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Extraño llamado

-De la misma forma en que los años pasaban, las noches se volvían largas y los días cortos, los dos guaridas reales estaban andando por las laderas de una cordillera cerca del piedemonte de los Andes buscando una forma de poder estar en comunicación con algunos pueblos y llevarles las palabras del sol y la luna como buenos servilletas, uno tomado de la mano del otro en cada paso.-

Tora: esta cordillera es muy llana, pero es hermosa.

Tobi: así es, quizás por eso es que los caballos se desplazan mejor.

Tora: ya lo creo, debemos estar cerca del primer pueblo.

-Los dos siguieron su camino sin temer a llenarse de agua o de lo que sea que estuviese a su alrededor, para ellos era primordial el tener que ir a cumplir con su deber sin importar el idioma que fuese, son deidades guardianas a fin de cuentas así que de primera mano pueden entender el lenguaje de los ajenos aunque cueste un poco pronunciar dichoso lenguaje por obviedad, así que tomaron paciencia para dirigirse ante ellos con todo el respecto posible hacia ellos con la clara intención de enseñarles lo bueno del sol y la luna, sin fines de lucro ni tener que levantar conflictos, por fortuna siendo pueblos originarios ellos respectan a sus dos astros mas poderosos como deidades.-

"Lamentamos mucho el que estas cosas se dieran de esta forma, hubiéramos preferido que se diera de una situación diferente."

-Dijo el chamán de la tribu-pueblo a los dos chicos que estaban sentados del otro lado de la fogata.-

Tora: lo sabemos, a nosotros igual nos hubiese gustado que se diera de otra forma pero en fin...

Tobi: el destino estaba marcado, por masque intentaramos no pudimos hacer algo.

"Eso lo sabemos también, por favor, pueden quedarse en nuestra posada jóvenes viajeros, mañana su viaje sera largo y sorpresivo."

-Como chamán era claro que tenia ciertos dones que nadie puede negar, los dos muchachos asintieron con la cabeza antes de tomar sus trastes e ir a dormir en la misma posada los dos, aunque en vez de recostarse estaban sentados en sus rodillas rodeando un mapa el cual tachaban todo sitio al que han visitado en la tierra.-

Tora: sólo faltan unas 500 aldeas y estaremos listos.

Tobi: no olvides las tribus.

Tora: ah cierto... Bueno no es que tengamos mucha prisa ¿verdad?

Tobi: no, a tu lado no me importa pasar la vida entera en un parpadeo.

-Eso sonrojó al peliverde casi de golpe, desde que se juntaron como pareja se la han pasado mas juntos que nadie aunque muchas veces a escondidas ya que en sus ejércitos levantarían sospechas de su relación, que por mas que sean tímidos en dar más allá de un abrazo y un beso para ella era mas que suficiente debido al trabajo que ejercían las 24hrs pero lo hacían juntos debido a que no perjudicaba nada en ellos.-

Tora: jeje... Siempre eres así de dulce?

Tobi: meeh solo contigo dejas que salga ese lado de mi.

Tora: oye no seas mentiroso!

Tobi: ¿como mentir frente a mi dulce gato?~

Tora: y-ya!

-El pelimorado no evitaba abrazarlo con un poco de fuerza, aunque al Peliverde le gustaba que le fuera esas cosas la vergüenza de que dijera eso tan fuerte dejaba una sensación agradable y dulce, por mas rojo que intencionalmente lo quisiera poner.-

Tora: y-ya que insistes... E-entonces eres... Eres... Eeeh...

Tobi: soy... Que gatito?

Tora: e-eres...

-El Peliverde trataba de buscar unas palabras que le dejaran sonrojado, cosa que es casi como una misión para el ya que el pelimorado es quien siempre se toma la adelantera para expresarse realmente con él dejándolo al cabo de desear que Gea lo entierre de la vergüenza, y como prueba de eso el pelimorado abrazo la cintura de su menor apegándolo mas a el a besar su cuello recibiendo el escalofrío estremecedor del mencionado casi que por golpe.-

Tora: o-oe!~ q-que estas...? Mmnh!

-Despacio el pelimorado se separó del cuello ajeno después de dejarle una marca de chupetón algo rojiza por posar los dientes en la piel ajena, suavemente elevó la mirada hacia la de el elevando sus manos hacia su torso para recostarlo encima de el y recostar su cabeza sobre la del menor.-

Tobi: nada que te moleste gatito~

-Susurró cerca de sus oídos dejando que el Peliverde se girase a verlo con una cara roja de la cual parecía un tomate, sin embargo le fue sonriendo de apoco antes de corresponder al abrazo y besar su mejilla con suavidad.-

Tora: ooww no puedo enojarme contigo cariño.

-Los dos rieron suavemente después del comentario, seguido un silencio era lo necesario para saber qué sucedía alrededor con el vaivén del viento y las estrellas, a menos que el cristal y la brasa de ambos empezara a iluminarse, extrañados y sin separarse las tomaron para ver los mensajes puestos en ellas según los subordinados los dos reyes necesitaban ayuda urgente de parte de los dos.-

Tora: ¿justo ahora?

Tobi: no parecen ser solo malas noticias.

-Además de que no había nada más que decir mas que una urgencia, implicaba que algo no podría estar bien, no se querían separar aunque después de ver como se apagaban sus comunicaciones casi de la nada se sentía un sonar de tambor viniendo de la luna, misma la cual parecía querer vibrar a pesar de estar "protegida" por aquella delgada capa de luz solar que la movía en sus debidos tiempos, aunque de parte del Peliverde suspiro con algo de pesar.-

Tora: mō no quisiera ir...

-El pelimorado le miró.-

Tora: sé que debería porque es una obligación pero no sé por cuánto tiempo será, ni qué es lo que quiere ahora.

-Despacio se separaron pero no cortaron la cercanía que tenían ambos, el pelimorado no dijo nada.-

Tora: tu también tienes que ir?

Tobi: por desgracia... Sus energías están demasiado inestables, y es necesario buscar una forma de mantenerlas bajo control.

Tora: espero que no sea para grave.

Tobi: no se puede asegurar nada.

-Los dos miraron al cielo estrellado en un silencio algo incómodo pero con claridad de que pueden haber tenido mas tiempo de lo esperado para estar juntos.-

Tora: no sé por cuando tiempo estaremos ocupados.

Tobi: a como se ve... Parece ser mucho.

Tora: mooo no me lo digas... Va a ser muy difícil el no temer que verte.

-El menor se abrazo de el, casi bajando sus orejas.-

Tobi: tranquilo... No será para siempre.

-Despacio le acarició la espalda suavemente sin dejar de mirar el cielo.-

Tobi: en cuanto tenga algo de tiempo, podré ir a verte y estar pendiente de ti.

Tobi: ¿huh? ¿S-seguro? Es muy peligroso.

Tobi: mi vida ha sido un peligro después de ser guardia real, hasta que Shi... Artemis? Le ha dado un giro inesperado... Y ahora... Teniéndote a mi lado, no tengo nada que perder.

-El mejor claro que estaba preocupado, sin embargo no podía negarlo.-

Tora: e-entonces... ¿A-avisarás?

Tobi: ¿avisar?

Tora: cuando vayas... A verte conmigo... Es para... Para... P-para que no me des otro infarto!

-Bufo un poco infantil el menor a sorpresa de su mas alto, el cual hecho a reír casi a carcajadas por ello.-

Tobi: esta bien, esta bien... Tratare de hacerlo cuando esté seguro.

-El menor le sonrió.-

Tora: gracias! Yo... También intentaré hacerlo... Si no te molesta...

Tobi: por supuesto que no~ sabes que viniendo de ti no me molesta nada.

Tora: v-va-vale...

-Despacio uno después del otro empezó a levantarse, no dejarían nada en aquel sitio, aunque el menor no quería soltarse del agarre que tenían de manos.-

Tora: d-demo... Antes de que te vayas.

Tobi: ¿hm?

-Cuando el pelimorado giro a verlo se dio una sorpresa en que el menor poniéndose de cuclillas para ganar la suficiente altura para juntar ambos labios unos con otros en un dulce beso correspondido, los brazos del mas alto rodearon el cuerpo del menor que se aferró a su cuello para no separar el beso de aquel quien estaba a su lado intensificando el beso cada vez más hasta que las cavidades bucales enredaban sus lenguas en una danza especial de la cual ante la falta de aire se tuvieron que separar por la falta de aire pero también unidos por un hilo de saliva antes de sonreír levemente tras verse a los ojos.-

Tobi: te estaré esperando.

Tora: digo lo mismo, anhelare el día en que nos volvamos a ver.

-Dificultosamente se fueron separando de su unión para así sin dejar de verse a los ojos ni cuando empezaron a desaparecer lentamente de sus vistas hasta sus reinos que les deparaban un destino desconocido y algo largo para los dos.-

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