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Capitulo 26: Juego De Cartas

Nunca se deja a nadie atrás, pese a ser un grupo de mercenarios el código era muy claro. En el Grupo Ziz se estableció la ideología de una gran familia, se protegían entre si, y cuando tú compañero caía no lo dejabas pasar. Lo tomabas y te retiras, si muere, harás que el asesinó lo lamente lo poco que le quede de vida.

Estaba en un país en medio de los Balcanes, asesinaron a toda una compañía en una emboscada porque la persona que los contrato decidió que era mejor no dejar nuestras de los participantes en la guerra. 

Pudo solo despedir al equipo, pagar los inconvenientes y listo, Ziz era especialista en no dejar rastros, pero no, escogió eliminar a los contratistas militares. Por eso ahora estaban allí, listos para el despliegue, en diferentes partes del país y con recursos en posición. 

Una andanada de fuego de artillería devastaron las fuerzas del dictador de turno, las fuerzas especiales entraron directo al corazón del país. Vehículos blindados atravesaron las líneas defensivas y en cuestión de dos días ya estaban avanzando contra la mansión de Belimir Horvac.

Los tanques rusos estaban siendo aniquilados por modernos sistemas Anti tanques usados por los soldados. Los mercenarios tenían ventaja en experiencia de guerra asimétrica y operaciones de decapitaciones, así que infiltrar el pais y abatir los tanques desde antes de ser desplegados fue una táctica de manual.

Los aviones nunca llegaron a surcar el cielo ya que muchos fueron saboteados o las bases cayeron en manos de rebeldes, quienes, patrocinados por un misterioso financiador, se armaron hasta los dientes y ahora estaban tomando el mando del pais. 

El Escuadrón Zulu 8, conocido como Leviatán se encontraba en movimiento, eran quienes llevaban la punta de lanza en el asedio, las murallas eran polvo, sus defensores se quedaban sin armas y el fuego de los atacantes solo aumentaba la intensidad.

En total eran quince integrantes, los cuales estaban moviéndose entre la cobertura, los mercenarios comunes disparaban ametralladoras para darles fuego de cobertura. Un grupo de helicópteros artillados estaba en camino, pero de momento era su turno para cortar la cabeza de su enemigo.

Una gran explosión destrozo la tierra y lanzo por los aires a algunos de los compañeros de Máximo, quien disparo con su rifle algunos tiros, mientras revisaban que estuvieran bien los demás, por suerte todos estaban bien y podrían continuar.

Esperaron un momento y una minigun que estaba en un vehículo disparo contra el muro y destruyo toda una habitación. Entraron al lugar y comenzó el infierno, fueron recibidos por disparos de los defensores, eran la elite de ese pais y los mas fanáticamente leales al dictador. 

El avance fue rápido y sangriento, nada los preparo para enfrentar a Zulú 8, eran los soldados mas brutales y despiadados que tenían, el entrenamiento era un infierno para obtener a lo mejor de lo mejor, y los hacían entrenar con otras fuerzas de elite alrededor del mundo para mantenerlos en condiciones optimas.

Los pasillos fueron victimas de granadas y balas, Máximo estaba en el frente de la formación junto a otro de sus compañeros, los dos tenían escudos anti balas y con eso avanzaban contra las fuerzas de combate, que para este momento se estaban quedando sin balas y las pistolas eran una alternativa aceptable para los defensores.

Cubrieron a sus compañeros hasta llegar a un gran salón, era una sala de fiestas donde en su momento las elites se reunieron, ahora era un lugar con ventanas rotas, parte del techo colapso y la entrada al refugio estaba expuesta tras una carga de artillería.

Entre ellos y su meta estaban al menos veinte soldados que trataban de pararlos, Máximo disparo su rifle un par de veces, mientras otros dos compañeros tomaban un cinturón de granadas y lo lanzaban contra los defensores. Se cubrieron tras las paredes de hormigón y la explosión mato a varios de ellos.

La tropa entro tras ellos y disparo a matar, muchos no traían un chaleco blindado adecuado y fueron perforados como quesos, Máximo desecho el escudo y disparo varias rondas contra el enemigo mas cercano, un muchacho muy joven que cayo al suelo sangrando y gritando de dolor.

Los equipos de demolición ahora tomaron protagonismo, con taladros eléctricos perforaron la pared con grandes agujeros alrededor de la puerta. Empujaron cargas plásticas y todos se retiraron, la detonación hizo añicos la puerta reforzada, la lanzo por los aires y dejo el camino libre para los asaltantes.

Máximo iba a la cabeza, como siempre, esperando atacar y acabar hasta con el ultimo enemigo que se encontrara en su camino. Soldados mejor equipados estaban disparando ametralladoras ligeras y les impedían el paso, un par de soldados se tiraron al suelo y con un dispositivo de tiro de esquinas ensamblado hicieron que sus pistolas salieran por un borde de la pared.

Dispararon varias veces hasta que el fuego enemigo bajo, entonces salieron los demás y apoyando sus espaldas en la pared, pasando por un estrecho pasillo, Max disparo algunas veces para evitar que salieran los demás, no había explosivos y eso les dio libertad para actuar.

Finalmente llegaron al lugar, el sujeto disparo una ametralladora, mientras en el interior gritaban mujeres, al parecer se llevo a su mujer e hija con él. Que idiota, debió sacarlas del pais, pero no les quedaba mas alternativa ahora, serian un daño colateral, nada nuevo en esa profesión.

Entraron al recinto y Max le disparo dos veces en el estomago y una en el pecho, lo derribo, dejándolo inmovilizado, los otros entraron y encañonaron a los que estaban cerca, eran los mas leales, los que en su estupidez creyeron que su jefe recuperaría el control de alguna manera sobrenatural o milagrosa.

"Señor Belimir, espero sepa porque estamos aquí" —El hombre se estaba ahogando con su sangre, solo miraba como se acercaba él un soldado con ropa negra, con unas gafas negras y la cara cubierta por un pañuelo con diseño de calavera— "Debió pagarnos y dejarnos ir, pero usted escogió esto, cuando llegue al infierno, sepa que esto es completamente su culpa"

Lo dejo caer y extendió su mano, uno de los soldados le paso una escopeta con el cañón recortado, apunto a la cara y disparo tres rondas, asegurándose de que la cara fuera irreconocible. El resto de soldados abrieron fuego y acabaron con los demás miembros de esa habitación. Solo había una persona mas con viva.

"Objetivo neutralizado, todo el alto mando esta caido, repito, el lobo feroz a caído" —Los soldados miraron a la única persona viva, estaba aterrada, la niña observaba a los asesinos de sus padres y como parecían avanzar fuera— 

 "Señor ¿Que haremos con ella? No tenemos instrucciones" —Nadie esperaba que sobreviviera esa niña a los ataques rebeldes, pero alli estaba, Máximo no tenia ninguna opinión— "Sabe lo que le sucederá si se queda"

Claro que si, toda la ira y furia del pueblo caería sobre ella, era de las personas mas conocidas de todo el pais, una niña de cinco años se volvería el objetivo y al final del día tendría una bala en la cabeza, si tenia suerte, cosa que dudaba.

"Déjenla, tenemos que irnos, no tenemos tiempo ni recursos para esto" —Estaba dándose la vuelta cuando sintió sudor frio bajar por su frente, se dio la vuelta y por un momento vio a un niño mugroso que lo seguía en la selva— "Empáquenla y que el jefe decida a donde mandarla"

Los soldados salieron del lugar con una maleta que estaba cargando uno de sus compañeros, los soldados se estaban retirando a toda velocidad, borraron la mayoría de rastros y dejaron pistas falsas en todas partes, desde grupos radicales de corte religioso, hasta grupos reaccionarios afines al antiguo régimen.

*****

"Mocosa, deja eso, te vas a meter en problemas" —Yuki estaba sentada en una caja, mientras fumaba su tercer cigarrillo, observo a Máximo, recordaba haberlo visto dos veces, una de ellas no la vio— "No deberías fumar, eso es aceptable en condenados a muerte y gente que va a  morir"

"¿Que importa? Cuando tu vida se termina se podria considerar una pena de muerte, pero mas lenta" —Inhalo una ultima vez y exhalo el humo en cara de del pelinegro, que permaneció impasible ante este acto— "¿Cuanto me darías por una hora? Tu mejor oferta, vamos, te vas a divertir mucho"

"Estuviste bebiendo, encantador, al parecer tengo suerte para encontrar chinas borrachas, debo estar pagando algo horrible que hice... Olvídalo, no creo merecer nada malo" —Se acerco hasta ella y la tomo de la mano para llevarla con János u otro lugar, pero ella se retorció, no le impidió levantarla de donde estaba sentada—

"¡Alli estas! Maldita perra, te voy a arrancar los dientes por lo que hiciste ¡Te mostrare porque nadie se mete con nosotros!" —Un tipo se acercaba junto a otros tres jóvenes, posiblemente universitarios, Máximo suspiro, esa mocosa era un imán de problemas— "Si me devuelves el dinero, prometo que será menos malo para ti"

Yuki busco en su ropa y saco una botella de cristal pequeña, la cual lanzo contra él, pero al estar mareada el proyectil se estrello contra una pared, muy lejos del objetivo. Esto solo los enfureció mas y quisieron avanzar, pero Máximo permaneció firme y miro al jefe a los ojos, solo con la mirada fue suficiente para detenerlo.

"Miren, hagamos esto, les pago, y cada uno se va por su lado, ya tuve suficiente violencia por hoy" —Busco en su bolsillo y saco un par de billetes, no sabia si era suficiente, pero dudaba que Yuki en ese estado pudiera robar demasiado dinero— "No creo que fueran mas de diez mil Yenes, toma el dinero, y nos vamos todos ilesos"

El muchacho miro a Yuki, mareada, con la mirada perdida y al parecer no sabia ni como llego alli, después miro a Máximo, el sujeto parecía razonable, y en realidad solo había perdido mil, así que se acerco, extendió la mano y recibió el dinero sin hacer mas ruido respecto al tema.

Pero el principal motivo fue que vio la empuñadura de un arma en el cinturón, estaba en una funda y por la manera en que se comportaba, no parecía el tipo de hombre que dudaría en atacar, el jefe noto que sus compañeros estaban inquietos, e ignoraron la amansa, por lo que tuvo que poner orden.

"Dígale a su zorra que tenga mas cuidado, o alguien hará que lo lamente" —Miro al hombre de bigote y solo siguió su camino , no quería mas problemas esa noche, las cosas estaban muy tensas y los necesitaban en otra parte—

Se fue del lugar con sus amigos y Max suspiro fastidiado, tomo a Yuki de la mano y tiro de ella para que lo siguiera. Dejando que el hombre de cabello negro se rasque la cabeza con la mano libre, mientras esa adolescente problemática intentaba escapar. Cosa imposible cuando se estaba en manos de Máximo.

"Si no me sueltas, comenzare a gritar y llamaran a la policía" —El hombre lo pensó un momento, y al verla, alcoholizada y apestando a cigarro, la soltó, ella pensó que gano, pero lo vio reír— "¿Cual es tu problema?"

"Adelante, grita, que llamen a tus padres y tu aclaras este desastre, miente todo lo que quieras, mientras tanto yo, me sentare, mirare un punto en blanco y les mostrare la grabación que este botón" —Señalo un botón en su chaqueta, que Yuki apenas y noto, estaba demasiado borracha para saber que era real y que no— "Una cámara espía, muy eficiente para estas situaciones de intentos de chantaje barato" 

No era verdad, era un botón común y corriente, pero de todas formas, cuando menciono el tema de sus padres, de inmediato reconsidero la opción y cambio la estrategia, ya que no quería tener que ver nada con ellos, y volver en ese estado a la Academia era una garantía de que los vería.

"Mira, hare lo que quieras, pero no planeo hablar con ellos" —Genial, mas problemas, Máximo considero las opciones que tenia, en realidad tenia muchas, una de ellas era dejarla en la calle, pero su maldita conciencia no lo dejaba ¿Desde cuando tenia una?— "Tampoco a la Academia, los llamarían"

"¿Y que propones? No te puedo llevar con mi hermano, no quieres ir a la escuela, y descarta que te pague una habitación, no planeo gastar dinero, ya gaste suficiente por hoy" —Yuki considero las opciones, su cabeza estaba muy revuelta, apenas podía tener algunos pensamientos coherentes y la mayoria iba en camino a no vomitar— 

"¿Que tal si me dejas pasar la noche en tu departamento? Creo que eres la persona menos peligrosa que conozco y después te lo compensare" —Si, como no, Max no era idiota, esas historias siempre terminaban mal, para nada llevaría a Yuki a su casa, caería nieve en el infierno antes de que suceda eso—

*****

Cuando llegaron al edificio departamental donde vivían Rika y János, aún era temprano y no tenían sueño, así que entraron al departamento de János para divertirse un poco más, aunque debido a la falta de juegos de mesa, estaban jugando cartas.

Todo comenzó bien, apostando fichas, pero entre más avanzaba el juego las apuestas subían, aunque no en efectivo.

Actualmente el hombre de barba había perdido sus lentes, zapatos, calcetines y camisa. Solo le quedaban los pantalones y la ropa interior, y estaba tratando de que no se note un gran bulto. Se suponía que tenía práctica en estás cosas, pero era el segundo más afectado por perder.

Shizuka era la que estaba divirtiéndose más, solo perdió los zapatos y la blusa, János se había abstenido de contar las cartas, por mera cortesía, pero estaba considerando hacerlo si continuaba perdiendo a este paso. Aunque admitía que le gustaba la vista de Rika, usando solo su sostén y tanga, el color blanco le sentaba bien.

La policía estaba al fin recordando porque no jugaba con Shizuka, ella de alguna manera siempre ganaba, y nunca la vio jugar de manera habitual a las cartas. Y jugando solitario no se lograban esa clase de habilidades, en especial porque Shizuka nunca ganaba en solitario.

"¡Gane otra vez! Jan Jan, fuera otra prenda" —El profesor se levantó del asiento y desabrochó el cinturón, después bajo el cierre y quitó el botón, bajando su pantalón, dejando ver su ropa interior— 

Rika se rio un poco al verlo desnudarse, aunque nunca espero ver a János así, le gustaban sus piernas, estaban torneadas y tenía algo de vello, pero así eran los gustó de ella, aunque no esperaba ver la casa de campaña que se formaba en su trusa

"¿Como eres tan buena en esto?" —La pregunta la hizo al aire, sin esperar una respuesta verdadera, Rika revolvía los naipes de nuevo y los repartía entre los tres jugadores—

"Cuando me faltaba dinero para mi alquiler, en la universidad, me juntaba con otras chicas, jugábamos póker de prendas con los chicos, cada prenda valía dinero y lo apostábamos, de esa manera es que logre ganar dinero y completar varios gastos" —Vaya idea de negocios tenia, pero por como lo expreso, gano mucho mas dinero de que las prendas que perdió— "¿Ya se rinden?"

"Voy por otra Cerveza, esto ya es personal, pero necesito alcohol si planeo seguir" —Se levanto del suelo y fue a la cocina de János, para este punto ya se sentía como en casa— "Por cierto, bonitos tatuajes, no esperaba que tuvieras alguno, siempre te ves como un chico bueno"

"Gracias, me los hice cuando era mas joven y estúpido" —Rika no lo dudaba, ella misma hizo cosas estúpidas cuando era más joven, aunque no esperaba esa clase de tatuajes, quizás alguna especie de fecha histórica o algo asi, cosas de nerds— ""

La mujer de cabello morado siguió su caminó, moviendo sus caderas con cada paso, viendo de reojo al castaño, que miraba a otra parte, esperaba atraparlo viéndole el culo, pero al parecer se abstuvo de hacerlo.

János estaba bebiendo una porción de Whisky escoses, mientras Shizuka bebía un poco de Ron con Cola, parecía confiada en sus habilidades lo suficiente para beber. No le importaba ganar, le gustaba divertirse, pero el triunfo le sabría muy bien y planeaba seguir bailando con la victoria.

Rika llego de vuelta, llevaba una botella de cerveza en la mano y le dio un trago, dejando de ocultar su pecho, se sentó al lado de los otros dos y tomo su mano de cartas. Necesitaba cambiar dos naipes y con algo de suerte tendría un Full.

La enfermera rubia vio como Rika bajaba dos de sus cartas y esperar un cambio, la chica de cabello purpura era difícil de leer, tanto tiempo controlando sus nervios en las misiones como francotirador, hacían que fuera difícil encontrar señales de debilidad. Pero las había, la enfermera la conocía lo suficientemente bien.

Le dio una carta y noto un ligero temblor en su ceja, no era lo que esperaba, pero posiblemente aun tenia un juego en su mano. János bajo tres cartas, mala mano, que mal por él, suerte para ella, esto seria divertido. Le entrego las cartas y su novio apreto su mandíbula y su nariz se movió.

"Fufufu, veo que no estas en racha" —Tomo sus cartas y se quedo con el juego, llego el momento de la verdad y ella se rio, mirando a János, quien miraba su juego y trataba de aparentar serenidad— "¿Que les parece un todo o nada?"

"¿De verdad? En este punto tengo menos ropa que una modelo en una revista" —Shizuka la miro con una mueca burlona, y tras escuchar como cacareaba logro que Rika diera un golpe a la mesa con la palma de la mano— "¡Esta bien! Ya quiero ver que pongas esa cara que tenias todo el tiempo cuando llegaste aquí desde el campo, roja y avergonzada como un tomate"

"Ok, yo entro" —El castaño acepto con mucha facilidad, pero Shizuka imaginaba que era el intento de su novio por parecer que estaba en control, cosa que ella estaba segura que no está pasando— "¿Rebelas primero, querida?"

Shizuka se rio un poco, bajando su juego y Rika se atraganto con el trago de la cerveza, Escalera de Color, había ganado, la mujer de piel bronceada tenia solo un Full incompleto. Shizuka se rio y bailo en su lugar, viendose victoriosa, pero noto que János estaba muy cómodo dándole un trago a su bebida y sonriendo.

Giro la primera carta, un As de tréboles, después  vio la K, la J, la carta Q. Pero entonces János suspiro, pareciendo abatido, por no completar la jugada que esperaba plantada.

"Sabes, me sentí mal cuando no tuve un diez de tréboles para esta mano" —Rika gruño, pensando en la expresión arrogante que tendría Shizuka toda la noche o hasta que se le baje el licor— "Por suerte, me diste un comodín muy conveniente"

Y entonces apareció la cara sonriente de un payaso, como si se estuviera burlándose de las demás personas en la sala. János se rio a carcajadas, por la situación en la que se encontraban, al fin logro ganar una partida y no terminar sin nada.

"En honor de su majestad, Shizuka Marikawa, una flor imperial" —Shizuka reviso las cartas una a una, después a János, en búsqueda de una carta escondida para hacer trampa, pero no logro encontrar nada— "Era mi turno de ganar ¡Tu reinado de terror a llegado a su fin! Igual que María Antonieta, solo que no te cortaremos la cabeza"

"János, no es genial cuando tienes que explicar una broma, tu broma termino igual a Kennedy" —Rika pronto se daría cuenta de que tan malo era el humor de János, y porque no había hablado de tantos amigos—

"¡Oye! Nunca es bueno dejar pasar una referencia histórica perfectamente valida" —Fue lo que contesto el profesor, Shizuka estaba todavía de luto por perder, pero entonces sintio una nalgada en su trasero, volteo a ver, sorprendida de que János lo hiciera fuera del dormitorio y con alguien, pero fue Rika—

"Ya voy, ya voy, cielos, que crueles son conmigo" —Su acto de fingir tristeza no los convenció y ella se cruzó de brazos— "Me voy a vengar"

Llevo sus manos a la espalda y desabrochó su sujetador, János observo como lo dejaba caer y sus pechos se mostraban orgullosos, ella misma parecía orgullosa de su cuerpo y su belleza.

Se puso de pie, dándole la espalda a los dos, meneando sus caderas, mientras bajaba su falda lentamente, mostrando un calzón cachetero de encaje negro, la enfermera volteo a verlos, guiñándole un ojo a Rika, quien desvío la mirada un momento.

János sentía la boca seca por tenerla abierta tanto tiempo, observando como su novia bajaba su ropa interior por sus rodillas y se la lanzaba a János, quien, al estar absorto en el momento, recibió el impacto en su rostro.

Tomo la prenda y la dejo de lado, observando como Shizuka pasaba sus manos por su silueta, mirando a los dos de frente y sentándose otra ve en el suelo, tomando las cartas y uniendo cada baraja en el mazo.

"Me tomaste por sorpresa, Jan Jan, no esperaba que pudieras recuperarte" —Ella sonreía, pero era esa sonrisa que ponía alerta a János, como cuando estuvieron en la playa— "Aunque, sigo esperando a Rika, también perdiste ¿No es así? ¡Fuera ropa!"

El profesor tuvo que pasar saliva y fingir que no estaba emocionado por lo que sucedía, Rika siempre le pareció atractiva, independientemente de que tan bien se llevaban, en el fondo, János quería ver, pero no llego tan lejos dejándose llevar.

Rika solo se levantó y desabrochó el seguro frontal del sostén, lo quitó lentamente y mostró su pecho, la piel morena resaltaba, tan tersa y bien cuidada, pocos lo imaginarían de una mujer militar. Sus pezones eran rosados y debido a la brisa del aire acondicionado estaban erectos.

Busco los bordes de su tanga y la bajo sin alguna clase de espectáculo como Shizuka, estaba demasiado concentrada en no dejarse avergonzar como para ponerle atención al castaño, que parecía tratar de sellar su mirada en otra parte que no fuera la mujer de cabello púrpura.

"Wow, no se cómo olvide que tenías un lunar allí" —Y con esa pequeña tentación János volteó sus ojos, observando la belleza de Rina, quien solo se rió al ver la expresión del profesor—

"Vamos, puedes ver todo lo que quieras, lo que es justo es justo" —En ese punto era difícil saber si se trataba de la pura resignación o el licor que habían estado bebiendo ya les había hecho efecto—

"La ropa es engañosa" —Fue lo único que pudo decir con un poco de coherencia, mientras observaba a su amiga, tal como había venido al mundo—

Era difícil no comparar a las amigas, no solo en personalidad eran diferentes, en cuestión de físico las cosas se podían ver diferentes entre ambas. Shizuka se paró junto a Rika, tomándola de la cintura y besándole la mejilla, como si supiera lo que János estaba pensando.

Las tetas eran diferentes, Shizuka tenía un par de activos grandes, la naturaleza le digo de un atractivo que muchas mujeres tenían que pagar para obtener, y no se acercaban a la majestuosidad que mostraba Shizuka, cuyos pechos, aún con el tamaño y peso, se mostraban en su posición, luciendo un par de preciosos pezones invertidos color rosa, algo poco común, pero que la hacía ver irresistible.

Rika tenía pechos un poco más pequeños que Shizuka, apenas unos cinco u ocho centímetros cuando mucho, estaban igual erguidos, pero a diferencia de su amiga, sus pezones eran normales, de un color rosa oscuro.

Las diferencias más notables eran del pecho hacia abajo, la enfermera tenía un vientre plano y estilizado, mientras Rika mostraba un físico digno de cualquier persona que dedicaba varía hora de su vida a entrenamiento para mantenerse en condiciones de un militar activo. Luciendo un vientre plano y ligeramente marcado, no era una culturista, pero se notaba el esfuerzo.

"Deja de mirar tanto a Rika, Jan Jan, o pensaré que también te a gustado" —Dijo juguetona la enfermera mientras veía a su novio, que quizás sin darse cuenta había dedicado uno o dos minutos a contemplarlas— "¿Quien te gusta más?"

"No sería amable hacer eso" —Se rió un poco, sintiendo al fin su cabeza pesada, aún lo suficientemente lucido para reconocer una trampa sencilla, pero lo tan desinhibido para no controlar su boca— "Solo diré, que debo ser el hombre más afortunado del mundo por ver a dos mujeres dignas de un museo de arte"

Shizuka se rió un poco, botando que al parecer las pláticas y piropos de János se enfocaban mucho en su trabajo y experiencia, aunque podría decirse que podría aprovechar eso, para lo que sea que estaba planeando, realmente no recordaba que había previsto para esa noche.

"Se nota, el no tan pequeño Jan está despertando" —Rika se rió un poco, ocultando el sonrojo en sus mejillas, mientras señalaba el bulto de János— "Déjanos ver, quizás si me gusta pueda darte un premió"

Las cartas estaban sobre la mesa una vez más, János podría intentar dirigir todo una vez más, pero todo se fue al diablo cuando vio como Rika y Shizuka se besaban allí, justo frente a él y sin preocuparse por las consecuencias.

Bueno, que importa, nadie lo va a condenar por tomar una decisión que muchos envidiarán siquiera considerar, además, la sangre ya no estaba llegando tan bien a su cerebro. Así que mandó los pensamientos de sabático y decidió que las consecuencias serían problema del János del  futuro.

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