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EPILOGO.

JiMin maldijo cuando escuchó el sonido de timbre perturbar su tan reparador sueño, uno de sus brazos se movió por toda la textura de la cama mientras su mano palmeaba el lugar vacío y frío en esta. Sus ojos fueron abriéndose poco a poco acostumbrándose a la luz de la mañana mientras que observaba lo notoriamente solo que estaba en la habitación.

El constante sonido del timbre no obstante; lo sacó de la cama mientras conseguía alguna prenda de vestir que lo hiciera ver medianamente presentable ante la persona que insistía en dañar el botón del timbre.

— Ya voy. — Se quejó a viva voz mientras acortaba la distancia que había entre él y la puerta. No dudó mucho en abrirla y encontrarse con un hombre considerablemente más alto que él, de tez blanca y cabellera negra. El rostro se le hacía vagamente conocido pero JiMin no lograba identificar un nombre acorde a la persona.

El contrario le observó confundido. Retrocedió un poco y observó al pasillo y luego de un asentimiento se acercó nuevamente hasta él.

— Busco a Min YoonGi. — Mencionó el recién llegado. JiMin asintió. — Supongo que estás aquí por alguna razón, pero por derecho de antigüedad, necesito entrar porque tomé mucha agua y tengo que ir al baño. — JiMin observó perplejo como el desconocido entró en el apartamento directamente hacia el baño.

Confundido, JiMin cerró la puerta y avanzó hacía el teléfono que había dejado la noche anterior sobre la pequeña mesa que estaba en la sala del apartamento, estuvo apunto de marcarle a YoonGi hasta que escuchó la voz del desconocido.

— Tengo tiempo sin ver a YoonGi y tú obviamente no eres BaekHyun. — JiMin asintió incómodo ante la mención del ex de YoonGi. — Yoon no está, así que te toca hacer los honores y presentarte tu mismo. — Musitó encogiéndose de hombros.

— Soy Park JiMin. — Mencionó extrañado ante la naturalidad desbordante del contrario. — Soy la actual pareja de YoonGi. — Y la última que conocerás. Se contuvo de decir mientras sonreía falsamente amable. — ¿Tú eres?

— Soy la pareja de Hoseok, mi nombre es SeokJin. — Se presentó extendiendo la mano al contrario. Rápidamente JiMin identificó al chico que YoonGi había jurado, llegaría algunos días antes de navidad para invitarlo a cenar. — Tengo la costumbre de acosar a YoonGi-ah todos estos días para que cene con nosotros, lleve vino y un invitado. — Sonrió. — Supongo que irás con él.

— Supones bien. — Mencionó. — Es un gusto conocerte, YoonGi me dijo que vendrías pero no le creí.

— Ese bastardo, me odia. — Mencionó moviendo las manos. — Pero también me ama, espero que eso no te moleste. — Comentó divertido arrebatándole una risa a JiMin en el proceso. — Porque estoy dispuesto a explicarte lo que significan los derechos de antigüedad a ser posible.

— No tengo problema con eso. — Admitió JiMin. SeokJin rió.

— Espero no tomes mal mi comentario. — JiMin le observó con atención. — Pero en realidad pensé que YoonGi terminaría con BaekHyun, descubrirte aquí en su apartamento es algo bastante sorprendente.

— Supongo que a veces las cosas no salen como pensamos. — Musitó JiMin encogiéndose de hombros. — ¿Ya te vas? — Indagó dándole la espalda para ir hacia la puerta. Jin le observó algo incómodo ante el brusco cambio en el ambiente.— Tengo que ir al hospital, con gusto le daré tu mensaje a YoonGi.

— Realmente lo siento si te incomodé. — Mencionó SeokJin apenado. — No soy bueno conociendo a las personas por primera vez.

— Igual tengo que ir a trabajar. — Sonrió. — Luego tendremos otra oportunidad para conocernos mejor posiblemente, ahora por favor. — Invitó. SeokJin asintió.

— De acuerdo, nos vemos luego.

...

Cuando Sora dijo que estaría todos los días a la hora del almuerzo, YoonGi realmente pensó que la mujer exageraba, pero cuando al ir a la cafetería la encontró en una de las mesas cercanas a la entrada con dos recipientes de comida, el pálido supo que la mujer era bastante honesta y terca.

— Quita esa cara, te gusta que venga a visitarte. — YoonGi bufó rodando los ojos. — Chae quiso venir, pero tiene algunas cosas que hacer en la agencia en donde trabaja, sin embargo, te mandó una cajita de ponquesitos ya que le dije que eso te quitaría lo amargado.

— Estoy empezando a odiarte. — Murmuró entre dientes el pálido. Sora bufó indignada.

— Estos hombres, todos son iguales. — Se quejó la mujer. — Tanto amor que les damos y deciden hacer lo que les da la gana con nosotras. — Masculló ofendida. YoonGi rió porque la mujer era tan natural y alocada, que ciertamente lo hacía sentir una gran calma y tranquilidad cada vez que le veía.

Era un sentimiento extraño, como si tuviera frente él a una mujer que pudo haber sido su madre en alguna época atrás. Pero descartándolo ante lo tonto que eso sonaba. Quizás todo era culpa de JungKook por enseñarle casos donde personas manifestaban tener recuerdos de sus vidas pasadas.

¿Qué seguía luego? ¿Pensar que era un vampiro y la mujer su hada madrina?

— Exageras, mujer. — Negó YoonGi. — Y no te odio. — Mencionó tan bajo que Sora casi no le escuchó.

— Sé que me amas. — Rió divertida al notar el leve color carmín en las mejillas del hombre. — Me amas tanto que no puedes evitar verme con esa mirada de niño pequeño esperando que su madre le diga lo orgullosa que está de él.

— Y-Yo no busco eso. — Se quejó.

— Conscientemente no, pero lo haces. — Susurró con cariño. — Y estoy orgullosa de ti. — Mencionó. — Hace días hablabas con rencor de tu mamá, pero hoy la he visto salir de aquí con una sonrisa en su rostro.

— Tiene otro hijo aquí, ¿Sabías? — Cuestionó. — Pudo venir a ver a JungKook y hablar ridículamente de lo mucho que lo quiere.

— Tu mamá también te quiere, tiene esa mirada que todas las madres tenemos con nuestros hijos. — Animó la mujer. — Y tú también la quieres a ella. — Agregó. — Sé que quizás no actúo bien con tu padre. — YoonGi bufó rehuyendo la mirada de la intensidad en los ojos de la mujer. — Pero yo sé que tú ahora entiendes lo que no hiciste de niño... Tu mamá no amaba a tu papá YoonGi.

— Y por eso se fue y me dejó. — Negó el pálido. — Yo seguía siendo su hijo cuando dejó a mi papá, el vacío que ella llenó con JungKook yo nunca lo llené.

— Supongo que es una perdida de tiempo hablar esto contigo, estás firme en tu decisión.

— Estoy firme. — Admitió el pálido. — Ya soy un hombre y tengo lo que necesito para ser feliz, tengo mi familia. — Susurró tomando la mano de la mujer. — Tengo todo lo que alguna vez soñé, ella fue la que hizo que nuestra relación se rompiera, no yo.

— Igual sigo orgullosa de ti, YoonGi-ah.

...

Cuando el día de la cena navideña llegó, JiMin no pudo negar los evidentes nervios que sentía. Estaba aterrado porque compartiría con el circulo intimo de YoonGi, estaría rodeado de las personas más cercanas a su pareja y le aterraba dañar algo o caer en las tontas comparaciones que todos los amigos hacen cuando uno de ellos cambia de pareja.

— Park, ¿Te sientes bien? — Preguntó el pálido asomando su cabeza por el pequeño espacio que había entre la puerta y el marco de la habitación. — Tienes cara de estar enfermo, ¿Quieres que vayamos al hospital?

— Estoy aterrado. — Confesó de forma directa. YoonGi arqueó la ceja mientras se permitía entrar por completo en la habitación. — Son tus amigos, NamJoon-hyung me odia.

— No digas tonterías. — Rió el mayor de ambos mientras se acercaba al pelinegro y colocaba sus manos en la cintura del menor atrayéndolo junto a él. — NamJoon solamente estaba pendiente de que no jodieramos las cosas y el personal de administración hiciera rodar nuestras cabezas por el hospital. — Mencionó seguro de sus palabras mientras observaba el rostro de su chico. — Hoseok es un loco de primera, SeokJin igual. — Avisó. — Además ya conoces a JiSoo, incluso estarán JungKook y TaeHyung.

— Igual tengo miedo de hacer las cosas mal y que veas lo ridículamente tonto que puedo ser. — Negó.

— JiMin-ah. — Llamó deslizando sus manos desde la cintura del contrario hasta su rostro. — No eres un tonto. — Susurró. — Si lo fueras, eso me convertiría en uno porque estoy saliendo contigo y claramente yo soy un genio. — Mencionó divertido ante el gesto ofendido en el rostro del menor.

— Eres un idiota. — Se quejó el pelinegro deslizando sus manos entre la curvatura del cuello del pálido. — ¿Por qué terminé saliendo contigo? — Bufó ante la ceja arqueada del pálido. — Eres un creído de mierda.

— Y tú eres un bebé llorón. — Rebatió el pálido. — Mejor terminamos aquí, me puedes pegar tus mocos. — JiMin rió divertido antes de acortar la distancia entre ambos y empezar un lento beso que no tardó mucho en tomar más intensidad.

Casi de manera inconsciente, JiMin retrocedió llevando consigo al mayor mientras ambos caían contra la cama. De forma lenta, las manos del menor fueron quitando uno a uno los botones exponiendo así la pálida piel que tanto amaba tocar.

— ¿Esto era una trampa para llevarme a la cama, Park? — Cuestionó YoonGi separándose un poco del menor. JiMin rió.

— Dicen que hacer el amor con tu pareja ayuda a recobrar la seguridad perdida. — Susurró inocentemente el menor mientras sus manos se deslizaban junto con la camisa negra del mayor. — Y me siento demasiado inseguro.

— Yo feliz con ayudarte, cariño. — Susurró sin darle tregua al pelinegro y tomando nuevamente dominio de la boca del contrario. Amando la sensación grata que se instaló en su pecho cuando las bien formadas piernas del contrario se aferraron con fuerza a su cintura, como si no quisieran dejarlo ir lejos de él. — Te amo. — Susurró.

— Yo no. — Susurró en respuesta, con una sonrisa divertida adornando su rostro.

...

— Pensé que ya no vendrías. — La voz falsamente molesta de SeokJin fue lo primero que escucharon cuando la puerta fue abierta. — Bienvenido a mi casa Min, hola JiMin. — Saludó amablemente haciéndose a un lado para que ambos recién llegados entraran.

— No quería venir. — Gruñó YoonGi. Jin le observó fijamente. — Yah, deja de verme, no vas a leerme la mente. — Bramó incómodo. SeokJin rió.

— Ja! no soy tonto, sé que estabas haciendo. — Acusó señalándole.

— Trajimos vino. — Intervino JiMin. SeokJin estuvo apunto de decirle algo cuando la animada voz de JungKook y TaeHyung se escuchó.

— ¡JiMin, estamos aquí! — El menor observó a sus amigos y no dudó en ir con ellos huyendo del escrutinio de Jin.

— Deja de verlo. — Gruñó el pálido.

— Ya tengo pareja, no te lo quitaré. — Aseguró Jin divertido al ver al contrario rodar los ojos. — Vamos a la mesa, estaba esperando solo por ustedes. — Mencionó entre dientes. — Tendré que calentar la cena por ustedes andar como conejos.

YoonGi bufó mientras seguía al mayor de ambos a la cocina y observaba a Hoseok y NamJoon hablar sobre un caso que había llegado al hospital. JiSoo también se encontraba con ellos explicando algunas posibles patologías que NamJoon descartaba casi a la velocidad de la luz junto con Hoseok.

— ¡No se habla de trabajo en la cena navideña! — Gruñó el mayor de todos los presentes. — Hobi, saca los platos, JiSoo, acomoda los cubiertos, NamJoon. — Le observó fijamente. — Lleva las copas, si quiebras una, juro que te mataré. — El mencionado asintió tan pálido como una hoja de maquina. — Tú YoonGi, busca el hielo.

...

Pasada la cena, JiMin observó con infinita curiosidad y alegría la forma en la cual YoonGi solía desenvolverse con sus amigos fuera del hospital. Todos parecían ser un grupo bastante unido en donde cada uno se daba la mano cuando lo necesitaban, pero a su vez, también se burlaban del otro por cualquier mínimo accidente.

— Lo vas a gastar si sigues viéndolo. — Mencionó JungKook burlón a su lado. — Y necesito a mi hermano conmigo mucho tiempo. — Agregó con diversión.

— Él tiene la culpa, me hace sentirme como un niño pequeño.

— Porque lo amas. — Susurró TaeHyung a su lado. — Y es bonito que por fin entendieras lo bueno que es eso. — JiMin sonrió hacia sus dos mejores amigos.

— Y es bueno que por fin admitieran que yo era la tercera rueda entre ustedes. — TaeHyung rió mientras JungKook negaba casi desesperadamente. El menor de los tres estuvo apunto de explicar todo cuando la voz de SeokJin se escuchó invitándolos a acercarse mientras veían la hora en el elegante reloj que adornaba la pared.

— Esta cena fue bastante diferente porque hay nuevas personas con nosotros. — Mencionó el mayor. — Y son tan cálidos, me siento cómodo con ustedes dos chicos. — Sonrió hacia JiMin y TaeHyung. — Feliz navidad.

Entre lo que parecía ser risas y bromas, JiMin se acercó a YoonGi, tan silenciosamente como pudo, pero fracasando justamente cuando intentó abrazarle por detrás.

— ¿Qué te costaba quedarte así un poquito más? — Gruñó el menor. YoonGi rió tomando la mano de JiMin y alejándolo un poco de los demás. — Te odio.

— Ni tú te lo crees. — Se burló el pálido. — Me amas mucho.

— Para que negarlo. — Bufó el menor. — Te amo, feliz navidad. — Susurró observando intensamente al mayor. — Realmente te amo, Min.

— Feliz navidad, JiMin. — Correspondió el mayor. — También te amo, Park, eso ya lo sabes. — JiMin sonrió.

— Lo sé.

...

Fin.

Después de un largo viaje, lo que empezó como una "Historia corta", terminó finalizando por fin.

Infinitas gracias por el tiempo que le dieron a este libro y el amor con el cual dejaban sus comentarios. Siempre digo que cuando finalizo una historia, es como cuando dejas ir a un hijo cuando este crece, jajaja. Son como parte de mí y agradezco que ustedes creyeran en este libro.

Gracias a quienes están desde el inicio, quienes llegaron a mitad de camino y a quienes llegaran ahora.

Por si la situación es confusa, la madre de YoonGi no estaba junto al papá de él cuando este murió, no eran un matrimonio consolidado y JungKook nació en ese tiempo.

Quizás algunas cosas quedaron inconclusas, puedo decir que haré extras, pero realmente no daré fechas porque realmente, mi concentración se va a las historias que quedan en desarrollo todavía.

Gracias por leer Him.

¡Hasta otra oportunidad!

©MarinaLightweight. 

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