CAPITULO 4. UNA DE MONJAS, EXORCITAS Y ÁNGELES CAÍDOS.
Hola a todos, vuelvo con el capítulo 4 del fic. Como ya saben, High School DXD no me pertenece, sólo algunos OC's así como alguna que otra cosa extra
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CAPITULO 4. UNA DE MONJAS, EXORCISTAS CALLEJEROS Y ANGELES CAÍDOS.
Etsuko y sus amigas iban camino de clase, aunque la mencionada no estaba muy feliz. El examen de matemáticas era en ese día y a parte del Teorema de Pitágoras había otras partes del examen que tampoco sabía.
- "Veamos, tengo esta operación: 2+12÷4+7x3. Sería 2+12= 14 dividido entre 4 son 3'5. 3'5 más 7 son 10'5. 10'5 por 3 son 30'5. Perfecto. APROBARE MATES POR FIN" -pensaba Etsuko con una sonrisa feliz mientras seguia escribiendo su examen. Una vez que lo completó entregó el examen y sacó un manga shonen y empezó a leerlo intentando contener la risa- "Nada mejor después de un examen. ¡¡Dios mío!! ¡¡Por Kami!! Ese Gigi es un loquillo. ¡¡Encima necrofilico!! Fijo que lo ha hecho con Bambietta y por eso Yumichika olia a semen"
Etsuko siguió leyendo el manga hasta que sono la campana anunciando el recreo. Murayama y Katase ya estaban esperandola en la puerta. La pelinaranja les dedicó una sonrisa y se marcharon al patio. Durante el recreo, las tres se marcharon a un rincón vacío y solitario a hablar.
- ¿Cuál es el plan? ¿Sigue siendo el mismo? -preguntó Murayama
- Por supuesto, no queremos levantar sospechas... aún no es el momento -contestó Etsuko
- Pero, Bucho... -contradijo Katase algo preocupada.
- Seria sospechoso que de la noche a la mañana dejéis de ser fangirls de Kiba. También sería sospechoso que yo vigilara demasiado a Issei.- argumentó Etsuko con una sonrisa.
- ¿Y si os encontráis de casualidad? -preguntó la chica de cabello recogido en una coleta.
- No siempre parecería casualidad. Recuerden ésto. En este mundo no existen las casualidades, solo lo inevitable. -Etsuko alzó un dedo y habló sabiamente.
Mientras todo ésto sucedia, Issei fue al club de Ocultismo para contarle a la presidenta acerca del encuentro con la monja, Rias le explicó el por qué no debía acercarse a la iglesia.
- Nunca más vuelvas a acercarte a una iglesia. Las iglesias son territorios hostiles para nosotros, los demonios. Con tan solo entrar alli incitaras peleas entre Dios y los demonios. Nunca sabrás cuando podrán atravesarte con una lanza de luz
- ¿En serio? -Issei se estaba apoyado en unas barandillas
- Tus instintos demoniacos debieron sentir el peligro. Estar junto a alguien de la iglesia es como invitar a la muerte, especialmente porque la mayoría de exorcistas de la iglesia posee un Sacred Gear. Issei, exorcizar a un demonio supone aniquilarlo por completo. Entonces te convertirias en la nada. En nada. No sientes nada, no puedes hacer nada. ¿Sabes que es eso? Siento si parecía estar enojada -Habló Rías en tono severo, pues el asunto no era moco de pavo-
El recreo acabó y todo el mundo volvia a clases. Ese día tenian dos horas de matemáticas separadas por el recreo. La ojirroja estaba muy feliz, porque con suerte le daban la nota de su examen. El profesor empezó a llamar a los alumnos para darles la nota.
- Etsuko Sato -la dulce pelinaranja se acercó feliz para ver su nota. Recogió el examen y volvio a su pupitre.
Una vez en su lugar, le dio la vuelta a la hoja y su rostro quedó en shock.
- ¿P-Porque me pasa siempre a mi? -dijo empezando a llorar comicamente. La nota de su examen era de un cero como una catedral.
Entonces se fijó en que Koneko había ido a por su examen. Una vez que la peliblanca volvió a su pupitre Etsuko le preguntó.
- Koneko... ¿Cuál es tu nota? -sentía curiosidad por saber la nota de la chica. La peliblanca no respondió, solo la miro con su rostro exento de emociones y alzo la hoja mostrandole una nota de cien puntos de cien posibles. Etsuko inclinó su cabeza mientras seguia llorando comicamente.
Las clases acabaron y Etsuko volvía a su casa lentamente. No tenía ninguna necesidad de correr debido a que no poseía padres. Su mayor preocupación ahora mismo era ponerse a repasar sus errores en el examen.
- "¿Por qué suspendo las matemáticas? ¿Por qué se me dan tan mal?" -Pensaba la chica afligida completamente.
Una presencia hizo que volviera a la realidad. Sabía de quien se trataban.
- "Rias ha hecho su movimiento ¿Huh? Supongo que vigilaran a todas las personas que están relacionadas con Issei. Eso me incluye, debido a la cercanía y vigilancia que tengo sobre él. Afortunadamente me adelanté a ti, querida Rias" -La chica esbozó una sonrisa leve- "Aunque no me esperaba que mandara a su reina tras de mí, eso significa que sospecha más de mí que del resto"
Etsuko siguió actuando de forma normal. Se detuvo y abrió una piruleta. Siguió caminando en silencio. La presencia de Akeno se esfumó.
- "Ya era hora de que se marchara, estaba empezando a sentirme acosada, pero eso significa que iran a esa mansión. He de prepararme para ello"
La pelinaranja desapareció en una luz dorada y volvió a su casa. Alli la estaban esperando sus dos amigas.
- Murayama, Katase, veo que también os habéis dado cuenta. Preparaos, no entraremos en acción, pero si la cosa se complica habrá que dejarse ver -la chica suspiró- Aunque no pasará nada
- ¡¡Hai Bucho!!
La noche llegó. Rias y los demás se encontraban en una especie de tutorial para Issei sobre el funcionamiento de las piezas y su similitud con el ajedrez. El demonio era horrible, era una mujer con una forma parecida a una araña y lanzaba rayos de energía por los pezones. Fácilmente acabaron con ella. Akeno entró en modo sadomasoquista, Kiba y su velocidad, Koneko y su fuerza bruta. Cuando más herida estaba decidio atacar, Rias bajó la guardia e Issei la protegió y su Sacred Gear. Rias la mató ya que la demonio se lo pidió, pero lo que nadie sabía era que había más demonios en esa mansión. Cuando se dieron cuenta, estaban rodeados y los demonios atacaban.
Desde fuera, subidas a unos árboles, Etsuko y compañía veían todo por una ventana.
- Etsuko, están en problemas. ¿Qué hacemos? -la que preguntó fue Katase
- Nada por ahora, además... desde aquí tengo alcance de disparo -la pelinaranja sonrió.
- ¿Que vas a hacer? ¿Otra vez el escudo? -Murayama preguntó curiosa.
- Ya lo veréis -su mano empezó a brillar en dorado.
En la mansión, el grupo de Rias fue rodeado por un escudo que les protegía de los ataques enemigos al mismo tiempo que devolvía esos ataques con el doble de potencia. En un instante los enemigos se destruyeron entre sí.
Etsuko deshizo el escudo y se marcharon antes de que Rias y el resto entendieran que narices era ese escudo, y es que la cara de WTF que tenían era digna de grabación, incluso Koneko que nunca muestra sus emociones tenia la misma cara de asombro. Mientras volvían a casa, el trío estaba riendose de las caras del equipo de Rias.
En la mansión, Rias y su equipo habían salido del shock, todos miraron a Issei de forma interrogante.
- Esa energía es la misma que me protegió contra ese ángel caído. Aunque en aquella ocasión no repelía los ataques -explicó el chico pervertido
- Ya veo. Volvamos a Club. Quiero los informes sobre las personas que mandé investigar
-Hai Bucho -Dijeron todos y se marcharon de allí
En una casa tétrica a las afueras de la ciudad, un exorcista callejero estaba matando cruelmente a una chica de cabello color azul, 72 puñaladas le metió, y por si fuera poco, le cortó la cabeza. Las paredes y puertas de toda la casa estaban llenas de sangre al mas puro estilo gore.
En casa de Etsuko, las chicas se encontraban muy animadas hablando.
- ¿Les visteis la cara? -dijo Katase, entre carcajadas
- La cara de Koneko-chan era muy kawaii -añadió ahora Murayama llorando de la risa
- La mejor era la de Rias -hablo la pelinaranja
- Lo que daria porque ella lo hubiera visto -dijo ahora Murayama. Un silencio adornó la sala.Ya no se oían risas y la tensión se cortaría con un cuchillo. De pronto Etsuko se levantó
- Creo que iré a hacerle una visita. Hace medio año que no sabemos de ella -dijo Etsuko con una sonrisa desapareciendo en una luz dorada.
La pelinaranja apareció en la puerta de una casa a las afueras de la ciudad. Su pintura color azul grisáceo y azul marino le daba un aspecto muy tétrico. La joven entró a la casa como Pedro por su casa. Las paredes goteaban sangre, las puertas derruidas y en el salón había un exorcista callejero apuñalando a un cadáver decapitado. Eso hizo hervir su sangre. La joven carraspeó para llamar la atención del exorcista.
- ¿Se puede saber por qué mataste a mi amiga? -preguntó la joven sin poder contener su enorme enojo.
- ¡¡Era una demonio y tenía que matarla, al igual que tu vas a morir ahora mismo!!
El exorcista se lanzó al ataque pero a medio camino se detuvo, temblando y completamente paralizado por la mirada de la pelinaranja y la sonrisa tétrica que esta le echaba, así como el instinto asesino que esta emanaba.
- Marchate de aquí -lo dijo en tono suave, que acompañado con esa sonrisa hizo que el exorcista se alejara y saliera por la ventana que era lo más cercano. Ni siquiera cogió la puerta.
Etsuko se acercó a la ventana por la que salió el exorcista y miró hacia afuera.
- Ya era hora de que se fuera ese exorcista pesado -se escuchó una voz.
-Y se ha meado en los pantalones -habló Etsuko sin dejar de mirar la ventana ni girarse.
- Ha pasado un tiempo desde la última vez
Etsuko solto una carcajada, mientras una chica peliazul, no muy alta, con algunas curvas y pechos grandes, un poco mayores a los de Asia, pero no al nivel de Rías, salía de las sombras. La chica era mayor que Etsuko.
- Tienes razón, Tirani -Etsuko sonrió y le dio la espalda a la ventana- No esperaba menos de tí, siempre trolleando a todo el mundo, pobre exorcista
- Tu actuación también fue muy buena -dijo la joven conocida como Tirani entre risas- ¿Viste como salió corriendo? Si supiera que ha estado apuñalando a un cojin se enfureceria.
- Creo que no volverá a perseguirte más, pero por si acaso, deberias venir a casa conmigo. Pero te dejaré la opción a ti. Además, de que tengo planes y es hora de que vuelvas. Katase y Murayama están preocupadas por ti. -Etsuko la miró sin perder su clasica sonrisa- ¿Te fue bien en tu objetivo?
- Aún quedan muchos, pero tendré paciencia. Tarde más o menos, pillaré a todos, así que supongo que me tomaré unas vacaciones.
- Como quieras -Etsuko sigue sin perder su sonrisa- En mi casa siempre estara la puerta abierta para ti
Tirani se lo pensó durante un tiempo. Tiempo que parecieron horas, el asunto era realmente serio.
- Acepto. Total, no tengo nada que hacer aquí ya. Además, te eché de menos. -dijo la chica sonriendo. Inmediatamente se lanzó contra Etsuko y puso su cabeza en sus pechos y empezó a moverla- Y a estas dos también
La pelinaranja tenía una gotita comica resbalandole por la sien
- Tirani... no es momento para eso -la pelinaranja no sabía como decirlo sin parecer descortés, de hecho estaba acostumbrada a ello pero realmente no era el momento para hacer eso.
- Tienes razón, lo siento -se separó de la chica.
Ambas desaparecieron en una luz dorada volviendo a la casa de la pelinaranja
Mientras, en el club de Ocultismo, todos pasaron a darles el informe de la investigación a Rias
- Respecto al dúo de pervertidos, todo normal. No demuestran nada de poder ni están relacionados con los ángeles caídos o los demonios -dijo Koneko, comiendo una piruleta.
- Entiendo. Kiba, tu informe -ordenó Rias.
- Las chicas del club de Kendo tampoco han demostrado nada anormal -habló el pelirrubio.
- Ya veo. Creo que nos hemos equivocado -Rias estaba pensativa. Demasiado.
- Akeno. ¿Descubriste algo sobre esa tal Etsuko? Siempre está cerca de Issei, de alguna forma aunque sea indirectamente
- Tampoco, Bucho. Estuve vigilandola de forma normal. Ni siquiera demostró nada extraño. Aunque mientras la observaba sentí que alguien o algo me vigilaba a mí pero por más que buscaba alguna presencia todo estaba normal -contestó la reina
- ¿Alguno de vosotros tuvo esa misma sensación? -preguntó Rias. Kiba y Koneko negaron con la cabeza- Entiendo.
En casa de Etsuko, la pelinaranja y la peliazul habían regresado. Tras preparar algunas tazas de té, Etsuko se sentó en el ahora animado salón. Era tal el alboroto que algunos vecinos escuchaban los gritos de júbilo de las jóvenes. De pronto ese silencio cesó.
- ¿Cuál es el plan ahora, Bucho? -La pregunta era de Katase.
- No varía en nada, ninguna de nosotras debe acercarse a Issei demasiado seguido -dijo la pelinaranja dando un sorbo a su té.
- Entendido -Respondió Murayama
- Yo quiero saber algo, Bucho, ¿Como os conocisteis Tirani y tu? -preguntó Katase con una mirada que era imposible negarse.
- Bueno, veréis... -habló Etsuko
FLASHBACK
P.O.V ETSUKO
Tenía cinco años de edad, iba caminando por la ciudad. Era un miércoles por la tarde, una tarde soleada de verano y la Shonen Jump y la Shonen Sunday se acababan de publicar. Bleach había comenzado ya la cúspide de la saga de la Sociedad de Almas. Tan en mis sueños iba que por un despiste acabé chocando con alguien y ambas personas caímos al suelo.
- ¡¡Ay!! -se quejó una vocecita. Me empecé a sobar el trasero, abrí los ojos y ví a una niña peliazul, mas o menos de mi misma altura.
La chica, al igual que yo, se estaba sobando el trasero. Me levanté rápidamente y ayudé a levantarse a esa niña, fue entonces cuando ella vió su helado en el suelo.
- ¡¡Buuuahh!! ¡¡Mi helado!! -la niña empezó a llorar, y armar un berrinche. Sabiendo que la culpa era mía por andar despistada observé el dinero que poseía.
Agarré a la niña y salimos corriendo al puesto de helados que había en el parque. Le compré un helado igual al que tenía cuando chocamos y de paso me pedí otro igual. Nos sentamos en un banco y fue entonces, tras un largo silencio, decidí empezar una conversación.
- Oye, siento mi despiste de hace un rato -dije con una sonrisa sincera.
- No te preocupes. Todos tenemos despistes, ambas tenemos el 50% de culpa en este incidente. Yo tampoco estuve prestando atención. Soy Kyoko Sakurani. Tengo 7 años -la niña me sonrió.
-Etsuko Sato. Tengo 5 años. Encantada de conocerte, Tirani-chan -sonreí
Debido a mi edad y mi confusion con los Hiraganas y los Katakanas terminé llamándola Tirani. Así que, se le quedó ese apodo pese a las protestas de la chiquilla. Quedamos para jugar al día siguiente, y justo cuando llegué ella tenía la Shonen Jump y la Shonen Sunday en sus manos.
- Toma -Tirani me las entregó tímidamente.
Ese hecho me sorprendió bastante, no me esperaba algo así. Estaba dudando entre cogerlo o no. Tras un rato titubeando, las cogí
- No tendrías que haberte molestado -le sonreí.
Ese día fue inolvidable. A partir de ese día fuimos viendonos cada vez más y al final nos volvimos tan cercanas que nuestra relación daba la imagen de unas hermanas disfrutando su infancia en vez de dos grandes amigas. Nuestro lazo se hizo tan fuerte que nada ni nadie podría cortarlo.
FIN P.O.V ETSUKO
FIN FLASHBACK
Las chicas guardaron silencio durante la narración.
- Así es, incluso en éstos días. Cada una de nosotras daría la vida por la otra y por consiguiente, por las personas que nos importan -habló Tirani
- Pero, Tirani-chan ¿Como supiste que Etsuko quería las dos revistas? -preguntó curiosa Katase.
- Etsuko es un libro abierto. Durante el trayecto de regreso de ese día, observé que miraba mucho las tiendas de revistas y haciendo cuentas deduje que el dinero que se había gastado en los helados era la suma total del precio de ambas revistas. Además, en una de esas tiendas estuvo mirando las portadas de la Jump y la Sunday. Así que blanco y en botella. -sonrió sinceramente mirando a las chicas.
- Pero, Etsuko, ¿Donde guardas esas revistas? -preguntó Katase observando la habitación de la pelinaranja
- Esas dos revistas son uno de mis grandes tesoros.
Se levantó y se dirigió al armario. Abrió la puerta y sacó dos revistas plastificadas. Pese al paso del tiempo estaban como nuevas. Era evidente que la chica las conservara muy bien, pero no esperaban que las conservara casi como si estuvieran recién salidas de la imprenta, hasta la peliazul se sorprendió bastante. Etsuko las guardó con cuidado y se sentó en el sofá
- Pero eso no explica el...-Katase empezó a hablar pero un bostezo de Murayama la interrumpió
- Es tarde, mañana hay clases y hay que madrugar, Katase -dijo la chica en cuestión
- ¡¡Es cierto!! Nos vemos mañana -dijo Katase
Ambas chicas desaparecieron en una luz dorada.
Etsuko, ¿Estas segura de dejar la narración ahí? Tarde más o menos, tienen que enterarse...
- Lo sé, pero aún no es el momento de ello. Todo a su debido tiempo -respondió la chica mirando a la ventana- Mañana iniciaras tercero. La única clase con mesa libre de tercero es la de Rias y Akeno.
Tirani esbozó una sonrisa maliciosa. Etsuko la miró con una gotita anime cómica.
- ¿Y bien? ¿A quien vas a torturar? -preguntó la pelinaranja
- Akeno Himejima -dijo con una sonrisa que hizo que a la reina de Rias le diera un escalofrío en la sala del club de Ocultismo
Etsuko solo la miró aún con la gotita
- Pobre Akeno. No sabe lo que se le viene encima -Etsuko tuvo un pequeño escalofrío. Hacia tiempo que no veía a Tirani sonreir de esa forma.
La peliazul tenía una sonrisa maliciosa mientras preparaba su maleta.
- Me voy a dormir, estoy cansada -dijo la pelinaranja. entrando a su habitación, mientras la peliazul metía chuletas de plastico y otros artículos de broma en la maleta, así como los libros. Luego se fue a dormir a la habitación de Etsuko, donde ésta había preparado una cama para ella.
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¿Quién será esa chica? ¿Qué planea hacer? ¿Sobrevivirá Akeno? Todo esto y más en el próximo capítulo
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