Los días pasaban rápido, el personal del castillo estaba demasiado ocupados organizando todo, Jungkook recibía a más personas para diferentes pedidos y algunas aprobaciones, pero por las tardes, él hacia espacio para poder enseñarle a bailar a Lisa.

Ambos disfrutaban de ese momento solos, escuchando los pasos de ambos y las diferentes quejas de ella al no poder hacer bien las vueltas.

Y el día llegó rápidamente, Lisa estaba nerviosa en su habitación, incluso había dormido muy poco. Admiró el precioso vestido de color azul cielo que estaba en su cama y los zapatos blancos con volantes. Como ella se arreglaría sola, tenia que hacerlo mas temprano de lo normal, o eso pensaba ella.

Algunas sirvientas tocaron la puerta de su habitación, cuando fue a abrir, ellas se abrieron paso, Lisa las miró sorprendida y hasta casi asustada.

─ ¿Qué pasa? ─ pregunta ella.

─Su majestad el rey nos ha mandado a ayudarte a vestirte ─ contestan ellas sin ningún sentimiento, ellas solo estaban haciendo su trabajo.

─Puedo arreglarme sola ─

─Te equivocas, si quieres quedar impecable y no avergonzar a su majestad, tienes que dejar que nosotras lo hagamos ─

Lisa no dijo nada, pues en cierto modo tenían razón.

Ella solo asintió y se dejó arreglar por las sirvientas, quienes se pusieron más a la obra cuando Lisa cerró la puerta.

Un baño profundo, un peinado sencillo, pero a la vez laborioso, un maquillaje suave que combinara con el vestido, y después empezando con la tortura del corsé para poder ponerse el precioso vestido.

Las sirvientas dijeron que a veces era necesario algo de dolor para lucir hermosa. Ella no podía decir nada, más que nada porque estaba concentrada en poder respirar.

Cuando las sirvientas terminaron de arreglarla, Lisa se miró al espejo totalmente cohibida, pues la mujer frente al espejo parecía otra y no ella.

Después de terminar, las sirvientas salieron tal y como entraron a la habitación, dejando sola a Lisa. Ella seguía admirándose en el espejo, pues sería algo casi imposible si volvía a usar algo tan hermoso como el vestido o las diferentes joyas que fueron prestadas por su majestad.

Esperando con paciencia en su habitación fue como ella estaba, pues alguien iría por ella cuando la fiesta estuviera por comenzar.

Aunque grande fue su sorpresa cuando la persona que había ido por ella, era el mismísimo rey Jungkook.

─Majestad ─ dijo ella, sorprendida.

─ ¿Estas listas? ─ Jungkook sonríe de lado al verla.

─Si ─ asiente ella, algo sonrojada por el hecho de que Jungkook la miraba mucho.

─Vamos ─ Jungkook le extendió una mano para encaminarse hacia el salón de baile en el palacio.

Lisa estaba totalmente en las nubes, después de todo esto parecía un sueño. Jungkook estaba vestido de una manera realmente impresionante, vistiendo su atuendo formal, un príncipe de cuentos era la mejor manera de describirlo. Aunque él era un rey.

Ambos caminaron por los pasillos del palacio, Jungkook sujetaba con firmeza la mano de Lisa entre la suya. Y a pesar del silencio, ambos estaban cómodos.

Antes de entrar al salón, una vez estuvieron ahí, Jungkook se detuvo, haciendo que Lisa hiciera lo mismo. Ella lo miró curiosa por detenerse abruptamente.

─ ¿Qué sucede? ─ pregunta ella.

─Solo no quería entrar al lugar antes de que te dijera lo hermosa que te ves hoy ─ Jungkook sonrió al ver el efecto que había causado en ella.

─ ¿Por qué dice eso hasta ahora? ─ Lisa se había sonrojado hasta las orejas.

─ ¿Y porque no? Nunca es tarde ─ él aferró su mano a la de ella de nuevo, esta vez entrando al salón.

Los guardias habían abierto la puerta para dejarlos pasar, no sin antes ser anunciados ante todos.

Las personas presentes hicieron una reverencia al tener frente a ellos al rey Jungkook, quien miraba con seriedad a todos los presentes. Mas de uno levantó solo un poco la cabeza para poder ver a la acompañante del rey.

Lisa se sentía abrumada por la atención que estaba recibiendo.

Después de la entrada del rey, la orquesta que había sido contratada para tocar en la fiesta de primavera, empezó a entonar diferentes canciones para aligerar el ambiente. Las personas presentes fueron a las diferentes mesas para coger algo de comida o algo de bebida.

Lisa se había propuesto que disfrutaría cada momento de la fiesta, desde la comida hasta las bebidas, también de las diferentes decoraciones que habían sido utilizadas para adornar el salón.

─Puedes ir a divertirte, estaré sentado por allá ─ Jungkook le señaló su trono.

─Vale ─ Lisa sonríe mientras se despide con la mano para caminar hacia las mesas con diferentes bocadillos.

Jungkook ve como Lisa se aleja poco a poco de ahí para después verla mirando con alegría los bocadillos. Jungkook hizo una seña al guardia que los había estado siguiendo, era el guardia personal de su majestad.

─Si, mi señor ─ dice el guardia una vez se acercó a él.

─Quiero que mantengas alejados a las escorias de Lisa, no quiero que tenga una mala experiencia ─

─Como ordene su majestad ─

─Confío en ti, Taehyung ─

El mencionado sonrió mientras hacia una reverencia y se alejaba en la muchedumbre.

Jungkook se sentó en su trono, concentrando su vista en Lisa, quien parecía una niña pequeña en la mesa de bocadillos.

[...]

Jungkook se levantó de su trono para bajar las escaleras hacia la pista de baile. Las personas ahí presentes hicieron un tipo circulo, dejando espacio para el rey. Lisa miró con atención lo que pasaba, viendo después como Jungkook le tendía una mano.

Con su rostro sonrojado por las miradas de todos, ella camino hacia él.

─ ¿Qué está pasando? ─ pregunta ella con una sonrisa nerviosa.

─Es el momento para cumplir tu deseo ─ dice Jungkook con simpleza.

Lisa no sabe de lo que estaba hablando hasta que la música suena de nuevo, es una tonada suave, una que te hacía sentir las diferentes tonadas en la piel. Los movimientos que ellos daban se acoplaban a la perfección con la canción.

Jungkook había escogido con cuidado la canción que quería bailar con Lisa, una canción que sería perfecta para la ocasión. Al principio ella parecía nerviosa y hasta un puco rígida con sus pasos, pero al poco tiempo, ella solo siguió la melodía.

Los presentes los miraban con ilusión, murmurando lo hermoso que ellos se veían. Un cuento de hadas era la mejor descripción de todo ello.

La intensidad de las luces bajó un poco y pequeños destellos como las mismas estrellas ilumino el lugar, la orquesta tocaba con fervor mientras una mujer cantando opera salía de entre los músicos. Todo estaba perfecto.

Lisa estaba encantad con cada vuelta que daba, las pequeñas luces formando estrellas en el lugar que iluminaban perfectamente el rostro de Jungkook, eso solo servía para ella se embelesara. Realmente había quedo hipnotizada.

La música fue bajando de intensidad hasta que cesó por completo con un suave solo de violín, y después nada. Los aplausos no se hicieron esperar, ella estaba sonrojada al haber quedado tan cerca del rostro de Jungkook, él, quien la miraba con una sonrisa triunfadora, había quedado satisfecho con lo que estaba pasando.

─Yo... iré a tomar un poco de aire ─ avisó Lisa, saliendo disparada hacia el jardín, perdiéndose de la vista de Jungkook.

Jungkook se había salido con la suya, demostrando sus verdaderos sentimientos en la pista de baile, y eso Lisa lo entendió muy bien.