Capítulo 23: Tus sentimientos de fiesta...
Desde el momento en el que por fin sintió como el aire le llegaba nuevamente a los pulmones, tocó su frente, la cual se encontraba ligeramente húmeda debido a las pequeñas gotas de sudor que le recorrían. No podía creerlo, el alma finalmente le había regresado al cuerpo y cuando ya estuvo en sus cinco sentidos, la hormigueante sensación que se apoderaba de él le era indescriptible.
Se sentía increíble...
Era increíble...
Bonnie finalmente pudo darle una palabra a lo que se formaba en su cabeza después de todo aquello. El sentir de la post-actuación al haber realizado aquella hazaña por primera vez, era algo que no tenía precedentes.
Una risa nerviosa logró salir de su boca al conmemorar todo y, de esta manera, observaba disimuladamente a todos sus demás compañeros de teatro sintiendo el éxtasis del momento a tope. Chica ladeó la cabeza para mirarle, y se sorprendió bastante al escuchar la leve carcajada que soltaba el de enmascarado y oscuro traje. Nunca pensó que llegaría a verlo de esa manera.
—¡Lo hiciste genial! —Le soltó de golpe, por impulso, con sus amatista completamente iluminadas. Escuchar como aquel desentendido chico que había estado tan en contra de aquello le respondía soltando una risilla le apretó el pecho de regocijo. Miró a su alrededor y observó a los demás integrantes que no hacían más que calmar su emoción y, aquellos también que a pesar de no ser parte de su club aún así colaboraron para que todo resultase exitoso—... No, ¡Todos ustedes estuvieron geniales!
Los aplausos, las pláticas, la emoción, y la euforia que le brindaba aquel ambiente a Bonnie era completamente nuevo, algo que no esperó en toda su vida haber experimentado y, el sentir que lo había disfrutado tanto, fue aun mejor. Su cabeza había dejado de pensar, sus manos se sentía entumecidas, estaba tan pero tan feliz que ni siquiera reparó en un inconveniente que, seguramente, lo habría martillado al instante en otro momento.
Alguien había visto sus ojos... Una persona que no conocía y que tenía un 0% de su confianza lo había captado en un aspecto en el que él se consideraba muy vulnerable. Al haberse dejado llevar tanto por aquella inmersión, su personaje se había vuelto sí mismo en toda la palabra... Pero, a decir verdad, aquella curiosa chica que lo acompañó en el acto no pareció para nada disgustada.
Que ambos tuvieran los trajes de la popular serie no le fue de mucha ayuda al momento de intentar mantener distancia mientras improvisaba, pero en un momento dado, solo dejó que todo lo que tuviera que salir lo hiciera y se expresará de las más sinceras formas, las referencias curiosas y las actuaciones ocurrentes tratando de capturar la escencia de ambos personajes encandiló completamente al público, pues, aunque no había sido planificado, aquella coincidencia resultó ser algo demasiado atrayente a los que ya tenían en conmemoración la nostalgia que les brindaba aquella serie siendo representada en vivo.
El gato rison femenino que había entre los chicos de club se le acercó para regalarle una sonrisa, posando ambas manos en sus hombros para capturar su atención, ella soltó una contagiosa carcajada.
—¡Lo hiciste, lo sabía! ¡Sacaste tu chispa!
Bonnie se limita a asentir recordando la frase que Mai le había dado antes de subir al escenario.
Los gemelos comparten una mirada juguetona y por fin saltan de alegría, felicitándose entre sí. Bonnie no sabía cómo compartir aquello, así que observó a la distancia y, de forma extraña, se sintió contento por todo el grupo de ellos.
—Joder, estoy totalmente muerto —Soltó Fox, tras un largo suspiro mientras rascaba su oreja con aquel garfio de adorno que tenía para acompañar su vestimenta—. Estar en dos clubes de esta manera va a matarme un día de estos... Cuando me muera no van a poner en mi lápida; “Por ser tan multitareico en su queridísima preparatoria, agradecemos con orgullo que ahora se dirija a un lugar mejor que este mundo de porqueria, fin.” Ni siquiera existe el sentido en tanto esfuerzo... Al menos si no voy a tener eso.
Murmuró aquello último con la intención de que Bonnie no lo escuchara, pero al estar a su lado eso fue lo primero que captó su atención. Fox no se veía como el chico más dedicado a sus pasatiempos, pero sabía que disfrutaba mucho estar en su club original, y le extrañaba un poco el que dedicará tanto tiempo a algo que no le iba a dar notas con mucha diferencia... Aunque podía imaginarse el motivo de su esfuerzo inadvertido, aunque se quejase tanto.
Luego de que terminarán la última actuación de inmersión que tenían, le permitieron a Bonnie tomar un descanso, por lo que apenas soltaron eso Fox lo arrastró fuera del auditorio para guiarlo por los pasillos, mientras se quejaba de lo duro que había trabajado todo el día, y de lo sexy que se le hacía imaginar a la cama que tiene en su habitación esperando por su atractivo amo.
—Me sorprende lo rápido que el ambiente de Halloween se perdió luego de recoger —Comenta Bonnie, a lo que el pelirrojo asiente dándole la razón. Ya estaban a escasos minutos de concluir totalmente todas las actividades del evento especial, por lo que, cada club guardaba todo con antelación—, creo que fue mejor de lo que muchos esperaron.
—Sí, ni te imaginas cuánto, enano —Foxy no lo pudo ver, pero sabía que Bonnie había rodado los ojos al escucharlo, aunque no le repicó y simplemente sonrió de lado, eso lo extrañó—. Aunque, me sorprendió más ver a un borde con tan buenos dotes de actuación... Se notó tu esfuerzo, incluso me entraron ganas de ver Sailor Moon de nuevo.
Era un comentario que intentaba sonar burlón, pero seguía siendo halago, y aún así, le causó mucha más intranquilidad escuchar la risa que salía de los labios del más bajo al concluir con su oración. Bonnie asintió y siguió caminando.
¿Quién era ese chico y qué había hecho con el verdadero Bonnie?
Fox había escuchado que a veces en días especiales solian abrirse portales interdimensionales, en dónde misteriosamente podrían cambiar personas de universo sin siquiera darse cuenta, tal vez este sea uno de esos extraños casos.
El más alto achicó los ojos observándolo con duda, y Bonnie al sentir aquella punzante mirada decidió encararlo, ahora ya no muy contento por sentir que estaba actuado extrañocon él, dijo lo que se le pasó por la mente al observarlo.
—Gilipollas.
Tras concluir lo escuchó soltar un suspiro aliviado y allí, Bonnie pudo simplificar que tal vez, el chico que tenía a su lado no era muy normal.
—¡Rojo!
Tanto el de hebras violetas como el pelirrojo voltearon la mirada para encontrarse con el ya bien conocido buen amigo del segundo. Aquel chico de cabellera rubia ceniza traía puesta una máscara de esquí muy dañada pintada con leves manchas rojas, un abrigo descuidado y una motosierra que el peli-morado no podría asegurar completamente que no fuese real.
—¡Estropajo! ¿Qué haces aquí todavía? Esa chaqueta te queda genial —Comenta con una sonrisa, y Spring le responde con un chasquido amistoso apuntando su dedo—. Acompañaba al enano a tomar algo afuera luego de su show.
—Ohh, ¿Es así? Yo todavía no me he ido porque los del club de agricultura me dijeron que uno de los riquillos prestará su casa, y harán una fiesta por la buena recaudación de hoy. Hubo más gente que no era de la HS de lo que pensaron, así que van a celebrar —Aclara, con una pequeña sonrisa. Mira a su amigo y le da un codazo—. Los chicos del club de atletismo preguntaron si ibas a ir, y las porrista ya confirmaron su asistencia, varias ya te mencionaron.
—Uh... —Dudó unos breves instantes y creó una mueca. Bonnie notaba haleguas que Fox no tenía intenciones de ir a ninguna parte, pero su amigo rubio estaba demasiado metido en su emoción, por lo que no veía su reniego, después de todo, tenía una candente cita con su colchón en breves—. Creo que paso por hoy, ando en otro circuito ahora mismo.
—Woh, ya veo, que lástima, Brother —Se lamenta para después suspirar—. En fin, yo iré con Meg ahorita, así que nos vemos luego. Adiós, Rojo. Adiós, Moradito.
—¡Cuida a Meg de los raros porque sino tendremos grandes problemas! —expresa, viendo cómo él soltaba una risa asintiendo, mientras se alejaba—. Los adolecentes de ahora solo piensan en beber, festejar y todo eso, son una vergüenza ¿Cierto?
Murmuró como si hubiese perdido la fé en la humanidad mientras negaba con la cabeza, para después reírse de sus propias palabras.
—Ha, esas fiestas se pones locas luego de un rato, mejor no ir, así nos evitamos un problema.
—¿En serio?
—Pff, ¿Cómo qué "En serio"? No hables de forma tan crédula —explica, pero Bonnie por algún motivo sintió molestas esas palabras—, tal vez no hayas visto cosas tan locas, pero conozco mucho a la mayoría de estudiantes aquí. Muy libertinos y todo lo demás, pero en cualquier momento ¡Zam! Ya no sabes qué fue o con quién fue, o si fué siquiera, pero dicen que fué y tú te quedas con la de saberlo. Por eso solo soy un observador permitivo.
Fox hablaba de una manera tan extrañamente segura. Era como si certificara completamente que clase de compañeros tenía que, para Bonnie, resultó chocante el no familiarizarse con la mayoría de sus palabras ni con el sentido que estás tenían.
—Siendote sincero no entiendo de que me hablas, ni una sola palabra.
—Uy sí, ahora me vas a decir que nunca has ido a una fiesta de preparatoria.
—Nunca he ido a una fiesta de preparatoria.
Silencio.
Sus pasos se detuvieron abruptamente en su sitio y Bonnie volteó a mirarle al notar que no seguía caminando, ¿Ahora en qué pensaba ese pelo de mestruación?
—¿Me estás jodiendo?
—¿Uh? ¿Hablas de eso? No, no lo hago, lo veía demaciado innecesario para las veces. —Asegura, sin expresión—. Ese tipo de relación pública nunca resultó de mi agrado por varios factores; uno de ellos es la poca interacción social que suelo tener con los demás, y el otro simplemente es que... Las personas borrachas son casi tan molestas como tú. Pero, ve esto, ya aprendí a tolerarte.
Fox no dijo nada en cambio tapó su propia cara con ambas manos.
—¿Qué haces?
—Tu pureza quema mis retinas —expresa, a lo que él suelta un gruñido completamente hastiado. Levanta la cabeza de forma rápida y divisa rápidamente a su amigo rubio—. ¡Spring! ¿Dónde dijiste que es la fiesta?
Bonnie le jala del brazo al escuchar esa oración y ver en su rostro la mirada retadora que tenía, demostrando completamente sus intenciones, caminó por los pasillos rápido al no localizarlo.
—¿¡Qué haces!? ¿¡No tenías una cita!? —Exclamó en un susurro, Fox solo se limitó a alzar sus brazos restándole importancia a aquel asunto.
—No te hagas, estoy seguro de que en ese momento de tu vida nadie se atrevió a invitarte, pero aquí ahora estoy yo —Habló con sorna, aludiendo su presencia apuntandose con el pulgar—. ¿Quién no quiere ir aunque sea alguna vez a ver cómo los demás hacen un desastre?
—Yo...
—¿Seguro?
—...
—Lo ves, aunque sea por curiosidad, es normal que quieras, yo sé que sí.
Mientras hablaban caminaban apresuradamente y Bonnie ya no sabía cómo sentirse al respecto, si molesto por su invasiva propuesta o inquieto por no querer negarse completamente.
—E-el comportamiento de los demás en esas situaciones por las referencias que me sé no son...
—¡Shh! ¡No hables como Nerd que no lo eres! ¿Dijiste que me toleras más que a unos borrachos, no?
—¡No puedes compararlo! Apenas aprendí a tolerarte medianamente bien.
—Aun así, con eso es suficiente. Entonces puedo permitirme estos parámetros de demostrarte por primera vez que es una fiesta de preparatoria —Lo calla abruptamente con sus palabras. Bonnie no encuentra la forma de cómo responder aquello, solo se queda en blanco mientras parpadea un par de veces, incrédulo. El amigo de Fox regresó junto a él e inmediatamente comenzaron a intercambiar los contactos de ubicación, mientras su contrario sonreía porque al final sí había querido ir después de todo—. Iré a avisarle a los chicos, espero que sea buena.
No entendía por qué Fox repentinamente cambió de parecer, sabía que estaba agotado por todo y aún así, al escuchar lo que dijo, podría ser que... ¿Quería ver cómo vivía está primera experiencia? ¿Quería compartir eso con él?
Negó varias veces sintiéndose estúpido al pensar de una manera tan sentimental, tal vez las emociones revueltas luego de actuar lo había dejando con réplicas extrañas, ya no sabía que pensar, así que, lo mejor sería no pensar por un momento... ¿Cierto?
Bon terminaba de observar a todos los estudiantes que terminaban de arreglar sus locales, siendo un día bastante productivo pudo darse un respiro de las responsabilidades.
—¡No voy a aceptarlo!
Sin embargo, ese grito viniendo de una voz extrañamente familiar le hizo recapitular que todavía tendría que seguir en modo trabajo. Llegando al pasillo que daba a la salida de la institución se encontró con cierta rubia campanita junto al rubio magnate disfrazado de zombie, éstos eran escoltados por dos grandes y robustos hombres de traje negro. Sin poder evitarlo, Bon se acercó para averiguar sobre la situación y allí su amiga al verlo, inmediatamente se le aferró como una niña pequeña haciendo un puchero.
—¡Bon, no me quiero ir, no me quiero ir! Las chicas dijeron que ya iban a salir, y que juntas irían a un lugar... ¡Pero esos monos no me dejan! —Explicó de manera apresurada apuntando a sus escoltas, aferrándose más a él. Contadas eran las veces en dónde el de hebras turquesas podía observar a Joy en aquella condición tan infantil, solía ser una muchacha muy recta en todo momento, así que podía imaginarse lo mucho que quería asistir a aquel evento—. Y Golden no está diciendo nada. Ayúdame, puedes hablar con mi abuelo y decir que me acompañaras, por favor.
Pidió casi a forma de súplica y no supo cómo responder a aquello, peor al notar como ella alzó aquellos celestinos ojos, no podría negarse. Tenía un caparazón de papel ante las influencias, y sobre todo si se trataba de alguien a quién le tenía cariño.
—Esta bien, veré que puedo hacer, no me gustaría verte triste después —Asegura, acariciándole la cabeza, viendo cómo parecían brillarle los ojos y una sonrisa se posaba en su boca—. Yo solo...
—No, no vas a hacer nada —Habla por fin Golden, acercándose a ambos adolecentes con una mirada reprobatoria y los brazos cruzados—. Sé que tienes buena relación con mi abuelo y demás y ajá, Bon. Pero en esta situación en específico te recomendaría no meterte. No lo digo a mal, Joy sabe que hoy no está permitido para nosotros salir, después de todo, mañana comienzan las clases como regularmente y estoy seguro que tanto tú cómo yo queremos evitar la mayoría de problemas si te entrometes demasiado con los asuntos y decisiones familiares que son muy aparte de tí ¿Correcto?
Aquellas palabras dejaron estático a Bon, no las había soltado con enojo ni con algún tipo de desdén o reclamo, simplemente se sintieron filosas al ser tan autoritarias y cortantes. Joy lo observó, frunciendo el ceño por un instante, pero a los pocos segundos su mirada se ablandó al notar que los platinados ojos de su primo no cedían. Se separó de su amigo y, respirando profundamente le volteó mirar, ahora, con una pequeña sonrisa que intentaba demostrarse verdadera.
—Sí... Tienes razón, perdí la compostura, Golden, que vergonzoso... Haha —Arregla su cabellera atada para luego acercarse a Bon y depositarle un beso en la mejilla a modo de despedida—. Gracias por querer intentar, será para otra ocasión, chaíto.
—Pero...
No pudo terminar de hablar porque ya ambos se voltearon junto a los hombres que los acompañaba para salir de las intalaciones sin regresar nuevamente la mirada. A veces sentía que esa familia tenía temas muy raros, y le entristecía que Joy en algún momento pareciera hundirse en ellos, no quería que perdiera su brillo y se viera tan monótona como su primo.
El pitido de su celular lo sacó de sus divagaciones y, soltando una risa irónica, rodó sus esmeraldas. Se le olvidaba, obviamente ella no cedía así de fácil...
Ya poco después de que estuvieran a punto de cerrar el Comité de Bienvenida tuvo permitido por órdenes de la dirección retirarse a sus hogar, después de todo, al día siguiente tendrían nuevas actividades, sin embargo, la mayoría de los estudiantes no estaban muy interesados acerca de tener clases al día siguiente. Apenas salió aquel permiso, sus compañeras de Comité lo arrastraron hacía una dirección desconocida.
Pasaron aproximadamente 15 minutos en los que sus pies eran los únicos que se movían sin tener menor idea de a dónde se dirigía, pues a su lado solo estaban sus compañeras hablando entre risas de lo bien que la habían pasado hoy, alguno de sus compañeros varones, los cuales iban cómo vigilantes tras ellas murmuraban sobre lo que irían a hacer en una “fiesta” alegando que así, sin duda la disfrutarían.
—Esperen... ¿Estamos yendo hacía una qué? —Cuestiona Bon, dejando en silencio a todos lo que lo acompañaban que al poco tiempo se echaron a reír por su actitud tan despistada, mientras las chicas aclamaban lo atractivo que se veía estando perdido del mundo. Eso no le pareció del todo un halago, suspiró... Al menos ya le había mencionado a su padre sobre la posibilidad de llegar tarde, así que no le agustiaba mucho que se preocupara por eso—. Uh, ¿Y quiénes van a ir?
—Ouh, muchas personas.
Contestó uno de sus compañeros con simpleza. Ahora le entraba curiosidad saber si los del club de teatro estaban entre esas “muchas personas”, lo dudaba, puesto que no tenían la mejor de las relaciones con los demás para entrar en el tipo de confianza de invitarlo a algo parecido, pero tenía la leve impresión de que había una gran probabilidad de encontrase con ellos allí.
Tal como Bon lo pensó, la fiesta apenas comenzaba a crear aquel ambiente de seguridad para el público adolecente que coexistia, la gran mansión se hallaba decorada con luces tenues y de neón, el lugar se precesisaba totalmente oscuro pero lo que divisaba le era una vista increíble, la música ya iba acorde con muchos que bailaban y otros que platicaban ánimosos...
—¡Bon! Me alegra verte aquí.
—Bon, que genial se te ve ese disfraz.
—Oye, Bon, ¿No quieres tomar algo? Esto está exquisito.
—Vayamos a bailar.
—Acompañame.
—Oye, ellos quieren hablar un rato contigo.
No supo ni cuando ni cómo logró zafarse de todo aquel que se le acercaba apenas ingresó. El tener tan buena reputación como la que tenía le hacía un poco complicado el hecho de mantenerse fuera de atención, por una u otra razón muchos de sus compañeros querían pasar el tiempo con él, decían que tenía un gran sentido del humor y que era fácil disfrutar una conversación con su compañía, sin embargo, eso era algo que lo agobiaba en varios sentidos.
Subiendo las escaleras del lugar, no supo si estaba siendo invasivo al respecto, así que dudó un momento en pisar el siguiente escalón pero, una cara familiar asomándose desde arriba lo capturó en ese instante.
—Hey.
Le saludó con media sonrisa, aquella joven chica de grandes anteojos y piel ligeramente oscura, ahora su cabellera que siempre estaba atada en una coleta alta caía en rizos sobre sus hombros y se hallaba disfrazada con una túnica de seda blanca, perfectamente proporcionada, haciendo que cayera de forma delicada sobre su cuerpo, juntos, un cinturón de tono dorado que hacía de sus atributos más voluminosos sin llegar a lo escandaloso.
—Vaya, es una gran sorpresa encontrarte por aquí —Afirma, viendo cómo ésta asiente al escucharle, y algo aturdido por su apariencia y su presencia, sabía que ella no era muy amante de este tipo de eventos—. Pareces toda una estrella del Olimpo, lamento no haberme quedado para verlo antes.
—No te preocupes, tenia que ser, valió la pena ahora, supongo —Ladea la cabeza ligeramente y, dándole un sorbo a su bebida de peculiar tono, mira de arriba a bajo a Bon y no puede evitar disimular una sonrisa—... Y a ti no te va mal lo de príncipe encantador.
—Ha... Sabes, yo... ¡Soporté vientos infernales, despiadados desciertos...! —No pudo concluir la oración porque finalmente ambos sueltan una carcajada al captar la referencia y, tras calmarse, vuelve a mirarla de manera poco discreta haciendo que ella se recargarse más en la pared pareciendo despreocúpada al tener esos ojos siguiéndola—. A los del club les fue genial, eso sí lo sé, solo me quedé en la primeros dos actos y cunado volví ya estaban estaban por el último, pero me atrapó bastante.
—Y que lo digas, debiste haber visto al Zeus con su explosión de clorito sódico —Expresa con cansancio, pues limpiar después de aquel desastre fue agotador, al menos su presentación había sido la última—. Y las balas de luces luego de eso, fueron extremadamente complicadas.
—¿Balas de luces?
—Todo por la ciencia —Finalizó ella, tomando otro sorbo y alzando los brazos restándole importacia—. Las personas son capaces de distraerse tan fácilmente con cualquier cosa que tenga brillo, sea luminoso, llamativo o tenga humo, les gusta tanto interactuar de esa forma... ¡Ah, Fue tan divertido!
Bon no estaba muy seguro de cómo responder a su actitud actual, normalmente hablaba más predispuesta, pero ahora lo hacía con una jovialidad inusual, estaba seguro de que se encontraba liberandose tras ingerir la bebida que sostenía. Ella le clavó la vista y sin evitarlo se erizó en su lugar, vaya que esa chica sabía cómo atenerlo a un sitio sin que le disgustara, pero... ¿Qué significaba aquella mirada que le dirigía? Sentía que detrás de su pensamiento había algo más.
Él posó una sonrisa de lado y soltó un suspiro, tratando de no bajar la guardia, habló;
—Pero... Me imagino que siendo la Diosa Afrodita aún así te fue sencillo, después de todo, ella siempre logra atraer lo que quiere ¿O me equivoco? —cuestiona burlón y la escucha jactarse en su sitio, le da otro sorbo a su bebida y luego se la ofrece. Bon no es un chico de consumir alcohol, al menos, no era algo que hacía a menudo o que le aceptaba a cualquiera, pero tratándose de ella...—. Gracias.
—Es un placer y... Tienes razón, seducir sus miradas fue algo de lo más atrayente incluso para mí, pero, a decir verdad, la Diosa de la sensualidad nunca fue alguien con quién pudiese identificarme... Y ahora me cuesta pensar que te doy créditos con ese punto.
—¿En serio?
Ésta asiente, con seguridad se aleja de su posición inicial y se acerca unos pasos.
—Las dos tenemos visiones distintas, pero tal vez sí es cierto en que nos asimilamos si pensamos que ambas podamos implantar un pensamiento creciente en los demás, ya sea con seducción o veracidad. Al final del día el concepto de una Diosa justo ahora me da el razonamiento de creer firmemente en que lo que piense va a ser, y lo que hablé ya es... Y como conoces, es algo que tanto tú cómo yo sabemos.
—¿Pensaste todo eso en este instante o llevas meditando desde que llegué? —No obtuvo respuesta a su comentario burlón, solo un breve y apasible silencio que lo hizo entender que, tal vez, la chica que tenía justo delante de él intentaba concretar algo, no estaba seguro de si se estaba metiendo en un terreno muy peligro, pero finalmente aquella cuestión salió por si sola de sus labios— ¿Y qué razonamiento final tienes de todo esto? ¿También puedes pensar eso en este instante, cierto?
Observar aquellos ojos lilas a través del cristal con aquella tenue luz dejó a Bon ensimismado por breves, Lily había logrado crear un ambiente completamente distinto al que sentía cuando recién llegó, apenas intercambiando una serie de pensamientos, las ganas de quedarse a su lado por ese momento se apoderaron de su cabeza ¿Ese era el presentimiento que sentía? Le llamaba mucho la atención vicionar todo lo que decía y pensarlo tan veridiacamente, le atraía en cierto punto. Al observar la pequeña sonrisa que traía ahora podría asegurar que, seguramente, ella tenía en claro todo eso.
—Si lo pienso, debo. Si lo estudio, puedo. Y si lo hago...
—¿Y qué planeas hacer?
Ella lo miró fijamente unos segundos y, ahora que tenía ambas manos libres, alzó su derecha para repasar su propia mejilla sutilmente, de manera delicada, llevar sus dedos hasta sus labios, repasando lentamente la comisura superior, dejó su mano a un lado, sin dejar de observar al de hebras turquesas repasó está misma acción en el rostro contrario com su mano izquierda. Acarició despacio la mejilla de él, con sutileza, llevó sus dedos hasta sus labios y...
Una acción atrevida, un silencio sereno y una tensión penetrante.
Él tragó saliva e intentó concentrarse en otra cosa que no fuese esa indirecta, porque fue una indirecta, no era tan lento pero no idiota.
Consumió todo el líquido que ella le había ofrecido con anterioridad y repasó el sabor, era ligero y dulce, apenas se sintió un ardor por su garganta, no fue nada desagradable y sentía que en alguna otra ocasión ya lo había bebido antes, tal vez se trataba de cidra conociendo los gustos de la morena, así que estaba seguro de que no tenía muchos grados de alcohol y eso le aliviaba.
—Sabes... El Olimpo es un cielo despiadado, y tú ya eres una Diosa despiadada.
—No soy una Diosa —Tomó aire y luego jugó con sus mejillas de manera inantil—. Soy humana.
—Estoy seguro de que eso puede resultar peor...
—Lindo ¿Cierto? Solo riquillos por aquí y por allá, creo que el patente del presidente estudiantil vive cerca de acá también, ojalá no lo encontremos haciendo de la marca Pantene.
Bonnie no captó las palabras del pelirrojo pues su vista no se despegaba del camino, la zona por la que andaban se notaba adinerada, las grandes mansiones y conjuntos recidenciales abundaban, se le hacía poco creíble que alguien de alto rango prestará su morada para este tipo de situaciones, ya que, si fuese su caso, no lo haría por nada del mundo. Las calles ya eran luminosas pero, a su beneficio, el brillo que expandía aquella luna llena lo envolvía en el ambiente.
Ahora que lo pensaba más a fondo... No había pasado nada especialmente inusual aquel día, había sido advertido por más de una persona sobre tener cuidado la noche de Halloween, pero no tenía en cuenta de que para su desdicha o desgracia, todo resultaría extrañamente favorecedor. No habían pasado sorpresas, no habían pasado situaciones raras, y desde el evento en el auditorio se sentía más activo que nunca.
Desvió disimuladamente la mirada y observó como es que era el último caminando. Se habían atrasado un poco porque cuando Fox avisó Chica se dispuso rápidamente cambiarse de traje pues el otro que traía era mejor para la ocasión, y como dijo, no daba miedo, se le hacía de banda popular con temática de brujas.
Tanto Chica como Mai y Puppet iban delante arrastrando a Cami. Fox trataba de llevar su ritmo pero al final siempre se adelantaba y se mantenía a una distancia no muy alejada del frente pero no siendo uno de los últimos como él. Poco pasó cuando por fin se detuvieron en una de las mansiones y sin más, allí nuestro pelirrojo se adelantó para ser él el que habría aquel portón de rejas metálicas que se hallaba sin seguro.
El entorno era uno totalmente diferente a la apariencia que daba desde la calle, el jardín perfectamente cuidado se hallaba con varios chicos de esquina a esquina, todos estaban disfrazados, mientras la música resonaba como una caja desde afuera, todos parecían estar en lo suyo y Bonnie solo se encargó de seguir su camino junto a sus compañeros. No había visto un entorno así tan de cerca, así que era bastante cauteloso pues no sabía que esperar.
—¿Que vamos a hacer una vez dentro? —Preguntó la de pintoresco traje de brujita—. Solo invitaron a Fox, no a todos lo demás... ¿¡Y si nos echan!?
—¡Les cortaremos la cabeza! —Comento Mai.
—¡Esa no es tu línea! —Inquiere Puppet a su lado.
—A... —Carraspea haciendo ademanes raros con las manos—. Quiero decir; La entrada puede ser por allá o por allá.
—Por ninguna de la dos, está justo acá —Señala Fox al frente.
Al llegar a la puerta principal esta se encontraba cerrada, Fox la miró con indiferencia para luego voltear su vista y pegar su mirada ámbar en él, como si le pidiese permiso sabiendo que su actitud consistiría en entrar como perro por su casa sin vacilar, ahora se ponía a pensar en que tal vez Bonnie se retractaría por cuenta propia y se iría. Sin embargo, nuestro peli-morado no había pensado en esa opción para nada, solo pensaba en la creciente presión que sentía en el pecho debido al martirio de no saber por qué rayos no había pasado nada extraño.
Y como si ese pensamiento fuese lo suficientemente fuerte como activar algo en él, sintió una punzada que lo hizo arrugar la mirada, cerrando fuertemente los ojos y llevar su mano a su sien descubierta por su clara máscara.
—Bonnie, ¿Estas bien? —Preguntó ahora la rubia pollito que inmediatamente notó aquella acción se acercó unos pasos, sin embargo, el nombrado solo negó un par de veces y la detuvo de seguir.
Puppet y Mai se mantuvieron en su lugar sin decir nada, esperando impacientes que el más alto de todos abrirá la puerta, no se centraron en Bonnie más que para observarlo inusualmente de reojo, intercambiaron miradas de forma algo misteriosa. La de estrafalario traje de gato miró ahora disimuladamente hacía otro lado, este en dónde se divisaba a cierta peli-verde de momifico vestuario, ella se veía inquieta también.
—Uh, sí, gracias. Estoy bien.
Afirma al sentir como Chica y Fox mantenían fijamente su mirada en él, le costaba aceptar que ellos le prestarán atención a tan pequeñas acciones, se sentía súper sobreprotectores si lo pensaba. Abrió los ojos despacio y se sobresaltó ligeramente al notar como ahora todo a su alrededor estaba pintado de nada más que tonalidades de grises, ningún otro tono, solo eso. Parpadeó perplejo varias veces y negó tomando una gran bocada de aire, mantuvo la calma.
Ya se esperaba algo así aquel día, asi que no fue una gran sorpresa mental observarlos de aquella agotadora manera, sentía que podía manejarlo, así que soltó un gran suspiro de alivio ahora que por fin sabía a qué atenerse. La puerta de la mansión fue ligeramente abierta sobresaltado a la mayoría, de allí se asomó cierto chico de hebras rubias ceniza, éste abrió los ojos ligeramente y luego desplegó completamente la puerta dándole pasó a todos ellos.
—¡Rojo! Pensé que ya no ibas a llegar, ya varios me estaban tratando de mentiroso.
—Bah, exageras, no es como si tuviera la mejor de las reputaciones.
—Eso no significa que los demás no quieran pasar tiempo contigo —Concluye con una pequeña sonrisa, luego fija su vista en los demás acompañantes arqueando una ceja—, supongo que no se podía esperar menos.
—Todo o nada.
—Haha, Bro, no digo lo contrario.
Luego de esto hace un pequeño ademán para que todos ingresen en la morada, sin embargo, Bonnie al sentirse mejor por saber que seguramente ya no pasaría nada más extraño ahora, le carcomen los nervios de pronto al preguntarse cómo rayos tendría que actuar una vez estando dentro.
Miró como todos seguian al rubio internandose en el lugar, todos menos cierta chica, la menor de ellos. Cami se mantenía inmóvil en su sitio con la mirada pegada al suelo, Bonnie pudo escuchar como esta soltaba un gruñido y luego procedía a dar unos cuantos pasos siguiendo al resto, pero antes, al pasar por su lado soltó un par de palabras que lo dejaron desconcertado.
—; No mires la luna desde ahora.
Es bien conocido que cuando alguien te pide que no hagas algo, inconscientemente tu cerebro máquina la posibilidad de hacerlo, y qué pasaría si lo haces, en este caso, Bonnie sabía que le había dicho que no mirara algo, y pudo entender lastimosamente a qué se refiere, pero, tratándose de una situación en dónde sencillamente tenía que alzar la vista para comprobar por qué motivo había dicho eso, el sentido de cumplimiento a sus palabras quedó opacado por la mal conocida curiosidad que tenía.
A veces la detestaba tanto.
A pesar de llevar aquella máscara puesta sintió un brillo inusual irradiando como un toquecillo en sus ojos. La luna se hallaba tan grande y radiante como se la hubiese imaginado al ser noche de luna llena, vivida, estaba completamente en su punto más alto, observándola atentamente pudo comprender menos que quiso decir con esto. Bajó la mirada y un interruptor de activo en su cerebro... Literalmente escuchó como algo sonaba prendido dentro de su cabeza.
Bonnie miró a todos lo que se encontraban dentro de la mansión, aquellos adolecentes estaban sumergidos en la pegajosa música que se escuchaba a escala y en la entrañable esencia de la noche, parecían divertirse, pero nuestro peli-morado ya no. Vió como ahora los hilos rojos abundaban el lugar, sin embargo, su atención se fijó únicamente en el detalle que pensaría menos llamativo, pero era el que más le atraía. No todos tenían un hilo de color rojo.
En este preciso momento le era mucho mas luminoso a la vista los hilillos flotantes de color negro... ¿¡Por qué demonios eran de ese color!?
—Maldición, se supone que está oscuro.
Tocó su frente con cansancio y sintió una extraña agonía ante aquella desconocida sensación. No eran muchas las personas en ese lugar que tenían aquel estambre atado, pero, era el que más fácil podía visualizar, en ese momento opacaron completamente el tono rubí luminoso que desprendía la mayoría. Este extraño hilo ni siquiera parecía conectar a un lado, eran cortos, y seguian unidas siempre a la persona que los tenían.
No pudo seguir pensando porque de pronto sintió un peso en su hombro izquierdo, al girar, divisó a Fox que se encontraba recostando un brazo, movia sutilmente con su mano el pequeño shot que traía y lo puso delante de sus narices.
—Te reto a beberte esto en tres segundos y decirme qué es, si no adivinas te tienes que beber tres más.
Bonnie sintió una punzada no muy bien vista, fue más fuerte que la anterior y lo hizo marearse un poco, Foxy todavía llevaba el hilo de color carmesí pero su vista no se despegaba de los estudiantes que traían aquel otro tono extraño. Tomó rápidamente la bebida que le ofrecía apenas se sintió en sus cabales y la ingirió de golpe. El más alto parecía estar sorprendido por aquello pero solo le respondió soltando una carcajada.
—Joder, era broma, así no duraras ni media hora.
—Es vodka con jugo de limón ¿Le agregaron algo dulce?
Arqueó una ceja, y tapó la sonrisa de su rostro con su mano.
—Asi que el borde conoce de bebidas, eh ¿Bebes?
—Solo cuando quiero olvidarme de mi patética vida social.
Su padre tenía todo un almacén de bebidas, antes de venir a aquella ciudad, eran las que consumían sus progenitores en algún evento especial, ya sea cumpleaños o reuniones laborales en casa, siempre llenaban las reservar sin contar, así que nunca notaron sobre la reserva que tenía bajo su cama y que para olvidar malos ratos consumia en la oscuridad de su habitación durante distintas noches. No tenía preferencia por beber, pero no era novato en el área.
Arrugó el ceño al sentir todavía el amargo trago en su garganta y el ardor recorriendo su esófago. No lo había hecho por presumir pero él shot había estado verdaderamente fuerte, sin embargo, dejó de sentir aquella incomodidad acerca de la nueva y extraña situación en su entorno.
—Vale, pero eso no quita que no te dejaré andar de desgustador de vinos —expresa, y lo empuja amistosamente, Bonnie responde a aquello con una risa ligera y asiente—. En fin, ven que te presentaré a "colegas"
Lo guía tomándole por lo hombros y pasando por la multitud de estudiantes que había en la sala despejada, no muy lejos vieron sentados varias caras familiares, en especial por el pelirrojo.
—Jum, así que al final el niño raro de lentes vino, ¿Te insistió mucho o te compró? —Habla cierta chica de mechón rosado, que se hallaba sentada en uno de los sillones recostando muy cómodamente sus delgadas piernas en el regazo de su pareja. Su maquillaje descompuesto y su vestido desgarrado se veían relucientes en la opaca luz marina que le ofrecía el panorama.
Bonnie divisó a sus demás compañeros de club y a varios estudiantes que no estaba seguro de haber visto alguna vez, pero se veían más apegados en plática al pelirrojo. Notó como Chica ya se hallaba con una bebida en mano, le daba una probada para luego observar a Foxy de reojo e inmediatamente le pasó la bebida a la persona que tenía al lado. Su actitud se le hizo extraña pero decidió quitarle importancia a ese asunto y concentrarse en uno mucho más importante para él.
—Ha, ¿Y este? —preguntó con mofa uno de los chicos a los que Bonnie no podría ponerle nombre porque estaba seguro de no haber cruzado vista jamás en la preparatoria—. ¿Acaso andas intimidando a los indefensos de nuevo, Fox? Seguro que por él es que andas sacando buenas notas.
—Ja, muy gracioso —Respondió irónico el pelirrojo rodando los ojos, le dió un codazo ligero para que Bonnie repara en sus palabras—. No tengo la necesidad de intimidar a nadie para demostrar lo listo que soy.
Bonnie solo se mantenía al margen en aquella conversación, no sabía cómo seguir el ritmo, y la pesada actitud que tenían las personas que comenzaron a intercambiar palabras con Foxy le causaron mucha indiferencia.
—Uh, Fox no es de andar mucho con personas como tú. Están en la misma clase ¿No?
Asintió sin decir palabra.
—Llevan conociéndose desde que entraste, ¿Cierto?
Volvió a asentir.
—Uh, qué, ¿Eres tan asocial como para harcerte del que no nos dirige palabra?
—No creo que sea problema si ese fuera el caso ahora, ¿Cierto? —Responde por fin, sin mirarlo directamente y concentrandose en su alrededor, arrugó la mirada al nuevamente intuir una incomodidad en su cabeza y concentró su vista en el público a su alrededor que se había quedado mudo ante su tosca respuesta. Recordó que de esa manera no solía convivirse para caerle bien a los demás, pero disimuló aquella vergüenza—. Eh, yo...
—Pff, con razón le caes bien a ese poste telefónico, eres un borde de primera, tal para cual —Soltó una gran carcajada y varios le siguieron pero nuestro peli-morado solo quedó incrédulo ante aquello. Al parecer no la había cagado completamente—. En fin, si quieres platicaremos cuando estes menos sobrio.
Observó como de pronto al muchacho que tenía frente a él el hilillo rojo que tenía se cortó y cambió radicalmente su tono, oscureciendose. Contuvo la respiración por un instante y la desesperación momentánea se apoderó de su cabeza, no sabía por qué sintió que eso lo aturdió tanto, estaba en agonía y se reflejan explícitamente en su interior como un fuerte toque que no lo dejaba de incordiar, le dolía.
—E-eso se puede resolver, a final de cuentas me da igual —Intentó seguir la conversación y sin pedir permiso le quitó el trago a Fox que estaba a su lado, éste lo miró sorprendido pero mantuvo su boca sellada. Los que observaron está acción lo victorearon por algún motivo, pero no estaba consentrandose en ese recogido, no podía—. Ahhh, Whisky, ahg.
—¡Fox, tu amigo no tiene escrúpulos! —le dijo este soltando otra carcajada, Fox se limitó a rodar los ojos mientras lo miraba de manera reprobatoria... ¿Por qué?—. ¿Quieres otro? También hay cerveza.
—Hey, más lento velocista. No quiero emborracharlo, no puedes andar mezclando tantas bebidas así.
Fox habló con una autoridad inusual causando impresión a más de uno, pero este compañero simplemente hizo un ademán restándole importancia y diciendo que “entendió”
Por alguna razón Bonnie se sintió nuevamente tranquilo luego de tomar la bebida, como si el alcohol que estaba consumiendo lo relájese de alguna manera, tal vez se estaba precipitando con sus acciones, pues estaba al tanto de que, como dijo el pelirrojo, mezclar de esa manera bebidas no era la forma adecuada de ingerir, pero lastimosamente no se le ocurría otra manera de relajarse por ver lo que veía... No era su culpa, sentía que en ese preciso instante necesitaba un sedante y, para su mala suerte, parecía no ser el más adecuado.
Estaba demasiado agobiado...
—¿Y qué planeas hacer luego?
—Nada, disfrutar del momento.
—Ni siquiera me queda batería en el celular.
—No te preocupes, Bon estará al tanto de eso.
—Joy, estás loca.
—Meg, llego en diez minutos.
Cortó la llamada y revisó los detalles finales para lo que consistía su primera fuga de casa. Nunca se había sentido tan rebelde como lo hacía ahora, era la primera vez que sentía que quería desafiar las estrictas reglas de su hogar de esa manera y, la hormigueante emoción en su estómago junto al nerviosismo de saber que lo que hacía era incorrecto la llenaban de adrenalina.
La única persona que sabía de aquel descabellado plan aparte de sus dos más fieles amigos era su confidente primo, el cual quería como un hermano, sin embargo, no la quiso seguir en su desmostracion de acatar contra las reglas. Él no la detuvo, pero tampoco la siguió, solo le dió una advertencia y le pidió que regresará a su habitación.
Las agobiantes reglas de su familia estaban cada vez más y más centradas en sus movimientos públicos, sentía que no podía hacer nada libremente, y siendo una jovencita en pleno desarrollo quería disfrutar completamente de los placeres que le ofrecía el parámetro social a su edad. Sabía que la cuidaban, pero sentía que tal vez era demasiado, a ambos, no los dejaban hacer absolutamente nada que se viera poco ético y que “antentara” contra la reputación de la distinguida familia Golden. Gracias a su apellido ambos tenían cadenas atadas en brazos y piernas que los obligaban a mantenerse al margen, sin embargo, ella no se dejaría llevar por eso tan fácilmente, pero, lastimosamente su primo...
Él parecía cada vez más monótono y sumergido en los comentarios sociales que los obligaban a cumplir, era el perfecto, el bien portado, el que tenía un futuro brillante y aquel que no se deslumbraba por aficiones burdas y que, a diferencia de ella, se había vuelto manejable.
—Estupido, Golden. Tú no eras así, cómo dejas que una indefensa chica como yo se fuge a tales horas sin compañía.
Recordó la primera vez que Golden se reveló contra su abuelo, había sido hace ya más de dos años, esa etapa no fue la mejor para ella pero pereció haber sido la más liberadora para él. En aquel entonces, con toda la seguridad del mundo reveló ante la preparatoria que estaba saliendo con un chico... El distinguido Golden Boy, el más añorado por las pubertas chicas de su institución se encontraba en una relación homosexual abiertamente conocida. Su abuelo hecho furia estuvo a punto desenredarlo por aquella imprudente acción, sin embargo, vagos eran sus recuerdos de aquel entonces, pues no supo cómo es que, finalmente, fue que aceptaron en su familia aquella relación.
El estúpido de Freddy se le había metido a Golden por los ojos con su incierta presencia y su lindo rostro. Le causó tantos problemas en aquel entonces que no podía evitar sentir un gran recelo con él. Cada vez que la veía cerca se pegaba a su primo y le hacía mofa, era un estúpido, se metía en su cabeza de la manera más hostigante posible, pero ella no podía opinar nada porque cada que lo hacía él le respondía burlescamente «Lo siento, rubia, cosas de parejas»
Era tan molesto.
Sintió como su corazón se oprimía y frunció el ceño cuando su mejillas estaban calientes, incluso durante la que debería ser la más emocionante de sus primeras experiencia no dejaba de pensar en el cretino que tanto odiaba y que le ponía los nervios de punta.
—Ahg, estupido, estupidos. ¡Pareja de estupidos! —Mutisó por debajo. Escuchó el pitido de su celular e inmediatamente puso en marcha su plan.
Abrió la ventana de su habitación luego de haber dejado a la falsa Joy arropada con su gruesa frazada de pies a cabeza en cama creada por sus almohadones, y como ya era de esperarse, con su desarrollada destreza al practicar atleticamente en su labor, bajó con suma dedicación por el tronco y las ramas que daban incapié abajo, se raspó un par de veces al tener las piernas descubiertas pues solo llevaba un abrigo oscuro que cubría el disfraz que tenía para disimular por la noche su apariencia, después de todo, era una fiesta de disfraces.
Visualiza ambos lados del gran jardín de su morada, alerta, notando cada detalle de si alguno de los vigilantes estaba cerca, conocía los horarios de recorrido así que no sería mucho problema, discretamente llega hasta una esquina del gran portón, tomando una gran bocanada de aire pasa la identificación que abría aquella puerta de seguridad y que, en un gran acto de valor, logró quitár a uno de los uniformados que la trajeron sin que se diera cuenta. El taxi ya la estaba esperando a unos pocos metros, más alejado de su recinto, cuidandose de no ser atrapada por los vecinos exquisitos y chismosos, desapareció en la tenue y fría noche de luna llena.
Golden soltó un bufido para luego apretar el puente de su nariz y tomar una gran bocada de aire.
Joy era una chica tan lista, tan pero tan lista la gran parte del tiempo que a veces le costaba comprender lo inocente e incrédula que podía llegar a ser en demás ocasiones. Él estaba en una de las habitaciones de la mansión, más precisamente, el sótano; allí se encontraba la instalación eléctrica que se contrala en toda la casa y sus alrededores. Grande había sido su sorpresa al notar desde su habitación a cierta hada con en abrigo correteando por los árboles.
—Ah, boba —Le dijo inconscientemente soltando una ligera risa al pensar más en aquel acto tan descuidado. Bajó uno de los interruptores de luz y en un parpadeó volvió a ensenderlos. Las cámaras de seguridad no guardarían los pasado en los anteriores 15 minutos debido a este “inusual” corte, así que para beneficio de ella, no se vería como es que sale sin autorización tranquilamente por la puerta principal del portón.
Regresó a su habitación notando como el recorrido que le hizo a su propio hogar le dió un aire inquietante, como de estar visitando una mansión abandonada, eran cerca de las once y no había nadie por los alrededores, todos los trabajadores domésticos descansaban tranquilamente. Abriendo la puerta de su habitación se preguntó cómo a Joy a veces le entraba el valor para ejecutar tales ideas descabelladas de la manera menos recomendada, ella no tenía experiencia saliendo sin autorización y estaba seguro de que si no hubiese intervenido en el momento con las cámaras lo mas probable es que se habría llevado un buen castigo al siguiente día.
Golden solo conocía a una persona capaz de entrar y salir de la mansión sin ser previsto por la vigilancia increíblemente, y esa persona definitivamente no se trataba de su prima...
—Hasta que llegas.
—Ah, qué... —Se le cortaron las palabras al ver a cierto castaño frente a él, estaba cruzado de brazos y traía una gran mochila negra en su espalda, la impresión duró breves segundos pero no se molestó en cuestionarle como era que había llegado a su habitación—. Oh, ¿Vas a quedarte a dormir? Sabes, tengo que avisar eso, te tienen que preparar la habitación de visitas después de todo.
Freddy rodó los ojos y negó por aquello, debido al abuelo de Golden tenían estrictamente prohibido dormir en la misma habitación, no es como que si durmieran en la misma cama si lo hacía, pero le incomodaba mucho que le estuviesen vigilando cada que venía, así que por eso, según su pensamiento, no lo hacía regularmente ahora.
—En realidad vine a secuestrarte —Media sonrisa se posa en su boca al concluir aquella frase, pero el rubio que tiene adelante solo lo mira sin reacción—. Ya tengo todo planeado, así que no tienes que preocuparte por nada, aquí te tengo un cambio de disfraz para que nadie sepa que eres tú, yo... Eh... Últimamente siento que no hemos hablado mucho ¿Sabes? Y tampoco he venido tanto así que... Uh...
Se sentía ligeramente culpable ya que recordaba insistentemente las palabras de cierta persona al reclamarle el no interesarse lo suficiente en su pareja. No es como si lo hiciera a propósito, y sabía que Golden había estado demasiado agobiado, así que tampoco quería meterse tanto como para sentir que es vez de colaborar, estorbaba.
—¿Tratas de... Compensar algo? —indaga, tras un largo silencio lo escucha exhalar con fuerza mientras asiente—. Freddy, no sé porqué sientes que deberías disculparte, pero sinceramente no es necesario, de verdad, estoy bien.
—No es cierto, no mientas —Expresó tan pronto lo escuchó, mientras fruncía el ceño. Le irritaba el porte que seguramente tomaría a partir de ahora—, sé que estás cansado, que quieres descargarte y disfrutar, ¡Pues déjame ayudarte con eso!
—No me puedes ayudar si no tengo nada —dijo y desvió la mirada hacia otro lado, terminó de internarse en su habitación y cerró la puerta tras él—. Apuesto a que tú te mueres por ir... Sé que estuviste trabajando duro, después de todo, también formas parte del Comité, así que diviértete.
—Exacto, divirtamonos, ambos.
El rubio se acercó unos pasos y con una mano alzó sutilmente la barbilla del castaño que, impactado, quedó observando aquellos orbes color plata que lo miraban de manera intensa de pronto.
—¿Cómo?
«Esto no es un simulacro, repito, ¡No lo es! ¡Freddy, abortar misión!» Escuchaba la voz en su cabeza más alarmada, sin embargo no tenía como desviar la mirada de sus ojos.
—Pues...
—Ajá...
Se acercó un poco a su rostro.
—Yo...
—¿Sí?
Pudo sentir la respiración del contrario contra él.
—¡T-tengo una capa negra!
—¿Eh?
Lo dejó tan desconcertado por aquella frase que ya de un momento a otro había encontrado la manera de cortar su cercania, Freddy tenía la cara roja por el bochorno pero Golden solo sonrió y respiró profundamente.
—V-vayamos a la fiesta.
—Freddy, ya es tarde —inquirió, caminando unos cuantos pasos a su escritorio y encendiendo la pequeña linterna que allí se encontraba—. Me puedes decir cómo te fué luego.
—No sería tu primera fuga ¡Golden! ¡Vamos a escaparnos! Cómo chicos malos, Grrr...
Contuvo una risa cuando lo escuchó decir aquello último y negó.
—No...
—¿Recuerdas cuando cumpliste quince? Después de la fiesta de estirados te diste tu primera borrachera conmigo, y no hayabamos como regresar aquí y aparentar sobriedad —Captando su atención, éste vuelve a mirarlo con una mirada que solamente reflejaba nostalgia. Freddy no lo había percibido hasta aquel instante, pero, sin duda, la mirada de Golden no era la misma de aquel entonces, se veía opaca, apagada... Sin brillo—. Ohh, también cuando hicieron la presentación de esa marca y tú no estabas cuando cortaron el liston porque te saqué y escapamos a comer crepes rellenos de queso crema...
—Cualquiera de mi familia que te escuchase pensaría que has sido la peor de mis influcia.
«¿La peor? Querrás decir la más divertida y atractiva influencia que llegó a tu vida nunca jamás. Debería estar agradecido ¿A qué sí?» Freddy se contuvo de reñir a aquello y simplemente soltó una risilla nerviosa.
—¿Entonces...?
—Entonces, ya es hora de que me vaya a dormír, y... —Freddy se remueve el cabello con cierta desesperación tras oírlo, pero él no le presta atención a ese detalle y simplemente se acerca para tomar su rostro con ambas manos, dejandolo desprevenido con tal acción. Él, al notar como poco a poco se acercaba a su cara, cierra los ojos con fuerza esperando el contacto, aquel que nunca llega a dónde se imaginó, porque, de pronto, solo siente una ligera presión en su frente y al abrir los ojos nuevamente se encuentra con los de él—. Pásala genial.
Ese chico era verdaderamente un caso. Quería ayudarlo, pero se estaba poniendo mucho más imponente de lo que se hubiese imaginado, antes cuando le insistía en salir una segunda vez ya andaban ambos correteando, ahora sentía que estaba tan recto que le causaba cierto escalofrío. Lo vió apagar todas las luces de su habitación y, resignando, decidió que saldría sin decir otra palabra... Finalmente, solo quedó pensando en que aquellos últimos actos y cómo es que tan sinceras acciones no le habían provocado absolutamente alguna otra emoción distinta más que una leve incomodidad...
Se sentía patético.
—¡Y el ganador del yo gano es...! ¡Sípirilin! ¿A qué adivinan? ¡Yo!
—¡Hurra! Wu~
Los gemelos marionetas a pensar de no haber consumido alguna gota de alcohol en todo el rato que llevaban allí, andaban tan entusiasmados que la mayoría los observaba extrañamente. No era miradas juzgando su extraña forma de ser, sino divertidas por el hecho de parecer estar haciendo lo más entretenido del mundo.
—¿¡What!? ¿Qué clase de estúpido juego es ese? Simplemente es trampa —Fox le reclama a Puppet muy indignado tras haber jugando aproximadamente veintiséis rondas del mismo juego en donde siempre ganaba el albino—. ¡Exijo un recuento!
—Oh, bien —Acepta gustoso y vuelve a contar a todos con los dedos, tras tener la cuenta iba eliminando a cada que apuntaba con un dedo a alguien, hasta que, finalmente, quedó uno y fué cuando se apunta a sí mismo— ¡Woo, qué sorpresa! ¡Yo gano!
—Bien, me rindo.
El pelirrojo se recarga en el sillón abatido luego de sentir que aquel recuento había sido “justo” en la mayoría de sentidos. Chicas soltó una carcajada al ver tales acción y Mai solo coreaba orgullosa a su hermano al otro extremo. Ya llevaban un buen rato allí, y los compañeros del pelirrojo pláticaban con el club de teatro de vez en vez, se sentía un ambiente agradable para la mayoría, la música estaba en un estado electro, por lo que la mayoría de chicos andaban agrupados platicando o en algún estúpido juego.
Nuestro protagonista, por otro lado, estaba en un sillón individual calmando las ansias que lo consumían, no sabía porque se sentía inquieto, pero simplemente no le emocionaba para nada aquella incertidumbre que tenía, no sabía cuánto tiempo había estado de aquella manera, ni mucho menos cuánto había estado ingiriendo para no sentirse así, pero ahora parecía que el efecto beneficioso que había sentido al inicio poco a poco se hacia menos visible.
En fin, solo sabía que no sabía nada.
—Oye... ¿Tú eres el de la obra? —Alzó la mirada para encontrarse con una linda chica vestida de princesa, traía un hermoso vestido, lastimosamente no podía apreciarlo en su totalidad ya que este no tenía color alguno. Ya que nunca le respondió aquello sintió un leve contacto a través de su mano enguantada, la chica había tocado delicadamente con la punta de sus dedos de manera tímida para capturar su atención—. ¿Es mucho atrevimiento?
Negó inconscientemente, sin que decir ni mucho menos cómo reaccionar.
—Ha, menos mal... A veces no sé cómo actuar.
—Está bien.
Desvió la mirada unos segundos y visualizó como el pelirrojo lo observaba de manera divertida, no dijo nada y solo le giñó un ojo. Consumió un poco más de la bebida que tenía y cuando volvió a mirar a la chica, pudo observar claramente los tonos que catalogaban su rostro, debía ser muy clara porque su varíacion de gris en el rostro era casi nula, sin embargo, un opaco y oscuro tono se apoderó de sus pómulos de pronto.
—¿Q-quieres acompañarme a otro lugar?
Casi se atragantara tras escucharle, los demás no le prestaron atención a sus palabras pues parecían muy metidos en lo que hacía cada quién, Puppet gritando una gloria que Foxy repicaba y el resto burlándose de su actitud. Sintió sus mejillas calientes y maldijo por debajo. Oh, joder, joder...
—Eh, yo... Ah —Se contuvo se decir algo pues su repuesta fue interrumpida a momento por un punzante y nada agradable sentir, la chica lo miró extrañaba.
—¿Estas bien?
—¿Ah? Sí, yo solo... Me mareé un poco —Dijo, pensando en que tal vez había tomado demás y estar sentado no le favorecía.
—Uh, entonces vayamos afuera un rato y así de paso tomas aire —Le ofrece y sin saber cómo negarse acepta aquella propuesta con asentimiento. La siguió apenas unos cuantos pasos luego de la entrada pero la chica se había tomado la libertad de guiarlo agarrándole la mano, no es que le incomodara, solo lo sentía demasiado inusual—. Que bella está la noche, la luna se refleja hermosa hoy ¿No crees?
Bonnie levantó la mirada y, sí, estaba hermosa. Esa estúpida le estaba causando todo el maldito sufrimiento del mundo esa noche y la muy cínica todavía tenía el descaro de presentarse tan inmensamente reluciente y brillante, ¿¡Qué no veía su dolor!?
—Sí... Ja, hoy vemos luna llena y esa ya sería la segunda de octubre por lo que habríamos visto ya dos lunas el mismo mes, así que está se considera una “Luna azul”... —Explica brevemente, toma una pausa y arruga el ceño para mirara lo siguiente en voz baja—. A pesar de que no se pituficonjuró absolutamente nada y sigue viendose como de costumbre siendo una metiche mental.
La escuchó soltar una carcajada debido a tal comentario, y Bonnie no comprendió cómo es que aquello le pareció gracioso, solo había hablado por hacerlo.
—Wah, tenían razón mis amigas, eres lindo, pero raro —Hizo una mueca al oirla—. Yo estoy en primero, sabes, te ví actuando con una de mis compañeras y quedé prendada —Reafirma un poco el agarre de sus manos y es allí cuando Bonnie nota que estas siguen unidas—. Este... Sabes, me llamo Sell, por cierto.
—Vale, cómo Sell, Selene, lo pillo.
—¿Uh? ¿Quién es Selene?
—Ah... —Se dió cuenta de que nuevamente había relacionado algo que no veía al caso, y negó—. Es al diosa de la Luna, con las estrellas que la acompañan. Uno de los astros más llamativos de la humanidad tiene el nombre de una mujer que nunca pudo llegar a encontrarse con su amado, y quedó varada en la luna.
—Wow, sabes muchas cosas de la Luna, a de gustarte mucho esas cosas para conocer a Selene.
—No, simplemente me platicaron sobre ella y me dió por investigar más... —En ese instante, por su mente pasó aquel chico de brillante cabellera turquesa que siempre solía incordiale, le sorprendía lo poco que había pensado con respecto a él en toda la noche, ahora, sin habérselo planteado volvío a observar a aquella joven de pies a cabeza—. Uh, eres una linda princesa, estoy seguro de que pintaria mejor tu compañía con la de un apuesto princi...
Sus palabras se cortaron cuando mordió su propia lengua por instinto y negó varias veces... ¿Había afirmado inconscientemente que era atractivo tras haber pensado en él? Y no solo eso, ahora cada que miraba el disfraz de la muchacha recordaba constantemente el hecho de que era par con el peli-turquesa... Genial, ahora le dolía más la cabeza.
—¿P-piensas que soy linda? —Le interrogó, llena hasta el cuello con aquel tono gris, se acercó un poco más a él, y por incertidumbre Bonnie se quedó totalmente inmóvil, tal vez meditando el siguiente movimiento de la femenina en la situación... Estaban cerca, y sus estaturas no eran muy diferentes, solo era cuestión de un impulso.
—Lamento la interrupción.
Esas palabras viviendo de cierta peli-verde hicieron reaccionar a nuestro protagonista, ésta había sujetado la manga de su traje para llamar su atención, inmediatamente él se alejó de la chica a la cual apenas conocía y se refugió en la espalda de la más baja con una vergüenza creciente en su sentir, como un niño regañado tras haber sido descubierto infraganti queriendo refugiarse en una figura imponente fingiendo inocencia.
—No es lo que crees —Afirmó Bonnie tras haber seguido a la más baja lejos de aquella chica que una vez se sintió plantada volvió a ingresar en la morada, se sentía tan apenado de una u otra manera—. Yo solo...
—Sabes, si quieres liarte con chicas hoy es tu problema, no me es importante —Eso solo lo hizo sonrojarse de golpe—. No te saqué de allí porque quisiera interrumpir su coqueteo... Solo me pareció extraño no verte con los demás después de regresar del baño cuando parecías estar tan mentalmente inestable, con todo lo que nos ocurre pensé que moriste.
—¿¡Qué!? —Escuchar la suave risa que probemos de su boca, era tan tenue como su voz—. Eh, espera ¿Supiste todo el tiempo lo mal que me sentía y no dijiste nada? ¿¡Sabes lo desagradable que la pasé por eso!? ¿¡Lo sabes!? ¡Ya ni estoy seguro de estar en mis cinco sentidos!
—Puedo notarlo, hiciste que todos regresaran a mirarnos, seguramente pensando que estamos en una discusión marital —Bonnie volteó a su alrededor, y efectivamente, muchos de los que se hallaban en el jardín no dejaban de observarlos a ambos, no estaba seguro de que tono de voz había usado, pero debió ser muy fuerte, él tampoco era de gritar. Tocó el puente se su nariz rozando su mascara y respiró de forma profunda—. ¿Cómo has estado?
—¿De verdad me estás preguntando eso? Ya debes imaginarte, tú y yo somos iguales ¿No? ¿Cómo es que logras actuar tan naturalmente sin que nadie note tu incomodidad? —Increpa, con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
—Todos son años de experiencia.
—Oh, ¿En serio? Si tienes tanta experiencia como afirmas entonces, explícame ¿Por qué me sucede esto?
Ella mantiene un largo silencio, Bonnie bufa tras no oír algún tipo de respuesta y con toda la intención de irse da media vuelta, más no avanza porque siente como ella lo sujeta de la manga del traje.
—¿Te sigues sintiendo muy mal en este momento? —Le pregunta con aquel característico acento tan suyo. Le sorprendía que hasta ahora no le había hablado en otro idioma.
—... Sí.
—¿Qué ves?
—Hilos... De otro color —Dudó un poco en afirmar su observación pero está solo asintió tras oírlo, dándole pase a qué se explicase más—. Pero, me agobio cada que los veo, no son normales, están cortados y me siento mal si los miro mucho... Es como si sintiese una desesperación, un vacío, pero ese sentir es algo que no es mío, todo es...
—¿Ageno? —Completó la menor y tras levantar un poco su flequillo para observar de mejor manera al peli-morado, éste se erizó un poco al no captar su mirada con color, ya sabía que era igual a la de él, pero le costaba asimilarlo—. ¿Conoces la leyenda del Hilo Rojo?
—¿Cómo no voy a conocerla? Me la han repetido tantas veces que se ha vuelto ilarante todo lo que pienso al respecto.
—Recita esa leyenda.
Sin comprender notó como ella le seguía observando fija, importandole poco si alguien notaba tan característica mirada a la distancia, ya que seguramente por ser Halloween pensarían que va con su atuendo, además de que, Bonnie estaba seguro que la menor no escondía tan a diestra aquel “secreto” como él, tal cual como lo demostró en su actuación del club.
—El Hilo Rojo se encargará de unir a aquellas almas que estás destinadas a encontrarse... No importa la distancia, ni el tiempo el hilo podrá anudarse, estirarse y contraerse pero nunca romperse.
Terminó de hablar y la vió asentir.
—El Hilo del destino rompe barreras —Comienza a hablar la de hebras lima, serena, sintiendo la insistente mirada del mayor—. Nunca se corta. Nunca.
—Pero... —Meditó un poco sus palabras y recordó con detalle como es que el había visualizado aquello extraños estrambres—. Los hilillos que ví ni siquiera parecían seguir algún camino, parecían cortados, no, estaban cortados, no iban a ningún punto, solo estaban allí y ya.
—Tracienden cualquier frontera, ya sea el espacio en el que se encuentran o el tiempo en el que se conectan, el hilo siempre estará allí, aún si tu alma gemela está al otro lado del mundo o si está conectada desde tu pasado y se une hacía tu presente. Nosotros notamos esa conexión, tú de manera visual, yo de forma sencitiva.
—Es que normalmente los veo igual aún si estos parecen tener una distancia sumamente larga, no importa, se estira de manera infinita a mí parecer, lo cual es algo intrigante —Explica brevemente encogiendose de hombros. Bonnie traga saliva, sintiendo el sabor de la bebida ligada que había estado ingiriendo y luego trata de analizar más a profundidad las declaraciones de la contraria—, Entonces solo me queda pensar que... ¿Me estás dando a entender que lo que estoy viendo tiene que ver con el tiempo? Ja, eso no me lo creo, no creo que todo esto se esté volviendo tan malditamente complicado.
Se sentía frustrado, en más de un sentido, aun sabiendo que lo que tenía no era causado por sí mismo, ¿Por qué le afectaba tanto?
—¿Qué tiene que ver el tiempo en todo esto? No es que me digas ahora que es como una extraña anomalía interdimensional en donde podamos captar el tiempo como un “algo”, simplemente es, y ya —Suspiró con pesadez, dándose cuenta de cómo sus palabras salían tomadas y veloces, ya ni sabía que responder exactamente pero intentaba ser lo más razonable posible—, ¿Cómo es tan siquiera posible que nosotros logremos persivir eso?
—Normalmente la conexión entre almas destinadas atraviesa esas barreras, como un auto que va y atraviesa una pared muy fina de tela, quiero decir, el auto pasa y nadie persive la tela porque es muy fina en ciertos días específicos —Intenta explicarse haciendo ademanes con sus manos—. Tú y yo logramos divisar ese punto medio que nadie es capaz de notar... En palabras precisas; Notamos esas barreras, se convierten en materia y la vemos, en especial hoy.
—¿Por qué? ¿Por la luna? Sabes, leí que esa luna puede ocurrir aproximadamente una o dos veces al año sin que yo sienta que valga la redundancia ahora, no me había pasado nada en las anteriores.
—No todo es por ella —La chica soltó un chasquido y viró los ojos hacia otro lado—. Esa luna puede salir una vez al año o tal vez más, pero ¿Cuál crees que es la probabilidad de que justamente aparezca en Halloween?
—No sé ¿Doce años? No le veo importancia al día, me importa lo que lo causa, y tú y todos me afirman que es por... —Apunta hacía el cielo de manera que la menor guíe su mirada hacia aquella esfera completamente reluciente en el cielo—. Ella.
—¿Acaso piensas que este día en específico está solamente porque alguien lo dictó y ya? Su simbolismo va mucho más allá, tanto en diferentes culturas como en las creencias, el día de hoy es aquel en dónde los espíritus están en un punto máximo de inmersión, nuestras barreras se conectan, las paredes no están por lo que el auto puede pasar libremente sin chocar, por ende nosotros...
—Arguarda, aguarda un instante —La calló unos momentos, intentando procesar lo que decía de manera rápida pero sentía que poco a poco su racionamiento se hacia menos voluble, no entendía nada y se estaba mareando—. ¿Espíritus? ¿Te refieres a esos que estan muertos?
No escuchó otra oración de sus labios pues simplemente guardó silencio unos largos segundos que se le hicieron eternos. Bonnie abrió completamente los ojos a través de la máscara y tartamudeó las siguientes oraciones.
—¿H-hoy vemos almas... Muertas? —Susurró aquella oración totalmente pasmado de la impresión—. Aquellas que solo se conectan a través del tiempo.
—El día de Halloween, justamente cayó en esta especial luna. Solemos experimentar de distintas maneras las etapas que tengan que ver con la luna en general, por el tema de que a según nuestro origen viene del “Dios lunar” lo tenemos que tener muy presente. Sin embargo, las fechas también entran en la partida, todo el tiempo estamos en disposición de jugar con fuego... ¿No te sientes raro algunos días especificos más que otros?
Bonnie recordó brevemente los días de Navidad y San Valentín que había pasado en casa debido al intenso martirio que experimentaba, entonces ¿Se trataba de eso?
—Si ya sabías eso ¿Por qué no me lo dijiste ante? —Cuestinó, soltando una gran bocada de aire—, todo me resultaría mucho más sencillo si dejaran de explicarme a medias cada cosa. No me dices sobre su origen completamente, ni tampoco lo que podría llegar a experimentar en ocasiones, simplemente tú y todos quieren que yo les de una explicación por mí cuenta con la idea general —Habla, totalmente agobiado por todas las palabras que salían de su boca y no comprendía—. Si no sé nada y no te tomas el tiempo en explicarme correctamente como lo estás haciendo ahora ¿Cómo quieres que pretenda ser capaz de comprenderlo?
—Es que no quiero que lo comprendas —Le respondió con una severidad inusual, captando su atención de imprevisto haciendo que él llevará su mirada a ella, nuevamente hablaba con el acento mucho más notable—. Tenía la esperanza de que tal vez no estarías viendo nada de lo que pasaba. Bonnie, no puedo explicarte ahora mismo todo lo que sé, pero necesito ver sí de verdad logras desarrollar todas las cosas que yo ya he experimentado... Recuerda que yo nací con eso y tú lo fuiste viviendo por etapas, podemos compartir un vínculo, pero eso y estar en el mismo escalón siguen siendo cosas completamente diferentes.
Frunció el ceño.
—Todo lo que te puedo decir ahora es que, de manera extraordinaria y por nuestra gran habilidad, somos capaces de notar la conexión que las personas del más allá tienen con las que están ahora.
Bonnie no respondió, arrugó el entrecejo de la misma manera en la que ella lo hacía y asintió.
—Hoy nuestra misión es tratar de comprender la agonía que tienen aquellos que nunca serán capaces de reunirse con su verdadera alma gemela ahora, viven en su plano desoladas por lo que nunca fue, y como guardianes nos toca sufrirlo.
—¿Por qué?
—Porque nacimos para eso, somos la creación de un Dios que quiso darle un favor al mundo uniendo almas destinadas, pero hoy no podemos cumplir nuestro deber, nunca podemos al fin y al cabo siempre nos mantenemos al margen —Observa el cielo que tienen arriba y cierra sus orbes, manteniendo su serenidad—, Sufrir por su agonía, aquellas almas gemelas a las que nada más que un lazo creado por el tiempo...
—¿A partir de ahora veré por siempre esto? —Su voz salió casi sin tono, odiaba la desesperación que sentía por comprender, y odiaba aún más ser ignorante de todo lo que le ocurriría ahora que traía un conocimiento clave de esto—. Yo... Antes miraba que todos tenían un hilo, que estaban conectados a alguien, ya fuese niños o adultos, siempre era un hilo rojo muy largo, entonces yo...
—No. Solo por hoy.
Esa fue su respuesta, se sentía aliviado al oírla pero lo tajante que fue al expresarla le dió a entender que ya su momento de explicación repentina había terminado, no tendría conociemiento de otra manera a menos que comenzará a desarrollar nuevas habilidades por su particularidad, no captaba que finalidad tenía la peli-verde en todo esto pero sin dudas sus palabras le dieron que pensar.
—Sabes, ya debe ser evidente que yo no entiendo nada de todo lo que me está pasando. Para mí todo esto es demasiado nuevo, no entiendo por qué quieres que las cosas vayan de esta manera pero, ahora no puedo evitar preguntarme si Mai y Puppet tienen el mismo conocimiento de esto que yo y sí, la forma en la que quieres llevar las cosas, es por alguna razón en específico a mí —Habló con calma, mientras llevaba su mirada a los alrededor y notaba como los demás disfrutaban de la fiesta con regocijo, a veces pensaba que quería hacer lo mismo, luego se cuestionaba si de verdad lo disfrutaría—, aún sobre todo y sin entenderlo quiero ser capaz de hacerlo, así que por lo menos a la próxima dame una advertencia de lo que podría pasarme.
Ella soltó un escueta risa y asintió con ligereza, Bonnie ahora se daba cuenta del gran misterio que era aquella chica por si sola a parte de su mirada.
—Uh, pero se supone que también tienes de tu parte tus suposiciones si quieres evitar sentirte de esa manera. Recuerdo que mientras estábamos ayudando al club de cocina me hablaste sobre cierto sueño que tuviste ¿Correcto?
Se erizó completamente al escucharla mientras las vividas imágenes que había creado en su cabeza mientras dormía se reproducían como una tormenta. No había pensado en ello, y ahora estaba seguro de que eso era lo que más pensaría.
—Dijiste que alguien te dijo que mientras estuviese cerca todo estaría bien —Le recuerda sus propias palabras, Bonnie tuerce el labio en señal de desagrado pero ella continua—. Como dije, te lo comenté en aquel momento no como una opinión, sino un consejo.
—¿Y por qué se trataría de un consejo? Pudo haber sido una mala coincidencia y lo estoy mezclando todo debido a la situación —Era una excusa, sabía que de su boca solo salían aquellas, pero simplemente no podría imaginar que esa sería la solución a su problemilla—. Digo, ni siquiera sé si esa persona está aquí de todas maneras, y no creo que estando como una garrapata a alguien sea agradable.
—¿Conoces a la persona con la que soñaste?
—... Sí.
—¿Que soñaste?
—Ya te dije —Frunció el entrecejo y ladeó la cabeza ligeramente para observarla, ella no dijo nada pero sabía que esa no era la respuesta que quería escuchar—... Pues era algo extraño con todo este tema de las almas muertas yo que sé, si lo pienso tiene algo de... ¿Sentido? No estoy seguro, lo medito un tanto y le intento dar explicación con lo que me dijiste así que tal vez si tenía que ver en todo el tema, sombras raras unidad a personas... Ah, el punto es que esa persona se apareció de pronto y empezó a decirme que todo estaría bien y...
—¿Y..?
—No quiero decirte.
No, no intentaba sonar de manera expectativa, no era su intención mantenerse al margen con la muchacha que tenía al frente, simplemente el recordar la incomoda situación en la que se vió involucrado pensando eso respecto al menor le dejaban la cara completamente colorada. Estaba seguro de que ese acercamiento no era para nada inocente, lo sintió tan distinto que no pudo evitar seguir intuyendo que su cabeza le quería jugar una mala pasada con ese tema. Le latía demasiado rápido el corazón, tal vez ya estaba demasiado tomado o simplemente el aire no le quería llegar correctamente, pero no sé sentía con la capacidad de hablarle sobre eso.
Cami suspiró y dejó caer su flequillo en su palido rostro, no podía hacer nada más que lo que ya estaba haciendo, así que tampoco buscaba presionarlo.
—Uh, Bonnie, a veces... Nosotros tenemos la capacidad de predecir formas que nos ayudarán a sobrellevar distintas situaciones. Suelen manifestarse a través de sueños, o dèjá vu y son como presagios, pero sin ser tan expresamente correctos.
¿¡Presagios!?
—¿¡Qué...!?
—¿Te sientes mejor?
Bonnie asintió y tocó con sus dedos enguantado su frente, notando que ya desde que había iniciado la conversación no había sentido aquel dolor que lo atormentaba, sentía el sentimiento de inquietud pero podría vivir con ello, cómo a salir temiendo que te ocurra un accidente y nunca suceda nada, algo paranoico.
—Yo también estoy mejor gracias a ti, pero no creo que me pueda seguir quedando —Arqueó un ceja, cuestionando con la mirada—, Entre guardianes somos capaces de calmar ciertas manifestaciones si entramos en un punto al que consideremos íntimo.
—¿Esta es una situación íntima par ti? He he —Soltó una peculiar risa y ella lo miró devolviéndole el gesto—. Espera ¿Eso quiere decir que cuando te vayas volveré a sentirme como la mierda? Por eso lo otro...
El claxon fuerte de un vehículo que se estacionó frente a la enorme nación hizo que la mayoría de adolecentes volteasen a mirarlo, se trataba de un elegante vehículo color platino. De aquel automóvil salió una risueña mujer, muy alta, de aparecía joven y con una piel que cualquiera consideraría como de fantasma, iba combinada de un gran vestido el cual se le dificultó sacar del vehículo. Ella, tras quejarse al tener tan despampanante traje, caminó hasta el portón mientras los tacones de su calzado resonaban en el piso, era increíble como es que en ese preciso instante logró llevarse la atención de todos sin decir palabra. Arregló su albina melena y se colocó de mejor manera la tiara que cargaba sobre está.
—¡Pero que gran espectáculo tenemos aquí! ¡Pirulin pin-pon! Jo —Habló risueña aquella mujer. Bonnie abrió grandemente sus orbes observando con atención su rostro, en ambos de sus ojos llevaba dos marcas de color lila que se le hicieron extrañamente familiares, no solo eso, el aura que desprendió en ese solo instante le hicieron recordar a cierto par peculiar—. Disculpen ¿Dónde están mis queridos súbditos?
De la morada salieron las gemelas marionetas que miraban a la mujer con destello, ella les sonrió para luego acariciar sus melenas de manera cariñosa, miró hacía los lados y con su dedo le hizo una señal a la peli-verde de acercarse.
—Vinieron a recogernos, adiós.
Así se despidió ella del de hebras violetas, al igual que el resto de adolecentes observando pasmados aquella escena. La mujer sonrió al tener a la joven a su lado y guió a los tres dentro del coche, mientras se recogía observó el cielo con una increíble emoción para luego, por instinto, lleva su mirada hacia nuestro protagonista que, al sentir aquellos orbes de tono tan oscuro, de los cuales dudaba de que siquiera tuviesen pupila. Ella le sonrió de lado.
—Vaya, vaya, siempre es grato tener tantas sorpresas, y mucho más como estás ¡Ja ja!... ¡Feliz Halloween!
Le mandó un beso en aire y se subió al vehículo, apenas procesaba el hecho de que todo el elenco de Alicia en el país de la maravillas había salido de la película para hacer acto de presencia, conoció el por qué ese par era tan peculiar... Qué extraña familia.
Suspiró con desgano y, como había dicho la peli-verde, la opresión nuevamente se manifestó en su pecho al ya no tener su presencia cerca. Bonnie gruñe por debajo y observa a todos, no sabía qué hacer ni a dónde ir, por algún presentimiento no quería volver a dónde se encontraban Fox y Chica, así que solo se guió por el gran jardín de la morada, intentando llegar a un lugar remoto en dónde nadie estuviera y así su vista no sufriría tanto.
A veces, la adolescencia dejaba a Bonnie tan sorprendido que le costaba pensar que él estuviese en esa etapa también, desde su lugar tras la mansión observaba como dos estudiantes, a los cuales no conocía, se estaban prácticamente comiendo la boca de manera tan desesperada que dejarían mudo a cualquiera. Sin embargo, ese motivo no fue el que lo aturdió, si no que...
Nunca se habría imaginado ver en vivo a dos chicos de esa manera.
Retrocedió sobre sus pasos lentamente pero el destino le jugó una mala pasada y se terminó escuchando como rompía una ramita tras pisar mal, frunció el ceño al ser descubierto por tal cosa predecible, y volteó la mirada al par que lo observaba con nada más que pasmo, se veían asustado pero rápidamente ese miedo fue cambiando por una expresión de cólera.
—¿¡Qué demonios!?
—Hey, no hagas nada...
Ambos jóvenes se quedaron mirándolo con el ceño fruncido luego de soltar esas oraciones, Bonnie ni siquiera pudo vislumbra sus disfraces porque ahora solo sabía que debía hacer una cosa. Correr.
Aún así, sus pies no se movían, así que no supo ni cómo ni cuándo ya se hallaba siendo arrastrado de ambas manos por dos personas, estos corrían como si su vida dependiese de ello, y de cierta manera así era, poco después recapacitó para dejar de ser arrastrado y seguir el paso. Fueron perseguidos brevemente hasta que se metieron en un rincón de la mansión y no escucharon sus pasos. Bonnie observa al par que lo salvó, un par que ya conocía.
—Nunca había sentido tanta adrenalina en tan pequeña fracción de momento —Primero habla Lily que intentaba regular su respiración, tenía las mejillas coloradas y el pelo ligeramente revoloteado—. Ah, no estoy para estos juegos.
Por el contrario el chico a su lado no lo había soltado del brazo, solo reía con fuerza intentando recuperar el aire y asintiendo ante las palabras de la femenina. Bon se hallaba sudando ligeramente, con el cabello mucho más revuelto que de costumbre, su traje seguía luciendo radiante. El peli-morado no comprendió al instante por qué se veían tan aflijidos por aquel correteo, él se sentía bien, no le tomó tanto el aire a pesar de estar mareado...
—¿Qué hacen por aquí? —Preguntó Bonnie una vez que vió al par recuperar la compostura, ambos intercambiaron una mirada extraña para luego observarlo a él sin decir nada—. Uh, vale, eso no importa de todas formas.
—Ja, así que también te metes en aprietos muy fácil, eh —Comenta en tono burlón en de celestino peinado—. Pensé que te habías ido, nos encontramos con Fox y se veía preocupado.
—¿Ah, sí? —murmuró por debajo, dándose cuenta de que el menor todavía le sostenía el brazo corto al instante aquel contacto con un ligero movimiento, ladeó la cabeza y evitó mirarlo a la cara, no quería observar sus ojos a profundidad, sentía que nada bueno salía de eso aunque se demostrara lo contrario—, ya le envío un mensaje, aunque ni siquiera sé si traje mi celular.
Se toca por todo el traje y frunce el ceño al no conseguirlo, se lo había prestado a Chica en el evento porque ella quería unas fotos y su celular era mucho mejor para eso, así que tal vez no tenía el teléfono consigo pero sí lleno de basura... Basura que no borraría porque sabía que haría sentir mal a otra persona, no porque no quisiera.
Bon al ver cómo Bonnie no encontraba lo que buscaba sacó de su bolsillo su móvil y se lo extendió, el peli-morado mira esta acción con duda pero decide aceptar el gesto de todas manera. El contacto ya estaba guardado y menos mal, ya que no sabía el número del pelirrojo, con un breve mensaje diciendo «Estoy bien, soy Bonnie», al instante le llegó la respuesta; «Vale» y así le regresó nuevamente al más alto que miró su móvil desconcertado.
—Vaya, nunca había mandado ni recibido los mensajes tan rápido —Comenta algo incrédulo, observandolo, y notando lo tarde que era, ya hacía media noche y ahora que lo pensaba todavía no había reportes de su amiga, abrió la mensajería con esta y, como si fuese arte de magia un montón de mensajes hicieron resonar una y otra vez su móvil—. Ahh, demonios.
Joy:
Estoy aquí
Joy:
Bon, ¿por qué no contestas?
Joy:
Meg tiene el teléfono apagado, y no dejan de molestarme no sé qué hacer TT.TT
Joy:
Y en momentos difíciles, uno se de cuenta de que no puede confiar siempre en alguien, a veces, no hay amigos, solo falsas amistades...
JAJ, Es broma, ya estoy bien, ¡Reportate!
Soltó un par de maldiciones por lo bajó y, observó a la de orbes violetas con un mirada que ella comprendió al instante y solo negó soltando una risa.
—No te preocupes, yo dentro de un rato me iré de todas formas, así que envíame avísame si te desocupas antes de que lo haga.
Bon asintió al instante y luego llevó su mirada hacia Bonnie el cual todavía le evadía la vista por alguna razón.
—Bien, así paso a dejarte con los demás.
—¿Ah? Oye, no soy un niño despistado, puedo estar perfectamente sin tu presencia.
Bonnie sabía que había tantas mentiras en frase que le causaba conflicto.
Bon sin pedir permiso, lo sostuvo del brazo, despidiéndose por última vez en aquel instante de la fémina guió a Bonnie por aquel patio. El de hebras violetas sin comprender sus acciones solo se dejó guiar sin rechistar, y así, dedicándole una rápida mirada al perfil del menor, guió su vista hacia la peli-azul y Bonnie estuvo sin palabras, solo quedó capturado por aquella presencia que lo había aturdido toda la noche.
Veía como aquel hilillos de color negro, partido y sin rumbo, se movía junto a los ademanes de la mano de la chica que lo despedía.
Joy se mantenía con una mirada atenta hacía el chico enmascarado que tenía al lado, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que llegó a aquella morada, pero por lo menos no podría negar que las situaciones hasta ahora se le hicieron milagrosamente entretenidas.
Ya sabía que solía llamar la atención por tener una linda apareciencia, para ella no era un secreto que es considerada muy atractiva, en muchos aspectos además del físico claro está, sin embargo, a veces esa virtud solía ocasionarle tanto estrés que se cuestionaba mucho si de verdad valía la pena tener una cara bonita o ser una niña rica.
Su noche había iniciado de la peor manera al ser prácticamente acosada por un adolecentes ebrio y urgido, no había venido para juegos y mucho menos de ese sentido, pero mala fue su sorpresa al percatarse de que la bienvenida que le dieron fue pésima.
—Oye, ¿Cómo es que una chica tan hermosa parece estar sin buena compañia? —Le expresó cierta persona apenas ingresó, traía un disfraz de vampiro pero simplemente aquel chico, a pensar de ser atractivo en lo que cabía, no le causó otra sensación más que desagrado. Con una mirada serena y sonrisa gentil asintió sin responderle mientras seguía el paso por la gran casa—. Hey, sabes, es malo dejar a las personas hablando sola.
—Oh, ¿De verdad lo crees? Lo siento, no quería hacerte sentir así —Expresó con falsa pena rodando los ojos, se hallaba en la pista y los adolecentes acumulados no la dejaban tener libertad de moverse, era tan agobiante—. No suelo ser descortés.
—No te ves así.
—Sabes, estoy buscando a mis amigos, no vine sola —Le aclara mientras apunta hacía un punto sin sentido, él alza una ceja y ella suelta un suspiro—. Tal vez podríamos hablar en otra ocasión, si quieres escríbeme ¡Adiós!
—¿Ah? ¿Me pides que te escriba y nos siquiera me das tu número? —Joy no dice nada y apreta los labios tras hallarse pillda— ¿Por qué no hablamos ahora? La situación está para eso ¿Cierto?
El chico la jaló en un brusco movimiento del brazo y la pegó hacía él, llevando su mano hacia su cintura, se deslizó sin estupor hacia más abajo, la rubia campanita rápidamente detuvo el recorrido con su mano.
—Por favor, déjame.
—Qué ¿Me dirás que esto no te gusta? —Le habló de cerca, pudo sentir el olor a alcohol de su boca y frunció el ceño, ella volvió a repetir la misma oración llevando su vista hacia el suelo pero este rodó los ojos—. Vamos, no estoy haciendo nada, soy gentil, solo un poco...
Cuando aquel chico posó su mano en su mejilla al instante su muñeca fue detenida por alguien. Ambos voltearon a observar y miraron atentamente a un joven vestido del bien conocido personaje interpretado por Antonio Banderas. Aquel galán enmascarado sonrió de lado y deciso el contacto al instante con una cara de hastío.
—Lo siento, pero creo que no es necesario que te repita una tercera vez lo que escuchaste muy bien a la primera ¿O sí? —Habló, de manera sacarrona jaló a Joy hacía él mientras sonreía. Su peculiar aura la dejó pasmada y completamente muda, no le despegó la mirada desde su espalda—. De todos modos, no creo que quieras arruinar el ambiente por niñerías.
Y así es cómo, ahora, la joven vestida de Tinkerbell se hallaba acompañada de aquel enmascardo en traje. Ciertamente le ayudó mucho en aquel instante, pero no sabía la razón de su colaboración, estaba segura de que no lo conocía, o al menos no parecía reconocerlo.
—Oye, ¿Seguro está bien que te quedes todo el rato conmigo? Mis amigos han de estar por aquí cerca y ya ha pasado un buen tiempo —Inquirió, mientras observaba por el rabillo de su ojo sus acciones, no lo veía reaccionar, en cambio, le evadía mucho la mirada—. Tus amigos deben estar esperándote.
—No te preocupes, vengo solo.
—Uh, con que es así...
Sus acciones había sido completamente adrede, tenía toda la intención de saber información de aquel chico, pues, de muy extraña manera, había capturado totalmente su atención, lo cual no era para nada común.
El chico la llevaba acompañado tanto rato que se le pasó por un instante que todavía tenía planeado encontrarse con sus más queridos colegas, no tenía medios de comunicarse con ninguno, Meg andaba sin batería y Bon tenía un celular con un servicio tan pésimo que provocaba estrellar el aparato contra la pared.
El chico tenía el cabello castaño oscuro, apenas se persivia por su sombrero, se veía azabache. No hablaba mucho, decía un par de cosas de pronto y luego volvía al silencio, su voz era rara, miraba a todas direcciones menos a su rostro y, apenas había persivido el color de sus ojos. Se preguntaba por qué no le miraba, ahora eso era lo que mas quería hacer. Infló las mejillas y tomó el atrevimiento de tomar su mano, lo guió hasta donde todos se encontraban bailando y, atónito, la siguió.
—Sabes, esta canción me gusta mucho —Era una balada, abundaban en el lugar las parejas y Joy sin cohibirse en lo más mínimo lo acercó a ella. Él, dudoso, posó ambas manos en los lados de su cintura y despacio intentaba seguir el ritmo de la musica—. ¡Vaya! Eres considerablemente bueno en esto.
—¿Ah, sí? Solía pisar a mi profesora de baile cada dos pasos, luego de tantos palmazos en la cabeza creo que al final si me quedó una lección en la cabeza —Comentó divertido, mirando sus pies para evitar ese error ahora que era conciente de aquel recuerdo—. Tú tampoco lo haces nada mal, pareces toda una profesional.
—Ja, tal vez sí lo sea.
—¿Lo eres? Te ves pequeña para eso.
—¿Pequeña? Alguien de mi estatura no estaría limitada para hacer todo lo que hago.
—¿Uh? —contuvo una risa—. No hablaba de estatura. Eso sonó tan engreído viviendo de la joven que parece la más dulce de su preparatoria.
Lo escuchó reírse ligeramente sin cohibirse, y le prestó especial atención a que parecía conocerla.
—Caras vemos, actitudes no sabemos.
Le siguió la corriente al comentario pero no dijo más. Joy, que aún no obtenía que este le mirase salvo a sus pasos, llevó sus manos por aquellos estrechos hombros de él y recorrió con delicadeza el camino del inicio de su espalda para aferrase a su cuello, lo escuchó suspirar bajo por la impresión, sin embargo, encendió el interruptor en su cabeza.
—¿Te molesta?
—... No.
—Estoy tomándome muchas atribuciones, eso no es de señoritas educadas y correctas, nos acabamos de conocer y no me has dicho tu nombre ni preguntado el mío, así que, pídeme parar si te parece imprudente.
—Ja, saliste muy espabilada, eh.
—¿Esa es tu respuesta definitiva?
Escuchaba la música seguir ahora su propio ritmo, se sentía inusual, el corazón le latía rápido. De pronto, el género cambio radicalmente y ahora era mucho más movido, se quedó en blanco unos instantes pero lo disimuló.
—¿Quieres otra respuesta?
Cuestionó él, afirmando el agarre de su cintura, su cercania se hizo cada vez más presente en el momento en el que, por impulso él la atrajo a ella. La volteó e hizo que su espalda quedase pegada a su pecho, ella tenía menos visión de él de esa manera, pero no sabía por qué esa acción le puso los pelos de punta. Él estiró sus brazos y la guiaba al ritmo que escuchaba, notó su intención; Era una coreografía bien conocida de esa música por lo que, ficazmente se volteó y le siguió el pasó.
—Estoy bien con eso.
Se sumergió completamente el ritmo pegajoso que se repetía en sus oídos una y otra vez, él conocía muy bien los pasos pues eran bastante simples pero hacía que se vieran más movidos, les daba su propio estilo, como si se apropiarse completamente del baile, de su alrededor y de su atención. Había hecho la pista suya, a pesar de que los demás no los notaran pues no eran el centro de atención... Para Joy, aquel instante hizo que todo su centro fuera él.
Se agitó, su corazón palpitaba en una velocidad inusual, observar su silueta completamente cubierta en negro mientras le mostraba una blanca sonrisa juguetona hicieron completamente añicos la racionalidad que tenía. Se sentía como una colegiala estúpida.
Y, en una parte de la conocida canción la coreografía indicó un movimiento insinuante, el cual pensó que este no realizaría pero vaya fue su sorpresa al notar como con una mano sostuvo su nuca y lo hizo mirarle a la cara. Sus orbes, completamente azules, se le hicieron penetrantes, sintió que le miró hasta la cueva más profunda de su alma con aquellos profundos zafiros, iluminó su páramo. Sus cuerpos se acercaron en una vaivén que se le hizo de lo más seductor para concluir con una ligera cercania de sus rostros, cercania que eliminó cuando unió sus labios con los del contrario.
Fue un corte roce, duró menos de dos segundos para ser exactos, sin embargo, al separarse sintió la eternidad más grande de su vida. Sus mejillas estaban coloradas, apenas abría los ojos para ver la reacción del chico de frente pero este solo parecía estático, le miraba fijamente, inexpresivo, la puso nerviosa pero negó y ignoró el sentimiento. Volvió a acercar su rostro al de él y suspiró, muy bajo, tragaba en seco y con su mano acarició su mejilla, sus rostros nuevamente se encontraban a una distancia muy ligera, como no había obtenido respuesta le ofreció otro roce. Uno tras otro, pequeños besos inocentes que solo tenían la intención de mantener por lo menos mínimo contacto. Él, solo la miraba, sin decir nada, Joy, con la vergüenza y el pudor intentando ser corridas de su conciencia, atrapó su labio inferior mordiendolo seductoramente.
Al fin lo vió accionar al notar como, de manera curiosa, tambien le seguía al querer profundizar aquel contacto, sus labios quedaban atrapados entre sí, una y otra vez, se sintió extasiada. Pensó que llegaría a tener más profundidad con aquel agradable tacto pero le regresó a la realidad cuando sintió como la sostuvo por los hombros y mantuvo bruscamente su distancia con ella.
—¡Y-yo no! Es decir...
Lo escuchó tartamudear con una voz de lo más tímida, podría asegurar que, a pesar de que gran parte de su rostro era cubierta estaba sonrojado hasta las orejas, ella también estaba así, ciertamente no tenía idea de que decir.
—¡Joy!
La nombrada volteó su mirada celeste para encontrarse con Bon, el cual venía seguido de cierto peli-morado racio. Se le iluminó la vista al instante en el que se acercó, y por un minuto olvidó completamente la acción que había transcurrido.
—¡Oh, vaya! Ya te encontraste con tus amigos, ejem... —Carraspeoó un tanto el castaño y desvió la mirada del recién llegado par. Joy notó como había agravado al decirlo—. Yo ya me tengo que ir ahora que no estas sola, pásala genial.
—¡Espera! No te estoy corriendo, si quieres puedes quedarte un rato con nosotros —le dijo rápidamente, pero el varón solo sonrió de lado, cohibido, y continúa rápidamente su camino. La rubia hada parpadea un par de veces y siente como sus mejillas terminan de agarrar el calor del momento. Choca con sus manos su frente y suspira—. Ahh, ¿Qué fue eso?...
—Joy, ¿Qué sucede? Te ves con fiebre, estás toda roja ¿Ocurrió algo? —Asiente efucivamente, y Bon entiende que no está en la capacidad de hablarlo ahora. Suspira—. No sé suponía que tu huida se atrasaría tanto.
—¿Ah? ¡No es mi culpa! —Exclama—. Tú y tu estúpido celular no colaboran, ¿D verdad dejas a tu pobre amiga en la intemperie y así es como me das la bienvenida?
—Se suponía que estarías con Meg en este momento.
—Se suponía que no me dejarían sola con el zorro y se suponía que tu también estarías con ellos.
—Vine a buscarte.
—Una hora después.
—Fue poquito.
—¿Qué?
Bon suelta una carcajada y Joy bufa en su lugar para luego doblegarse a su falsa molestia y seguirle la risa.
La fiesta tenía un aire complemente diferente ahora que Bonnie lo recapacitaba, cuando llegó sintió la euforia de la mayoría ante la emoción de estar celebrando, ahora, solo sentía las hormonas destellantes en el aire que sin duda le parecían agobiadoras, sin embargo, no de mala manera ya que no le afectaba directamente.
—¿No se suponía que tus amigos estarían con Meg y los demás? Ya hemos recorrido prácticamente toda la casa y no los hayamos.
Habla por fin el de hebras turquesas, luego de dejar a la rubia con su amiga albina habían decidido ir por Fox y Chica. Él estaba siendo seguido por nuestro protagonista que se mantenía aferrado a su traje sin tocarle directamente, no quería que le tomara del brazo y puso su condición extraña para mantenerse cerca. No le incomodaba, pero le causaba risa pues, parecía un niño pequeño y tímido de esta manera.
—No lo sé, Fox no mencionó nada de irse temprano.
Expresó sin interés, rodando los ojos aun lado, escuchó a Bon suspirar con cansancio por lo que soltó un chasquido.
—Tks, no te estoy pidiendo que me acompañes —Bon no dice nada, por lo que alza un poco la voz pensando que fue debido a la alta música que resonaba—. Puedes irte si te incomoda estar de esta manera tanto rato.
—¿Uh? ¿Piensas que me incomoda? —El menor se detiene en su sitio y voltea su cuerpo para encontrarse cara a cara con el mayor. Bonnie todavía se mantenía unido a él aferrándose a la manga de su traje por lo que la posición no le favoreció al querer distancia—. Sabes, si no quiero hacer algo puedo simplemente escojer no hacerlo.
—¿Y sí quieres?
—¿Querer qué?
Bonnie le dió un empujón para que dejara de hablar estupideces y siguiera su comino. A pesar de que su actitud con el menor no lo trasmitia, por alguna razón se encontraba con una sensación de lo más agradable, no solo porque Bon estuviese cerca, si no porque aquel regocijo se multiplicó cuando encontraron a la amiga del menor junto a aquel chico que era su otro extremo.
Le intrigaba que lo que sentía no le resultace contraproducente por lo que, tomando valor, decidió que a partir de ese momento ya era tiempo de tomar riendas en el asunto para cultivar suposiciones por él mismo. Si se sentía tan gratificante ver cómo dos extremos convivían en un día “especial” de su capacidad, ¿Significaba que el hilo le indicaba que tendría que hacer algo más? No sabía que pensar.
—Sé que no viene al caso, pero... Uh, tu amigo, ¿Freddy, no? Él también está en el comité ¿Cierto? ¿Es cercano a Joy?
—¿Qué? ¿A qué viene Freddy? —inquirió desconcertado—. No es cómo que tengan la mejor de las relaciones, pero puedo decirte que sé que a ella no le agrada, para nada.
—¿Qué dices? Pero si hasta hace un rato ella quería que la acompañara lo que quedaba de la noche. No le pides eso a alguien que te cae mal.
—¿Qué ella qué? —Quedó procesando unos instantes lo que acababa de escuchar y pudo recapacitar en algo. Bonnie quiso darse una bofetada mental pues al igual que Bon, él también se daba cuenta de que por la forma en la que se disfrazó aquel chico su apariencia era casi irreconocible, se había mostrado cohibido al despedirse y él había notado su identidad por la unión que ya sabía y vió que tenían—. ¿Qué rayos? ¿¡Ese era Freddy!? Ja ja, ni si quiera lo noté. Seguramente Joy tampoco.
Eso le pasaba por bocón. Ahora tenía que meditar mucho cada acción que hacía puesto que los demás no eran concientes de sus peculiares capacidades.
—¿Cómo te diste cuenta? No pareció que quisiera que lo reconocieramos. Ni siquiera me saludó.
—Tal vez les atacó a ambos el síndrome de miraculous, yo qué sé, buen ojo, supongo.
—¿Tus ojos?
—Exacto.
Bon arqueó una ceja y le volvió a observar, entrecerró la mirada y soltó una leve risa.
—Ahora que lo pienso, sigues sin querer mirarme a la cara desde que nos encontramos.
—Y eso qué —Expresa Bonnie tomando la delantera en la caminata, subían las escaleras de la mansión pero él dudaba que sus compañeros de encontrarán allá arriba, por esos lares solo hay habitaciones ¿Cierto?—. ¿A poco me dirás que te afecta tanto que no te mire?
—Pues, simplemente es un golpe a mi ego, a veces necesito de ciertas miradas peculiares, en este caso, la tuya ¿Por qué no?—Bonnie reacciona erizandose en su sitio sintiendo como la voz del contrario sonaba cada vez más ladina ¿Qué pretendía?—. Tampoco me has dicho que me veo lindo.
—¿Estuviste tomando? —El peli-morado voltea para observarlo de cerca detalladamente y el contrario parpadea incrédulo unos instantes, para luego sonreírle—. No deberías tomar, se nota que ebrio dices muchas estupideces. Un día se te puede salir hasta tu contraseña de WhatsApp y solo tendrás la culpa de eso tú.
—¿Qué dices? ¿En serio? Estoy seguro de que justo ahora mantengo mis sentidos mucho mejor que tú. Pero debo agradecer tu preocupación, aunque no es como que tenga algo comprometedor allí —Asegura ladeando la vista—. Pero en fin, así ahora puedo notar tu interés y para mí disfrute, que con esto, en este instante sí me mires.
Bonnie no supo cómo fue que aquella oración lo agitó de una manera tan inusual que no pudo más que soltar el contacto que mantuvo con él hasta el momento para salir corriendo por el pasillo siendo perseguido.
—Eres un idiota. Idiota. Idiota. ¡Idiota!
Reafirmó nuevamente la joven vestida de bruja al empujar el pecho del más alto contra la puerta. La rubia suspiró en su lugar liberando su frustración y meditó unos instantes.
—¿¡Por qué fuiste tan cretino!? ¡Eso es impulsivo!
—¿Impulsivo yo? Va a hablar la bruja de escobas. Tú no te quedas atrás, pollita.
Argumenta el del parche cruzado de brazos recargandose en la puerta. Podía estar así toda la noche y esta vez no le daría la razón a su contraria.
—¿Ah? ¿Y yo qué hice?
—¿Cómo que ah? ¿Te parece bien intentar demostrarles algo rebajandote a cumplir lo que piensan de ti? —Notó como Chica bufa en su lugar para luego tomar asiento en el colchón, negando. Se hallaban en una de las habitaciones del de la mansión, y sí, sabía que eso era atentamiento a la privacidad—. No me mires con esa cara, odio que dejes que te hagan esas cosas y que tú intentes “solucionarlo” haciendo algo mucho más infantil.
—¿Infantil? No tienes derecho a llamarme así, Don-tío-Pudin —Le llamó por aquel apodo con el que se proclamó una vez en la cafetería de la HS no hace mucho. Rodó lo ojos y no le dió importancia, su apodo era increíble y ella no le iba a hacer opinar lo contrario—. Si esas chicas querían seguir diciendo estupideces debiste dejarlas, no las escuché al final de cuentas. Además, querían unirse al club por lo que entendí ¿Sabes? Ahora no lo harán porque su amado Foxy les alzó la voz y les dió miedo.
—¿Eres estúpida?
—No. Idiota. Soy una rarita puta, una mosquita muerta, una cualquiera. Alguien con quién eres amable y pasa lo que quieres que pase. Por eso te estoy enrredando ¿No?
Apretó sus labios para intentar contener todo lo que quería salir de su boca. Estaba hasta la coronilla de toda esa maldita situación.
Se acercó unos cuantos pasos a donde ella se encontraba y quedó de pie a su frente arrugando el entrecejo siendo observado con intensidad por aquellas amatistas.
—Deja de decir esas cosas.
—No, demonios. Soy una rara fácil, y qué. Ellas por lo menos fueron sinceras con su opinión de mí, como todos los que piensan que tuve las mejores notas en costura por coquetearle al profe, por eso odio esa clase. —Recordar aquello le daba tanta impotencia que no podía evitar apretar los dientes, pero tomó un respiro e intentó calmarse, no estaba para recordar lo sucedido, tenía que pensar en lo que venía—... Ahora es el momento menos indicado para andar de selectivo con las personas que van a entrar a...
—Joder, deja de pensar en el puto teatro por un minuto —Le corta las palabras una vez que con su mano le sostuvo la barbilla para que esta no desviaría la mirada ahora que él iba a comenzar a hablar—. ¿Te parece bien tener gente hipócrita en tu área creativa? Estarían risueñas contigo cuando te tuvieran de frente y una vez te dieras la espalda volverían a acuchillarte con mierdas. ¡No creas que tu integridad vale menos que ese ridículo club, joder!
Ella le sostuvo la muñeca del brazo con el que sostenía su rostro pero este no cedió ante el tacto.
—No es ridículo, es lo que me gusta.
—¡Oh, vale! Y estoy seguro de que te gustaría mucho más si se une gente que solo agrieta el alivio de todos allá con sus malas emociones.
No dijo nada y solo la notó con los ojos cristalizados. Chica intentó desviar la mirada pero Foxy no se lo permitió nuevamente.
—Ya suéltame, no seas tan rudo
—Vale, pensé que te gustaba lo rudo.
—Sí, pero no en este sentido.
—¿What? ¿Qué quieres decir con eso?
Comentó de manera más aliviada para intentar aligerar aquel ambiente. La rubia le regresa la mirada y lo jala de la camiseta blanca de su vestuario para dejarlo tumbado justo a su lado en la cama. Ambos adolecentes quedaron mirando el gran y lindo techo que tenían frente a su vista luego de aquella acción. No dicen absolutamente ninguna palabra por varios instantes, hasta que el pelirrojo alza el brazo y mira su reloj de muñeca indicando la hora, ya eran más de la una y la música que resonaban abajo no parecía querer apagarse.
—Fox...
—¿Sí?
—¿Recuerdas cuando te golpeé en el pecho así un momento?
—Ujm...
—Creo que me lastimé la muñeca —Comenta con dos gotas de lágrimas saliendo de sus ojos y Fox se da un golpe al pensar que diría algo importante. Joder—. ¿Estás de hierro o qué?
—Es la chaqueta de cuero totalmente profesional, pero sí, ahora mismo tengo una sexy musculatura —Aseguera con desde. Se quedan sumidos en otro silencio hasta que le muestra el reloj a la contraria—. Sabes, creo que hemos batido récord, es la discusión que ma rápido se resolvió hasta la fecha. Normalmente no te callas.
—Uhg, serás estúpido —Comenta Chica para luego soltar una carcajada por sus ocurrencias. Sin dudas justo en aquel instantes sentía una gran tranquilidad, solo había algo que le inquietaba—. Oye, no hemos visto a Bonnie en mucho rato, ¡Oh, no! Yo tengo su teléfono ¿No se habrá perdido, verdad?
—No, está a muy buen cuidado, Tron no lo dejará tranquilo lo que queda de la noche —Asegura, soltando luego un largo bostezo. A decir verdad estar de aquella manera en una cama luego de haber bebido le habían causando un inminente cansancio—. Ahg... Ya va siendo hora de recogernos, bueno, si tenemos pensado asistir a clases.
—Uh, ¿Ahora? Pero yo todavía no he encontrado eso que destelle de emoción en la fiesta —Asegura ella soltando un suspiro, Foxy la mira por el rabillo del ojo y luego desvía la mirada—. No ha pasado nada interesante, solo cuando le quitaron el velo a Meg y tus compañeros fingieron casarse, pobres, estaban muy tomados, menos mal no andamos en las Vegas... ¡Y ni siquiera pude bailar un poco!
Se queja, y Fox rueda la mirada.
—Tal vez habrias bailado más si no hubieses intentado demostrar cosas que no son —Comentó sarcásticamente sintiendo ahora la mirada acusadora de ella a su lado. Demonios, cuando estaban bien alguno de los dos siempre encontraba la manera de sacar a luz algo nuevo, pero no era su culpa, todavía le irritaba recordarlo—. De todas maneras...
—Lo siento ¿Sí?
—¿Qué?
Quedó inmediatamente sorprendió al escucharla.
—Siento haberte hecho pensar que te estaba utilizando para que ellas no siguieran hablando, siento que te hayas sentido presionado cuando te preguntaron de tu relación conmigo y siento que hayas pensado que lo hice de manera adrede para quedar bien sin pensar en lo que tú sentirías.
No podía creerlo, le costaba asimilar que escuchaba todo lo que oía, sí es cierto que esperaba una disculpa pero no pensó que llegaría de manera tan inmediata. Se removió un poco en su lugar y acomodó mejor su brazos tras su nuca. Chica se enderezó un poco en la estancia y quedó recostada de lado observando como él evitaba mirarla, lo escuchó carraspear y arrugar el entrecejo con el ojo visible que tenía cerrado.
—Oh, sí, vale, acepto tus disculpas, sé que no lo volverás a hacer más porque para eso hablamos y... Ah, eso.
—Fox...
—¿Qué?
¿Otra vez?
—¿Te puedo preguntar algo?
—... Seguro.
—¿Aun si es algo que puedas considerar tabú?
—Si es por lo de esas tías, no le des más rollos al tema ¿Entendido? No nos valemos de la opinión de la gente para ser quienes somos, solo somos lo que somos y ya ¿A quién le importa?
—No... No es por eso —Dice casi en un susurro por lo que el contrario le da pase a seguir hablando—. Me refiero a... ¿Cuál es la edad indicada en la que ya no lo considerarían como algo malo? Digo, con todo esto, inicias tu nueva vida descubriendo lo que te conforma como persona, descubres tu sexualidad y decides experimentar, con alguna que otra mala experiencia, entonces... ¿Por qué se meten tanto con este tema y lo tachan de prohibido? Es parte de crecer ¿No? ¿Por qué se meten y desmeritan mi esfuerzo haciendo otras cosas por eso? Solo cambié mi traje porque este es lindo y me quedó genial, ya decían que era por andar de coquetona —Expresa— ¿Es difícil de asimilar que cada quien vivió experiencias? Yo siento que ni a ti ni a mí nos costó procesarlo ¿Por qué a los demás sí?
—Dejame decirte que no todos piensan igual, y de la misma manera yo los mandarías a todos a joderse. No les debo nada y de igual ellos no me lo deben a mí. Si quieren andar de metiches como los gilipollas que son y quieren criticarme aunque lo que haga no tenga nada que ver, allá ellos... —Bufa en su lugar y luego abre la mirada para encontrarse con el techo, luego, voltea para verla a ella... A veces le costaba asimilar que le resultase tan linda, el traje que lucía le quedaba perfectamente, era algo suyo hecho por ella y era fascinante como todo, Chica se notaba apenada, pero no era la primera vez que hablaban abiertamente de este tipo de tema—. Si quieres hacer algo, hazlo, sin temer que la gente hablé mal. Te juzgan, nos juzgan, hagamos algo o no tachado, la basura siempre a existido, por eso de vez en cuando toca sacarla... Aunque a veces con más frecuencia de la que nos gustaría.
La escuchó reír ligeramente y luego asintió en su sitio, ella se sentía tan bien al hablar de esa manera con él, podía ser un gruñón con un humor de lo más absurdo, pero cuando se disponía hablar en serio era la otra cara más sincera de sí mismo.
—Foxy.
—¿Ahora qué?
—No pienses nunca que yo te utilizaría para demostrar algo, mis acercamientos contigo son siempre sinceros y cuando te abracé así mientras estaban ellas también lo fué, lamento que se haya malinterpretado. Yo te quiero.
—... Vale.
No dijeron nada, solo se sumergieron en un silencio de lo más inusual. Nuestro alto pelirrojo no comprendía toda aquella nueva atmósfera que mantenía ahora con la más baja ¿Era su imaginación o se estaba comportando extraña? Bueno, más de lo normal.
—Oye, Foxy... ¿Alguna vez has tenido algún acercamiento con alguien que quieras mucho?
—¿Acercamiento?
La vió asentir.
—Sí, un roce más allá de lo que hubieses considerado amistad o familiaridad y que te hizo sentir algo, por lo menos pequeño.
No responde, solo piensa unos segundo que palabras serían las correctas para responder aquella interrogación, nunca se le habría pasado por la cabeza que le quisiera preguntar algo así.
—Uh, pues... —Lo meditó otro poco haciendo memoria—. Ya sabes que yo de amistades considero a muy pocas personas. Y si descartamos a los tíos porque a mí no me van, lo más cercano que he tenido con alguien a quién quiero mucho sería Meg.
—¿La besaste?
—Cosas de niños, nada como para pensarlo mucho —Si se lo pensaba, la situación en aquel entonces era extrañamente inusual con ellos, retos estúpidos de «a que no puedes» o «tú me gustas» pero prefería dejar aquello en su infantil pasado—. De resto, lo demás fue más Bah, y cosas “No homo” que no me interesan y que no voy a recordar aunque me lo pidas.
—Ja, ¿En serio? Eso es curioso ¿Sabes? —Se mordió el labio inferior y tanto un poco antes de que la siguiente oración saliera de sus labios—. Y... qué pasaría si yo en este preciso instante te dijera que me han entrado unas inmensas ganas de besarte ¿Me dejarías?
—Pue yo te diría que.... —Se quedó procesando sus palabras y no fue hasta que sintió como algo se montaba a horcadas encima de él. El choque de la situación le dió una cachetada metal mientras el color de su cara se asemejaba al de su cabello—. ¿¡W-what!?
Se enderezó en su sitio y quedó sentado en la cama con ella encima, abrió grandemente la vista y miró a todos lados para asegurarse de que aquello no era una ilusión ¿¡Qué demonios!?
Chica lo miró con determinación y pasa sus brazos por sus hombros, abrazándolo por el cuello atrayendo su ambarina mirada hacia ella, se acercó ligeramente a su rostro, acortando la distancia.
—¿Me dejaría besarte?
Algo definitivamente no estaba bien.
Tragó en seco y luego de unos segundo de pensarlo detenidamente sintiendo la opresión en su pecho, apretó con fuerza los ojos para desviar la cabeza y apartar el contacto que está mantenía con él al sostenerla de las manos.
—Joder, deja de jugar.
—No estoy jugando. Quiero besarte ¿Puedo?
Argumenta acercandose más a él, acomodándose en su lugar. A qué, Fox no necesitaba que se moviera tanto, y menos en aquella posición.
—Oh, ya veo, de seguro estás ebria. Sí, estás completamente borracha, joder —Comenzó a reírse con nerviosismo, sintiendo por primera vez aquello llamado pánico ante aquel tipo de situación—. Pobrecilla, de seguro ni divisas bien el panorama. ¿Cuántos dedos ves? Tres, o lo siento, ni siquiera había sacado uno. Hay cinco, ¿vale?
—¿Qué dices? Yo ni siquiera bebí tanto que tú, el único que parece borracho ahora es otro.
—Síp, ebria, hasta el cuello. Andas desvariando demasiado, mala esa. No te preocupes, todo estará bien.
La sostiene por la cintura, se pone de pie y la carga como una niña para darle unas palmaditas en la espalda y luego, arrojarla a la cama sin tacto para salir corriendo por la puerta de la habitación.
—Bonnie... ¡Ya deja de correr!
—¡Tú ya deja de seguirme! —expresa con los nervios de punta, mientras trata de alejarse cada vez mal del menor que lo perseguía detrás. Dios, no sabía cuantos pasillos había pasado pero no sé creía que fuese una mansión tan ridículamente grande—. ¡Demonios! Yo me largo.
Se dijo una vez se detuvo y sintió que ya había perdido de vista al menor, si bien se había sentido mejor con su presencia no iba a soportar que andará diciendo tantas cosas que él consideraba estúpidamente insinuantes, no comprendía que cada que andaba cerca de él era una nueva forma para que el peli-turquesa lo molestase con su habladuría fanfarrona y comentarios que sonaban más a coqueteo que otra cosa. Estaba pensadolo mucho y ya le hartaba.
Le comenzó a doler ligeramente la cabeza cuando lo sintió lejos, pero luego poco a poco se fue haciendo mucho más leve la sensación. Estaba seguro de que la mayoría de persona allí no se irían sino hasta el otro día, pero como no encontraba al pelirrojo ahora le tocaba irse solo.
Se dispuso a bajar las escaleras hasta que un zumbido en su oído lo distrajo, a parte de la música. Miró a ambos lados pero no divisó nada, no hasta que sintió como alguien le chocaba la espalda y ambos, tanto él como la persona que lo empujó tropezaban torpemente decendiendo por las escaleras.
—¿¡Está loco!? —Repica Bonnie alzando la voz una vez se encontraba tirado en el piso de abajo. Menos mal tenía suerte cayendo de escaleras.
—Ouch, pensé que ya habíamos dejado las formalidades —El peli-morado reconoce inmediatamente la voz del peli-turquesa y tuerce el labio al no sentir nada más que una agradable sensacion de serenidad. Maldita sea él, y lo bien que le causaba que estuviese cerca. Bon remueve su cabello y nota que su corona sigue intacta sobre su cabeza. Mira al mayor y lo levanta de un tirón—. Rápido, será mejor que corramos.
—¿Uh? Nada de eso, yo ya me iba en solo...
—¡Allí está!
Los dos adolecentes alzan la vista arriba de las escaleras para encontrarse con un grupo de chicos y chicas disfrazado de condes y marquesas de todo tipo de era y película, que no parecían estar para nada en sus cinco sentidos, pero eso sí, se veían como si la estuviesen pasando a lo grande.
—Ay, mamita linda —Expresa el menor y enseguida sale corriendo seguido del mayor siendo perseguido por la multitud—. ¡Ya les dije que no quiero jugar a eso!
—¿¡De qué juego hablas!?
—¡Me quieren quitar mi corona!
—¿¡Ah!?
¿Era idiota?
—¿Y por qué no solo se las das? —Argumeta el de melena violeta arrebatándole la prenda. Bon se espanta pero lo detiene dando un dedo alejándolo y manteniendo distancia. Deteniéndose un instante en uno de los pasillos Bon lo mira incrédulo y él divisa una mesita con un jarrón y unos vasos, como si la vida le sonriera al saber que se moría de sed. Se dispone para servirse un algo de agua. Vaso que no logra consumir bien al darse cuenta de que no era agua, que lo había bebido como si lo fuera y que la multitud apareció amontonandose de golpe tras ellos, para luego ser jalado nuevamente por el contrario—. ¡Me estoy cansando de esta estupidez!
El correteo que estuvieron haciendo fue algo de lo que Bonnie pudo haberse sentido fácilmente orgulloso en otro instante, sintió que le dieron como tres vueltas a la mansión y podría considerarlo una maratón.
Rápidamente, y si tener idea a dónde se dirigían, estaban pasando ahora por uno de los pasillos menos transcurridos. Bonnie vió esta como su oportunidad para dejar de caminar tan aceleradamente y detener el paso del contrario pegándole la espalda sin tacto alguno al empujarlo contra la pared.
—Ya, joder, estoy mareado, detente —Dice una vez logra tomar un respiro, sintiendo que no era propio de él cansarse tan rápido. Se preguntó brevemente que era lo que había tenido aquella extraña agua, estaba seguro de que era bebida pero no reconocía qué como para hacerlo sentir de esa manera—. Yo hasta aquí llego.
Asegura, inhalando con fuerza una gran bocanada de aire, se sentía acalorado, y su corazón estaba más acelerado de lo usual. Mantuvo su mirada hacia abajo todo aquel rato, y Bon no dijo nada más que admirar su estado actual, en silencio.
—Ahg, ¿Por qué te perseguían todos esos locos? —Se aventura a preguntar una vez se sintió más calmado y recostó su espalda contra la pared. Bon suelta un suspiro, se despeina aún mas su cabellera—. Ya deja de hacer eso, parece que quieres hacerte un nido de ratas.
—Ya no digas nada, todo es tu culpa.
Asegura, dejando aún muy incrédulo Bonnie al escucharlo.
—¿Disculpa?
—Sí las acepto, pero eso ya no soluciona nada ahora.
—No me refería a eso ¿Cómo que mi culpa? —Inquiere de manera tosca y observa como el más alto se cruza de brazos y rueda los ojos—. Pues según tengo entendido esas personas te buscaba a ti y solamente a ti, yo bien pude haberme ido hasta que me arrastraste.
—Todo esto pasó porque saliste corriendo de repente. Cuando te perdí el paso, en una habitación los del Comité ya andaban más en fantasilandia que acá, y jugaban verdad o reto —Explica haciendo ademanes acelerados con las manos—. Me vieron y impusieron un reto en el cual dictan que si me quitaban la corona me daban cualquier penitencia que quisieran sin poder negarme.
Bonnie alza a la nombrada y este asiente esperando a que se la de, impaciente.
—Eso es lo más apsurdo que te he escuchó decir —Bonnie se cruza de brazos y toca la máscara de su rostro, que a pesar de haber tenido tanto trajín seguía intacta, vaya que había resultado eficiente—. Tienes decisión propia ¿No? Solo diles que no le vas a hacer caso a un monton de borrachos y punto.
—Parece que no comprendes la situación —Reafirmó, juntando ambas palmas y suspirando para luego apuntar al mayor con esta acción—. Mi penitencia no iba a esta ligada simplemente a ese momento, para ellos sería aburrido así que lo podrían mucho más personal, haciéndolo dentro del Comité, y no me gusta ir contra la corriente así que no sabría negarme.
—¿No sabes decir que no? Eso es de pasivos —Murmura chasqueando la lengua, sintiendo una incomoda sensacion en su boca, mientras escucha como el de melena turquesa suelta una ligera risa—. Ya, vale, entonces podríamos solo mantenernos aquí mientras te buscan, se les olvida que te buscaban y hacen otra cosa.
—Supongo...
Se quedaron así breves segundos en los que no intercambiaron palabras, hasta que la palpable y desesperante situación que, afrontaba como novedad, se hizo imposible de seguir controlando para el mayor.
—Bien, ya me cansé de mantenerme aquí —Se despegó de la pared con la intensión de irse, pero el menor le sostuvo de la muñeca provocando que le chocará una oleada de seredidad que era opacada por la mala pasada en su boca—. Ahg, estoy muriéndome de sed y siento que mi garganta está ardiendo.
Bonnie carraspea sintiendo la incomodidad no muy placentera trascendiendo en su garganta y decide desajustarse el corbatín agregado a la camiseta que traía cubierta por su esmoquin. No lo quiso decir en aquel instante, pero sintió la penetrante mirada de su compañero sobre él mientras realizaba cada acción... ¿Si sabía que lo hacía sentir extraño?
—Dios, ya es la tercera vez que decido darme una corrida en toda la noche, estoy cansado de tantas fugas.
—Oh, cierto, la primera fue cuando te encontramos Lily y yo ¿Verdad? —Asiente sin decir nada—. Tuviste suerte, no sé qué pasó pero esos chicos parecían querer golpearte en cualquier momento.
—Me parece estúpido sabiendo que ellos eran los que cometian inmoralidad pública —Murmura rodando los ojos para luego resoplar en su sitio.
—¿Inmoralidad pública?
—Sí... —Bon mueve la cabeza hacía un lado, denotando poca comprensión en lo que había querido con aquello. Bonnie ladea una de sus manos en busca de palabras para explicarse. Dios, debía estarle tomando el pelo. Se burlaba de él ¿Cierto?—. Pues eso.
—¿Eso...?
¿Estaba bromeando?
Se sentía muy irritado al pensar en que posiblemente quería ver su reacción por no poder expresarse bien cuando se trataba de aquel tipo de situaciones, Dios, era despiadado aquel chico.
—¿Podrias especificar?
Y eso fue la gota que derramó el vaso.
—¡Pues sí! ¡Eso! Se tragaban la boca como animales en celo. Quiero decir, estaban en el patio, en cualquier momento a quién sea se le habría dado la gana de ir y observar un espectáculo —Aunque se sentía avergonzado mientras soltaba todo lo que decía, podía disimular aquello o al menos intentarlo. El menor pareció sorprender con su decalaratoria así que frunciendo los labios, bufó—. Ya deja de búrlate de mí ¿Se te hace divertido notar mi inexperiencia haciendo el inocente?
—¿Inocente? ¿Qué? No me estoy burlando de tí —Se apresura a responder antes de que siguiera teniendo una idea errónea al respecto—. Digo, no me esperaba que se tratara de eso, de verdad.
Bonnie se cruzó de brazo y soltó un chasquido. No le creía, pero no iba a seguir cuestionando.
—Entonces... ¿Los viste besandose?
—Sí ¿Y?
—¿No te pareció impactante o inquietante?
A Bonnie le intrigaba a qué punto había querido llegar con aquella ignora, arqueó una ceja y lo miró a través del antifaz.
—Ya hablamos una vez de lo que pienso sobre las situaciones homosexuales, no es para pensarlo mucho.
—Sí, pero eso fué sobre los tipo de situaciones que prefieren observar cierto grupo de personas, ahora aplicamos la situación a nuestro cotidiano momento —Expresa sin observarlo directamente, suelta una risa y respira profundo —. Tú quedaste como un espectador en aquel instante ¿Qué pensaste?
—En que si hacía ruido era un mata pasiones.
Bon suelta una gran carcajada al escuchar tan ocurrente comentario, si se notaba mucho la cercanía que el más bajo estaba teniendo con Fox.
—Pero sabes, Bon, no lo pienso mucho si es lo que quieres saber, ya me he dado a entender antes. Aún si se tratase de ficción o realidad, mientras no me afecte lo que esté repercutiendo en las relaciones de esa forma, no tengo que decir nada —Explica alzando los hombros, él pensaba que cada quién vivía su vida como mejor le parecía—. Pero si me quieren golpear por meterse mano, ya es personal, no es como que vaya a hacer algo pero no planearia quedarme callado sobre cosas que me molestan.
El de hebras turquesa divaga un poco al escucharlo hablar, y asiente, dándole la razón.
—Supongo que entiendo cómo piensas —Asegura. Bonnie, que ya llevaba un instante controlando lo mucho que se estaba mareando se deja reposar en la pared. Bon lo observa, y se acerca unos pasos—. Entonces, ¿Si no estás involucrado no juzgas el acto?
—Ajá...
Bon se acerca otro poco más, llegando a su lado y de la misma manera mantenerse de pie contra la pared. El de hebras violetas sentía la molestia respiración del menor cada vez más cerca, por lo que su pulso trascendió de una forma sin precedente. ¿Por qué su sola presencia le agitaba tanto? Sentía que todo le comenzaba a dar vueltas.
—Bonnie... —Lo escuchó murmurar muy de cerca. Por instinto giró la cabeza para mírarle, sintiéndose dócil a su cercania, se le hacía complicado incluso divisar la mirada de color a su vista ¿Qué tan reluciente se vería si se quitaba la máscara? Alzó la mirada y se encontró con el gente de un concentrado Bon en su rostro...—. Bonnie, tú... Hueles completamente a ginebra y anís.
Una vez dicho esto, separa la cercanía y posa una sonrisa en el rostro. El nombrado, completamente en blanco recapitula sus acciones y no puede evitar pensar en crear su propio funeral.
—Debiste haber bebido esa cantidad en seco para verte tan afectado ¿Quién tiene ginebra y anís en un jarrón? Normalmente se mezcla, y si lo bebiste solo vas a pasar un rato desagradable —Se rasca la barbilla, recordando con es que reconocía muy bien el olor de aquellas bebidas al ser de las favoritas de su padre—, tal vez debamos buscar algo para que comas, ¿No cenaste? Es muy malo beber con el estómago vacío.
—Uhg, cierra la boca. —Murmura una vez intenta que todo su alrededor de quede quieto dentro de su cabeza. No lo logra. Bon, que parece estar ahora ya algo preocupado por la situación le comenta que ya es mejor que continúen, sin embargo, el meyor lo toma del brazo y lo jala cerca, quedando a una distancia mucho mas íntima que cualquiera que hubiesen mantenido hasta el momento—. Quédate así un rato.
—¿Cuánto? —Cuestiona con una voz que sonó por escaso instante temblorosa—. Mira que todavía me andan persguiendo.
—No sé —Murmura, de forma baja, aferrándose con una mano a el traje del menor para evitar que rompiera el contacto. No sabía de dónde había sacado el atrevimiento de hacer lo que estaba haciendo, peor sintió que esa era la única forma de mantenerse más “sobrio”— Hasta que me sienta mejor.
—Uh, ¿Tanto rato? Ellos son persistentes, dudo que se les olvide tan fácil... Igualmente quería hacer otras cosas luego de dejarte con Fox.
Bonnie no supo por qué el comentario de “cosas” le resultó tan impropiamente sugerente, que no pudo evitar dejar al aire su bienaventurada curiosidad al respecto.
—Oh, vaya, “cosas” —Afirma con ironía, suelta una risilla—. Me preguntó a qué te estarás refiriendo.
Bon arquea una ceja, extrañado de tal comentario viniendo del mayor, no lo pensó mucho ladeó su cabeza para observar el rostro sereno del peli-morado. No lo había pensado, pero en todo el día no observó con satisfacción los orbes rubí del contrario. Miró disimuladamente cómo es que el de menor estatura seguía sosteniendo su corona con la mano que no utilizaba para mantenerlo cerca, así que pensando en darle una cuchara de su propia medicina creo la excusa perfecta para, acercar su mano al rostro del contrario y quitarle ese molesto antifaz pegado.
—¡Auch!
—¿Que insinuas? A veces me siento solo y un poco de buena y desinteresada compañía no está de mas —Inquirió Bon, refiriéndose a su anterior cuestión, el peli-morado alzó la mirada, frunciendo las cejas, él observó asombrosamente como aquellos orbes brillaban—. De...
—De verdad tienes unos muy bonitos ojos —Salió sin vacilar aquella oración de sus labios, y no le dió tiempo a avergonzarse luego. La destellante mirada esmeralda que tenía en frente le había hipnotizado completamente con aquel brillo particular. Siendo lo único que podía prensenciar se sentía con regocijo al admirarlo—. ¿Q-qué? ¿Tú te sientes solo? Pff.
—¿Que te parece tan divertido? —Cuestionó el menor una vez lo escuchó riéndose en silencio.
—Eres popular, tienes amigas que te adoran, tu papá parece quererte mucho, te trata como campeón, sabes adaptarte bien a cada situación... ¿Por qué un chico como tú tendría qué sentirse solo?
Bon lo pensó, no dijo más en esa pequeña fracción de segundo en al que analizaba las palabras del mayor ¿Por qué? ¿Por qué se sentía así?
—Sí... Tienes razón, no tengo por qué sentirme solo —No lo dijo, pero aquello lo había sentido muy agridulce, más cuando lo vió regalarle una sonrisa que se le hizo tan extraña de ver, pues nunca en lo que llevaba conociendole, sintió que le regalase una sonrisa y una mirada que lo hicieran sentir tan patético. Se le apretó el pecho, y le costó tomar aire por breves. Iba a decir algo, pero el menor se adelantó—. Y aunque tengas razón, y no tenga motivos para sentirme así, siempre pensaré que de vez en cuando me haría bien compartir mi soledad con la persona que más me comprenda. Aquella que sin tener los motivos y teniendo todo, se sienta igual de solo que yo.
Bonnie no supo porque esas palabras lo aturdieron tanto, bajó la mirada, observando sus pies, aquellas palabras quedaron atoradas en su cabeza mientras se repetían una y otra vez. La voz del menor, tan cerca, lo erizó completamente. Podría estar bien al no sufrir malestares físicos, pero no le estaba ayudando en nada a los internos.
—¿Te parezco raro? —Le preguntó una vez no obtuvo respuesta por parte del peli-morado. Soltó una cansada risa—. También tenías razón en lo otro, ebrio digo muchas estupideces ¿No crees?
—No es raro querer sentir que estas con tu alma gemela. Eso es lo que tú quieres, tu complemento, tu mitad, compartir ese vínculo con alguien, lo has intentado ¿verdad?... Apesar de que esa persona puede que no lo sea —Habla, sabiendo perfectamente que la otra mitad del contrario no podía ser la peli-azul, aunque intentará que fuese un consuelo, ni siquiera tenía idea de quién podría ser debido a que a pesar de ser una persona común, no tenía un Hilo que lo conectará, de ningún color, y aún en ese día seguía sin ser la excepción—. Pero... ¿Si nunca encuentras a aquella persona con la que sientas esa paz?
—No me importaría buscarla por todo el mundo de ser necesario —Asegura con una sonrisa nostálgica en el rostro—. Me encargaré de e hacer lo posible por estar con la persona que me complete por lo menos un instante.
—Una vez... —Comenta, ladeando el rostro, ignorando la peculiar sensación que sentia—. Recuerdo que una vez dijiste que se te haría muy latoso tener a esa persona con la que vieras todas las partes de ti ¿Cambiaste de parecer?
—Uh, no... Solo a veces me aliviaría más pensar en que por verme reflejado en aquel que me traquiliza puedo intentar comprenderme mejor —Dice, muy detenidamente, captando completamente la atención de su contrario, se sentía bien al decielo—. La encuentre aquí o... Aún si tengo que esperar y verla en otra vida, supongo que siempre voy a tener muy dentro de mí que quiero reflejarme en alguien y comprender porque nos sentimos solos.
—¿Cómo sabes que la verías mas allá? —Cuetiona, alzando la mirada, encontrándose con unos decididos jade—. Y ¿Quién no te dice que ya no está o que simplemente no existe?
—Porque sé que en el mundo existen muchos planos, o eso pienso, y estoy totalmente seguro de que en uno de eso esa mitad me espera y juntos volveremos a ese plano a encontrarnos ¿No? Estamps hablando del destino, supongo que tiene que pasar tarde o temprano ¿Cierto? Aunque me sea latoso —Expresa, mostrando ahora una sonrisa muy diferente a las otras, con verdadero ánimo—. Sé que esa persona existe, porque sé que encontrar la serenidad que busco es posible. Quiero ser capaz sentirme con esa persona junto como me siento ahora contigo.
Bonnie abrió los ojos de manera desmesurada y observó como el menor le regalaba una cálida risa. Los colores se le subieron a la cara completamente y ya no supo que pensar tal vez por el efecto del alcohol o porque con aquellas palabras lo embriagó de una manera inaudita. Sintió su corazón latir rápidamente una y otra vez, más cuando lo sintió acercarse.
—Bon, tú... Di que no pasará nada malo si estoy cerca de ti.
Susurró Bonnie recordando aquella oración palpitante en su cabeza, Bon suspiró y se acercó un poco más. El de hebras violetas sentía como todo parecía ir en cansar lenta, sintió como rozaron sus narices en un leve contacto y entrecerró los ojos observando detenidamente los labios ajenos... ¿Qué estaba ocurriendo?
—No pasará nada si estás cerca de mí en Halloween, lo prometo.
¡Él no le había pedido decir aquello último! Todo se le hizo tan extrañamente familiar, la situación, el contrario, la forma en cómo no tenía el total control de sus sentidos, como no paraba de observar el semblante ajeno.
Cerró los ojos esperando algo... Algo que nunca llegó pues solo sintió como le quitaban la prenda que tenía cubriendo su morada melena. Abrió sus orbes y divisó al menor como a tres pasos lejos de él. ¿¡Pero qué!?
—Tenias algo en el hombro, ya te lo quité. Bien, tú tienes mi corona, yo tengo tu sombrero, estamos a mano. Jaja.
Indica a modo de broma. Bonnie en ese momento no pudo evitar parpadear y sentirse mas que estúpido cuando se dió cuenta de ella realidad. Se acercó al contrario que también tenía su máscara y se la arrebató en una brusca acción al menos, todavía sus mejillas se hallaban rojas por el bochorno.
—¡Dame eso! —Inmediatamente le quitó tambien el sombrero, quería salir en aquel preciso instante.
—¡Bonnie!
Ambos jóvenes voltean la mirada para encontrarse con un pirata pelirrojo completamente agotado tomando grandes zancadas de aire, al igual que Bonnie tenía las mejillas coloradas a tope, tal vez debido a la carrera que se notaba se había echado. Se acerca al nombrado y sin explicarle nada lo arrastra consigo.
—Bien, se acabó la fiesta ¡Gracias por cuidarlo, agente 007!
Ambos desaparecen entre lo pasillos del peli-turquesa que al perderlos de vista suelta un largo suspiro. Para mirar hacia otro lado y gruñir con fuerza. Revoloteó su cabellera y sí, para completar lo que ele quedaba de noche, el peli-morado se había llevado su corona.
Foxy una vez sacó al de menor estatura de la mansión le dió un tiempo para recomponerse.
—Hey, espera ¿Y Chica no se viene con nosotros? —Bonnie no veía para nada correcto que la fémenina pasará hasta estás horas sola y sin compañía, mucho menso sabiendo de la experiencia de la amiga de Bon al apenas llegar—. No la puedes dejar sola.
—No está sola, le dije a Spring que le diera un ojo en lo que pasa a recogerla su mamá.
—¿Llamaste a su mamá? —Cuestiona Bonnie, quién suelta una carcajada algo tomado, estando incrédulo al observarlo, lo ve revólverse el cabello con cierta desesperación y suspira—. Wow, no me lo esperaba.
—Bah, sí, no te lo esperabas, supongo que tampoco te esperabas que haya llamado a la tuya también para avisarle que vamos en camino.
—¿¡Qué tú qué!? —Comenta impactado—. Espera ¿¡Cómo rayos tienes el número de mi mamá!?
—Ja, quién sabe —Alza los hombros restándole importancia—. Tal vez en algunos años sea tu nuevo papi, pero shh, eh.
—Muérete.
Abrió muy despacio la puerta de la entrada a su morada y divisó como está se hayaba sumergida totalmente en la oscuridad. Soltó un suspiro de alivio al pensar en que sus padres seguirian dormidos.
—¿Qué son estás horas de llegar? —Comenta cierta voz desde la oscuridad para luego encender una pequeña lámpara al lado de su asiento. Bonnie se espanta por esto por lo que enciende rápidamente las luces de todo la sala. La mujer mira su pequeño reloj de muñeca y se lo enseña—. Mira que llegar casi a las tres de la mañana sabeindo que en cuatro horas tendrás que ir a la preparatoria, sin saber si estuviste bebiendo también sabes dios qué. Esto pinta mal para ti.
Bonnie suspiró y se cruzó de brazos, ya recapacitó más sus palabras y conocía a su madre a la perfección.
—¿Ya terminaste? —Pregunta su padre bajando de las escaleras dirigiéndose a la cocina—. Si le quitaste su teléfono supongo que ya puedes regresar a dormir.
—¡Por Dios, Harold! ¿No ves que es al primera vez que Bonnie llega a esta hora? Siempre quise hacer como que de la madre autoritaria —Ve como su esposo rueda los ojos y se sirve un vaso de leche para luego subir las escaleras—. Voy en un minuto, corazón.
—Mamá ¿Que significa todo esto? —Cuestiona Bonnie, dirigiéndose hacía la mesa del comedor, notó como es que había un plato con comida envuelto en papel aluminio, así que agradecía interminablemente que su madre le haya servido eso, se sentó agusto, dió las gracias y comenzó a comer con un hambre sin igual—. Mañana tiene que trabajar ¿Cierto?
—Correcto, pero de verdad necesitaba verte antes que eso. Mañana tengo que entrar muy temprano y voy a salir muy tarde, creo que me tocará así a partir de la semana que viene también, así que mejor te veo en la madrugada —Explica abanicando su rostro con sutiles movimientos de mano. Bonnie asiente sin decir nada y solo escucha—. Además, quería preguntarte cómo la pásate ¿Sucedió algo entretenido?
Bonnie observó la corona que estaría reposando aún lado en la mesa y luego negó en su lugar, su progenitora se dió por vencida con lo de las interrogación a la primera pues sabía que su conejito se irritaba si le preguntaban mucho acerca de sus interacciones sociales.
—Bien, no me digas nada ahora, ok, igual lo sabré después, tarde pero lo sabré —Le advierte apuntandole con el dedo índice y Bonnie asiente. Ella decdie dar un recorrido a la cocina en un busca de un vaso con leche tibia mientras, observa de reojo a su hijo comer—. Ya mañana, bueno, hoy. Ya estamos en noviembre, Bonnie ¿Sabes lo que eso significa?
El susodicho deja los cubiertos a un lado y observa un punto fijo en la mesa, sin responder absolutamente nada, asiente, y regresa la mirada hacia su de melena violeta esperando que diga lo que sabe que va a decir.
—A partir del fin de semana comenzarás tus seciones psicoterapéuticas especializadas. Son cuatro sesiones, por cuatro semanas, no puedes faltar a ninguna ¿Entendido? Ya me dieron la confirmación de las citas —Expecta y Bonnie asiente desde su lugar dándole la última probada a lo poco que quedaba de su cena—. Tambien, todas las sesiones serán en Vaiita, así que tomarás los autobuses los viernes por la noche y regresaras los domingos en la tarde para no meternos mucho con tu horario escolar.
Nuestro protagonista se atragantó apenas al escuchar en lugar en donde sería aquel dichoso deber.
—¿¡Qué!? Mamá, eso no me lo habías comentado, no quiero volver a esa ciudad ni aunque sea por mi “salud mental” —Expresa completamente disconforme con lo que había escuchado—. ¿Me quedaré allá solo? Sé que quieres que deje el nido pero...
—Bonnie, no seas ridículo. Si por mí fuera no te dejaría ir así aunque me amarraran, pero tengo que trabajar, y no puedo perder el ascenso a doctora principal —Explica con un tono triste, consumiendo su vaso lo deja el el lavadero y prosigue a acercarse a su hijo—. Ya discutí eso con tus abuelos, te preparan todo mientras estás allá, así que no estarás solo ¿Sí? Quita esa cara, conejito.
Procede a depositarle un ligero beso en la frente para lugeo su ir a su habitación.
Bonnie quedó solo en el comedor, meditando la nueva situación que lo tendría sin dormir lo que quedaba de la noche, porque a pesar de todo, incluso si amanecía con resaca iría a la HS, tenía un examen práctico que no perdería por nada del mundo.
Observó la corona a su lado y se sintió cada vez más estúpido al recordarlo ¿Qué había sido eso?
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Dedicatoria: Keilen-can
Nota de la autora:
¡Hello! ¿Les sorprende leerme mis estrellas? ¡A mí también!
Originalmente, no iba a haber dedicatoria en este capítulo, debido al tiempo de buscar a los que comentaron y ajá, qué flojera. Pero, peroooooo... Pasó esto
¿Lo vieron? ¿Si lo vieron? ¿¡Lo apreciaron justo en ese momento y antes lo que me siguen en Twitter también!? ¡Porque yo no!
Me siento tan pero tan apenada, literalmente este dibujo va a cumplir un año el próximo mes (desde mi última actualización) ¡Y nunca lo ví! ¡Lo siento tanto!
Casi me entran ganas de llorar al ver lago tan hermoso por el capítulo de Halloween, y cuando ví las fechas casi me caigo de espaldas XDDDD
LO AMO, MIL GRACIAS, KEILEN-CAN
En fin(?
Ed00 pudo haber abandonado y cancelado la serie en ese tiempo que no estuve, pero yo no. JA
Espero con todo el corazón que hayan disfrutado el capítulo y, quiero disculparme por varias razones;
1) Lamento muuuuucho la demora de casi 1 año (10 meses y 13 días para ser exactos) estuvieron pasando una serie de acontesmimetos que les explicaré abajito XD
2) Lamento si el capítulo te resultó tedioso, fueron, sin mentir, más de 23 mil palabras. El siguiente cap no va a estar tan largo, dudo que llegue a la mitad que este, pero espero esto compesa un poquito mi hiatus y así tengan para leer entre varios días.
3) Estuve muy metida en querer contar un poquito de todo, sus que si solo vienes por el BxB perd0n.
¡Preguntas!
¿Qué te pareció el cap? --->
¿Teorías? --->
¿Comentarios curiosos? --->
¿Veran la nueva serie de edd00? --->
Yo pensé que había quemado mi etapa cringe y resulta que siempre no xD
¿Plegaria para actualizar dentro de 10 max? --->
Acepto sobornos UwU
.
.
.
Explicación del ajá.
Cómo lo dije en una notita parecida en el anterior cap, para hacerlo preciso. Mi autoestima es una mierda. En ese tiempo me corté el cabello para sentirme mejor (rapado) y temrine igual de depre, luego conseguí un trabajo, ya para noviembre y entre toda la mierda que he experimentado socialmente debo decir que este a sido mi más grande alegría. Convivir con persona que cambiaron mi rutina fue de lo mejor, me trataron lindo (no como la porquería del liceo) aprendí a valorarme un poquito pues, pues, alguna razón a todos les gustaba mi precensia siendo que siempre me considere una molestia.
Actualmente sigo en mi trabajo, no ando de vaga, y veo como retomar la universidad, pero siempre intento sacra tiempo para no procrastinar tanto y avanzar a pasito de tortuga mis historias. Me desconecte de Twitter porque sí, le perdí interés, lo sinetooo, me interesa ponerme activa pero mi vicio a los mangas y animes son lo único que mantenían mi estabilidad emocional medio estable y, personalmente, no quería ver polémicas de la nada teitteadas.
Aveces me pongo toda depresiva sin razón aparente y no quiero hacer nada, quiero estar bien, sentimr bien, pero no lo logro, hago lo contrario pensando en cosas que sé me lastimaranz y me preguntó por qué si odio tanto sentirme así me sigo sintiendo de esa manera... Ahora intento llevarlo pero no sé por cuando tiempo, mi mamá me dijo que apenas tuviese el dinero me llevaría con un especialista y lo agradezco mucho, nunca subestimen cuanto necesiten y que sus padres lo noten. Al menos mi mamá, con lágrimas me dijo que no entenia por qué yo siempre me veía tan poca cosa comparadoaa los demss siendo que las personas a mi alrededor piensan de mí como alguien increíble...
En fin, solo comentaré esto, porque es bien extenso y ajá, nos deprimimos todos, porque siento que los molesto con cosas never que ver.
Trataré de actualizar mis otras historias también. no he abandonado NADA NADA. No diré fecha porque ajá, mala mía XD.
ATT: Camí <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro