Wen Jun Hui era considerado por no tener pena en público, pero Wen siempre moría de nervios aunque nadie lo notara. Al llegar a la florería los nervios se le vinieron a flote cuando vería a Jihoon. Él se veía tan lindo en el uniforme del trabajo, atrapado en un cuerpo de niño pero la actitud de un adulto. A veces Jihoon solía usar un delantal verde oscuro, aun si no era un agradable color ni llamativo, le encantaba. Jihoon se veía bien en el uniforme, y Wen no podía resistir a abalanzarse.

Cosa que nunca hacia o se abstenía, Jihoon no le gusta los afectos en público y si lo quería debía ser discretamente.

Dejo de sonreír al entrar y no encontrar a Jihoon. Hansol quien cortaba las espinas de las flores se percató de su presencia.

— Hola Jun. Puedes sentarte, Jihoon salió para entregar personalmente un paquete.

Oh, ahora lo entendía.

Curioso de ver, se acercó a Hoshi quien intentaba amarrar con listones varias flores y decorarlas con brillos.

— ¿Qué haces Hoshi?

— Oh, Jun. Hao me pidió flores de varios colores para su sesión fotográfica en unas horas. —roció brillantina y las ordeno de acuerdo a la gama de colores que tenía un recuadro en el libro.

— ¿Y apenas lo estás haciendo?

— Claro, si las hubiese hecho ayer, hoy estarían marchitas. Al conocer las flores te dan cuenta que hacer para que luzcan bonitas.

Lo suponía, todos los que trabajan con su novio sabían de los cuidados de una planta.

— ¿Por qué no usas agua para remojarlas? Escuche que si los pones durante mucho tiempo siguen manteniéndose vivas.

— Seguirán vivas, pero su tallo suelta algo escurridizo que deja un mal olor. No quiero que mi Hao huela mal. —vio el pechero de Soonyoung.

— Está bien. Pero Hao podría bañarse después. Además, nadie nota si las flores huelen mal.

— Oh si, imagínate que le llevas flores podridas a Jihoon. —respondió Hoshi sarcástico.

Bien, entendió su punto. Wen era un novio educado. Y hacer eso para su novio sería algo horroroso de recuerdo. Decidió no discutir con Hoshi.

Prosiguió ir a ver a Hansol.

— ¿Qué haces Hansol? —pregunto.

— Ha estado llegando clientes nuevos desde la mañana y todos piden Mugunghwa. Debo decorarlas como ramos y ramilletes.

— Oh. —Jun no entendía nada. Sonrió nervioso al ver al chico tan concentrado en cortar algunas hojas que sobresalían.

La dedicación que daba Hansol eran tan pacifica que le daba miedo. Jun por lo general le da un poco de ansiedad si no termina lo antes posible su manuscrito. La empresa donde trabajaba era de paredes marrones casi sin vida y sin mucha alegría. En cambio, la florería era colorida y algo desordenada por los suelos pero no importaba porque seguía viéndose viva gracias a las plantas. Oyó la campana sonar: Hoshi se fue corriendo dispuesto a llevar las flores a su esposo. Se quedó solo con Hansol. Ah, tal vez debería ir a visitarlos alguna vez. O tal vez a todos, de su vida tan ocupada olvido darse el tiempo de verlos o saludarlos.

— Puedes sentarte en lo que llega Jihoon.

— Me gustaría mirar las flores.

Hansol asintió.

Wen observo los jarros llenos de flores, algunas contenían flores extranjeras; otras eran originarias de aquí, y después las encontró.

Las flores que le dio Jihoon. Wen aún conservaba los pétalos, la planta se secó pero seguía conservando los pétalos podridos: Jun tenía una creencia muy infantil, guarda todo lo que Jihoon le regalaba en un cajón. Si el regalo eran flores y se marchitaban, Wen las cuidara desde que las recibe y guarda después de marchitarse. Si Jihoon le regala un calcetín (en un futuro) y se desgasta al año o a los pocos días, Wen lo seguirá trayendo, o hará un espacio en su ropero para tenerlas como recuerdo.

Soltó una carcajada al darse cuenta cuan enamorado estaba.

Su novio llego tiempo después. Al terminar el turno de Jihoon se fueron juntos tomados de la mano a su hogar.

Jihoon salió temprano ese día y Jun prefirió escaparse de su jefeSeungcheol.

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Mi Junnie es cute.

Ustedes saben que no puedo vivir sin mi SoonHao, habrá apariciones de otras parejas también. (Espero)