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Capítulo VII - "Meses pasados"

Habían pasado alrededor de dos meses desde el reencuentro entre Konan y Chiyo. La casa estaba ya a la mitad, con el espacio y armazón hecho, faltando sólo la iluminación, creación de la letrina y decorado, junto con las divisiones y detalles menores. Claro, además de sus clones, Chiyo se había tomado la molestia de crear unos y mandarlos con ella para que la ayudaran, lo que fue un gran apoyo.

Las dos antiguas amigas se habían estado viendo, y el estómago de Konan, ya con seis meses, se veía abultado.

- Tengo hambre. -declaró Konan entre bostezos. Estaba en la oscuridad del espacio que se había hecho en la ladera, siendo la única luz el fuego que iluminaba su alrededor, proveniente de su cocina, la cual estaba encendida debido a que las temperaturas descendentes en la noche obligaran a los clones a calentarse allí. Se envolvió entre sus sábanas acurrucándose mientras intentaba desesperadamente dormir a pesar de las preocupaciones que inundaban su mente en ese momento.

- Últimamente Akatsuki se ha movido más hacia acá, he oído de parte de Chiyo que algunos chūnins han visto a un hombre "muy alto, de parecido considerable a un tiburón" en las cercanías y fronteras de Suna... Que obviamente es Kisame... ¿Se habrán dado cuenta que no encontrarían nada en Kumo? Si es así estoy en peligro, porque si deciden visitar Ishi y luego pasarse a Suna... Además, la aldea está pasando por tiempos difíciles ahora, habían podido mantener en secreto que no tenían Kazekage pero un espía filtró esa información y ahora las aldeas están atacando Suna. Me pareció oír que fue Sasori quien asesinó al tercer Kazekage, antes de desertar. -pensó la amante del origami dando vueltas en su cama. ¿Cómo no estar preocupada? Prácticamente, si Akatsuki quería hacerlo o tenía la suerte de pasar desapercibida delante de sus narices o tenía que dar un buena explicación a Pain. O quizá cavar su tumba, quién sabe.

¿Tendría que mudarse? ¡Pero si a duras penas está a la mitad de su casa, y con ayuda, por si no fuera poco! ¿Entonces, qué? No es como que podía simplemente abandonar todo e irse a esconder a Suna. Por la sencilla razón de que Suna era una Aldea Oculta, que además albergaba un Bijū y uno de los principales objetivos a largo plazo de Akatsuki, eran la derrota y captura de éstos. Claro que le enseñaría a su hija sobre las artes ninjas, pero el tema sobre si en algún punto de la historia se mudaría a una aldea para que se haga oficialmente un ninja, conozca más personas y haga su vida allí era un tema de otra índole. Además, ¿le dirá sobre su padre? Claro que sí. En cuánto tenga la edad, se lo dirá sin dudarlo. No tiene porqué ocultárselo, le dirá porque huyó, su historia, su padre, la organización y esas cosas para luego no tener problemas familiares que informándole antes hubieran sido fácilmente evitados.

Por ahora se quedará allí, si el informe de sus clones resulta más preocupante de lo que intuye, puede irse aún más lejos de Ishi ( a pesar de que estaba bastante lejos ya) por ahora plantará aún más árboles de los que ya se encuentran en las cercanías y lejanías igualmente para hacer más frondoso el bosque. Podría camuflar con aún más arbustos su casa. Recordó lo que dijo Chiyo.

"- Hazte algún lugar donde cocinar. Cuando pase algún comerciante de Suna cerca, llueva o nieve ¿no comerás esos días?."

Y tenía razón. Así que en aras de su comodidad, hizo un pequeño cuarto anexo, donde cocinaría. Y hablando de Chiyo, la había estado visitando a ella y a Akemi. Ahora ya con seis meses, faltando a penas unos pocos días para que comience el siguiente año, se dio cuenta que la esposa del recién elegido Yondaime Kazekage estaba embarazada siendo planeado para nacer casi en la misma fecha que Sakura. Chiyo la última vez que la fue a visitar se notaba afligida y le comentó sobre una petición que el Yondaime le había hecho.

Konan no sintió siquiera cuando cerró los ojos durante la noche, o en qué momento se durmió, pero pronto se encontró en la dulce inconsciencia que es el dormir. Lejos de sus preocupaciones.

[ Mañana siguiente, 7:00 am, con Konan ]

Un rayo de sol fue el que interrumpió el cómodo letargo de la antigua Akatsuki.

- Agh... -gimió mientras revolcándose entre las sábanas, para detenerse repentinamente por una patada por parte de su hija.

- ¿Era necesario, Sakura? -preguntó enfadada, mirando hacia su creciente estómago. Su única respuesta fue una indudable fuerte patada en sus costillas, seguida de otra.

Era así siempre, Sakura era algo así como su despertador personal, siempre a las siete en punto la despertaría, justo cuando el primer rayo de sol dé en el rostro de Konan, le daría un ataque de hiperactividad, y pasaba así durante un minuto antes de volver a estarse tranquila durante casi la totalidad del día.

Se levantó de su cama y decidió que se daría un baño, con ese pensamiento se levantó y se dirigió a la pequeña repisa dónde colocó los más básicos utensilios para un baño decente. Jabón, champú, dentífrico, cepillo de dientes, toalla y una mudada de ropa. Tras agarrarlos tomó camino hacia un arroyo cercano que ha utilizado especialmente para eso.

Era una corta caminata de tres minutos a pie, al llegar hizo su rutina de lavar la ropa, tenderla y bañarse tranquilamente, luego secarse, ponerse otra ropa, recoger la ropa que había lavado, y regresar a paso relajado hacia su hogar con los utensilios usados y la ropa lavada ya seca en las manos. Ella pensó que sería un día normal; común y corriente en que regresaría a desayunar y luego ayudaría a los clones a construir y recoger comida. No, nada de eso.

- ¿Qué..? -musitó al oír ruido de pasos. Eran alrededor de las ocho de la mañana, y un mercante era una idea tentadora, pero todo eso se hizo trizas al ver a cuatro bandidos saqueando su refugio. Lo que parecían ser ninjas renegados inútiles de Kiri. No le dieron temor, por supuesto, pero le enojó indudablemente y susurró sin vacilación

- Kami Shuriken.

Inmediatamente, pequeños pedazos de papel se desprendieron de ella convirtiéndose en poderosas armas filosas que impactaron en los desprevenidos ninjas renegados. Se voltearon al sentir la cortada profunda en sus espaldas y la miraron con furia que hizo que Konan se inmutara. Había estado practicando sus habilidades ninjas, y los bandidos que pasaban por allí y el ruido de construcción los atraía, normalmente saqueaban su casa y ella tenía que luchar, ya que algo de práctica no hace mal. Los dirigió mas lejos de su casa, con el único motivo de no querer causar destrozos en sus cercanías. Pudo manejar fácilmente a los ninjas en taijutsu, cosa que al parecer uno de ellos se dio cuenta ya que comenzó a utilizar ninjutsu.

- ¡Suiton: Suidan no Jutsu! -exclamó uno de los ninjas expulsando una gran cantidad de agua, causando que Konan esquivara y preparara unos sellos explosivos, dejándolos alrededor de los ninjas de Kiri que parecían no sospechar nada, esperando que exploten en cualquier momento, la antigua ninja de Ame mantenía distancia.

- ¡Tsubasa, haz algo de niebla! -gritó uno de ellos, quien parecía ser Tsubasa asintió y comenzó en la formación de los sellos manuales para la técnica, por lo que la kunoichi en ese momento supo que o debía rezar que los sellos explotaran, o prepararse para la lucha, que no sería demasiado difícil pero sería una molestia de que cuidarse.

- Suiton: Kirigakure no Jutsu -dijo Tsubasa, segundos después el campo de batalla se encontró lleno de una espesa niebla, causando que Konan entrecerrara los ojos. Optó por el chakram de papel, pero primero localizaría a sus oponentes.

- Kami Shuriken. -musitó enviando shuriken a todas las direcciones, justo antes de que un kunai fuera volando hacia ella, que por poco esquivó. Moviéndose varios metros hacia el sur, oyó el familiar sonido de los sellos a punto de explotar con sus agudizados sentidos, que siquiera tuvo los suficientes segundos para saltar lejos de la explosión que destruyó más que unos pocos árboles. Sin embargo, sus oponentes no corrieron con la misma suerte. Sin prisas las explosiones causaron un estruendo, opacando los gritos de agonía de los ninjas ahora más que muertos.

- Eso fue idiota. No debí haber hecho semejante escándalo, atraerá la atención... Lo bueno es que parezco estar bastante lejos de casa. Ya que no reconozco este lugar, aunque eso es un problema, ya que que no sé de donde vine debido a la explosión. -habló Konan con un ligero tinte de preocupación. Suponía que tendría que hacer un avión de papel, para poder localizar su casa. La cual no sería fácil de encontrar debido a los arbustos que se había tomado el tiempo de plantar que formaron un muro que escondía la casa. Aunque también podría usar las alas de papel, era más cómodo el avión, ya que a diferencia de Amegakure donde eran necesarias debido a su cantidad de obstáculos aéreos, el bosque era mucho más fácil de navegar sobre los árboles.

Rápidamente muchos papeles se desprendieron de ella y formaron un sólido avión que pese a su apariencia frágil, era tan resistente como una roca y podría hacerlo más resistente insertando chakra si quisiera. Aunque ése no fue el caso.

Sin pausas se montó al avión y pronto éste alzó vuelo. Sin previo aviso, se encontró en el aire. Decidió sobrevolar los alrededores tratando de reconocer algo en el paisaje.

Luego de unos minutos encontró el arroyo donde usualmente se duchaba y a partir de ese punto supo hacia donde ir.

Al reconocer los matorrales que ocultaban su hogar deshizo el avión de papel y vio inquisitiva sus alrededores. Nunca se sabía cuando se estaba en peligro. Además, si en un infortunio un Akatsuki decidió entrar a Suna, y escuchó la explosión...

Al no localizar ningún peligro se volvió hacia las carretas que habían abandonado los ninjas

- Al menos me servirán. -pensó la nativa de Ame, encontrándole un lado bueno a toda la situación. Tomó todos los sacos donde habían metido lo saqueado, se volvió hacia los arbustos y los apartó dejando los sacos a un lado, pasando a través de ellos tomando los sacos y luego volviendo a ponerlos en su lugar.

Su casa, que básicamente su entrada era un hueco en la ladera que tendrías que pasar por un pasadizo luego de el cual se agrandaba para dar lugar a lo que era en realidad su casa. Luego, lo que vendría siendo en realidad el lugar donde vive era un hueco más grande con un armazón de madera, el espacio donde dormía que tenía una cama, una cómoda y un armario, era al lado de lo que sería su cocina que era una estufa y los utensilios básicos en un pequeño aparador, por lo que la luz de la estufa hacia que su habitación se iluminara.

También Chiyo le regaló un reloj y un calendario con la fecha de ese día marcada con una x para que no tuviera problemas para ubicarse en las fechas y horas.

En su armario tenía cuatro camisas (contando lo que llevaba puesto) de color negro, azul oscuro, verde musgo y marrón oscuro, dos suéteres, cuatro pantalones ninjas, dos camisas de rejilla manga larga otro par de sandalias, un manto parecido al de Akatsuki sólo que sin las nubes y con capucha, y también guardaba los shuriken, kunais, vendas, sellos explosivos y la medicina. En la cómoda guardaba su ropa interior, calcetines y también un kunai con un sello explosivo adherido, donde al igual que un sello explosivo normal, insertaria algo de chakra y explotaría. Lo hacía por posibles enemigos que podían atacarla mientras dormía.

Ahora mismo llevaba la camisa negra, pantalones y la camisa de rejilla.

La apariencia de Konan había cambiado un poco. Su cabello se encontraba algunos centímetros más largo, su cara se había suavizado un poco y un ligero aire maternal la rodeaba. Sin embargo, su expresión dura y tranquila no daba lugar a subestimación por parte de sus oponentes.

Había seguido entrenando, por supuesto, y los ocasionales bandidos o ninjas renegados que se encontraba dirigiéndose a su casa la ayudaban a practicar. Aunque más que unas pocas veces entrenó con Chiyo.

Ahora sólo esperaba que no haya ningún inconveniente.

[ 30 de enero, Con Konan, Sunagakure no Sato, Casa de Chiyo, 3:00 p.m]

Konan suspiró profundamente bebiendo el último sorbo de su té calmante. Chiyo se limitó a verla expectante.

- En definitiva, el Yondaime es un desalmado. Hacerle eso a su esposa e hijo... Y a lo que me dices, parece que ahora odia a su hijo, que si mi memoria no me falla su nombre es Gaara ¿no? Por algo que no hizo. Encima parece estar disgustado contigo a pesar de que él fue quien insistió en el tema de sellar al Ichibi en Gaara. -dijo la amante del origami dejando salir a propósito un bufido. Eso no era un padre. No, él era el demonio en lugar del Ichibi. El pobre niño, Gaara, había tenido que nacer antes de lo previsto, siendo prematuro.

- Sí. -respondió la marionetista con aires de tristeza. - Realmente me arrepiento de haberlo hecho, le arruiné la vida a ese bebé, lo hice un jinchūriki, una condena peor que la muerte. -prosiguió la anciana.

Ambas mujeres se quedaron en silencio durante un rato, hasta que la antigua Akatsuki decidió hablar.

- Trataré de interactuar lo más que pueda con el niño... Hacer su vida un poco más llevadera, y que no enloquezca. Incluso podría ser el amigo de la pequeña Sakura. La diferencia no es mucha. Sakura nace este marzo, específicamente, casi al final del mes.

- Yo... No sé. Quiero decir, simplemente acercarme a él luego de haber arruinado su infancia, y muy probable también el resto de su vida... Es como de pensar que quiero enmendar mi error de ese modo. -murmuró la jōnin retirada.

- Tú no lo hiciste por cuenta propia, fue orden del Kazekage. Además, no aceptaste al instante, tuviste largas conversaciones sobre el tema y aún así Rasa insistió. -mencionó Konan dejando su taza de té ahora vacía en la mesa frente a ella. Al principio se sorprendió por la casa de Chiyo pero luego se acostumbró, ahora mismo Ebizō no se encontraba, ya que según Chiyo, había salido a caminar.

- Lo entiendo. Supongo que al igual que tú intentaré acercarme a Gaara, eso es lo menos que puedo hacer. Sólo espero que algún día pueda pagarle la vida que deberá llevar... Vida por vida.-accedió Chiyo animándose un poco.

- Hoy me quedaré en Suna, me iré mañana. Por cierto, tus clones trabajan con mucha eficacia. -informó el ángel de Ame, alabando a los clones de la ninja médico.

- Tengo una habitación preparada para ti. Ebizō me dijo que le caes bien, podrían hablar un poco, ya sabes... Y sobre los clones, son iguales a mi. No hay manera de que no serían eficaces. -alardeó la mujer mayor en tono de broma, causando que la joven frente a ella riera.

- Intentaré hablar con él, no te preocupes. -aseguró la kunoichi Rango-S.

Chiyo no respondió, solamente haciendo un gesto de que había escuchado al estar su boca ocupada atragantándose con una galleta de avena.

Luego de unos pocos minutos Konan se levantó y se dirigió a la cocina, al parecer, a traer un lote más de galletas.

Ese fue el treinta de enero del año en que el Kyūbi se liberó de Konan.

[ 27 de marzo, Con Konan, Casa de Konan, 7:00 pm ]

La discípula de Jiraiya estaba cocinando una ardilla en la estufa. Ya con nueve meses, el embarazo de Konan estaba en su apogeo. Ya no podía viajar tan seguido a Suna debido a los constantes mareos, que habían empeorado en el transcurso de ese mes, y mucho menos ayudar en la construcción ya prácticamente terminada de su casa. Los cuartos ya estaban hechos, la letrina estaba unos metros de su dormitorio conectando por medio de un pasadizo, el cual por ahora estaba compartiendo con su hija. La casa se encontraba iluminada mediante velas, la cocina un poco más equipada y un sofá para descansar en lo que sería el recibidor.

Había comprado ropa, sábanas, leche, biberones, abrigos, entre otras cosas, para Sakura y unas camisetas más anchas, ya que su ropa ya no le quedaba. Había sentido más pesada la pelvis, pero la respiración se había facilitado. También había tenido desde ayer leves contracciones molestas, lo que le informó a Chiyo quien únicamente se quedó pensativa.

Había estado visitando a Gaara lo más que podía, ya que se encontraba siendo cuidado por unas enfermeras, a causa de que su tío, de nombre Yashamaru, se encontraba en misiones y su padre se negaba a cuidarlo, ocupándose únicamente de sus deberes como Kage y pasando el tiempo que le quede para disfrutarlo en sí mismo, pasando también poco tiempo con sus hijos mayores. Había sido Chiyo y Ebizō quienes trataban de pasar la mayor parte del día junto a Gaara, la anciana mujer le comentó que se sentía como que cargaba a Sasori otra vez, debido al cabello rojo fuego heredado de Rasa.

Akatsuki había tenido poco movimiento, por lo que supuso que planeaban algo... Que ella esperaba que no tuviera algo que ver con Suna. Desde el comienzo de febrero había dejado de asesinar espías, quedando también olvidada lo que fue una ventaja de alguna manera, ya que el tiempo pasado ayudó para que se olvidaran de ella, causando que las posibilidades de ser descubierta disminuyeran exponencialmente. Hoy Ebizō y Chiyo habían viajado con ella, con la intención de ver la casa que con tanto afán había construido durante tanto tiempo y también porque la kunoichi había comentado un par de veces que Sakura había estado más activa de lo usual y temían que le pasara algo, así que ambos ahora se hallaban sentados en el sofá, opinando sobre el ambiente de la casa.

- La casa es algo oscura, pero bastante hogareña. -mencionó la jōnin retirada. A su lado, Ebizō asintió en acuerdo.

- ¿Por las velas? Bueno, es que no hay otro medio de iluminación más viable. -explicó Konan sacando la ardilla del fuego, poniendo en su lugar a hervir agua para hacerse un cafe. De repente sintió una contracción más fuerte que las demás, más intensa, un poco más larga y seguida de otra pocos minutos después, que tenía un poco más de fuerza. La cara de la ángel de Ame se contorsionó en incomodidad, cosa que ambos ancianos notaron.

- ¿Pasa algo? -preguntó el tío de Sasori en preocupación. Su hermana se acercó a Konan quien aún mantenía una mueca de incomodidad en su rostro.

- No lo sé. De repente siento una contracción más fuerte y luego le sigue otra más intensa... -explicó la amiga de Nagato, ante eso Chiyo abrió los ojos con sorpresa. Ebizō veía todo sin entender completamente

- Temo decirte esto Konan... Pero tu labor de parto parece haber empezado. -dijo la marionetista sorprendiendo aún más a la joven

- ¿Ya? -cuestionó entre tartamudeos. Una nueva experiencia para la kunoichi se acercaba. El parto.

Nota de autor:

3209 palabras. ¡Lo siento si demoré más de lo usual! Pero es que entre la escuela y sus trabajos, además de los constantes bloqueos, fue toda una utopía. Este es el capítulo siete y en el siguiente (obvio) será el nacimiento de Sakura. Revisé los eventos histórico y eso... Y me di cuenta que las fechas y los sucesos no encajan (¡no es como si los mangakas se molestaran en poner fechas exactas!) así que si hay algo raro, saben porqué. ¡Estoy feliz! Ya hay más de cien vistas... Nunca pensé que tendría tantas :3 ¡Gracias a todos los que se han molestado en leer mi historia! Hice lo mejor que pude en la escena de lucha, para que quedara lo más fluida posible. Y con lo de Chiyo, quise darle ese papel de abuela para Gaara, debido a que Konan no podrá estar siempre en Suna, y ella podrá cuidar de él. Y creo que no hay nada más que decir... ^^ ¡Sayo!


























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