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Epílogo

HIJOS DE LA NOCHE

HIJO DE UN SUEÑO

EPÍLOGO

La noticia del Gran Consejo llegó la noche del Día Mágico e iba acompañada de otra más.

Karlav, como su primera tarea después de haber dejado la corona, pidió hacerse cargo de las decoraciones de la mano de Alyssum. Nosotros no nos negamos porque confiábamos en sus gustos y por la forma en que ambos congeniaban tan bien.

Midnight Pleasure fue contratado como entretenimiento durante algunas horas para alegrar el ambiente, así que estuvimos todo el mes escogiendo entre nuestros éxitos y practicando. El resto de la celebración usaríamos un sistema de sonido para reproducir una lista de canciones hecha por Víctor.

La fiesta de coronación se decidió hacer en Año Nuevo.

Todo Abaddón estaba vuelto loco, trabajando en sus pendientes. Scorpius y James, como nuevos reyes, estaban igual o peor que el resto, ya que ellos debían de ver que todo fuera acorde lo organizaron. Estaban entusiasmados, por debajo de todo ese estrés, o eso dijeron TaeYang y Dean.

Madame Periwinkle y monsieur Bellec eran de los que estuvieron más saturados por la cantidad de trajes que les confiamos. Tuvieron que pedir ayuda a todos sus asistentes para acabar a tiempo, sin mencionar que contaron con la estricta y metódica supervisión de Hikaru.

Para fortuna de YoungSoo, Arca de Noé tuvo que hacer muy pocos ajustes en sus coreografías y vestuarios para el show anual que hacían y no tuvo que arrancarse mechones de su cabello teñido por el estrés. Nosotros fuimos, en medio de nuestras agendas apretadas.

—La señora Yepes me prometió tener los planos de mi centro para inicios de febrero, después de sus vacaciones invernales y de otras entregas que tiene pendientes.

Mareritt, Asher y Aira se tomaron muy en serio dedicarse a la enseñanza de patinaje artístico, al igual que dejaron las competencias de lado para enfocarse a ser patinadores profesionales y ofrecer presentaciones en fiestas decembrinas. Yo les dije que les daba dos años antes de verlos organizar torneos entre ellos.

—¿Encontraste proveedores para los pisos, alfombras y pinturas?

Las quimeras tuvieron una aceptación mixta después del discurso que dieron frente a una gran audiencia de demonios y los clanes vampíricos. Fue transmitido por todo el reino y, a decir verdad, ni siquiera con la mordida del historiador nuestra gente estuvo del todo de acuerdo en su totalidad. Se los notaba temerosos, indecisos, más aún cuando As evolucionó a ojos carmín más pronto de lo esperado.

Lily, quien recibió menos desprecio por la situación tan delicada en que se encontraba, salió a hacer otro comunicado en donde hablaba en nombre del clan O'Hara y prometía que sus intenciones ya habían sido puestas sobre la mesa.

—No espero que confíen en nosotros tan pronto, no después de todo lo que pasó —iba vestida con un traje formal y sus ojos brillaban como el sol en la hora dorada—. Lo único que les pedimos es tiempo para demostrar cuán entregados estamos al territorio que nos permitió una segunda oportunidad para rehacer nuestras vidas. Y, hablando por mí, de tener la posibilidad de encontrar al amor que me arrebataron.

Las personas hicieron lo mejor que pudieron, dejando sus prejuicios de lado y permitiéndose convivir poco a poco con ellos. Irían al Bosque del Perdón si los discriminaban y atormentaban la paz, después de todo.

Para tía Emma y Shirley no hubo reclamos de ningún tipo.

Ellas fueron transformadas por Scorps noches después de haber llegado a Abaddón, cuando encontraron las palabras para aceptar la oferta que les ofrecíamos. No hace falta mencionar lo entusiasmados que estuvieron sus hijos después de eso y de lo pendientes que estaban de ellas para acompañarlas en su transición de amarillo a anaranjado.

—La señora Yepes dijo que no tendría que preocuparme por eso porque el diseñador de interiores con el que trabaja haría todo.

—O sea que Víctor tendrá mucho que ver porque ese señor es su mentor —pensé en voz alta—. El trabajo está en buenas manos, en ese caso.

Lo estaba esperando sentado en la cama. Nos debíamos de encontrar con los demás en la sala para irnos al palacio para la fiesta del Día Mágico.

Habíamos acordado que, después de hallar un nuevo hogar para los Sallow, la residencia Mun sería adaptada para que Karlav pudiera vivir ahí en compañía de su espíritu protector, las Maine y los O'Hara.

Nosotros teníamos pensado conseguir un complejo de departamentos por la zona que compartieran espacios de recreación, la cocina y el comedor. Así tendríamos espacio, privacidad y, al mismo tiempo, podríamos seguirnos viendo todos los días, como de costumbre. Todos estuvieron de acuerdo con la condición de tener habitaciones disponibles para las visitas de familiares, amigos y la futura familia Sallow Mun, por supuesto.

—Si tú lo dices, entonces no tengo nada que temer —seguía arreglándose en el baño—. Si haremos esto, quiero que lo hagamos bien. No puedo dejar que los otros se roben los reflectores. No quisieron hacerlos todos iguales y fueron con diferentes arquitectos.

Me dijo que no lo apurara porque el delineado requería concentración y no necesitaba mi "mala vibra".

Afuera hacía mucho frío.

Los cristales de las ventanas tenían hielo en las esquinas, toda la mañana estuvo cayendo aguanieve y las calles de Anemoi tenían al menos 30 centímetros de nieve desde media semana atrás.

Tuvimos que cubrir la mayoría de nuestras plantas para que pudieran sobrevivir a las bajas temperaturas y, como en el interior de la casa estaba heladísimo y no había tanta diferencia con el exterior, también prendimos los calefactores. Al ser de Septentrión, a mí no me pareció para tanto.

Mareritt salió cinco minutos después.

Llevaba el cabello un poco más largo, un maquillaje discreto y un conjunto inspirado en su escritor japonés favorito y que le hacía resaltar el color de sus ojos. El anillo que le dieron mis papás estaba acompañado de otros más en su mano derecha.

—Por favor, dime que no usarás el sombrero.

—¿Por qué? Es parte del estilo.

No es que se viera mal.

De hecho, se veía muy bien y ese era el problema.

Parecía un modelo del siglo pasado con esas prendas hechas a la medida y que marcaban a la perfección su cintura. Hasta se había puesto zapatos que lo hacían ver más alto y estilizaban por completo sus piernas.

—Si me muero, será tu culpa —advertí.

Rio tanto que se le salieron las lágrimas.

...

El castillo olía a pino y a comida recién hecha cuando llegamos, varios minutos después de la hora acordada por culpa de YoungSoo. Se le había enganchado el saco con una reja y no quería moverse hasta asegurarse de no tener ninguna hebrita fuera de su lugar.

En la sala de estar, el gran árbol estaba cubierto con esferas y adornos de diferentes tonos azules y plateados. En su alrededor se encontraban los regalos para el intercambio anual que hacíamos entre nosotros y el resto de los clanes y los virreyes. Los Sallow mandamos los nuestros desde la mañana para no llegar con las manos llenas.

—¿Supiste cómo concentrar tu poder para que Niru evolucionara? —Me saludó Aira con un abrazo—. Debe ser una criatura mitológica, ¿no?

Todos estaban sentados en el gran comedor para cenar y luego pasar al Salón de Fiestas, donde habría música para bailar, postres, bebidas preparadas y cualquier cosa mejor que los antiguos villancicos con los que crecimos la mayoría de los presentes y que estaban sonando desde la bocina bluetooth de mis papás.

—Niru es un kitsune ahora —respondí—. Hay algunos viviendo en Amadahy, no sé si los has visto. Por ahora, él tiene tres colas y es un poco más grande. Es lindo.

Era más afelpado, rellenito y de ojos tan oscuros como las vainas de la vainilla. Me gustaba dormir con él, apretujándome a un Mareritt que fingía quejarse con mi cercanía y terminaba cediendo después de un beso en la mejilla.

Todo estaba acomodado de forma en que las mesas de madera parecieran hacer una gran "U". Estaban cubiertas por manteles beige con estrellitas doradas y adornadas con recuerditos minimalistas, un juego de vajillas y cubiertos nuevos, servilletas de tela y copas de cristal.

Scorpius y James siguieron la tradición de Karlav donde cada familia llevaba un platillo para compartir, pues no les gustaba que los trabajadores se quedaran hasta tarde en fechas tan importantes, preferían que descansaran.

Los Sallow nos unimos a los O'Hara y a las señoras Maine para cocinar juntos. Llevamos lomo de cerdo, carlota de chocolate, vino caliente y ensalada con cereza, nueces y queso.

Lily, Emma y Shirley se hicieron muy cercanas al señor Colom. Era la primera vez que se permitía socializar con vampiros de su edad, sin fines políticos o económicos; la mayoría eran más jóvenes que él.

—Me hace mucha ilusión verlos a todos presentes.

Todos nos callamos y giramos a ver a Scorps. Él y su esposo estaban de pie en sus lugares, justo en el centro de la curva y vistiendo atuendos con colores a juego.

Sonrió e iluminó la habitación.

Hizo girar nuestro mundo.

Prosiguió:

—Después de todo lo que hemos vivido estos últimos años, en especial este 2023, me alegra que hayamos podido superar todas las adversidades para estar juntos esta noche. Agradecer a cada uno me tomaría una hora y sé que todos tenemos hambre —reímos. Era cierto—, así que me limitaré a decir que no estaríamos aquí si no fuera por el arduo trabajo de todos. Y, sobre todo, su valentía y lealtad.

» Cometimos errores, algunos más que otros, y eso nos hizo pagar muy caro los platos rotos; sin embargo, tampoco diré que todo esto fue en vano. Quizá, si no fuera por esto, no nos habríamos conocido. Ganamos amistades y familia, apreciamos el tiempo que tenemos con los otros, aprendimos a aceptar responsabilidades y el amor se multiplicó.

» Las estrellas, el destino, tienen escrita nuestra historia y usaron esta vivencia para encontrarnos y reencontrarnos. Hoy estamos incompletos, pero mañana no lo estaremos. Festejemos este día en honor a las almas que nos faltan y que pronto nos acompañarán en esta bella aventura que es la vida.

Alzó su copa y su cuchara y dio un golpecito.

Lo imitamos.

Los Ainsworth, los Maine y Lily se veían un poco conmovidos por la mención especial a sus seres queridos.

—Traemos dos noticias importantes —James usó su típico tono pacífico y profundo—. Comenzaré con la que nos concierne a los dos, a los Sallow Mun.

No pude evitarlo.

Mi corazón dio un vuelco de la emoción.

—Como todos sabrán, Scorpius y yo nos prometimos que después de dar por concluida la misión de las quimeras, expandiríamos un poco nuestro árbol genealógico —no fui el único que se entusiasmó. YoungSoo parecía estar a punto de saltar—. Con la aceptación previa de Iris, decidimos intentar el método de vita nova.

Debido a la baja tasa de natalidad en la población demoniaca por el lento y muy tardado embarazo, la medicina de Abaddón se vio en la necesidad de evolucionar a pasos agigantados en el último siglo.

De esta manera, surgió el método vita nova ("nueva vida") en donde las mujeres daban un óvulo y el hombre se hace cargo de los espermatozoides. Una vez unidos para formar el huevo, éste se inserta en una incubadora especial que lo estimula para que acelere su crecimiento como un cigoto humano hasta que se vuelve embrión y es insertado en el útero de la mujer demonio (ya sea propio o vientre rentado). Las vampiras no podrían hacerlo por la falta de nutrientes que necesitarían aportarle.

Gracias a eso, el feto crece a una rapidez mayor a la común para los de nuestra raza, como un humano promedio.

—Gracias a ella, podrán conservarse un poco de los genes Ainsworth de Scorpius —prosiguió— y los Miracle Mun míos. Lizzy, como planeamos hace poco más de un año, será quien cargue con él estos meses.

Nos quedamos callados unos segundos.

Era una excelente noticia y queríamos procesarla, ya que sería el primer bebé de nuestro gran grupo de amigos.

Demian rompió el silencio con un murmuro en el que deseaba que, después de eso, Elizabeth le diera la oportunidad de ser papá. No se daba por vencido. Hasta tenía posibles nombres que se oían bien con sus apellidos.

—Es difícil porque tía Iris es vampira, ¿no? —Ryuu preguntó, a lo cual asintieron—. ¿Y sí saben de la posibilidad del embarazo múltiple? Digo, puede haber gemelos... O más, creo.

Víctor se rio por la cara de espanto que hizo al imaginarse una panza enorme.

—Pasará lo que tenga que pasar —Scorpius tranquilizó con una sonrisa. Sus ojos se cerraron y era chistoso verlo—. Si vienen más de uno, entonces estaremos el doble (o lo que sea) de felices. Iniciaremos el proceso en febrero o marzo, dependiendo de la agenda.

Su querido Tambor le dio la razón.

—Ahora pasaremos a la segunda noticia —continuó y la líder de los Ainsworth se puso de pie. Llevaba una carpeta verde—. Uniremos la coronación con la titulación del Gran Consejo a final de mes y, en vez de hacerlo sorpresa después de una larga plática, decidimos hacerlo hoy también.

Iris Lilium vestía un vestido de invierno y una blusa con cuello alto que combinaba. No lucía del todo formal o con el porte de reina que tenía antes de ir a Colombres, si no que se veía suavizada. La vida la fue cambiando e hizo que su personalidad se notara en su ropa, ahora se permitía relajarse y trabajaba en no alterarse cada que no era perfecta.

—Como actual única integrante de la organización —su voz seguía siendo firme. Era parecida a un arrullo que formaba una canción de cuna con la de Ethan—, propuse a varias personas que creí capaces de tomar un papel tan importante.

Abrió la carpeta y la apoyó contra su pecho.

—El Gran Consejo es una organización de confianza hecha para ayudar a los reyes en la toma decisiones importantes y, en caso de ellos hacer algo mal, poderlos juzgar como es debido —una explicación que ya nos sabíamos la mayoría—. Originalmente, estaba conformado por tres integrantes y, con los años, se unió un cuarto que brindaba sus servicios cada que era necesario. Quiero comenzar con esta posición, la carta maestra.

Ella alzó la mirada, escarlata.

Todos nos pusimos de pie porque era algo importante.

—Por su destacada fortaleza después de la muerte de su alma gemela, su lealtad a la hora de ayudar de manera activa con su poder, su valentía por participar en cada una de las rondas e investigaciones que le correspondieron a su clan y su coraje a la hora de cargar con sus sentimientos en una situación tan crítica para ella —hizo una pausa. Sus ojos viajaron al clan de Marco—. En nombre de la sagrada constelación de Hércules, hago entrega de este título a Rosamie Conti. Gracias por confiar en nosotros y nunca dudar de nuestra palabra.

La joven vampira parecía sorprendida incluso después de escuchar nuestros aplausos, pues tardó en acercarse y recibir el diploma que le estaban ofreciendo. Marco y su esposa tuvieron que alentarla para que pasara, enternecidos y orgullosos.

—Proseguiré con la posición ojos de Dios —la que era de James por su capacidad de analizar las situaciones—. Por su perseverancia y gran aprendizaje en estos subes y bajas que le trajo la vida, de su valor a la hora de hablar por los que ya no están con nosotros y no callar las injusticias, por su habilidad de ver todos los matices de grises detrás de las personas y haber movido cielo, mar y tierra para levantarnos cuando nos dolía hasta despertar.

Nos vio a nosotros.

A los Sallow.

Algo en mí lo sabía, un cosquilleo me lo decía.

—En nombre de la sagrada constelación de Hércules —mis manos picaban por aplaudir—, hago entrega de este título a Mareritt Maine. Gracias por descongelar nuestros corazones y ayudarnos a buscar el perdón y la sanación en compañía de tu destinado.

No tardé en aplaudir.

YoungSoo gritó de la emoción.

Asher se ahogó al intentar silbar.

Las Maine corearon su nombre, entusiasmadas.

Mareritt, quien seguía a mi lado, intercambió una mirada conmigo para confirmar que no le hubiera ocultado esta noticia. Su corazón palpitaba como loco y sus manos temblaban por mucho que intentara ocultarlas detrás de su espalda.

—¿Lo sabías?

—Tenía una sospecha —acepté y me acerqué a besar su mejilla—. Estoy feliz por ti. Podrás hacer justicia en nombre de todos aquellos que no pueden. Tu alma lo merece. lo mereces.

Su sonrisa tembló, ansioso, y caminó hacia Iris.

A Dalila se le había prohibido alcanzar los ojos carmín por el tirano que quería todo el poder para él y Mareritt no podía tenerlos por ser mano derecha.

Ahora tenía más de lo que esperaba, el voto de confianza para cuidar al reino. Pronto esos irises bermellones pasarían a ser escarlatas.

Corrió a abrazar a su mamá, su tía, su prima y a As después de eso.

Regresó a mi lado con la marca de un beso en la frente y oliendo al perfume floral de tía Emma.

—Nos tomaremos muchas fotos con mi título —avisó.

—Primero, te tomaré a ti todas las fotos que pueda con él.

Apretó sus labios en una línea recta, como si estuviera pensándoselo.

—¿Y lo enmarcaremos y pondremos cerca de mis trofeos?

—Haremos lo que tú quieras.

Entrelacé su mano y guardamos silencio para el resto del discurso.

—Por último y no menos importante, el mensajero de las estrellas —el que era de Scorpius por escucharlas mejor que ninguno y haber sido elegido portador del poder de persuasión—. Como agradecimiento por su gallardía a la hora de enfrentarse a un mundo desconocido para liberar a millones de almas que sufrieron por siglos, por haber salvado y unido a diez humanos que desconocían el concepto de familia, permitirles crecer y aprender de sus errores y, sobre todo, enseñarles lo que es el amor de un padre sin importar la sangre...

Scorpius lanzó un montoncito de pétalos que no supe de dónde sacó.

Fue tonto y chistoso.

— En nombre de la sagrada constelación de Hércules, hago la entrega de este título a Karlav Colom —estallamos en aplausos antes de dejarla terminar—. Gracias por ser tú, por estar siempre y recordarnos que no debemos de avergonzarnos por pedir ayuda. No seríamos quienes somos sin ti, sin tus enseñanzas y amor.

Karlav sonrió.

Nuestros hilos vibraron.

Sin necesidad de su espíritu protector, se encaminó hasta donde escuchó a la fundadora de su primer clan. Era mucho más alto que todos los presentes, a pesar de siempre parecer un ratoncito.

Era un gigante feliz.

—La reina Mun estaría orgullosa de cada uno de ustedes, tal vez tanto como lo estoy yo —besó la coronilla de la fundadora—. ¿Debería agradecerles por no haberme dado el puesto de James, hija de Thot?

La posición de Iris estaba dedicada a la sabiduría, haciendo honor a su curiosidad natural que fascinó al antes príncipe y que lo hizo congeniar tan pronto con él. Se ahogó en conocimiento y era la primera que salía en busca de información cada que se le permitía.

—No mentiré. Apelé para que dieran ese —confesó, riendo—. Me dijeron que habría sido muy cruel y sin sentido, así que me retracté.

Alyssum corrió para abrazarlo y acompañarlo de regreso a su asiento, parloteando sobre lo feliz que estaba por él y cómo podía contar con su ayuda para partir traseros si el resto del Gran Consejo se burlaba de su condición.

—Habiendo acabado con todas las noticias y los agradecimientos —James volvió a hablar, viendo mal a su hermana por un breve instante—, podemos tomar nuestros lugares y cenar. Tenemos una gran fiesta esperándonos en el salón y una enorme pila de regalos por abrir a medianoche.

Nunca había disfrutado tanto un Día Mágico.

Un año tan lleno de emociones estaba llegando a su fin.

Regresé a mi asiento y fui sirviendo la comida para todos los del clan y parte de los Calligaris.

—Nunca había tenido una Navidad tan grande —oí susurrar a Asher.

—Yo tampoco —Lily respondió. Se veía más relajada que el mes pasado—. Es lindo, ¿no? Es casi como un hogar. Me ayuda a sanar las heridas y a recuperar la fe.

Es nuestro hogar —la corrigió.

Sonreí y dejé de escuchar.

Cuando estuve a punto de probar la comida, Mareritt me tendió una cajita de terciopelo verde que llevó escondida en el bolsillo de su abrigo durante toda la noche.

Me le quedé viendo, curioso.

—Es tu regalo —explicó.

—¿Me pedirás matrimonio? —Pregunté con una risita—. Creí que esperarías mucho más.

Lo habíamos hablado hacía semanas. Primero abriría su centro de patinaje, se organizaría para las clases y yo sacaría un mini álbum con la banda dedicado a nuestras almas gemelas, donde irían incluidas la canción que le escribí y otra más.

Aprovecharíamos el tiempo de noviazgo antes de dar ese siguiente paso. Queríamos que las almas de los señores Maine y Crystal estuvieran presentes.

—Hace tiempo —inició. Parecía haberlo ensayado— me dijiste que soy las melodías de tu corazón, pero yo no te he dicho lo que eres para mí. Decir que me domesticaste creo que es insuficiente hasta cierto punto.

El aire se quedó atrapado en mis pulmones por unos segundos.

Sus ojos brillaban al verme, una combinación de anaranjado y rojizo centellante. Y no era por ser un arrogante o narcisista; no obstante, era algo hechizante. Podía verme reflejado en ellos y notar sus pupilas dilatadas, como si yo fuera la persona más digna de admirar.

Eso me hizo temblar.

Me veía más allá de esa cena, más allá de mí mismo. Me sentía como si estuviera desnudo y el sol calentara mi piel con sus rayos, como si yo fuera un planeta y él un satélite girando alrededor de mí. Me veía como su mundo.

Yo era su universo.

Soy. Soy. Soy.

—¿Alguna vez has presenciado la primera nevada del año? —Preguntó. Yo no hallé mi voz para decirle que sí—. He vivido gran parte de mi vida en una ciudad donde nieva seguido. Soy el hada de las nieves. Estoy acostumbrado y encariñado a ella. Son los recuerdos de mi infancia, las ataduras con los hombres que me enseñaron a estar preparado para la vida.

—Arthur y Aldo eran...

Abrió la cajita para callarme.

—No puedo describirte tan bien como tú lo haces conmigo. Eres mucho para mí, Chase. El fin de una etapa y el inicio de otra —su corazón no vaciló nunca—. Eres el primer copo de nieve que cae y los primeros rayos calentitos de sol después de tantas heladas. Congelaste y descongelaste cosas en mí que ni siquiera yo conocía.

El regalo era una argolla.

Era de plata y tenía una esfena muy glamurosa, como todos mis accesorios.

—Es un anillo de promesa —me hizo extenderle la mano para que me lo pusiera—. Por favor, quédate conmigo hasta el fin.

Me quedaba a la perfección y combinaba conmigo.

—Hasta el fin es mucho tiempo...

Su risa me hizo vibrar.

Quise hundirme en ese maravilloso sonido.

—¿No puedes hacerlo? —Me citó.

Amaba el azul de sus ojos.

—Lo haré en estas vidas y las siguientes.

Sonrió antes de besarme, ajenos a las miradas de nuestros amigos y familiares.

Mora azul y arándano, frambuesas y zarzamoras, salvaje y valiente.

Menta y jengibre, mora y limón, picante y explosivo.

Nuestro destino, nuestra elección.

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