¿Qué más da, la luna, el sol, y el mar...? Cartas y flores y, en ocasiones, canciones de amor 🎶

* * *

-No me gustan las sorpresas -seguía refunfuñando Alec de camino al lugar que Magnus se rehusaba a decir cuál era. Aunque en realidad su estómago estaba lleno de un revoloteo extraño que ya no sabía si era la emoción de sus hijos o la suya.

-A todos nos gusta y esta te hará feliz, ya verás.

-Uumm... -Alec dudaba, sus manos dando suaves toquecitos en su vientre, podrían interpretarse para cualquiera como un gesto de nerviosismo, pero Magnus sabía la verdadera razón, sus hijos empezaban a moverse.

Magnus y Alec hablaron un poco sobre sus clases, las de Alec demasiado aburridas, "Nada nuevo, números y más números, mis alumnos lo odian" había dicho Alec, y lo que Magnus había sonreído "Es la carrera que eligieron, así que no lo odian. A veces cuesta llegar a donde queremos, sufrimos un poco en el camino...pero al final vale la pena...", Alec lo había mirado preguntándose si seguían hablando sobre lo mismo, pero no tuvo oportunidad de decir nada.

-¡Estamos por llegar! -Magnus sonaba emocionado-, mis alumnos me hablaron de este lugar en una de mis clases. Cierra los ojos.

Alec lo miró como si estuviera loco, pero terminó cediendo. No sin preguntarse ¿por qué demonios confiaba en Magnus a tal extremo?

Magnus lo ayudó a bajar, se puso tras él, entrelazando su mano izquierda con la de Alec, amando la forma en que encajaban perfectamente, y con la otra cubrió sus ojos.

Afortunada la puerta de La fuerza del destino era automática. Precisamente esa canción terminaba de sonar cuando entraron "Pero la fuerza del destino nos hizo repetir. Que si el invierno viene frío, quiero estar junto a ti".

Un escalofrío recorrió a Alec. La sensación de las manos de Magnus, el calor de su cuerpo, la música, el olor del lugar... Magnus dejó libres sus ojos y soltó su mano. Frente a ellos había infinidad de postres que hicieron brillar los ojos azules de Alec, pero su atención se vio pronto desviada a la gran pantalla del fondo.

-Era sólo una tienda de postres, pero los dueños siempre veían películas antiguas o documentales interesantes y pronto los clientes empezaron a quedarse a verlos, así que añadieron esa pantalla y lo hicieron una especie de cinema -le explicó Magnus-. Ven, vamos a elegir unos postres y luego buscamos un lugar, la función ya va a comenzar.

Alec estaba seguro que esta vez era su emoción cuando preguntó: -¿Qué vamos a ver?

CONTINUARÁ...

De vuelta aquí 🙌

y les adelantó los resultados de las votaciones para los mini maratones:
Mi princesa 12
Dueño de mi alma 8
Malec o Shumdario 5
Papi y el profesor 5
yo dije sólo las dos más votadas, pero veré qué puedo hacer ❤