Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12: Poner fin al destino

HIJOS DE LA NOCHE

HIJO DE UN SUEÑO

CAPÍTULO 12: PONER FIN AL DESTINO

Los fundadores y el rey se fundieron en un abrazo grupal que duró la mayor parte de la canción. Los integrantes de los clanes hicieron lo mismo con sus sublíderes y familiares presentes, todos susurrándose palabras de aliento, cariño y disculpas por sucesos que se conocían a puertas abiertas o, por el contrario, eran secretos bien guardados.

—Te quiero —murmuró Finn a su hermano.

—Estoy orgullosa del trabajo que haces como sucesor —dijo Ryuu a su prometido.

—Por favor, perdónanos por no llegar a tiempo —rogó la esposa de Marco Alayón a Rosamie, al haber sido su alma gemela una de las primeras víctimas de las quimeras—. El Gran Consejo se hará cargo de los culpables y la encontraremos.

Rosamie, una joven vampira, gimió de dolor sobre su pecho y confió en ella.

Midnight Pleasure y Hikaru, al encontrarnos separados del resto de nuestros seres queridos, nos esforzamos en apoyarnos los unos a los otros. Matthew se estiró para tocar mi hombro y Hikaru se aferró de la espalda del traje de Demian con una mano y la otra descansaba en la rodilla de mi hermano.

Mis ojos se posaron en Mareritt, viéndolo abrazar con mucho afecto a todas las mujeres Maine. Los Sallow y los Ainsworth se unieron para apoyarlos a los segundos y él me sonrió cuando me descubrió atento a sus movimientos.

Sabíamos que todavía les dolía la pérdida de Aldo, incluso cuando ya no tenían las lágrimas suficientes para seguir llorando y hubieran aceptado que necesitaban seguir adelante en honor a él y su sacrificio. Se los quitaron y estaban dispuestos a hacer todo lo que estuviera en sus manos para conseguir justicia.

—No volverá con eso —Víctor les recordó con pena—. Aun si logran atrapar a Clyde y a su gente, eso no lo traerá de regreso.

—Pero evitaremos que más personas sufran —Emma respondió sin dudarlo, segura de sí misma y de nosotros.

—Correrán muchos riesgos siendo humanas —TaeYang comentó y, ante su mirada juzgadora, agregó—: Harán historia, si ayudan a Abaddón de esa forma, como Donovan con sus aportaciones en las investigaciones.

Emma suavizó su expresión y sonrió. Su mejor amiga la apoyó con su cabeza recargada en uno de sus hombros.

—Aldo me dijo que era su luz de sol —recordó con un brillo diferente al de los días anteriores—, así que haré todo lo posible para iluminar a todos los que lo necesiten.

Sonreí para mis adentros.

Su hijo heredó su carácter.

No me dejes, no —cantaron Hikaru y Matty. Sus voces combinaban, amabas tenores con diferentes adornos vocales—. Quédate a mi lado, así podré darte lo que te mereces. Un niño ya fui, un adulto soy, así que mi promesa mantendré.

Casi finalizando la canción, me encontré con la expresión enternecida de Ethan mirando a uno de sus mejores amigos, el cual se lucía a su manera en su primera presentación.

Al menos eso pasó hasta que, como si alguien tirara de alguno de sus lazos, se giró hacia atrás y se apartó del abrazo que compartía con los demás.

Sus profundos ojos se encontraron con los de Scorpius, que seguía con Karlav y el resto de los fundadores. Lo vio con atención, como si esperara una respuesta de su parte.

—Lo sé —articuló, de hecho.

Mi líder le dio su clásica sonrisa de agradecimiento.

Ethan no hizo lo mismo y no regresó con el resto, incómodo.

Al parecerme extraño, cuando acabamos y agradecimos por los aplausos con una reverencia, me hice camino entre la gente para acercarme a él. Algo interfería en su serenidad, por primera vez frente a tantos, y eso me alteraba un poco.

Los muchachos no me detuvieron al verme apurado, así que comenzaron a dirigir y ayudar a nuestro equipo para guardar y regresar todo a su lugar. El piano, por fortuna, se quedaría en esa sala.

—¿Estás bien? —Quise saber, al llegar a su lado.

Se sorprendió ante mi llegada, creyendo que iría al instante con los Sallow o los Maine.

Puse una mano sobre su espalda y, a diferencia de con Scorps, conmigo sí hizo el intento de dibujar una sonrisita para calmar mis dudas. Hasta ese instante, no me había percatado de lo cansado que se notaba su rostro, algo extraño en él.

—Digamos que estoy ayudando a que una flor eche raíces —respondió y suspiró. Sabía que no comprendí—. ¿Por qué lo dices? ¿Nuestra unión te avisó?

—Por las miraditas extrañas que te acabas de echar con...

—Ah —me interrumpió y se le notó aliviado—. En ese caso, no tengo nada por qué preocuparme. Pensé que estaba transmitiendo algo a través del hilo negro y no me había dado cuenta.

Eso me confundió aún más.

—¿Entonces no estás bien o sí lo estás?

Escuché la voz de Mareritt llamarme a mis espaldas, seguido de sus pasos para llegar a mi lado y detenerse justo cuando entrelacé nuestras manos como recibimiento.

Noté cómo sus lazos brillaban casi igual que cuando se transformó y que el rojo se enredó entre nuestros dedos.

—Estoy... Intranquilo por saber cosas que ustedes no —resumió Ethan, tras saludar a Mar y halagarlo por su atuendo—. Más tarde comprenderás la razón, así que no te preocupes por mí.

Se despidió de nosotros, antes de encaminarse hacia donde lo esperaban el resto de los Ainsworth junto a su esposa y Aira. Emma y Shirley estaban siendo presentadas de manera oficial por el señor Colom con el resto de los vampiros fundadores.

—¿Interrumpí algo? —Preguntó en un susurro mi destinado, ambos viendo a la misma dirección—. Quería felicitarte por tu pequeño concierto, ¿tuve que haberme esperado un poco más?

Eso fue suficiente para despejar mi inquietud y girarme a verlo, entusiasmado por lo que fuera a decirme. Me gustaban mucho las palabras de aprobación antes que cualquier otra muestra de afecto (o me gustaba cualquier muestra de afecto proveniente de él, más bien).

...

Tal y como Ethan comentó, conocimos la razón por la cual se encontraba "intranquilo" después de que gran parte de los fundadores se marcharan a retomar sus posiciones durante las rondas nocturnas o a sus casas, para descansar y continuar con sus trabajos a la mañana siguiente.

Una vez el Salón de Fiestas del reino estuvo limpio y todos los trabajadores se retiraron con los regalos de agradecimientos que les entregaron TaeYang y Dean, quedamos las amistades de siempre: los Ainsworth, los Calligaris, los Sallow y el rey, sin olvidar a las señoras Maine que ahora eran parte de nosotros.

Los líderes de clanes se dividían en diferentes grupos de amigos que se turnaban para visitar al señor Colom.

—Tengo algo que contarles y mostrarles —Scorpius habló para todos—. Llevo cargando con esto desde que me salvaron de las quimeras y, aprovechando que esta noche es para sanar, me gustaría deshacerme ya de ese peso.

Él era el hilo negro que todavía pesaba.

Él todavía era azul y gris, como lo describiría Aylan.

Supuse que hablaría de la razón por la cual yo sentía que nos había mentido un poco la vez en que fuimos a visitarlo para charlar, al igual que la impresión que Hikaru me comentó cuando nos reunimos para hablar sobre el plan en la Sala de Música.

—No obstante —prosiguió—, me gustaría agradecerles por todo lo que han hecho por mí estos días y por su comprensión ante mi malestar. No soy alguien que tienda a darse el tiempo de sanar o a pensar en sí mismo, a pesar de aconsejarles que lo hagan ustedes.

Unos reímos y otros sonrieron, desganados.

—Scorps, no debes de agradecernos nada —su prima habló y se acercó a darle un apretoncito a sus hombros—. Has estado para mí, como lo has estado con todos, en nuestras noches más oscuras. Es lo mínimo que podíamos hacer por ti.

Mi líder sonrió y frotó su mejilla con las manos de Iris, como un gato.

—Es por su apoyo que he decidido no soportar esto más tiempo —explicó. Su corazón se oyó honesto, mientras él jugaba con sus manitas rechonchas—. No puedo dejarlos hundirse más en esto y, a decir verdad, yo tampoco estoy dispuesto a seguir haciéndolo. Me cansé de torturarme y de no hablar con nadie más que James.

Fue un chiste extraño para alivianar la tensión.

Su alma gemela no pareció ofendida, pues se rio.

—Ya no quiero verlos llorar sabiendo que he contribuido a ese malestar, de forma directa o indirecta —entrelazó sus dedos con los de su esposo. Los anillos de matrimonio centellaron—. Ustedes son las personas que más amo y con las que quiero pasar mi vida, no estoy dispuesto a verlos sufrir.

La manifestación de Crystal contra Iris y la aparición de las quimeras fueron los hechos que desataron las desgracias para nuestra gran familia. Merecíamos un poco de paz y disfrutarnos los unos a los otros.

Scorpius nos hizo una seña para que lo siguiéramos y eso hicimos todos, sin dudarlo y con la curiosidad golpeteando en nuestro interior.

—¿Cómo es eso que le has dedicado una canción tan linda a los fundadores y a mi hermano? —Oí a Alyssum, quien cerraba la fila con el rey a un lado—. Creo que estoy un poco celosa.

—Es diferente —respondió con sencillez—. Ignorando el hecho por cómo te tuvo la reina y lo que eso desencadenó en la familia, los May se encargaron de amarte como a una hija biológica. Nunca conociste la desesperación de no ser escuchada y, por consecuente, sabes interpretar cosas que tu hermano no —se detuvo a buscar las palabras correctas—. En este caso, no necesitas oírme decir que estoy para lo que necesites porque lo sabes y eres muy consciente de ello. Sabes que caminaría por el fuego por ti.

Guardaron silencio unos segundos.

—Me gustaría que me dijeras más seguido que me amas —dijo ella, ganándose una risa.

—Te amo, Alyssum.

Eso provocó un sonido satisfecho y cantarín.

Al verme dispuesto a girarme para contemplar mejor el chisme, Mareritt tiró de mi blazer para que me comportara y se me quedó viendo con una mirada desaprobatoria. No pude (ni intenté) defenderme al comprender que él también estuvo oyendo todo ese tiempo.

—Acabas de decir todo eso porque crees que soy más inteligente que James, ¿verdad? —Su pregunta casi nos hizo reír a los dos.

—Lo que quiero decir es que algunas personas necesitan que les recuerden ciertas cosas y que otras no lo necesitan —Alyssum tuvo que haberlo visto con sus grandes ojos ambarinos de búho, pues suspiró—. Si quieres verlo como que eres más inteligente, está bien.

No nos dimos cuenta de cuándo llegamos a la habitación que compartían Scorpius y su esposo, ni cómo todos nos aglomeramos alrededor de la entrada, hasta que volvimos a oírlo hablar.

HyunSeok y Matthew estaban a un lado nuestro.

—Para mostrarles lo que quiero, me gustaría que durmiéramos todos juntos esta noche —comenzó. Su vocecita tenía un tono avergonzado—. Decidí pedirle ayuda a Ethan para que sea más fácil el transmitirles esto.

El mencionado volvió a incomodarse al haberse ganado la mirada sorprendida de todos los Ainsworth. Parecía que nadie estuvo enterado en lo más mínimo del plan que estuvo maquinando la cabecita de Scorps.

—Honestamente, no sé si se vaya a considerar como un sueño o una pesadilla —su confesión me hizo comprender por dónde iba todo: el experimento de Cepheus con Clyde—. Verán lo que quiero reprimir y lo que quiero informar y no he conseguido por tener que recordar ese día.

Una vez abrió la puerta, nos dejó apreciar que había acomodado toda la recámara para que luciera lo más espaciosa posible y que consiguió una gran cantidad de mantas, almohadas y cojines para todos nosotros. Solíamos hacer cosas así cuando los días eran muy difíciles y necesitábamos sentirnos cerca de los otros.

Mar estiró su mano disponible y la unió con la de su mamá; Aira hizo lo mismo con la suya, como un reflejo para protegerse entre ellos por lo que fuera a venir.

Yo los imité tomando a Matty, dejándolo entre su esposo y yo.

Me sonrió, trasmitiéndome la paz que necesitaba para no alterarme.

Era el sucesor y necesitaba estar abierto a lo que viniera.

Todos nos adentramos y buscamos un lugar entre los nuestros, permitiendo que Ethan y Scorpius se ubicasen con sus parejas en el medio de todos. Necesitaban estar juntos para conseguir que el poder de Ethan llegara a cada uno de nosotros.

—¿Duele? —No la veía, pero sabía que Emma me lo preguntó a mí.

Ella se había conseguido recostarse a un lado de su concuña y tenía a su hijo tocándole el brazo con su espalda. Le seguía yo, tomando el lugar de la cuchara pequeña y entrelazando mi mano con la de mi hermano, que se acomodó de la misma forma con Hyun.

—Nunca he oído que alguien se queje —la calmé. La respiración de Mar me hacía cosquillas en mi cuello—. De hecho, lo único que sé es que logra conseguir que la persona amanezca mucho más descansada de lo usual. Debe ser algo bueno, ¿no?

—Amaneceremos oliendo a chivo —oí a Víctor desde algún lugar de la habitación, haciéndonos reír a todos—. Sin ofender, tío Scorpius. Sé que no es el momento para las bromas.

—Te daré la razón porque no tengo forma de negarlo —confesó con una risita. Podía sentir su cabeza contra la mía y sabía que la de James hacía lo mismo con la de mi destinado—. Mañana desde muy temprano tendremos todos los baños ocupados, sin duda. No pensé en ese detalle, una disculpa.

Al menos pudimos quitarnos las joyas y cadenas antes de acostarnos; de lo contrario, habría sido demasiado incómodo.

—Creo que no era consciente de lo mucho que los echaba de menos hasta hace unos días, cuando lloré con YoungSoo —el mencionado se quejó por haber ventilado eso. Volvimos a reír, esta vez enternecidos—. Extrañaba esto. Los extrañaba a ustedes.

Sentí un beso húmedo en la parte posterior de mi cuello, donde sabía que tenía un lunar, y Mareritt me abrazó con más fuerza contra él. Sus manos se aferraron a mi cintura, apenas colándose por debajo de mi ropa sin segundas intenciones.

Tomé eso como que él también extrañaba esas oportunidades.

—Según Cepheus, Clyde es más que una quimera y era más que un humano —comenzó. Parte de mi almohada vibró por su voz—. "Algo habita en él, Scorps", me dijo y nunca había oído tanta seriedad provenir de él.

Las bromas cesaron y todos guardamos silencio.

Entonces, el sueño provocado por un tarareo casi inaudible nos invadió.

Ahora somos...

Ahora soy...

Scorpius.

Somos Scorpius.

Yo soy Scorpius.

Estoy... Estoy... Estoy...

¿Dónde estoy?

Estoy en un cobertizo.

Huele a pintura.

La cabeza me quería explotar; mis extremidades hormigueaban, no tenía control de ellas y el corazón me palpitaba tan lento que llegué a imaginar que dejaría de hacer su función más temprano que tarde.

—Has vuelto a despertar —mi mirada borrosa divisó a Cepheus cerca de mí—. Justo estaba pensando en cuán ventajoso habría sido si, en vez de la sangre de tu querido amigo, fuese la de su hermano. Habría sido todo un placer escucharte implorar por mí, aún si pensabas que era James.

Pensé que no tendría más ganas de vomitar, hasta que tuve su rostro tan próximo al mío que habría sido capaz de contar cada una de sus pecas.

Me impidió ver hacia otro lugar y todo a mi alrededor era Él.

Él sujetando mi mentón con fuerza y metiendo su mano entre mi ropa.

Él trazando caminos invisibles en mi piel.

Él disfrutando de la calidez de mi cuerpo.

Él tocando la cicatriz que comparto con James.

No.

James. James. James.

Granada y limón, manzana verde y pera, paz y confort.

¿Dónde estás?

Por favor. Por favor. Por favor.

Sácame de aquí.

Mis dedos lograron moverse un poco y solté un quejido.

—¿...Tan insignificante es tu unión con mi primo?

Sin siquiera haber escuchado lo anterior que dijo, había sido suficiente para que mi perdido subconsciente buscara en lo más profundo de mi cabeza la atadura más fina y sensible que tenía entre todas las demás.

Tiró de ella, la jaló con fuerza con ambas manos y dientes. Quería ahorcarlo, ahogarlo y destruirlo mientras le dejaba en claro cómo no permitiría que hablara de esa forma de mi esposo ni de mí otra vez. Nunca más.

¿Lo sientes, Scorpius?

¿Sientes su rabia?

¿Sientes sus celos?

¿Sientes el potencial?

Es una bestia.

Entonces, la puerta del pequeño sitio en donde nos encontrábamos se abrió.

Los oídos me zumbaban y oía intercambios de palabras. ¿Estaban peleando?

"No te preocupes por ellos", me regañé en lo que intentaba despertar el resto de mis extremidades hasta que logré enderezarme un poco.

Mis ojos se encontraron con los suyos molestos. ¿Estaba enojado conmigo?

—Clyde —nunca batallé tanto en pronunciar una palabra.

Mi cuerpo impactó de nuevo contra la mesa.

Y, entonces, un grito adolorido raspó mi garganta seguido de otros más.

Ardía como el calor del infierno.

Clyde desgarró mi piel con la barra de cuarzos y la sangre comenzó a brotar de las heridas que acabaron por infectarse con el veneno de YoungSoo, que volvió a tener resultado en mí con un efecto más tardío.

El dolor invadía mi cuerpo, incapaz de formular más palabras que los ruegos con los que pedía que se detuviera porque sentía como si estuviera rompiéndome. Pensaba que era un animal agonizando del sufrimiento.

No fui consciente de en qué momento comencé a llorar y si era rabia, dolor o miedo.

Porque estaba aterrado.

Estaba aterrado del hombre que me miraba con furia y sujetaba con fuerza la barra y repartía golpes sin importarle mis súplicas o los lamentos de mi cuerpo siendo maltratado.

Dejé de notar el violeta de sus ojos cuando divisé por el rabillo del ojo al demonio del que había olvidado su presencia por unos segundos.

Estaba tan asustado como yo, con las manos temblorosas y una palidez innegable. ¿Es que eso no era parte de su plan? ¿No gozaba viéndome sufrir e implorar piedad? ¿Qué buscaba, en ese caso?

Cepheus.

¿Qué esperas?

¿Qué necesitas?

¿No es esto lo que querías?

Fue en ese instante en que logré notar lo que su aura estuvo escondiendo los últimos meses.

Rojo, verde, rosa, azul, gris y negro.

Era un desfile de colores y emociones que anunciaban la despedida, la muerte inevitable que parecía haber orquestado todo ese tiempo para acabar con su pesar sin importarle lo que eso causaría.

—Cepheus —rogué con las fuerzas que me quedaban. Sus ojos se fijaron en mí—, Cepheus. No lo hagas.

La voz de James resonó en mi cabeza pidiéndome con desespero mi ubicación, cosa que no dudé en hacer en medio de sus te amo y miles de preguntas para confirmar mi bienestar, mismas que no fui capaz de responder.

Por unos instantes, logré encontrar la paz suficiente para estar tranquilo por la idea de ser rescatado pronto de esa tortura y que él podría hablar con su primo sobre la situación de forma más tranquila.

Fui ingenuo.

—Hay otras maneras —intenté insistir, sin saber que era demasiado tarde—. Busquemos otras maneras para que salgas de esto con él.

Mi voz se apagó y mi cuerpo no fue capaz de soportar más el abuso físico que sufrió, generando que terminara desmayándome en un intento de sanar las heridas que hicieron.

...

Oh.

Oh, Clyde.

Perdónalo.

Oye lo que tu corazón dice.

Lucha contra esa bestia por él.

Por él que no pudo seguir viviendo a medias.

Por él que aceptó ser incapaz de cumplir su promesa.

Comprendí que no podía hacer nada para cambiar la decisión de Cepheus cuando me visitó más tarde y a solas. Parecía haber llorado antes de acercarse.

Fue la primera y única ocasión que quise abrazarlo.

También fue nuestra plática más normal, una de despedida y un poco unilateral.

—Algo habita en él, Scorps —me advirtió—. Es tan grande como tu persuasión. ¿Tú no puedes sentirlo? ¿Tú no sientes la fuerza que transmite, incluso sin ser un demonio o vampiro? Es... Fuerte.

Es más que el hilo del destino.

Clyde pudo ser tu esperanza.

Lo corrompiste.

Habló sobre cómo lo consideraba mejor líder que él y que, una vez muertos los príncipes y el rey, otro demonio ocuparía el trono para seguir con el ciclo que se había sido roto.

—¿Esto me hace un cobarde peor que Jim? —Preguntó.

Eres... Hipócrita.

—Ah, también planeo aprovechar este momento de lucidez para pedirte una patética disculpa por lo de hace rato... Y todo lo demás —tuvo que haberle avergonzado recordar el resto—. Está bien que no lo aceptes, me da igual. Estaré muerto en unas horas, así que no te preocupes por verme después.

Me usaste.

Me usaste a mí y a los recuerdos del peor día de mi vida en mi contra.

No te puedo perdonar.

—Esto nos traerá paz mental a todos, ¿no? —Respondí que no y, al igual que todo lo demás, no lo oyó.

Dijo poco más antes de despedirse y dedicarme una última mirada de alguien que aceptaba haber puesto fin a su destino.

Casi fui capaz de oír a su corazón rompiéndose.

Mis dedos volvieron a moverse y me quejé, tratando de evitar que siguiera con eso.

No pude.

No pude hacerlo.

¿Por qué me siento tan mal?

Qué bueno que murió.

El pecho me arde por la rabia.

Oh. Oh.

Clyde...

Clyde no merece esto.

Clyde es una bestia.

Clyde me odia.

Yo...

Yo...

Cuando desperté, Mareritt lloraba con grandes sollozos y la cara enterrada en mi espalda al recordar su propio pasado y mi hermano me miraba fijamente, como cada que me veía cuando le daba parálisis del sueño; HyunSeok pareció haberse quedado inmóvil detrás suyo.

Sentí el brazo de Emma haciéndose espacio entre el cuerpo de su hijo y el mío para abrazarlo y susurrar palabras que decidí no oír.

No era capaz de ver los demás por mi posición.

Iris se había enderezado con los ojos cristalizados y se había lanzado a los brazos de su esposo al comprender la carga emocional que se llevó al ser el más unido con su primo. Creí escuchar algunos gimoteos graves a mi cabeza, era James llorando por primera vez en público y en brazos de Scorpius por haber llegado tarde. Aira temblaba en el pecho de su madre, maldiciendo a Cepheus por ser un cobarde (bajo su propia definición) y haberle arrebatado a su tío-padre. Alyssum se refugió en los brazos del rey (o fue al revés) y le susurró palabras de aliento por su gran trabajo como gobernante. El resto no estaba mejor.

Me aferré a las manos de Mar porque tenía miedo de cerrar los ojos y volver a sentir esos dedos recorriendo cada parte de mi cuerpo.

Clyde fue una bestia actuando bajo los impulsos que Cepheus tanto se esforzó en construirle para que fuera más fuerte, para que liderara el movimiento y lo sintiera en su interior cada que acudiera a ellos.

Escribió su propio final y a ese amor enfermizo para que Clyde tuviera un comienzo y algo a lo cual pudiera atarse cuando lo echara de menos o necesitara un motivo por el cual atacar. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro