Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31: El vacío que dejaron

 HIJOS DE LA NOCHE

HIJO DE LA LUNA

CAPÍTULO 31: EL VACÍO QUE DEJARON

Con sus manos temblorosas, Iris logró extraer la daga del pecho de Crystal de un tirón.

Su cuerpo se convirtió en polvo y, en su lugar, apareció un pequeño retoño de árbol de magnolias al que prometió cuidar hasta que fuese lo suficiente fuerte para crecer por sí mismo.

El jalón llegó después de eso y arrasó con todos los Ainsworth, con la inconsciente Aira y con gran parte de Abaddón.

Fue una oleada de vacío, tristeza e incertidumbre, como la sensación que inunda a uno después de terminar con la pareja que tanto amó: un vacío en el pecho que te impide respirar.

Las lágrimas no tardaron en hacer acto de presencia y las ganas de vomitar incluso aparecieron para algunos líderes que descansaban en sus hogares.

—Yo... No sabía que Balto reaccionaría así. No lo pude evitar. Tía, yo...

—Víctor —interrumpió la mujer y se giró a verlo una vez tuvo el coraje necesario—. Está bien. Hiciste lo que tenías que hacer, consciente o no. Estamos bien gracias a ti. Incluso hemos podido salvar a una de las miembros.

No fueron las palabras correctas para que se sintiera tranquilo; aun así, tampoco era lo que buscaba la mujer. No cambiaría que mató a su mejor amiga.

Sus ojos parecían estar inyectados en sangre y su nariz yacía rosa por el viento fresco de la noche.

—Deberíamos llevarla a la casa —Ethan tomó la palabra—. Hikaru podría echarle un vistazo y comprobar que no tenga heridas... O tú, Ryuunosuke. Quizá se sienta más tranquila sabiendo que fue una mujer.

La nombrada tragó saliva ardiente al ser llamada por su nombre completo, sin embargo, asintió. Ryuu, para ese momento, ya estaba de pie, sujeta con fuerza a su prometido por miedo a desvanecerse de nuevo.

—Claro, aunque no puedo hacer nada por Gerardo y...

Se le revolvió el estómago apenas vio el cadáver de su amiga, tirado en una incómoda posición y ensangrentado como la película más horripilante que pudo imaginar. Apoyó la frente en el hombro de Víctor y respiró una, dos y tres veces.

Desde el día en que se reencontró con su destinado no le había tocado ver cuerpos inertes.

—¿Qué haremos con ellos? ¿Por qué no se desvanecieron?

—Porque no murieron con sangre de su líder.

Iris se acercó a su esposo y limpió sus mejillas manchadas de tierra y mojadas por sus lágrimas. Odiaba que él saliera tan afectado mediante el lazo (que todos lo hicieran).

Ethan se puso de pie y cargó entre sus brazos a la única Lawson con vida.

—Déjenlos ahí. Cuando los hallen, las autoridades verán que tienen heridas de lobos. De seguro ni investigarán el caso. La policía es muy incompetente por aquí y...

—Aquí no hay lobos. Esto ni siquiera es un bosque como tal, tía —uno de los jóvenes reprochó, incrédulo. Les pareció una idea desalmada el tener que dejarlos bajo la fría noche—. Esto es algo inhumano.

—No podemos hacer nada —lamentó su tío al comprender el punto de la mujer—. Lo atribuirán a las supuestas criaturas que han estado atacando. Ellos no tuvieron suerte y se encontraron con ellas.

—Esto es una mierda —Ryuu susurró—. Regresemos. Debemos revisar a Aira.

Su amiga, su socia de Microcosmos, murió. No era un lazo, como el de Crystal e Iris, pero ya no podría acompañarla de regreso a casa y ya no la oiría parlotear acerca de la última serie que vio, ni a sus quejas por no ver a su hermano muy seguido.

Un par de lágrimas en su honor se desbordaron de sus ojos.

La vida para seres inmortales era así. La gente iba y venía, muy pocos se quedaban.

La muchacha oyó a Víctor sollozar y sintió la culpa y el miedo que lo invadía. Ya no contaría con la presencia de la bella mujer y, en un futuro, cuando Aylan decidiera abandonar la vida eterna, se quedarían también sin sus risas y muestras de afecto.

Donovan y yo no lloramos ante la muerte de la Lawson, tampoco por la de los otros dos; no obstante, la sensación de vacío sí se instaló en nosotros, aún más al ver a YoungSoo llorar en el pecho de su esposo y a Lars limpiándose los ojos con la sudadera que yo llevaba puesta. Si ellos estaban así, no quise ni imaginar al rey y al resto de fundadores.

Dolió no saber qué hacer.

La puerta principal se abrió y dejó ver al resto de la familia en compañía de la muchacha Maine. Era menor que yo, según Wikipedia, por un par de años; a decir verdad, lucía mucho más joven. Supuse, ignorante, que era por sus raíces europeas.

Aylan salió de entre mis brazos para correr a abrazarlos entre sollozos, lágrimas y la voz gangosa, casi agripada. Hikaru acudió a Ethan (el más cercano a él de los implicados) y lo ayudó a llevar a Aira a la habitación de invitados. Por su parte, Young se quedó de pie en la sala con la mirada fija en la líder sobreviviente y con un poco de coraje notorio.

—Ven.

Iris extendió los brazos y lo invitó a hundir sus penas juntos.

La expresión del muchacho se contorsionó en un visible puchero y corrió al instante a ella. Halló la manera de consolarlo contra su pecho.

Magnolias y madera de roble —susurró y él respondió con un quejido.

Donovan me jaló una manga y, apenas me giré para verlo, me señaló la cocina para que lo acompañara hasta allá. Él estaba como si nada hubiera pasado, respecto a heridas, gracias al poder de Hikaru. Ya no se veía para nada moribundo.

—Pongamos algo de té para ellos. Los aceites aromáticos no creo que sean suficientes para relajarlos —sonrió un poco y asentí.

Él era mejor que yo al ayudar a la gente, yo ni siquiera sabía qué recomendar cuando veía a alguien triste.

Preparamos té de valeriana y pusimos las galletas que sobraron de hacía días, cuando horneamos diferentes tipos para Don. Supusimos que nadie querría dormir, por lo menos no en ese momento, pese a ser casi de madrugada. La pérdida de alguien cercano podía llevarse consigo las ganas de descansar hasta que el cuerpo no pudiera más.

Para cuando terminamos, Ryuunosuke ya había salido del cuarto de visitas. Según ella, la patinadora no tenía ningún daño porque sanó por sí misma sus heridas, así que no tardaría en despertar. Ethan se encargó de generarle un bonito sueño.

—Cuando me sienta incompleta de nuevo... —Iris rompió el silencio.

Todos nos encontrábamos en diferentes sitios de la sala (en el sofá, en los sillones o incluso en el suelo, bajo algunas mantas) y tomábamos de nuestras tazas o llenábamos nuestras bocas con galletas para detener los lagrimeos.

—Recordaré que ahora llevo una parte especial de Crystal en mí que no me dejará nunca, incluso cuando la volvamos a hallar...

Su pausa tomó más de lo esperado y se relamió los labios. Sus ojos estaban hinchados y sin brillo y, de todas formas, si hubiera estado Scorpius con nosotros esa noche, habría dicho que tenía un lindo color verde esperanza rodeándola en combinación con tonos azules y grises.

—Ella dijo que me amaba.

Ni siquiera Ethan se inmutó.

Todos, a excepción de Don y yo, parecían saberlo o presentirlo. Por mi parte, creí que todo había quedado en el pasado y que se guardaba el rencor contra sí misma por haber tomado malas decisiones.

Me acurruqué en mi hermano, quien me rodeó los hombros y permitió que apoyara mi cabeza en su pecho; era una estufa caliente con aroma a césped por sus revolcadas en él al intentar huir. Me preguntó si estaba bien con la muerte de Dania y yo me encogí de hombros, pues tampoco fuimos muy cercanos; él pareció estar de acuerdo cuando le regresé la pregunta al no haber congeniado mucho con la joven.

—Ella me amó tanto que me siguió a todas partes, a pesar del peligro. Pasamos juntas por un pueblito de Inglaterra, viajamos a una casa que se consumía por las llamas en Japón, vinimos a México en medio de la Revolución, me rogó con lágrimas en los ojos que no me escabullera a un campo de concentración y soportó el tener que recordar cada una de las cosas anteriores mientras las relatábamos a un miembro nuevo —prosiguió.

Ella había hablado minutos atrás con James y Scorpius para avisar que, tanto los Ainsworth como los Sallow, estábamos bien. Su primo la amenazó con que no volviera a hacer eso o él mismo sería quien la mataría con sus propias manos.

—Y yo la amé tanto que ignoré al futuro, creyendo que era suficiente estar a su lado para que todo estuviera bien. No hice caso a las advertencias, no insistí más en si estaba segura de las decisiones que tomaba y la seguí en sus locuras. Fuimos egoístas ¡fui egoísta! Y ahora no está con nosotros.

—La encontraremos —YoungSoo la alentó con un apretón en el hombro—. Karlav la hallará y la acompañaremos en su proceso de transformación para que vuelva a ser una líder... O un líder. Tomará de nuevo su lugar como fundadora del clan Lawson y estará en compañía de Aira... Orión, qué envidia. Tiene a una patinadora famosa entre sus miembros.

Ellos dos se sentaron juntos para darse ánimos el uno al otro, al igual que sus esposos, quienes se sentaron en el suelo con una manta que les cubría la espalda.

—¿Qué pasará con ella? —Víctor preguntó—. Está... Sola.

Al haberlo pensado mejor, se percataron que les quedaba la esperanza de encontrar a su reencarnación lo más pronto posible, una vez estuviera lista de volver; sin embargo, el dolor no se iría tan rápido.

—Yo soy su líder —Iris anunció, suspirando con pesadez—. Es decir, soy quien debe estar a su cuidado porque fui yo quien se quedó con esa parte de Crystal; aun así, no puedo con esa responsabilidad todavía...

Se calló cuando todos oímos la puerta de una habitación abrirse y cerrarse seguida de unas pisadas apenas amortiguadas por calcetines. Aira apareció con algo de temor desde detrás de una pared que conectaba el pasillo con la sala y nos miró, expectante, hasta que se hizo visible por completo para todos.

Llevaba un pijama de Ryuu y le quedaba un poco pequeño.

—Solo quedo yo —dijo con un español lento y pausado, como si se detuviera a pensar cuál palabra debía de seguir. Su tono de voz nos rompió el corazón, incluso a Don que en un primer instante se tensó al verla tan de cerca—. Me duele.

Ryuu alzó los brazos para recalcar que se refería a un aspecto emocional porque ella no halló ninguna herida al haberla revisado.

Young e Iris la invitaron a un abrazo y ella no dudó en aceptarlo.

—No los conocía desde hace mucho, pero me duele —los lazos significaban amor, familia y amistad—. Ahora no puedo regresar con mi familia biológica —lloró mientras sus ojos brillaban en un amarillo—. Algo me dice que mate y me pide a gritos el sabor metálico de la sangre y destruir, destruir, destruir.

Don y yo nos removimos al lado contrario del sofá, donde Aylan nos recibió con una sonrisita fanfarrona y nos rodeó como pudo con sus brazos para protegernos. Éramos los únicos humanos en medio de una manada de vampiros y un demonio.

—¿Crystal te habló de Karlav? —Preguntó uno de los Sallow, a lo cual la muchacha asintió—. Iris Lilium Ainsworth Gray es tu líder provisional y te cuidará —señaló a la inglesa y Aira pareció estar de acuerdo—; no obstante, creo que lo mejor será llevarte con el rey para que te vigile de cerca. Iris está ocupada aún en Colombres.

—¿Entonces tengo un clan?

—Todos seremos tu familia, si eso es lo que quieres... Lo único que te pido es que no me digas "tío YoungSoo", como los demás —le hizo soltar una risita—. Todos estaremos para ti, aún si no es lo mismo. Habrá un vacío en ti que se llenará apenas encontremos a Crystal de nuevo.

—No sé ni cómo se llaman...

Víctor rio, por primera vez en la noche y bromeó con que tenía un acento parecido al de Ryuu cuando la conoció.

Contaron un par de historias sobre cómo se conocieron los líderes, de cómo fueron uniéndose otros integrantes al resto de los clanes y ciertos detalles de las razas para que tanto Aira como mi hermano comprendieran un poco más a profundidad todo.

Ella se disculpó con él y le dijo, en inglés, que en esos momentos no era ella misma. Los impulsos en los vampiros de bajo rango hacían que se desconocieran.

—La siento aquí, de cualquier forma —se tocó el pecho—. Casi puedo verla y olerla, como si fuera invisible. Siento su amor y su protección, su tacto y su sonrisa. Siempre estuvo para mí. Fue linda y atenta, incluso durmió conmigo una tarde en la que no me pude controlar.

Nuestra líder la miró con atención, como si buscara algo en ella que nadie más pudo notar a simple vista. Fue YoungSoo el único el que la imitó y, tras intercambiar miradas, sonrieron un poco.

—Antes de morir, sus ojos eran rojos —nos contó nuestra tía, ya sentada entre los brazos y piernas de su esposo—. Antes de morir, Aira, se impregnó en ti —decir eso le dio una paz y felicidad inmensa y momentánea—. Los lazos son algo tan misteriosos... Al parecer, ni las estrellas pudieron contradecirla para evitarlo.

Aira no lo comprendió. Nadie más que el demonio, de hecho.

...

Los Sallow se fueron después de las tres de la madrugada y se llevaron con ellos a la Maine, quien acabó por quedarse dormida de nuevo y tuvo que ser llevada en los brazos de Hikaru, lo cual no le gustó mucho a su esposo, pues lo ignoró cuando se acercó a darle un beso en la frente. Aylan me dijo que era posesivo y orgulloso.

Todos dormimos esa noche en la sala otra vez.

Don me obligó a ser la cucharita pequeña y yo apoyé mi frente contra la de mi novio para hacer el intento de dormir.

—Me alegra que estés con nosotros —me dijo con los ojos cerrados y sentimos nuestros alientos chocar entre ellos. Me acerqué a darle un besito en los labios resecos—, conmigo —se corrigió luego de unos segundos.

Volví a besarlo y sonrió un poco tras forzarse a abrir los ojos.

—Ella te quería tanto como a cualquiera de nosotros... O, por lo menos, confió en ti lo suficiente para contarte de su miedo al cambio.

Sentí cierta decepción en él, decepción porque Crystal no confió en alguno de los Ainsworth que conocía desde hacía más tiempo.

—¿Estás celoso o algo así? —Provoqué.

Él me vio con ironía y reí, suave y bajo, antes de atraerlo hacia mí.

—Yo creo que era más por el miedo de decepcionarlos —más allá de buscar tranquilizarlo, fui honesto.

Él soltó un pequeño quejido a la par que se apegó mucho más a mí.

—Trata de dormir o acabarás despertando a todos con tus lloriqueos.

—Te amo —susurró y sus ojitos me parecieron galaxias por lo brillantes que lucían.

—También te amo.

Papá y mamá llegaron al día siguiente, cuando todo estaba un poco más en orden.

Donovan y yo les dijimos que pasamos esos días con los Ainsworth porque nos sentíamos solos. Ellos nos creyeron y nos abrazaron, como si fuéramos niños pequeños. A decir verdad, creímos que lo éramos porque las ganas de soltar las lágrimas que no derramamos frente a los vampiros nos invadieron.

No las soltamos hasta que la noticia del fallecimiento de Dania Montoya y Gerardo del León salió en el periódico, redes sociales y algunos noticieros de la región.

Mi reencuentro con Evan fue en el funeral de su hermana.

Era más alto, su piel se bronceó al grado en el que no había ni una zona paliducha, se había dejado crecer el cabello hasta los hombros y su estilo de ropa cambió por completo, puesto que dejó de lado sus camisetas oversize por usar sudaderas y chaquetas.

Ya no éramos los amigos íntimos de antes y, de hecho, hablamos muy pocas veces desde su mudanza; aun así, pese a haber cambiado mucho en los últimos años y haber vivido un montón de cosas por separado, lo apoyé en lo que pude y fui a visitar a su familia varias veces con Ryuu, Donovan y Víctor.

En algunas ocasiones, mi hermano y yo lloramos de alivio ante la idea de habernos salvado de algo así, tras la leucemia o el ataque que sufrió por parte de los Lawson; así que agradecimos a cualquier fuerza superior a nosotros por habernos permitido acercarnos más y disfrutar nuestro tiempo en familia.

Por otra parte, todos mentimos con que Crystal tuvo que resolver un asunto importante en Inglaterra, con su familia. Iris aún parecía ausente la mayoría del tiempo y los demás durante algunos momentos; sin embargo, seguían adelante.

No era la primera vez, ni sería la última, en la que se encontraban cara a cara con la muerte de algún ser querido. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro