Fue inevitable.

La Luna se obsesionó con Jungkook.

Se enamoró y apreció tanto al niño que ya no podía soltarlo, las emociones del menor se fusionaban con los de la luna, sus noches se convirtieron únicamente para el niño.

Disfrutó y apreció cada momento que pasaba el cachorro y los atesoraba, como cuando le creció sus primeros dientecitos, o dio sus primeros pasos, sus risas, sus primeras palabras, los besos que le daban a sus padres, cuando abrazaba a Taehyung y lo llamaba osito, sus llantos y sus gritos.

Y como estos momentos de suma tristeza.

Min Jungkook ahora tenía 8 años, tres años transcurrieron desde que toda la población comenzó a hacerle la vida imposible a los Min, este era un clan pequeño, todos lamentablemente se habían enterado el siguiente día de lo ocurrido

Y concluyeron que el pequeño Jungkook era un niño peligroso, con ello, Jimin y Yoongi tuvieron que encerrar a su hijo, este había dejado de salir y saludar todas las mañanas al río y al sol, dejó de saludar a los vecinos, dejó de corretear con Taehyung por los parques y casas, dejó de jugar con su mejor amigo, dejó de alimentar con él a los conejitos y animales que llegaban a su casa para verlo, dejó de recoger piedras para Taehyung.

Y Luna se apagó tanto como lo hizo Jungkook, la luna llena dejó de salir, las noches se mantuvieron frías, pasaban días seguidos con lluvia, algunos días caían fuertes truenos, a pesar de que Jungkook solo se mantenía calmado, observando cómo el mundo seguía a través de su ventana.

- ¿Jungkookie? - murmuró Yoongi cuando encontró un juego de mesa, pero dejó de hablar cuando Jungkook estaba sentado en el marco de la ventana, sus pies encogidos hacia su pecho, su mentón entre sus rodillas y sus manos se mantenían inmóviles a un lado.

Y el menor sonrió suavemente cuando uno de los niños que correteaba por las casas cayó y llamó a su forma lobo, este poco después se puso a llorar llamando a sus padres, los ojos de Jungkook se abrieron con sorpresa y brillaron tanto como las estrellas cuando visualizó un rostro conocido.

Taehyung alzó sus manos entre saltos y saludó a su mejor amigo desde la ventana.

A pesar de que solo podían verse desde la ventana, Taehyung nunca lo dejó, siempre estuvo a su lado, bien sea rodando por el río riendo como si Jungkook estuviera jugando con él, velando siempre por aquel niño de ojos bonitos.

- Perdónanos Jungkook - la voz ahogada de su padre alfa lo alteró, Jungkook dejó de ver hacia la ventana y posó sus ojos grises en los de su padre

Yoongi se acercó, dejó caer su mano en los cabellos de su hijo y apoyó su frente con la del cachorro, cerrando sus ojos con dolor al ver a su niño así.

- Somos tus padres y no pudimos hacer nada contra ellos, pero lamentablemente, no somos fuertes, somos simples lobos del clan - Jungkook negó abrazándose a su pecho, queriendo poder oler su aroma, aquel que tranquilizaba a todos los que se acercaban.

- Es para protegerme, lo sé, lo entiendo, y ustedes no tienen la culpa de nada - Yoongi suspiró.

Ambos se sobresaltaron cuando el fuerte golpe de la puerta cerrándose se escuchó detrás de ellos.

- ¡Se acabó! Saldremos y si alguien se acerca juro que le arrancaré la cabeza - Jimin gritó furioso con sus ojos celestes - ¡Vamos!

Jungkook observó a su padre alfa y este alzó sus hombros, el menor se puso un par de zapatos y cuando Jimin abrió la puerta, el cachorro no dudó en correr hacia su mejor amigo que estaba sentando observando el río.

Se lanzó hacia su espalda y Taehyung gritó asustado, pero cuando el aroma a bebé lo inundó, río feliz.

- ¡Jungkook! - el mayor se levantó y se lanzó a abrazar al cachorro menor, lo había extrañado tanto, dejar de verlo y de jugar con su mejor amigo de un día para el otro, era espantoso, a la final era su único amigo.

- Te extrañe hyung - Jungkook se encogió escondiendo su rostro en su cuello

- Te extrañe Jungkookie -

Y ambos se transformaron en pequeños niños de 5 años nuevamente, correteando por la orilla del río, rodando hasta llegar a las piedras o esconderse entre los árboles, con las risas de ambos volviendo a alegrar el ambiente

Volviendo a alegrar al cielo oscuro con una hermosa Luna Llena.