Capítulo 28: Comparaciones y culpa
HIJOS DE LA NOCHE
HIJO DE LAS ESTRELLAS
CAPÍTULO 28: COMPARACIONES Y CULPA
Pusimos al día a los Maine para que nos ayudaran a vigilar las afueras de Colombres y confiamos en que estarían a salvo en compañía de una vampira experimentada con "criaturas violetas" y con sus conocimientos de cacería para que, en el peor de los casos, pudieran defenderse hasta que llegáramos a su auxilio o al de los habitantes de esa zona.
Tal como le pedí antes de llamar a Cepheus, Dean mandó a sus cuervos a resguardar al resto de las entradas; el zorro de Chase salió junto al pequeño hámster de Hikaru para examinar el bosque y sus límites, mientras que el gato Savannah de YoungSoo lo hacía desde las copas de algunos árboles; los perros de TaeYang y Mareritt, al ser los animales más comunes, se pasearon por las calles para ver a los ciudadanos y confirmar su bienestar; mis ciervos y los lobos de James se repartieron entre nuestra casa y la de Aira.
Mi esposo avisó a Iris y a Karlav sobre la situación para que se hicieran cargo de Abaddón con el resto de los fundadores de clanes y los virreyes. De cualquier forma, se decidió no informar al resto de los demonios y vampiros para no hacer un alboroto, ya que esperábamos acabar con todo apenas halláramos el escondite de los "Miracle", así que no pedimos refuerzos.
Esa tarde, muy apenas pudimos comer por "andar con el Jesús en la boca", como dirían en México; aun así, los ocho nos agrupamos en la mesa del comedor y decidimos estar juntos, no salir solos y evitar hacerlo, de todas maneras.
—¿No deberían de decir la verdad? —Preguntó Mareritt al dejar a la mitad su plato de carne y papas—. Es decir, es lo que Cepheus les está recriminando y usando en su contra: guardarles cosas a los demás.
—A veces, es mejor guardarse las cosas para no hacer un espectáculo —mi mejor amigo explicó—. Si no logramos atraparlo en estos días, tendremos que dar informe... Y, en cualquier caso, me imagino que Karlav aprovechará y hará un comunicado pequeño para decir un poco sobre tu historia.
—¿No preguntarán por mí? Dijeron que es común hacer una fiesta para festejar al vampiro recién convertido —dijimos demasiado o él preguntó demasiado—. La misión de las quimeras es, hasta cierto punto, secreta. No sabrán por qué no hemos regresado, si ya "lograron lo que se propusieron" con este viaje.
—Me pregunto si Hayden y los Lawson fueron tan preguntones —pensó en voz alta TaeYang, quien no se separó de su pareja en todo ese rato.
No íbamos a mentir, incluso con nuestros lazos, nos sentíamos un poco traicionados por Dean. Su marido fue el único que acudió a él para hablar en privado, después de todo el numerito que se armó, y los demás nos quedamos al margen, de nuevo, por no presionar demasiado la situación.
—Podemos justificarlo como simples vacaciones, ¿no?
Hikaru era el más sencillo de todos, sin duda. Gracias a él, las preocupaciones se desvanecían cada que hacía obvia alguna alternativa que, por el montón de cosas que ocupaban nuestras cabezas, no contemplábamos. Un hombre práctico y sin rodeos.
—Eso sí —prosiguió y se recargó en el respaldo de su silla—, lo más seguro es que te harán un enorme convivio porque no eres un vampiro ordinario, ¡eres la reencarnación de Dalila y...!
—Y todos en el reino la amaban, más en Septentrión —intentó atinar YoungSoo.
Eso lo hizo tensarse un poco, entre molesto e incómodo. Tuvo que pensar demasiado al respecto, en especial al ser destinado del vocalista de Midnight Pleasure. Debía sentirse horrible el ser comparado y, peor, no saber si llenarás las expectativas de otros.
A mí tampoco me habría gustado la idea de ser reconocido como Egan o alguna de mis vidas pasadas porque, aun si tenía características de ellas, yo era Scorpius Lythrum Sallow Ainsworth.
—Y evolucionaste a ojos bermellón al instante, como tu líder —lo corrigió su esposo con una risita.
—Él no es Dalila —Chase se encargó de defenderlo—, al menos no para que celebren su "regreso" de esa manera. Son muy diferentes.
James estiró su mano y tomó la de Mar antes de sonreír como soporte.
—No lo decimos de esa manera —tranquilizó y echó un vistazo a chefcito—. Es para conmemorar el hecho de vivir, morir y reencarnar. Para nosotros, es muy especial ser de los pocos conocedores de esta... Costumbre.
El aura del joven se suavizó con eso y dibujó una sonrisa.
—Apenas se solucione todo, regresaremos, invitaremos a tus padres y tendrás tu baile de bienvenida —prometí.
Eso lo entusiasmó mucho más, pues no tardó en hablar sobre las ideas que tenía planeadas (desde quién sabe cuándo). Su novio lo motivó a anotar todo en una libreta para que no lo olvidara y le comenzó a platicar sobre las tradiciones que teníamos en esas celebraciones, nuestras anécdotas chuscas y detalles sin importancia, como quiénes hacían los mejores banquetes y poco más.
Si bien toda la familia decidió ignorar nuestras preocupaciones por un rato, el ambiente denso no disminuyó tanto como quisimos. Por un lado, nuestro miembro más reciente tenía sus "detallitos" (y razones válidas) por estar preocupado por cómo lo recibiría la gente de Abaddón, teníamos a Dean y nuestra intranquilidad al tenerlo cerca después de habernos expuesto esas últimas semanas y, al parecer, James también sentía cierto remordimiento.
El primero en hablar con nosotros fue el Craig, dos días después de comenzar la búsqueda por cielo y tierra para hallar a Cepheus. Mi prima nos mandó a su ave fénix y al búho de Ethan para echarle una mano a los cuervos y a la golondrina.
—Sé que debe de sonar muy desvergonzado de mi parte —comenzó durante la hora del desayuno—, pero ¿podrían perdonarme por lo que hice?
Su hilo dorado tembló y se enroscó en nosotros, ansioso por una respuesta inmediata e inquieto por la idea de recibir un "no".
Estaba de pie frente a la barra de la cocina, aún en pijama y con el cabello revuelto. Tanto él como su pareja dejaron su vida madrugadora para no correr riesgos innecesarios de nuevo.
—Tuve que tranquilizarme y decirles la verdad desde el inicio para ahorrarnos esto —no lo culpábamos, era no saber cómo dirigirnos a él—. Es que... Estaba tan asustado. Mis papás son la única familia cercana que tengo, viví con ellos todos mis años antes de unirme a ustedes y Cepheus...
Meneó de lado a lado la cabeza.
Sus labios tenían heridas que evidenciaron la angustia por la que pasó al encontrarse en una situación un poco acorralada o, más bien, por ahogarse en el mar de culpa tras ver lo que su "colaboración" nos causó en parte.
Tae se acercó a él para acariciar su espalda para alentarlo a continuar.
—No lo sé, entré en pánico —confesó—. No dudé en que supiera el encantamiento para mandarlos a Amadahy por formar parte de la nobleza en el pasado, mucho menos que tuviera consideración en matarlos.
Yo, que estuve a punto de lavar los sartenes que usé al acabar de servirnos a todos, me acerqué para poner mis manos sobre sus hombros y le sonreí. No era necesario decir nada, lo único que necesitábamos era un poco de tiempo (del cual, por desgracia, carecíamos).
—Nadie te está juzgando —el resto de los muchachos me hicieron coro—. Comprendo que te hayas asustado. Yo nunca fui lo suficiente cercano a mi familia biológica y, de todos modos, creo que habría actuado igual por ellos —froté sus mejillas de dumpling y luego lo abracé.
Mamá, papá y los tíos nunca estarían al mismo nivel que los señores Craig, sin duda. Ellos siempre estuvieron para nosotros y, al igual que los señores Spinster y los Hwang, nos querían como a otros hijos más. Karlav también lo hacía, a su modo.
James se acercó con dos tazas de chocolate caliente aún humeante y le ofreció una al separarnos.
—Así como te entendemos, queremos que nos entiendas —tomó la palabra—. Nuestros sentimientos por ti no han cambiado, te queremos mucho —recalcó—. Estamos pasando por un mal momento, eso es todo. Danos unos días para volver a acoplarnos.
El "cabeza de mandarina" vio a los demás con pena y las orejas sonrojadas.
TaeYang lo tomó de la mano y lo condujo hasta su asiento usual para que disfrutara de lo que cociné. Hikaru le ofreció fruta picada para comenzar y, así, la sensación de pesadez se nos desvaneció un poco.
Hubo blanco y verde.
Alivio.
Aren nunca nos confió sus inseguridades y malestares al sentirse presionado por no cumplir las expectativas (inexistentes, al menos de nuestra parte) que tenían de él por llevar consigo el alma de Dalila, al ella haber sido lo más cercano a una joven líder entre los preadolescentes y adolescentes de esa época; sí lo hizo, en cambio, con su alma gemela.
Pasaban horas encerrados en la habitación de Chase y hacían planes para entretenernos a lo largo de los días en los que esperábamos noticias de nuestros espíritus protectores, como un cine en casa y noche de juegos de mesa.
Ellos siempre eran los últimos en irse de la sala al quedarse acostados en el sofá o en los tendidos en el suelo, con música de fondo y el aroma de los aceites esenciales del difusor arrullándolos.
A veces, cuando bajaba por agua o a verificar que las puertas y ventanas estuvieran cerradas, los veía dormidos y enroscados al otro; en otras ocasiones, me sorprendían sus murmullos en los que hablaban de nuevas canciones que el demonio se concentró en hacer desde la mudanza temporal de Mar.
—¿Mis papás y mi tía no pueden ser transformados también? —Susurró una noche.
—Es algo que elige el destino —le respondió chefcito—. ¿Quién sabe? A lo mejor, si algún día tomamos los puestos de Scorps y James, podamos hallar sus almas. No es lo mismo; sin embargo, la conexión puede igualarse, como la reina Moon que se reencontró con sus hijos.
Karlav ni siquiera tenía en sus planes ser padre y, de la nada, terminó con un montón de vampiros y demonios que lo veíamos como nuestra figura paterna.
—¿Crees que mi familia y yo le caeremos bien a tus papás, a tu hermano y a tu cuñado?
Creo que Chase se enterneció por su preocupación, puesto que no oí más que una risita.
Ambos me despidieron de mí esa noche al verme subir las escaleras con dos vasos de agua y yo dejé de prestar atención cuando comenzaron una sesión de besos que, por supuesto, yo no quería saber en qué desencadenaba.
Gracias a su destinado, Mareritt pudo dejar de lado sus inquietudes y, con eso, también nuestro ambiente comenzó a mejorar.
El verde y el blanco crecieron y surgió el azul.
Lealtad.
Cinco días después de haber iniciado la búsqueda, nos desesperamos de estar encerrados y salimos al patio trasero para tomar un poco de Sol y disfrutar del clima primaveral. Los únicos que habían salido fueron YoungSoo y TaeYang para hacer el mandado, por lo que el resto ya no podíamos pasar un rato más en la casa.
—¿Por qué la casa está heladísima y aquí afuera está tan agradable? —Mi mejor amigo se quejó.
Los Maine nos mandaron un mensaje para confirmar que, en efecto, no hubo ningún avistamiento por su ejido ni los alrededores; aun así, nosotros decidimos disminuir los riesgos y nos mantuvimos con los animales aéreos para que, en caso de encontrarse con alguna quimera, pudieran huir más fácil. De terrestres, solo se quedaron mis ciervos y los lobos de mi esposo.
Nos entretuvimos con pláticas ordinarias sobre el avance de proyectos musicales, de danza y de costura que aprovechamos para idear, planear e iniciar en esas fechas tan angustiantes.
Por fortuna, a palabras de Iris y de los otros fundadores (a los que Karlav tuvo que poner al tanto), no hubo ataques en el resto de la República ni en los países vecinos. Cepheus quería jugar con nosotros, sin duda. ¿Cómo fue capaz de desaparecer?
—No ha habido cambios en las barreras desde entonces —rocé el brazo de James al oírlo frustrado de pronto—. ¿Cómo es posible que no podamos dar con su paradero, si es una ciudad pequeña? No ha habido compras ni rentas recientes, no hemos visto a ninguno de los suyos salir a comprar lo necesario para subsistir y, mucho menos, enfrentamientos.
—Busca el momento correcto para atacar —Hikaru contestó al instante—. Quiere vernos flaquear y aprovecharse de eso.
—No obstante, estamos bien —Dean señaló con obviedad—. Es decir, nuestras emociones negativas actuales son causadas por él, ¿no? No tiene sentido que espere tanto, mejor que se enfrente cara a cara.
—¡Sí! Llamó cobarde a Jim y él ni siquiera se muestra —YoungSoo masculló—. Sin mencionar que ese es mi trabajo. ¿Cómo se atreve a insultarlo?
Por primera vez en siglos, el príncipe sonrió un poco por el intento de provocación.
Los muchachos tenían razón.
Los Sallow (y hasta los Maine) estábamos tan unidos como de costumbre. ¿Qué tenía pensado hacer para "desmoronarnos"? Ni siquiera podía usar en contra nuestra los poderes y la inestabilidad de Mar porque aprendió a controlarse y a soportar la saturación de sus sentidos.
—Ataquemos nosotros primero, en ese caso —habló Aren, de hecho—. Si él es valiente para amenazar y no para cumplir con lo que dice, debemos de hacerlo nosotros. Quien da el primer paso, es el vencedor la mayor parte del tiempo.
—¡Como en los deportes! El primero en conseguir puntos, es quien lidera el partido —TaeYang recibió un asentimiento del otro joven.
El canto del ave fénix nos interrumpió desde el cielo, a varios metros lejos.
Junto al bello pájaro con alas de fuego, los cuervos de Dean y el búho de Ethan llegaron y descendieron hasta la mesa de jardín. Entre sus patas y picos tenían florecitas que, a palabras de Chase, las vio a las afueras de Colombres, por la carretera que llevaba a la frontera con Estados Unidos.
—Es imposible que estén ahí —se apresuró a decir cuando, por instinto, la mayoría nos paramos—. Son sembradíos, hierba, tierra seca... No hay construcciones, no que yo recuerde.
Nos lamentamos al instante en que su pareja le dio la razón.
Los animales desaparecieron entre las ramas de los árboles para que pudieran descansar y, por un segundo, no hablamos y muy apenas respiramos de lo agotados que estábamos mentalmente. ¿Cómo fue posible que desapareciera? ¿En dónde más debíamos de buscar?
—Todo esto es mi culpa.
James suspiró y, confundidos, todos nos giramos a verlo.
Era el tercer integrante al que yo le sentí una vibra diferente en esos días, así que me alivié por verlo tomar la iniciativa de contarnos lo que le sucedía, sin tener que preguntarle.
—Él tiene razón en que no lo tomé en cuenta para el trono —Cepheus jamás la tendría, no en eso—. Hice el plan y no tuve ni la consideración de informarle de mi decisión. ¡Incluso pude haberlo hecho después del incidente con Johan!
—Tambor —tomé su mano entre la mía y le di un apretón—, no confiabas en él. ¿Cómo planeabas decirle algo tan importante, como lo era eso? Es decir, ¡velo ahora!
—Sí —su mejor amigo me apoyó—. Quiere que "todo siga su ciclo", ¡como si no lo estuviera haciendo sin él! Y es muy obvio que quiere regresar a los tiempos de Dirk, basta con ver su reacción la última vez —me dio un escalofrío—. El Gran Consejo, Karlav y los virreyes han hecho un excelente trabajo. ¿Por qué decides torturarte por ese tipo, si pudiste hacerlo tantas veces en el pasado?
—Recibimos la misma educación, aunque a él se le complicaban un poco los temas por ser menor que yo —negó y frunció su ceño—. Perdimos nuestra infancia y juventud por querer seguir nuestros sueños y yo lo dejé sin el suyo.
—No existe el "hubiera" —Mar señaló.
Su novio asintió.
—Por mucho que se haya esforzado en crear una buena imagen al resolver casos con ustedes, lo hizo para ganarse su confianza o, por lo menos, esa lástima que los llevó a acceder su participación en esta misión —casi nos acusa de estúpidos (y lo fuimos)—. Como le dije, Abaddón jamás estaría de su lado.
Pensamos en sus acusaciones y si, en realidad, Chase tenía razón.
Entre todo lo que Cepheus dijo, lo que más nos preocupaba era la de Aira, al ser la más riesgosa. Ella sabía a lo que se metía cuando creó su plan; si regresaba al mundo humano, tendría que hacerlo con un cambio de look extremo, a sitios sin tantas personas o muchos años después.
—A todos nos daba mala espina y su aura era muy indescifrable —recordé.
Me acerqué para besar la mejilla de mi esposo para que eliminara los rastros de culpa que lo estaban carcomiendo. ¿Cómo se atrevía a imaginar un mundo demoniaco con su primo de rey? Peor aún, ¿cómo tenía la osadía de pensar en que se equivocó al crear a los vampiros y derrotar a su abusivo padre?
Nos sentíamos usados, ciegos y tontos.
—En vez de atormentarte, deberías enojarte. ¡Yo estoy enojado! —Solté—. YoungSoo tiene razón. Te llamó cobarde e hipócrita. ¿Quién se cree para proyectarse en ti al ser tan diferentes? Tu mayor deseo en aquel entonces no era ser rey. Si él está enojado por eso, es su problema.
Le puse una de las florecitas que trajeron los espíritus sobre su oreja y junté nuestras frentes para que me viera a los ojos. Sus pupilas se dilataron como las de un gato y sus irises se iluminaron del clásico rojo al instante en que los míos hicieron lo mismo.
Oí su corazón acelerado y noté un curioso sonrojo en sus mejillas.
—Y debe estar muerto de envidia en su interior porque sabe que, incluso después de rechazar ese título, tú sigues siendo nuestro príncipe.
El rey dentro de él saldría a la luz cuando más lo necesitáramos.
Era el gobernante por excelencia. Todos lo sabíamos.
—Eres el príncipe de Abaddón —dije.
El futuro rey de Abaddón.
La esperanza de Abaddón.
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