Si les gustó este pequeño prólogo, agradecería que dejaran su voto, eso me anima a sacar capítulos mucho más rápido.

Eso es todo chicos, cuídense y tenga una buena noche, mañana, tarde o sea lo que sea en su país.

Chao chao.

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Hoy fue un gran día, tuve un examen de derivadas y estoy seguro que aprobé, terminé todos mis reportes y ayude al sacerdote a terminar de arreglar el confesionario.
Hoy, un viernes por la noche, al fin podría salir de fiesta con mis amigos.
Incluso me puse mi conjuro favorito.

Aún que sinceramente, siempre uso la misma ropa cuando salgo.
Miro mi reloj y marca las 7:45. La fiesta empieza a las 9 por lo que aún tengo tiempo de sobra.
Me siento en el sofá y miro mi calendario virtual.
Sonrió astutamente al ver que estoy completamente libre este fin de semana.
Pero... los nervios y la desesperación se apoderan de mi mente.
En calendario decía en mayúsculas y en negritas lo siguiente:

REUNIRTE CON SENPAI A LAS 7:30 EN EL CALLEJÓN DE LA CALLE 6.

Mierda...
A toda velocidad salgo del apartamento y me dirijo a la calle 6.
Después de unos minutos de viaje, llegó... tarde.
Frente a mi a una horda de 'muertos', todos siendo comandados por lo que parecía ser un demonio de tipo arácnido.

Nerviosamente saque mi cuchillo plegable y con mucha fuerza me aferré al mango.

A lo lejos escucho un extraño sonido proveniente de las alturas. Al mirar hacia arriba con el fin de averiguar la razón de ese extraño ruido, me encuentro con Senpai.
Esta se balanceaba con un solo pie en un poste de electricidad.

"Llegas tarde." Senpai dijo con tranquilidad... demasiada tranquilidad.
"Lo siento... tuve un contratiempo."
"Ajá... claro... me encargaré del líder, tú de los lacayos."
Siguiendo las órdenes de Senpai, me quito mis anteojos.
Las líneas de la muerte se hacen presente en mi visión y me indican el camino que debo tomar para traer la muerte de mi enemigo.

Me posicionó en una postura defensiva de agarre invertido y con paciencia espero que mis enemigos se adentren en mi área de alcance.

Hay seis enemigos. Calculo que me tomará tres segundos— no, dos segundos.
Con un solo corte ininterrumpible sigo las lineas con mi cuchillo. La sensación al corta es parecido a cortar mantequilla con un cuchillo caliente.
Sin más, las seis aberraciones que hace dos segundos estaban frente a mí se encuentran trituradas en el suelo.
Cada uno fue cortado en ocho partes.
Al darme la vuelta puedo ver como Senpai se enfrenta al monstruo arácnido.
En sus mano derecha, tres 'Black Keys' las armas características de los 'Inquisidores' de la Santa Iglesia.

Senpai lanza las tres espadas y estas se clavan en el rostro y ambos brazos del monstruo.
Sin dejarle tiempo de contraatacar, Senpai salta y con una patada descendente de talón aplasta la cabeza del monstruo, matándolo enseguida.
Suspiro con alivio.
Agradezco que Senpai sea tan fuerte, así no tengo que enfrentarme a esos enemigos en específico.
Vuelvo a ponerme mis anteojos y las líneas de la muerte desaparecen.
Con alegría me acerco a Senpai... pero el terror invade mi cuerpo, haciendo que comience a temblar.
Senpai tenía esa sonrisa. Aquella sonrisa demasiado amable y pura. La sonrisa que es conocida entre los inquisidores como 'La sonrisa de la muerte'.

"~~I-ssei-kun~~"
"¿S-Si?"
"¿Se puede saber por qué llegas tan tarde?"
Senpai hablo mientras entraba en una posición tradicional de boxeo.
Traque fuertemente. Ya sé lo que se aproxima, en momentos como estos es mejor ser sincero, si miento solo haré que su furia se triplique.
Rápidamente me arrodillo y pegó mi frente al suelo, rogando su perdón.
"¡Lo siento! Estuve tan ocupado que olvidé completamente que hoy nos tocaba patrullar ¡¡POR FAVOR PERDONAME LA VIDA!!"
Junto mis manos en forma de plegaria.
"Querido Kohai... prepárate para conocer a nuestro señor y salvador."
"P-Pero... Dios esta muerte..."
"Exacto."
Cada vez que termino en estas situaciones, no puedo evitar recordar como fue que la conocí.
Fue hace un año y lo recuerdo como si hubiera sido ayer.