Deseo (2)
Advertencia de capítulo: Lemon
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—Los miembros del consejo del clan han aprobado a Neji como tu futuro marido, hija. Ahora es tu prometido -anunció Hiashi Hyuga a su hija
Hinata sonreía de manera abierta con aquella noticia, amaba a su primo y se sabía correspondida así que el hecho de que su compromiso fuera aprobado sin armar un alboroto, la dejaba en un estado de completa felicidad.
—Sin embargo, hay ciertos protocolos qué cumplir —continuó su padre con cierta incomodidad, pues no quería ser el responsable de opacar la felicidad de su hija—. Eres la futura líder del clan, tu posición implica muchas responsabilidades, aunque todavía falta para tu nombramiento oficial, Hinata. Debes mantener tu imagen ante el clan y la aldea.
—Entiendo —agachó la cabeza resignada, ella conocía a la perfección la tradición Hyuga y no podía hacer mucho al respecto por el momento más qué obedecer, todavía había gente opinando que no era la indicada y estaba dispuesta a demostrarles qué su padre no había errado en su decisión —¿se lo dirá usted?
—Sí. A partir de hoy estás oficialmente comprometida con Neji. Puedes retirarte.
-+—Gracias padre —dijo Hinata haciendo una reverencia antes de retirarse. Hinata abandonó la sala qué ocupaba su padre en los momentos de ocio y se dirigió hacia el dojo encontrándose con Kō quien la esperaba para iniciar su entrenamiento. Al menos debía agradecer a su padre por regalarle una semana de «noviazgo» normal.
Un suspiro de resignación salió de sus labios cuando lo vio pasar junto al dojo y ni siquiera había tenido la oportunidad de saludarlo. Desde que se había formalizado su compromiso ante el clan. Neji Hyuga y Hinata Hyuga, habían sido separados por los miembros del consejo y al decir separados, significa que no se les permitía estar cerca el uno del otro sin la supervisión de algún otro miembro del clan, tampoco se les permitía entrenar juntos e incluso Neji había sido separado, de manera temporal, de su deber como protector y guardián de la heredera en tanto la boda no se llevara a cabo.
Todo con el fin de mantener la reputación de la futura heredera, pues no era correcto que se viera a solas con su futuro marido. Algo estúpido, según las propias palabras de Neji, pues cuantas veces en el pasado la habían dejado a solas con él y jamás nadie se había preocupado por su reputación o su seguridad, recordando la animadversión qué en el pasado había sentido hacia ella, pero ahora que estaban por contraer nupcias se le tenía prohibido siquiera mirarla. Algo que lo mantenía en un constante mal humor, recordó Hinata con una ligera risa, ya que Neji se la vivía con el ceño fruncido.
—Terminamos por hoy, Hinata-Sama -dijo de pronto Kō al ver que la heredera ya no prestaba atención a su entrenamiento—. Será mejor que descanse. El día de mañana estaré ocupado con algunos encargos de su padre, por lo que no habrá entrenamiento —informó a lo que Hinata sonrió.
—Gracias, Kō y perdón por estar distraída —dijo tímidamente.
—No se preocupe Hinata-Sama, sé qué ha tenido días de mucho ajetreo, así que le vendrá bien un pequeño respiro a su ocupada agenda —respondió comprensivo.
—Muchas gracias, nos vemos el sábado.
Se despidió con una sonrisa que se borró al darse la vuelta. Kō no tenía la culpa de los absurdos protocolos qué permeaban su clan. Ni siquiera se le había permitido despedirse de él ahora que salía de misión. Hinata, llevaba mejor las exigencias protocolares Hyuga, pues había sido educada de esa forma, pero no por eso se sentía menos frustrada que Neji al respecto. Entró a su habitación y se sentó a su escritorio en donde había dejado la carta que pensaba darle a Neji antes de que se fuera, pero que por sus estúpidas obligaciones no había podido entregar. Frunció el ceño al no encontrarla.
—Si buscas la perfumada carta qué dejaste en la mañana, olvídala la entregué a su dueño —dijo una voz a su espalda. Hinata se dio la vuelta para encontrarse con la franca mirada de su hermana menor—. Por el más marcado malhumor de Neji de esta mañana, supe que no había recibido respuesta a su última carta y deduje qué no habías tenido tiempo de entregarla —concluyó su hermana orgullosa.
—Muchas gracias, Hanabi-chan —sonrió la mayor.
Hanabi se había comportado muy comprensiva con su hermana y con su primo las últimas semanas, por lo que había accedido a hacer de mensajera entre ambos, ya que no tenían permitido verse, se escribían diariamente para mantenerse en comunicación, ya que los pocos minutos al día que se les permitía estar juntos, qué era durante la hora del té, hablaban de cosas superficiales ante la incómoda mirada de algún miembro del clan. Claro que la pequeña Hyuga no hacía ese favor de a gratis y sacaba provecho de la pareja, aunque sus peticiones no eran descabelladas ni absurdas y estaban a la altura de lo que ambos podían ofrecerle en beneficio, los tres ganaban.
—Ah-ah-ah, sabes las condiciones hermana mayor, iré al lago con un amigo y quiero que me ayudes a preparar bocadillos —explicó apartando la vista de su hermana. Hinata sonrió ampliamente-. Y mañana quiero que me acompañes al pueblo por unas cosas, tu cumpleaños, nombramiento como matriarca y boda son en las próximas semanas y yo todavía tengo cosas que comprar —dijo haciendo un gesto de desagrado—. Cómo tu hermana debo estar a la altura y también llevaremos comida. Escuché que Kō no estaría, por lo que tienes el día libre y obvio, yo seré tu escolta. Así que nadie nos molestará.
—Está bien, Hanabi-chan —respondió Hinata sin molestarse por la actitud de su pequeña hermana y se encaminó a la cocina para cumplir con su encargo de ese día.
Al día siguiente, en cuanto se desocupó, salió con su hermana del complejo Hyuga rumbo al pueblo, en aquella ocasión, había tenido que pedir en cocina la comida ya que ella no había tenido tiempo de hacerlo por sí misma, algo que había despreocupado a Hanabi, quien la guio fuera de la aldea. Hinata frunció su frente al no tener idea de a dónde la llevaba su hermana menor. Sin embargo, se mantuvo callada mientras la seguía por un pequeño camino que se adentraba al bosque y finalmente se detuvieron frente a una pequeña cabaña apostada frente a un lago.
—¡Llegamos! —anunció Hanabi con orgullo. Hinata la miró sin comprender.
—Hanabi-chan, ¿dónde estamos? Creí que iríamos de compras —dijo Hinata bastante confundida.
—Oh, yo iré de compras, tú te quedas aquí, tranquila, nadie se enterará ya que no estaré en las tiendas de Konoha, me acompañaran a otro pueblo, ya todo está pagado, no te preocupes —explicó tranquilamente—. Entra, vendré a buscarte a las veintiuna horas.
Hanabi se despidió y se giró para irse, dejando a Hinata en un mar de dudas. Miró a la puerta que tenía enfrente sin saber qué hacer. Dio un largo suspiro y se dio el valor para acercarse, dudó en si debía llamar o no, pero al final optó por simplemente abrirla. Llevó su mano al pecho ante la sorpresa de encontrar a Neji sentado en un pequeño y desgastado sofá. Él mismo parpadeó varias veces hasta que se convenció de que verdaderamente ella estaba allí.
—Hinata-sama —dijo en tono bajo.
—Neji —respondió de la misma manera, todavía un poco aturdida por aquel inesperado encuentro. Una pequeña sonrisa se instaló en su rostro de a poco y corrió abrazarlo.
Él la recibió envolviendo sus brazos alrededor de ella cerrando los ojos y aspirando su dulce aroma, estar así con era como una brisa fresca para su alma, brindándole paz. Se separaron ligeramente y sus miradas se cruzaron, la respiración de ambos se agitó y acercaron sus rostros para encontrarse en un suave beso. Apenas fue un simple rose de sus labios, una pequeña caricia de reconocimiento qué les hizo soltar un suave suspiro. Habían anhelado aquel contacto durante mucho tiempo.
—Neji —volvió a pronunciar, esta vez con una nota de alegría en su voz mientras volvía a abrazarlo y hundía su cabeza en su pecho—. Creí que saldrías de misión —dijo apartándose un poco para mirarlo nuevamente.
—Así fue —asintió con una ligera sonrisa acariciando el rostro de Hinata—, pero fue algo corto, ni siquiera salí de Konoha, solo que Rock Lee me convenció de venir aquí, dijo que me tenía una sorpresa -besó su frente—. Vaya qué me sorprendió —explicó Neji mientras se relajaba al tener a Hinata en sus brazos. Las últimas semanas había estado en un estado constante de tensión al no haber podido acercarse a ella ni si quiera para saludarla fuera de la hora del té—. ¿Cómo usted...?
—Hanabi-chan fue la que organizó mi salida de la mansión. Dijo que el favor ya había sido pagado.
—Hmmm, extraño, pero no nos preocupemos por eso —dijo Neji besando la frente de Hinata—. No sabe cómo la extrañé —Hinata sonrió.
—Y yo a ti —lo abrazó con más fuerza.
—Creí que me volvería loco con todas esas absurdas reglas, ¿cómo las soporta? —preguntó separándose de ella, tomando su mano para llevarla al pequeño sofá donde ambos se sentaron. Hinata río
—Recuerda que he sido educada para esto. Aunque no creas que me es fácil.
—Pues entonces disimula muy bien, todas estas semanas la vi muy tranquila cuando yo lo único que deseaba era que me llevara el diablo —Hinata volvió a reír.
—Creo que Hanabi-chan y Lee-san, lo notaron. Hanabi incluso comenzaba a decirme que ya le daba miedo acercarse a ti —se burló—. Siento si no demostré lo mucho que me afectaba —dijo acariciando el rostro de Neji apartando un mechón de su cabello.
—No se disculpe —tomó su mano—, sé qué usted es así —dijo con ternura dándole un suave beso.
—Te amo —soltó Hinata con un suspiro.
—Y yo a usted.
Neji volvió a tomar sus labios. Esta vez de una forma más demandante, en un beso profundo y apasionado. Hinata se dejó arrastrar devolviendo el beso con fervor, aunque con cierta torpeza. Durante su corto noviazgo apenas y habían intercambiado unos cuantos besos pues Neji siempre la trató con respeto y después de aprobado su compromiso, simplemente ya no habían tenido oportunidad de tocar si quiera sus manos y en todo ese tiempo Neji había anhelado el dulce contacto, era por eso que había actuado por impulso. Se separó de ella algo brusco y un ligero sonrojo se apoderó de él.
—Perdone mi atrevimiento, Hinata-sama —Neji desvió su vista. Hinata sonrió comprensiva.
—No tienes qué disculparte, so-somos novios ¿no?
—Tiene razón —Neji se relajó y se permitió una pequeña sonrisa.
—También deberías dejar el sama.
—Ese, hasta que no tengamos una sortija qué nos proclame esposos—. Hinata suspiró, sabía que Neji sería inflexible en eso—. ¿A qué hora vendrá su hermana? —preguntó de pronto cambiando de tema.
—Noche, a las veintiún horas.
—Bien, entonces tenemos toda la tarde. ¿Quiere ir al lago?
—Vamos —aceptó poniéndose de pie.
Fueron al lago y para sorpresa de Hinata, Hanabi había dejado junto a la cesta donde llevaban la comida, un cambio de ropa para su hermana, no sabía por qué había hecho eso, pero se lo agradecía enormemente. Hinata pensó por un momento si solo quitarse su chaqueta, miró a Neji de reojo y se mordió el labio, la vergüenza la invadía, aunque sabía que tarde o temprano ella y él... Dejó de pensar, y en un arranque de valentía, se desprendió de su ropa dejando solo la interior y corrió al lago sin darse tiempo de arrepentirse. Se sumergió en él tratando de controlar sus nervios y su respiración. Después de unos minutos bajo el agua.
Cuando salió a la superficie, Hinata, notó que Neji no había entrado al agua todavía se giró hacia él para animarlo a entrar, pero sus palabras se atoraron en su garganta al verlo solo en ropa interior, sintiendo en la palma de su mano la necesidad de tocarlo y parecía que su mirada era incapaz de alejarse de él y no fue hasta que Neji la miró medio divertido qué ella reaccionó se giró rápidamente volviendo a zambullirse dentro del agua sintiendo que la vergüenza le subía hasta las orejas. Cuando sus pulmones necesitaron aire y se obligó a salir a la superficie. Una vez en la superficie, cerró sus ojos y respiró profundo dándose valor antes de buscarlo con la mirada.
—Yo también quisiera apreciarla, Hinata-sama —la voz de Neji tan cerca de su oído la hizo estremecer. Quiso alejarse, pero el brazo fuerte de él se lo impidió.
—Neji, yo... —dijo volviendo a sonrojarse. Neji sonrió gentilmente.
—No se preocupe, sabré esperar hasta el momento que esté lista —le dio un ligero beso en la frente—. Y Hinata-sama, se ve adorable cuando se sonroja —río por lo bajo haciendo que toda la tensión de Hinata desapareciera.
—Oye —Hinata le lanzó agua a la cara—. Todavía soy tu superior respétame.
—Oh ¿y qué piensa hacer para castigarme? —volvió burlase.
Hinata se lanzó sobre él para hacerle cosquillas a lo que Neji fingía protegerse de ella. Eran pocos los momentos en que ambos miembros del clan más importante de Konoha se permitía momentos de extrema relajación, por eso aprovecharon al máximo aquella oportunidad que se les había brindado. Jugaron en el agua hasta cansarse y cuando volvieron a tierra todavía estaban riéndose. Dejándose caer sobre la hierba. Hinata, había olvidado lo escasamente vestida que estaba en el momento en que sintió la hierba en sus piernas y la cabeza de Neji sobre su hombro.
Se quedaron en silencio un momento, Hinata sintió la brisa sobre su cuerpo y ahí fue que recordó qué solo tenía puesta su ropa interior y aunque sus mejillas se tiñeron de un suave rubor, no sintió la necesidad de correr a cubrirse. Bajó su vista hacia Neji y una de sus manos fue a dar a los cabellos castaños. Cerró los ojos y por su cabeza cruzó la idea de olvidarse que ella era la heredera Hyuga y tener una relación normal sin formalismos ni mantener las apariencias, ¿por qué debía mantenerse alejada del hombre que amaba y que, de todos modos, sería su marido? Volvió abrir los ojos, encontrándose con la mirada de Neji. Sonrió dulcemente.
—Hinata-sa...
No pudo terminar, ya que Hinata le había dado un suave beso. Era la primera vez que ella lo besaba, así que no supo cómo actuar al principio, pero luego fue tomando confianza y de a poco, fue adueñándose del mismo, sin encontrar resistencia de parte de ella quien gustosa le cedía el mando. Neji Colocó una de sus manos sobre la nuca de Hinata y la otra sobre su cintura cunado sintió sus manos rodeándolo por el cuello. Sus bocas se abrieron para dar paso a sus lenguas profundizando el beso que de a poco se tornó en uno lleno de pasión. El deseo los comenzaba a consumir y se dejaron arrastrar por él.
Neji recostó a Hinata sobre la hierba y la mano que tenía en la cintura femenina comenzó a deslizarse sobre su cuerpo y sus labios se deslizaron hacia su cuello aspirando su aroma ligeramente antes de besarlo. Hinata soltó un pequeño gemido y sus manos se enredaron en su cabello. Aquel sonido hizo que el Hyuga volviera a la realidad, se separó de ella. Hinata lo vio y sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso y se mordió ligeramente el labio, acción que no pasó desapercibido para Neji quién tragó grueso en un intento por controlar los sentimientos que en ese momento sentía. Tenía que controlarse, pero parecía imposible y más porque su prima no parecía tener intención de detenerlo.
—Hinata-sama, yo, lo siento - tuvo intención de levantarse pero ella lo detuvo.
—No-no te disculpes —dijo sonrojada —es algo que yo también quiero. Sé qué debemos esperar hasta la boda, pero...
—¿Qué? —Neji la alentó a continuar, retomando su acción de incorporarse y ayudándola a ella de paso. Ambos volvieron a quedar sentados. Hinata desvió la vista.
—Bueno yo... quiero que nuestra noche de bodas sea especial y perfecta, pero... no tengo experiencia y Sakura e Ino me dijeron... me dijeron que... —Neji suspiró.
—No importa lo que esas chicas le hayan dicho —le dio un suave beso—, cuando esté en mis brazos por primera vez, será especial solo porque será con usted.
—Gracias, Neji, pero... —sonrió Hinata con un ligero rubor en las mejillas. Neji la vio esperando a que continuará —yo..., bueno, me gustaría... saber como... —cerró los ojos y respiró profundo —complacerte en la intimidad —lo dijo rápido y en voz alta.
Neji la miró sorprendido por unos segundos y luego sonrió tiernamente. Tomó el rostro de Hinata acariciándolo suavemente. Ella, sin perder el sonrojo fue abriendo sus ojos lentamente encontrándose con la mirada de él. Bajó su rostro hasta chocar con la frente de ella y luego depositó un suave beso en la punta de su nariz. La respiración de Hinata se empezó a acelerar cuando los labios de Neji tocaron los suyos en un pequeño beso. Luego, bajó hacia su cuello repasándolo suavemente con su nariz, antes de dejar otro beso. Luego subió hacia su oreja y la mordió ligeramente para de susurrar:
—A mi también me gustaría aprender a complacerla, podríamos aprender juntos ¿quiere?
-S-sí —dijo sintiendo el cálido aliento de Neji en su oreja. Él sonrió mientras volvía a bajar hacia su cuello.
Una idea cruzó por la mente de Neji. En ese momento entendió lo que Hinata trató de decir cuando mencionó que fuera de prometidos, eran novios. Quería una relación normal, al ser ella la heredera del clan Hyuga, el peso de estar prometida se volvía una gran carga de comportamiento y protocolos, pero ella no siempre quería jugar al papel de heredera comprometida y él tampoco quería ser relegado al papel de su prometido, se amaban y el compromiso que tenían estaba por encima de su deber para con el clan. Tenían derecho a ser solo ellos cuando estaban juntos.
A pesar de eso, sabía que su relación estaba atada a las reglas del clan, las cuales en ese momento se habían saltado y que no pasaría nada si se saltaban otras tantas más. Neji estaba consciente del límite qué tenía y estaba dispuesto a llegar a él, porque además de amarla, la respetaba. Su deber era protegerla de todo, por eso no haría nada que pudiera perjudicarla, pero también era la mujer que amaba y estaba dispuesto a complacerla en lo que ella le pidiera. Con una mano tomó el rostro de Hinata para volver a besarla en lo labios mientras qué su otra mano viajaba hacia su cintura. Al calor del momento, Neji se atrevió a preguntar:
—¿Se ha tocado de forma íntima? —separó sus rostros ligeramente para verla. Un violento sonrojo se apoderó de ella. Neji sonrió, pero se apresuró a tranquilizarla besando diferentes puntos de su rostro.
—Pe-pensando en ti —se atrevió a decir. Neji no pudo evitar un pequeño gesto de sorpresa ante aquella confesión, pero pronto se recompuso.
—¿Qui-quiere mostrarme? —esta vez le toco a él tartamudear, esperaba no pedir demasiado.
La respiración de Hinata se aceleró y luchó contra las sensaciones qué aquella petición le causaba y qué amenazaban con convertirse en un desmayo. Dio profundas respiraciones ante la atenta mirada de Neji y finalmente, logró controlarse un poco y se apresuró a complacerlo. Con manos trémulas, soltó el broche de su sostén y dejó qué resbalara por sus brazos, hasta caer al suelo. Fue el turno de Neji de sonrojarse ante aquella visión y sentir su respiración acelerarse. Hinata mordió ligeramente sus labios antes de tomar valor y llevar sus manos hacia sus pechos.
Al principio el tacto fue tímido, apenas una ligera caricia. Hinata paseó las yemas de sus dedos por la redondez de sus senos. Con la punta de su dedo medio tanteó sus pezones, jugando con ellos un poco antes de presionarlos con firmeza. Las palmas de sus manos comenzaron a amasarlos con fuerza conforme tomaba confianza para realizar aquella acción. Todavía sentía que el sonrojo adornaba su cara al sentir la atenta mirada de Neji sobre ella, pero la excitación y el deseo comenzaban a nublar su juicio. Sabía que sus senos eran una parte sensible de su cuerpo, así que no se sorprendió cuando un pequeño jadeo escapó de sus labios, cuando con su dedo índice y pulgar pellizcó sus pezones.
Neji sintió un tirón en su entrepierna cuando Hinata soltó un dulce gemido mientras seguía masajeando sus pechos y echaba su cabeza hacia atrás. Su vista se oscureció de deseo y no pudo evitar tomarla por el cabello, levantando su cabeza para asaltar su boca con excesiva pasión. Quería ser él el que la tocara, pero hizo acopio de todo su autocontrol y mantuvo sus manos en su nuca sin dejar de besarla permitiendo que sus gemidos murieran en su boca. La falta de aire lo hizo separarse de ella llevando sus labios hacia la oreja femenina, la mordisqueó suavemente antes de susurrarle:
—¿Hace algo más?
El cálido aliento de Neji sobre su oreja, además de su voz ligeramente ronca por la excitación hizo qué su libido subiera a cien, sintió la humedad crecer entre sus piernas. Abrió sus ojos para encontrarse con los de Neji, se incorporó ligeramente sin dejar de verlo y llevó su mano derecha hacía en medio de sus piernas, separándolas ligeramente y apartando sus bragas en el proceso. Algo que incomodó a Neji, pero no dijo nada, simplemente pasó su brazo alrededor de la cintura de Hinata para darle equilibrio mientras cooperaba en masajearle el seno qué quedaba sin atención.
Un sonoro gemido escapó de los labios femeninos cuando uno de sus dedos tocó su feminidad. La mano de Hinata se movía suavemente a lo largo de su intimidad provocando qué el calor subiera hacia su rostro y leves jadeos escaparan de su garganta mientras aumentaba el ritmo de sus movimientos. Pellizcó ligeramente su clítoris antes de hundir el dedo medio en su vagina. El placer que sintió casi la hace olvidar a Neji qué no aparta su vista de su cuerpo. La excitación se refleja en su rostro, sin embargo, se mantiene atento a cada uno de los movimientos de Hinata, quien lejos de avergonzarse por tener su mirada en ella, la excita más.
—¿Qui-quieres... —un jadeo escapó de su boca y se mordió los labios en un intento por callarlos —a-ayudarme? —logra pronunciar.
Con un ligero gruñido la besa y baja su mano hasta su vagina, para reemplazar la mano femenina. Hinata no opone resistencia y se abraza a él siguiendo el ritmo de sus labios. Gime al sentir la mano de Neji recorrer su intimidad esparciendo su humedad. Una nueva ola de calor la invade cuando siente dos de sus dedos penetrarla fuertemente. Hinata se afianza fuertemente sobre los hombros de Neji, clavándole las uñas, mientras sus caderas se mueven de forma instintiva a medida que el placer aumenta y el orgasmo se acerca. Los dedos de Neji se mueven de forma rítmica y su pulgar acaricia el clítoris, provocando un sonoro gemido en Hinata.
—Vamos Hinata, córrase para mí —dijo Neji a su oído.
Y cómo si fueran aquellas palabras las que estuviera esperando, el orgasmo estalló en ella de forma intensa, haciéndola exhalar un pequeño grito de placer antes de caer exhausta en el pecho de Neji con la respiración entrecortada y un intenso rubor en sus mejillas. Las manos de Neji fueron a su cabello dándole tiempo a recuperarse. Hinata levantó la vista de forma pausada, recibiendo una ligera sonrisa de parte de Neji. Sonrisa qué fue tímidamente correspondida. Sentía su corazón acelerado, pero no se arrepentía en absoluto, aunque una pequeña punzada de vergüenza la invadía, hizo acopio de toda su voluntad para apartarla.
—Eso fue maravilloso —pronunció Neji dándole un ligero beso en los labios.
—L-lo fue —concordó—, pero ¿y tú? —preguntó viéndolo con preocupación, sin querer ver cierta parte de la anatomía masculina, pero siendo consciente de esta.
Neji, disimuló una sonrisa al ver a su prima luciendo avergonzada y haciendo un esfuerzo porque su natural timidez no terminara por ganarle por lo que se apresuró a tomar su mano y la besó tiernamente sin dejar de verla. Hinata contuvo su respiración y sus ojos se abrieron más ante la expectación de lo que seguiría después. Él se acercó al cuello femenino y lo olfateó ligeramente antes de posar sus labios en él para después subir hasta su oreja. El cálido aliento la hizo estremecerse.
—¿De verdad me quiere ayudar? —devolvió la pregunta en un leve susurro. Hinata solo atinó a asentir—. Bien —apretó la mano que en ningún momento había soltado y la llevó hasta su miembro—. Toque como usted quiera, solo no presione demasiado fuerte —y la soltó, esperando la respuesta de ella.
Hinata, sin despegar su vista de los ojos de Neji, comenzó a acariciar de manera trémula, sintiendo con la punta de sus dedos la piel de aquella sensible zona de la anatomía de su primo, temiendo hacer algo que no le gustara, pero su confianza se vio ligeramente aumentada al verlo cerrar los ojos y lanzar un casi imperceptible suspiro lo que la guio a ya no sentirlo solo con sus dedos si no a rodearlo con su palma explorando con curiosidad, siempre atenta a las expresiones de Neji para saber qué hacer y que no. Conforme su confianza iba en aumento, su mano demostraba mayor firmeza en su agarre dispuesta a devolverle el favor a su primo.
Neji se sentía en un sueño, las manos de suprima se sentían suaves y tersas, sus dedos los sentía como si de una pluma se tratara. Sus caricias, aunque tímidas, lo estaban volviendo loco. Ni siquiera sabía cómo no había terminado aún después de verla llegar al orgasmo, pensó que él mismo se correría en ese instante, nada lo había excitado tanto como la cara de su prima con una expresión de puro placer, pero ahí estaba, sintiendo las manos de Hinata por toda su longitud, guiándola con sus gestos y algunos gemidos, soportando la necesidad de apartarla y terminar él mismo solo para brindarle confianza.
Un gruñido de satisfacción escapó de los labios de Neji cuando Hinata finalmente se atrevió a ir más rápido. Su pulgar acarició con firmeza la cabeza de su pene esparciendo el líquido preseminal que comenzó a salir e incluso se atrevió a explorar la zona de sus testículos provocando una ola de placer en su primo que fue externado con un ronco gemido. Neji sabía que no aguantaría mucho más, por lo que tomó las manos de Hinata guiándola en sus movimientos. Sus gemidos se hicieron incontrolables y sus caderas comenzaron a moverse al ritmo de su mano.
—Más rápido —pronunció Neji en un ahogado gemido.
Hinata acató la orden y guiada por la mano de su primo siguió sus movimientos con mayor firmeza. Los labios de Neji presionaron sobre su hombro al tiempo que sentía su semen correr por entre sus dedos. La vergüenza la volvió a invadir, pero se sentía orgullosa de sí misma por haber ayudado a su primo a terminar sin desmayarse. Sonrió cuando los brazos de su Neji la rodearon y no tardó en corresponder al gesto. Sus labios se encontraron en un suave beso y se quedaron apoyados el uno del otro, disfrutando de aquel momento.
—Muero de hambre —el silencio fue interrumpido por Neji—. ¿Qué tal si vamos a comer lo que sea que Hanabi la haya hecho preparar? —preguntó separándose ligeramente para verla. Hinata soltó una leve risa ante ese comentario.
—Está bien, pero primero vamos a lavarnos —dijo sin poder evitar un ligero rubor.
—¿Y bien? —la voz de Hiashi Hyuga hizo que la menor de sus hijas soltara un suspiro.
Recién regresaban a casa luego de pasar todo el día fuera, después de recoger a su hermana en la cabaña, habían ido a la villa a tomar un café, dándole tiempo a Neji a llegar al complejo media hora antes para no levantar sospechas, apenas se despidió de su hermana, se encaminó a donde se encontraba su padre esperando por su reporte.
—Nada —respondió molesta—. Los encontré jugando mahjong y Hinata todo el camino de regreso se la pasó agradeciéndome por el tiempo que la había dejado pasar con Neji y blablá, pero nada más —se cruzó de brazos.
Hiashi soltó un suspiro, no se hubiera molestado con su hija si hubiese decidido saltarse los protocolos del clan y estar con Neji de forma íntima, pero saber que ni Hinata ni Neji habían defraudado su confianza era algo que lo llenaba de orgullo. No se había equivocado con ellos y sabía que su hija menor no le estaba mintiendo, pues la conocía perfectamente y sabía que su enfado era genuino. Era sorprendente que Hanabi se molestara con su hermana por seguir las reglas.
—Me alegra oír eso —respondió Hiashi. Lo que causó una molestia mayor en su pequeña hija—. Estaba preocupado, Neji apareció bastante relajado, pero supongo que la presencia de tu hermana logra calmarlo. Lo cual es bueno, temía que terminara matando al primero que lo mirara mal. Puedes retirarte.
Hanabi no esperó a más y se fue sin decir palabra, sin embargo, Hiashi alcanzó a oír a su hija balbuceando lo que parecía una muy mala imitación de sus palabras.
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GRACIAS POR LEER
Segunda historia de esta pareja. No había planeado hacer una segunda parte a mi primer oneshot, pero la idea surgió y bueno, la verdad es que había planeado que en esta historia hubiera coito y dejarla por la paz, pero a medida que escribía dejarlo solo en exploración se me hizo más atractivo, es la primera vez que escribo algo así (masturbación en pareja), así que perdón si no quedó bien. En fin, tengo en mente otras dos historias de esta misma línea y que espero no demorar en subir. Besos.
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