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Capitulo 6

Estada seguro que estada en un peligro muy grande, si de por sí que lo encuentren acostado junto a la princesa era suficiente para ser decapitado, en este momento estar con siendo besado por ella, y para peor con sus manos dentro de sus pantalones. Ya era más que suficiente para tener su cabeza corriendo peligro, aunque hacerse el correcto era algo que no tenía sentido, lo disfrutada, todo su cuerpo estada lleno de adrenalina aumentado el placer de su cuerpo.

Era un pequeño círculo vicioso en su relación que apenas estada empezando. La amada, disfrutada, aunque sea poder servirla, en ella estada toda su lealtad, pero apenas sus labios se tocaron por primera vez cuando ella misma le había otorgado su espada, quería rechazarla, pero no podía. Era un duelo que no entendía porque seguía, a la final, de cierta forma, ese detalle hacia sus pequeños roces más interesantes.

La típica historia donde lo prohibido era el morbo que aumentada cada deseo y ganas de intentar seguir, aun con la moral atacando como roses de electricidad vez en cuando y el destino trágico como resultado más probable. Toda esa pasión pura que sentía al besarse como ahora, quería seguir. Pero e...

- Uhhhh. - Cid se tapa la boca con rapidez para detener un grito de sorpresa que se llevo, al Mine empezar a hacerle sexo oral. Estada muerto como ninguno. Si alguien entrada en ese cuarto se le iría el alma del cuerpo hacia el infierno y volvería lleno de ira, como demonio buscando su cabeza para no morir.

Tal perdido estada que no se percato de sus intenciones. Su miembro erecto era un sable en ese momento, donde los labios de ella rodeaban cada vena de este, al borde de la eyaculación; Cid no quería eso, como pudo logro que se separara, besándole los labios otra vez, abrazándola y adentrándose dentro de ella otra vez, penetrando con facilidad ese punto donde ambos estaban en el borde de un orgasmo.

-.-.-.-

- Mine. - Empezó a hablar, aun con ella en su pecho luego de quedar ambos satisfechos, con el olor del sexo inundando el ambiente donde estaban, dentro de poco tendrían que separarse antes de levantar sospechas. - Debemos tener más cuidado, si vamos a seguir haciéndonos el amor quisiera poder estar seguro de no ser descubiertos. Déjame elegir el momento la próxima, ¿De acuerdo?

- No tengo problemas. - Estada muy cansada entre la balanza del sueño y la consciencia, pero alcanzo a sentir a Cid besarle una última vez antes de separarse y dejarla dormir. Admitía que era algo descuida, hasta imprudente, en sus encuentros.

A la mañana siguiente, antes de salir al momento de arreglarse, Cid le beso la mejilla un momento, sin decir mayores palabras.

- Por favor váyase adelantando, déjame arreglar un poco el cuarto antes de ir. - Había cosas que delataban lo pasado, tendría que tener cuidado con eso. Ya que; Apenas alcanzo a limpiar la sangre que quedo como evidencia de su primera vez; Y eso con magia.

- Esta bien. Pero recuerdo que iremos hoy a conocer la cuidad, ya las conversaciones previas terminaron, ahora toca evaluar los asuntos a tratar.

- Entiendo. No tardare.

Y fue así, como en 8 minutos fue lo que tardo para llegar a desayunar donde al terminar, el terrateniente los escolto a un carruaje que los encamino a los pueblos más afectados y los menos afectados.

- Cid, te pido que estés listo, ya que lo mas seguro es que haya algún peligro cerca.

- Como usted diga.

- Necesito revisar la diferencia entre los estragos que han generado estas disputas para informárselas a mi padre, para planear una toma de decisiones. Solo que no estarás conmigo. Necesito que tu y otros 2 guerreros se encentren con un herrero que les informara sobre los demonios que han estado cerca. Lo siento, pero no estarás conmigo.

- Por favor cuídese, como no estaré a su lado, no podre protegerla. Como princesa debe volver sana y salva.

- Descuida, habrá más guardianes conmigo y el terrateniente, tu eres mi mejor guerrero por lo tanto, este cargo es el mejor para ti.

Cada uno volvió su vista de nuevo al frente, de forma que ninguno de los demás lo noto, Mine apoyo su mano con cuidado sobre la de Cid, dejando su confianza en el otro por el resto del día. Aunque Cid no se fiada mucho de los demás, estada seguro de Mine. El resto fue un viaje en silencio hasta llegar. Muchos se acercaban curiosos al ver a la princesa de otra región cerca de ellos.

A los pocos minutos de separados Cid se encontró con alguien que no esperada verlo otra vez.

- Un gusto velo de nuevo señor Cid. Los llevare con mi padre.

- ¿Lacaille? ¿Tu padre es a quien nos mandaron a encontrar?

- Si, por eso es que me encontré con usted ayer, estada enviando el sobre con la respuesta de mi padre. - Respondió. Volteándose para guiar a los espadachines.

- Veo que lo conociste. Creo que le cumpliste su sueño.

- ¿Umh? - Cid intento no darle mucha importancia a lo dicho por ese hombre, pero su otro acompañante no lo dejo.

- Es solo un aficionado que no tiene talento para las armas o el combate. Una lástima porque su padre es un profesional.

Las facciones de Cid se fruncieron entre radia, sabía que lo decía con toda la intención que el castaño frente de ellos lo escuche. En sí, si debía ser decepcionante pero más para Lacaille, la forma en que le hablada o le había dejado en claro que lo admirada, tenia pasión y un enorme interés en el oficio de su padre, y en el de él como guerrero. Sin decir mucho se adelanto hasta quedar frente al castaño.

- ¿Te pido mucho, si me hablas mas de tu padre? He oído cosas buenas de él pero no lo conozco mucho.

- Claro. - Débilmente sonrió, no quería que de verdad unas pocas palabras vacías le afecten. - Como ya deben saber es él es un herrero muy talentoso en el manejo de las armas que ustedes usan, como ya debe saber el material del cual están hechas permiten que la magia de una persona se pueda alterar en ellas de diferentes formas, pero mi padre logra que sean más efectivas y que estas no solo ganen fuerza, en este momento esta intento algo nuevo pero... De ahí no me quiere decir mucho, tendrán que preguntarle ustedes. Lo siento.

- Descuida, ya iremos a eso.

- Claro. No tardaremos. Solo le pido tenga cuidado ya que siendo usted extranjero, mi padre puedo ponerse...

- ¿Agresivo?

- En el peor de los casos. Lo lamento ya que debe ser molesto pasar por esas cosas.

- Descuida. No pasa nada. 

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He de admitir que de los 3 alumnos de Cid, Lacaille es mi favorito, (de hecho, creo que el único que me llama la atención) lastima que nunca paso a mucho. Lo bueno, existen los fic.

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