Me enamoré de ti y no me lo esperaba que algún día yo de amor iba a morir, y ahora soy un hombre nuevo, miro más al cielo y cuento estrellas al dormir, y ahora tengo mi fortuna que expira en la luna, y al pensarte sonreír, hoy vuelvo a vivir, muriendo de amor por ti 🎶

* * *

[Noveno mes de embarazo]

Alec despertó en los cómodos y cálidos brazos de Magnus, sintiéndose completamente en su hogar, en su lugar en el mundo.

Hay cosas que no se tienen que entender, sólo se sienten, y Alec sentía eso. Que su lugar estaba con Magnus.

-¿Hola? -Magnus le sonrió a un somnoliento Alexander.

Alec sonrió también, todavía adormilado, arrastrándose más cerca, más dentro del abrazo. Giró su rostro, buscando a Magnus, deseando...un beso. Era ese deseo ardiente que quema las entrañas, que hace hervir la sangre y enloquece y acelera cada célula. Suspiró, cerró sus ojos, dejando caer pesadamente los párpados, y extendió sus manos, buscando a ciegas el rostro de Magnus, acercándolo. Su corazón acelerado al sentir el aliento de Magnus golpear sus labios que se entreabrieron...

Entonces Rafa lloró.

Magnus se rió suavemente, haciendo cosquillas a los labios de Alec cuando se rozaron, sus manos temblando sobre su vientre. -Nuestro bebé nos llama -lo dijo casi sin pensar, porque así lo sentía, era su bebé también, pero parece que ellos no se lo esperaban, Alec abrió los ojos de golpe, y el llanto de Rafa se detuvo como si comprendiera el significado de las palabras de Magnus.

-¿Nuestro bebé? -Alec lo preguntó separándose un poco de Magnus, lentamente, con sus enormes ojos azules muy abiertos.

Magnus empezó a tartamudear, pero Alec cubrió su boca con su mano y sonrió. -Suena bien. Nuestro bebé. No te disculpes. Sólo me sorprendió.

Magnus sonrió también, mientras lo ayudaba a ponerse de pie, lo abrazó, abarcando todo lo posible. Recordando un abrazo parecido hace dos mil años, con la Luna como testigo y no como impedimento, con el vientre plano de Alec que ahora estaba ocupado por sus hijos...

Besó la frente de Alec, acarició su vientre, sintiendo a sus hijos removerse, y fue por Rafa. -¿También tienes hambre, Alexander?

Alec mordió su labio y asintió. -Siempre tengo hambre -hizo un puchero.

Magnus se rió. Tomó a Rafa con un brazo y le ofreció el otro a Alec. -Comes por tres, es normal.

Comieron los cinco, Alec con y por Max y Elara, y Rafa y Magnus.

Después llegó Tessa, intentando no mirar siquiera a Magnus para no provocar a Alec de nuevo. Esperanza tomó a Rafa y los esperó mientras le hacían el ultrasonido.

-Todo está bien -dijo Tessa, mirando la pantalla, igual que Magnus y Alec que estaban tomados de la mano-. Dentro de sólo dos Lunas tendremos a esos pequeñitos aquí con nosotros.

Alec sólo asintió, mirando a sus hijos y luego a Magnus. Tal vez la Luna tenía razón, abrir el corazón no tenía por qué ser malo.

CONTINUARÁ...

La última luna y se acerca el final 💔