Sin duda alguna fue otro momento incomodo por parte de ambos, ya que por segunda vez se reencontraron por pura casualidad.

Hasta que Keith reaccionó y se levantó para ayudar a Sarvente a levantarse. Aunque cuando levanto a la monja se impresiono por su altura, ya que no se había percatado de eso cuando se encontraron en el super.

─ Gracias .─ agradeció la pelirosa.

─ De nada... ─ el rapero oculto su pequeño sonrojo, ya que por alguna razón la veía linda.

Estuvieron sin decir nada por el cual un silencio invadió el lugar y Keith ya estaba por decir que se iba, pero la monja se le adelanto en hablarle.

─ Oh cierto. ─ con una sonrisa le dijo ─ ¿No te gustaría unirte a la iglesia?

─ ¿Unirme? ─ para el seguir el camino de Dios era difícil, debido a que hizo muy pocas cosas buenas en su vida.

Claro no hizo algo que sobrepase el limite como matar, pero ya robar en si era un pecado.

─ Ehm... ¿Señorita?...

La monja capto la duda ─ Sarvente, mi nombre es Sarvente.

─ Ok Sarvente, creo que no soy apto como para unirme con usted a la iglesia. No puedo aceptar la propuesta lo siento. ─ con eso dicho el reanudo su camino para irse pero sintió una mano en su hombro.

Miro a ver y fue Sarvente ─ Nunca es tarde para pedirle perdón, vamos no seas tímido. ─ comento con insistencia.

El quiso de alguna forma de zafarse de ella, hasta que vio que dentro de la iglesia había unos altavoces y un micrófono encima de ellos así que se le ocurrió una idea.

─ ¡Te reto a una batalla de rap! ─ grito mientras dejo a la napolitano confundida.

─ ¿Batalla de rap? ─ ladeo su cabeza a un lado.

─ Si me ganas en una batalla de rap me uniré a la iglesia. ─ comento en su tono burlesco cuando se enfrenta a un contrincante.

Obvio que la napolitano capto la burla a ella, pero decidió tener paciencia con el ─ De acuerdo, acepto tu desafío.

El rapero sonrió porque al final de cuentas encontró a un oponente y estaba decidido en ganar.

Ambos caminaron para entrar a la iglesia y la monja agarro su micrófono, aunque ella no estaba muy segura de lo que era rapear.

─ Una duda...

Ahora el rapero supo que no dijo su nombre ─ Soy Keith, pero algunos me llaman Boyfriend o BF para abreviar.

─ Ok Keith... ¿Cantar cuenta como rapear? ─ pregunto inocentemente.

El no sabia como responder eso ─ Este de... Supongo que... ¿si?...

─ Oh, excelente soy buena cantando. ─ se alegro y estaba decidida en ganar para tener otro miembro en la iglesia.

El rapero vio la sonrisa de Sarvente y no pudo evitar desconcentrarse, su corazón estaba latiendo fuerte y sintió un calor en sus mejillas.

Se cacheteo el mismo ya que no necesitaba distraerse.

─ "¿Estará bien de la cabeza?" ─ pensó la monja al ver que se golpeo el mismo.

─ Ok... Estoy listo. ─ dijo el peliazul.

Y como si fuera un aviso empezó a sonar la música de los altavoces.

Muchos dirán "Oh vaya, Boyfriend lo volvió hacer y siguió con su racha ganadora, por ello la napolitano se enojo ¿Verdad?". Pues déjenme decirles que esto no fue el caso.

Keith estaba sorprendido ya que su racha ganadora se había roto, la canción en si le sorprendió ya que no era salvaje como cada oponente que se había enfrentado y la voz que Sarvente acompaña en esa melodía fueron los componentes suficientes para distraerse cuando era su turno.

Por ende el termino en una derrota, soltó su micrófono y seguía sin creérselo ─ "¿Fui derrotado?..." ─ esa misma pregunta se le hacia varias veces.

El sonido de los pasos de Sarvente resonaban en el lugar, debido a que se acerco al rapero y se agacho para estar a su altura.

─ Keith. ─ al escuchar su nombre miro enfrente y se dio cuenta que estaba muy cerca de ella ─ Gane. ─ ella saco su lengua para devolverle la burla que le hizo antes.

Humillación era la palabra que describía Keith en esta situación, pero eso no era lo peor sino que perdió en el reto.

─ Así que como yo gane ¡Bienvenido a la iglesia! ─ comento con alegría mientras cargo al rapero como peluche mientras lo abrazaba.

Obvio que esto lo agarro desprevenido, su corazón empezó a latir a mil por horas por estar muy cerca de ella y mas por en la posición que estaba.

Aunque pronto la napolitano se dio cuenta de lo que hizo y rápidamente dejo al peliazul en el suelo.

─ Lo siento, me emocione. ─ comento avergonzada mientras miraba a otro lado.

No sabia como responderle, pero para no incomodar mas la situación comento un ─ No hay problema.

Pero claro una apuesta es una apuesta, tuvo que resignarse en unirse a la iglesia y así escuchar un poco de la palabra de Dios y de paso para disculparse de sus pecados.

[...]

El rapero pudo salir vivo de alguno forma, para la gente normal lo mirarían raro porque parece que hubiese salido de la escuela de un examen sorpresa.

Aunque eso no era el caso, tuvo unos regaños de parte de la monja por haber confesado el robo que hizo aquel día, pero se excuso porque dijo que su amigo lo llevo algún lado y no sabia que iban cometer ese acto, claro una mentira linda que logro engañarla.

De todos modos ya era algo tarde así que regresaría a su casa para pensar en todo lo ocurrido.

─ Keith. ─ la voz de la monja hizo que mirara a ella ─ Vuelve pronto. ─ dijo con una sonrisa.

El también se despidió de ella y se fue de regreso a su casa.

La monja veía al rapero alejarse y solo lo vio con cierta nostalgia ─ "¿Por que actué así?" ─ fueron sus pensamientos al recordar cuando ella gano.

Actúa madura cuando la gente se une a la iglesia y no suele comportarse de esa forma ni mucho menos abrazar a alguien desconocido.

Pero dentro de su corazón sintió la confianza como para cargarlo y abrazarlo.

Salió un rubor de sus mejillas mientras su corazón también empezó a latir rápido.

Ella dió un suspiro y decidió cerrar la iglesia para irse a su departamento.

Mientras que ella cerraba la iglesia el rapero iba caminando por los callejones para llegar más rápido a su casa.

Estaba asimilando lo que pasó, ya que seguía sin creerse que el siendo un buen rapero perdió ante una monja y se unió a la religión.

Tendrá que hacer arreglos a sus horarios para ver qué días puede asistir, ya que el es alguien que cumple promesas aunque sea un enano cabron azul que se sale con la suya.

─ ¿BF? ─ oyó una voz femenina y vio a alguien con un cabello esponjoso al otro lado del callejón.

El rápidamente reconoció quien era ─ ¿Carol? ¿Pero que haces aquí? ─ preguntó confundido.

Ella se acercó para así hablar sin tener que gritar ─ Eso yo debería preguntartelo a ti, no es común verte por aquí. ─ dijo la morena.

─ Oh, eso es fácil responder. No encontré ningún oponente así que decidí ir por nuevos lugares. ─ contestó con cierta burla por aquellos que derrotó con anterioridad.

─ Ay BF, nunca aprendes. Así que ¿Encontraste a alguien?

─ Pues claro que sí.

─ ¿Y le ganaste como siempre?

El peliazul iba a responder la misma respuesta de siempre, pero se acordó que no paso.

─ Que gracioso que lo preguntes, pues... Perdí.

La morena se rió ─ Que buena broma, ya enserio ¿Le ganaste? ─ al ver el mismo semblante del rapero levantó una ceja ─ BF ¿Perdiste? ─ el asintió.

Ella no pudo evitar soltar una pequeña risita para luego comenzar a reír.

─ No le veo la gracia Carol. ─ comento avergonzado el rapero.

Ella paro de reírse para responder ─ Oh vamos, es raro ver eso de ti, la última vez casi pierdes cuando viste a la hija de los Dearest y solo ganaste porque Pico te golpeó con un zapato para que reaccionaras.

Al recordar ese cómico momento tuvo que agradecerle a su amigo porque gracias a ello se salvó de la hipoteca de su casa.

─ Ahora dime ¿A quien le echaste taco de ojo? ─ sonrió porque se quería enterar del chisme.

─ Bueno... Es algo difícil de responder.

─ Oh vamos.

Debido a la insistencia de su amiga en querer respuestas decidió contarle, debido a que ella la conoce desde hace tiempo.

─ A una monja.

Carol solo escucho el sonido de una explosión al escuchar la respuesta, no enserio, Tankman y Steve hicieron explotar un auto, el problema era que ese auto no era el objetivo.

─ ¡P*ndejo apuntaste mal! ─ grito el líder de los soldados a su compañero.

─ Pero si usted es el que maneja el arma señor, yo conduzco el tanque porque usted me lo pidió.

Cuando supo que tenía razón no tuvo alguna excusa para defenderse. ─ Ugh ¡Me lleva la que me trajo al mundo! ¡Steve sacanos de aquí!

Y así ambos huyeron de la grande oleada de camionetas que le seguían debido a que se metieron con unos mafiosos.

Y dejando ese relleno, pues la del afro no supo que responder.

─ BF, que gustos más raros tienes, pero no soy alguien para juzgar ¿Sabes al menos su nombre?

─ ¿Su nombre?... Es Sarvente.

Carol al oír el nombre supo que de antemano ya lo había oído antes.

─ "Sarvente... Si mi mente no me falla, es la chica que construyó una iglesia en una de las zonas más peligrosas de la ciudad, es milagro que siga viva". ─ pensó ella.

─ Cómo sea es tarde y no quiero amanecer sin cabeza en un cerro.

─ Jeje, lo mismo digo.

Ambos se fueron por sus caminos pero antes Keith le hizo una pregunta rápida a Carol.

─ Por cierto ¿Que hacías en estos callejones?.

Ella solo se limitó en responder ─ Conocí a alguien que necesita ayuda y fue alguien quien tú enfrentaste en el pasado. ─ después de eso ella se fue.

Eso dejo con dudas al respecto ¿Cuál de todos los oponentes está ayudando? De todos modos otro día le preguntará más a fondo.

[...]

Una noche silenciosa era lo que se veía en la ciudad o a menos en las zonas tranquilas ya que en el propio centro nunca faltaba los que hacían fiestas para amanecer crudos por la mañana.

Solo que en las zonas tranquilas hay mucha gente durmiendo para ver el amanecer de un nuevo día.

Pero vamos a cierto departamento.

La monja se veía un tanto temblorosa y con temor, eso es porque estaba volviendo a soñar las constantes pesadillas que le ocurren cada cierto tiempo.

Siempre era el mismo escenario, una pequeña niña siendo desterrada del cielo y escuchando a los demonios burlándose de ella mientras la torturan de las maneras más grotescas posibles.

Ella sentía el dolor en todo su cuerpo a causa de dichas pesadillas y eso es porque los demonios le hacen esa jugada a Sarvente para que regrese al trono.

No por órdenes de Lucifer sino porque quieren de vuelta a su reina.

Es por eso que la torturaban constantemente para que así regrese, pero esto acabaría hoy.

Porque de pronto en la pesadilla de Sarvente vio una luz.

Ella por sobrevivir camino a esa luz y su cuerpo dejaba de ser una niña para volverse adulta mientras que los demonios no podían alcanzarla.

Cuando tocó la luz toda el área se iluminó y tuvo que cubrirse sus ojos.

Ya acostumbrada la luz pudo observar que estaba en un parque y tenía su vestimenta habitual de monja.

Dicho parque era el que había olvidado completamente, logro recordar una pieza de su infancia.

Por instinto decidió ir al lugar escondido dónde solía ir.

Siguió y siguió y pudo encontrar el árbol dónde solía sentarse.

A escaso centímetros de llegar pudo observar una gorra roja, alguien estaba ahí.

Cuando estaba por llegar sintió un dolor de cabeza que la hizo desmayarse.

Lo que pasó realmente es que ella había despertado.

Puso su mano en su cabeza para intentar asimilar lo que había ocurrido.

Por primera vez en años sucedió algo diferente en las pesadillas.

Y sintió su cuerpo más relajado. Se levantó y sintió algo en su pie.

Al mirar abajo habían 3 demonios debilitados por causas desconocidas.

─ Al fin los agarre como quería... ─ sus ojos se tornaron en rojo mientras que los vecinos solo escucharon gritos macabros de dolor.

Fin del Acto III

¿Que tal les parecio el capitulo?

¿Bien o mal?

Creo que metí relleno más de lo innecesario... De todos modos más interacción de parte de ambos.

Y en el siguiente habrá más interacciones.

Si se preguntan ¿Cómo llegaron a debilitarse esos diablillos? Pues no es mucho misterio, como esa parte del sueño fue energía pura y de luz fue lo suficiente para que les hiciesen daño.

Bueno sin más distracciones los veo en el siguiente capítulo.