tuviera un ruido molesto en su oído el cual no se detenía.
—Estoy... intentándolo, ¿bien? —Baekhyun no parpadeó cuando escuchó eso—. Intento entenderlo porque he estado en esta profesión por casi treinta años. Pero... es mi hijo del que estamos hablando.
Baekhyun tragó saliva y se recostó en el asiento.
—Quiero que sea feliz, pero tampoco quiero que desaparezca. Quiero que se recupere, pero no quiero verlo sufrir y odiarme u odiarse a sí mismo. ¿Qué debería hacer, Baekhyun?
¿Qué debería hacer? Es una pregunta interesante. Baekhyun ha cargado con ella por dieciocho años, apenas está descubriendo su cabida en este mundo y entendiendo lo que siente. Se supone que él es el niño a quien le tienen que decir qué hacer, no dejarlo decidir. Pero ahí estaba, de frente con un padre a quien se le está muriendo su hijo, su único hijo y familia; ese alguien que le implora con los ojos que le diga algo que le haga disminuir esa presión en el pecho cuando no hay nada que decir.
—¿Qué haría usted? —murmuró Baekhyun, sin estar seguro de que el Sr. Oh lo escuchó. Sin embargo, por su mirada, pareciera que sí—. Si usted fuera Sehun, ¿cuál sería su decisión?
Entre intentar, esperar o luchar.
—Hacer algo. Cualquier cosa, pero Sehun no se deja hacer nada en lo absoluto.
Baekhyun ladeó la cabeza.
—¿Uh? Pero... ¿él no ha estado en tratamiento en los últimos dos meses? —apretó el vaso en sus manos.
El Sr. Oh se tomó la cabeza con las dos manos.
—Solo toma medicamento para el dolor.
Sintió algo cayendo desde su garganta hasta su estómago. ¿Qué?
—Pero... el deterioro de su cuerpo y la estancia en el hospital... incluso dejó la escuela.
El Sr. Oh estuvo por contestar una vez más, pero una llamada entró en su teléfono. Le pidió que lo disculpara por un minuto y atendió lo que parecía ser una llamada de trabajo. En ese tiempo, Baekhyun se sentía realmente confundido.
—Lo siento Baekhyun, tengo que asistir a un paciente de urgencia. —El Sr. Byun se puso de pie y Baekhyun lo imitó—. Y... el deterioro en Sehun no es por quimioterapia, eso ni siquiera lo tiene pensado. Está así porque el tumor avanza rápido y no hacemos nada. Así que... es cuestión de tiempo...
Otra llamada entró y el Sr. Oh no tuvo más opción que inclinarse para despedirse y casi correr hacia el elevador.
Cuando el Sr. Oh desapareció de su vista se dio cuenta que había aplastado el vaso tan fuerte que el café se derramó en su mano, quemándolo pero apenas le dolió.
Oh Sehun no estaba luchando por su vida, estaba acabando con ella.
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—Estás enojado conmigo.
Baekhyun tomó una almohada y la acomodó en el sofá de la habitación de Sehun. Originalmente se convertiría un en sofá-cama, pero estaba lo suficientemente cansado como para intentar acomodarlo por completo.
—¿Qué? No lo estoy.
—Mírate, ni siquiera puedes verme a los ojos. Llevas aquí más de una hora y me estás haciendo enojar también. —Sehun rodó en su cama, luchando una vez más con las sábanas. Al parecer no eran de su agrado.
Baekhyun rodó los ojos ante las quisquillosa sonrisa en la boca de Sehun, se quitó los zapatos y se aventó al sillón para cerrar sus ojos. La hora de visitas había terminado hace mucho, pero tuvo el valor para esconderse dentro del baño lo suficiente como para que el enfermero no se enterase y lo echara.
—Si no quisiera, no estaría aquí.
—No estoy diciendo que no quieras estar aquí, te estoy diciendo que estás enojado conmigo y quiero saber el por qué.
Se colocó boca arriba, dejando sus piernas colgando por fuera del sillón y se tapó los ojos con la cara.
—Han ocurrido muchas cosas.
—Ajá.
—Descubrí que no hay manera en que salga bien parado del caso de Kyungsoo, tampoco que sea posible pasar la materia de cálculo y que he tenido ataques de pánico. También que existe una extraña moda llamada furby-action que es una estupidez... —bufó—. Ah, y que pareciera que te importa una mierda lo que ocurra contigo.
Sehun silbó.
—¿Escuchaste la pelea con mi padre?
Baekhyun gruñó, sentándose en el sofá bastante molesto.
—No. Tuve una conversación corta pero suficiente con tu padre y me di cuenta que alguien pareciera que ha estado mintiendo.
Sehun se quedó en silencio por unos segundos, en donde la tensión subía por sus hombros y se incrustaba una vez más como peso muerto.
—Entonces sí estás enojado conmigo.
—¡Sehun, por favor! —gritó en silencio, no debía llamar la atención. Se puso de pie y encaró a su amigo—. Es que no lo entiendo. No entiendo tu decisión, no entiendo por qué no quieres hacer nada, por qué nos has estado mintiendo sobre inyecciones o tratamiento o la mierda. Has estado encerrado en este hospital jugando al paciente cuando no tienes ni una mierda de intención de tratar. Y tú... tú no eres así. No te compadeces de nosotros, no lo haces ni contigo mismo, por lo que no me creo esas mierdas de que no quieres la cirugía porque no tiene caso. Así que sí, estoy enfadado porque te apoyaría en tu decisión si tuvieras una buena razón, ¡pero no la hay!
—¿Y qué otra opción hay?
—¡Luchar! —Sehun se hizo hacia atrás cuando Baekhyun casi se le va encima, gritando eso—. ¡Luchar como la perra que eres con uñas y dientes, perder el maldito cabello, el apetito, tu bonito rostro o lo demás y tomar la quimio que te podría salvar la vida!
Sehun no dijo nada, pero Baekhyun sabía lo que pasaba por su cabeza. Si lo decía o lo pensaba, sabía las palabras exactas que diría. Algo como que no tenía ni idea (y no la tiene), o algo como que no le incumbe (y no lo hace) o cualquier otra cosa que le hiciera saber que estaba siendo estúpido o egoísta.
—Y sí... —continuó Baekhyun, mordiéndose los labios y tomando la sábana que pateó Sehun para usarla él mientras volvía al sillón—. Estoy enojado porque no es normal en ti el rendirte y ahora tengo los suficientes pensamientos de todos rubros como para incluir el hecho de que posiblemente, muy mínimamente quepa la posibilidad muy, muy baja casi imperceptible que es fácil de malinterpretar, pero que está presente...
—Baekhyun, ¿qué mierda estás tratando de decir?
Con el cuerpo completamente ladeado hacia la pared, dándole la espalda a Sehun, Baekhyun se cubrió el cuerpo entero con las sábanas.
—Nada. Y ese es el maldito problema. Yo no he hecho nada y todavía me ocurren estas cosas, maldita sea.
—Estás pensando que quiero morir.
—Nada dice lo contrario.
—Va. Yo me puse el tumor en la cabeza, ¿estás feliz ahora?
—¡Uno de mis mejores amigo se suicidó en frente de mí pensando que era el más feliz del mundo, Sehun, perdona si estoy paranoico! —La almohada salió volando hacia Sehun, mucho más fuerte de lo que debería—. Y mierda, ¡deberías saber lo que se siente ver morir a un amigo!
El goteo del suero fue lo único que se escuchó durante unos segundos.
—Bien. Esto te tiene molesto, también lo de Kyungsoo, le agrego lo de la materia, pero no es suficiente. ¿Qué más ocurre contigo?
Como si la conversación anterior hubiera desaparecido por completo, Sehun cambió el rumbo a aguas más negras. Y era lo que odiaba de él. Que cuando trataban de hablar en serio, era casi imposible. Pero no había manera de ganarle a ese pedazo de analítico de mierda.
—Nunca vienes a visitarme si no hay nada que contarme. Y estoy seguro que fue hace mucho que te cayó el veinte de mi enfermedad. Así que... ¿Qué venías a contarme en primer lugar?
—¿A parte de que tu padre está loco por tratar de que vivas?
—Tus comentarios se hacen cada vez más mordaces y eso ocurre cuando estás ocultando cosas.
Con el rostro rojo de repente, Baekhyun gruñó hacia sí mismo y los cielos, poniéndose de pie una vez más ahora con la intención de salir por la puerta, pero Sehun tuvo la fuerza para atacarlo con su almohada de vuelta para que regresara a su lugar. Estaba confundido, molesto y triste; todo un récord de emociones en donde no se desmayaba, por el momento.
—Creo que me gusta.
Sehun enarcó las cejas, pero Baekhyun no lo vio porque estaba muy ocupado mirando hacia la pared tratando de no lucir como un estúpido.
—¿Quién?
—Claramente, tú no. Ve a dormir.
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