Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: El ángel entre demonios

HIJOS DE LA NOCHE

HIJO DE LAS ESTRELLAS

CAPÍTULO 7: EL ÁNGEL ENTRE DEMONIOS

TaeYang se quedó dormido en el regazo de Dean en un abrir y cerrar de ojos, relajado por las caricias en su cabello y la plática que estableció su esposo con Karlav sobre el sistema económico en el sector primario de la comunidad. Siempre le dieron pereza esos temas, al igual que a la mayoría de nosotros (incluso el rey formaba parte de esa lista, puesto que era más un alma libre).

Para cuando Chase regresó con nosotros recién bañado, todos nos encontrábamos con una nueva taza de café, té o leche caliente con miel. Se nos quedó mirando en completo silencio y suspiró al descubrir que, en efecto, no declinaríamos de nuestra noche de historias y que él tendría que enfrentar el recuerdo de Dalila.

Con resignación, tomó asiento junto a Ethan, quien quedó entre él e Iris.

—¿Es tan importante la noticia que darán, como para que estén platicando toda nuestra vida? —Preguntó, arruinando un poco el ambiente que formamos.

Chase siempre fue alguien directo, siendo desde siempre del tipo que solía echar a perder sus relaciones con un comentario sin tacto, del cual tenía que disculparse después para no acabar en malos términos.

—No me molesta desvelarme, la mayoría del tiempo lo hago escribiendo —aclaró con normalidad—. La diferencia es que lo hago sin compañía porque todo es muy... Excesivo. Las risas, las voces...

Lo comprendimos con una risita.

—Es muy importante para James y para mí —respondí, al instante. Significaba dar un par más a nuestra relación—. Por eso quiero que contemos nuestros inicios y otro tipo de historias: para que podamos remontarnos a una buena época, esa en la que nos conocimos y nos unimos.

» Como me dijo YoungSoo hace rato, hemos pasado por mucho estos meses y necesitamos buenas vibras. ¿De qué otra forma podemos obtenerlas, si no lo es recordando nuestros mejores años?

—Durmiendo —me respondió—, pero, si lo hago, quizá ese tipo vuelva y hoy no estoy de humor para escucharlo...

Se interrumpió cuando sintió la intensa mirada de Hikaru sobre él, advirtiéndole sobre el poder y tono de sus palabras. Lo acordado fue tocar el tema con delicadeza.

—Y hemos tenido un día difícil... —intentó mejorar su comentario, de hecho, expresando sus pensamientos de una forma menos grosera—. Sin conocer a Hayden, sé que era la pareja de Aylan y él, a su vez, formaba parte de los Ainsworth. Todos somos familia y me duele su marcha.

» No... Es, más bien, impotencia. Se fueron muy rápido, ellos y Crystal.

» Me siento débil y agotado con todo lo que estamos viviendo... Y con sus problemas (los de ese muchacho) es más difícil vivir para mí, ¡para mí que estoy acostumbrado a un ritmo de vida tranquilo! ¿Cómo puede decirme todo eso y esperar que no me inquiete aún más?

Mi prima estiró su mano para alcanzar la de Chase y le dio un suave apretón, agradecida por su honestidad.

—Deberían hablar, en ese caso, como dijo Víctor —Karlav mencionó—. Te está teniendo la confianza de contarte sobre su vida, podrías hacer lo mismo... Sin detalles de nuestras razas, claro. No sabemos si es parte del enemigo, de nuestra gente o, como sospechamos, un humano ordinario.

—Ni siquiera me ha dicho su nombre —mucho menos se habían visto cara a cara—. Él sabe el mío desde el primer contacto porque pensé que todo era producto de mi cansancio, algo normal que se detendría a la noche siguiente.

El escenario que compartían siempre era el mismo: una habitación oscura.

—Podría intentar meterme en tu cabeza —Ethan ofreció, siendo el único que tenía una habilidad relacionada a los sueños; antes de fallecer, Dania, la antigua alma gemela de Crystal, tuvo una muy parecida— y así llegar al meollo de todo esto, ¿no te parece?

Nuestro miembro sacudió la cabeza de lado a lado y se llevó su taza a los labios para beber un poco de su contenido.

—No creo que sea buena idea. Lo asustarías y sería peor —supuso antes de suspirar—. En fin —decidió cortar la conversación, como de costumbre, haciéndonos sonreír con un poco de lástima a todos los presentes—, mejor continuemos con la siguiente parte. Entre más rápido acabe esto, más rápido podré ir a recostarme un rato, si no es que los Calligaris llegan antes y tengamos que desayunar con ellos.

Se oyó como una queja, sin embargo, no lo fue.

—Yo quiero contar cómo me uní al clan Sallow y fui el primer miembro —YoungSoo alzó una mano, como estudiante queriendo participar en clase, y con la otra tocó el lado izquierdo de su pecho—. Hablaré de cómo me rompieron el corazón por primera vez y cómo esa persona ahora me tiene en su familia.

—Ni siquiera te gustaba Scorpius —James señaló, haciéndome suspirar y chocar la mano contra mi frente, cansado. No era mi culpa ser tan bonito—, ¡y yo fui el primer integrante del clan!

—¡Falso! —Acusó ante eso último—. No te mordió antes de irte, así que fuiste el tercero. Primero fui yo, luego Chase, después tú, TaeYang, Dean y, al final, Hikaru.

A veces me preguntaba cómo los Sallow éramos tan diferentes a la constante calma que reflejaban los Ainsworth.

—Y respecto a que me gustaba o no, ¡no es asunto tuyo! —Mi esposo se ofendió ante sus palabras.

Los hermanos Hwang fueron conocidos por ser coquetos y tener diferentes parejas que desechaban a las pocas semanas, antes de sentar cabeza con Lesath y Hikaru.

—Veías a Scorps como un capricho.

—Necesitan terapia con urgencia —Karlav nos señaló a casi todos los presentes, haciéndonos reír un poco, apenados—. Dejen de reprocharse cosas del pasado, por favor. Son muy felices, están casados y son primos terceros, así que lleven la fiesta en paz —comenzó con YoungSoo y James—; Iris necesita dejar de culparse por todo y Chase... No requiere explicación.

—¿Disculpa? —El último se quejó.

Con un ligero refunfuño, mi mejor amigo se acurrucó en los brazos de su pareja, quien no tardó en carcajear muy fuerte, algo extraño en él. Los mencionados pidieron disculpas y prometieron hacerlo apenas tuvieran algo de tiempo en sus agendas para ir al mundo humano, ya que en el demoniaco los conocían todos y no serían sesiones del todo correctas.

Así fue cómo Young comenzó con su parte de la historia.

Pasar tanto tiempo en las clases de baile con Scorpius me hizo desarrollar un fuerte sentimiento de comodidad hacia él, una calidez que nunca sentí por alguien y, al mismo tiempo, un sentimiento inquietante que fue incrementando con el paso de los días. Era como si un animal creciera dentro de mí.

Su mera presencia era hechizante.

Sigo preguntándome cómo James fue capaz de huir de ella durante los primeros meses; yo me lancé directo a Hikaru, apenas lo vi.

"Cada uno reacciona diferente ante al llamado del amor", decían los sabios.

Siempre vi a las personas como algo momentáneo que acabaría en un abrir y cerrar de ojos, algo que jamás comprendí de dónde venía.

Me gustaba alguien, conseguía su atención, durábamos algo unas semanas y terminábamos porque me aburría.

Las figuras románticas que tuve desde joven siempre fueron maravillosas, ¿por qué yo no podía hallar esa paz? ¿Era por no conocer aún a mi enviado por las estrellas? ¿Era porque no me preocupaba en nada más que en tener lo hermoso para mí?

Cuando vi a Scorpius la primera vez, luciendo tan pequeño y frágil, la fuerte necesidad de tenerlo conmigo me invadió. Era alguien lindo y, como todos lo querían, yo también lo quería.

Siempre quise lo mejor y él lo era.

Para la gente de Abaddón, era un ser puro, amable y atractivo.

Quienes pensaban como yo, en pocas palabras, querían adueñarse de cada pequeño gesto y palabra suya, ser lo único en lo que pensara día y noche y presumirlo ante la sociedad como un trofeo. ¿Cómo no hacerlo, si era un ángel caminando entre demonios?

Un ángel bello y cruel por lo dolorosamente etéreo que era.

James, aún sin saber en ese entonces que eran destinados, siempre quiso protegerlo de mí para que no le rompiera el corazón; Scorpius, por otro lado, ignoró (sin percatarse) a todo pretendiente, cegándose a los encantos de aquellos que no fuesen el antiguo príncipe.

Yo fui parte de ese grupo de descartados.

Con él, hasta la derrota sabía dulce. Nada de lo que hacía era doloroso.

Scorps podía enterrar una espada en el pecho de su enemigo y éste moriría feliz.

Por eso, cuando él se presentó en mi hogar, con la respiración acelerada por haber recorrido todo el jardín delantero corriendo y haber saltado de dos en dos los escalones, no pude evitar sentirme halagado.

Había pasado un mes desde la marcha de nuestro príncipe y poco más de medio año desde que descubrí que mi atracción por el Sallow no era correcta, y ni siquiera real. Lo comprendí cuando me lo encontré canturreando algo sobre el amor, James y el destino.

—YoungSoo —me llamó.

Su cabello estaba revuelto por el viento y se sujetaba las rodillas para intentar regular su acelerada respiración, dejándome con las ganas de ver sus mejillas sonrojadas y sus labios regordetes entreabiertos y un poco secos por el clima.

Scorpius no era el indicado para mí y eso estaba bien.

Ser su mejor amigo era mucho mejor.

Verlo esperar con felicidad el día en el que llegara su gran amor, acompañarlo en casi todas las conversaciones que tenía con James a través del extraño diario que le regaló antes de irse y estar a su lado las noches en las que lloriqueaba por querer verlo unos minutos... Todo eso y más me ayudó a reconocer que podía estar para él de otra forma y que nunca lo amé de esa forma, ni a mis otras parejas.

Nunca sufrí de esa forma por alguien.

Sus otros pretendientes y yo descubrimos que ningún romance (por más platónico que fuera) era en vano y que se podía aprender de él.

—Todavía no comienzan las clases, ¿tantas ganas tenías de verme antes?

Ambos nos encontrábamos en la sala, lugar donde me halló revisando que tuviera todos los objetos necesarios para las tutorías de baile. Recién papá había mandado cambiar el papel tapiz por otro color marfil con detalles guindos, por lo que los cuadros de nuestros antepasados no se encontraban colgados y olía a polvo y humedad

Asintió con sumo apuro, dejándome confundido.

Acaricié su nuca y lo llevé a sentarse conmigo al sofá más cercano.

—¿Qué ocurre? ¿Le ha pasado algo a James? —Imaginé, pues tenían su conexión a través del lazo. Negó, agradecido, y pasó algo de saliva—. ¿Entonces?

Una vez más calmado, abrió los ojos y pude ver, por primera vez de cerca, los destellos escarlata clásicos de los miembros del Gran Consejo.

Lo entendí apenas noté ese claro detalle.

Algo en mí se removió, entusiasmado por ser elegido por las estrellas para algo que consideré más especial que hallar a un destinado en ese entonces: formar parte de la familia Sallow.

Los lazos dorado y negro nos envolvieron, animándonos a proseguir.

Pronto podría ver el hilo rojo en alguien más y comprendería con certeza lo que era perder la cabeza por alguien y sentir a mi corazón regalarle cada uno de sus latidos.

Hallaría a una persona con la cual pudiera estar sin arreglarme y no sentirme feo, que me besara por mañanas sin importarle el mal aliento y con el que peleara por la cobija cada que durmiéramos en la misma cama; podríamos salir a caminar de la mano, discutiríamos por quién paga la cuenta en un restaurante, me iría a ver a mis recitales, yo lo acompañaría a hacer lo que le gustara y no me cansaría de tenerlo cerca.

Pero, en ese momento en el que apenas procesaba lo más cercano que tuve alguna vez a un corazón roto, no me pareció que hubiera algo mejor que descubrir que estaba atado a mi mejor amigo.

—Necesito... ¿Puedo...? —Carcajeé al verlo tan alterado, tan bello, y llevé mis manos a sus mejillas—. ¿Quieres...?

Parpadeó despacio con una mirada lastimera.

—Eso depende —me hice del rogar, viéndolo hacer un puchero con su labio inferior—. No quiero que me tomes en cuenta como sucesor del clan, en caso de pasarles algo a James o a ti. No podría tomar tu lugar jamás, mucho menos ser yo quien acabe con tu vida... O la suya.

Aún en la actualidad, cuando llegamos a tocar el tema entre bromas, la promesa que me hizo sigue en pie y a quienes les cedió ese honor fueron Chase y su futura pareja... Si llega a tener una, porque se hace del rogar.

El que sea un hombre impulsivo y explosivo, típico de signo lunar y solar en Aries, no nos impidió nunca el creer que hallará a alguien con quien tenga un balance especial, como todos nosotros con nuestros esposos. Sería un martirio tener a dos Chase en la familia.

—¿En qué momento tu relato se volvió un complot en mi contra? —Lo interrumpió el cantante, acurrucado en su extremo del sofá. Mi mejor amigo se encogió de hombros con una risita traviesa—. Seré un líder soltero, como el señor Colom.

—Más que por gusto, siento que será porque ya nadie te soporta, aparte de tus fanáticas y las humanas —Dean comentó, bebiendo de su café. TaeYang aún dormía como bebé en sus piernas, por lo que todos estábamos hablando más bajito de lo usual—. Y no te compares con él, eres muy intenso.

—Es que Karlav es libra, obvio que es muy tranquilo —YoungSoo señaló.

Todos asentimos, a pesar de no comprender del todo el tema de los signos zodiacales; él, Iris y Crystal eran los especialistas en hacer esos chistes.

Chase chasqueó la lengua y lo invitó a proseguir.

El haberme convertido en el primer miembro de los Sallow hizo que James casi volviera de Alemania, donde se encontraba en ese entonces, para quejarse de las injusticias de la vida y quién sabe qué tanto más; sin embargo, Scorpius logró tranquilizarlo con la promesa de ponerse al día con todas las cosas que no hicieron antes de su marcha.

Yo no era el único que estaba bajo su mira, también lo estaba Cepheus, su primo e hijo de la única hermana de Dirk (ella y su marido renunciaron a la vida eterna poco después de la llegada de su hermano al trono). Su rebelde melena pelirroja, sus ojos verdes y esa expresión similar a la que Crystal daba a los desconocidos eran sus mayores atributos.

A diferencia de Alyssum, Cepheus encontró un segundo hogar en Anemoi y, cuando fue lo suficiente mayor, tomó las responsabilidades de las propiedades en Levante que tenían sus padres y comenzó a pasar sus tiempos libres en la Tierra. Para cuando todos los fundadores llegaron al palacio, no lo habían visto más que una vez.

Después de la llegada de Karlav, su posición como posible sucesor al rey (en caso de la muerte prematura de James) se vio olvidada, algo que no generó tanto revuelo. Se había encerrado tanto en su residencia que se había olvidado por completo de socializar más de la cuenta con el exterior.

Estar conectado a Scorps me permitió sentir lo mismo que él, por lo menos en una cantidad pequeña, así que logré comprender casi a la perfección su inquietud cada que lo veía rondado cerca de nosotros.

Cepheus siempre fue un inconsciente al hablar y expresaba a la perfección su desagrado cuando algo no iba acorde a su plan; sin mencionar que solía molestar demasiado a mi líder con regalos por montones e invitaciones subidas de tono.

Hasta cierto punto, no podíamos culparlo, era otro más que cayó bajo la influencia de nuestro "cabeza de limón"; no obstante, nadie llegó a hostigarlo tanto como él. Scorps se incomodaba apenas lo veía y me pedía huir con él a otra parte del castillo o, en general, de la capital; Cepheus, por suerte, rara vez nos visitaba.

—Su aura no parece honesta —me contó alguna vez. Ambos nos encontrábamos en un pequeño lago dentro de los jardines del palacio, sentados en el muelle—. Percibo el aroma a mentira cuando está cerca. ¿Es normal que sienta eso, aun siendo familia de James?

—Ni siquiera Jim es tan cercano a Cepheus —recordé. A comparación suya, Finn y yo teníamos una relación perfecta—. Si tu corazón no tiene paz con él cerca, entonces está bien; si no te nace ser su amigo, también está bien.

» Si te hace algo, lo golpeamos.

—Como tu líder, te pido que no recurras a la violencia.

Sonreí por su ruego y negué, llevándome a la boca una de las moras que recogimos. Estaba demasiado ácida por su falta de madurez.

—Pues yo, como tu mejor amigo —hablé con el mismo tono—, te recuerdo hasta dónde llegó el innombrable porque no quisiste reprenderlo de una forma más directa.

» Las palabras, a veces, no son suficientes.

Ante la mención que hice del despreciable Albert White, a ambos nos recorrió un horrible escalofrío. Para él, por el pánico de recordar lo que vivió antes de escapar con Iris; para mí, por la rabia que me recorrió en ese instante.

Pocas veces llegaba a contactar con lo más profundo de mi interior, con el espíritu salvaje que muchas veces ocultábamos.

Ese día, en ese instante, lo hice sin darme cuenta.

El espíritu decía:

Albert.

Albert White.

Albert White se atrevió.

Se atrevió a tocarlo.

Tocó al Ángel.

Quiso mancharlo.

No. No. NO.

—Por mucho que Abaddón sea pacífico, hay gente mala por ahí, como en el mundo humano, Scorps —no por nada había un bosque entero de castigados—, y tú...

Suspiré.

—Hay mucha gente que quiere aprovecharse de la inocencia y buenas intenciones de angelitos, como tú.

—No soy un ángel —fue lo único que respondió y atrajo sus piernas a su pecho.

Él llevaba puesto su overol verde arremangado de los tobillos para evitar mojarlo con el agua, combinado con una camisa que su destinado le dejó, la cual era de mangas anchas; yo, otro de los típicos hanbok que usaba en aquella época.

—Tal vez —asentí—, aun así, eres lo más cercano a uno aquí. Todos queremos probar algo de ti —me miró en silencio, invitándome a proseguir—. El que Jim no esté aquí hace que, las cosas sean más "fáciles". Aún eres nuevo en este mundo, todos pueden verte la cara, ¿sabes? Incluso yo.

—Quiero pensar que no lo haces.

—No, no lo hago —sonreí y ambos nos quedamos en silencio, mirando hacia el frente.

—Le diré a James que Cepheus me incomoda —le confesé que me pareció una buena idea.

Él pareció relajado ante mi aprobación, asintió y se levantó de prisa para correr al interior de su estudio y poder escribirle a su novio-no-novio.

—¿Estaré mal al reaccionar así teniendo cerca a Cepheus? Nunca nos ha hecho algo, ¡ni siquiera habla mal de nosotros! —lo interrumpí, meneando de lado a lado la cabeza. Descifrarlo siempre fue complicado—. El color de su aura es muy confuso, como si sus ideales no estuvieran del todo definidos. Siento que no puedo estar tranquilo con él cerca.

—¿Dónde está él, a todo esto? —Preguntó Iris—. Lo mencionaron cuando visitaron Colombres, hace casi un año, ¿no? Cuando me hablaron sobre los avistamientos de quimeras y yo les mencioné de las criaturas... De los miembros Lawson —se corrigió al instante tras haberse mordido la punta de la lengua—. No lo he visto y me gustaría saludarlo.

—¿Te gustaría? —Ethan preguntó, alzando una ceja, incrédulo y a punto de soltar una buena risa. Su esposa entornó los ojos y le dio un empujoncito—. Si nunca han tenido algo que ver, ¿por qué tan de repente?

—¡Es que él fue el que estuvo investigando todo este tiempo con James y Scorps! En sí, tomó mi lugar en el Gran Consejo. No puedo permitir que ese tipo robe mi puesto —se quejó, dando un golpecito en la superficie del sofá, asustando a Chase, quien estuvo a nada de quedarse dormido—. Quiero que me pase de primera mano todo lo que sabe.

—Justo ahora se encuentra investigando en una ciudad pequeña de Oceanía —Karlav respondió—. Rechazó mi oferta donde le dije que alguien más lo podía acompañar.

» No insistí porque, al igual que a Scorpius, no me da confianza. Siempre que viene al castillo hace comentarios muy pasivo-agresivos, tiene una mirada muy prepotente y ve todo a su alrededor como si...

—¿Como si fuera suyo? —Dean preguntó. El rey asintió, no tan seguro de la expresión—. Así es su cara. Parece que tiene un gas atorado.

—Independiente de eso, ¡hace muy buen trabajo cuando se trata de obtener información! —Prosiguió él—. Si no pareciera algo desagradable, engreído y juzgón, lo compararía con un James más charlatán.

—¿Se acuerdan de cuando Scorpius descubrió que me regaló pendientes falsos? —Mi prima preguntó

El recuerdo me hizo suspirar. ¿Qué tenían los hombres con regalarle joyas falsas a tremenda mujer? Por suerte, Ethan le daba mucho más que esa bola de inútiles y degenerados.

—Nunca entenderé la necesidad de mentir diciendo que son reales, ¡ni que lo fuera a criticar!

—Es muy diferente a nosotros —James intervino, desvaneciendo la más mínima idea de hacernos amigos del curioso hombre—. Si tanto a Scorpius como a Karlav no les da confianza, entonces podemos fiarnos de ellos; él es el rey y Scorps puede leer auras, así que no hay nada más que debatir.

—Es tu familia —Chase recordó, como si fuera necesario—. Lo respeto, mas no lo aprecio. Nunca hemos sido cercanos, a excepción de los encuentros diplomáticos que llegamos a tener.

—Sea o no de mi familia sanguínea, ustedes son la real —mi esposo retomó la palabra—. Y Alyssum, siendo una Mun.

» El apellido Miracle está tan manchado que me da pena portarlo.

Siempre le ofrecimos cambiarse el apellido por el mío o de Karlav y, en todas las ocasiones, se negó.

—La gente del pueblo confía en Cepheus, nosotros no más de lo necesario —prosiguió con naturalidad—. Y eso está bien. Nunca se ha demostrado lo contrario, ¿no? No compaginamos y eso es todo.

» Si él forma parte de aquellos que manchan el apellido Miracle, entonces yo no huiré de mis raíces y me encargaré de limpiarlo. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro