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22.

HYUNJIN

Me sentía tan metido en una película romántica que, al volver a Corea, el golpe de realidad me desconcertó.

Habíamos pasado unos días maravillosos en la soledad de la pequeña cabaña. Tomamos tantas fotografías como se nos fue posible para recordar nuestra escapada cuando las miráramos. Felix solo compartiría aquellas seleccionadas por ambos donde no apareciera nada sospechoso o que pudiera sacarse de contexto para no exponernos.

Cuando bajamos del avión tuvimos que seguir la misma rutina de siempre. Salir del aeropuerto parecía una travesía, esquivando las multitudes agrupadas en distintos puntos del lugar. Mi chófer había vuelto de sus pequeñas vacaciones y nos recogió en la parte más callada de las salidas.

Durante el camino a casa de mi novio traté de mantener nuestra conversación lo más profesional posible y desviar los temas hacia el hombre al volante.

─ Señor Park ¿cómo estuvieron sus vacaciones? ─lo miré a los ojos por el retrovisor durante un par de segundo antes de que él volviera a mirar hacia el camino.

─ Bastante bien, señor Hwang, gracias por preguntar.

─ ¿Kkami no se asustó mucho con los fuegos artificiales?

─ No, no. No se preocupe, mis hijas se encargaron de cuidar bien de él. Mi esposa lo llevará de vuelta a su departamento mañana.

─ Muchas gracias, dígale a Jeongin que no se olvide de invitarlas a nuestro próximo desfile.

El trayecto hacia el edificio de Felix fue bastante callado después de esa breve conversación pues ambos estábamos más concentrados en revisar cada noticia reciente buscando si alguien nos había visto salir juntos.

Al llegar a nuestro primer destino esperé a que mi chofer bajara primero para sacar la maleta de Felix del baúl del auto y así poder despedirme con un rápido beso en los labios de mi novio. El rubio sonrió y se apresuró a salir también. Esperé a que entrara en su edificio para yo poder dirigirme al mío.

Ya era bastante noche cuando mi auto se aparcó frente al edificio de departamentos que llamaba hogar y, mientras tomaba mi valija del maletero, otro auto con vidrios oscuros se detuvo detrás del mío junto a la acera de mi condominio. Después de despedirme del hombre tras el volante, me propuse a entrar al lugar. Apenas avancé unos metros escuché un fuerte portazo detrás mío.

Al girarme pude ver a un chico de más o menos mi altura, lo que más sobresalía de él era su largo abrigo de felpa color lavanda, reconocía bien ese diseño. Concentrándome en el rostro del hombre que se acercaba a pasos pesados no tardé en reconocerlo, era Lee Minho, el actor.

Pasó a mi lado sin inmutarse de mi presencia, rápidamente le seguí el paso para juntos entramos al elevador del edificio, lo vi presionar con enojo el botón al piso doce. La tensión en el pequeño espacio podía cortarse con un cuchillo, emanaba una sensación de enojo que fue confirmada luego por la expresión en su cara.

¿Debería decir algo?

El movimiento de subida se me hacía eterno y se sentía algo incómodo, así que traté de conversar un poco para aligerar el peso del ambiente.

Aclaré mi garganta para llamar su atención lo que provocó que se girara hacia mí.

─ Me gusta tu abrigo.

─ Gracias, fue un regalo.

Claro, ya sabía de dónde reconocía el diseño, yo lo había hecho.

─ Hace dos años, supongo.

─ Sí... ¿Cómo lo supiste? ─su cara mostraba una confusión pura que me resultaba muy graciosa.

─ Grupo Bang, artículos de invierno ─de golpe su expresión cambió, parecía comprenderlo ahora.

─ Eres ese diseñador ¿no? ¿Hwang Hyunjin?

─ Él mismo ─sonreí como siempre lo hacía cuando alguien me reconocía por la calle.

─ Lee Minho ─estiró su mano para estrechar la mía en forma de saludo─, a mi novio Jisung y a mí nos encanta tu trabajo.

─ Que halago, gracias ─nuestras vistas se volvieron a la pequeña pantalla que marcaba los pisos─, por cierto, felicidades por su noviazgo.

El chico de cabello castaño y nariz respigada dio un suspiro pesado antes de pasarse la mano por la cara con desesperación.

─ ¿Pasa algo?

─ Desde que Dispatch reveló nuestra relación, todo se complicó. Jisung recibe comentarios de odio en sus redes a tal punto de tener que cerrarlas. Yo tuve la suerte de que mis fanáticos internacionales me han apoyado y por eso no he perdido mi trabajo, pero a Jisung lo despidieron de la KTV y nos obligaron a desalojar nuestros departamentos. Hoy será mi última noche aquí ─lo vi apretar la mandíbula, seguramente estaba lleno de coraje y frustración─, nos mudaremos con mis padres un tiempo. Es muy difícil encontrar un lugar que acepte mascotas.

─ ¿Tienes mascotas? ─pregunté en un intento de desviar el tema a uno menos doloroso.

─ Uh-huh, tres gatos ─sacó el móvil de su bolsillo mostrando en la pantalla de bloqueo una fotografía de él y Jisung sonriendo mientras llevaban en brazos a las ya mencionadas mascotas de reluciente pelaje─. Ellos son Soonie, Doongie y Dori ─mencionó señalando a un gato en partícular cada que decía un nombre.

─ Lamento lo que están pasando ─ dije cuando las puertas del ascensor se abrieron en mi piso. Salí junto a mi maleta y me giré para mirarlo una vez más antes de que las puertas se cerraran─, tal vez no somos muy cercanos pero conozco a Jisung desde hace tiempo, así que si necesitan algo no duden en pedírmelo.

Hice una reverencia como despedida al mismo tiempo que el castaño murmuraba un casi inaudible "gracias".

Arrastré mi valija por el pasillo hasta llegar a mi puerta. Tenía mucho en qué procesar.

Ni siquiera quería desempacar o comer algo. Luego de quitarme los zapatos a la entrada de mi departamento dejé mis cosas en mi habitación y me tumbé en la cama. El sonido de mi móvil me hizo tomarlo de entre las sábanas para mirar el pequeño mensaje que había recibido.

"@lix_lee acaba de subir una nueva foto".

Sin dudarlo presioné el botón que me llevaría a ver las fotografías de paisajes nevados que previamente habíamos elegido.

Apenas habíamos regresado y yo ya extrañaba la libertad de aquellos pocos días que disfrutamos juntos.

Me quedé mirando las fotografías por un rato hasta que el cansancio me ganó, quedándome profundamente dormido.

La mañana siguiente, camino a mi estudio, miré el programa matutino que solían conducir Jisung y Lia para corroborar lo que la noche anterior me había comentado Minho. Cuando el programa inició me llevé la no tan grata sorpresa de que ambos presentadores habían sido reemplazados por personas que no conocía.

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