El joven omega miró por la ventana después de haber arreglado los juguetes de Jungkook y sonrió cuando observó el gran lobo de su esposo mirando al pequeño cachorro que se encontraba en el río intentando agarrar quien sabe qué.

Jimin salió de la casa y se apoyó en el cuerpo de Yoongi, este enseguida se recostó llevando su cabeza a los muslos del menor.

- Eres un mimado, no puedo creer que ya tengas 26 y sigas queriendo caricias como un cachorro - susurró Jimin acariciando las orejas del lobo.

Este solo bufó queriendo más caricias, mientras Jimin solo reía, acercándose a ratos para besar el pelaje del lobo, sintiéndose feliz cuando el cosquilleo se sentía en su marca y en su vientre por cada beso.

Hasta que el cielo oscuro con pocas estrellas se iluminó con una resplandeciente y hermosa luna llena, más estrellas la rodearon iluminando el cielo en un precioso azul.

La pareja después de observar el cielo con cierta sorpresa de haber presenciado semejante espectáculo, sus miradas pasaron al pequeño cachorro.

Jungkook se encontraba saltando fuera del río corriendo hacia sus padres.

- ¡Papis! ¡Papis! ¡Miren! - el menor indicó sus manitos mojadas con una piedra en forma de corazón, era un poco deforme, pero a ojos del niño, era lo más bonito.

Yoongi aulló suavemente no sin antes lamer su mejilla, quien rio más fuerte.

- Ven aquí, cachorrito - el menor se sentó entre el cuerpo del lobo y del omega - ¿Porque buscas todo el día piedras del río?

- A TaeTae le gustan - Murmuró sin poder pronunciar aun la 'r' y reemplazaba la 's' por la 'z' en todas las palabras, haciéndolo ver más tierno aún, no les preocupaba para nada, aún es un pequeño niño, tiene todo el tiempo necesario para aprender hablar correctamente - Le gusta pintar en ellas -

- ¿Y tú no pintas? ¿Tú que haces cuando vas con TaeTae? - el menor río sacudiendo su cabecita rápidamente

- Papi tontito, soy muy pequeñito. ¡No puedo pintar aún! - Jimin abrió sus ojos y se escondió entre el pelaje de Yoongi quien solo aulló nuevamente - Yo le paso los colores. ¡¿Puedo ir con TaeTae?!

- Ya es de noche tontito, Tae debe estar durmiendo - Jungkook hizo un puchero y las estrellas junto a la Luna que brillaban como nunca antes, se apagaron, pasando a un cielo azul oscuro.

Jimin miró por un segundo el cielo, paso su vista a los ojos negros de su esposo quien no le quitaba la mirada, tal vez entendiendo la confusión del menor.

- ¿Por qué no riegas las plantas con papi Yoon, y les cantas una canción? Están muy tristes ahora, necesitan de su cuidador Kookie - el menor saltó del puesto y asintió rápidamente, la Luna volvió a brillar desde su puesto.

Jungkook miró al enorme lobo con una sonrisa, Yoongi botó aire y se levantó con toda la pereza del mundo para después seguir al menor quien no dejaba de dar saltos.

- Oye Kookie - el menor se giró esperando a que su padre hable - ¿Estás muy feliz?

- ¡Muy muy feliz! - y salió corriendo con la luz de la Luna iluminando su camino y un lobo perezoso detrás de él.

Jimin suspiró sentándose en el césped mirando a la Luna.

No sabía que estaba pasando, no sabía quién era Jungkook, aquel niño que sobrevivió toda una noche sin ropa ni comida.

Extrañamente tenía una rara conexión con el cielo.

No.

Con la Luna.

¿O era su imaginación?

El día en el que Jungkook enfermó, toda la noche cayó una muy fuerte lluvia

Cuando cumplió un año más, los días que Jungkook la pasaba mal, estaban acompañados con un cielo totalmente oscuro, lluvia y relámpagos.

Había días que no aparecía la Luna porque Jungkook se mantenía calmado o solo pasaba durmiendo, otros aparecían la media luna y los días que Jungkook era extremadamente feliz, aparecía una preciosa Luna llena

Cómo aquel día.

Sin embargo, a pesar de toda la confusión y quizá un poco de temor, en no saber quién era aquel niño.

Jimin y Yoongi adoraban a Jungkook, era un niño tierno y juguetón, reía en todo momento y a veces gritaba demás cuando estaba feliz y eso ocurría cuando jugaba con Taehyung. Su hijo era lo que más querían en esta vida.

Y realmente esperaban que los díastranscurrieran con una hermosa Luna llena, jamás con una fuerte lluvia.