3.
HYUNJIN
El frío cada vez se hacía más presente en Seúl con el pasar de los días y, a pesar de que faltaba poco más de un mes para la navidad, las calles de la ciudad ya empezaban a oler como si se horneara pan cada cinco minutos.
La navidad era mi época favorita pero el clima helado me hacía pasar malos ratos pues la soledad de mi departamento lo volvía algo insoportable a veces. Lo único que aportaba algo de calidez a mi hogar era la presencia de Kkami, mi cachorro. Un pequeño y peludo perrito con pelaje negro y algunas manchas doradas.
Al terminar de arreglarme para ir a trabajar, tomé a Kkami en mis brazos para despedirme de él dejando un rápido beso sobre su cabeza.
La señora Park, esposa de mi chófer, quien se dedicaba a limpiar el lugar y cuidar de mi mascota, entró a mi hogar para tomar a mi pequeño en sus brazos dándome pase libre para salir.
Revisé mi móvil apenas y pasé por el umbral de la puerta principal del edificio, buscando las primeras noticias de la mañana sobre la pasarela. Miré la hora rápidamente: 8:58 AM. Faltaban dos minutos para que iniciara el programa de Jisung.
Subí al auto donde el señor Park ya esperaba para llevarme al estudio. Cuando este arrancó, entré a la transmisión del programa para ver sus comentarios sobre la noche y las tomas que utilizaron para promocionarla.
Los presentadores, Jisung y Lia, estuvieron hablando primero sobre como el Grupo Bang había logrado que la alta costura fuera más accesible, luego mostraron vídeos del desfile donde Lia dio rienda suelta a su conocimiento de moda compartiendo detalles que yo había dejado para aquellos que miraran con cuidado.
Lia era una chica dulce y divertida al igual de Jisung, la diferencia era que ella amaba la moda y podía interpretar con mucha facilidad lo que yo había querido plasmar en mis diferentes diseños.
Al finalizar sus observaciones, ambos aplaudieron el trabajo de cada uno de los modelos dejando a Felix para el final. Al ver de nuevo su desfile por la pantalla sentí un escalofrío recorrer mi espalda pues hubo un momento que la mirada del rubio coincidió con la cámara que le apuntaba.
Seguramente se estaba robando los corazones de los miles de espectadores.
Y es que al mirar de nuevo su caminata notaba algo en ella que te hipnotizaba. La mirada seria, el caminar con su frente en alto, el vestuario resaltando su piel y cabello. Era como si todos a su alrededor no estuvieran a su altura y él lo supiera.
─ ¡Wow! Hwang Hyunjin siempre logra sorprenderme, no solo con sus creaciones sino también su elección de modelos. Cada uno tuvo su esencia haciendo resaltar sus respectivos vestuarios ─comentó Lia concentrada en la pantalla donde mostraban en repetición los vídeos de la pasarela─. Eres un suertudo, sunbae. Sabes que soy una gran fanática de su trabajo ─en forma de broma golpeó ligeramente el hombro del chico a su lado.
Jisung alzó el cuello de su camisa en forma de alarde antes de contestar.
─ Mi querida hoobae, aún no has visto nada. ─el ceño de Lia se frunció antes de que terminara de hablar─. No solo entrevisté a tu ídolo, sino que tuve en exclusiva al modelo de cierre del desfile ─los ojos de su compañera se abrieron con sorpresa, Han señaló con su mano a la pantalla y se comenzó a transmitir la entrevista donde aparecíamos Felix y yo.
La chica estaba boquiabierta con las imágenes frente a ella, Han se burló de su situación y habló a la cámara antes de pasar a su siguiente segmento.
─ Agradezcamos que Hyunjin hyung decidió ser diseñador y no modelo porque nuestros corazones no soportarían tanto.
Reí ante su comentario y salí de la transmisión.
Al entrar en internet había muchísimos artículos al respecto. Cada uno con un enfoque diferente y títulos que te hacían dar clic por curiosidad. La mayoría se preguntaba quién era el chico rubio al final del desfile y de dónde había salido. El éxito del evento me levantó el ánimo.
Cuando llegué al estudio, Jeongin ya estaba esperándome. Me recibió con un café en mano y distintos periódicos y revistas en la otra, la gran mayoría usando la fotografía de Felix como portada.
─ Buenos días, Jeongin ─saludé tomando el café de sus manos al salir del elevador, di un sorbo sintiendo el calor de la bebida bajar por mi garganta.
─ Buen día, hyung. Le recuerdo que su cita con el director Bang está programada para el medio día pero su secretario necesita que le confirme si será en su oficina o saldrán a almorzar a alguna parte ─ambos caminamos hacia mi oficina. Antes de entrar, Jeongin me entregó las revistas y tomó la tableta de su escritorio.
─ Llama a Seungmin y dile que veré a Chan hyung en su oficina ─el chico asintió, yo me dejé caer en mi silla y lo miré─, ¿algo más? ─se quedó parado frente a mi escritorio con la mirada perdida como si estuviera discutiendo con su propia mente antes de volver a hablar.
─ Sobre lo de anoche... ─fruncí el ceño confundido, él se rascó la nuca con nerviosismo─, nada. Iré a hacer la llamada.
Me dejó con la duda en mente, pero seguramente no era algo que tuviera que mencionarse urgentemente, él sabía priorizar las tareas de nuestro trabajo.
Cuando salió de mi oficina, empecé a leer los artículos publicados sobre el evento de la noche anterior. Casi todos se mantuvieron al margen solo comentando con profesionalismo y hablando equitativamente de la gente que estuvo presente. Pero una revista en particular llamó mi atención. El artículo plasmaba en grandes letras rojas que pasaban por ambas páginas de la revista: "Llegó para rompernos el corazón". Ambas páginas tapizadas con fotografías del rubio desde distintos ángulos modelando mi vestuario favorito de la colección.
Al leer sus respuestas impresas en el papel me sorprendí al ver la facilidad con la que Felix se acopló rápidamente a los medios, como si fuera un chico ya acostumbrado a preguntas incómodas dando contestaciones que no se llegaran a malinterpretar. No dio información de su vida personal ni profesional, solamente habló de la colección de esa noche.
Cerré la revista para tomar mi libro de bocetos y buscar las páginas donde estaba el traje que había usado el chico de las pecas.
En el centro de la blanca hoja estaba el vestuario plasmado en una figura parecida a la de Tzuyu. A su lado estaba un pequeño dibujo de Kkami, quien había sido la inspiración para el traje. Los colores del conjunto se basaron en el pelaje de mi peludo amigo, mi fiel acompañante.
─ Hyung, tiene una visita ─ Jeongin apareció de nuevo por el umbral de la puerta de mi oficina─. Es Felix, le pidió a la recepcionista hablar con usted.
─ Déjalo pasar ─dije sin levantar la mirada del dibujo. El pelinegro contestó con un serio "claro" y, tan rápido como entró, salió de vuelta a su escritorio.
Apenas hubo salido, me levanté de mi asiento para acomodar el desorden que estaba hecho mi escritorio. Apilé las revistas y periódicos a un costado, haciendo espacio en el lugar. Apresurado entré al baño anexo a mi oficina revisándome frente al espejo, tratando de arreglar un poco mi cabello.
Al volver a mi escritorio me quité el largo blazer beige para colgarlo en el asiento.
Apenas y me dejé caer en la silla, vi como Felix entraba por el largo pasillo que daba a la puerta de mi oficina. Llevaba un suéter afelpado y un contenedor gris en sus manos.
Cuando me miró sonrió cálidamente y, con su mano libre, saludó efusivamente causando que yo riera.
Al llegar a la puerta se inclinó hacia el escritorio de Jeongin para saludarlo, hizo lo mismo cuando entró en mi oficina.
─ Sunbae, es un gusto volver a verlo.
─ Lo mismo digo.
─ Traje esto para usted, como agradecimiento. Espero que sea suficiente para compartir con su personal ─dejó el recipiente gris sobre mi escritorio, con curiosidad me acerqué para abrirlo─. Son brownies, los hice yo mismo. También le llevé unos cuantos a Chan hyung, él me dio la dirección de su estudio. Espero no importunar.
Al quitar la tapa del túper, el olor de chocolate y postre recién horneado llegó a mis fosas nasales casi de inmediato. Cerré los ojos por una milésima de segundo para sentir el aroma.
─ Tranquilo, todo bien. Muchas gracias por esto ─cerré el recipiente y lo miré, el chico escondió sus manos en los bolsillos de su pantalón al mismo tiempo que se encogía de hombros.
Después de unos segundos de silencio, volvió a hablar.
─ Debo volver a Gangnam, hoy empiezo los promocionales del centro comercial.
─ Por supuesto. Puedes venir cuando quieras, mi puerta siempre está abierta ─me levanté para acompañarlo a la salida de la oficina, deteniéndonos en el escritorio de mi asistente quién acomodó sus anteojos antes de mirarnos─. Jeongin, por favor toma los datos de Felix para agregarlo al pago de los modelos de ayer.
─ En seguida.
Tenía intenciones de acompañar al rubio hasta la salida, pero el teléfono de mi oficina comenzó a sonar antes de poder siquiera proponerlo. Me disculpé con ambos chicos y volví al interior de mi oficina.
Mientras respondía a la llamada desde mi escritorio pude observar la figura de Felix alejarse por el pasillo por dónde había ingresado, tuve una sensación rara en el pecho que decidí ignorar.
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