Chapter 2
Un día más para Hilary, un día más en aquel palacio donde muy pocas veces salía de allí.
Miro por la ventana donde muy pronto se avecinaba una tormenta dejando a ver el grisáceo cielo.
-Hilary- la dulce voz de su madre hizo que dejara de ver el paisaje.- debes verificar el orden de la habitación del príncipe.
La palabra príncipe fue lo más revoltoso en todo el palacio, Hilary estaba tan agotada de la formulación de tal palabra que ya se podía imaginar que sería un niño difícil de tratar.
-Mamá, al terminar ya verifique todo. No tienes por qué preocuparte, todo estaba en orden- respondió ya cansada.
-Nunca se sabe Hilary, puedes dejar un artículo de limpieza por accidente, no está de más que vallas solo a ver.
Suspiro resignada, antes de levantarse y caminar hacia la puerta- Esta bien.
Subió por la familiar escalera hasta llegar a la habitación inspeccionando todo, se preguntó porque le había hecho caso a su madre. Todo parecía estar como ella lo dejo el día anterior.
Camino hasta el baño donde encontró todo en su lugar, un abismo de envidia por el príncipe la recorrió, ella nunca tendría todo aquello lo que por decreto el príncipe si, cerró
la puerta tras de ella al darse vuelta encontró a un joven tal vez de su edad y un par de años de más.
-Señor no puede estar aquí.- articulo sin preámbulos. Aquel joven pelinegro la miro sin saber que decir en estos momentos.
-La que diría que no puede estar aquí es usted.
-Disculpe, pero nuevamente no puede estar aquí, si no se retira llamare a seguridad- amenazo sin saber quién era el joven, que en estos momentos la situación le divertía.
-Lo mejor será que usted se retire, esta es mi habitación.
Puedo llamar a seguridad para que le enseñen cual es la salida.
-¡Es la habitación del príncipe!- Odiaba cuando la cuestionaban a mas, ella no podía dejar que nadie entre allí.
El joven dio unos pasos adelante acercándose más a ella y ver que la lejanía no le mentía, sus ojos verdes y aquel cabello como el fuego lo cautivaron como pocas veces.
-Señorita yo soy dueño de esta habitación.- la miro con burla, en ese momento ella se dio cuenta de la situación, aquella habitación no tenía nada de niño ni adolecente, por
primera vez en su vida se sintió estúpida, sin esperar ni contestar salió como alma que lleva el diablo de allí.
Aquel día Hilary, trataba de lo más posible alejarse del ala principal, cambiaba sus lugares y horarios con las demás doncellas. La vergüenza era algo que no podía olvidar, recordar ese momento hacia que su cara se sonrojara.
-Hilary, ¿Por qué hoy no hiciste tus áreas habituales?-cuestiono su madre, entrando en la diminuta habitación.
-No hay motivo alguna madre, sólo quería cambiar de área, las habituales me sofocan a veces.
-Está bien, pero no puedes hacer eso cariño, tienes tu área y así será.
-No tienes que recordarme que pasare mi vida limpiando este horripilante palacio mamá.
-hija, no fue mi inten….
-Mamá quiero estar sola, por favor.
Sin preámbulos su madre salió, dejándola sola.
Dejándola sin saber que no solo la vergüenza del día le afectaba su estado de ánimo. Las noches se hacían tan vacías para aquella joven, nunca conoció mas parentescos que su padre
y madre, millones de veces se pregunto si tenía tíos, primos o incluso llego a creer que tenía algún hermano no reconocido, pero sus padres serían incapaces de abandonar
un hijo, por lo tanto había descartado esa idea. Se sentía sola, a pesar de tener unos padres.
Salió de su pequeña alcoba subiendo por la maravillosa escalera hasta llegar a la terraza donde muy pocas veces y nada se la visitaba salvo por ella. Miro las hermosas plantas
que ella misma había llevado allí para darle más vida a la terraza, las hermosas plantitas estaban dando sus primeras
flores.
NOTA
Hola a todos y bienvenidos a un nuevo libro, tal vez Hilary no sea como Amarrada al Árabe. Ya que su vocabulario y manuscrito no tienen una misma vista.
Los capítulos de Hilary algunos serán cortos y otros largos, (depende de mi tiempo e inspiración a más) como les
decía, seria de mucha ayuda sus votos y comentarios.
Espero que disfruten de la historia y gracias por leer mis
obras.
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