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Capitulo 8: Desesperación

Alerta de violencia

La semana paso rápidamente, la gente estaba apurada, ya que el final de clases había pasado del día viernes a miércoles, todos se irían a casa o a dónde fueran a pasar el verano, por lo que había poco esfuerzo de la gente por hacer algo, incluso los maestros habían comenzado a divagar.

Pero para Yuki Miku esas solo eran malas noticias, menos tiempo y más problemas, el idiota del director y la mesa directiva decidieron darles vacaciones extra cuando ella estaba menos capas de encontrar un techo sobre su cabeza, había escuchado de los hoteles cápsula y eso podría ser útil, pero no sino tenía suficiente efectivo.

Así que ahora tenía que seguir trabajando duro, apresurar a todos mientras limpiaban, solo veía como su manicura se arruinaba bajo el peso del trabajo duro, Hirano solo continuaba su trabajo, la limpieza fue rápida, por eso le dieron 3.500 Yenes, supuso que por pintar sería mucho mas.

Ese mismo día comenzaron a pintar, con una instrucción rápida de su profesor, quedó manchada por todas partes, Kohta solo reía al ver como la pintura de agua manchaba al profesor cuando pintaba el techo subido en una escalera.

El idiota siempre estaba sonriendo, pero desde hace unos días no dejaba de sonreír y hablar de lo buena que era la vida, con quién sea que este saliendo debe hacer un excelente trabajo en su cama, logro hacer más feliz al señor sonrisas.

Era en serio, si esa sonrisa aumentaba aunque sea un poco estaba segura que podría abrirle la cabeza como un cofre y buscar que tenía de anormal para poder verlo feliz siempre, como sea, lo importante era que casi terminaban.

"Esto es un asco, si me cae aunque sea una gota de pintura en el cabello alguien pagará" —Desde la escalera János hizo un ademan, como si fuera a lanzar pintura sobre ella, logrando que Kohta se riera— "¡Ya te Vi!"

"¿Ver qué? Yo solo estoy terminando mi parte del trabajo" —Su mirada furiosa no tardó en llegar, pero no pudo mantener su ira contra él profesor bonachón que bajaba de la escalera— "Muy bien hecho chico y chica, me llena de orgullo ver qué se esforzaron tanto"

"Ni te hagas ilusiones anciano, yo lo hago por el dinero y nada más" —El de tocó la nariz en un gesto que no entendía, pero no le siguió el juego—

"A mí si me gustó intentar esto, nunca había intentado algo como esto y siento que podría pintar toda mi casa ahora" —Pintar una casa de dos recamaras no debe ser la gran cosa, pensaba ella mientras esperaba su pago— 

"Me alegro de ver cómo han progresando, el trabajo es útil y necesario, así que nunca esperen nada gratis, hay que ganárselo" —Si si si, ese sermón de nuevo, ya se hacía tarde y tenía cosas por hacer—

Entonces saco el dinero, se le acercó y contó cada billete frente a ella hasta contar 5.000 Yenes, los guardo en el bolsillo de su falda y espero un poco para despedirse, Kohta también recibió su dinero y se sentó a descansar un momento, además de quitarse un poco de la pintura de encima.

"Nos vemos aquí después de vacaciones, disfruten cada momento, estamos hechos de recuerdos, aseguren que sean buenos" —Se paso un trapo por la mano, quitando manchas de pintura blanca y azul—

"¿Práctico eso frente al espejo?" —El le asintió, no le sorprendió, solo tomo sus cosas y salió al pasillo, quería terminar de empacar e irse—

Pero mientras caminaba se percató de que no llevaba su botella de agua, no la podía dejar, esa cosa se la regalaron y valía más que muchas de sus cosas por tener un filtro integrado, así que tuvo que volver, aunque mientras se acercaba se percató de que estaban hablando y se detuvo frente a la puerta.

"Profesor, sabe que yo nunca me quejo ni nada, pero tengo curiosidad ¿Por qué le dió a ella ese dinero? Es grosera con usted, apenas y pinto parte de un muro, usted mismo fue quien pinto el techo y dos paredes, y lo a estado llamando Mr Smile toda la semana" —Era ahora cuando János al fin se quitaría la máscara, Kohta era su estudiante favorito, de seguro le diría que tenía más intenciones—

"Si, es grosera, vaga y digamos que como tú, nunca en su vida a hecho trabajo físico, pero lo intentó y es la parte importante" —Escucho que le dio una palmada a la espalda del gordito y como levantaba el maletín del suelo— "Tu tienes mucho potencial, una voluntad fuerte y cuando te propones algo, dedicas todo de ti en esa meta, este club no es para los que ya son algo, son para los que pueden llegar a más, y ella puede llegar lejos por su cuenta, solo falta que ella lo crea... Mira, olvidó su botella ¿Se la podrías entregar?"

Ella mejor regresaba, de la manera más silenciosa que pudo corrió a las escaleras, y se quedo en la zona plana, tratando de fingir que se quedó allí para ver su teléfono, por suerte Kohta no era tan rápido como ella y tardo en llegar.

"¡Miku-Senpai! Olvidaste esto —Ella levanto la mirada y vio al muchacho sosteniendo su botella, ella la tomó y colocó en el bolsillo lateral de su mochila—

"Gracias, gordito —Le sonrió un poco, acercándose a él y besándole la mejilla, disfrutando de esa cara roja que apareció— "Quiero que me respondas algo, con total sinceridad"

El solo sonrió y asintió, esperando que le hicieran la pregunta, ella esperó a que el profesor no llegara, no escucho pasos acercarse, era bueno, pero asun así tomo al chico de la mano y lo hizo bajar un espació más de las escaleras, todo estaba vacío, así que nadie la escucharía.

"¿Crees que el profesor tenga alguna otra intensión con nosotros? Ya sabes, todos quieren algo mas de las personas ¿Qué es lo que buscaría?" —Kohta se quedó pensando y después movió su cabeza de manera afirmativa—

"Creo que es sincero, aún cuando estaba fuera de horario laboral acepto darme un consejo y me a ayudado en ocasiones críticas, el es una buena persona y si estuvieras por caer él te extendería la mano" —O estaba diciendo la verdad, o el pobre gordo era más ingenuo de lo que esperaba, pero era de esperar que fuera así—

Al menos sabía que el profesor no era una amenaza inmediata, y si aprendía a manipularlo sería una buena oportunidad para seguir tranquila lo que quedaba del año, aunque también era problemático, tenia que saber lo que quería o seria un problema saber por donde comenzar..

"Ok, eso es todo, sigue con tu camino" —No parecía molesto, solo acomodo su mochila y se dispuso a seguir caminando, pero tuvo una idea para agradecerle a Kohta, se le estaba pegando lo bueno del profesor— "¡Oye!

El de dio la vuelta y ella se dio la vuelta, tomo su falda y la levanto por un par de segundos, mostrando su trasero, llevaba un par de bragas pequeñas color rosa, escucho a Kohta balbuceando y eso fue más que suficiente, bajo su falda, giro la cabeza y le guiño un ojo para pasar junto a él y bajar las escaleras.

Desde una zona de las escaleras de encontraba sentado János, quién se rio un poco en voz baja, al fin se estaba ablandando, aunque no esperaba eso último, Kohta sin saberlo había caído en la boca del lobo, bueno, tendría que aprender tarde o temprano.

Al llegar a su habitación, Yuki saco su caja de ahorros y guardo el dinero que junto, además de lo que le dio el profesor de estuvo moviendo de aquí para allá, para obtener más dinero, junto otros 20.000 Yenes y los guardo en esa lonchera, con algo de suerte tendría unas vacaciones tranquilas.

Empacó sus cosas en una pequeña maleta con ruedas, aunque la gente pensaba lo opuesto ella no tenía tantas pertenencias personales, quisiera tener más cosas, pero no podría llevarlas si tenia que salir de improvisto, como ahora,, también llevaba su mochila y estaba lista para salir de la Academia.

Ya eran casi las cuatro y medio de la tarde, le quedaba una hora para irse, se dispuso a salir cuando Tsunoda apareció en la puerta, se le acercó y beso sus labios, acariciando todo su cuerpo, sin explicaciones o preámbulo, aunque no nego que quizás era una buena manera de comenzar las vacaciones.

"¿Que te parece un rapidito antes de que nos vayamos? Ya sabes, una buena despedida antes de no vernos" —Ella quería mandarlo al diablo, pero pensó que no estaría mal un poco de diversión, pero seria rápida—

"No tenemos tanto tiempo, pero te daré un gran recuérdame" —Lo lanzo a la cama, cerro la puerta con seguro y se arrodilló entre las piernas de Tsunoda, abriendo su cierre—

Bajo sus pantalones y ropa interior hasta sus tobillos, tomo su pene y comenzó a chuparlo con avidez, lo malo de él era su falta de imaginación, pero a la vez servía como una manera fácil de controlarlo, mientras su mami no le dijera que no.

Introdujo esos trece centímetros en su boca y siguió chupando con fuerza, él puso una mano en su cabeza y trato de marcarle el ritmo, pero a él se le debilitaban los brazos cuando se la chupaba, así que era el ritmo que ella quería, ya que muchas veces él queria estar todo le tiempo en su garganta y era molesto.

No espero nada y tras cinco minutos él se corrió, y con eso se le acabó la diversión, ya sabía que Tsunoda era del tipo que en un buen día se corría dos veces y la segunda era apenas un poco de líquido, se trago el semen, apenas lo saboreaba, era amargo y poco espeso, tendría que preguntar por como podría mejorar el sabor, siempre fantaseo con esas ideas del semen dulce y poder tomarlo todo lo que quisiera.

"Me tengo que lavar los dientes y darme una ducha, cierra cuando termines" —El de quedó acostado, mientras ella salía del lugar con su cepillo de dientes y su equipo de baño—

Tardó veinte minutos más ya que quería disfrutar del agua caliente todo lo posible, se cambió de ropa en el baño y salió, con una falda corta hasta medio muslo color verde, una blusa blanca semi traslúcido y unos zapatos deportivos blancos.

Regresó a su habitación, tomo su maleta y mochila para salir, se inclinó para tomar sus ahorros, pero entonces se dio cuenta de algo, estaba más ligera, al abrirla estaba vacía, sintió sudor frío bajar por su frente, esto debía ser una broma, lo acababa de ver.

Busco por todas partes, hasta que su cerebro se ilumino y recordó a la última persona que estuvo en su habitación, tomo su maleta y corrió a salida, tenia que encontrarlo rápido, el imbécil hizo muchas cosas malas en el pasado, pero esto cruzaba cualquier otra línea.

Ella era parte del equipo de atletismo, asi que era muy rápida y tenia suficiente resistencia para correr un buen rato, avanzo hasta llegar al estacionamiento, dónde encontró a Tsunoda subiendo su equipaje al maletero del auto, un hombre, su chófer, estaba por subir cuando ella llegó.

"¡Ven aquí, pedazo de mierda!" —Esa mujer la vio, la madre de Tsunoda, una mujer amargada con cara de que tenía muchos años viejos pero pocas noches buenas— "Me vas a devolver lo que me robaste o juro que..."

"¡O que! Pero si eres esa chica problemática, Miku, porque no me sorprende, una mujerzuela fracasada que no deja en paz a mi pobre Tsunoda" —Miku estaba tan enojada que le habría dado un puñetazo, de no ser porque el chófer se puso en medio— "Vámonos, no vale la pena ¿O tienes algo más que decir, Tsuny?"

Esa era su oportunidad, la manera en que ella lo viera como algo más que un idiota, si lo dijera ahora y le devolviera el dinero podría perdonarlo, y cuando regresen sería algo que podría olvidar, pero como supuso, no era capaz de portarse como un hombre ni una vez en su vida.

"No sé de qué me está hablando, de hecho no e hablado con ella desde que me diste el consejo de alejarme de las malas compañías y las caza fortunas" —Eso fue lo último, apretó sus puños, y se lanzó contra ella, pero el chofer la atrapó y después sintió que su mejilla derecha ardía, y allí estaba ella, con una expresión de superioridad y la mano extendida todavía—

"Deberías entender tu lugar, gente como tú que solo tiene un cuerpo atractivo y nada aquí arriba, no son nada, carne para los perros, así que mientras más rápido lo aprendas mejor" —El guardia la soltó cuando ya no luchaba, y se quedó sentada sobre su maleta— "Ten, para que dejes de ladrar, y si quieres más, los mal vivientes de la ciudad pagan bien por una hora"

Esa mujer saco unos cuantos billetes y se los lanzó, pero ella no atrapó ninguno, vio como subían al auto, y en ningún momento Tsunoda volteo a verla, sus ojos picaban y quería llorar, pero no por tristeza, sino rabia.

Pero no los dejaría ver lo destrozada que se sentía por dentro, camino a la salida con la frente en alto, salió del instituto, pero alguien chocó con ella, estaba tan molesta que no le importaba pelear con quien estuviera allí, pero todo se apago cuando vio de quien se trataba.

Era ese chico de lentes, llevaba una mochila y una maleta parecida a la suya, se abría desquitado con él, pero no dijo nada, solo lo dejaría pasar.

"Lo siento, Miku-Senpai, es que me están esperando" —Señalo un automóvil en la entrada, dónde lo esperaba un hombre grande con uniforme negro y lentes oscuros, pero noto algo— "¿No vendrán por ti?

"Yo... Quede de ver a alguien en el centro, así que voy para allá, pero caminaré, no me apetece un taxi" —Era un largo camino, varios kilómetros, el instituto estaba a las afueras de la ciudad y regresar andando sería algo muy tardado—

"Ya veo, yo me quedaré con mis abuelos, mis padres están fuera, y como fue imprevisto esto, ya sabes cómo es, no decirnos nada" —Otra vez estaba divagando, ese tipo tenía la concentración de una rana, y solo la hacía perder su tiempo—

"Si, bueno, tengo que comenzar a andar, preferiría llegar a la ciudad antes de que sea demasiado tarde, cuando oscurece salen los locos" —Se dio la vuelta y estaba por dar otro paso cuando una mano la tomo de la muñeca— "Si crees que tendrás la suerte de más temprano estás loco, fue la única"

"En realidad, quisiera saber si no te molesta que ofrezca a llevarte, me queda de camino el centro" —Él sabía que no era cierto, pero Kentaro nunca le negó un favor, ella miro el auto, parecía de esos vehículos de las películas de ricos—

"Bueno, supongo que sería más rápido" —El chico de lentes hizo una seña al chófer, quien se acercó a ellos y tras confirmar el pedido metió las maletas en el porta equipaje—

Los dos subieron a la parte de atrás del auto y el chófer al frente, manejando con tranquilidad por la carretera que llevaba a la ciudad, Yuki estaba sorprendida de ver eso, asientos de piel blancos, acabados moldeados, madera, esto era un auto de lujo, incluso había una separación entre la zona donde estaban ellos y el chófer ¿Pues a qué de dedicaba la familia de este tipo?

Ella miro por la ventana, mientras Kohta parecía nervioso, ella lo miró y solo suspiro, no era propio de ella esto, pero no había muchas cosas que hacer, necesitaba dinero sino quería dormir en las calles.

"Dime algo ¿Me puedes prestar dinero? Prometo que te lo devolveré apenas pueda" —Se inclinó un poco, dejando que se marcara su sostén, y sonrió viendo que el no podía evitar mirar— "¿Cuánto tienes?"

"Bueno, es que esto... No esperaba nada" —El estaba tratando de permanecer calmado, pero no era tan fácil cuando la chica más sexy de la escuela estaba tan cerca— "Si necesitas dinero, no creo que me niegue, somos compañeros de Club, pero solo tengo 30.000 ahora, estaba ahorrando para una nueva computadora, pero creo que tú podrías necesitarlo más"

El era realista, ella no estaba a su alcance bajo ningún concepto, pero sabía que debía estar muy necesitada si decidió insinuarse de esa manera, aunque su visión no lograba ver más allá, pensó que solo quería pasar bien ro verano, de todas formas sus padres podrían comprarle esa computadora después.

Busco su billetera y le entregó el dinero, Miku de inmediato lo guardo en su bolso, ya esperaba que le estuviera viendo las tetas, pero él estaba más concentrado en el techo, como si fuera la cosa mas interesante del mundo.

"¿Que te pasa? ¿Se te lastimo el cuello o algo así? —Al fin logro que bajará la mirada y la viera a los ojos, a través de esos lentes cuadrados— "¿Y esos lentes? ¿Eres ciego sin ellos o puedes aún ver algo?"

"Los necesito para ver claramente y corregir mi vista, logro ver algunas cosas, pero estos ayudan a que vea con claridad" —La miro a la cara y vio la zona enrojecida de su mejilla, parecía una mano— "¿Que te paso? ¿Estás bien?"

De inmediato levanto una tapa y saco una lata de soda, colocándola en su mejilla, al inicio de retiro por el frío, pero bajo el ardor de su mejilla, por lo que se quedó quieta.

"Esa clase de golpes es mejor usar frío para que se desinflame" —Ella tomo la lata y se quedó quieta, sin responder a su pregunta sobre la causa del golpe—

"Esto de jugar al chico bueno no funciona conmigo, prefiero algo diferente, te recomiendo que lo uses para esas niñas con sueños de princesas, son más fáciles de convencer, aunque ganas menos con ellas, las tomas de la mano y se desmayan" —No esperaba nada más, estaban cerca del centro de la ciudad, pero entonces él abrió otro gabinete, sacando un paquete de galletas— "¿Ya tienes hambre?"

"Si, pero ya no las cómo tan seguido, pero pensé que quizás te gustaría algo para después" —Ella estaba por negar, cuando su estómago hizo ruido, maldito traidor, debías guardas silencio ahora mas que nunca—

"Gracias" —Lo dijo en voz baja, y el automóvil se detuvo frente a una zona de tiendas, era su indicación— "Te devolveré esto apenas pueda, no tardará mucho"

"No te preocupes por eso, si pasa algo, o si quieres que nos veamos, podríamos vernos, me quedaré en la ciudad el resto de la Semana y después tendré que salir" —El chófer bajo para bajar la maleta de Yuki, quien miró a Kohta por un momento y cuando el chófer no estaba mirando—

Ella se acercó y beso la mejilla de Kohta, con eso fue suficiente para verlo caer en el asiento, tocándose la mejilla, se rio un poco por lo tierno que era eso, bueno, hora de irse, bajo del auto cerrando su mochila y maleta, despidiéndose del muchacho de lentes.

Mientras se alegaban el muchacho se tocó la mejilla, sonriendo de manera soñadora, mientras el chófer solo reía un poco viendo al joven, lo había visto crecer y era agradable ver cómo avanzaba.

Yuki camino por el centro por una hora, comió las galletas y se bebió la soda, buscando la mejor opción para quedarse, pero al ser temporada alta todos los precios subieron, esto era estupendo, solo empeoraba la situación, ojala se entienda su sarcasmo, porque estaba mas jodida que antes.

De alejo más del centro, a zonas donde debería ser más barato, el cielo ya estaba negro por la ausencia del sol, y las nubes comenzaban a juntarse sobre ella, en la distancia vio un anuncio, Habitaciones desde 3.000 Yenes la noche.

Apresuró su paso, tenía que pasar por un callejón o dar la vuelta, pero estaba tan preocupada de que dieran la última habitación barata que cruzo el callejón sin pensarlo mucho, entonces todo se fue al infierno.

Alguien la empujo contra un contenedor de basura, fue demasiada fuerza, le lastimo la espalda de verdad, levanto la mirada y vio a una chica de cabello negro que la veía con ira, a su lado estaba un muchacho que reconoció del club de Karate, intento levantarse pero la chica la pateó en el estómago y le saco el aire.

"Mira a quien tenemos aquí, a la perrita que se metió con mi novio, sabes, Nobu estaba tan molesto de lo que hiciste que considero muchas opciones, para que borres esas fotos" —Que bien, más problemas, podría intentar defenderse, pero solo sería peor, sabía la rutina en esta situación, solo trato de cubrirse la cara cuando lanzaba un golpe— "Dame el teléfono"

Consideró no hacerlo, mostrar alguna clase de resistencia, pero una bofetada la hizo cambiar de opinión, su mano tembló hasta tomar su teléfono del bolso y entregarlo, sin darse cuenta de que habia dejado su dinero a la vista.

La chica tocó la pantalla, pero al ver que estaba bloqueado la hizo trazar el patrón, busco las fotos y las borro tanto del teléfono como de la nube, Nobu estaría muy feliz por eso, y ya vería como le cobraba el favor, le ahorro una carga de por vida.

Estaba por lanzarle el teléfono de vuelta, pero al ver el teléfono con mas atencion, ver el tipo de aparato de quera, decidió mejor guardarlo en su bolsillo, podria ser de mas utilidad para ella que para Yuki, era el cobro por las molestias de tener que buscarla por todos lados.

Era momento de irse, no quería entrometidos en sus asuntos, pero antes le dio una patada en el estomago, le gustaba ver como esa engreída se retoca,  la vio ponerse en posición fetal y proteger su cara, como si ya supiera que era lo que tenia que hacer, mejor, así podria seguir con su diversión sin que se quede dormida y escuchar sus lloriqueos.

Le tomo del cabello y le dio un puñetazo en la quijada, sabia como hacer que dolieran mas que el daño que causaban, dejando una marca roja en su cara, planeaba dejarla allí, cuando se dio cuenta del bolso abierto de la chica y algunas cosas sobresaliendo, era dinero, y mas de lo que esperaba de ella.

Yuki se dio cuenta y de inmediato se abrazo a su bolso, recibiendo varios golpes en el cuerpo, no eran tan fuertes como el empujón, pero era doloroso, se aferro con fuerza, y dejo que siguiera golpeándola hasta que se canso.

"Ya suéltalo, que esto te recuerde que no te metes con lo mío, te vuelves a acercar a Nobu, y esa linda carita no se irá tan limpia, aunque, que tal si tomamos algunas fodos ¿No te parece interesante? Que se haga realidad la idea de que tú obsceno cuerpo de vea en el internet" —Yuki solo se aferró a si misma, hasta que una patada en el estómago le saco el aire, el muchacho tomo el bolso, saco el dinero y lo dejo caer cerca de la chica de cabello naranja—

"Nos vamos" —Su voz era bastante grabe, la chica parecía lista para decirle algo más, pero él la interrumpió, dejando clara su posición— "Nobu la busco, él fue quien publicó esas fotos de Miku en la playa, cosecho lo que sembró y ese es el punto final, tuviste suficiente con golpearla y robarla, ahora nos vamos "

Ella quería replicar, pero él se retiró, y aunque no dudaba que tenía ventaja, sabía que Yuki estaba quieta porque allí estaba su compañero, seguro no sería tan pasiva si él se iba o declaraba no hacer nada, pero la rabia aún la consumía por dentro.

Así que tomo uno de los tantos botes de basura y los tiro sobre ella, dejándolo a un lado y se fue de allí, Yuki al fin rompió a llorar, se quedó tirada en el piso, nada podria ser peor, se intentó mover pero era doloroso, tardo algunos minutos en levantarse y tomar sus cosas para ir a alguna parte.

Caminó por las calles, la gente la evitaba con desagrado y finalmente de sentó en la calle, ya no tenía nada, sin método de comunicarse ni a dónde ir, se sujeto el cabello, tiro de él con fuerza, casi se lo arrancaba y grito desesperada ante la desesperación e impotencia que sentía tras todo lo que le paso.

En qué momento la vida decidió que merecía esto, ella nunca quiso nada de esto, era sobrevivir o morir, y ahora estaba en el aire, sentía que la miraban, y seguramente alguien ya lo estaba haciendo.

A su mente solo llevaba la idea de que moriría de manera inevitable, se instalo en su mente la idea de que algo pasaría y no volvería a ver el amanecer, moriría, busco en su bolso y mochila, quizás olvidó dinero, algo que vender o lo que sea, necesitaba algo de esperanza en su vida, aceptaría lo que fuera, no pedía mucho, solo algo que le recuerde que aun valía la pena vivir.

Entonces lo encontró, su viejo teléfono, sus padres no eran una opción, nunca volvería, prometió morir antes que regresar a ese lugar, lo tomo y tras colocar la batería lo encendió, quedaba 5% , solo una llamada, pensó a quien llamar, pero no había nadie a quien acudir.

Sus ojos se enfocaron en su bolso y recordó algo, busco en él con desesperación, esperando no haber tirado nada, rebusco hasta encontrar lo que quería, marco el número, esperando que conteste, eran quizás las dos de la mañana, no sabía que hora era.

"¿Hola?" —Se escucho una voz un poco agitada, el sonido de teclas siendo aplastadas y música de fondo, parecía un juego, no importaba, necesitaba ser rápida antes de que se apague el teléfono—

"Profesor, necesito su ayuda, solo escuché, no tengo nada, estoy desesperada, y necesito alguien que me ayude" —El silenció duro pocos segundos, y entonces la respuesta de escucho desde el otro lado—

"Dime dónde estás, voy en camino" —Ella le dijo dónde estaría esperando, mientras tanto János estaba desconectando todo en su equipo y hablo por el micrófono de sus audífonos— "Perdón Kohta, dile a la escuadra que lo siento, es una emergencia y tengo que salir"

En las calles, Yuki se quedó en una banca, trataba de permanecer tranquila, pero en la situación en la que estaba era difícil, todo se derrumbaba a su alrededor, necesitaba un momento para recuperarse, pero su mente no la dejaba tranquila, era un caos absoluto el que estaba en sus pensamientos, rabia, miedo, creía que todo saldría mal y el profesor solo la dejaría allí.

Vio algunos autos pasar, pocas personas estaban deambulando, en la calle de enfrente estaba un hombre que no dejaba de verla, estaba sentado en una banca, ella trato de ignorarlo, pero vio que se le estaba acercando.

Parecía una persona normal, traje de oficinista, camisa blanca decolorada, una corbata que estaba desanudada, su cabello negro descuidado, quizás por el trabajo,  pero sus ojos le causaban escalofríos, conocía esa mirada, le quería hacer daño, como permanecer quieta mientras se movía.

Se tiraba de la blusa, cubriendo su escote y tirando su falda hacia abajo, se estaba acercando a toda velocidad, tratando de pasar desapercibida, pero sentía su mirada quemarla como un carbón ardiendo.

"Oye linda ¿Estas sola? ¿No te gustaría visitar mi departamento? No es grande, pero seguro nos vamos a divertir" —Estaba ebrio, y gritaba en la calle, sabiendo que no había nadie, ella lo ignoro, habría corrido, caminado o incluso insultado, pero se sentía paralizada, su cabeza no era capaz de actuar—

Entonces vio ese automóvil blanco acercarse, se estacionó a distancia y un hombre castaño bajo, caminando hasta ella, permaneció de pie a su lado, el hombre le grito algo que apenas se entendió entre los humor del alcohol, y castaño apenas le tomo importancia.

 El profesor levanto la mirada en dirección al hombre que desvariaba y caminaba en su dirección con pasos temblorosos, János se movió el abrigo ya que se había doblado al manejar, el hombre estaba por acercarse para tratar de golpearlo, pero entonces vio en el bolsillo la empuñadura de una pistola, emprendiendo una carrera a un callejón cercano, János estaba confundido, pero lo ignoro.

"¿Yuki? Pero que rayos ¿Cómo pasó esto?" —Ella no contesto, olvidó todo, la sangre de su nariz, la mugre y el agua del basurero, solo se abrazo a él con fuerza, era más pequeño que ella, pero aun así ella se inclinó para abrazarlo— "Ya estoy aquí, y no dejaré que nadie te haga daño mientras pueda hacer algo"

Ella sintió que las lágrimas de todo el día se desbordaron allí, cerro los ojos y se quedó así, hasta que sintió todas sus fuerzas abandonarla, entonces János la cargo con cuidado y la ayudo a subir a su su auto, volvió por las cosas y tras algunos minutos estaba en caminó a su departamento, Yuki se acurrucó en el asiento, mientras el profesor esperaba que Shizuka estuviera despierta o que lo escuché antes de que preguntar porque llevaba a una chica del instituto en su auto y con dirección a su departamento.

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