Capítulo 25: Pensamientos sin intensión.
Normalmente dicen que el estado de ánimo de una persona es la variante más fácil a relucir tras una situación cuestionable... ¿Qué qué se quiere decir con esto? Por más inusual que sea la acción que estés realizando en su momento, si el sentimiento afecta tu conciencia a tal punto de no ser capaz de procesarlo completamente en dicho instante, tu ánimo se verá afectado multiplicando aquel sentimiento por diez... Esto quiere decir que, por ende, la transparencia de tus emociones sería mucho voluble a pesar de estar realizando algo que te "distrae" de tu pensamiento.
O simplemente se quiere explicar que divagues demás si te pasa algo.
—Todo me resultó tan lindo, de verdad no sé por qué sigo pensando en eso —Comenta la rubia soltando un suspiro agobiado—. Todo está mal.
—Esto huele a un flechazo —Canturrea divertida Meg, dándole un codazo a Bon en lo que reacciona apenas, mientras escucha a su amiga negar con fuerza—. Míralo, si no fuese así ya no lo estarías platicando tanto, tú príncipe enmascarado vino a proteger a su campanita de los chicos de mierda.
—¡No es un flechazo!
—Es un Crushiteo —Se corrige tras meditarlo—. Que cursi es todo. Joy, ni siquiera lo conoces.
—Eso que sientes cuando alguien de verdad te llama, es increíble... No sé por qué sigo pensando una y otra vez en lo mismo... Se siente como el destino. —Comenta con un sonido mientras se recarga de la escoba—B-bueno... ¡Bon lo vio! Tal vez sepa si es de otra escuela.
El nombrado se eriza en su lugar y arque una ceja.
—Eh, traía casi toda la cara cubierta ¿Sabes? Perfectamente podría ser alguien mucho mayor que tú y sé que estuvo aprovechando de que estuvieras sola ¿Pensaste en eso? —Cuestiona el peli-turquesa y la ve parpadear, niega y suelta «Pero lo besé yo» —. Además ¿por qué yo sabría algo como de dónde es?
—Porqué eres popular.
—Joy, tú también eres popular.
—Eh, pero no más que tú.
—Joy, si alguien en otra escuela no te reconociera es seguramente porque, nunca ha visto televisión o no tiene su celular a la mano.
—Chicos, chicos... Ya tranquilos, vaqueros —Habla la albina apagando la llama por la discusión que se iba a encender tras ridículas niñerías—. Ya saben que los tres somos populares.
Bon rueda lo ojos y decide concentrar su atención en otra cosa que no resultaran los problemas amorosos de una noche de alguna de sus amigas. Sentía que Joy no le debería dar tanta importancia algo como un beso, más si solo fue una vez, con un desconocido, en una fiesta... Dios. Últimamente notaba que tan solo esa pequeña acción agitaba a más de uno ¿Por qué sería? Comprendería si se tratara del primero, como era el caso de Bonnie, que se alteraba con siquiera imaginar besar a alguien en alguna obra, pero...
—Lo están haciendo genial, chicos —Asegura nuestro querido peli-turquesa observando como a su alrededor la gran cantidad de estudiantes asentía después de escucharlo. Suspiró, regresó su mirada a la lista que sostenía mientras apretaba los labios y arrugaba el entrecejo intentando concentrarse en todos los nombres marcados allí—. Ya casi salimos...
Se dijo muy por debajo mientras pegaba el bolígrafo a su sien y inhalaba con pesadez.
—¡Oh, vaya! Menuda hora nos ha tocado limpiar aquí afuera, de verdad están para matarnos del calor —Asegura Joy, abanicandose con su mano derecha mientras intentaba recuperar el aliento, tras darle una rápida mirada al cielo notando el cálido ambiente que transmitía aquel celestino, apretó los labios—. Ahora que lo pienso... Veo muy injusto esto, se supone que no lo haríamos a esta hora, casi al medio día ¿Por qué tan repentino cambio? Nos quieren matar con una insolación.
—Bah, no exageres —Inquiere la albina, acercándose a la nombrada cruzada de brazos—. Creo que la directora vio una gran oportunidad para darle una lección a los de detención de todos los años, supongo que aprovecharon nuestro momento de colaboración para sus antojos.
—Ujm, sigo sin ver lo justo. Tenemos que limpiar la HS una vez al mes a colaboración ¡Pero no significa que también se sufra por los castigados! —Reclama, apuntando a todos los estudiantes "mala conductas" de los cursos tanto más altos, como bajos. Meg rueda la vista y Bon suelta una risa nerviosa, negando ante aquello—. ¿Sabes? además de estar pasando el fin de semana de esta manera, ahora también nos torturan con labores a horas insostenibles por querer darle una lección al resto. Difiero con el "por uno pagan todos"
Ocasionalmente la preparatoria FNAFHS, para promover la participación de los estudiantes en el desarrollo de las actividades, les otorgaba ciertas responsabilidades al estar cursando allí. Una de estas era que, obligatoriamente, tanto los de primero como los de segundo año de preparatoria, hacían una limpieza una vez al mes de manera profunda en las grandes instalaciones para colaborar con el personal. Se turnaban los años entre sí para trabajar todo el fin de semana de ese mes —Ya sean todas las secciones de primero y todas las secciones de segundo—. Lastimosamente, los de tercero tenían un horario mucho menos flexible, y cursaban clases extras obligatorias para su futuro académico, además de los exámenes finales intensivos y por ende, la dirección no veían correspondiente implicarles en esta dinámica... Salvo la demostración de servicio comunitario obligatoria que tenían antes de graduarse.
—Ya te dije que puedes entrar a la HS y limpiar adentro con el resto de nuestro salón, nadie te obliga a estar afuera con los burros.
—Pero todos aquí... —La mira y Meg alza los hombros restándole importancia—. Todos están sufriendo solos, no me puedo quedar mirando desde la distancia en el aire acondicionado... Con el aire... Soplando dulcemente en mi rostro, tan magníficamente mientras veo como t-todos, en acaloramiento por el fatídico sol abrasador... —Intenta explicar con cierta vergüenza, escucha como su amiga gruñe, luego le agarra por la oreja para llevarla a rastras a dentro, pues, sentimientos tan contradictorios no iban con su forma de actuar y seguramente ya le estaba pegando el ambiente—. A veces creo que el calor no quiere ser mi amigo.
—No lo es.
Continúa arrastrando a su amiga atrapada en la ola de calor repentina ese día a pesar de la estación otoñal en la que se hallaban. Bon suelta una risilla silenciosa y regresa la mirada a la lista. De verdad hacía calor a estas horas. Sintió como le sostuvieron del brazo y justo al levantar la mirada se encontró con aquella ambarina vista de frente.
—Tú también te vienes, tampoco estás obligado a quedarte aquí afuera —Bon parpadea un par de veces para luego negar su invitación—. ¿Eh? No me digas que no, y ¿Qué con esa cara? Ya has andado toda la mañana así. Joy está preocupada, bueno, estamos preocupadas ¿Sabes?
—¿Preocupadas? ¿A qué viene eso ahora? ¿Por qué lo estarían? Ja ja, Chicas, no pasa nada —Dice rápidamente con una pequeña sonrisa, sin embargo, la cara de su amiga poco convencida no se la quitaba por más que quisiera.
—A otro conejo con esa zanahoria, no me intentes engañar —Le da un pequeño toque en la frente, claro que, considerando la fuerza de la menor llevó su mano directamente a su rostro sintiendo el pinchazo... ¡Pues le dolió como mil demonios! La miró fijamente y notó su postura autoritaria con las manos en la cadera como si lo estuviese regañando tal cual un niño—. Te has quedando prendado en tu mundo desde hace ya varios días, lo noté. Pensé que sería por lo del comité pero me enteré hoy de que ya encontraste la manera de estar libre con respecto a eso, si no, no tendrías tiempo de estar aquí por gusto ¿Me equivoco?
Bon no dice nada y solo se mantiene escuchando los reclamos de la más baja con total atención. Suspira y asiente, ella se acerca a él unos pasos.
—Puede que Joy y yo pasemos por alto ciertas actitudes tuyas, pero de verdad tu cara no está concordando con nada de lo que estamos haciendo o lo que está sucediendo ahora.
—¿Eh? ¿Cómo luce?
Meg lo mira de arriba a abajo y se cruza de brazos en su sitio. Se mantiene sin decir nada unos segundos en lo que termina de procesar como lo observa, aprieta los labios entrecerrando los ojos y provocando una vivaz incertidumbre en Bon al notarla así de concentrada.
—Sí, yo diría que te ves frustrado, muy frustrado —El contrario abre los ojos a gran escala y no responde nuevamente ante su repuesta, ella al tomar esto como una acción para dejar el tema de lado, dio la vuelta sobre su eje y se despidió de esta manera del peli-turquesa—. Bien, no hablaremos ahora de esto, pero no pienses que te escapas, chico torpe.
Chico torpe... No se había sentido tan identificado con un sobre nombre sino hasta aquel instante, por alguna razón. Despeina su melena y voltea la mirada hacia otro lado para encontrarse con la sorpresa de que justo frente a él, de manera muy cercana, se encontraba Puppet observándolo con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿¡Qué cara...!?
—¡Bon-cito! ¿Cómo estás? No te habíamos visto en días, estábamos muy preocupados, ni siquiera nos cruzamos en toda la mañana y tú estás aquí ¡Toda la mañana! No puedo creerlo, ni siquiera te acercaste —Expresa rápido con cierto puchero, por lo que Bon se separa ligeramente de la cercanía repentina—. Incluso pensé que ya no querías vernos luego de todo lo que pasó, aunque no pasó nada... Sinceramente me desanimó bastante imaginarlo.
—Ja, simplemente estuve algo ocupado y ya —Confiesa, rascándose la nuca. Puppet arquea una ceja y posa su característica sonrisa gatuna al escucharle... ¿Por qué lo miraba con tanta curiosidad?—. ¡P-pero no hay que preocuparse! Terminé mis labores y ya estoy mucho más liberado... Así que tal vez me pase por allí el lunes o algún día de lo que va de esta semana que inicia.
—Oh... ¿En serio? ¡Ya veo! —Suelta con entusiasmo, acercándose a este y abrazándolo por el hombro mientras suelta varias risas—. Y yo que pensé que estabas evitándonos o algo por el estilo. Lugo de la obra de inmersión, no pudimos hablar ni siquiera en la fiesta. Pero es bueno saber que en esa noche no pasó nada como para hacerte alejar y que todo fuera parte de nuestra cabeza.
Como puede, Bon fuerza una sonrisa y asiente ante lo dicho. No había ninguna razón para que él actuará extraño, no lo hacía ¿Por qué tuvieron la impresión de que sucedió algo cuando obviamente no fue así? ¿Qué le pasaba a la gente?
¿Qué le pasaba a él...?
—Tienes razón —Murmura regresándole la mirada—. No sucedió nada y... Estoy bien con todos ustedes, Puppet.
—Uh... ¿Es así? —Repitió de manera baja, provocando que las esmeralda de él se abrieran al notar la forma inquietante en la que le hizo sentir—. No estabas evitando a ninguno de nosotros ¿Cierto? Me alegro, Bon-cito.
—... Sí.
Nuevamente evadió la mirada, y no notó como aquel albino lo invadía con la vista fijamente, intentando penetrar en sus pensamientos, al observarlo de reojo lo vio negar y sonreír para darle una palmaditas en la espalda que sintió muy repentinas, como si intentase consolarlo.
—Todo este rato tu energía a sido lo contrario a ti ¡Que mal! De verdad parece que está afectando —Suelta por debajo Puppet—. ¡Pero no es nada que no podamos resolver siendo sinceros! ¿Cierto? ¿Sabes lo que es el lenguaje corporal?
Bon no responde, en cambio, se queda en silencio en su lugar y observa como su compañero se aleja, suelta una gran exaltación y aprieta con más fuerza la lista que sostenía... Sentia su cabeza dar vueltas por alguna extraña razón, no era un sentimiento especialmente malo, solo que algo no lo dejaba en paz y el mal presentimiento que crecía en su pecho a cada instante que respiraba le traía una mala señal.
Lo estaba pensando demás.
—Lo estoy pensando demás... —Sintió sus mejillas colorarse por un instante—. No le mentí, de verdad estaba ocupado, no le dije nada que no fuese cierto.
Las cosas simplemente se dieron de manera en la que le facilitaron no tener contacto con el más bajo aquellos días en los que estuvo más ocupado de lo usual, no había querido pretender que no pasó nada pero no se esperó ni en sus más locos sueños que su ausencia le resultara tan perturbadora a Bonnie, incluso...
—... Hey, ¡Hey! ¿¡Qué están haciendo!? —Cuestiona al ver como varios castigado de segundo año cargaban tobos llenos de agua jabonosa para tirarlos a las paredes de la preparatoria, algunos ya lo habían hecho y otros soltaron el tobo cuando los pillaron—. ¡Dañaran la pintura de esa manera!
—¿Eeeh? Deuz dijo que terminaríamos más rápido así.
El nombrado se hallaba sentado en uno de los arbustos no muy lejos de la escena asintiendo luego de haber escuchado su nombre.
—No van a hacerlo de esa manera, concéntrense en solo limpiar bien las ventanas sin tocar la pintura con esa agua... Si no, estoy seguro de que les tocará retocar la pintura por su cuenta —Indica hacia todos, que sueltan un respingo pero proceden a hacer lo que dice—. Y Deuz, deja de mandar de esa manera a los menores y de decir ideas tan poco prácticas. El flojo trabaja doble, así que ve ayudando a arreglar la tierra.
—Tks, estúpidas labores escolares —Murmura tras chasquear la lengua y se levanta de su lugar para sacudirse y observar al menor—. Sabes, todo esto es una pérdida de tiempo, yo no debería estar aquí.
—Cierto, te acumulas mucho más siendo de tercero —Asegura—. Entonces estoy seguro de que dejaras de hacer que te castiguen y te librarás de estas molestas limpiezas, que seguramente se volverán rutinas mensuales para los de detención ¿No crees?
—Oh cierto, me disculpo, Bon —Suelta con ironía y desvía la vista hacia otro lado—. Olvidé que tengo que aspirar a ser un estudiante ejemplar, tanto como tú y así llegar al nivel de los mios, como Fox... Sabes, escuché que le está yendo muy bien en clases prácticas por ese niñato.
—Es Bonnie.
Le corrige e inmediatamente capta la tención del peli-castaño que, tras meditarlo, suelta una risa burlona baja y asiente.
—Cierto... ¿Cómo está el rarito?
Bon suspira y decide irse de allí sin responder. Deuz sabía perfectamente que él no hablaba cuando se referían a alguien por un sobrenombre, sin embargo, el peli-castaño presentía que más que porque el menor detestaba aquello, le incordia más siendo que se trataba de aquel chico en en general.
—Sigue siendo ridículo —Se dedica a sacar toda la maleza del césped que adornaba la entrada, las malas yerbas eran tan irritantes como las labores que los obligaban a hacer—. Todo esto es estúpido, estúpida tierra.
—Y que lo digas, es taaaan cansado.
Escucha una voz femenina a su lado, al alzar la mirada se encuentra con aquella chica rellenita de cabello pelirrojo degradado en putas. Se había topado con ella un par de veces en los pasillos, no habían intercambiado palabras más que para él que le aclaraba lo gorda que estaba. Estaba justo a su lado, o bueno, a más de un metro, de cuclillas, haciendo exactamente lo mismo que él con la tierra. Ella levanta la vista y al percatarse de a quién le había respondido regresa rápidamente la mirada a su labor.
—Sí, como digas, gorda —Murmura esto más para sí mismo que como respuesta, sin percatarse de que la contraria tenía un oído afilado por lo que escuchó perfectamente el insulto.
—No soy gorda, solo estoy...
—¿Qué? ¿Estás pachocita? —Suelta una burlesca risa mientras ahora se tapa la boca con la mano, ella lo mira con el ceño fruncido y rueda los ojos hacia el otro lado. Ella se pone de pie y, con la palita que tenía para ayudarle a sacar la maleza le apunta—. Wow, por favor no hagas eso, es amenazante.
Tras soltar aquel comentario sarcástico la escucha chasquear la lengua.
—Tú eres el que andaba molestándolo, ¿Cierto? No te conformas con humillar a una chica menor por su físico, sino que también quieres atormentar a un compañero de clases por infantil.
—No sé de qué me hablas —Canturrea elevando los hombros y, a diferencia de ella que tenía implementos para trabar con la tierra, él lo hacía con sus propias manos—. No es mi culpa que estés tan gorda como para fijarte por pequeñeces en los pasillos, siendo que no eres nada pequeña.
—Ja, ¿Se supone que eso sea divertido? Eres un bullying de cuarta ¿Sabes?
—Me decepciona tanto no llenar tus estándares de bullying... Aunque, bueno, considerando lo gorda que estás dudo que si quiera puedas llenarte.
Observa como de pronto una palita de tierra queda enterrada al césped luego de un rápido impacto y ahora se hallaba justo a pocos centímetros de la mano que utilizaba para trabajar, lo habían lanzado con mucha fuerza, por lo que no pudo evitar abrir los ojos más aún y luego divisar a la contraria. Le observó de forma indiferente, parecía estar colorada hasta el cuello por algún motivo, apretando los puños y con aquellos orbes manzanas cristalizados. No lo iba a negar, se le hizo muy interesante, pero disimuló la risa.
—¡Tú, deja de molestar a Bonnie! Te vi en los pasillos la vez pasada, parecía muy alterado por lo que sea que le dijiste, él es nuevo aquí, no tiene nada que ver contigo
—Nada dices ¿Por qué debería? No estoy haciéndole algo, además ¿Qué te importa? ¿Lo conoces?
—No... Pero sé que se siente cuando te acosan, y no quiero que pase por eso, no aquí —Expresa, desviando la mirada de él para luego tomar una gran bocanada de aire, asegurando su autocontrol, recordando todos los malos ratos que pasó en un segundo—. También sé lo que se siente acosar a alguien por frustración a ti, así que deja de hacerlo.
—¿Frustración? Ja, de verdad eres divertida ¿Eh? Gorda. Deja de meterte en donde no cabes.
—Pues para que veas que no se puede —Indica con las manos cruzadas, en ese instante no vuelve a responder, en cambio, se dedica a lo que en un inicio hacia. La iba a dejar pensando lo que quisiera, después de todo, no tenía porque seguir soportando la actitud de esa chica—. Sí, has como que me ignoras, bobo.
Él pefiere ver cómo le llega un mensaje, toma su celular y lo revisa. Abby pensaba que estaba prohibido traer los celulares a estas labores pero ahora certificaba que en vándalos no aplicaban las reglas, ella se agacha y se acerca para tomar su palita, pero, para su intensión, sin querer nota ligeramente lo que se presenciaba en el celular, una foto de alguien, no estaba segura de quién pero aquella cabellera se le hizo muy reconocible, tenía algo más escrito ¿Qué era?
—¿Uh? ¡Deja de andar de chismosa! —Tras el repentino reclamo la chica cae de pompa al suelo, llevándose con ella las cubetas de maleza y tierra. Deuz se levanta de su lugar para mirarla desde arriba, aquella vista le dio cierto aire de superioridad, por lo que solo sonrió y acercó su teléfono a sus labios, cubriendo su respuesta. Luego, se vio el flash—. ¿Quién no quiere ver a una ballena desbocada?
Se aleja de la escena y Abby queda en un shock repentino tras procesar todos los hechos, no iba a publicar esa imagen con aquel titular... ¿Verdad?
Deuz observaba atentamente la fotografía que acababa de tomar, luego vería que hacer con ella para que dejara de molestarlo, pasando entre las imágenes observó la que le acaban de enviar y frunció el entrecejo.
—Esto tiene que ser una broma. De verdad me molestan.
«Hagan lo que quieran, no tiene nada que ver conmigo y no me molesten no me importa, idiotas»
Vio como Bon se hallaba con los de su clase intentando limpiar la gran rejilla de la entrada, uno de los chicos quería impresionarlo limpiando más alto que el resto, luego tropezó y cayó cual idiota al otro lado mientras Bon alarmado lo siguió. Por otra parte, vio lo que envió y gruñó
Sus pensamientos eran un montón de basura.

—Bien, ahora haremos una breve dinámica para quitar los nervios. Todos, busquen un acompañante —Indica Puppet con una sonrisa hacia todos los integrantes que fueron a hacer lo que ordenó al instante, se veían animados. De cinco ahora eran un total de trece, ellos lo tomaban como una increíble mejora, estaba emocionado—. Ahora intenten copiar todo lo que el otro está haciendo, lo más parecido posible, como si se estuviesen mirando a un espejo, recuerden que está totalmente prohibido darle la espalda al público así que manténganse de perfil.
—Uh, ¿Por qué no tienes pareja todavía~? —Pregunta la gemela albina a la peli-azul apuntando al resto de sus compañeros que ya habían comenzado con la dinámica—. ¡Tienes que integrarte! ¿Queeee~? ¿No te agradan?
—Oh, no, no es eso, todos son lindos pero pensé que Bonnie podría ser mi compañero en esto.
—¿Bonnie?
Chica se acerca a la nombrada y luego niega tras tocarle el hombro, sonríe.
—Hoy Bonnie no vino a clases, dijo que todavía anda de viaje y que tal vez vuelva para mañana.
—Ehhh... ¿Es así? —Expresa con cierta decepción en su voz, pues, quería entablar más conversación con el mayor, tenía mucha cosas que decir y sobre todo que quería preguntar, pero parecía que la suerte no andaba de su lado en aquel instante—. Supongo que ya me tocará andar sola después de todo.
—Todos ya andan con pareja... ¡Ya sé! —Dice animada Chica al percatarse de su muy buen solución, apunta a la peli-verde—. Cami no suele interactuar mucho en estas dinámicas, pero estoy segura de que colaborará contigo ¿Verdad, Cami?
La nombrada pareció alzar la vista pues rápidamente voltea al percatarse que su nombre fué dicho. BomBon la mira con los ojos entrecerrados y asiente ante la propuesta de la rubia, no había ningún motivo por el que ella tendría que negarse.
—No quiero.
Salvo por decisión de la peli-verde.
—¡Cami! No puedes decir ese tipo de cosas a tus compañeros —Inquiere Puppet, cruzado de brazos y dándole una mirada reprobatoria, la menor desvía la vista hacia otro lugar y decide acercarse sin más puesto que no podía resistirse a los mandatos del club que integraba—. Recuerda, estás en el club de teatro. Aquí la palabra “No” tiene tan poco valor como el que ella le dio a mi amor.
Acerca a la susodicha al escenario mientras la de cabellera azulada los sigue hasta posicionarse con los demás integrantes, ya cada uno había creado su propio ambiente, sentía que iba a ser difícil adaptarse considerando quién le había tocado ahora como compañera. Puppet las pone a cada una frente a la otra y las obliga a quedar palmas con palmas, de perfil al público en el escenario, se centra en ella y tras imaginarse todo, da inicio a su escena imaginaria de espejo.
—¡Acción!
—No estamos haciendo una película.
Chica tras soltar una risilla escucha como el albino suelta unas carcajadas diciendo que nada era imposible cuando lo miras desde otro enfoque. Le encantaba ver la pasión que desprendía hacia su gusto, sabía que no era para menos.
—Deberías ser más cautelosa a la hora de mostrar tu descontento conmigo —Indica Usagi, observando como la contraria movía los labios al compás de ella y luego presenciaba como, de manera impresionante, imitaba todas sus acciones posteriores—. Todavía seremos compañeras el resto de lo que queda del año escolar, estamos en el mismo salón y ahora en el mismo club, tendrás que acostumbrarte a mi presencia tarde o temprano.
—Ya yo decidí cuando me acostumbraré a ti.
—¿Ah, sí? ¿Cuándo?
—Nunca.
Tras esa respuesta, la peli-azul rueda sus orbes manzana y fija su vista hacia otro lado. La mayoría de sus compañeros estaban riéndose de lo divertido que les parecía no poder mantener la calma ante la situación, así que a ella le frustraba un poco no alcanzar disfrutar de eso, pues, eran el que mejor se adaptaban en cuanto a sincronización de movimiento, parecía que podía predecir lo que haría después ¡¿Cómo rayos lo lograba?! Estaba segura de que con Bonnie hubiese sido totalmente distinto. Con él habría sido mucho más divertido...
—Deja de pensarlo tanto.
Escucha hablar primero a Cami y con una ceja arqueada lleva su mirada a ella.
—¿Pensar en el qué?
—Aléjate de Bonnie.
Fue tan directa que de hecho le perturbó un instante, pero rápidamente mantuvo el control sobre eso y negó.
—Uh, ¿Por qué tendría que mantenerme lejos de él? —Hacía acciones con la mano en forma de un saludo cordial y seguía observando como la imitaba—. No tiene nada que ver contigo.
—Todo lo contario, tú no tienes nada que ver en esto —Enuncia serena y con voz recatada, tenían en cuenta que ninguna de las dos pretendía que salvo ellas escucharán—. Sé que intentarás meterle cosas en la cabeza que no tendrán una buena ida desde ahora, te advierto.
—Yo no voy a hacer eso —Comenta y procede a actuar tierno, dándose cuenta de lo gracioso que se le hizo ver a la peli-verde con acciones nada propia de la personalidad—. Yo solo quiero comentarle algo de la verdad, bueno, mi verdad... Decirle lo qué tú por algún motivo le estás ocultado.
—No entiendo lo que quieres decir.
—¡Oh! ¿En serio? Pues, guardiana, te explico, escucha... —Se acerca un paso, ella retrocede—. El Destino formado para los que unen a aquellas almas destinadas estará próximo a quebrarse, lo sé. El tiempo es corto y tú sabes, quiero ayudar antes de que eso pase, no dejaré que le sigas mintiendo.
—No le miento, solo no he comentado ciertos asuntos... No tiene porqué saber temas irrelevantes sin siquiera experimentar la quinta parte de la situación —Opina, un poco más autoritaria, frunciendo el entrecejo a través de su flequillo—. ¿De verdad quieres ayudarlo? No interfieras, pondrás las cosas de cabeza. No voy a permitir que te le acerques.
—Es mejor prevenir que lamentar. No podrás vigilarlo todo el tiempo, alejándolo ahora, o cuando no lo notes, me acercaré igual porqué además... —Comenta la chica con una sonrisa ladina, para luego, rompiendo el juego del espejo, la jala para ahora tener contacto tras apretar sus manos con lo de ella, sonríe. Sorprendida, Cami intenta evadir pero inmediatamente siente una corriente azotar su espalda cuando escucha sus palabras de manera pausadas—. Karen ga... Suki.
La contraria levanta la mirada, dejándose a notar ligeramente por su flequillo revuelto tras la impresión y la observa fijamente, observa su vista triunfadora tras tenerla desprevenida y haber causado más arrebato del que alguna vez había tenido en toda su vida, solo le bastaron unos pocos minutos para desestabilizarla y sentir que estaba en la palma de su mano... ¿Quién demonios era aquella chica?
—Estoy segura de que no interferirás en los deseos de una jovencita enamorada tras buscar atención de la persona que le gusta ¿No? Después de todo, no te compete, sé que no te meterás en eso.
—No está bien.
—Bueno, de alguna manera tiene que estarlo. Yo haré que esté bien y demostraré lo contrario.
La ve con espanto mientras todas las cuestiones de su cabeza comienzan a sonar tal cual una alarma insistente, debía detenerla, esa inquietud, la quería lejos.
—El destino es un arma de doble filo, no puedes cambiarlo.
—Unmei wa watashi no monodesu. Watashi no unmeidesu.
«El destino me pertenece.
Es mi destino.»
Cami se separa de forma abrupta y baja del escenario rápidamente mientras se acomoda el flequillo para cubrir su mirada, por alguna razón, se sentí insegura a que alguien le observara. Pasó por lado del par de gemelos que al instante en el que iban a interceptarla ella solo ignoró.
—No me siento bien. Tiene un aura inquietante. Siento que esto me está sobrepasando.
El par observó a la chica que ahora se hallaba sola en el escenario nuevamente, ya había terminado la dinámica y de forma fugas su alrededor de vio lleno de sus compañeros hacías ella. Mai dio unos saltitos en su lugar mientras aplaudía y sonrió.
—Uh~ Fue muy extraño ¿Qué significará eso de ahora?
—No lo sé, hermanita... Supongo que tendremos que observarla muy de cerca.
—¡Un nuevo misterio! ¡Sí!
Definitivamente había muchas cosas que pensar al respecto.

Podía admitir que luego de un largo viaje si daba algo de pereza retomar la rutina diaria como lo era asistir a clases el día posterior, pero que se le hacía, ahora lo especialmente inusual era que habían pasado ya tres días de eso.
Era miércoles, ombligo de semana, aquel día por el cual la monotonía de situaciones se vuelve incluso mucho más pronunciada que el resto de la semana. Ese día seguía sin funcionar su razonamiento crítico al estar vagando entre pensamiento tales como...
¿Por qué Bonnie seguía sin venir a la HS?
Esa pregunta ahora mismo lo tenía carcomiéndole la cabeza, después de todo ya era especialmente extraño ¿Cierto? No podía dejar de meditarlo pues no le habían dado respuesta, tampoco las había pedido.
—Bien, esto ya es ridículo —escucha comentar en el pasillo a cierto pelirrojo con el cual curiosamente era vecino de casillero, estaba revisando su celular con las cejas fruncidas y un mal genio—. Joder, ¿Qué le pasa a este borde?
Voltea la mirada sin disimulo al percatarse de las acciones del más alto que cierra el casillero con brusquedad para luego visualizarlo con aquella penetrante mirada color ámbar, tan intimidante como toda su presencia en general.
—¿Sucede algo? —Se aventura a preguntar no muy seguro, siendo que no sabía qué tipo de respuesta le soltaría el mayor, tal vez una mala por su mal genio, pero en contra de todos sus pensamientos solo lo escuchó suspirar con resignación y luego desviar la mirada hacia otro lado—. ¿Fox...?
—Tom, no estoy de humor para tus jueguitos.
Bufa al escucharle y al igual que el cierta su casillero con cierta fuerza.
—Sí, como digas —murmura haciéndose a un lado y justo antes de pasarle al lado detiene sus pasos, se aventura a tomar valor para preparar la siguiente pregunta que iba a salir de sus labios ¿Por qué estaba tan inquieto?—. Verás, este, Fox... Yo quería preguntarte si podrías decirme cómo es que está Bonnie —tras soltar aquello Fox arquea una ceja y lo espabila con la mirada—. ¡B-bueno, es qué...! Ya lleva varios días sin venir a la HS así que supuse que tal vez estaba enfermo o algo por el estilo y... Quiero decir, tú y él tienen más contacto, entonces tal vez tienes alguna idea de lo que pasa y así...
Nota como el pelirrojo sigue sin decir nada y se dedica a inspeccionarlo completamente, de verdad parecía sumido entre pensamiento hasta que lo escuchó bufar y luego despeinarse su propia cabellera.
—Buh, pues, turquesita... Te digo que yo tampoco tengo menor idea de por qué no ha venido a clases —Eso no lo alentó mucho e hizo con una mueca—. Desde el fin de semana me manda un mensaje todos los días diciendo que no va a venir, y justo ahora me dijo que no viene mañana, entonces me llegan mensajes a pleno día que me hacen enojar y llega ese enano friki diciéndome eso sin dar explicaciones.
Gruñe tras soltar sus propias palabras y luego rueda los ojos al percatarse como el más bajo asentía sin estar seguro de qué decir... ¡Es que parecía que Bon nunca estaba seguro de que opinar cuando hablaban más que para repicar por decir mal su nombre! Eso también le caía pesado.
—Hombre, ni siquiera se esperó hasta mañana para decir que no venía —Farfulla—. Y vale, que he ido a su casa, pero su mamá solo me dice que no lo piense mucho y que ya vendrá luego, pero no me fío.
Como el domingo salió relativamente tarde de su trabajo y no quería regresar a casa a pesar de que al siguiente día era lunes, decidió pasarse a esas horas cuestionables de la noche por casa del peli-morado, por mera curiosidad nada más, quería ver si se animada a comentar cómo le fue... Claro que él no le sacaría nada, quería notar su iniciativa luego de haber profesado su amistad de manera dramática en la azotea, se le había hecho lindo, por orgullo jamás admitiría eso de frente, sería bajo a su ego, pero con sinceridad le había resultado satisfactorio que Bonnie ya pensara de esa manera de ambos.
Al tocar la puerta cerca de las diez de la noche, salió su madre en bata, despeinada y reluciente. Quedó embobado unos segundos, y agradeció en ese instante que Bonnie jamás podría ver sus pensamientos al sentir lo atractiva que se le hacía su progenitora. Tenía las mejillas coloradas y los ojos algo hinchados, seguramente porque se acababa de levantar y él vino a irrumpir cual bandido. Ella lo observó luego de procesarlo, le regaló una dulce y melancólica sonrisa, no supo por qué se sintió triste al momento, pero ignoró el sentimiento. La mujer agradeció el gesto de haber ido a visitar a su hijo pero rápidamente le comentó que no se hallaba allí.
—Pues... Según dijo, se sintió tan bien en casa de sus abuelos, así que me pidió que... —Hubo un poco de duda en sus palabras, las cuales Foxy notó al instante, ella suspiró y tocó su frente mirando hacia abajo tras soltar una risa que más que contagiosa como siempre le había resultado de su actitud, se le hizo inusualmente amarga—. Ah, me dijo que quería pasar más días allá, no me pude negar, tal vez llegue mañana o incluso puede que la semana que viene, podría ser... Le dije que pensara en sus clases, pero... Tal vez solo quise complacerlo ¿Soy muy influenciable, no? Ja.
—Claro que no.
Atestigua Fox, sorprendiéndola con su respuesta, ya que, solo se imaginaba que ignoraría el comentario.
—Uh, ¿Eso crees? —Cuestiona una vez deja su mirada perdida tras el panorama del vecindario, una ventisca friolenta los azota con desespero instantes luego. Ella parecía sonreír mínimamente tras meditar un poco y sintió sus ojos humedecer, tapó su boca con sus palmas y asintió mientras llevó su oscura mirada al adolescente que arqueaba la ceja ante tales acciones—. Mi niño... ¿Crees que soy una buena mamá?
El abrió los orbes con asombro por la pregunta pero al instante asintió sintiendo la opresión en su pecho por la angustia que por algún motivo su mirada reflejaba, parecía querer confirmar algo con desespero, anhelando una respuesta sincera de su parte, sin tener idea del por qué, solo sabía que quería calmarla.
—Si pudiese desearlo con todas mis fuerzas habría querido que usted fuese la mía.
Ella rió, de manera baja, la sintió como una risa amarga por su parte, como si sus palabras no fuesen suficientes para dejarlo claro, como si se tratase de una falsedad. La vio limpiarse los pómulos y luego se despidió de él con una caricia en la cabeza, una acción sumamente materna que lo acogió y al mismo tiempo inquietó.
Algo le pasaba a la mamá de Bonnie...
—Entonces ¿No has sabido de Bonnie más que sus reportes diarios? —El más alto asintió al escuchar al menor traerlo de vuela al presente. A Bon se le hizo sumamente irónico, por lo que soltó una risa con aquel sentimiento. Fue casi igual a como él le reportaba sobre no asistir, salvo que el más bajo ni siquiera se tomó la molestia que él había tenido, y no podía ni siquiera reclamarle algo ya que, a diferencia de Fox y Chica, él ni siquiera era considera un amigo, solo era... Una molestia metiche—. Bueno, él me pidió que no lo ignorara y ni siquiera me habla ahora ¿Qué rayos?
Sentía que la relación que tenía con el mayor daba una subida, bajaba, subía y bajaba de nuevo mientras el recorrido era en un infinito circulo del cual ninguno de los dos se aventuraba a ir hacia otro lado... ¿Que tan repetitivo se volvería a aquello?
—¡Holo! —Saluda con entusiasmo la rubia que llegaba junto a Freddy al par. Divisó al pelirrojo rápidamente con la mirada y le acercó el teléfono al rostro—. Mira lo que me acaba de mandar.
—Uh, sí, me dijo lo mismo —Expresó enseñándole el mismo mensaje a la fémina que, tras terminar de leerlo, bufó por debajo—. Ahora ya ni sé si seguir intentando.
—¡Que descarado! Ni siquiera se tomó la molestia de escribirnos de manera diferente, solo copió y pegó —Se queja en un puchero y Bon ríe por de bajo d manera sarcástica pues, al menos a ellos si les había dicho algo—. Esto está muy raro, si no viene mañana significa que no vendrá el viernes porque pues, es viernes... Entonceees ya que ni siquiera responde las llamadas, tocará interceptarlo la semana que viene ¡Y no se escapará de la justicia!
Fox asiente ante su propuesta y se despide de todos sin quedarse mucho más rato, Chica lo jala del brazo para acercarlo a ella y luego con su palma empujar su rostro hacia atrás por actuar muy borde. La chica se mantiene de brazos cruzados ahora junto a Bon y Freddy los cuales no sabían exactamente qué comentar respecto a la situación, principalmente el último de estos que estaba totalmente fuera de contexto.
—Chica, prometiste préstame tus apuntes antes de que nuestra clase iniciara —Le recuerda a la nombrada que inmediatamente reacciona chasqueando los dedos y va hacia uno de los casilleros—. Bon, no sé qué decir, esos dos andan más extraños de lo usual.
—¿Lo dices o lo preguntas?
—Lo certifico.
Bon asiente y suspira mientras el castaño arquea una ceja.
—Tú tampoco te libras de esa extraña aura, parece que todos se pusieron de acuerdo para parecer un grupo de raros —Comenta divertido—. Me es curioso ver cómo es que tú y Bonnie hacen lo mismo una y otra vez... Eso me recuerda a lo que estamos viendo, la teoría combinatoria.
—¿Matemática? ¿Tiene siquiera como compararse?
—Algo así —Aclara, con cierta duda—. Sabes, está viene en tres tipos, conformada por las variaciones, las combinaciones y las permutaciones...
—¿Qué rayos? Freddy, ¿viniste a comentarme cómo es que tus notas matemáticas parecen subir a un rascacielos o querías decirme algo verdaderamente interesante? —Cuestiona el peli-turquesa cruzado de brazos, ya cansado de la situación que no siquiera había comenzado—. Siendo sincero no quiero tutorías de tu parte ahora.
—Oh, bueno, sí quería presumir pero no era a eso a lo que quería llegar —Confiesa, rascando su nuca con cierta vergüenza al hallarse descubierto—. Hablo de que... La capacidad para obtener diferentes resultados de una sola variación de números es extensa. Sin embargo, la permutación constante al ser tan sencilla por los números dados suelen repetirse una y otra vez sin dar muchas opciones a situaciones, por lo que cambian su orden, así que se aplican en otro tipo.
—Pero... ¿Conforme tengas el orden no te altera el resultado? ¿No son las variaciones las que no cambian su orden?
—Bingo —Certifica cruzado de brazos—. Si andan en una constante permutación de situaciones al número tan sencillo que damos van a repetirse tarde o temprano, por eso, se piensa si expandir la situación al decidir volverlo una variación aumentando el número de integrantes, peeeeero, ya que el orden altera las cosas en este tipo, no tendrías el mismo resultado por más que la cantidad que te estén dando sea mínima... ¡Entonces te da más opciones para la situación!
Bon intenta no laguearse y medita unos instantes ¿Volverla variante combinatoria? ¿Hablaba de la situación en general, verdad? ¿Quería que hiciera algo diferente? ¿Cómo qué? Cada que tenían un encuentro en donde alguno de los dos parecía esconderse se hallaba la manera de hablarlo cuando el otro lo confrontaba, pero más allá de eso no sabía cómo actuar, ¿Tendría que ignóralo en vez de buscarlo para cambiar algo? ¡Claro que no! Lo que hacía estaba bien, entonces, ¿Qué más podía seguir haciendo?
Negó rápidamente, ¿Por qué estaba pensando que siquiera Freddy se refería a su situación con Bonnie?
—Ahg, Freddy, así no funcionan las matemáticas —Inquiere mientras despeina su cabellera turquesa revuelta y el nombrado con media sonrisa alza los hombros restándole importancia—. Oye, no te rías, mira que todavía no me has respondió lo del otro día...
—¡Aquí tienes, Freddy! —Llega al instante la rubia sosteniendo una libreta que le ofrece al castaño que acepta en seguida—. Ya sonó la campana, sordos, vámonos. Adiós, Jam... Digo, Bon.
El chico observa como su compañero castaño es llevado instantáneamente a rastras con ella salvándole el pellejo sin quererlo luego de que llevara varios días preguntándole sí se había disfrazado del zorro en aquella fiesta y por qué le evadía tanto la pregunta, tenía que confirmar lo que Bonnie mencionó, porque si era así, habían demasiada cosas que discutir, como por ejemplo, el romántico encuentro entre cierto enmascarado chico que tenía la probabilidad de tener pareja y que fuese familiar de una de sus mejores amigas flechada tal cual colegiala de novela.
—Y luego tiró un tomate por la ventana cuando resbaló. Ahora el vecino les dijo que tengo una pareja que hace vandalismo y ellos no quieren verlo...
Relata la Meg luego de que le preguntara por qué quería que la acompañará hasta su casa si saliendo de clases siempre se iba con Spring.
Rió por debajo cuando la terminó de escuchar y luego ambos quedaron sumergidos en un prolongado silencio, no era del tipo incomodo pero, a la chica por algún motivo no le resultaba aliviador.
—¿Por qué quisiste acompañarnos a ambas a pie hoy? Me duelen un montón los talones, nuestras casas están algo distantes, eh —La albina lo empuja ligeramente a manera de juego y solo lo escucha suspirar con cansancio—. Bueno, así el día pasa tan rápido, ya oscureció y nosotros todavía caminando, se preocuparan en casa por mí.
—Lo siento, solo quería... Quería caminar un poco.
Ella se lo piensa unos instantes y asiente tras unos segundos, se le estaba haciendo ya bastante difícil sacarle plática a Bon, ni siquiera sabía cómo continuar o qué decir al respecto.
—¿Quieres comer papitas? Ya está bastante oscuro, puedes quedarte un rato e incluso podrían llevarte ¿Te parece? —Pregunta al hallarse en el umbral de su puerta, Bon con una sonrisa se dedica a abrazarle, siendo poco correspondido en el acto pues la fémina no era muy cariñosa que digamos, él niega ante el ofrecimiento y se despide de ella. Rápidamente Meg lo jala y al hallarse nuevamente cerca le da un golpecito, mucho más ligero que de costumbre en la frente—. A ver si así se te ponen las pilas activas, ya deja de deprimirme tanto que viendo tu cara pareces anciano.
Le reprocha y luego cierra la puerta frente a él. Bon queda observando todas las acciones sucedidas y luego toca el lugar del impacto, pasmado.
—Creo que si voy a querer papitas... —Murmura para sí mismo y decide ir a una de las tiendas de conveniencia cerca de la zona, no lo medita mucho y toma las de sabor picante, eran sus favoritas desde siempre. Al hallarse pagando observa como a un lado del mostrador estaban las recomendaciones de dulces, entre ellos una gran variedad de gomitas. Se le hizo curioso que apenas si quedará uno solo de sabor mora, así que las pidió por mero capricho—. Muchas gracias.
Ya afuera del local nota el peculiar frío que le brindaban aquellas fechas, era relajante inhalar la brisa que lo acariciaba con sutileza... El frio siempre le resultó en algún aspecto gratificante, no tenía dudas, era reconfortante de alguna manera, aunque muchas personas lo vinculaban a la soledad o al vacío, él lo sentía acogedor, ya que, solo de esa manera se percataba del propio calor que emanaba su cuerpo para contrarrestar las temperaturas físicas.
Comprendía que por esa razón estaba vivo, ahora, delante de aquella calle sin tener un rumbo fijo, sin querer llegar a casa todavía, quería caminar, pensar mucho y quitar esa inquietud en su cabeza, pero... ¿Qué aspecto de la vida era la que tenía que vivir para sentirse bien?
A poca distancia de él se hallaba la estancia de cierto escurridizo peli-morado al cual no le había visto la cara en tiempo relativo... Se preguntaba internamente como era que le estaba yendo, también cuándo volvería. Tomó su móvil estando al lado contrario de la residencia en la calle, observando de frente la casa, con duda mira el último mensaje enviado, había sido de él, el domingo en la mañana preguntando cómo le había ido en aquella ciudad, sabía que el mayor lo había visto más no le respondió de vuelta, y al enterarse que hablaba con Fox y Chica aún, no sabía que pensar al respecto
Repicó, una y otra vez, se escuchaba el pitido a través del aparato por lo menos repetirse unas cuatro veces, pero nadie respondió, al final solo quedó observando el móvil en sus manos, frunciendo ligeramente el entrecejo hasta que, le repicaron de vuelta.
—¿B-bueno?
—¿Uh? ¿Quién es? —La suave voz del contrario azotó sus tímpanos de pronto, se escuchaba confundido, y quedó procesando unos segundos hasta que volvió a hablar—. Voy a colgar.
—¿Eh? ¡No! Bonnie, soy yo.
—Ah... ¿Bon? —Murmuró no muy seguro y le confirmó rápidamente soltando un acelerado «¡Sí!»—. Ya, este es tu número...
—¿Qué? ¿No lo tenías ya?
—Sucedió un accidente —Explica brevemente, aún con esa calmada voz suya, se mantiene en silencio dándole pase a continuar pero Bonnie se lo duda un rato antes de hablar—. Perdí todos los contactos de mi teléfono, bueno, entre otras cosas, por suerte todavía está vivo.
—Oh, ¿En serio? Yo escuché que todavía seguías hablando con Chica y Fox ¿Te aprendiste sus números? —Bien, sabía que aquella indirecta era mucho más directa de lo que pretendió ser... ¿Le estaba reprochando? ¡Tenía que cambiar la dirección de la conversión rápido!—. Han estado preocupados por ti ¿Sabes?
—Sí, no es para tanto... De hecho, solo logré ponerme en contacto con los que me siguieron escribiendo después de que mi celular se cayó al agua. Solo ellos y mis padres son los que tengo agregado por el momento.
Lo tenía al tanto, eso había sido como una bofetada por andar de babotas.
—Ya... ¿Y por qué no les respondías las llamadas?
—No me gusta hablar por teléfono.
—¿Y por qué estás hablando ahora conmigo?
—Porque no sabía que eras tú.
¿Eso quería decir que de haberlo sabido tampoco le habría contestado? Al menos algo bueno salió de no haberlo contactado, estaba hablando con él en aquel instante.
—¿Cómo te está yendo en tu viaje?
—Bien...
—¿Puedo preguntar qué fuiste a hacer allá? —Le pica el bicho de la curiosidad y al instante se percata de que tal vez estaba siendo demasiado invasivo al respecto, y que, en cualquier momento el contrario podría salirle con una tosca repuesta al tratarse de él—. Quiero decir, se me hizo curioso que ibas a hacer un viaje de apenas dos días, pues, y que ahora te quedas casi una semana entera, ja.
Se toma su tiempo para responder, Bon solo escucha su respiración profunda a través de la línea, pareció murmurar un par de cosas y luego volvió a hablar.
—Sí, es bastante curioso a decir verdad.
—Bonnie... ¿Te encuentras bien? —volvió a preguntar para escuchar nuevamente, el prolongado silencio.
—... Sí.
—¿Seguro?
—Ya dije que sí... Lo estoy pasando genial. Regresaré el lunes a la HS ahora sí asegurado —Indica mucho más pausado, como tomándose su tiempo para decir cada una de sus palabras—. Ya quiero dormir bien en mi cama, es tan cómoda que es una lástima no disfrutarla.
Bon cruza la calle y camina cerca del frente de la casa, la inspecciona con interés mientras escucha al contrario al otro lado de la línea. En su cara se dibuja una sonrisa divertida tras percatarse de aquello último y asiente como si el mayor lo estuviese observando en aquel instante.
—Sí, nada es mejor que dormir en tu propia cama, aunque a mí no me gusta mucho la mía, es algo dura —Comenta y escucha como el mayor bufa tras la línea, por lo que suelta una risilla. Su vista viaja por toda la casa y se da cuenta de que, al igual que adentro, es tan gran grande como demuestra ser—. Hace rato estuve acompañando a Meg a su casa, ella vive relativamente cerca de la tuya ahora que me percato...
—Interesante... ¿Qué pretendes decir con eso?
—Pues, ando muy cerca, tal vez debería pasarme por allí y ver si tú colchón es tan cómodo como para que lo extrañes tanto...
Bon escucha un sonido ensordecedor a través de la línea, lo dejó helado unos instantes, parecía que se había roto algo en el lado de Bonnie, pero lo que más impacto le causó a su conciencia fue sentir el mismo sonido en la realidad y ladear el rostro hacia la casa... ¿Qué había pasado?
—¿Bonnie... Sucedió algo? —Necesitaba quitarse la duda de si se trataba de una mala broma. Podría casi asegurar en ese instante que el sonido vívido había venido desde dentro de la morada, pero ¿Se tratara de la casa de Bonnie o de dónde él estaba? porque eso querría decir que algo no tendría menor sentido—. ¿Aló?
—Este... Joder... N-no es nada, no pasó nada, solo traía algo y tropecé. Ni se te ocurra ir a pasarte por mi casa, mis padres seguramente no han llegado todavía.
—¿Eh?
—Adiós.
Miró el apartó aún más confundido y su vista viajó hasta la casa, estaba totalmente desconcertado. Afinó la mirada pues se le dificultaba ahora que estaba mucho más oscuro el lugar, por suerte las farolas del vecindario comenzaron a encender consecuentemente facilitándole mucho más la tarea.
—Bon, no hagas estupideces... —Se dijo a sí mismo ahora caminando por los alrededores de la casa, cualquiera que lo viera de lejos pensaría de esto como algo potencialmente sospechoso, incluyéndose—. ¡Deja de querer hacer una estupidez!
Y de pronto, mira como una de las ventanas del segundo piso, en la parte lateral era cubierta rápidamente tras ser cerrada la cortina... ¿Eso había sido su imaginación o de verdad había alguien allí dentro? ¿No se suponía que solo vivían allí los padres de Bonnie y el propio Bonnie?
Revolvió su cabello celestino y luego lo acomodó, volvió a marcar el número del peli-morado, necesitaba quitarse esa gran duda, existían dos, no, tres posibles opciones de lo que podría estar sucediendo sin contar las múltiples más que podrían desarrollarse en un cabeza paranoica.
La primera, y la cual le aterraba más, era que posiblemente había una persona que no se trataba de él que estaba invadiendo el lugar para cometer un posible delito. La segunda, que tal vez ya se estaba haciendo ideas y lo que había visto fuese una simple ilusión de su mente sobreesforzada por todo el ajetreo acumulado hasta aquel ombligo de semana y las múltiples preocupaciones que se hacían insistentes en su mente conforme los días pasaban. Y la tercera opción... La menos probable o la que quería pensar que fuese así, sería que Bonnie se hallaba allí desde que comenzó la semana y no en otra ciudad como le había hecho pensar a todos en la preparatorias que notaron su ausencia. De ser así... ¿Por qué mentiría?
—Mierda —Guardó su celular en el bolsillo de su pantalón al percatarse de que, como imaginó, el mayor le ignoraba completamente las llamadas. Sabía que tocando la puerta nadie le abriría, Fox ya dijo que le abrió la mamá y también le dijo que estaba fuera, ¿Estaban confabulados? ¿Por qué? Respiró hondo y se percató de que justo al lado de la casa se hallaba un árbol gigantesco, se acercaba mucho a la ventana que vio. ¿Tal vez él podría...? ¡No!—. Ahh, ¿Qué debo hacer?
Bien, se iría a casa y luego pensaría respecto a esta situación... y entonces ¿¡Por qué estaba escalando el árbol que dijo que no escalaría!?
«¡Estoy invadiendo una propiedad privada! ¡Por decisión propia! Si no hay nadie allí dentro quedaré como el vándalo de preparatoria»
Bon no era muy bueno escalando, eso era algo que sabía perfectamente. Se encontraba todavía con su uniforme, así que si alguien lo veía sabría de qué preparatoria era e incluso, podría tener una pésima reputación luego si las cosas salían mal... “El estudiante modelo, Bon Smith de dieciséis años, postulando para presidente de consejo y participante principal en el comité de su institución, se vio en la penosa situación de invasión a una propiedad de otro estudiante mientras no había nadie, lo cual es un delito aún siendo menor. Será expulsado de la preparatoria para evitar nuevos percances de un estudiante problema” ¡Dios, no! No podía dejar que eso ocurra. Con esfuerzo sobrehumano, logró llegar hasta las ramas más altas intentando por todos los medios evitar la mirada al suelo para cancelar cualquier fobia a las alturas que ya tenía.
Se acercó unos pocos pasos por la rama gruesa que casi tocaba la ventana, bueno, casi a una distancia de más de un metro. Estirando su mano tocó ligeramente el vidrio, era relativamente grande, por lo que fácilmente entraría si se lo proponía... Mordió su labio inferior cuando está se abrió apenas, estaba sin seguro. Bien solo serían unos pocos minutos, si Bonnie estaba allí lo máximo que haría sería correrle diciendo cualquier tipo de mal que en este instante reprendía con el pensamiento.
Era lo más incorrecto que hacía en toda su vida.
Al abrir complemente la ventana tomó el mayor impulso posible y se abalanzó hacia dentro de la residencia. Todo el valor que había obtenido de manera auto influenciado fue ocupado con el pavor de saber lo que acababa de hacer.
—¡AH! —Gritó apenas estuvo en el suelo de la habitación y llevó sus manos a su boca por estar siendo más imprudente de lo que debería. La habitación estaba totalmente oscura, parecía el cuarto de alguien, percibía vagamente varía luces de navidad en el piso, y un montón de cajas, también había una cama individual pero estaba polvorienta. La puerta fue abierta de golpe apenas sus ojos se acostumbraron a la escena—. ¡AHH!
—¡AHH!
—¡AAAH!
—¿¡Por qué sigues gritando!?
—¡Es que tú gritaste de vuelta!
Bonnie rápidamente lleva su mano hacia su rostro y con esta cubre la mitad izquierda, se queda prendado observando al invasor en el suelo y frunce el ceño al percatarse de quién se trataba. Bon queda totalmente pasmado, la luz de afuera de la habitación lo dejó segado brevemente, pero ahora, visualizar al dueño de la casa de pie frente a la puerta lo dejó consternado, inmediatamente su vista pasa a aquella mirada reluciente, parecía más deslumbrante de lo que recordaba, aquel rubí tal cual piedra preciosa dejándolo hipnotizado.
—¿¡Qué mierda se supone que estás haciendo!? ¡Loco! ¡Es mi casa, lunático!
Bon rápidamente se pone de pie e intentar calmar al furioso peli-morado que tiene delante de él, suspira y antes de seguir reprochando se percata de que no puede andar con la mano así, por lo que saca sus anteojos de su bolsillo y vuelve la mirada a él, cruzando los brazos.
—Te daré tres segundos para largarte si no quieres que llame a la policía por ladrón.
—¿De corazones?
—¡Deja tus malditos juegos! —Gruñe y Bon se eriza en su sitio, sabía que el mayor podía ser intimidante a pesar de su apariencia dócil, pero sentía que quería clavarle una puñalada en la frente—. ¡Largo!
—¡E-este...! —Sus palabras se quedan atoradas en su garganta por la presión—. ¡Yo soy el que tendría que llamar la policía!
—¿¡Qué babosadas estás diciendo!?
—¡Sí! ¡Por un mentiroso en el área! —Aclara, con un contraataque bastante pobre, sentía que el contrario estaba a punto de decir lo ridículo que sonaba pero en cambio, solo lo observó desviando la mirada de él. Contrariado por su actitud supo que tal vez le afectó lo que dijo, por lo que siguió hablando—. A-acabamos de platicar y me dijiste que estabas en otra ciudad, ¿Qué rayos fue eso? ¿Llevas días evitando a todo el mundo estando encerrado en tu propia casa?
—Qué te importa.
Nota como Bonnie aprieta ligeramente los puños a sus costados pero sigue sin mirarle directamente, suelta un respingo y niega hasta de alzar ligeramente la mirada.
—Eso no te da derecho a escabullirte en mi casa.
—¿Significa que de verdad has estado aquí casi toda la semana? ¿Por qué tus padres te están cubriendo con esta farsa faltando a clases? —Se acerca unos pasos y nota como la avalancha de de interrogación parece quebrarlo ligeramente al sentirlo tan recto, sin responder absolutamente a nada, solo respiraba pausadamente, siendo eso lo único que escuchaba de él—. Bonnie, dime algo.
—Joder... —Murmura una vez traga grueso y, por alguna razón, una extraña energía viviendo de parte del contrario lo golpea al cuerpo, abrumadora. Hizo una mueca y apretó el suéter holgado que vestía antes de evitarle mas la vista, no podía mirarlo a los ojos, no se sentía con la fuerza de observar aquellos jades relucientes—. De verdad no quiero discutir, Bon, te ruego salgas de mi casa ahora y pretendas que nada pasó.
El menor quería repicar, sabía que lo miraba reprobatoriamente, pero no estaba dispuesto a hablar con nadie en aquel instante, mucho menos con él... ¿Por qué con él?
—Bonnie...
Respiró hondo, intuyendo que de cierta manera que el chico estaba dolido, sin saber qué decir o qué hacer, se decidió por fin a alzar la mirada cubierta por aquellos opacos anteojos, ahora es que apenas se fijaba que había una escasa luz de luna menguante, sin embargo, el menor se erizó en su sitio y abrió los ojos más de lo usual por alguna razón, parecía sorprendido.
—Y-yo... No, no era mi intención venir así... Solo que de verdad estaba preocupando —Habló de manera dócil, sintiéndose intimidado, a pesar de no visualizarlo, la mirada de piedra y la expresión firme del mayor eran suficientes para dejarlo sin palabras—. Simplemente no te comunicaste y todos... Bueno, yo era el único que no sabía nada, sé que fue mi culpa por no hablar luego pero, soy orgulloso a veces, lo siento...
El de hebras violetas suspiró, llevó varios de sus mechones atrás de su rostro debido al tiempo que hacía en el lugar, no era fácil seguir platicando allí.
—Vamos...
—¿A-a donde?
—A mi cuarto.
Bon por alguna razón siente sus mejillas más cálidas y Bonnie nota el gris más oscuro que le adorna el rostro, ya se me hacía raro no verlo.
—Allí es más fácil salir sin ser visto, además, no quiero que te caigas por el árbol y luego me toque una demanda a mí por daños —Explica brevemente y alza sus hombros—. Este lugar ya es jodidamente frío.
—¿Y esta habitación de quién es? ¿No es tuya?
—Es la de invitados, ya no hables.
El menor quedó con la boca abierta y simplemente cual idiota siguió observando el pasillo tras seguirlo y llegar a su cuarto. No era muy diferente, solo que más espacioso y en vez del piso las luces de navidad estaban colgadas en el techo, dándole una iluminación mucho más reconfortante y tenue al lugar, a diferencia de la otra habitación e incluso el pasillo, aquel cuarto se sentía ligeramente más cálido.
Bonnie hace espacio y camina hasta el gran ventanal que tenía por ventana, contaba con un balcón, al parecer aquella habitación estaba más que preparada. Observa desde el lugar la distancia al suelo, luego mira los alrededores y asiente.
—Bien, aquí tengo una escaleras de cuerdas, no preguntes para qué, pero te hará más fácil todo —Saca el instrumento de debajo de la cama y mostrándole al contrario—. Espero que esta penosa situación te haga meditar, no quiero que menciones nada respecto a Fox y Chica, finge demencia o qué sé yo.
El peli-turquesa queda viendo cada una de sus acciones, seguía algo confuso todavía sobre lo que pasaba. Notando los rasgos del peli-morado apenas si con la escasa luz, se percata mejor de su vestimenta, se veía cómodo, traía un pantalón largo de pijama oscuro, estaba descalzo y, a pesar del ambiente, abrigado con aquel grueso suéter claro arremangado en los brazos, apenas si se vía ligeramente su clavícula marcada, sin embargo, lo que le llamó la atención de esa demostración no fue eso.
—¿Eso es un chupetón? —Susurra al acentúar la mirada y notar una ligera mancha violeta, por su clara piel era más que evidente, debido a la luz fue difícil de percibir. El contrarío parece escucharlo porque inmediatamente lleva su mano hasta su cuello y lo queda viendo, a través de los anteojos sentía una cara que expresa un sentimiento parecido a la sorpresa—. ¡Oh! Este... N-no quería decir nada con eso ja, solo es una sorpresa...
«El chico tan precavido que se espanta con la idea de dar un beso en actuación, ahora en esta situación... Bueno, no podía comentar nada al respecto, pero vaya que era una sorpresa»
—Bueno, cada quien es libre de hacer lo que quiera, solo fue...
—Es una picadura, genio.
Carraspeó ante su excusa y quedan prendados en un incomodo silencio, uno muy extenso, por algún motivo ninguno se atrevía a darle fin. Bon se rasca la nuca, sintiendo nuevamente el rubor en sus mejillas... Ser tan observador a detalles físicos nunca fue una virtud con la pudiera lucirse, o siquiera alegrarse, y menos si fijarse en esos detalles seguían siendo un impedimento cuando se percataba de alguna situación en específico. Ninguno hablaba, el panorama tenso era casi tan fácil de cortar con un cuchillo que aterraba, se sentía inquieto por algún motivo... Tal vez solo era la ansiedad que le causaba mirar como el de hebras violetas seguía sin desenredar aquella escalera de soga, o simplemente la incomodidad ante ciertos detalles del contrario como...
—Oye... ¿Tienes la mejilla algo roja, no? —Indica al acercarse ligeramente, con cautela, sintiendo como con sus lentos y detenidos pasos se volvían invasivos, su corazón se aceleró. El contrarío deja de hacer lo que estaba haciendo para fijarse en su propio rostro. Bonnie toca el lugar izquierdo de su cara, desde hace rato sentía la mirada fijamente pero no quería pensar que el motivo fuese ese, no se percató para nada luego.
En un rápido movimiento, sin previo aviso, Bon le quita aquellos antojos que mantenían la mirada rubí del mayor de la suya, sintiendo como estos se resbalan de sus manos al percatarse completamente de aquella escena. El rostro, aquel que se había imaginado todo el rato de manera intimidante, se encontraba en una situación precaria al percibir una hinchazón del lado izquierdo, no se notaba a escala, pero era facial de asimilar al ver que no siquiera podía mantener el ojo abierto correctamente.
—¿Q-qué...? ¿¡Qué rayos es esto!?
Bonnie sentía un déjà vu justo en ese instante, se mareó ligeramente mientras una ola de emociones le azotó de golpe ¿Qué sentía? ¿Rabia? ¿Enojo? ¿Pánico? ¿Nerviosismo? No, nada de eso, a pesar de hallarse en aquel estado todo lo que salió de él fue un cansado suspiro. Sin tener idea qué decir, quería gritarle al menor por haber cometido tal imprudencia sin aviso, pero las palabras de su boca no salían.
Bon sintió sus pupilas dilatarse, lo que veía lo había dejado con una severa impresión, y más notar que el contrario no reaccionaba ante todo lo que estaba sucediendo ¿Si sabía que pasaba no? ¿¡Por qué no hablaba!?
Y allí con todo el pánico del mundo, se percató de algo que hasta ese momento piensa si fue mejor saberlo o no, como lo hizo sentir no era algo que quería repetir, sin embargo, sabía que a pesar de la situación, no era el que lo había pasado mal. Allí estaba, la marca que pensó de lejos era de alguna situación vergonzosa, no era precisamente pequeña, se extendía ampliamente por la parte trasera de su cuello y espalda, se percató cuando lo vió ladear la cabeza hacia un lado, tal vez procesando ser descubierto, pero no sé imaginó eso.
—T-tú... ¿Qué...?
Bon sentía como todo se atora en su garganta mientras un nudo de pésimas emociones le hacían presión en el estómago, su cabeza había comenzado a dar vueltas y su razonamiento se estaba yendo cada vez más y más lejos de su sistema. Actuando precipitadamente se acercó al mayor, sin darle tiempo a reaccionar lo jaló del comienzo de la tela del abrigo y de esa manera lo intentaba obligar a despojarse de ella.
—¿¡Qué haces!? —Repica Bonnie una vez de la forzosa situación de desprenderse de su prenda. Persistió por todos los medios que esto no ocurriera, pero aún así, eso no fue impedimento para el contrario contando que si hablaban de fuerza física, él lo sobrepasaba a escalas—. ...
En ese instante deseaba con todo su interior que lo que había visto de verdad se tratase de un pequeño chupetón consensuado y no de eso...
La clara piel del peli-morado, a gran escala estaba totalmente mancillada con aquellos pronunciados hematomas que se distribuían por su cuerpo, grandes moretones de tonos violetas, rojos y verdes, a los costados de sus costillas, en su estómago, por el pecho, marcado los hombros. Cubrió su boca y sintió la inmensa necesidad de calmarse, despeinando su celestina cabellera mientras la presión repentina lo carcomía, no sabía que pensar.
Bonnie se encontraba sentado en el suelo, con las manos a los contados de sus piernas, frente al menor, ¿Qué debía sentir en aquel instante? Le recordaba a esa situación... ¿Cuándo? ¿Con Fox por sus lentes? No, era mucho peor, no era igual aquella fragilidad ante la sorpresa, está era una que sobrepasaba todo eso, una que no había sentido en tantos años que de verdad pensó que evitaría repetir nuevamente. Se sentía decepcionado, decepcionado de mostrarse a sí mismo en tan patética manera ante él.
Apretó con fuerza los ojos y mantuvo la vista al suelo, no quería ver aquella mirada de lástima, sabía que estaba en la mierda, había intentado todo lo posible por evitar una situación parecida, mucho había tenido cuando tuvo que dar las explicaciones llegando ¿Ahora él también? Joder, quería que se largara, que al ver su débil estado solo se disculpara por la situación y que se fuera sin saber que decir, sin querer meterse más en sus asuntos. Pero, demonios, no estaba haciendo nada ¿Por qué Bon no hacía lo que quería de una vez? Necesitaba que se largara, ¡Quería que se fuese! Y aún así...
—¿P-por que...? ¿Por q-ue t-tú...? —Alzó aquella mirada escarlata tras escuchar esa voz salir de forma rota, por alguna motivo lo hizo crispar. Dispuesto a ver desde el piso al menor, Bonnie abrió los ojos con impacto tras percatarse como de aquellos jade que tenía él por ojos, relucían ante la escasa luz que se percibía en la situación apenas y, se hallaban completamente empañados por las gruesas lágrimas que escapan sin cesar una y otra vez. Bon intenta limpiarse el rostro al percatarse pero no lograba accionar otra cosa pues volvían sin darle tiempo—. ¿Por qué tú...? Tú...
—¿¡Eh!? ¿¡Por qué lloras!? —Preguntó alterado en un susurro, sorprendido de que su propia voz saliera—. Deja de hacer...
—¿¡Por qué pasó esto!? —Le recrimina desde su lugar y Bonnie queda quieto tras sentir la veracidad de su voz y su firmeza, no dice nada y y pasan los segundos en silencio, luego, ablanda la mirada, pues, a pesar de todo, este seguía derramando lágrimas frente a él cual un pequeño viendo algo que le aterraba y asustado de ello... ¿A qué le temía?—. ¿¡Por qué no dijiste nada!?
¿Por qué no lo había hecho? Pues...
—Porque no importa.
Responde simple, tras mirar al menor y que de este todavía siguiesen brotando lágrimas. Suspira y desvía la mirada. Dios, a veces se sorprendía de lo difícil que se le hacía seguir de frente al menor, contando con que sus sentidos se sentían expuestos a gran escala con cada instante que se planteaba su cercanía, todo aquello lo tenía carcomiendole.
—Porque sé que soy alguien patético, Bon —Continua de forma ligera, mientras su suave voz sale propiamente de sus labios—. Y sé que si me pasa algo es por mi propia mala suerte, así que no hay necesidad de decir nada... Piénsalo, tú no le dices a la gente cuántas veces te tropiezas caminado ¿Cierto? Solo comentas que caminaste mucho, así a ellos solo les queda pensar que te tocará seguir caminado. A nadie le importa si te tropiezas mientras caminas, solo sí llegas mientras sigues.
Bonnie no escucha repuesta del menor, por lo que gruñe de manera baja al sentir una incomodidad punzante en su costado. Ahora que lo recordaba, Bon llegó justo en el momento en el que iba a curar sus cicatrices, lo mejor sería actuar como si nada, antes de que pensara en otra pregunta ridícula.
—¿Podrías pasarme el ungüento que está en la cómoda? —inquiere y rápidamente su petición fue escuchada y elaborada de una manera torpe—. Bien, dámelo.
Bon no reacciona y queda de pie con ello en manos, Bonnie arquea una ceja observándolo limpiarse el rostro luego de procesar todo sin decir otra cosa.
—Dámelo —Vuelve a pedir, tal como si se tratase de estar hablando con una persona sorda, no reacciona más que viendo el envase, así que supuso que lo hacía a propósito—. ¿Podrías darme eso, por favor?
Bonnie nota como éste se acerca unos cuando pasos y decide sentarse en frente, de rodillas al suelo junto a él. La tenue luz no era favorable a su visión más que para percatarse de los colores que ya perciba de este, sabía que seguramente su piel se encontraba sonrojada por andar llorando por cuestiones sin sentidos, sus ojos esmeraldas, brillando aun más al estar cristalizados por sus lágrimas, lo aturdieron. Por impulso, con la yema de sus dedos tocó la mejilla del menor en apenas si un ligero roce que se mantuvo unos instantes, sabía que el contacto con el contrario lo ponía inquieto, pero no pudo parar la inercia de sus propias acciones.
—De verdad te afectó, eh —Comenta pasando ligeramente por el inicio de su mejilla, no estaba seguro, pero percibió unas diminutas pecas, o no sabía si era su imaginación, siguió así un par de segundos hasta darle una palmita en el pómulo derecho haciéndolo reaccionar—. Deja de llorar, no te hicieron nada a ti.
—No entiendo cómo eres capaz de decir estas cosas —Habló bajo, desviando la mirada de él, mientras intentaba recuperar la compostura luego de quebrarse de esa manera, simplemente no lo controló—. Esto no es normal ¿Por qué actúas tan natural?
—¿Ah? —Lo tomó desprevenido, parpadeó par de veces y alzó sus hombros ahora descubiertos—. Pues... No sé...
Vuelven a sumergirse en un silencio que no saben manejar, ya Bonnie no hallaba la manera correcta de decirle que se fuera por la situación en la que se encontraban, así que pensaba arduamente en un plan B que lo sacará de esta. Le da la espalda al menor tras meditar y arregla mejor su coleta atando su cabellera mucho más elevadamente.
—¿Qué...?
—Bueno, si no me vas a dar el ungüento por lo menos colabora con lo que me es difícil de curar —Inquiere y aún no viendo al contrario sabía que su reacción había sido de una total vergüenza—. Normalmente es más difícil en toda el área del omóplato derecho, siento que está más afectado que el resto y me cuesta algo tocarlo.
Bon observa con detenimiento la desnuda espalda del chico frente a él, totalmente machada de aquellos golpes, pero no quería percatarse de eso. Le resultaba raro notar que si era tan delgado como aparentaba, sin embargo, la figura de sus huesos no se marcaba como se lo hubiese pensado considerando que a veces se le venía la idea de que no retenía grasas, tenía una espalda ancha para su contextura, pero se distribuía... También había pensado que podría tener una figura más femenina, pero su cintura era algo ancha de lo que esperó, así que notar que aquellos rasgos afinados eran sumamente escasos le sorprendió.
Empezó aplicando por donde le había dicho el peli-morado que le era más dificultoso. Este se erizó en su lugar tras sentir la mezcla fría tocando su piel, Bon sin decir nada comenzó en la labor sin rechistar, escuchando las ligeras incomodidades del mayor.
—¡Uhg! —Murmura tras sentir como el menor sin querer hizo presión en uno de los moretones, rápidamente lo escucha disculparse—. Vale, no importa.
El relajado ambiente que quedó tras ellos les fue fácil asimilar después, era mucho menos difícil acostumbrarse a lo cómodo que mantener las condiciones perturbadora tras una y otra cuestión, sin embargo, eso no quitaba que dentro de la cabecita de nuestro querido chico de piel gris y cabello turquesa ante la vista del peli-morado, se preguntase una y otra vez qué era exactamente lo que había sucedido y cómo fue que pararon a este punto. Sabía que Bonnie no era fácil de llevar en cuanto a pláticas personales, pero ansiaba una respuesta, no podía pedírsela con libertad puesto que había llegado a irrumpir en su casa sin previo consentimiento, así que ¿Cómo solucionaría su inquietud?
Bonnie suspiró tras sentir el suave toque en la parte de su costilla, se le había hecho relajante, tal cual un mensaje de spa, solo que el menor no era masajeador, y no estaban exactamente en un sitio en el que se sintiera relajación por delante.
—¿Podrías mover tu cabeza un poco? —Sin meditarlo Bonnie ladeó la cabeza, dándole libertad al menor de aplicar la crema en el área, y sintió como pasaban con un cuidado especial incluso sabiendo lo mal que estaba—. Bonnie... ¿Cómo fue qué...?
—No te importa.
No lo había dicho de manera déspota o despiadado como suele ser su actitud, simplemente fue una afirmación calmada que dio sin opción a malintencionados, explicando exactamente lo que quería decir con ello. Bon frunció el ceño ligeramente y siguió el camino con el ungüento hasta su hombro, nuevamente, lo vio crispar.
—Pero... Yo quiero saber, por qué estás así —Deja de hacer su labor y sus manos pasan ahora a estar situadas en el suelo. Nuestro protagonista siente una ligera presión en su hombro, no lo suficiente como para que diga que le dolía pero si para notar que cargaba un peso extra, en ese caso, la cara del menor, recostó su frente allí mientras intentaba mantenerse en su postura—. No puedo pensar que todo eso pasó y no comprendo nada, sé que no me debería meter pero... No quiero que sufras solo...
El peli-morado deja pasar los instantes y Bon siente la templada de su silencio, parecía estar pensándolo con detenimiento, sin embargo, a pesar de tener las expectativas por el suelo sus esperanzas regresaron al escuchar las palabras salir de sus labios.
—No busco que alguien quiera sufrir conmigo ¿Sabes? —Arruga el entrecejo y crea una mueca tras sentir que el menor asiente sin percatarse de que si le había dolido por eso—. Yo... Solo no quiero que esto tenga más importancia de la que debería ¿Me entiendes?
—Pero... es importante.
—Pero no tan importante —Rectifica y no lo escucha hablar de vuelta—. No voy a decirte que me es fácil aceptar los golpes. Generalmente cuando ya has estado acostumbrado a las múltiples circunstancias te es completamente indiferente cuando vuelve a pasar...
Intenta explicarse con el aire aclarado, sintiendo que sus propias palabras carecen de sentido, no había apartado al menor todavía de su hombro y no tenía la intención de hacerlo puesto que, aunque le resultaba doloroso, le aliviaba a la vez.
—Cuan... Cuándo algunas personas te ven diferentes es normal que en algún punto consideres esas miradas como cualquier cosas porque te adaptas al ambiente pero... No quiero decir que me adapte a esto, simplemente ya no le veo sentido a que me afecte, entonces no es importante, por lo que no deberías llorar por una debilidad que no te pertenece siquiera.
—... ¿Y por qué no lloraría por eso?
—Porque eso le demostraría a todos que eres así... Patético.
—¿No sería al revés? ¿Los demás no se sentirán patéticos al verte?
Esa cuestión lo dejo meditando, sabiendo que quería adecue con ello, su cabeza se volvió un lío en el que ya no quiso centrarse, no quería que los demás sufrieran por lo que el pasaba.
—No, porque no es necesario que eso tenga que mezclarse, porque no quiero que esos sentimientos de mezclen, y llorar por eso solo lo empeora.
Bonnie siente como sus propias palabras le generan tanto conflicto al repetirlas en su cabeza una y otra vez, él ya sabía que era débil, había dejado de lado el sentimiento de tristeza ante esa debilidad hace mucho, y lo había remplazado con un profundo desinterés ante su estado, no le importaba ser golpeado, pero sí le importaba la persona que se veía afectada tras verlo luego, ¿Cómo podría solucionar aquello?
Abre los ojos aún más al percatarse de como su hombro se sentía ligeramente más húmedo, pensó que tal vez sería el sudor pero se percató rápidamente que se trataban de las lágrimas silenciosas del contrario bajando descendientes.
—De verdad eres un caso perdido, eh ¿Por qué soy yo el que llora?
—Porque yo ya no siento necesidad de liberarme de esa forma.
Solo eran dos personas mostramos a flor de piel sus más profundos estados representando sus propias debilidades, cada uno a su manera en máxima expresión, mientras en tiempo pasaba sin siquiera avisarle, ¿Cuando rato llevaban de aquella manera? La palpable situación los hacia consiente de su alrededor y de lo que hacían, se les era difícil pensar que el día de mañana podrían tocar ese tema nuevamente, reviviendo el sentimiento del instante dado.
Bonnie estaba totalmente apaleado mientras sus marcas ya pasados los días se habían afirmado y no era tan llamativas, pero allí seguían, su poco pudor le hicieron frente a la situación, pero su vergüenza volvía de vez al recordar que no estaba solamente en una "situación"
Era su debilidad, la que más le acomplejaba y la cual todavía no podía controlar puesto que eso no era decisión suya. El estar tan expuesto frente a él, mientras mostraba su fragilidad derramando lágrimas con dolor, su estado era físico y el de él emocional, sencillamente le costaba asimilarlo. Más cuando sintió como lo rodeaba de la cintura con sus brazos y afirmaba su agarre para atraer más su espalda hacia él. Iba a reclamarle, y aún así, no fueron esas palabras las que expresó.
—De verdad creo que te admiro, Bon.
No obtuvo una respuesta, solo sintió más firme el agarre, sabía que seguramente intentaba ser lo más delicado posible debido a su estado, y solo se dejó llevar por sus acciones sin oponerse, recordando lo reconfortante que se le habían hecho los abrazos que había recibido hasta el momento, aquel no había sido una excepción. A pesar del frío, a pesar de que la noche fuera déspota con el termostato de su habitación, se encontraba cálido tras el confort de ese tacto que perduró.
El ambiente habría seguido de aquella manera, pero ambos se sobresaltaron al escuchar la puerta ser tocada.
—¿Bonnie? ¿Estás allí?
Era definitivamente la voz de su madre, rápidamente nuestro peli-turquesa se despegó del acto con los ojos aguadosz y Bonnie se levantó con brusquedad para impedir que la puerta fuese abierta, tenía que ser sigiloso tras pasarle seguro. No podía explicarle a su mamá todo en aquel momento, sabía que no creería que había dejado pasar a un compañero a casa mientras afirmó una infinidad de veces el propósito de no responder a ninguno, ella conocía su terquedad ¿Qué le diría? ¿¡Que se metió por la ventana!? ¡Qué va! Aunque pareciera despreocupada su mamá era una loca paranoica.
—Eh... ¿Por qué la puerta está cerrada? Bonnie —Volvió a llamar una vez intentó abrir y no pudo. Aún sabiendo que nada malo estaba sucediendo el pánico en ambos chicos fue relativamente fácil de percibir—. Bien...
Escucharon los pasos de ella alejarse, Bonnie se separó de la puerta y rápidamente empujo al contrario acercándolo a su balcón.
—¿¡Qué haces!? —Cuestionó alarmado en voz baja tras ver sus intenciones.
—Sal por donde entraste.
—¡Yo no entré por aquí!
—¡Jodete!
Volvieron a escuchar un ligero tacón resonante acercarse, sin previo aviso Bonnie empujo a Bon al suelo y lo obligó a meterse bajo su cama, pasaron solo milésimas de segundos en cuanto la puerta fue abierta tras haber quitado el seguro dejando ver a la figura de la mujer que le había dado la vida, todavía llevaba su uniforme y ahora también traía una muy mala cara. Se sorprendió al verlo de agachado frente al costado de su lecho.
—¿Por qué no abrías la puerta? —Inquirió arrugando el ceño y rápidamente Bonnie se levantó y se percató de que todavía andaba descubierto en la parte de arriba, por lo que trató de no darle importancia a la mirada fija que tenía su madre sobre él—. ¿Qué sucede?
—Oh, nada... —Comenta mientras desvía rápidamente su mirada a la prenda tirada a un lado—. Yo iba a tomar un baño ahora.
—¿Tan tarde?
—Es que me quedé dormido y no me dio tiempo...
—Pero está haciendo más frío de lo usual, conejito.
—Sí, eh... Creo que se dañó mi termostato, no tengo frío ahora...
Ella lo escruta con la mirada y él decide no ceder ante su inquisitorial vista, puesto que no podría decirle que se hallaba alguien bajo su cama bajo ningún riesgo.
—Vale, entonces ve a la tina. No necesitas alguna esencia ¿Cierto? —Bonnie niega y ella cruzada de brazos apretando los labios ligeramente—. Sobre lo de tu siguiente cita, ya avisé para cancelarlas todas, así que no te preocupes.
—¿Qué? ¿Por qué?
Cuestionó incrédulo tras parpadear un par de veces.
—Cómo que por qué ¿No estás viendo todo? —Habla apuntándolo con la mano mientras sus palabras salían apresuradas—. No permitiré que vayas nuevamente a esa ciudad solo, tendría que tener un ratón por cerebro para volver a cometer tal estúpidez.
—¿Eh? ¿Y dónde queda mi decisión? —Inquiere con cierto enojo cuando la ve reafirmar su postura arqueando una ceja—. Mamá, ni siquiera me avisaron cuando ya tenía cuatro citas programadas, y ahora no me vuelven a avisar cuando las cancelas ¿Por qué...?
—Porque es la decisión que yo tomé y eso debería ser más que suficiente para ti —Afirma de manera firme y Bonnie cierra la boca para tragarse sus palabras al escucharla—. Nunca he querido que salgas lastimado y aún así es todo lo que puedo lograr cuando no te veo un minuto, no sé cómo mantenerte a salvo de eso, si pudiese te acompañaría pero no puedo, y simplemente no resultan de la manera en la que pienso cuando busco una solución para ti, y aún así...
Su voz se vuelve cada más frágil con cada palabra que se desliza de sus labios, Bonnie intenta cubrirse con la prenda al percatarse de que, mientras habla lo sigue monitoreando y eso sencillamente le hacía consciente de su propio estado.
—¿Qué fue eso? —Pregunta tras notar un extraño movimiento, da unos pasos y Bonnie alarmado rápidamente la detiene al sostenerla del brazo, lo que no se percató era de que aún con la escasa luz ella visualiza algo que no estaba allí antes—. ¿Y este corte?
—¿Eh? ¿Cuál? —Mira su brazo y se percata cómo es que había una gran rasguño haciéndose visible con sangre en su antebrazo, quedó sorprendido puesto que no siquiera había sentido el dolor, pero rápidamente supo en qué momento pudo haberse realizado—. Ah, esto... Sin querer rompí un jarrón mientras arreglaba unas cosas, no es nada, ni siquiera me duele...
No puede terminar sus palabras porque un escalofrío le recorrió la espina dorsal al ver su cara espantada. De haberlo sabido la habría dejado mirar bajo su cama pues resultó peor la cura que la enfermedad.
—¡Mamá, de verdad no es nada! —Afirma acercándose a ella y rápidamente observa cómo sale de la habitación y al poco instante llega agitada tras traer el botiquín de primeros auxilios, verla alterarse de esa manera le impedía decir algo y simplemente seguía sus indicaciones posteriormente lo sentí en su cama y rápidamente comenzó a desinfectar su herida. Gruñó cuando sintió el ardor y la presión que hacía con cada una de sus acciones, se estaba precipitando—. Ma... Eso me está doliendo.
Ella se detuvo de manera abrupta y quedó quieta mirando como vendaba la herida de aquel corte, quedó asi unos instantes en los que regula su respiración mientras asentía tras el nerviosismo.
—Sí, lo lamento, lo siento... Yo no quería que... Perdóname —Salió de forma átona de sus labios y el contrario entendía perfectamente que no se refería al brusco vendaje, sabía que intentaba por todos los medios aparentar tranquilidad, pero el cúmulo de emociones la estaba sobrepasando—. Yo no sé cómo... Ni antes ni ahora, perdóname, por favor...
Cada vez salía más baja la disculpa silenciosa. Sintió como su pecho se oprimió y respiró profundamente. Evitó que siquiera vendando y con ambas manos la obligó a mirarle a los ojos, a pesar de que eso le incomodaba a él, necesitaba que supiera que no pasaba nada malo, sus párpados estaban listos para estallar entre lágrimas pero ella se contenía, lo sabía, a su madre no le gustaba llorar frente a él pero a pesar de que agradecía eso, tenía en cuenta que de cualquier manera se liberaría en silencio, sin que él lo notase. Ella, quedó absorta en sus brillantes rubíes, siendo únicos a su vista, completamente inquietantes y a la vez tan hermosos... ¿Cómo algo con tanta belleza los había hecho sufrir tanto?
—Ya, no vaya a llorar ni ahora ni después, estoy bien —Afirma de manera suave—. Tiene razón, no se pueden evitar ciertas cosas, pero de verdad agradezco que me hiciera ir, mamá. No mentí cuando pedí que dijera que me había divertido, en términos generales lo que no disfruté fue el domingo.
Ella frunce el ceño cuando él alza los hombros restándole importancia. Siempre hacia lo mismo.
—No quiero que vayas, no me perdonaré yo misma si esto se vuelve a repetir. Salimos de esa ciudad para evitarlo, no sé cuándo pensé que sería genial meterte en la boca del lobo de esa manera —Indica irónicamente, tras sentir la sube caricia de su hijo sobre su mejilla, quería negarse, pero eso siempre le resultó un problema—. No permitiré esto. Pudiste haberlo pasado bien en la cita con el especialista y eso no quita que todo lo demás resultase peor.
—No... Bueno sí, pero esos idiotas se cansarán tarde o temprano.
Sintió la furiosa mirada de su progenitora sobre él y sabía que tal vez le estaba quitando demasiada importancia, pero pensaba en como aligerar las cosas, ella solía ser igual de terca.
—Mamá, no quiero seguir huyendo, cada que me pasa algo malo siempre piensas en que es mejor no seguir, pero a mí no me habría importado que las cosas siguieran como ya. No digo que aguantaría el maltrato, pero sí que tarde o temprano las cosas cambiarían por su cuenta sin necesidad de evadirlo una y otra vez, yo lo afrontaría ¿Por qué no lo harías conmigo también?
Ella lo meditó unos instantes y él pronunció las caricias sobre sus mejillas, llevó una mano hasta la de él y lo acompañó en el acto, acurrucándose ante aquella muestra tan inusual, sabía que intentaba consolarla y se cuestiona que fuese precisamente él ya que la situación debía ser al revés.
—¿De verdad te funcionó ir? —Pregunta esperanzada del buen lado, ver cómo asentía le hizo un conflicto—. Vale, irás de nuevo, bajo ciertas condiciones que voy a pensar esta misma noche... No puedo quedarme sentada mientras te pasas de todo, me preocupas y por eso me siento mal. No sólo soy yo Bonnie, somos varios, mira que no puedes seguro faltando a clases y respeté tu decisión porque sé que solo lo complicaría al dejarte ir así.
—Lo sé... Yo estoy comenzando a entenderlo —Y eso, le aterraba, cada vez que lo meditaba se daba cuenta de que en verdad habían personas que pensaban en él más de a simple vista, se sentía como una especie de carga—. Todo sucede por algo, no es para pensarlo mucho.
Ella niega ligeramente y luego separa su palma de su rostro para arreglar su propia ondulada cabellera violeta mientras miraba con detenimiento a su hijo, se veía tan poco afectado, tan decidido.
—Hoy me encontré con tu amigo pelirrojo, le dimos un aventón por la hora, al parecer le has ignorado los mensajes y las llamadas, se veía preocupado —Comenta con ligereza levantándose de la cama y recogiendo el botiquín, le hizo una seña para preguntarle si lo seguiría utilizando y lo vio negar—. ¿Sabes? Sé que eres alguien capaz de afrontar las situaciones, pero ver a chicos como él me hace darme cuenta de que lo mejor que hice fue sacarte de allí, aunque tú no quisieras, lamento no haber hecho más por ti, y me conforta ver este tipo de cosas.
Ella deja el botiquín a un lado y lo apega había su cuerpo, sintiendo el frío de su piel mientras intentaba trasmitirle todos sus sentimientos con aquel contacto, quería mostrarle la arrepentida que estaba por no haber hecho más, lo adoraba y le dolía no poder protegerlo.
—Sé que no he hecho mi labor bien... Lamento si no soy tan buena, perdóname.
Bonnie de verdad no comprendía que era lo que tenía que perdonar.

—Entonces... ¿Ya es más de media noche?
—Eh... Sí.
—Y quedé más de dos horas bajo tu cama porque se te olvidó que estaba allí y te dormiste junto a tu madre.
—Sí.
—Oh, genial.
Ambos estaban en el suelo de la habitación del mayor, con la vista hacia arriba observando las pequeñas luces de colores que adornaban el techo, Bon se daba cuenta de lo amplio que era el piso y Bonnie miraba atentamente las luces destellantes sin darle mínimo de relevancia a la presencia del contrario, después de tanto rato ya no le tomaba importancia a que estaba allí y no se había ido, más porque se olvidó completamente de él hasta hace un rato que se percató.
—Demonios, mi papá me va a matar —Comenta al querer ver la hora de su celular y confirmar su desdicha, estaba sin batería. Su padre no se molestaba si estaba fuera una noche, pero no había tenido reportes con él desde la mañana y cuando le pidió que comprarse los ingredientes para la cena cuando llegará del trabajo—. Me tengo que ir, ¿Puedes abrir tu ventana?
—¿Ahora? El vecino chismoso de aquí en frente verá sospechoso eso —Asegura con desinterés—. Después de todo, siempre sube la música cristiana por estas horas y la apaga a las tres de la mañana, no sé si está con Dios o hace un extraño rito satánico.
Bon ladea el rostro y lo mira incrédulo.
—¿Qué sugieres? No tengo uniforme, ni siquiera me he cambiado.
—Nadie dice que te quedes.
—¿Entonces?
—Solo cállate.
Quedan así varios instantes, pero Bon no soportaba el hecho de estar prestado ante el silencio, más que nada porque el tiempo corría y no obtenía respuesta.
—Entonces ¿Normalmente vas al psicólogo así?
—No... —Se lo piensa un rato y continúa—. Es la primera vez que tengo estas citas especiales, pensé que tiraría la toalla después de la primera sección pero resultó interesante.
—¿Qué tipo de interés te despertó?
—No sé, es un tipo inusual... En el buen sentido —Indica a lo que le recuerda al menor sobre la descripción que tenía del peli-morado ¿Tanto así le había agradado?—. Ya, solo quiero ver cómo acaba todo esto.
—¿Sientes que estás mejor luego de hablar con él?
—Siendo sincero, hoy me siento especialmente bien después de tanto, en ese momento fue igual, es algo completamente diferente que quiero seguir descubriendo ¿Entiendes?
Asiente sin saber si lo vio o no, comprendía el tipo de liberación del que hablaba, era la paz que le transmitía, eso era bueno.
—Bonnie... —Lo llama tras una pausa de no decir nada e inmediatamente escucha una seña de su parte para continuar— . Yo... Yo lamento haber insinuado lo del... Pues eso, antes... En tu cuello...
—¡Pff!
Bonnie contiene una risa tras escucharlo hablar y tapa su boca con su mano mientras escuchaba la repica del menor.
—¿Por qué te estás disculpando por eso ahora? —Cuestiona incrédulo y escucha al menor desvariar—. No creo que el resultado fuese mejor de que se tratara de eso, si lo piensas detenidamente se pudo haber considerado mucho peor.
—¿¡Eh!? ¡No! ¡Ni siquiera digas eso! —Indica rápidamente alterado—. Yo solo... Solo pensé que debería disculparme por precipitarme a pensar en ello.
—Hay muchos pervertidos en el mundo, no sería la primera vez que me pasara algo incómodo, pero intentaría afrontarlo, como siempre.
—Eh, no, no tienes que sentir que es como siempre. Dejarlo de esa manera es horrendo, y te deja a ti también así, eso es importante —Indica sintiendo un escalofrío tras recordar ciertos sucesos—. Además, me refería a que por ver algo fuera de lugar ya andaba pensando de manera precipitadamente sin saber, es como darle más vueltas a algo que sí no debería de importarme ya que es tu vida, en este aspecto ¿No?
—¿En serio? ¿Eso? ¿De verdad crees que en esta situación tendría cavidad lo que hablábamos? —No escucha repuesta de su parte—.Ya pasó, y no era el caso. Pues como te digo, no me importaría si hubieses pensado muy diferente de mí en ese momento, y ahora ¿Qué piensas?
—Que soy más prejuicioso de lo que hubiera deseado.
Contiene una risa tras oírlo y asiente aún recostado en el sitio. Ambos observan nuevamente hacia arriba sin decir otra cosa.
—¿Por qué pegaste todas estas luces aquí?
—Porque no me gusta estar complemente a oscuras —Confiesa para luego levantarse de su sitio y estirar sus brazos. Mira la hora en su celular y se percata de como justo en ese instante le llega un nuevo mensaje cierto poste—. Con que preocupado ¿Eh?
Como le había llegado apenas el mensaje supuso que tal vez se encontraba conectado, por ende, despierto, por lo que rápidamente marcó a su celular, siendo seguido de la mirada esmeralda del menor esperó a que repicaron apenas la segunda vez cuando ya se hallaba respondiendo.
—Buenas.
—¡Tú, rata! —Lo escucha hablar con cierto reproche y rueda la vista hacia un lado—. ¿Dónde se supone que estás?
—En mi casa.
Nota como Bon abre los ojos con sorpresa al escucharlo decir eso y decide continuar en su llamada.
—¿En serio? —Bonnie se percató como rápidamente todo el enojo en su voz pareció desaparecer, y sonrió ligeramente tras pensarlo—. ¿Ya está aquí? Pero hace poco vi a tu mamá y dijo que...
—Solo te quería decir eso, y que ignores el mensaje de esta mañana, te veo en unas horas.
Tras despedirme cuelga y no le deja hablar de vuelta, Bonnie toca ligeramente su mejilla izquierda, notamos que no estaba tan hinchada, bueno, sí lo veía de cerca pero podía disimularlo con las gafas y uno que otro truquillo nostálgico.
—¿Vas a ir a la HS?
—Sí, y tú llegarás muy temprano mañana para irnos —Expresa tras acomodar sus prendas y subiéndose a su cama—. No quiero hablar mucho cuando te vean en la casa tan de mañana, así que serás rápido.
Bon queda totalmente mudo tras verlo de manera tan decidida, así que con eso ya le estaba dando a entender que lo dejaba pasar allí la noche, seguía sintiendo vergüenza pero no le quedaba otra opción, andar vagando por las calles a altas horas nunca fue su ideal sobre todo si no sabía con qué raro podría encontrarse. Observó atentamente como el mayor se comida a en su lecho y solo meditó estando en el suelo lo siguiente que pasaría.
—Creo que hoy si voy a poder dormir cómodo —Murmura por de bajo y cubre su rostro con su almohada preferida.
—¿Puedo cambiarme?
—¿Tienes ropa?
El de hebras turquesa negó y lo miró desde su sitio con media sonrisa.
—No, pero el suéter que llevas ahora sí me quedaría —Tras terminar la frase sintió como su cara era golpeada por la prenda holgada, viéndola en manos notó como el mayor se acurrucó en su sitio dándole la espalda y refunfuñando—. ¿Qué? ¿Se supone que duerma en este frío?
Pronto a él llegaron un montón de mantas y dos almohadas. Para el peli-morado su cama no era nada pequeña, pero no invitaría a el menor a dormir a su lado conociendo que tenía un mal sueño, además, con eso a ella le bastaría, su madre sabía que le encantaban las cobijas, por lo que estás sobraban.
—Bonnie...
—¿Qué? —Murmuró con hastío al dar la vuelta, a él le entraba el sueño después de un rato pensando, ya había pensado y no había dormido en varios días, además de que se encontraba especialmente despejado. Pensaba que Bon podría callarse de una vez y dormir en el suelo—. Cierra la boca.
—¿Puedo pedirte un favor?
—Depende... Si está en mis parámetros puede que sí, como puede que no —Indica arrastrando la voz.
—Déjame acompañarte a tu siguiente visita con el especialista, incluso el viaje.
Volteó repentinamente la mirada a él y, como si fuese gracias del destino, sus esmeraldas brillantes chocaron con sus rubíes, haciéndolo sentir levemente diferente, no mal ni especialmente inquieto por adrenalina, estaba en un estado neutral que no podía describir ¿Qué era eso?
¿Qué pretendía aquel chico?
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Dedicado a: ArixUvU Fabi_- LuliTanBxB ShanLz0130 pIvA_dIvA_
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Nota de la autora:
¡Hello, mis estrellas!
Aquí Cami con un capítulazo luego de tanto tiempo, yep, este mes tengo que tener capítulo porque sí. ¿Saben que cumplo años exactamente en una semana?
Es puro interés, ¡Quiero mis felicitaciones! Jaja
¿Qué les pareció todo? ¿Sorprendidos? ¿O fue mucho para su body?
Recuerden que a mí me gusta el drama, no innecesario, pero no sé hacer eso exactamente jaja, mucho problema xD
¿Les gustó el capítulo? ----->
¿Qué no les gustó del capítulo? ----->
¿Teorías? ----->
¿Qué creen que se trae Usagi? ----->
Bon es un Loquillo ¿No? ----->
¿Qué creen que pasé en el siguiente?
En fin, espero les haya gustado mucho, también quería mostrarle que ya me hice mi regalo de cumpleaños ¿Quieren ver?

¡Esta hermoso! Cada que lo veo me acuerdo de la historia, esto tiene mucho significado asi que aunque haya muchas pausas, ni piensen que la dejaré morir jaja.
Recuerden que si quieren enviar algo o un dibujito pueden hacerlo a mi Twitter: @CmCimi o mi Gmail: [email protected]
Actualmente ando subiendo algunos HC de la historia como situaciones tanto canon como fantasiosas, un día revelaré que es canon y que no jaja
En fin, como dato extra les daré está curiosidad que tal vez a nadie le importe; Tanto Bonnie como Bon han sufrido acoso por desconocidos, el primero en un aventón a su escuela que aceptó para no llegar tarde, y el segundo en el autobús —De éste lo sacó Fox—. El mundo está enfermo y ninguno de ellos se salva, por eso Bon-cito dice debería de importarle lo que le pasa :'D
Fue muy triste escribir esto, siendo sincera, me dolió más de lo que esperé así que, todos estamos tristes jaja tal vez (?
¡Eso es todo, coman mucho, dulce sueños, no se enculen!
Att: Cami <3
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