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Una venda cubría sus ojos, solo podía sentir el cañón de una pistola apuntando a una de sus piernas, listo para disparar en caso de que se le ocurriera escapar.
—... ¿podría llamar a mi mami? Quiero decirle que me quedaré horas extras en el trabajo, ya saben... para no preocuparla —dice dudoso de sus palabras.
El conductor cierra sus ojos un momento, dudó. Miró al copiloto, negó.
—Más te vale no decir nada fuera de lo que dijiste.
—Cla- ¡Claro!
...
Al llegar le destaparon los ojos.
Había dos chicos, uno con un sombrero para cubrir su rostro mientras mira hacia abajo, el otro era un albino de ojos color gris, también tenía el parche cubriendo su ojo.
—¿Quién es... ?
—Lo vimos, nos vio, justo cuando acabamos con un deudor —aclara uno de los dos que estaban a su lado.
El albino hace una mueca, mira hacia arriba intentando pensar en algo.
EL joven se da tiempo para admirar al chico albino, viendo las ropas de todos aquellos chicos se da cuenta de que varios de ellos tienen...
—... Estilo...
Susurra sin darse cuenta, se arrepiente inmediatamente cuando el hombre que estaba dándole la espalda voltea a verlo.
—¿SÍ?
Los presentes se miran entre sí, nadie sabía que se conocían.
—Ah no... Yo-
—Jefe, ¿lo conoce? —pregunta una de las personas a su lado.
—¿Jefe...? —cuestionó.
Mira al frente al chico que se quitaba el sombrero, tenía el pelo ligeramente largo aunque no le pasa el cuello, usa un flequillo dividido dos veces para no oscurecer su visión. Su cabello está dividido uniformemente entre dos colores: blanco en su lado derecho y rojo carmesí a su izquierda. Agachó su cabeza, jamás vio a un chico así en las noticias, su color de cabello era demasiado llamativo como para no saber de él.
"Jefe", aquella palabra se escuchó en su mente una vez más. Podría ser el jefe de la yakuza Hikori, aquella en la que se desconoce la identidad del líder.
El bicolor se arrodilla frente al chico, con las mano enguantadas lo hace alzar la vista. Rizados cabellos color verde, grandes ojos de tono igualmente verde, piel pálida y mejillas decoradas con pecas, sus labios eran delgados, no contaba con perforaciones en la boca, nariz u orejas.
—¿Lo conoces? —Pregunta el albino.
—No, no tengo ni idea de quién es —aclaró, miro al chico una vez más —jamás he visto una chica así.
—Señor... —llama el peliverde captando la atención del jefe —, soy hombre, no mujer.
—De igual manera, nunca te he visto. No es personal, sabes mucho.
Siente algo frío en su nuca, no supo que había hecho.
—Shoto —habló el albino dirigiéndose a su superior.
—¡...! — El peliverde alza la mirada —¡Estilo, dije que tenían estilo! —agregó inmediatamente cuando se dio cuenta de su error.
Shoto alza la mano, voltea otra vez al peliverde.
—Repite.
—Dije que tenían estilo, no sabia que Shoto kan era su nombre —murmuró arrepentido el joven.
—Me llamo Todoroki Shouto, había escuchado mi nombre con el honorífico correspondiente — explicó el yakuza —, aún así, ahora sabes mi nombre y posiblemente sepas nuestra ubicación, tengo entendido que reconociste a Fuyumi y ahora viste a Natsuo. No puedes salir de aquí.
—¿Quienes son Fuyumi y Natsuo? —cuestiono ambas identidades.
—... Shoto, creo que no sabe nada además de ti —aclaró Natsuo entendiendo el desentendimiento del chico.
—Ahhh.
Él de cabellos bicolores pasa una mano por toda su cara, está dando más información de la que el chico cuenta.
—Bueno... De todos modos sabe mucho —sentenció.
Izuku mira con miedo el suelo, vuelve a sentir el cañón de la pistola, esta vez este apuntaba a su cabeza para asegurarse de que la bala que será utilizada no sea un desperdicio y acabe con la vida del chico. Al menos agradecerá que será una muerte rápida e indolora.
—¿Últimas palabras?
—El nombre de mi mami es Midoriya Inko, si podrían decirle que morí en un accidente de auto, y que es la mejor madre del mundo mundial, por favor —pidió el peliverde.
Algo extrañado el líder alza una ceja.
—¿No vas a rogar por tu vida y esas cosas que hacen las personas como tú? —dudo el heterocromico.
—No servirá de nada rogar, dudo que me dejen ir, solo quiero que mi mami sepa que la quiero mucho y siempre fue una excelente madre a pesar de la ausencia de papá... Pedí un accidente de auto porque no quiero que piense que hizo algo malo al criarme y fui por "malos pasos" y por ello la mafia me mato. Esa es mi única petición y últimas palabras —aclaro aceptando de manera rápida su destino.
—... —Shoto suspiro, una pequeña serie de recuerdos de cuando era niño atacaron su memoria —Alto.
La zona se resguarda en el silencio total, a lo lejos se escuchó el sonido de una pistola explotar haciendo que los nervios de Izuku se notaran más, dejándose ver sus ligeros temblores; claramente que el líder de la mafia Hikori lo mirara atentamente, haciéndolo alzar la vista para observar el fríos ojo gris de manera directa, no ayudaban.
Su muerte ya estaba escrita, ¿Acaso aquel chico deseaba burlarse de él aprovechando la posición en la que se encontraba?
Tembloroso retiene sus ganas de llorar, lo deseaba, quería llorar, se aguanto desde que lo subieron al carro y pasarán quien sabe cuanto tiempo. Si pudieran matarlo de una vez sería lo mejor, juraba que si estaba retenido un minuto más empezaría a llorar por el miedo de perder su vida sumado a la culpa de no haber cumplido con su madre sobre verlo graduarse de la universidad.
—Midoriya —llamo por el apellido el yakuza.
El chico no aparta su vista.
—Prométeme una cosa —hablaba encendiendo el cigarro que sostenía con sus dientes. Sin esperar respuesta prosiguió —, no dirás nada sobre mi ni los Hikori.
El pecoso no entendía lo que decía, ¿Acaso terminará su frase con "en el infierno" haciéndole creer que acabará ahí?
—Esta será la primera y única vez que te perdonare la vida, no creas que a futuro correras con la misma suerte.
Parpadea confundido, repite aquellas palabras en su cabeza una y otra vez, le está perdonando la vida, podría vivir y trabajar para llevar a su madre a ver el mundo como se lo había prometido.
—Líder, ¿Está seguro? —cuestionó confundido el subordinado que apuntaba el arma hacia la cabeza del rizado.
Dudoso el albino observa al líder de los Hikori. Mira al subordinado y dice: —Las órdenes del líder no se cuestionan.
—... Si maestro —separa su arma de la cabeza del joven, guardandola en su pantalón esperando la próxima indicación de sus superiores.
Pasaron unos pocos segundos donde su única vista era el chico de cabello raramente bicolor fumando cigarros Malboro Gold.
—Llevenlo a su casa, su madre lo está esperando.
—Ya oyeron las órdenes del líder —informó el chico a su lado.
Midoriya ya había procesado todo, esta vez no se retuvo y tampoco guardó sus lágrimas para más tarde o para nunca, estaba realmente feliz.
—¡Shoto-Kun —llamó con alegría el pecoso haciendo voltear al yakuza que estaba fumando —, gracias! —finalizó con lágrimas mojando sus mejillas.
El Yakuza lo observó.
<<Al parecer este chico si llora>>
Pensó al verlo derramando lágrimas, sin haber suplicado por su vida logró vivir.
—Ja... —soltó sin más, no respondió y optó por darse la vuelta e irse de ahí.
Si no mal recuerdo, "estilo" sería Shoto Kan en japonés, soy tan mala en ese idioma ...
Espero les haya gustado este cap <3
No tengo mucho que agregar, los quiero mucho, tomen awa <3
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