La noche era fresca, lo comprobó después de salir del trabajo. Esperaba el metro junto a otras personas que también tenían la misma meta: llegar a casa.

La única diferencia que creía Jihoon era porque él sería recibido por Jun. Eran pasadas de las diez de la noche, salió tarde por tratar de terminar los últimos pedidos. Y algo más. Jun llegaba a las nueve y media, pero estaba bien.

Hizo un pequeño chequeo a su maletín, donde escondía el ramillete que con tanto esfuerzo preparo; realizo varios siendo desechados al basurero, porque al final ni uno ni otro le complacía. En consecuencia, Hansol y Hoshi lo regañaron con que pagaría por todas las flores ocupadas. Pero no le importo, tenía listo el ramillete.

Tomo asiento en los espacios del metro, miro los demás asientos sobrantes y suspiro. Comenzó a temblar de la nada, tal vez por el frió. Estoy muy nervioso, se dijo. Rió bajo porque quería golpearse por ponerse tan idiota antes de llegar a casa. Parecía un adolecente en su primera etapa de enamoramiento; yendo a una cita. Las cosas cambiaron, las citas se volvieron formales y aglutinantes, con mayor emoción. Aun si pasaban los años, seguía sintiéndose como la primera vez que fue a una cita con Jun. Se pellizco las mejías y bufo, llego a su destino.

Cuando sus pies encontraron una manera correcta de pararse, vio por debajo, la luz de adentro estaba encendida, Jun llego primero.

Bien, puedo hacerlo. Saco las llaves de su bolsillo y lo coloco dentro de la cerradura. Al abrir la puerta pensó que alguien pudo apagar la luz, porque todo se oscureció.

En realidad, Jun lo abrazo por completo apegándolo a su cuerpo. Jihoon se quedó sin espacio, era tan pequeño frente a Jun, era... una sensación suave que comenzó a inundarle el pecho. Jihoon respondió abrazando la cintura de Wen.

— Bienvenido, Jihoon.

Era demasiado para él, el aroma de Wen lo acorralo.

— Estoy en casa.

Wen sonrió soltando un suspiro.

— Son las once, pensé que no llegarías. Iba a ir por ti.

— Estuve ocupado, está bien que te quedaste. Hace frió afuera.

— Por eso me preocupe.

Apretó la cintura de Wen.

— Recuerda no sobre esforzarte demasiado.

Sintió como la sonrisa de Wen crecía, tal vez no lo veía, pero lo sentía. Su corazón latió hasta hacerse eco en sus oídos, el rostro le ardió, y al sentirse tan nervioso plasmo su rostro en el abdomen de Jun.

— ¿Estas bien? ¿Te sientes mal? ¿Tienes frío? —le pregunto preocupado.

Wen se apartó tomándole el rostro. Jihoon se avergonzó más, ya ni sabía si podía estar más rojo de lo que ya estaba: su cara hervía.

— Estoy bien... —logro decir.

— Pero estas todo rojo.

— Estoy bien...

— Que tal si tienes fiebre, tendremos que ir al doctor. —Jun lo tomo de los hombros.

— Que, no. —puso todo su peso en los pies.

— Jihoon...

— Estoy perfectamente... bien... —no, no lo estaba. Con Wen nunca estaba bien.

Abrió su maletín para extender el ramillete. Jun se quedó ahí, observo las flores rosas haciendo un juego con las azules, eran pequeñas y bonitas, envueltas en papel blanco con listones colgando a cada lado; Jun sonrió, lo comprendía.

La hilera de los labios siempre fue dulce, un beso que fue recibido por labios suaves. Wen tomo la barbilla de Jihoon, quería excederse esta vez y Jihoon solo se dejó ser. Sus bocas fueron presas, disfrutaron del contacto y el calor que se proporcionaron. Esos ojos se encontraron y guardaron silencio, porque esos sentimientos hablaban por ellos. Jihoon desvió la mirada avergonzado, Wen tomo el ramo entre sus manos y soltó una carcajada que a Jihoon le hizo cerrar los ojos; ambos se abrazaron con insistencia.

— Gracias.

— No es nada.

— Pero mucho para mí.

Ah, enserio la sensibilidad de su cuerpo se esfumo.

Tantas emociones para un cuerpo pequeño acabarían con él. Wen le beso la nariz y lo guió a su hogar.

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No sé si ahora tenga el mismo significado, pero antes 'xoxo' era "Beso y Abrazo" no se, cuando estaba en la secundaria muchos de las chicas lo utilizaban en sus relaciones...

Como sea, gracias por leer.