Miraba sus ojos frente a mi, estaban inexpresivos y opacos, su mirada jamás había pesado tanto como ahora.

- Jimin.

- ¿Alguna vez en tu jodida vida, sentiste lastima por mi Jungkook?

Su voz era incluso peor que su mirada.

Trague grueso y bajé la mirada.

- ¿Alguna vez pensaste que podías matarme cada vez que me golpeabas?

Maldita sea...

- ¡Mírame!

Negué al borde de las lágrimas.

No puedo mirarte porqué estoy avergonzado.

- Yo no hice nada lo juro, no está vez...

El rio de manera irónica y bufó.

- Si lo hiciste, esa era tu voz.

Levante mi mirada y frunci el ceño.

¿Que?

- ¿Mi voz? ¿De que estás hablando?

El me miró con esa expresión dura que no detonaba más que odio.

- ¿Ahora no sabes lo que hiciste? Siempre eres consciente de tus atrocidades, ¿Ahora es diferente?

- Yo... Te juro que no hice nada Jimin, tienes que creerme.

- No me jodas Jungkook, nada de lo que salga de tu boca tiene validez para mí.

- Jimin...

- Quiero el divorcio.

Mis ojos se abrieron y mi corazón empezó a latir demasiado rápido, en el fondo sabía que esto pasaría, pero me sentía tan mal, que no podía articular palabra alguna.

- Quédate con tu jodido amante, con la asquerosa fortuna, quedate en la mansión, haz lo que te plazca pero dejame ser libre.

Negué alejándome de la camilla, estaba sumergido en un mar de lágrimas,  todo a mi alrededor me daba vueltas, me sentía mareado, abrumado, con ganas de gritar.

Tanto me afectaba la idea de perder a Jimin.

- Dame el divorcio Jungkook.

- No... No Jimin nosotros...- Mi voz quedó en el aire, no podía siquiera hablar.

- ¿Nosotros? Jungkook nunca hubo un nosotros, se acabó.

- Pero... Seremos papás Jiminie...

Por un momento jure ver un brillo en su mirada, pero luego entendí que no era un brillo si no lágrimas acumuladas.

Porqué el estaba tan roto e incluso más que yo.

Por mi jodida culpa.

- Nuestro bebé, ¿Que pasara con el?

- Lo llevaré conmigo.- Dijo limpiando sus ojos rápidamente para mirar sus manos.

- No. No Jimin...

Mi hijo...

- Jungkook.

La desesperación de saber que estaba perdiendo tanto en ese jodido momento, me llevo a buscar desesperado alguna manera de que Jimin cambiara de opinión.

Mis piernas se debilitaron y mis rodillas cedieron a ellas.

Estaba arrodillandome ante el.

- Se que no merezco nada de ti, soy un maldito cabron que no merece más que tú odio.

El me miró y sus se abrieron sin embargo sus labios no pronunciaron nada más.

- Merezco que me golpees de la misma manera que yo lo hice, que me grites e insultes, que me dejes en la jodida calle sin nada, no quiero esa maldita herencia, no quiero nada más que ver a mi hijo crecer, Jimin... Se que no tengo el jodido derecho de pedirte nada, pero... Por lo que más quieras dejame ser parte de la vida de mi hijo.

- Jungkook...

- Yo... ¡Te juro que seré un buen papá! Yo... Iré al psicólogo, haré terapias, trabajare en mi para... Para merecerlo...

- Jungkook...

- Renuncio a todo Jimin, renuncio a Taehyung para siempre, te dejó libre, renuncio a la jodida herencia, ya no me importa nada más.

- ¿Estás escuchandote?

- Estoy jodidamente desesperado Jimin...- Mi voz salió en un hilo lastimero, bajando mi cabeza.

Seguramente me veía tan patético.

No me importaba en realidad.

- Sigue siendo tu hijo Jungkook ¿Quien crees que soy?, yo no soy como tú.

Asentí.

- Sin embargo... Tu y yo, terminamos aquí y ahora.

Levante mi mirada, solo para ver esos ojos, esos labios, ese lindo y brillante cabello.

Joder.

Después de todo, perder a Jimin fue mi mayor karma.