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~5~

Otro año transcurrió en la vida de los Min, y Jungkook estaba aún más revoltoso.

Pero sus preocupaciones no se iban. A la edad de cinco años, todos los niños lobos comienzan con la conexión de su lobo interior.

Como lo que ocurría con Taehyung. Comenzó a crecerle pequeños colmillos, su aroma empezó a estabilizarse, ahora olía todo lo que asomaba, y se pudo notar como el aroma de Jungkook se convirtió en su favorito, porque tomaba cualquier oportunidad para poder olerlo.

Había veces que simplemente apoyaba su nariz en sus hombros y se quedaba bastante tiempo, hasta que Jungkook se molestaba y lo empujaba, pero luego se volvía a apoyar, y lo hacía sin pensarlo.

Pero eso no ocurría con Jungkook. No podía oler los aromas, ni le salían los colmillos, sus padres tampoco sentían el aura de lobo, ni de tigre.

Y por supuesto, la gente estuvo más al pendiente de aquello.

- TaeTae - el mayor alzó su cabeza con mechones mojados debido a la reciente pelea de agua - ¿A qué huelo yo?

- A bebé - Jungkook frunció su frente

- ¡No soy un bebé! -

- Pero me preguntaste a qué hueles y te respondí - el pequeño cachorro gruñó

- ¿Y mis papás?

- Tío Jimin huele muy muy rico, huele a flores y miel. ¡Es muy dulce! - Jungkook hizo una suave puchero - Y tío Yoongi... ¿Jungkookie? ¿Qué pasa?

El menor se sentó en una de las piedras del río sintiendo como el agua rodeaba su cuerpo.

- Quiero olerlos y tener esos colmillitos, quiero ir a la escuela y tener amigos como tú. Quiero ser normal - suaves lágrimas se posaron en los ojos del menor y el sol, a pesar de no ser Luna, se opacó.

Taehyung suspiró sentándose a su lado.

- Jungkookie yo no tengo amigos - rio triste - Ellos... No son tan buenos, no te pierdes de nada

- ¿No son buenos? - Taehyung negó

- Todos son niños alfas, solo oliendo su aroma, pero yo... Tengo un aroma entre dulce y ácido. Por eso me llaman beta y a veces son malos... Muy malos conmigo

- ¿Te hacen algo? - el mayor lamió sus labios sintiendo sus ojos escocer.

No quería llorar, había prometido que por esas personas no lloraría.

- Solo son malos Jungkookie, así que - botó aire - estás bien aquí en casa

Jungkook no sabía lo que estaba sintiendo en ese momento, su corazón latía adolorido por ver esa expresión triste en su amigo, se sintió enojado y furioso, podía gritar en cualquier momento.

Así que cuando el día siguiente llegó, y con ello la hora de salida de Taehyung de la escuela, no dudó en salir de su casa y correr hacia tal sitio.

Se posó detrás de un árbol y esperó por su amigo, pero este no salió, así que como todo un niño inteligente rodeó la escuela, este solo se limitaba por árboles no había ninguna seguridad, por lo que podía ingresar a cualquier lado sin problema, y lo encontró, a su mejor amigo, en el piso.

Vio como uno de ellos, mucho más grande que Taehyung lo tenía apresado en el suelo, con sus manos en su cuello riéndose por lo rojo que se encontraba Taehyung, este trataba de gritar y golpear al niño pero pronto se acercaron a sostener sus brazos.

Jungkook gruñó, y el día soleado se oscureció, una nube negra apareció y entre ellos, truenos se escucharon como si se acercara una fuerte tormenta.

Yoongi entendió, era Jungkook, así que dejando su trabajo a un lado corrió en su forma lobo hasta su hogar encontrándose con un Jimin desesperado, no encontraban a Jungkook.

El pequeño cachorro salió de entre los árboles y empujó con toda su fuerza a los niños, su rostro estaba rojo de la furia y sus ojos grises sobresaltaban aún más.

Los niños se levantaron y al ver al pequeño niño de solo 5 años, se burlaron.

- No se vuelvan a ¡Acercar a Taehyung! ¡No pueden golpearlo! ¡Malos! ¡Malos! - gruñó y cuando un trueno cayó a su lado, partiendo un árbol, los niños cayeron en cuenta.

- Ah eres el niño rarito

- Jungkookie vamos - Taehyung solo era un año mayor que el menor, sin embargo, eran del mismo porte, hasta parecía ser el menor de los dos, era muy pequeño

- ¡Tú eres el niño rarito! ¡Tú eres el malo! - gritaba furioso hasta parecía que podía explotar en ese momento

- Entre raritos se juntan - las risas de los mayores se escucharon, Jungkook gritó corriendo hacia los niños, soltando otro trueno cerca de los niños

Taehyung tomó los brazos de Jungkook sosteniéndolo. Sus mejillas estaban mojadas, su boca hacía inconscientemente un puchero, y sus manos temblaban.

- Vamos vamos Jungkook, sabrán quién eres - su voz sonó desesperada al observar a los niños abrir sus ojos sorprendidos cuando los truenos seguían cayendo detrás de ellos.

- ¡Ustedes! ¡No vuelvan acercarse a Taehyung! ¡Si lo hacen...!

- ¡Min Jungkook! - la voz fuerte de alfa de Yoongi se escuchó por el patio de la escuela, todos se encogieron excepto Jungkook que no dejaba de mirar a los niños - ¡Se van de aquí! ¡Ahora! - lo niños asintieron asustados y corrieron a sus casas

Jimin se arrodilló frente a Jungkook, sosteniendo su rostro, sus ojos seguían grises y enojados que tratabas de seguir con su mirada a los niños que corrían hacia sus hogares.

- Que ocurre, tranquilo cachorrito - Jimin murmuró, tratando de calmar a su hijo, este tenía sus manos cerradas fuertemente, tanto que lastimaba sus palmas con sus uñas - Jungkook, cálmate, aquí está papá, estamos aquí contigo.

El menor pudo oler un aroma a miel muy muy suave, pero pronto desapareció. Su rostro cambió a uno desorientado y asustado, pudo reconocer a Jimin quien tenía sus ojos preocupados mirándolo, esperando una respuesta.

Taehyung lloró y lloró, por su culpa estaba así Jungkook, y posiblemente los otros niños ya sabían quién era el menor, contarían a sus familias y todo se volvería un caos.

- Todo está bien TaeTae, él está bien - susurró Yoongi con su voz muy baja debido a la fuerza con la que gritó, abrió sus brazos y el menor se escondió en su pecho sollozando, llamando a sus padres.

La lluvia comenzó a caer y los padres miraron confundidos cuando el menor solo se mantenía asustado mirando a todos lados

- Papi - susurró con temor y dolor, de alguna manera diciendo que no sabía que ocurrió, sus ojos volvieron al iris negro, pero estos se cerraron de inmediato, dejando caer su pequeño cuerpo.

- ¡Jungkookie! - el omega sostuvo a su hijo con fuerza, tapó su rostro en su pecho, Yoongi se acercó a su hijo abrazando fuertemente a Taehyung que se mantenía escondido.

Y el alfa gruñó hacia los arbustos al sentir varios aromas de lobos omegas y alfas presentes, los estaban vigilando, y era obvio que habían presenciado lo que Jungkook hizo.

Pero Jimin y Yoongi no dejarían que nada pasara con su pequeño cachorro.

Ni Luna lo permitiría.

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