Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3: お姫様 (Ohimesama)

El partido tenía ya un par de horas de haber terminado, declarando un empate entre ambos colegios, tanto en el conteo final de todas las disciplinas, como en el del partido que disputaron con pasión.

Ambos pelinegros se encontraban en su mansión, específicamente en la habitación de la más pequeña de la familia. Genzo solo podía observar como Himari se había echo un ovillo en su inmensa cama de sábanas rosas, mientras buscaba algo para cubrir su rostro ya que él, hacía tan solo un instante, le había quitado su peluche de girasol, que se parecía al del juego de Plantas contra Zombis.

—Solo dilo—pidió Himari, escondiendo su rostro entre sus almohadas—. Jugué terrible.

Genzo soltó un suspiro largo.

—No es eso—le aseguró—. No jugaste mal, es solo que...

—¿debería volver al equipo femenino? —la pelinegra lo interrumpió, dejando ver sus amatistas por una ranura que las almohadas no cubrían—. No, claro que no—dijo, muy firme—. No puedo darles el gusto de que me hagan sentir que fallé.

—Entonces deja de hacerlo tú también—las palabras de Genzo lograron que Himari lo mirara con seriedad, dándose cuenta de que las cejas de su hermano estaban tan rectas, que en cualquier momento podrían unirse en el medio—. Hace un rato me ayudaste a entrar en razón cuando Tsubasa me anotó un gol, ahora tengo que hacerlo yo contigo, Ari—cuando vio la intención que ella tenía de rebatir, una simple mirada bastó para detenerla—. No jugaste terrible, sino todo lo contrario, desde que estabas en el equipo femenino ya hablaban de tu estilo de juego y hoy solo lograste que mas personas lo hicieran, pero ¿quieres saber que te falta?

Las almohadas que cubrían el rostro de la chica habían desaparecido, ahora sus amatistas miraban fijamente a su hermano, analizando cada una de las palabras que dejaban sus labios. Incluso se había sentado en posición india sobre su cama, mientras Genzo estaba en una esquina de esta con el girasol que le había quitado aun en manos.

—Solo dilo, Gen.

—Potencia.

Himari frunció ligeramente el ceño.

—¿potencia? —repitió—. ¿te refieres a mis tiros?

Genzo asintió, acomodando instantes después la gorra roja que aprisionaba sus negros cabellos, en un intento de no demostrar su incomodidad ante lo que diría a continuación.

—Tienes técnica, Ari, y un estilo de juego impresionante—alagó el mayor—, incluso podría atreverme a decir que dibujas sobre el campo, como una artista, pero eso no sirve si a tus tiros les hace falta potencia, porque créeme que nunca podrás anotar así, al menos a un portero de verdad. Y, por lo tanto, no serías una jugadora completa.

. ·: * ¨¨ * ≈ 🌻 ≈ * ¨¨ *: ·.

Himari se encontraba caminando sin rumbo alguno, como últimamente lo hacía, escuchando únicamente el sonido de sus pasos resonar contra la acera pues había olvidado sus Airpods al salir de casa.

Sabía que Genzo no había dicho eso con otra intención que no fuera hacerla mejorar, sin embargo, eso no quitaba el hecho de que ahora un extraño vacío se hubiera instalado en su estómago, logrando que inseguridades que no sabía que tenía se hicieran presentes.

Para que iba a mentir, incluso ella sabía que sus tiros eran bastante flojos y, aunque la técnica la tenía, no era nada si no iba de la mano con la potencia. Y era, eso último, lo que a Himari le hacía falta.

¿Cómo pretendía hacer la prueba para el equipo que se estaba formando para las Nacionales si ni siquiera podía ser capaz de anotar un gol?

—¡Hey, Grett-chan! —escuchó la voz de Shõri muy cerca de donde se encontraba.

Himari volteó hacia su dirección, dándose cuenta de que la rubia no estaba sola y venía acompañada de Gabriella, por lo que sacudió su cabeza en un intento de alejar los pensamientos que comenzaban a consumirla y decidió mostrar una de sus mejores sonrisas una vez las chicas llegaron frente a ella.

—¡Shõri-san! —saludó la pelinegra, intentando imitar su entusiasmo—. Hola, Gaby-chan, ¿Qué las trae por aquí? ¿A dónde iban?

La rubia se encogió de hombros con pena.

—A tu casa—confesó en un susurro, sus mejillas tornándose de un ligero rosa—. Tenemos buenas noticias.

Gaby asintió.

—Es sobre las pruebas para entrar en el equipo de Nankatsu.

Himari solo las miraba, esperando que continuaran. Lo cierto era que ya no quería seguir pensando en eso hasta que encontrara una manera de solucionar el defecto que tenía.

Y sí, mucho menos quería pensar en las pruebas.

—¿Qué sucede? —inquirió, notando como Shõri esperaba respuesta alguna de su parte para continuar—. ¿aceptaron que participáramos para ver si lográbamos quedar?

La sonrisa que apareció en el rostro de la rubia fue difícil de ignorar.

—Shõri-san lo logró, Himari-chan—festejó Gabriella con emoción genuina en su tono—. Podemos hacer la prueba para el equipo de las Nacionales.

Himari intentó ocultar las dudas que rondaban su mente con una amplia sonrisa, a final de cuentas, su amiga rubia había dado un paso más en su lucha de la aceptación del futbol mixto.

—Hablé con el entrenador Shiroyama—comenzó diciendo la Akimoto—, le expliqué los motivos por los que debería darnos una oportunidad y, después de hablar con los demás directivos, finalmente aceptó que hiciéramos la prueba. ¿no es genial?

—¡Sí! —al final Himari no pudo contener su emoción—. Lo es, Shõri-san, muchas gracias por conseguirnos esta oportunidad.

Gabriella asintió mientras Shõri sonreía.

—Ya sabes cuál es mi lema—ella elevó un pulgar mientras guiñaba un ojo—. El fútbol no es solo para hombres.

Himari imitó el gesto de Gabriella, asintiendo ante lo dicho por su amiga. Shõri les había conseguido la asistencia, ahora era turno de ellas de anotar.

. ·: * ¨¨ * ≈ 🌻 ≈ * ¨¨ *: ·.

—Venga, Himari, una más—le gritó Mamoru desde el arco de la portería—. Tú puedes.

Luego del encuentro con la rubia y la pelinegra, Himari tuvo claro lo que tenía que hacer, por lo que, antes de que se diera cuenta, ya se encontraba caminando en dirección a la casa de Izawa para contarle la duda que había sembrado la plática con su hermano.

Mamoru era su mejor amigo, por lo que sabía que podía confiarle cualquier cosa y que tendría su ayuda en todo. Aun cuando eso implicara practicar con ella durante su día libre de entrenamientos.

—Siento que esto no me está llevando a ningún lado, Mamoru—murmuró ella antes de dejarse caer en el pasto—. Perdón por hacerte perder el tiempo.

El pelinegro, con el esférico en manos, se acercó a paso tranquilo hasta donde la menor se encontraba, agachándose para poder observarla mejor.

—Hey—llamó su atención, cuando las amatistas lo enfocaron, pudo observar una sonrisa de boca cerrada surcar sus labios—. Esta no es la Himari Wakabayashi que yo conozco, así que anímate y recobra la confianza, eres buena, de eso no tengas duda.

La alegría que el chico desprendía bastó para lograr que la pelinegra también sonriera, y su comentario parecía haber tenido el efecto deseado, pues si bien la inseguridad no había desaparecido del todo en el sentir de Himari, había logrado animarla.

No habían ni pasado diez minutos desde que Mamoru la había dejado justo en la puerta de su mansión cuando, nuevamente, se disponía a tomar su bolso deportivo para salir una vez más con dirección a la cancha pública de Nankatsu.

Genzo se encontraba entrenando en el campo de su mansión y aunque podía entrenar allí mismo con él, sentía que debía encontrar una solución a su defecto sola. Suficiente era con que su hermano se hubiera percatado de ello, no podía pedirle que lo arreglara también.

Había perdido ya la cuenta de cuantas veces había tirado a portería sin conseguir el resultado que deseaba, sabía que todo llevaba su tiempo y debido proceso, pero Himari no lo tenía, mucho menos cuando las pruebas serían en un par de días.

El cielo se teñía con colores rosáceos y naranjas, indicando el principio del atardecer que pronto cubriría el cielo antes de este tornarse completamente oscuro. La pelinegra resopló con pesar, pateando el esférico con toda su fuerza en señal de frustración sin percatarse la dirección de su tiro.

—Estoy harta—masculló, dejándose caer en el césped mientras sus amatistas se cerraban.

Fue, en ese momento, cuando escuchó unos pasos apresurarse muy cerca de donde se encontraba, seguidos de un golpeteo que reconocería en cualquier lugar.

Alguien estaba corriendo con el balón.

Himari abrió sus ojos justo cuando el balón golpeó el travesaño de la portería y pudo divisar como la persona que instantes antes corría con el esférico había saltado mientras se posicionaba para tirar de chilena, logrando que su tiro fuera de lleno a la red.

Você viu aquilo? —Himari reconoció una voz femenina provenir de quien había realizado el tiro, percatándose de como comenzaba a acercarse en su dirección rápidamente, parecía emocionada—. ¿a que fue genial?

¿acaso debía de correr de la desconocida que cada vez estaba más cerca?

—¡Allí estás bien! —gritó Himari, ligeramente asustada. Al menos agradecía que la chica le hubiera hecho caso— ¿puedo saber quién eres?

Una sonrisa se formó en los labios de la chica.

—La solución a tus problemas, Ohimesama.1



🌻

1 Princesa.

¡Holaaa! ¿cómo están? Espero que les haya gustado el capítulo<3

No sé ustedes pero una frase me trajo recuerdos:')

¿quién será esa chica misteriosa? ¿en verdad podrá ayudar a Himari?

Ese defecto (al menos como la chiquitina lo piensa) se me ocurrió al plantear las características físicas de Grettcita, es decir, es súper bajita y relativamente delgada, lo que la ayuda en cuanto a agilidad pero ¿en potencia? Ya vimos que no del todo

Próximamente esto se explicará más a detalle, así como el porqué del apodo que la chica misteriosa le acaba de dar jeje.

Ahora ya sabemos quién le puso parte del apodo con el que sería mundialmente conocida, ¿o no?👀

¡Nos leemos pronto!

Grett-chan fuera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro