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Capitulo 22: Chantaje

Advertencia de violencia, temas sensibles y sangre, les advierto aunque se que igual van a seguirle, pero al menos ya cumplí XD

Los trabajos no siempre eran agradables, nunca sabes información de ellos, sabes que están armados, poco mas, y a menos que tuvieras un rango lo suficientemente alto, entonces sabrías una parte de la verdad, para su suerte, llego lo suficientemente lejos, era una misión en la selva, américa del sur, muy cerca de la tierra que lo vio nacer y crecer, cerca de Venezuela.

Pero ahora no estaba allí para buscar nostalgia, estaba para trabajar, su guía, el muy bastardo, fue ejecutado por ellos después de que los llevo a una trampa, su cuchillo lo limpio con la ropa del sujeto tras cortarle la garganta y tuvieron que tomar otro camino, guiándose por mapas de papel apenas actualizados, como odiaba esta situación.

Fueron mandados a eliminar al líder de una guerrilla, la misión era aniquilar al desgraciado, después abandonar la zona de campamento y ser extraídos en un monte cercano,  pero antes tendrían que derramar mucha sangre en el camino, para que los insurgentes no derribaran la aeronave, justo ahora estaba vigilando el campamento, su mejor tirador apuntaba a la tienda del jefe, esperando la orden de disparar.

La noche llego y casi era el momento para ir a la batalla, el problema eran los niños, niños soldado, muchos estaban armados con rifles AK y rifles de cerrojo mas viejos que él, maldita sea, esto siempre era difícil para varios soldados, y por la respiración del francotirador se dio cuenta que era la primera vez que se encontraba con esta situación.

"Miren bien, quiero que se preparen, estos desgraciados nos mataran si les damos la oportunidad, no duden y hagan el trabajo, por eso estamos aquí, la plata es nuestro coraje y los billetes son nuestro mana" —Todos estuvieron de acuerdo, desplegándose en el lugar en tres grupos para tomarlo por asalto desde varios frentes—

Los tiradores designados se quedaron bajo resguardo de dos soldados con subfusiles, mientras Máximo bajaba con dos escuadrones, en total 8 hombres, para enfrentar a un campamento lleno de personas que estaban experimentados en combate de alguna manera u otra, eran al menos 60 personas estaban en ese lugar.

El primer movimiento fue lanzar termita a las estructuras de madera, un incendio, el fuego era bueno para sembrar pánico, ver a todos correr para apagar el incendio, momento que sus tiradores aprovecharon para disparar y derribar a quienes daban ordenes, cuando hay pánico es cuando los lideres salen a organizar las cosas.

Máximo entro con poca sutileza, lanzando granadas contra las cabañas y usando granadas de Termita para quemar los edificios que parecían barracas o comedores, y gracias a que casi todo era madera o lamina, digamos que el lugar ya se asemejaba a un maldito árbol de navidad.

Los primeros gritos de dolor fueron ensordecedores en la noche selvática. Los mercenarios disparaban a todo lo que se movía por el lugar, hombres y mujeres que les respondieron el fuego con mas pasión que precisión, una mujer se quedaría en la memoria de Max por el resto de sus días.

Era una mujer bajita, morena, con una camiseta de tirantes y una gorra muy vieja, tomo el control de una ametralladora después de que el tirador fuera abatido. Para después abrir fuego contra ellos, su escondite estaba cubierto por un techo de lamina y palmas, usando un muro de bloques de polvo blanco como una barrera para proteger su cuerpo.

Mato a dos de sus hombres antes de que un francotirador la derribara y dejara su cuerpo sobre el arma. El avance del comando era rápido y frenético, sin tiempo para pensar en las consecuencias de las acciones, Max estaba tras un muro, escuchando como desde dentro disparaban un rifle automático,

Frenaba un poco a sus soldados, ya que se tenían que cubrir mientras ese idiota disparaba fuego de supresión sin saberlo, quizás solo pensaba que si dispara mil balas le dará a algo tarde o temprano. Se retiro un poco  de la pared de madera y disparo hasta que vacío el cargador, las balas atravesaron la pared sin problemas.

Los gritos y lamentos no tardaron, se movió del lugar donde estaba parado, a tiempo para que no fuera alcanzado por disparos de una pistola, se movió a la parte de atrás del edifico y pateo la puerta. Entro al lugar, en el suelo había un hombre ensangrentado del vientre para abajo, gritando que se rendija, pero sin mostrar sus manos.

Intento dispararle, pero el arma de Max fue mas rápido y lo remato, se acerco a él lentamente, quitándole el pañuelo de la cara y su mente se turbo, viendo una cara joven, no debería tener ni quince años, pobre diablo, escogió mal su bando.

Algunos de sus hombres lanzaron granadas a los dormitorios para acabar con los que se escondieron allí, disparos que no paraban hasta que el adversario estaba muerto. Ahora solo quedaba una estructura de concreto, de donde venían los disparos de una ametralladora de calibre considerable.

Seguramente era una M2, no tenían una cobertura adecuada para cubrirse de los disparos, mas allá de no ser visto. Se quedaron sin granadas y la termita seria poco efectiva contra el cemento, la puerta era de metal, ese era un bunker improvisado, necesitaban el Barret para acabar de un disparo, las balas comunes no servían.

Los malditos habían hecho muros de concreto muy gruesos, no sabia como pudieron llevar todo el material a la selva, pero no importaba, las balas de sus rifles y subfusiles no atravesarían esos muros con tanta facilidad. Y gastar municiones cuando podrían llegar refuerzos enemigos era una sentencia de muerte.

Las malas noticias continuaron, cuando los equipos hablaron para comunicar que se les acabo la munición para el Barret, esa maldita emboscada de verdad los había debilitado y se termino con las municiones especializadas. Esto solo podria ser peor si llegan refuerzos de los guerrilleros, cosa a la que no se arriesgaría.

"Vengan por mi si tienen huevos ¡Jos de puta!" —Max considero la opción de mandar a tres soldados por diferentes lados para agobiar al tirador, pero seria un desperdicio sino lo podían matar, y el ametrallador no cerraba la boca— "Niño, las balas ¡Trae mas putas balas!"

Todo fue demasiado rápido, ya no se escuchaban disparos, seguido de una detonación de pistola, después tres y siguió hasta llegar a seis disparos, Max hizo una señal para frenar el avance, los tiradores tenían la orden de no matar al que saliera, que esperaran para ver con claridad la cara del objetivo.

La gente se escapo o murió en sus manos, esperaba ver a alguien rendirse, a un hombre que perdió la esperanza y quería salvar su pellejo, o una mujer que cambio su lealtad para sobrevivir, pero en su lugar salió un niño.

Era tan pequeño, delgado como un esqueleto por la falta de comida, tenia las manos en alto, sosteniendo una pistola, sus hombres no dispararon, pero tenían la intención de derribar al tirador apenas intentara apuntar a alguien.

"¡Tira el arma semillita del mal! O quedaras como un puto colador" —El niño lanzo la pistola al suelo, mientras el líder de los militares lo amarro con una correa que usaba para amarrar su cantimplora— "A quien te echaste, vamos Chamo, sino me dices aquí mismo te llenaran de plomo, y esas píldoras si que son efectivas"

"A Martínez" —El hombre lo tomo de los brazos y se acerco al cuadro de concreto, llevándolo por delante como un escudo humano, esperando una trampa, pero al entrar todo estaba en silencio, con Martínez tirado en un charco de sangre— "Mato a papa y mama, a mis hermanos, ahora estamos casi a mano"

"Si, se como es eso, quédate allí, y no te muevas, necesito algo para mostrar que lo eliminamos" —Saco su cuchillo y lo enterró en el estomago del sujeto, abriendo un espacio donde poner la mano, metió la extremidad en su estomago y tras algunos movimientos le saco el corazón y lo guardo en una mochila pequeña— "Ya te puedes ir, toma lo que quieras, uno de esos bloques te dará un biyuyo si sabes moverte, quizás puedas vender dos"

"Señor, yo solo quiero ir a casa" —Se le acerco por detras, logrando que lo empujara con brusquedad y lo tirara al charco de sangre— "Don, me mataran, prefiero que lo haga ahora y no lento como le hicieron al lucas"

"¿Y que gano yo? Tengo que encontrar una manera de salir de aquí antes del amanecer y no tengo tiempo para jugar al niñero, ahora quítate de mi camino" —Paso a su lado, ignorándolo y caminando fuera, mientras miraba a sus soldados tomar algunos de los bloques blancos y guardarlos en sus mochilas, incluso lo guardaron en sobres de raciones— "¡Veo que ya tienen sus bonos navideños! La primera ronda y mujeres corren por mi cuenta cuando lleguemos a la ciudad mas cercana"

Si es que llegaban al punto de extraccion a tiempo, si llegaban tarde tendrían que cruzar la maldita selva, y era seguro que los cazarán por haber matado a muchos de los suyos, debió dejar a alguno vivo para usarlo de guía, pero eso ya no importaba ahora.

"Chicos, tomen sus mapas, llamen a los tiradores y busquen si hay rutas a nuestro punto de evacuación, no quiero mas bajas" —Sus hombres arrastraron los cuerpos de sus compañeros y los metieron en una de las casas para quemarlos—

Era cruel, pero tomaron sus placas y y quemaron todo, no tenían que dejar rastro de su presencia, no estaba contemplada su muerte, maldita sea, esa emboscada arruinó todo lo que habían planificado desde antes.

"Yo los puedo llevar a dónde quieran" —Todos vieron al niño, aún manchado con sangré y cargando una mochila en su espalda— "pero a cambio, quiero que me lleven con ustedes"

Max normalmente habría rechazado eso, pero sus compañeros contaban con él, y prefería arriesgarse con el mocoso a tener que preocuparse por dormir en la selva y tener que tener un ojo abierto todo el tiempo, por temor a un asesinato, así que acepto, preguntando su nombre para saber como llamar al pequeño asesino.

Actualidad

Maldita sea, otra vez ese sueño, Max se levantó del sofá y miro a su alrededor, vaya lunes, había llevado a Mateo a la Academia desde el domingo en la tarde, que aburrido, quien diría que la vida civil podía ser tan monótona y faltante de emoción.

No sé quejaba, tenía más de lo que merecía, pero era un cambio de ritmo demasiado abrupto, antes vivía al filo de la navaja, pero ahora no era algo diferente, más mental que físico, quisiera poder aceptar eso lo antes posible y tener días normales, pero era difícil alejarse de los conflictos cuando vives tanto tiempo en guerra.

Como sea, continuaría trabajando y con algo de suerte tendría la posibilidad de encontrar un pasatiempo, por ahora seguiría trabajando en el diseño de un nuevo edificio que le pidieron revisar y perfeccionar, le gustaba su trabajo, fue su sueño de niño, pero de adulto apenas sabia que era lo que quería comer.

Pero dejando de lado todas las cosas por las que paso, era frustrante que cada que un idiota cometía un error él tenia que llegar a salvarlo para que no lo despidan, ya le paso tres veces en menos de seis meses, parece poco comparado con todos los proyectos que lleva la oficina.

Pero tomando en cuenta el alto perfil de los proyectos era evidente que muchos llegaron a donde estaban besando traseros o porque eran hijos del jefe, así que allí estaba Máximo, teniendo que salvarles para que no pierdan su posición cuando un supervisor mayor se entere de sus estupideces.

Era evidente que le pagaban un bono muy generoso, de otra forma se largaría de allí, así lo amenacen con reportarlo o vetarlo del gremio, si no tenia miedo de un terrorista armado o un señor de la guerra menos de un idiota rico, en todo caso, esto era para mantenerse ocupado, no porque necesite dinero.

Otra vez esta buscando motivos para pelear, esto no puede ser bueno, así era él, no le presto mas atención al asunto y continuo trabajando. Escribiendo códigos, mandando indicaciones en la computadora, mientras trabajaba con una mano ejercitaba la otra con una mancuerna, y por cada hora de trabajo tomaba de 10 a 15 minutos para hacer ejercicios simples.

Le gustaba mantener su cuerpo en buena forma, uno nunca sabia cuando el mundo se iba al diablo, un mal entendido aquí o un muerto que le atribuyen de manera equivocada, y llegado el momento necesitaría pelear o luchar por su vida o la de alguien cercano a él.

Ese día terminaría un diseño de una plaza y después esperaría algún proyecto o investigaría algún proyecto, se recargo en su silla y miro al techo, el día comenzaba, podria estar tranquilo, y después tal vez pueda salir a ver la ciudad para divertirse. O siendo realista, saldrá, comprara algo a la tienda y regresara a casa.

******

Shido estaba sonriendo, al fin, tras meses de una actitud arrogante, donde se mostraba tan superior a todos, con sus títulos elegantes, y su actitud carismática, al fin tenia a su enemigo en sus manos, lo regresaría al redil, deseaba ver su cara de desesperación, la impotencia, sabia que si lo golpeaba seria incluso mejor, lo tendría atrapado por siempre.

Pero entonces se dio cuenta de algo, las mejillas infladas, las manos temblando ¿Estaba por desmayarse? Esto seria mejor de lo que esperaba, le causo un impacto tan grande que estaba por colapsar, este sin duda seria un recuerdo que quería tener por el resto de su vida, cuando destrozo a János.

"JAJAAJA" —Risa, una carcajada estruendosa se escucho por todas partes, esto no podía suceder en verdad ¿En verdad lo dejo loco?— "Tu.. tu, con, y Oh, ahora soy tuyo, en tus manos ¡Jajaja! ¡Y la foto! ¡La jodida foto!"

Se estaba ahogando tras tanta risa, su cara se enrojeció un poco, los estudiantes lo estaban viendo, pero tras ignorar el hecho de que era un hecho publico que se odiaban, dejaron ir el la actitud del profesor castaño, ya que mas de una ocasión el profesor hablaba gritando cuando se emocionaba o reía en publico, era como un loco carismático a ojos de los mas jóvenes.

Al fin se calmo y acomodo su chaqueta, la cual se había desordenado tras tanto reír. Shido estaba tan desconcertado que lo dejo acomodarse la ropa, continuando con su trabajo de fajar la camisa.

"Shido, Shido, Shido ¿De verdad creíste que me importa algo tan patético como eso?" —Se acomodo la camisa, movió el nudo de la corbata, de tal manera que estaba de nuevo en condiciones— "Eres un ser tan patético, como una cucaracha, poco mas que un bebe que necesita juguetes para sentirse mejor"

"¿Que te has creído? ¿Te volviste loco o..?" —Entonces una mano se coloco en su cara, lo estaba sujetando con fuerza, y la otra le acomodaba el cuello de la camisa, Shido quería hablar, pero se sentía paralizado por los dedos que le apretaban la mandíbula—

"No soy un campesino ignorante, o un asalariado mediocre que piensa que su jefe lo tratara bien solo por trabajar duro y chupar sus pies" —Soltó su cara y se aseguro de que lo viera a los ojos, mientras se levantaba, asegurándose de que lo tuviera que ver hacia arriba, ya que Shido era mas alto que él— "Estuve en un infierno político, peor que este, y no me asustas, ya supere el miedo y los chantajes baratos"

Shido estaba en shock, sin saber como reaccionar, había imaginado demasiados escenarios, en todos ganaba, pero en realidad este era uno que no imaginaba, no sabia como fue posible que perdiera con una ventaja como esa, la cual pondría en sus manos a cualquier persona que quiera conservar su carrera y buen nombre.

"Mira, vengo de Londres, Berlín y ciudades mas grandes, el posgrado fue el infierno, y en la ONU no fue mejor, de hecho probé el infierno, por lo que se como funcionan estas cosas, me reprendería y trataría de ocultar esto, no les importa" —Se quedo en donde estaba, dejando a Shido tratar con el colapso de su mundo— "Sin uniforme, ni cara ni lugar o fecha, esa foto sirve para que tengas un recuerdo de mi, cuando quieras te la autografió, pero no ahora, que tengo algo mejor que hacer"

Dejo a Shido en la banca y se fue a cualquier otro sitio, János subestimo un poco a Shido, era mas osado de lo que esperaba, pero también fue útil para adquirir conocimiento de su patético némesis, ahora sabia que Shido tenia una cruzada contra una alumna, bueno, esto será interesante, hora de causarle dolor al imbécil, que sepa que no debe meterse con él.

En la banca, Shido estaba apretando sus puños, mirando al suelo y mordiéndose el labio para no gritar de frustración, mientras veía a János irse, ese maldito, no era posible que se burlara de él, pero tenia razón, esto no era útil, mas allá de un rumor, dudaba poder afectarlo de esa manera, pero como, no había fisuras en su armadura ni tenia a alguien a quien recurrir para saber mas sobre su enemigo.

Se levanto y se fue del lugar, pensando en como lograría algo, podria intentar interrogar a Yuki, pero ella se alejo de él, había dejado en claro que cambiaria al club de Atletismo dirigido por otro profesor, seguro János ya la tenia en la nomina, tenia que haber alguien mas con quien ese idiota fuera vulnerable, que pudiera bajar la guardia y soltar su lengua... eso era.

Shizuka, la tonta enfermera de la academia, el profesor castaño tenia una debilidad por la enfermera, siempre tan cerca de ella, si lograba acercarse a Shizuka, entonces tendría a alguien que lo espié, ahora era cuestión de que se acerque y se gane su confianza, decir las palabras correctas y ella caería a sus pies, era un plan a prueba de fallas, sin fisuras.

*****

En la enfermería se encontraba János, riéndose aun por lo que sucedió con Shido, mientras Shizuka solo asentía, no entendía como János se atrevió a hacer eso, aunque por la manera en que lo explicaba, ese tipo de artimañas eran algo común que enfrento en el pasado, o cosas con las que aprendió a como lidiar.

"Debiste ver su cara, en un momento estaba en la cima del mundo, pero después tenia cara de que no sabia donde meter la cabeza" —Molestar al profesor de cabello negro si que le subió el animo, si en la mañana ya estaba sonriendo y muy feliz, ahora estaba eufórico y habría cantado como en un musical— "Pero dejemos eso de lado, vine por un consejo de mujeres"

"Sabes, algunos dirían que es grosero preguntarle a tu novia como seducir a otra mujer, pero te perdono por ahora" —János se rio un poco, mientras negaba con la cabeza, dejando que se disipara el humor hasta que solo le dejo una sonrisa— "Esta bien, dime"

"Quiero ayudar a algunas personas, pero creo que es mejor dejar que resuelvan los problemas por su cuenta, ya que no somos iguales y podria hacerles mas daño que bien" —Shizuka parecía que le acababan de golpear en la cabeza, apenas entendió la pregunta, no era normal que le pregunten esas cosas o que pidiera consejos de ella—

Lo tuvo que pensar un momento, bueno, era cierto que la gente quiere ayudar, pero ella sabia que muchas veces la ayuda a veces resultaban mal, una vez quiso ayudar a Rika a solucionar un problema del trabajo y termino empeorando las cosas, pero igual no sabia que su jefe estaba en el bar. Esas horas extra sin previo aviso no podrían ser toda su culpa.

Como sea, tendría que ser franca y decirle todo, János no era malo en muchas cosas, pero tenia razón en que a veces era demasiado entusiasta, acertó con Yuki y Kohta, pero no todos eran iguales y no aceptarían la ayuda de cualquiera. Además, el castaño no era el mas adecuado para aconsejar a todos de romance, tenia un... digamos que tenia un estilo particular.

"Creo que a veces no puedes ayudar a todos, muchos compañeros que tuve en la Academia se perdieron en el camino, dicen que sus familias les intentaron ayudar, pero no querían ayuda, creo que sino quieres ayuda deberías respetar su elección" —Duro, pero cierto, János se rasco la barba, pensando en sus palabras, algo que Shizuka mal interpreto— "Pero no tengo tanta experiencia en esas cosas"

"No, tienes razón, es real, pensaba lo mismo, pero es mas fácil saber que es cierto cuando te lo dice alguien en quien confiar" —Se levanto de la silla donde estaba, observando a la enfermera y dándole un apretón de manos a manera de agradecimiento—

Tenían sus acuerdos y maneras de hacer las cosa, dentro de la escuela eran colegas, a lo mucho amigos que se llevan bien, fuera de esos muros eran libres de hacer lo que quisieran, por la seguridad de ambos era mejor de esa manera, que nadie sepa que entre compañeros de trabajo tenían una relacion mas que amistosa.

Y con eso Shizuka se quedo de nuevo en su lugar, leyendo esos libros de medicina, no se había rendido en sus ideas de ser medico, pero era un desafío, uno grande, las convocatorias tardarían otro año en ser abiertas y ella planeaba entrar sin importar los obstáculos.

La puerta se volvió a abrir, ella volteo la mirada, esperaba ver a algún estudiante que se sentía mal, pero en su lugar se encontró con el profesor Shido, el hombre se sostenía la mano, se veía bastante roja y en algunas partes morada, como si lo hubieran golpeado. O él mismo hubiera golpeado algo y se hubiera lastimado por no saber dar un golpe.

"Marikawa-Sensei, me hice un poco de daño, me gustaría que revise esto, para saber si esta rota" —Le mostro su mano, la enfermera le señalo la camilla para que se sentara, mientras ella tomaba unos guantes de látex y se acercaba para revisar la herida del profesor—

Tomo la mano con cuidado, analizando a simple vista el daño, parecía ser que este daño solo era de la piel, se veía peor de lo que era, el profesor no se moría de dolor o se quejaba constantemente, así que el dolor era mínimo, al menos de momento.

"Dígame que siente, si le duele o molesta, y trate de usar una escala del 1 al 10" —Tomo la mano con cuidado, ante la idea de que fuera una fracturan aunque no era tan probable, eran cosas de experiencia en revisar a estudiantes de deportes que llegaban siempre con heridas de músculos y poco mas—

Primero toco de manera superficial, apenas había respuestas, como esperaba, no había huesos rotos, de otra manera dudaba que el profesor de lentes y cabello negro pudiera estar allí sin estar gritando de dolor cuando ella toco el área morada, no parecía del tipo que tolere bien el dolor y el castigo físico.

"Va a estar bien, parece que solo fueron hematomas, pero si tiene problemas mas adelante puede ir a un hospital, le hare algunas curaciones, y repito, si tiene problemas debería ir al hospital" —Fue a un botiquín y tomo un vendaje junto a algunos materiales de curación básica, estas cosas eran simples de usar—

"Enfermera, es una salvadora, no tiene idea lo mucho que duele esto y el gran alivio que me a proporcionado" —De hecho si tenia una idea, ella sabia que se trataba de un dolor tolerable, por lo que le dio un desinflamante y un analgésico menor— "¿Como a estado? Veo que leía antes de mi llegada"

"Trate de no moverse, podria hacer que el vendaje no quede fijo donde debería, y no puedo desinfectar correctamente su mano" —Usaba un algodón humedecido con desinfectante para limpiar sus nudillos, viendo sangre y tierra— "¿Puedo saber como sucedió esto? Es para saber si alguien mas se puede lastimar de esa manera"

El profesor Shido lo recordaba muy bien, estaba en la bodega de deportes, desahogando su ira contra las colchonetas, lanzando furiosos puñetazos y golpes contra el objeto suave e inanimado. Estaba pensando que eran la cara del profesor, imaginaba como podria dejarlo suplicando porque parara si tenia la oportunidad.

A mitad de la rabieta estaba tan emocionado que lanzo un golpe a la pared, olvidando que la pared no era tan afable como la colchoneta y le lastimo la mano al golpear directamente una zona si yeso e impactar contra el concreto.

"Tuve un accidente deportivo, ya sabe, hay que estar sano tanto en mente como en cuerpo, y ya que tengo una mente tan prodigiosa pensé que seria bueno no descuidar mi apariencia, aunque dicen que soy muy bien parecido, no se ¿Qué opina usted?" —Le falto agregar humilde a su lista de virtudes, Shizuka no tenia nada personal contra él, bueno, intento chantajear a János, pero su novio apenas y le importo eso—

Aunque no iba a decir que le agradaba ese pretencioso y arrogante profesor que tenia a varios otros en su bolsillo, todo a partir de recordarle a todos que era hijo de algún político importante, un senador, o algo así, nunca le presto atención, no le agradaba ese sujeto.

"Tienes razón, aunque debería tener cuidado con que practica sus golpes, no seria bueno que tenga que venir aqui diario por heridas" —Tampoco lo quería allí, arruino la oportunidad de tomar una  cuesta y descansar después de desvelarse viendo una serie, no lo volvería a hacer, o al menos eso pensaba— "Ya esta, no la use por una semana y en dos a cuatro semanas estará bien, y repito, si se siente peor, vaya al hospital"

"No se como le pagare todo esto, Marikawa-Sensei" —Se llevo la mano sana a su cabello, peinándolo hacia atrás, mientras veía esos grandes ojos de la enfermera, que sonreía distraída— "¿No le apetece cenar? Escuche de un buen restaurante, y el viernes seria una buena oportunidad, para conocernos mejor, es lo menos que podria hacer por usted tras ayudarme cuando estaba herido"

"Esta bien, habría ayudado a cualquier persona que cruce esa puerta, no tiene que preocuparse por agradecerme" —Todo el tiempo estaba sonriendo, guardando lo que utilizo para curarlo y dejando en un lavadero los instrumentos para limpiarlos y después esterilizarlos— "Además, el viernes fui invitada por el director y el resto de la facultad a tomar algunos tragos, para festejar el regreso a clases"

Lo despidió con esa sonrisa distraída que la acompañaba, mientras el profesor Shido se retiraba, frustrado por esa situación, pero atento a otra oportunidad de acercarse a ella, tendría que ser cauteloso, pareciera que la enfermera no era tan distraída como pensaba, aunque al verla tomar el libro y tratar de leerlo al revés le hacia dudar si fingía o de verdad alguien  podía ser así de idiota y terminar una carrera universitaria sin acostarse con toda la facultad.







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