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EPÍLOGO

—¿Realmente necesito usar este vestido?

—Sí.

Una quejido extenso resonó en sus oídos, mucho más agudo de lo que hubiera imaginado. Los ojos de Baekhyun se dirigieron directo al hombre frente a él, quien hizo lo mismo sin un segundo de diferencia. Fueron pacientes, comunicándose con la mirada como bien lo habían estado entrando por años y prepararon su mente para un:

—¡Pero no quierooo! —La rabieta salió explosiva, propio del frío y, definitivamente, a falta de su siesta.

Chanyeol levantó con extrema facilidad a la niña de seis años, esquivando los manotazos para sostenerla en sus brazos.

—Hace un minuto dijiste que te encantaba ese vestido.

—¡Pero ya no! —Los ojos de la niña se cerraron, escondiendo su rostro en el cuello de su tío mientras lloraba.

Las miradas no tardaron en llegar. Fue en ese momento que Baekhyun se acercó por detrás de Chanyeol, acomodándose su propio birrete y diploma debajo de la axila mientras acariciaba el húmedo rostro de la pequeña. Eunmi abrió uno de sus ojos, todavía aferrada a su tío, pero con la atención puesta en él dada a su gran sonrisa, una herramienta que definitivamente había estado usando a su favor desde que descubrieron que tenía un efecto en ella.

—¿Cómo es posible? ¿Si te ves más bonita que nunca?

La niña intentó ocultar su sonrisa escondiéndose en el cuerpo de Chanyeol, pero no pasó desapercibida.

—¿En serio? —Eunmi preguntó en un tono lento mientras se limpiaba la nariz en el hombro del otro.

Baekhyun asintió, deslumbrando a la niña y a un par de graduadas más que pasaban por allí, maravilladas por sus habilidades con niños o, más bien, con la población femenina. Habían pasado ya cinco años que Baekhyun había estado mejorando su temperamento y eso no había pasado desapercibido por mucha gente. Todo un coqueto, diría su madre, al ver cómo llegaban mensajes anónimos a su casa de chicas soñadas con su hijo.

—Entonces, ¿Baekie te vas a casar conmigo cuando sea adulta?

—No. —Esa fue una rotunda negativa por parte de Chanyeol.

La niña volvió a pucherear y Baekhyun le lanzó una mirada a su novio quien para nada lo sentía. Esa bizarra rivalidad con una niña de seis años tenía que terminar.

—¡Eunmi! ¡No arruines la ropa de tu tío! —Yoora trotó hacia ellos con cámara en mano, con lo que no era menos que un embarazo casi a término. Otra vez—. Vamos, tomemos la foto y podremos ir a casa.

Detrás de ella una extensa familia se había acumulado. No era la primera vez que la familia Park y la Byun se reunían, de hecho, lo había estado haciendo desde hacía dos años cuando Baekhyun y Chanyeol decidieron mudarse juntos. A la confrontante conversación que tuvieron con sus madres —quienes estaban visiblemente escandalizadas de que sus hijos no las visitaran tan seguido como antes—, habían tomado la estricta e irrefutable decisión de verse todos para una parrillada una vez al mes.

Al menos eso daba un poco de control a sus madres y ya no llegaban de sorpresa a su departamento en plena faena sexual. Tal vez las habían traumatizado, sí, pero objetivamente había sido su culpa por no tocar el timbre —y culpa de Chanyeol por darle a su madre su contraseña para emergencias.

—¡A la cuenta de tres! —Finalmente, Eunmi limpió su pequeño rostro y despegó su cabeza del cuello de Chanyeol. Su novio no perdió el tiempo en librar una de sus manos para que Baekhyun se colocara a su lado para la milésima foto del día, después de que finalmente se graduaran de la universidad—. ¡Digan whisky!

¡Whisky! —De pronto, Baekhyun sintió un golpe en su espalda, previo a un empujón que casi le hace caerse de frente si no fuera porque Chanyeol logró malabarear entre su peso y el de la niña. Su ceño se frunció, buscando al perpetrador de tremendo golpe porque ese 'whisky' no había venido de ninguno de ellos dos.

—¡Que linda foto! —anunció Yoora viendo su trabajo.

—Luhan... —Chanyeol siseó, al parecer no había sido el único agredido.

—¡Y Junmyeon! —gritó el nombrado, levantando un par de pequeños ramos—. ¡Felicidades graduados! ¿Listos para la terrible y fría vida adulta? ¿Para pagar impuestos? ¿Para firmar un contrato de esclavitud hasta llegar a los sesenta y cinco?

Luhan brincaba y gritaba desde su lugar, moviendo el brazo de Junmyeon junto con él. Éste, por su parte, mantuvo una sonrisa serena.

—Con la herencia de Chanyeol pueden vivir sin trabajar.

—¿Qué tiene eso de divertido? —Chanyeol bajó a su sobrina cuando ésta se escabulló hacia abajo. La niña, cohibida por la visita, corrió hacia su madre.

—Exactamente. Eso es lo que diría un multimillonario. —Luhan suspiró de manera dramática. Menos mal él se había graduado hacía tiempo, adelantando tres años completos por su terrible cerebro. Se había mudado a los Estados Unidos para continuar con su especialidad médica y apenas lo veían cada cierto tiempo. De hecho, hasta hace unas horas estaba en New York—. ¿Cómo va su vida de recién casados?

Chanyeol levantó su mano.

—Sin propuesta de matrimonio todavía.

—Uy, ¿qué esperas Baekhyun? —Luhan le codeó—. Hazlo para que toda esa fortuna sea nuestra.

—¿Nuestra?

—Tuya... —Luhan parpadeó—. Que bien podrías usar para invertir en mi increíble proyecto actual. Necesitamos un par de millones más y, como beneficio, tener a este gran hombre para ti solito.

Aunque sea una broma recurrente, eso no quitaba el hecho de que su corazón latiera intensamente.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Baekhyun, desviando la conversación—. ¿No tenías una increíble cita con un ruso o algo así?

—¿Creen que me iba a perder su grata graduación? Ni hablar. ¡Tienen prohibido tomarse la foto sin mi!

Con una energía que apenas podía entender, Luhan iba a comenzar con su palabrería, pero Junmyeon lo tomó por detrás del cuello de la camisa, moviéndolo hacia atrás.

—Tuve que soportarlo toda la ceremonia —dijo, sin importar que escuchara—. Ni siquiera mi madre lloró tanto como él, Dios.

—Bueno, esa es tu culpa por no graduarte también en negocios. ¿Quién diría que finalmente ibas a elegir una ingeniería? Tuve que decidir y, como estás solo solito, te hice compañía. Además... —Finalmente hubo un diminuto cambio en la mirada de Luhan, duró poco, pero era representativo— el padre de Sehun les dejó regalos y les manda felicitaciones. No pudo quedarse para despedirlos porque tenía una cirugía, pero dice que vio un poco de ambas ceremonias.

Eso hizo que su tensión se redujera y, por supuesto, su pecho dolió un poco. Era una lástima que no pudiera ver al Sr. Oh, siempre le agradecía que los acompañara en su celebraciones. No se perdía un cumpleaños en familia o cualquier tipo de graduaciones.

—Tengan. —Luhan levantó un par de bolsas para Chanyeol y él. Junmyeon tenía la suya en sus manos.

—¡Chicos, apúrense! —Esa fue Yoora—. ¡Me estoy congelando!

Habían pasado seis años desde aquel turbulento periodo en la vida de Baekhyun. Hoy, el campus de la universidad estaba lleno de flores, familias sonrientes y un aire de celebración. Baekhyun observó a su alrededor, con el birrete ligeramente inclinado y una sonrisa creciendo en su boca que no podía contener mientras sus amigos se acomodaban.

Chanyeol se colocó religiosamente junto a él, con su toga impecablemente ajustada —con un poco de mocos infantiles—, sosteniendo uno de los tres ramos de flores que ya tenía acumulados.

—¡Una vez más, a la cuenta de tres! —Yoora, una vez más, acomodó la cámara.

Con su mano libre Baekhyun escabulló su mano en su bolsillo y sacó la fotografía que utilizaban todos los años en su foto anual de amigos. Miró de reojo a Junmyeon quien hizo lo mismo y, con una sonrisa cómplice, colocaron ambas fotos en frente: una de Kyungsoo y otra de Sehun, ambos sonrientes, en sus uniformes escolares como si el tiempo se hubiera congelado.

Mientras más años pasaban menos ganas de llorar le daban al momento de la foto. Los primeros tres años todos tenía los ojos rojos e hinchados, pero a partir del cuarto, la rojez desaparecía al mismo tiempo que sus sonrisas crecían cada vez más y más. Aunque todavía se le humedecían un poco, la sensación era muy diferente a la de antes.

—¡Listo! —gritó finalmente Yoora, también ligeramente emocionada, pero con una gran sonrisa.

Al finalizar, todos corrieron a ver qué tal había salido la foto.

—¡Increíble como siempre! —Luhan aplaudió—. ¿A quién le toca este año?

—A mí. —dijo Baekhyun, al momento que se dejaba abrazar por Junmyeon, felicitándose mutuamente por la graduación.

—Bien. Confío en que sea una frase cursi y pegajosa.

Baekhyun golpeó a su amigo en el estómago.

—Ni digas nada, la tuya del año pasado fue demasiado dramática.

—¡No es verdad!

¡Chicos! —Ese fue el padre de Baekhyun quien ya tenía un rostro de cansancio absoluto—. ¡Déjense de tonterías y vamos a comer! ¡El Sr. Park invita!

Por otro lado, el padre de Chanyeol, simplemente lo miró.

—¿En serio?

—¡Sí! ¡Vámonos!

---


La chimenea había sido una excelente inversión.

Baekhyun miró las brasas con serenidad. Para ese punto, podía decir que era su lugar favorito del apartamento, sentado en el sofá, justo en frente de la televisión por encima de la chimenea, con una iluminación tenue, mientras las luces del árbol de Navidad, que debieron haber quitado hace meses, alumbraba un poco más. Reinaba el silencio; finalmente, después de cinco días seguidos de celebración absoluta —donde Luhan insistió en no irse, invadiendo su espacio—, tenía tiempo para pensar.

Debajo de él, en la mesita de café, se encontraban varias fotos. Entre ellas estaba la más reciente, todavía con el espacio en blanco para escribir lo que quisiera.

—¿Todavía no sabes qué poner? —preguntó Chanyeol, sentándose a su lado.

Si bien no le sorprendía que apareciera de la nada, sí que le hizo sonreír. Lucía recién levantado de una necesaria siesta que duró más de lo que debería. Sus ojos estaban ligeramente más hinchados y el remolino de su cabello lo evidenciaba.

—Estoy entre dos frases. Sigo decidiendo cuál es la más cursi —respondió Baekhyun, levantando su mano para acomodarle el cabello. Chanyeol se dejó hacer, incluso acercando su cabeza más a él. Amaba los cariñitos en su cabello; lo había aprendido hace tiempo.

—¿Más cursi que las de Luhan? Sabes que te amo, pero no creo que le ganes a eso. —Chanyeol depositó un beso en su mejilla, acomodándose mejor y viendo todas las ideas en la mesa.

Baekhyun hizo una mueca, fingiendo indignación.

—Gracias por el voto de confianza. Eres un gran apoyo —dijo con sarcasmo, pero su sonrisa traicionó el tono de su voz.

Chanyeol soltó una risa grave que resonó en el cálido ambiente. Luego, sin previo aviso, se inclinó hacia él, atrapando a Baekhyun con un suave empujón hacia el respaldo del sofá.

—¿Sabes? Estaba pensando... —murmuró, acercándose lo suficiente para que sus alientos se mezclaran—. Podrías escribir algo que venga del corazón. Algo simple, pero que signifique mucho.

Baekhyun tragó saliva, sintiendo la cercanía de Chanyeol. La manera en que lo miraba, con una mezcla de ternura y deseo, era suficiente para hacerlo olvidar cómo respirar por un momento. El tiempo podía pasar, pero todavía llegaba a sentirse nervioso.

—¿Alguna recomendación? —logró decir en voz baja.

—Algo como... —Chanyeol dejó que su nariz rozara suavemente la de Baekhyun antes de sonreír traviesamente—. "Siempre estarás aquí".

Baekhyun parpadeó, tratando de procesar la frase mientras sentía un leve cosquilleo en su cuello; las manos de Chanyeol habían encontrado su camino hasta ahí, acariciándolo suavemente.

—La verdad no quisiera que esté aquí, eso daría miedo —admitió, sin apartar la mirada de él.

Chanyeol se rió e inclinó su cabeza, dejando un beso apenas perceptible en la comisura de sus labios.

—Sabía que dirías eso —susurró, su voz ronca enviando escalofríos por la espalda de Baekhyun.

Por un instante, el mundo exterior desapareció. Todo lo que existía era el calor del fuego, el suave parpadeo de las luces navideñas, y la presencia abrumadora de Chanyeol. Baekhyun levantó una mano, colocándola suavemente en la mejilla de éste, y lo atrajo hacia un beso que fue mucho más lento.

Cuando se separaron, ambos sonrieron como si compartieran un secreto que solo ellos entendían.

—Sabes que te amo, pero —dijo Baekhyun, remedando a Chanyeol minutos atrás— esa frase es muy básica como para ponerla allí. Y lo sabes.

—Mhmm, mis intentos de seducción no funcionaron. Eso me dice que ya tienes una frase lo suficientemente cursi para poner, ¿no es así?

Sí, lo conocía demasiado bien. Escribir frases cursis en las fotos anuales se había convertido en una competencia sana entre todos sus amigos, pero eso no quitaba el hecho de que tuviera una importante carga emocional en ello. Y, bueno, aun así quería ganar.

—Tal vez es cierto.

Chanyeol se dejó caer aún más a su lado, estirando las piernas y apoyando un brazo detrás de Baekhyun, que seguía mirando la foto sobre la mesa con el marcador entre los dedos.

—¿Sabes? Me gusta verte así de concentrado —murmuró Chanyeol, con una sonrisa suave. Oh, ¿intento de seducción número dos? Interesante.

Baekhyun levantó una ceja, sin apartar la mirada de la foto.

—¿Así de concentrado? —repitió, divertido.

—Sí. ¿Ese ceño fruncido? Súper sexy... —Chanyeol extendió una mano para rozar con el dedo el lugar exacto que mencionaba, haciendo que Baekhyun frunciera el ceño adrede—. Y luego me dan ganas de hacer esto.

Antes de que Baekhyun pudiera responder, Chanyeol se inclinó y le plantó un beso justo en la frente.

Dios. Tú eres el cursi ahora mismo. ¿Es tu forma de competir? Tu frase no fue muy buena. —Baekhyun fingió un suspiro, pero no pudo evitar reírse mientras lo empujaba suavemente en el pecho.

—No es exageración, es apreciación —replicó Chanyeol con una sonrisa, tomando la mano de Baekhyun y entrelazando sus dedos. Baekhyun miró sus manos y subió sus cejas. ¿Cuándo se daría cuenta?—. Aunque, si quieres, puedo subir la apuesta.

Baekhyun parpadeó, fingiendo estar intrigado.

—¿Ah, sí? ¿Y qué planeas hacer ahora?

En lugar de responder, Chanyeol se inclinó aún más cerca, su nariz rozando la de Baekhyun. Sus ojos brillaban con picardía bajo la tenue luz.

—¿Te digo un secreto? —susurró Chanyeol, apenas a centímetros de sus labios. ¿Tres intentos seguidos? Uh.

—Dilo rápido o voy a pensar que estás perdiendo tu toque —respondió Baekhyun, con una sonrisa que apenas podía contener.

Chanyeol dejó que la pausa se alargara solo lo suficiente para hacerlo suspirar, y luego cerró la distancia, dejando un beso suave en los labios de Baekhyun. Fue lento, casi perezoso, pero lleno de una ternura que hizo que Baekhyun olvidara por completo la foto frente a él.

Cuando se separaron, Baekhyun lo miró con una mezcla de sorpresa y diversión.

—Si esta es tu forma de convencerme de elegir una frase peor que la tuya, diría que vas por buen camino.

—¿Convencerte? —Chanyeol fingió indignación mientras se echaba hacia atrás—. No estoy aquí para convencerte de nada. Estoy aquí para distraerte hasta que decidas.

Baekhyun soltó una carcajada, golpeándolo en el brazo.

—¡Eso es básicamente lo mismo!

—No, no, no. Hay una gran diferencia —insistió Chanyeol, llevándose una mano al pecho como si estuviera ofendido—. Distraerte implica que te relajes y que te diviertas un poco. Convencerte sería manipulación, y yo nunca haría eso.

Baekhyun lo miró con los ojos entrecerrados, pero no pudo evitar sonreír.

—Eres tan ridículo... pero funciona.

—Siempre funciona —replicó Chanyeol, guiñándole un ojo.

Baekhyun rodó los ojos, pero su sonrisa se mantuvo. Cerró el marcador y lo dejó sobre la mesa por un momento, girándose completamente hacia Chanyeol.

—Bien, ya que insistes en distraerme, ¿qué sugieres?

Chanyeol ladeó la cabeza, fingiendo pensar.

—Podríamos tomarnos una foto juntos. Ya sabes, algo para complementar la que tienes en la mesa.

—¿En serio? —Baekhyun alzó una ceja—. ¿Así, con mi cara de pensativo y tu remolino del sueño?

—Exactamente así. Natural, como somos nosotros.

Antes de que Baekhyun pudiera protestar, Chanyeol sacó su teléfono y activó la cámara frontal. Se acercó más, pasando un brazo por los hombros de Baekhyun, quien no tuvo más remedio que dejarse arrastrar.

—¡Sonríe! —dijo Chanyeol, girando el teléfono para encuadrarlos bajo la luz del árbol.

Baekhyun intentó resistirse, pero terminó riéndose justo cuando Chanyeol tomó la foto. Cuando miraron el resultado, ambos se echaron a reír.

—Mira esa cara —dijo Baekhyun, señalando la pantalla.

—Mira la tuya —replicó Chanyeol—. Es perfecta.

Ugh. Iba a morirse alguno de estos días definitivamente.

Baekhyun giró los ojos de nuevo, pero su sonrisa no disminuyó mientras tomaba el teléfono para guardar la foto. Luego, volvió a girarse hacia la mesa y tomó el marcador, mirándolo con renovada energía.

—Bien, creo que ya sé qué escribir.

Con Chanyeol apoyado contra su hombro, observándolo con una mezcla de orgullo y cariño, Baekhyun escribió cuidadosamente la frase. Luego colocó la foto junto a las demás, su pecho se liberó por primera vez en días.

Chanyeol le rodeó los hombros con un brazo y le besó el cabello.

—Estoy seguro de que Sehun estará retorciéndose en el infierno por ello.

Baekhyun sonrió, apoyándose en él.

—Yo también lo creo. Prometí torturarlo hasta mi último aliento.

Con un último apretón de complicidad en su brazo y un beso en el hombro, Baekhyun observó cómo Chanyeol se levantaba del sofá con un estiramiento perezoso y un suave bostezo, todavía algo somnoliento. Lo siguió con la mirada mientras caminaba hacia la cocina, con esa gracia despreocupada que siempre parecía natural en él. Realmente podía verlo durante todo el tiempo y sentirse seguro.

—¿Quieres chocolate caliente? —preguntó Chanyeol, girándose apenas para mirarlo—. Hace frío, y creo que un poco de azúcar nos vendría bien para cerrar la noche. Y, por favor, nada de televisión por hoy, mis oídos todavía están perforados después de la cátedra de Luhan sobre cerebros.

Baekhyun sonrió, inclinando la cabeza ligeramente hacia un lado, como si la idea lo hubiera convencido al instante.

—Suena perfecto —respondió, dejando que su tono sonara deliberadamente casual. No quería dar señales de que algo más rondaba su mente, de que estaba observando cada uno de sus movimientos con una pequeña sonrisa satisfecha.

Lo dejó ir, concentrándose de nuevo en la foto frente a él, pero manteniendo un oído atento al sonido de Chanyeol revolviendo tazas y buscando ingredientes. Sabía que el momento estaba cerca y el corazón estaba a punto de salirse de su pecho.

De repente, escuchó el silencio. Uh-oh. Ese tipo de pausa en la que podía sentir que algo había captado la atención de Chanyeol. No necesitaba mirar para saber exactamente qué era.

—¿Qué... qué demonios? —murmuró Chanyeol desde la cocina.

Baekhyun reprimió una risa, inclinándose un poco más sobre la mesa, fingiendo interés en la foto mientras su corazón latía con expectación.

Baekhyun. —La voz de Chanyeol lo llamó, llena de sorpresa y algo de incredulidad.

Se tomó su tiempo antes de levantar la mirada, parpadeando con falsa inocencia.

—¿Sí?

Cuando lo miró, vio que Chanyeol sostenía su mano izquierda, observando el anillo dorado en su dedo como si fuera un objeto caído del cielo. La expresión en su rostro era tan auténtica, tan maravillosamente confusa, que Baekhyun tuvo que contener una carcajada.

—¿Esto? —preguntó Chanyeol, señalando el anillo con una mezcla de asombro y emoción—. ¿Cómo llegó esto aquí?

Baekhyun se recargó contra el sofá, cruzando los brazos sobre el pecho con una sonrisa que sabía que delataba finalmente su intención.

—¿Te gusta?

—¿Que si me gusta? ¡Baekhyun! —Chanyeol se dejó caer una vez más a su lado, aún mirando el anillo como si temiera que desapareciera de su dedo en cualquier momento.

Baekhyun no dijo nada. Solo esperó pacientemente mientras Chanyeol procesaba lo que acababa de descubrir. Como si una bombilla se encendiera de golpe, Chanyeol levantó la mirada hacia la mano de Baekhyun, notando el anillo en su propio dedo.

—¿Cuándo... cómo...? —balbuceó, sin apartar la vista de él.

Baekhyun se encogió de hombros con fingida despreocupación, disfrutando cada segundo de la confusión de Chanyeol.

—Mientras dormías. —Se inclinó un poco hacia él, apoyando un brazo en el sofá—. Te veías tan tranquilo que pensé que sería el momento perfecto.

Chanyeol lo miró fijamente, tratando de procesar sus palabras, pero el brillo en sus ojos comenzaba a traicionar la alegría que estaba sintiendo.

—¿El momento perfecto para qué?

Baekhyun extendió su mano, tomando la de Chanyeol con cuidado. Sus dedos se entrelazaron automáticamente, como siempre lo hacían, pero esta vez el contacto se sentía más significativo.

—Para pedirte que te cases conmigo.

Durante todos estos años Chanyeol se había encargado de cuidarlo. Veía por él y sabía absolutamente todo lo que necesitaba, cuándo y cómo. Finalmente hasta estos momentos, Baekhyun estaba seguro de lo que quería y no pensaba dejar pasar más tiempo con ello. Aunque ya habían hablado de casarse y estaba la broma interna de Baekhyun pidiéndole matrimonio, sabía que era algo que quería hacer por sí mismo.

Sin Chanyeol, no sabía lo que hubiera sido de sus días de preparatoria. O de él en absoluto.

El silencio que siguió fue total, y Baekhyun casi pudo escuchar el latido acelerado de su propio corazón mientras observaba la expresión de Chanyeol transformarse. Asombro, emoción, y luego una sonrisa amplia, deslumbrante, que iluminó su rostro.

—¿Me estás diciendo que dormí durante nuestra propuesta de matrimonio? —preguntó finalmente, dejando escapar una carcajada nerviosa que hizo que Baekhyun riera también.

—Técnicamente, sí. Pero si eso significa que no escuché tu respuesta, podemos hacerlo de nuevo ahora.

Chanyeol lo miró en silencio durante un momento que se sintió eterno. Luego, sin previo aviso, soltó su mano solo para tomar su rostro con ambas, inclinándose hacia él. El beso fue profundo y lleno de emoción, una respuesta que no necesitaba palabras. Cuando se separaron, Chanyeol apoyó su frente contra la de Baekhyun, todavía con una sonrisa tonta en los labios.

—Sí. Por supuesto que sí.

El alivio que Baekhyun sintió lo hizo soltar una risa suave. Había esperado este momento durante semanas, planeándolo todo para que fuera perfecto, y ahora se daba cuenta de que no necesitaba más que la sinceridad de ese "sí" para sentirse completo.

—Sabía que dirías que sí —aseguró, apretando su mano—, pero gracias por confirmarlo.

Chanyeol rió y se levantó de nuevo, todavía mirando el anillo con incredulidad.

—Esto definitivamente merece un chocolate caliente —dijo, recuperando el rumbo hacia la cocina—. Aunque honestamente tengo más ganas de desnudarte ahora mismo y comer otra cosa. —Chanyeol pareció pesar ambas opciones con severidad. Baekhyun, por su lado, estaba bien con cualquiera. No le tomó ni tres segundos—. Decidido. ¡Desnudarte!

Baekhyun lo siguió con la mirada mientras corría a la cocina para apagar la tetera y volver, incapaz de contener la sonrisa que se extendía por su rostro.

Miró por última vez la foto en su mesa de café antes de que Chanyeol se abalanzara sobre él.

Ahí fue donde Baekhyun finalmente entendió que aunque no existiera tal cosa como seguir adelante, había una forma de seguir viviendo con lo que había perdido.

Aceptó que el pasado no desaparece, pero tampoco tiene que detenerlo.

Aprendió que no se trata de olvidarlo, sino de seguir caminando con ello, sin dejar que lo defina, pero sí que lo acompañe.


Foto - 2019 "Te amé en los días buenos, y aprendí a amarte aún más en aquellos en los que creí que el amor no regresaría a mí. Me enseñaste que el dolor no destruye lo que construimos, sino que lo transforma."

Foto - 2020 "Hiraeth es el eco de una risa que ya no puedes escuchar, pero que sigue resonando en lo más profundo de tu corazón."

Foto - 2021 "No sé si alguna vez podré decir que estoy 'bien', pero sé que estoy aquí. Con cada paso, sigo cargando tus recuerdos, no para olvidarlos, sino para honrarlos."

Foto - 2022 "El dolor no es un enemigo a vencer, es un compañero silencioso que, con el tiempo, me ha enseñado que la vida puede ser amarga y hermosa al mismo tiempo."

Foto - 2023 "Decir 'adiós' nunca es cierto. No se trata de dejar ir, sino de hacer espacio para que la memoria de los que amamos siga viviendo con cada latido."

Foto - 2024 "Sé que no te has ido del todo. Sé que estás en las canciones que tarareo, en las risas que compartimos, y en esos silencios en los que, aunque no estés, te sigo sintiendo."


FIN


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Omg, ¡finalmente llegó el día! Muchas gracias a todos por leer la historia;; Fue una travesía emocional intensa de años, pero finalmente ha llegado a su fin. Lamento la eterna espera y a todos quienes se quedaron este tiempo, ¡mil gracias!

Y como es tradición al terminar mis fics, ¡preguntas de reflexión!

¿Qué personaje se te hizo más emblemático?

¿Alguna escena favorita?

Si  pudieras decirle algo al Baek de esta historia, ¿qué sería?

Espero se lleven un cachito de esta historia en su corazón.

Ost hecho con IA disponible arriba!

¡Nos leemos!


(¡Tengo en emisión: 'Look at the soul'  y "betweet nets and waves", si no han pasado por allá, los invito!)

instagram: jessinegas 

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