-Así pasando las horas comenzaron a tomar rielda a loa carruajes de sus labores en lo que la mayor parte todavía estaba algo deshabitada, por lo que era ideal para que el albino pudiera avanzar por estos lugares sin problema a ser visto por alguno de sus habitantes o cercanos, las tierras parecían desérticas por la falta de habitantes, a la lejanía cuevas oscuras de las cuales parecían que no había sido tocadas en muchos años o probablemente nunca ya que no notaba alguna huella o viento que la haya borrado de su andar para que dijese alguna vez que había algún ente que les habían dejado por conocer dichoso lugar, entre otras ocasiones no parecía haber tenido de otra que dejar sin explorar mucho el ambiente.-

F: que grande son estos lugares ¿por qué los habrán dejado tan solos?

-Mirando alrededor andaba con cuidado en cada pisada que daba sus pies, sus obres grisáceos recorrían de pies a cabeza los andares que tenía en su camino así como poder tener que escuchar sus alrededores, el viento escaso apenas traían pequeños susurros en los que su mente podía escuchar claramente, confundido y algo intrigado en sabe de dónde venían esos susurros de la nada frunció ligeramente el ceño al no ver a nadie, ni sentir a alguien de cerca ¿entonces de dónde salen esos susurros? Especialmente cuando ahora está en el páramo se escuchaban con más frecuencia.-

F: eso es raro... ¿Por qué justo ahora se vuelven tantos? Antes no lo eran tantos... Solo escuchaba esa voz de "lealtad" pero nada más.... ¿Y ahora por qué son variados?

-Hablaba para si mismo en unos cuantos bufidos leves en lo que llegaba a una de las cuevas, desde el marco de la dicha miraba su oscuro interior.-

F: definitivamente no vienen de aquí.

-Despacio entró un paso tras otro dejando que la fría y cómoda sombra le abrazara el cuerpo entero, no había ningún murciélago ni otro animal o molusco o vertebrado que hiciera compañía en aquella húmeda y fría cavidad rocosa que estaba ahí mismo, una carga de energía pesada estaba cubriendo toda la dichosa como si fuese un manto protector de una placenta de alguien con embarazo.-

F: ¿quién estará o estuvo aq-....

-Pero de pronto su mente casi se nublo, sus oídos empezaron a dar un fuerte zumbido casi molesto, su mente volvió a tener un susurro en el cual decía como eco "sus ojos son estrellas, su piel la oscuridad, el rey de las mentiras su único amor de verdad" el albino se quejaba con fuerza ante esas palabras que retumbaban en sus paredes cerebrales, por más que apretaba con fuerza no se detenía hasta que por último escuchó "ven con nosotros a la oscuridad" y de ahí el calvario terminó, el albino cayo de rodillas casi con la vista nublada.-

F: aagh maldición...

-Se sobaba la cabeza cuánto podía, sin embargo, al alzar la mirada se sorprendió en encontrar 2 estatuas diferentes, una mostraba a un chico de cabellos lizos y un parche tapando su ojo derecho, alrededor tenía un gato de un tamaño grande como el doble de un gato normal, usaba unas ropas de pieles similares a las de un berséker o quizás de colores negras, a su lado se encontraba otro chico de cabello largo, un par de cuernos que no eran de demonio... Más bien parecían ser de dragón o cabra, este si andaba solo pese a que usaba ropas un poco más "medievales" en esas épocas.-

F: ¿de donde vinieron ustedes?

-Les cuestionó con suavidad en lo que les miraba fijamente, los rodeaba de manera entera buscando alguna pista lejos del moho y el musgo que lea rodeaban.-

F: para tener siglos, se ven bastante conservados.

-Dijo amable deteniéndose frente a ellos.-

F: si algo les pudo pasar... Lamento mucho lo que haya ocurrido para que terminen así, pero descuiden, si quieren tener tranquilidad no voy a decirle a alguien con respecto a esta ubicación... Jej... Bueno... Creo que de todas formas a nadie le interesaría.... Pero en fin, me fue un gran gusto el poder conocerlos.

-Despacio se fue separando de ellos, aunque una idea vino a su mente, usando su poder hizo crecer un par de zetas colores tenues que brillaban alrededor de los dos.

F: listo! Así no verán tan oscuro.

-Acarició el gato suavemente y en una leve reverencia se fue retirando de aquel sitio con una amigable sonrisa que luego se fue borrando en un suspiro al ver toda el área desértica que quedaba por retomar en el camino, y aun así tener que darles un acogedor sitio nocturno a disfrutar para que los dos y los demás pudieran de decir que estaban como en casa, una grande, amplia, solida y solitariamente oscura casa.-