Viajar en avión fue emocionante la primera vez, pero cuando te la pasas viajando toda tu vida comienzas a perder la emoción, es como viajar en autobús, la primera vez es interesante, y entre más lo hagas se vuelve cada vez algo familiar que apenas logra sorprenderte y a veces incluso es una molestia. 

Estaba observando como el avión bajaba y se acercaba a un aeropuerto en la ciudad, la azafata le decía a los pasajeros que se preparen, el muchacho se quedó en dónde estaba, fue como un abrir y cerrar los ojos, primero en el avión y luego recogiendo su equipaje.

Tenía tres maletas consigo, y su estuche llegaría por paquetería, resultó más barato enviarlo de esa manera desde el lugar donde estaba, Turquía tenía su encanto, pero no era ni de cerca lo que le gustaba, demasiado calor y arena, le gustaba algo más templado.

Caminó por el andén hasta la zona donde la gente esperaba el desembarco de los pasajeros, miro en todas direcciones, buscando un sombrero blanco que era una buena manera de localizar a Máximo, pero no había nadie.

Saco sus teléfono, revisando que hubiera mandado la información correcta, y así era, había mandado la información de la hora y lugar donde estaría, se pregunto que pudo haber sucedido, miro afuera y había nubes de tormenta, en otro país podría pensar que algún desastre natural lo había retrasado, pero eso era un escenario poco viable.

Saco su teléfono para llamarle a Máximo, cuando vio un sombrero acercarse a la multitud, empujó a algunas personas pero al fin llegó, se tropezó al salir de un grupo grande de gente y se estrello en el suelo, pero se levanto rápidamente y se limpio el traje.

Vestido con un peculiar traje gris, con un sombrero vaquero blanco, lo cual encajaba con ese bigote y las botas negras que siempre usaba, no sabia como no le dolian los pies.

"Bienvenido a Japon, hora local medio dia, destino, aun no estoy seguro, posiblemente a mi departamento para dejar tus cosas, la escuela abre hasta el lunes, como sea ¡Que bueno verte!" -Abrazo a Mateo, quien respondió el gesto, separándose tras unos diez segundos, y tomando una de su maletas- "Tenemos todo el día para hacer cosas que quieras, el lugar tiene de todo, bueno, casi todo, este lugar es raro, los inodoros te lanzan agua al culo"

"Creí que habrías investigado antes de venir aquí" -Y lo hizo, solo que para Máximo lo importante eran tazas de seguridad, nivel de vida, problemas sociales como drogas o posibilidades de una guerra civil, no saber como era un inodoro- "Pero primero quisiera comer algo, quería probar algo de aquí"

"No se, si te guste, es puro pescado, arroz, algas y a veces pollo ¿Qué paso con la carne, donde quedo el delicioso cerdo y res?" -Camino con su hijo en dirección a la salida, después buscando en el estacionamiento el auto que Máximo compro- "¿Donde deje ese cacharro?"

"Espero que no compraras nada excéntrico, como un Ferrari o Lamborghini, ya sabes, esos autos que compran los viejos que pasan por la crisis de los cuarenta" -Máximo entrecerró los ojos, mientras caminaba por el estacionamiento hasta que sonó la alarma-

"Ya te dije que no estoy viejo, tengo Trinta y uno, eso esta lejos de los 40, y no me gustan los autos de ese tipo, para decir, mírame, manejo un auto que vale mas que mi casa, prefiero algo mas estándar, como un Cámara, me encantan esos autos desde que vi Transformers" -Su papá y el gusto de películas con grandes explosiones y autos, le sorprendió cuando supo que no le gustaba la mayoría de películas de Rápido y Furioso- "Aquí esta, lo conseguí en oferta porque al anterior dueño lo arrestaron por drogas"

"¿Compraste el auto de un traficante? Que no sea como cuando compraste esa lancha y casi te detienen en Colombia" -El maletero se abrió y guardo el equipaje lo mejor que pudo, antes de subir en el asiento del conductor-

"¿Crees que estoy idiota? Lo compre a la policía, tenían un remate y me lo pude quedar, lo subastaron, unos ajustes y estaba listo" -Cuando subieron y abrocharon los cinturones de seguridad, manejo fuera del estacionamiento, ignorando la mirada extrañada de muchas personas al verlos andar en un auto tan llamativo, amarillo con franjas negras-

Mateo se acomodo en el asiento del copiloto, escuchando la música que su padre colocaba en una cinta de música que recopilo en la radio cuando estuvo en México, ya que decía que la radio de Japón le causo dolor de cabeza por tanta música electrónica.

Manejo por toda la ciudad, aunque el muchacho cerro los ojos y se quedo dormido, era algo que Máximo se esperaba, su hijo parecía ser arrullado por el sonido de los motores, el trafico fue menos infernal de lo que esperaba, incluso diría que era agradable tomarse su tiempo cuando no tenia prisa por ir a ninguna parte.

Llego a un edificio departamental, no era un rascacielos, pero tenia diez pisos y él pidio uno en la planta mas alta, ya que se volvería loco escuchando los pasos de vecinos, además de que se aseguro de que los vecinos fueron embargados un mes antes de que llegue y estaban desocupados, silencio total.

Despertó a Mateo, enterrando su dedo profundamente en su axila, logrando que despertara con un gran susto y lanzando un golpe que no logro darle en la cara, el hombre se rio y salió del auto, dejando al moreno gruñendo molesto en su asiento por esa manía de su padre por molestarlo mientras dormía.

Saco las maletas y fueron a un elevador, donde una anciana estaba esperando, esperaron algunas segundos y las puertas se abrieron, los dos dejaron a la abuela entrar primero, seguido por ellos, era un espacio estrecho, pero lograron entrar, ella se bajo en el segundo piso, mientras ellos subían hasta el ultimo, Mateo bajo y miro el pasillo, era un pasillo expuesto al aire, pero daba una buena vista de los alrededores.

"Es el 1008, no hay mucha gente alrededor, uno es un tipo que vive escapando del banco, otra es una solterona, si pregunta no estoy en casa, ah, y al tipo del fondo no es doctor, solo le gusta vestirse de doctor... no hables con él" -Abrió la puerta y dejo que entrara, dejo las maletas a un lado de la puerta y Mateo fue directo a la sala- "Esto de viajar no parece que te siente muy bien"

"¿Te parece? Siento lechuga como una fresca" -Encendió la televisión y miro los programas que había, anime, no gracias, no tenia animo de eso, programas de concursos, tampoco, ya tenia suficiente locura con Máximo, al final coloco un canal de historia que ponía mas programas de alienígenas que de historia-

"Ponte cómodo, voy a preparar algo de comer, tu puedes hacer lo que quieras, solo no toques la caja fuerte, la estoy arreglando, y si preguntas por la computadora, digamos que la rompí por accidente" -Se metió en la cocina, buscando algo para cocinar carne al pastor y harina para tortillas. estaba emocionado de tener a Mateo otra vez cerca- "¿Que tal Turquía?"

"Interesante, lugares históricos, buenas vistas para fotografía y esas cosas, aunque me aburría un poco porque tenia que pasar mucho tiempo dentro del departamento, aunque te compre un recuerdo" -Fue por su mochila y busco un rato, hasta sacar un trozo de tela, llevándolo a la cocina, donde su padre estaba suavizando carne a golpes con un martillo-

"¿Una bufanda táctica? ¡Estupendo! Una mas para la colección" -No la tomo, por tener las manos sucias, pero la miro un rato, una tela cuadrada, en este caso era roja, no era muy táctica, pero quedaba bien como articulo de moda si quería un reemplazo para su paliacate- "Igual compre algunas cosas para ti, se que ya tienes arco y ballesta, pero compre algunos dardos extra que te podrían servir, los deje en tu habitación"

"Luego los veré, pero me gustaría saber si me darías permiso de ver la ciudad, quisiera explorar un poco antes de ir a la Academia y que no me dejen salir mas que fines de semana" -Su padre volteo a verlo de reojo, lavando ingredientes y considerando el pedido que le hacia, entre los pro y contra-

"No veo porque no, pero primero comerás algo, vamos a platicar durante la comida y después podrás salir, sabes las reglas, nada de sexo sin protección, revisaras lo que bebes y si pasa algo peligroso me llamas sin pensar que puedes arreglar todo por tu cuenta" -Su hijo conocía mas reglas, pero se molesto solo en escuchar las mas significativas al momento de su seguridad-

"Si Apá, sabes que no me iría sin hablar contigo" -Se sentó en la mesa, mientras esperaba a que su padre terminara de cocinar, mientras escribía algunos mensajes y subia algunas fotos que no logro subir mientras estuvo en el avión- "¿Sabes de algún lugar donde pueda tomar unas buenas fotos?"

"Sabes que no le entiendo a eso, pero la zona por el puente que estoy remodelando podria gustarte, es un punto donde colocaría vigías para proteger la ciudad, buena luz y apenas con puntos ciegos" -Mateo asintió, subiendo las fotos a sus diferentes redes sociales, no estaba mal, estaba subiendo mucho sus seguidores y con algo de suerte algún día le ofrecerían un empleo en lo que amaba, o lo buscaría hasta conseguirlo-

tardo media hora en terminar de preparar la comida, y comenzaron a comer, el mas joven le mostraba fotos a su padre, de paisajes hermosos en la anatolia, de edificios, que fue lo que mas le llamo la atención, le encantaban las estructuras historias, y unas cuantas fotos de si mismo frente a monumentos y lugares que le parecían divertidos.

Tras una hora de hablar al fin estaba listo, se arreglo lo mejor que pudo y tomo su cámara para salir a la ciudad, bajo las escaleras, y tras asegurarse de llevar su documentación en orden y el reloj con la llamada de emergencia a su padre programada, una vez preparado camino fuera del edificio viendo los edificios.

Aun tenia algo de luz del crepúsculo, miro hacia atrás y su padre estaba en la ventana, tomando un vaso de agua mientras tenia la mirada perdida en la distancia, se veía cansado. 

Mateo sabia todo lo que le paso, una noche en la que bebió mas de la cuenta se lo conto, cada que se acercaba el aniversario del accidente o de la muerte de su hija las cosas se ponían un tanto silenciosas, pero apenas pasaba parecía que se reiniciaba y continuaba con su vida.

Camino por la ciudad, tomando algunas fotos a edificios interesantes, evitando por completo a la gente, mas de una vez lo arrestaron por gente que lo acusaba de acoso, evito las zonas con apariencia problemática, hasta que llego a una plaza, donde estaba reunida mucha gente.

Tomo fotos a algunos monumentos, aunque estaba molesto por no encontrar nada útil, chasqueo la lengua mientras el aire movía su cabello pintado de purpura, esto era problemático, dejo la cámara de lado y fue a una zona donde había mas gente, no parecía haber pánico y posiblemente estaba era algo interesante.

Pero cuando llego a ese lugar era una demostración de kendo, hombres y mujeres jóvenes estaban dando demostraciones de movimientos y posturas que por su apariencia podria estar bien practicado y demostraban el nivel de disciplina y dedicación que tenían estas personas.

Podria tomar fotos, como tantos otros extranjeros ya estaban haciendo, pero con solo ver la expresión del Sensei se dio cuenta que no estaba feliz con eso, no dijo nada, pero esa tención en su cara mostraba que le irritaba, en especial cuando tenían que intervenir para que no se acercara demasiado algún idiota y resulte herido por accidente.

Se quedo a distancia y observo los movimientos, comparándolos con otros estilo de lucha singular que había visto, estos movimientos eran bastante prácticos, movimientos efectivos, recordaba las veces que vio a maestros en la India usando el Urumi, era mas acrobático, y estaba seguro de que acercarse demasiado seria perder alguna extremidad, pero en este caso era mas un estilo de lucha para duelos.

Pero llamo su atención una mujer de cabello morado que usaba una espada de verdad en lugar de una espada de madera, quien se preparo y corto varios bambús atados, no recordaba como se llamaban, pero era muy impresionante eso, se preparo otra vez, y no pudo evitar tomar su cámara, preparándola para una ráfaga rápida.

Apunto su lente y espero por algunos segundos, y entonces presiono el botón, todo fue demasiado rápido, fue impresionante, miro la toma y aunque varias no servían tenia varias fotografías de ella en el momento en el cual la madera se desprendía del resto de la estructura, el brillo del filo de la espada y la mirada concentrada de la chica.

Era una toma perfecta, el problema era tener que preguntar si podria publicarla, tendría que pedir permiso, ya que no era seguro si era mayor de edad y no era como que apareciera en un escenario lleno de gente, sino era una toma de ella directamente, así que podria tener problemas, asi que seria cuestión de preguntar si tenia cierta edad y si le daba permiso para publicar la fotografía, además de que información del evento seria muy conveniente.

Se quedó sentado en una banca revisando su teléfono, mientras veía de reojo la demostración, hasta que terminó, bueno, hora de hablar y ver que lograba.

Se movió a gran velocidad entre las personas, con el tiempo aprendió a evitar a las multitudes o a moverse entre ellas, estaba cerca, cuando tuvo que esquivar una espada en su funda, pero choco contra alguien.

"Lo siento mucho, no era mi intención chocar contra usted" —Se disculpó de inmediato, y tras ver con atención era el mismo sujeto que miraba a los espectadores con frustración—

"La demostración terminó, muchacho, por favor, regresa tras la línea" —Su voz era muy profundo, aunque no era mas alto que el por mucho, quizás uno o dos centímetros—

"Es que solo quería comentar algunos detalles con una de sus alumnas, estaba tomando fotos en la exposición y quería saber si me daría permiso de publicarlas en mi Blog" —Le mostró su teléfono, que tenía el navegador abierto, y mostraba una pagina de internet colorida, repleta de imágenes de personas de diferentes partes del mundo— "Es solo con motivos de propagación cultural, encontré algunas fotos, quizás me podria decir algo para poner en la descripción"

"No tenemos tiempo para eso, hay mas compromisos que tenemos que cumplir, compromiso" —Y con eso se fue, bueno, no estuvo mal, solo decidió ignorar todo, esta bien, dejaría eso para después, quizás iría a fotografiar algunos edificios, siempre había buenas vistas urbanas en ciudades como esa—

Camino a la salida de la plaza, sin darse cuenta que fue visto por algunas personas, aunque una en especial se quedo contemplando al fotógrafo, quien solo salió del lugar en busca de algo que comentar de su llegada a Japón.

Estaba caminando con tranquilidad cuando paso cerca de un grupo de personas, llevaban puesto una banda en la cabeza con un Kanji que decía Pureza, al verlo le hicieron algunos gestos, pero los ignoro, en todos lados había fanáticos locos, cuando estuvo en Alemania, cuando estuvo en Ucrania y recientemente en Turquía fue testigo de un atentado.

Así que no había porque preocuparse mientras no estuvieran armados, asi que continuo por su paseo, hasta que al fin se canso y tomo un taxi a casa, como de costumbre, paso el numero de placas y una foto del vehículo a su padre, subió y le dio la dirección del edificio.

Cuando llego al lugar pago y se despidió, tomo el elevador y espero por algunos minutos, hasta que llego a su piso, las luces estaban apagadas en su mayoría, varias partes estaban oscuras y algunos focos estaban encendidos para dejar ver a quien caminaba por el lugar.

Avanzo hasta el departamento, busco su llave en el bolsillo hasta sacar un llavero plateado con forma de un gato, busco la cerradura a tientas y escucho como se abría una cerradura intrincada, que dejaba en claro el nivel de seguridad que buscaba Max.

Al entrar encontró a su padre viendo la televisión, un video en casete de VHS, con caricaturas de los Looney Toons, le encantaba ver a Espidi Gonzales (Como lo llamaba su padre).

Cuando se entero que lo querían quitar por un idiota quejándose de un estereotipo él fue de los que mandaron cartas amenazantes a casa de esa persona, no sabe como rayos lo hizo, supuso que sabia como rastrear gente.

Como sea, su padre estaba fingiendo dormir, le gustaba fingir que descansaba bien cuando no estaba en casa, se acerco hasta la sala y le coloco una manta encima, para después ir a su habitación, dejando que ahora si Máximo pudiera acomodarse en el sofá para ahora si dormir.

Como de costumbre, se lavo las manos al llegar, se fue a la habitación para cambiarse de ropa por una pijama y tras comer un poco de la carne que sobro de la comida se lavo los dientes y se fue a la habitación que le asigno su padre para dormir.

Se acostó en la cama y miro su teléfono durante algunos minutos, revisando los comentarios de las fotos en sus redes sociales, cuando termino dejo el teléfono en un cajón y entonces se acomodo en la cama para dormir.

*****

En el departamento de János había demasiado silencio, era sábado en la noche, al día siguiente Yuki podria volver a la Academia y el profesor recuperaría algo de su normalidad, así que solo quería no tener ningún incidente en lo que quedaba de su día.

Era casi media noche y él estaba escribiendo en su computadora algunas líneas para un articulo que le pidieron en la universidad, para un informe acerca de la excavación donde estuvo, queriendo cerciorarse de que todo estaba en orden y aclarar algunos problemas en los envíos, les tuvo que decir acerca de como las piezas se dañaron con solo tocar el ambiente.

Estaba por irse a dormir cuando vio un correo electrónico de Benjamín, un amigo de Israel,, lo podria contestar al día siguiente, pero ya estaba allí, quizás al día siguiente estaría demasiado ocupado como para revisar el correo en la mañana.

Benjamín: ¡Saludos! Espero estés bien, se que hace semanas que no hablamos, pero tenemos que hablar de manera urgente, estaré aquí dos horas, por favor, contesta pronto (Link)

El profesor se toco la barbilla, esto no parecía una broma de Benjamín, prefería cosas mas simples, bueno, no perdía nada, oprimió el Link y fue mandado de inmediato a una sala de Chat, su nombre estaba oculto, pero noto que había mas gente involucrada, pero solo estaban él y su amigo conectados.

El Profeta: Profesor, estaba en la Frontera este de Egipto cuando me encontré esto, es una locura, creí que soñaba, cuando recordé su historia en Sudan, tiene que verlo para creerlo

Se reprodujo un video, y János supo que esto no era bueno, se veía en la distancia fuerzas de soldados de Egipto, disparando contra un grupo de personas, pero eso no era lo extraño, János sabia que el diablo estaba en los detalles, no era ajeno a esa imagen de civiles en medio del fuego cruzado, pero esto era diferente, ellos no escapaban estaban corriendo directo a los soldados que les disparaban.

La resolución no era tan alta, pero si era lo suficiente para ver que se abrían heridas en el cuerpo, pero no paraban, y no eran heridas de pistola, era fuego de rifles, lograban frenarlos un poco y algunas veces los derribaban, pero aun asi alcanzaron a los soldados y mordieron a uno, siendo ejecutado en el acto.

Se escuchaba una voz en el fondo y entonces terminaba la grabación, dejando enfocada la imagen de un rostro que escupiña sangre y tenia los ojos en blanco.

Profesor: Esas personas si se parecen a las afectadas por el algún alucinógeno, o quizás una enfermedad, pero no puedo decir solo con ver un video

El Profeta: esto es el comienzo del fin, Bengalí dice que en una provincia de la india paso lo mismo, tenemos que tener cuidado, ármense, creen sus refugios, el gobiernos nos va a cazar si se entera que esta información sale de sus manos

Profesor: siempre somos precavidos, pero creo que habrá que tener mas datos, si somos precipitados no seremos mejores que cualquier clase de idiota que sigue todo lo que ve en televisión, esto podria ser solo alguna secta o fundamentalistas que quieren alguna cosa como desestabilizar, pero tampoco esta de mas una pequeña 

Benjamín siempre fue alguien paranoico, perfecto para un genio de la informática, pero esta era una verdadera extrañeza, se suponía que la ONU con la ayuda de Estados Unidos, Rusia y China habían hecho todo lo posible para desaparecer esa plaga que había pasado en África, pero no le sorprendería que fueran un origen químicos.

Profeta: es cierto, pero de todas maneras, cargar un arma en varios paises nunca a sido problemático, me quedare donde estoy, pero ten cuidado, profesor, sabes que los que sabemos cosas asustamos a la gente ignorante, en especial a los que creen tener el control

Y con eso fue expulsado de la sala, su computadora no tenia registro de esa actividad, hizo correr programas de recuperación de datos pero era como si nunca hubiera estado allí, así era él, pero no quedaba mas que hacer. solo apago todo y se fue a acostar, paso frente a la habitación de Yuki y escucho pocos ruidos, quizás aun dormía, así que siguió de frente a sus aposentos.

Era muy de noche, se acostó en su cama, Shizuka no estaba, así que su cama volvía a ser solo de él, observo al techo, pensando en la corta conversación con su amigo, como sea, esto era cuestión de tiempo, ya una vez redujeron a la gente que invento esa droga zombie, además, no era como que fuera peligroso, unos disparos y siempre terminaba igual, todos los intoxicados caían abatidos, el mundo no pararía por una rareza.