CAPÍTULO 12. ENTRENAMIENTO EN EL LUGAR NEGRO ¡LA ACADEMIA KUOH BAJO ATAQUE!
¡Hola, hola! Aquí Yue con un nuevo capítulo de Génesis. Los personajes de High School DxD no me pertenecen, exceto los OC's que aparecen en éste fic, y algunas partes de la trama
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Al día siguiente, vemos a todos desayunando alegremente en el amplio salón del templo, aunque Etsuko estaba hablando alegremente con Asia, Irina y Xenovia, las dos últimas insistiendo en que nuestra pelinaranja fuera al Vaticano, que era donde debía estar, conversación que llamó la atención del resto.
-A ver, chicas. Mi lugar está aquí, ya no soy Elie, o Dios, como prefiráis. Además, con el hecho de que Dios está muerta y volvéis con dicha información, el Vaticano os ejecutará para evitar que la verdad salga a la luz. Lo mismo pasará conmigo si voy, me acusarían de herejía y tendría que destruir la iglesia romana e imagino que no querréis éso, además de que le causaría un dolor de cabeza tremendo a Michael, Gabriel y Rafael. Imagino que no querreis éso ¿Verdad?
Ante ese argumento, las dos enviadas de la iglesia solo pudieron guardar silencio.
-Entonces... ¿Qué pasará con nosotras? -preguntó Irina preocupada
-Tres semanas, viviréis aquí tres semanas. En ése tiempo habrá una reunión de facciones, ya que un 'anónimo', mediante una carta, informó a los Maou del ataque de Kokabiel y el rumor se ha extendido por las facciones -respondió Yushiko rápidamente- Tenéis tres semanas para decidir qué hacer
-Recomiendo que esperéis ésas tres semanas, chicas. Al fin y al cabo, hay ciertas personas que aún tienen planes para vosotras dos y alguien más. -aconsejó Tirani dando una media sonrisa, que se volvió maliciosa dandole escalofríos a casi todos- Y yo soy una de ellas.
Un silencio adornó la sala mientras que la bromista seguía comiendo como si no hubiera un mañana. Tras media hora, todo estaba recogido y el grupo estaba sentado en el patio interior, Etsuko y Yushiko estaban serias lo que indicaba que la conversación del día anterior no había concluido.
-Bueno, pues siguiendo con lo de ayer, espero que no os moleste que os usemos como peones una vez más -dijo la pelinaranja mirando hacia Rías y a su séquito.
-Según cierto informe dado por alguien que se ha infiltrado en el inframundo como Pedro por su casa, hay cierto matrimonio que pensamos anular. -añadió la pelirroja menor seriamente- Entonces se nos ha ocurrido varias formas de anularlo, pero son muy arriesgadas. Debemos pensarlas detenidamente con los pocos datos que tenemos.
Rías y Akeno abrieron los ojos completamente sabiendo a lo que ambas se referían, al igual que Sona que dio una imperceptible sonrisa.
-Por éso, además de entrenaros como teníamos pensado, lo haremos un poco acelerado. El plan de entrenamiento trataba de un entrenamiento básico reforzando vuestros puntos débiles en un plazo de tres fines de semana, pero según nuestro informante, en unos cuatro días llegará el prometido a reclamar la mano de la novia, por lo que hoy y mañana os someteremos a un entrenamiento más intensivo del planeado -Explicó Etsuko mirando con algo de pena al grupo Gremory, más que nada porque Tirani también sería una de las 'maestras' y éso sólo significaba una cosa: O entrenas hasta caer rendido o mueres.
-Así que no lo pondré fácil, preparaos porque la batalla contra Kokabiel será un paseo por el parque comparado con el entrenamiento que os tengo preparado -dijo Tirani dando una sonrisa que aterró incluso a sus amigas.
-Tampoco te pases, Tirani-chan, aún es pronto para que ellos aguanten tus entrenamientos extremos -habló Yushiko con cierta preocupación.
-Bueno, el entrenamiento consistirá de tres fases intensivas con el fin de mejorar esos puntos débiles que observé durante el combate contra Kokabiel. Fase 1, entrenamiento físico con el fin de aumentar vuestra fuerza, resistencia y demás atributos, Tirani se encargará de ésto -explicó Etsuko de forma nerviosa.
-Preparaos para las tort... Digo, las prácticas -dijo Tirani con una sonrisa demasiado dulce.
-Bueno, la fase 2 es entrenamiento mágico para controlar los Sacred Gear sin gastar tanto poder inútilmente, ésto también se aplica a Rías y Akeno. Etsu-chan se encargará de ésa parte -añadió Yushiko con una sonrisa tranquilizadora.
-Finalmente, la fase 3, la que en mi opinión es una reverenda mierda... Entrenamiento Táctico y Militar. Yushiko se encargará de ésta disciplina, aunque básicamente, ésta no la tocaremos mucho... -explicó Tirani, ignorando la cara que puso la pelirroja menor- Por ahora.
-El plan de trabajo os lo diremos cuando estemos en el lugar en el que entrenaremos. -dijo la pelinaranja con tono misterioso.
Cada quien estuvo en silencio un rato, hasta que Sona lo rompió al recordar algo
-Rías... La profecía se está empezando a cumplir -su tono era de seriedad absoluta, al parecer era algo importante, puesto que Rías se mordió la uña del pulgar derecho.
-¿Huh? ¿De qué profecía habla, Kaichou? -preguntó Saji con duda en su rostro, al igual que los demás, incluyendo al grupo de Etsuko.
-Una profecía muy antigua, se creía que fue escrita antes de la gran guerra, pero más tarde se descubrió que era posterior a ella. La profecía habla del reencuentro entre tres líderes desaparecidos y cuando se produzca el encuentro, se desatará una guerra aún mayor que la anterior. -respondió la seria presidenta del consejo estudiantil.
-Tal vez... -murmuraron Etsuko, Yushiko y Tirani, afortunadamente nadie las escuchó.
-Ya veo, ésa misma profecía se encuentra en Grigori, aunque nadie le dio importancia -mencionó Mittelt con el índice derecho en el mentón.
-Con la revelación de que Etsuko es la reencarnación de Dios, cabe la posibilidad de que las otras dos también hayan reencarnado. -añadió Murayama.
-Yo me encargaré de buscar cualquier tipo de información sobre el tema -dijo Sona tan seria y responsable como siempre- Hay que impedir que se encuentren y se maten entre ellas.
-Muy bien, es hora de que nos marchemos a entrenar -habló Etsuko cortando de raíz el tema y repartiendo unas mochilas- Hay que ponernos a tono y solo tenemos dos días
Antes de que el grupo de Sona se fuera, Tirani añadió con una sonrisa demasiado dulce
-Esta vez os librais, la próxima vez vais a sufrir el mismo infier... Entrenamiento que les haré pasar a Rías y a su séquito.
Todos tragaron duro mientras sudaban como cascadas, excepto Akeno que estaba con su clásica sonrisa modo 'masoquista'. Una vez el Consejo Estudiantil se marchó, hubo un momento de silencio.
-Es hora de partir. Formad un círculo, agarraos de las manos, no os solteis por nada del mundo. Será doloroso el viaje, pues iremos a un lugar olvidado... Un lugar donde nadie quiere volver a entrar. ¿Lleváis las mochilas que os hemos dado? -dijo Etsuko creando un círculo mágico bastante amplio.
Una vez todos agarrados de las manos, desde el círculo mágico empezaron a salir rayos de diferentes colores mientras el cuerpo de los presentes comenzaban a sentir un calambre que poco a poco se volvió dolor agudo, finalmente, desaparecieron en un haz de luz dorada para aparecer en unas montañas completamente negras, fruto de las rocas y tierra de granito que poblaban la zona.
-Bienvenidos al lugar más olvidado del mundo. -habló Yushiko observando los alrededores.
El guantele de la Boosted Gear se materializó.
-Así que, éste lugar, lo veía venir cuando lo mencionaste -habló Ddraig con un tono que denotaba algo de confusión- Pero... ¿Por qué este lugar exactamente?
-Éso es porque aquí es un buen lugar para el entrenamiento que tenemos pensado -respondió Tirani con simpleza, aunque algo molesta, que afortunadamente nadie notó.
-¿Qué es este lugar? -preguntó Irina mirandolo con confusión.
-Simplemente el lugar más olvidado del mundo, mejor dicho, el lugar donde se disputó la guerra de facciones, pero no os preocupeis, estamos lejos de la zona donde hubo el conflicto -respondio Etsuko dando una sonrisa triste.
-Bueno, como veis, esta montaña es bastante alta, tiene 200 metros de alto. Vuestro objetivo es escalar hasta la cima, usando las manos y los pies. El que vuele será castigado y creedme que el castigo es peor que la escalada. Una vez arriba, empezará el verdadero entrenamiento. Teneis dos horas. Nos vemos en la cima -Habló Tirani escalando junto a sus amigas como si se estuvieran corriendo por una cuesta hasta que se perdieron de vista.
-A veces me pregunto como lo hacen -dijo Katase con una gotita anime cómica comenzando a escalar seguida del resto.
Mientras tanto, en la cima, el trío se encontraba jugando al chinchón a los pies de una torre enorme.
-Fue bueno haber creado una réplica de la Torre de Babel para el entrenamiento, gracias por la sugerencia, Tirani -Etsuko lanzó el Rey de Copas, que fue recogido por Yushiko- Además de la idea de crear habitaciones para todos en la última planta, aunque estoy seca de poder mágico.
Yushiko cerró la mano, mostrando sus cartas con una sonrisa triunfal.
-Anotad, -50
-Joder, me ha pillado bien. 60 puntos para mí -bufó la peliazul
-A mi no me ha dado tal sablazo, pero sí que tengo lo suyo. 37 para mí. Otros 40 puntos y estás fuera, monada -añadió Etsuko con una sonrisa.
Dos horas más tarde, vemos al resto jadeando tratando de recuperar el aliento mientras nuestra peliazul aplaudía irónicamente.
-Felicidades, un segundo más tarde y os hubiera lanzado montaña abajo otra vez. En fin, ahora comienza el entrenamiento. ¡ARRIBA, HOLGAZANES! -ordenó con tono de molestia. Inmediatamente todos se pusieron de pie como un resorte, nadie quería enfadarla.- Bien, así me gusta, lo siguiente es subir ésa torre, no os preocupéis, hay escaleras. Arriba podéis acomodaros, y soltar lo que os hemos entregado.
Todos empezaron a subir escaleras, pero por más que subían no llegaban al primer piso.
-¿Cuanto falta para llegar? -se quejó Issei respirando agitado.
-Pues, son quince plantas, 10.000 escalones entre plantas, así que aún nos queda para llegar a la primera -informó Yushiko con tono de comprensión.
Tirani sólo rió de las caras de todos, Etsuko suspiró con pesadez.
-"Tirani es un demonio" -pensaron todos shockeados y aún no sabían lo que la chica les tenía preparado.
Tras una hora y media, al fin llegaron arriba.
-Muy bien, holgazanes. Lo habéis hecho bien. Acomodaos en cualquiera de las habitaciones. ¡Tenéis media hora de descanso! -ordenó la peliazul mientras entraba en una habitación junto al lado izquierdo de las escaleras.
Etsuko estaba en la ventana de su habitación mirando a la lejanía. Su habitación estaba justo al lado derecho de las escaleras. Una lágrima cayó por su mejilla izquierda, que rápidamente se secó antes de que Yushiko entrara al lugar.
-¿Lo tienes todo listo? -le preguntó la pelirroja, aún sabiendo la respuesta. La pelinaranja asintió- Sabes que podrías haber escogido otro lugar. ¿Por qué éste precisamente sabiendo que te hace daño?
-Porque es un lugar sin vida, y para entrenar sin límites es el mejor lugar, aun si me destroza el alma estoy dispuesta a ello si con éso expío mis pecados -contestó con una sonrisa triste empezando a llorar otra vez.
-No ha sido buena idea, no me gusta verte así -la chica le dio un abrazo y le acarició la cabeza.
Etsuko le devolvió el abrazo mientras volvía a calmarse, todo éso visto por una peliazul que dio una sonrisa.
-"Idiota" -pensó mientras regresaba a su habitación.
La media hora pasó y todos estaban frente a Tirani, Etsuko y Yushiko.
-Bien, escuchad con atención porque no lo voy a volver a repetir. ¿Queda claro? -todas las futuras víctimas asintieron- Bien. Para empezar y viendo vuestras debilidades. Los Caballos necesitais más fuerza física, esto también se aplica para Xenovia e Irina. Para éso vais a usar esta ropa pesada -les dio unas chaquetas de 50 kg a cada uno, que al cogerlas intentaban mantenerse de pie, y tras un rato consiguieron ponérselas- Y vais a subir y bajar las escaleras usando ésta chaqueta. ¡Empezad!
Todas las piezas Caballo y las enviadas de la iglesia comenzaron con el ejercicio.
-Las Torres os hace falta velocidad, así que, como tenéis más fuerza física que el resto, vais a usar éstos pantalones que pesan 150 kg -explicó nuevamente la peliazul mientras Yushiko les entregaba los pantalones y se lo colocaban como podían- ¡Empezad!
Al igual que los Caballos comenzaron el ejercicio bajando las escaleras.
-Los Alfiles os especializais en magia de apoyo, pero necesitaréis fuerza física y velocidad, especialmente tú, Asia. Vais a usar este chándal completo. 25 kg en los pantalones y otros 25 en la chaqueta. -al igual que con el resto, les dio sus respectivas ropas- ¡Comenzad!
Sin más que decir hicieron caso. Nadie quería hacerla enfadar.
-Rías, Akeno, Issei... -Tirani dio una sonrisa maligna- Vosotros, al igual que las alfiles, vais a hacer el mismo ejercicio, pero con 50 kg por parte. -les dio sus respectivas prendas- ¡Comenzad! ¡Ah! Decidle al resto que debe ser corriendo y que teneis una hora para una carrera de abajo hacia arriba.
Un par de minutos después, Yushiko rompió el silencio.
-¿No crees que te has pasado? No aguantarán hasta la tarde para el entrenamiento de Etsuko. -dijo apoyandose en la pared frente a las escaleras.
-Tal vez sí, pero es necesario -habló la pelinaranja sorprendiendo a ambas, ya que ella solía no ser tan estricta con los entrenamientos duros- ¿Qué? Sólo tenemos dos días y hay que prepararles bien.
Las dos restantes suspiraron de alivio, creían que la chica había perdido los tornillos por estar en el lugar que tan malos recuerdos le traían. Un silencio adornó la planta, cada una con sus propios pensamientos. Etsuko recordando la guerra, Tirani pensando nuevas torturas para el entrenamiento y Yushiko haciendo planes sobre las cosas que enseñaría cuando llegara su momento de entrenar al grupo.
Tras una larga hora, los torturados estaban jadeando en el suelo.
-¡Muy bien! No os quitéis las chaquetas. Vamos a almorzar, os toca hacer la comida y luego os toca el entrenamiento con Etsuko. -habló Tirani con una extraña sonrisa que aterró aún más al grupo.
Una vez que almorzaron, comenzó el entrenamiento de Etsuko. Para ello tuvieron que salir de la torre, obviamente, bajando por las escaleras, ya que la chica no les permitió salir por las ventanas.
-¡OK! Sentaos en el suelo. Nadie debe contenerse. ¿Queda claro? Para empezar, debeis poneros en posición de loto, relajados completamente. -la chica estaba seria, más de lo habitual. Todos se pusieron en posición de loto- Muy bien, ahora mente en blanco, no penséis en nada, regulad la respiración, llenad los pulmones y soltad el aire a un ritmo acompasado pero tranquilo, como si estuvierais dormidos -Una vez que vio a todos más o menos concentrados, pasó a explicar el tercer paso- Debéis buscar vuestro poder interior, éste tiene diferentes colores según la persona, al igual que la cantidad que poseeis. Puede ser rojo, negro, verde... Mucho, poco... ¡Buscad éso en vuestro interior!
La pelinaranja se sentó y se mantuvo en silencio dejando que el resto se concentrara debidamente. Al cabo de unos cinco minutos, tanto las caídas, como Rías y Akeno estaban rodeadas de energía, cosa que no le sorprendió debido a que eran quien mejor control de su poder tenían, aunque sabía que Akeno se estaba conteniendo para no usar el poder de Baraquiel
-Rías, Raynare, Mittelt, podéis acercaros para explicaros el cuarto paso, Akeno, te estás conteniendo y éso es inútil, seguirás en el paso tres. -ordenó la pelinaranja.- Tirani, Yushiko, enseguida vuelvo, vigilad que no hagan trampa.
Diciendo éso, la chica se llevó a las mencionadas a una distancia prudente para que nadie escuche el cuarto paso.
-Muy bien, antes de volver os explicaré el cuarto paso. Una vez que habéis localizado vuestra fuente de poder, el objetivo es dirigir la menor cantidad de magia posible por todo el cuerpo. Éste paso es de los más complicados, pues debéis separar la menor cantidad de magia posible de ésa fuente de poder. -explicó creando una pequeña bola de poder dorado- Aunque ésta bola sea pequeña, su poder destructivo podría destruir fácilmente una lanza de Kokabiel subestimando a su enemigo. Ya saben lo que se dice: 'Las mejores esencias se guardan en frascos pequeños'. Si lograis completar éste paso, podríais usar ataques devastadores usando la mínima cantidad de magia posible lo que os facilitaría mucho en caso de batallas largas. ¿Entendido? -Las chicas asintieron- Volvamos.
Al regresar, las chicas tenían una gotita anime cómica debido a la escena presente, y es que Tirani estaba tirándole de la oreja derecha a Akeno.
-¿Qué ha sucedido aquí? -preguntó Rías mirando a Yushiko.
-Akeno trató de pasarse de lista y quería espiaros para saber cual era el cuarto paso y Tirani-chan se lo está impidiendo -explicó la chica con tono tranquilo mientras que Tirani volvía a su posición.
-Ok. Has hecho bien, Tirani. A partir de ahora, quien trate de pasarse de listo, recibirá un castigo. ¿Queda claro? -habló Etsuko con un tono demasiado dulce.
-¿Quién eres y que has hecho con Etsuko? -bromeó Tirani sacandole la lengua a la pelinaranja.
-¿Quién sabe...? -le respondió siguiendo la broma con una sonrisa, antes de volver a la seriedad.
Media hora más tarde, Asia logró encontrar la fuente de su poder, era lo normal tirando a pequeña.
-Ésto es un problema -murmuró Yushiko mirando a la rubia- Si Asia pasara al cuarto paso podría ser demasiado para ella. ¿Qué harás, Etsu-chan?
-Nada. Pasará directamente al cuarto paso, tengo confianza en ella, lo logrará -respondió la pelinaranja con bastante seriedad- Aunque las posibilidades de que lo logre son bajas debe superar sus límites, aún si éso implique que pueda hacer Alluh Akbar, como cierto gorila en cierto anime.
-¿Estas segura de ello? -preguntó Tirani apoyandose en una roca y mirando seriamente a la chica, buscando algún atisbo de duda en la chica, que se acercó a la ex-monja y la ayudó a levantarse.
-Lo estoy, jamás mandaría a nadie al matadero sin tener confianza en que lo logrará -respondió mientras se llevaba a Asia- Tirani, Yushiko... Os encargo la vigilancia. No quiero espías innecesarios.
Una vez fuera de rango, Etsuko procedió a darle la misma explicación que a Rías y a las caídas. Al poco tiempo, volvieron y Asia comenzó a trabajar a ritmo lento pero contínuo. Varias horas pasaron y el sol se empezaba a poner, así que dieron por finalizado el entrenamiento.
-Nada mal para el primer día, aunque hay cierto cambio de planes. He decidido que el próximo entrenamiento se haga en otro lugar. -explicó la pelinaranja mirando seriamente al grupo- Descansad esta noche, mañana a primera hora haremos un último ejercicio aquí y volvemos al mundo humano.
-Retiraos, nosotras tres nos encargamos de la cena. -ordenó la bromista con un tono malhumorado.
Haciendo caso a la orden de la peliazul, se retiraron en menos que canta un gallo, dejando solas a las tres chicas.
-Has hecho bien, no se puede trabajar en un lugar donde hay malos recuerdos -habló la pelirroja mientras cortaba unos tomates.
-No se puede evitar, aunque... -Etsuko hizo una pausa mientras dejaba de picar unas cebollas mirando por la ventana.
-No te preocupes más de lo necesario -dijo Tirani soltando en el fuego una olla de mejillones antes de ponerse a trocear pimientos verdes y rojos. La pelinaranja asintió volviendo a picar las cebollas.
Tras un tiempo, la cena estaba lista, aunque sólo eran mejillones con pipirrana, la cantidad era bastante como para alimentar a tres batallones. Poco después, todos se fueron a dormir, o casi todos, ya que ciertas hermanas estaban en una discusión en el salón improvisado de la torre.
-¿¡Por qué no me permites ir al cuarto paso!? -preguntó la pelinegra molesta.
-Te lo repito, Akeno. No estas preparada para el cuarto paso, y nunca lo estarás mientras no aceptes tu realidad -le respondió la pelinaranja bastante seria.- No vuelvas a tocar éste tema hasta que no la hayas aceptado. Buenas noches.
Con éso dicho, la pelinaranja entró a su cuarto y cerró la puerta lista para dormir, pero su sueño no era muy tranquilo. Estaba volando, por alguna razón, el cuerpo le dolía mucho. A la lejanía pudo ver a dos chicas malheridas hablando entre ellas antes de lanzarse nuevamente la una contra la otra. A su alrededor solo había caos y destrucción, cadáveres, ríos y lagunas de sangre derramada. Sentía algo escurrir por sus ojos, estaba llorando mientras seguía volando rapidamente hacia los destellos morados y negros que colisionaban fruto de la batalla. Entonces sucedió, las dos chicas comenzaron a caer en picado y, con toda la velocidad que pudo reunir se lanzó a impedir la colisión de ambas contra el suelo cuando sintió un dolor atravesandole el vientre, cayendo en picado al lado de las dos chicas. Una de ellas movió los labios y dio una sonrisa leve.
-MILLIEEEEEEE, AZAEEEEEL -gritó sentándose en la cama, había estado llorando incluso desde antes de despertarse, respiraba de forma entrecortada.
Dos toques en la puerta le indicó que había despertado a unas cuantas personas, sino a todas.
-Etsu-chan... ¿Estás bien? -preguntó Yushiko preocupada desde el otro lado de la puerta.
-Quita de enmedio Yushiko -ordenó Tirani dando un par de pasos hacia atrás antes de lanzarse contra la puerta con un salto y golpeandola con los dos pies la echó abajo, sacandole gotitas de anime cómicas a los presentes.- Así es como hay que tocar una puerta.
Etsuko sólo estaba ahí, mirando las sabanas y apretandolas fuertemente mientras lloraba desconsoladamente.
-Y-Yo... L-Las m-maté, l-lo s-siento -se echó las manos al rostro tapándoselo.
Todos miraban la escena con tristeza, pero nadie esperó lo que pasaría, Etsuko se levantó y se lanzó por la ventana. Yushiko fue la primera en reaccionar y tomó a la pelinaranja de la muñeca izquierda, fruto del peso ésta también comenzaba a precipitarse al vacío, Tirani tomó a la chica de las piernas y, junto a los demás consiguieron salvar la situación.
-¿¡Por qué no me dejáis!? -gritó la pelinaranja solo para recibir un coscorrón por parte de Tirani y otro por parte de Yushiko.
-¿¡Se puede saber que te pasa!? ¿¡Por qué has hecho éso!? -le regañó la peliazul.
-¿Hacer qué? No me iba a suicidar si es lo que pensábais. Iba a ir al lugar donde... -ella hizo una pausa dando a entender que no quería seguir la oración- Y la ventana no deja espacio para salir volando, por lo que hay que saltar y alzar el vuelo en plena caída. -Nadie dijo nada ante la obvia realidad, la chica tenía razón en sus palabras.
La chica realizó la misma acción y alzó el vuelo desapareciendo en la lejanía.
-Tsk... Todos a dormir ya, mañana a las 6:00 os quiero levantados. Yushiko, te encargo de que estos cumplan lo que he dicho. -diciendo ésto bajó por las escaleras con rumbo desconocido. No queriendo hacer enfadar a la peliazul, cada quién volvió a sus habitaciones.
En otro lugar muy demacrado por la guerra, la pelinaranja se encontraba sentada en un cráter que dejaba ver tres siluetas en el suelo, llorando por lo que allí había, viejos restos de lo que eran cuerpos de ángeles, demonios y caídos, así como de dos dragones que se notaba que eran un poco más viejo que el resto de cuerpos.
-"Irónico, en el mismo lugar donde nos disteis problemas, Ddraig y Albion" -pensó mirando hacia los restos de los dragones.
En un bosque de árboles muertos, la peliazul se encontraba destruyendo árboles completamente enojada con la chica.
Mientras que en la torre, la pelirroja menor miraba por la ventana de su habitación pensando en los eventos recientes y suspiró.
Unas horas después, vemos a todos en el pasillo de la torre frente a las escaleras, Tirani les puso un poco más de peso.
-He decidido suspender el entrenamiento en éste lugar, volveremos a Kuoh una vez que acabéis el entrenamiento de Tirani. -informó Etsuko mirándolos fijamente.
-Dos bajadas y una subida. ¿¡A qué esperáis!? ¡Comenzad! -en menos de lo que canta un gallo ya estaban bajando la escaleras
Un silencio incómodo se formó entre las tres, silencio que rompió Etsuko con una sonrisa algo forzada.
-Tirani, ¿Como les ves? -le preguntó nerviosa.
La peliazul no respondió a la pregunta, simplemente la ignoró, por lo que Yushiko optó por repetirle la pregunta, a ver si así respondía pero nadie esperaba la respuesta de la chica.
-Ya la escuché, y no respondo porque no me da la gana, por no decir algo peor -su voz dio a entender que estaba muy enojada, pero no midió el tono ni en la forma en que lo dijo.
Fruto de esas palabras, Etsuko salió corriendo escaleras abajo esquivando a los que iban bajando, tratando de contener, sin éxito las lágrimas y dando un hipido nuevamente estalló en llanto.
-Te has pasado, Tirani -La pelirroja mostró seriedad, al no añadir su característico honorífico- ¿Crees que yo no estoy enojada? Lo estoy, pero no es momento para encararla de ésta forma. Lo último que necesitaba Etsuko era ése trato. Ella está muy frágil emocionalmente debido a estar aquí, y como sus amigas deberíamos apoyarla, no atacarla, así sólo conseguiremos dañarla aún más de lo que está.
-Tsk... Dime Yushiko. ¿¡Crees que ella es la única que sufre!? Con su actitud lo único que consigue es que sintamos frustración por no poder hacer nada para ayudarla -le encaró la peliazul molesta.
-No, tienes razón en que nos hace sufrir, nos sintamos impotentes por no poder ayudarla, pero también hay algo que sí podemos hacer y es apoyarla, estar a su lado pase lo que pase. Lo que necesita ahora mismo no son una torre o una reina, lo que necesita es a sus mejores amigas. -le contestó la chica sonriendo levemente- Discúlpate con ella, más adelante podremos hablar sobre éste tema y expresarle lo que sentimos.
-... -la contraria guardó silencio unos instantes y suspiró- Tienes razón, voy por ella
Fuera de la torre, Etsuko se encontraba sentada en el tocón de un árbol, que juzgando el tipo de corteza, era lo único que quedaba de un nogal. Ya había dejado de llorar pero tenía la mirada en el suelo cuando fue sorprendida por un abrazo por la espalda, al girar la cabeza vio a Tirani, pero antes de decir algo, alguien la abrazó por delante, Yushiko.
-Chicas... Después de todos los problemas que os he causado... ¿Por qué...? -no pudo continuar porque fue interrumpida por la peliazul.
-Porque somos tus amigas, lo siento por mi actitud pero estaba enojada por lo de anoche, pensé que querías... -no quería acabar la frase, pero era claro a lo que se refería.
-Tirani tiene razón, Etsuko. ¿Por qué tienes que cargar con todo? ¿Acaso no somos amigas? Déjanos compartir tu carga, por favor. Si sigues así como estás acabarás colapsando, más de lo que estás. -añadió la pelirroja con voz serena, aunque con tono serio.
-Chicas, gracias por vuestro apoyo... Pero no puedo haceros partícipe de mis problemas, lo siento. -respondió tristemente con la mirada gacha.
Tirani la golpeó en la cabeza con bastante molestia
-Entérate de una buena vez... Siempre hemos estado juntas, prometimos ayudarnos cuando tuviéramos problemas o estuviéramos tristes, somos una familia y como tal, puedes confiar en nosotras. Desahogate todo lo que necesites. ¿Queda claro, jovencita? -le regaño con el ceño fruncido y el puño derecho humeando por el golpe
-Pareces una madre, Tirani-chan -habló Yushiko con una sonrisa- Aunque éso es lo bueno de tí, por eso me gustas
-Concuerdo con Yushiko, éso nos atrae. ¡Te queremos! -con éso se fundieron en un abrazo triple- Y tenéis razón... A partir de ahora os prometo contaros todo lo que me aflija, pero hacedlo también vosotras. ¡Debemos apoyarnos!
-Con esto dicho... Deberías destruir este lugar, no queda aqui nada más que la tristeza -mencionó Tirani frunciendo el ceño- Aunque supongo que no me harás caso en este aspecto.
La pelinaranja no respondió, ésta se encontraba mirando a la lejanía, algo mas calmada. Tras unos minutos, finalmente habló.
-Mea culpa, tendría que haber escogido otro lugar, pero pensé que lo superé e incluso... Pensé que al superarlo podría estar aquí sin tener pesadillas -inconscientemente se echó la mano izquierda al pecho, a la zona del corazón.
Tirani desvió la mirada murmurando cosas sobre pelinaranjas problemáticas que solo hacían preocupar a los demás, mientras que las otras dos la miraban con una gotita anime cómica y risas nerviosas, sin saber que estaban siendo observadas por el resto, los cuales estaban jadeando sentados en el suelo.
-Tirani-san es una demonio con sus entrenamientos -habló Kiba entrecortadamente.
-Me alegro de que se hayan reconciliado -dijo Asia también agotada, aunque con una sonrisa mirando la escena, pues las tres se habían vuelto a abrazar.
-No es por interrumpir el momento pero... Creo que dijísteis que nos iríamos ya -habló Rías interrumpiendo el momento, ante éso las tres se separaron y Etsuko asintió, creando un círculo de transporte.
-Adentro ya, o la próxima vez será el triple de duro. ¿¡Entendido!? -preguntó Tirani con una sonrisa demasiado dulce mientras un aura de muerte la rodeaba.
-Ara, ara, creo que Tirani no está satisfecha con el entrenamiento. Mejor tened cuidadito de no enfadarla -declaró la pelinaranja, antes de echarse a reír- Aunque a decir verdad, dudo mucho que logréis evitar un entrenamiento infernal por su parte
Casi todos palidecieron al imaginarse la clase de tortura que les esperaría en un futuro, sin saber que ése momento estaría más cerca del que esperaban, mientras que Akeno se echó la mano derecha a la mejilla y tenía su clásica sonrisa. Tras éso, volvieron a Kuoh, no sin llevarse calambrazos por parte del círculo de transporte.
-Ugh... ¿Por qué los calambres? ¿Eran necesarios? -preguntó Issei quejándose mientras se sobaba el brazo derecho.
-Realmente no, pero es la única forma de transportarnos sin que afecte las razas -contestó Etsuko dando un suspiro- Para que el círculo funcione, a fín para que todas las razas no se vean afectadas hay que ir equilibrando el tipo de energía a usar, por ejemplo, tenemos tres ángeles caídas, humanos y bastantes demonios. Si pongo demasiada energía sacra, las caídas y los humanos viajarían bien, pero los demonios haríais Alluh Akbar, lo mismo sucede con la energía demoniaca, demasiada afectaría a las demas razas. Debo hacer que la energía sea neutral, mientras lo consigo pues... -la chica hizo una pausa algo nerviosa- Lo siento por los calambres, pero aún no lo domino del todo.
-Poco a poco lo lograrás, Etsu-chan. Las cinco primeras veces nos quemabas a calambrazos, y cuando lo conseguías, nos teletransportabamos pero la ropa se nos quedaba en el sitio. ¿Recuerdas? -ante la mención de Yushiko, la pelinaranja asintió nerviosa, mientras el resto tenían cara de póker, Tirani negaba con la cabeza algo avergonzada y el trío pervertido estaba creando un nuevo lago a base de hemorragias nasales ante la imaginación de las chicas sin ropa.
-Bueno, ya hemos hablado lo suficiente, hora de volver al templo y ver el resultado de vuestro entrenamiento físico -habló Tirani haciendo que todos vuelvan al mundo real.
-Ahora que lo dices, Tirani-senpai ¿Cómo es que no estamos en el templo? -preguntó Kiba extrañado por completo.
-Culpa mía... Gasté demasiado poder mágico en el transporte, sumado al hecho de que creé una réplica de la torre de babel en sólo dos horas y la equipamos con lo necesario. Apenas he conseguido recuperar algo de poder para volver -respondió Etsuko algo avergonzada y nerviosa.
-Mentirosa, has dicho una verdad a medias -le susurró Tirani mirándola seriamente, al igual que Yushiko, la cual asintió con la cabeza dandole la razón.
-Lo siento, pero no hay otra forma... No sabemos cuando atacarán, y mejor estar fuera de la ciudad y jun... -Etsuko abrió los ojos, antes de gritar- ¡No! ¡Sona y su sequito están sólos!
El grito hizo que todos la miraran rara, excepto Tirani que puso una expresión de rabia, y había comenzado a liberar su poder inconscientemente. Yushiko la abrazó para calmarla, mientras la pelinaranja aún se encontraba en shock, para extrañeza de los demás.
-A-Ano... -Asia iba a formular una pregunta, pero fue interrumpida.
-No hay tiempo para preguntas... Rías, trata de contactar con Sona, en caso de que no puedas, tú y tu séquito, excepto Asia id a la academia por si están ahí, si los encontráis avisadnos por un círculo de comunicación -ordenó Yushiko dandole un guantazo a Etsuko para que reaccionara.- Raynare, Mittelt, id al templo por si estuvieran esperándonos allí. Ésto va para todos. ¡No bajéis la guardia en ningún momento!
-¡Hai! -las 2 caídas se fueron por un círculo de transporte, y tras un rato, Rías avisó de que irían a la academia.
-Ésto se complica cada vez más... -suspiró Etsuko tristemente- Todo por éso...
Entonces una explosión se escuchó a la lejanía, y un círculo mágico se formó en la oreja izquierda de Yushiko.
-Aquí Rías, la Academia está bajo ataque, es imposible saber que pasa dentro. ¡Vamos a entrar!
-Espera, Rías, ¡Van los refuerzos! -Yushiko miró a las dos del club de kendo y al dúo de la iglesia- Vosotras iréis como refuerzo de Rías, Asia irá con vosotras, con el entrenamiento de Etsuko debería tener mejor control del Twilight Healing. -fijó su mirada en la ex-monja- No es por ponerte presión, pero probablemente seas la llave de la victoria. Ahora... ¡Marchaos!
En ése momento, otro círculo apareció ésta vez en la oreja izquierda de la pelinaranja.
-La barrera que rodea el templo está agrietada, afortunadamente todo está bien, no han logrado entrar. ¿Quién ha podido hacer ésto? -informó Raynare, con tono entre preocupada e incrédula.
-Lo que faltaba... Yushiko, casi rompen la barrera del templo -le mencionó a la pelirroja, la cual asintió.
-Muy bien, ve a la academia a ayudar, es muy probable que no vuelvan al templo. Nosotras vamos allá también. -Etsuko miró al dúo de pervertidos y a Aika- Vosotros id al templo a protegerlo junto a Mittelt. Ahora, nos vamos, suerte a todos. -con éso, rompió la comunicación, justo al momento en que se produjo otra explosión.
-Menos mal que sólo los que tenemos relación con el mundo sobrenatural podemos escuchar éstas cosas... Imaginad el pánico general que habría en la ciudad, bueno... A ver que juguete nuevo tenemos -dijo Tirani más calmada- Pero algo es seguro, no será nada fácil
Con éso se pusieron en marcha para llegar cuanto antes mejor, y un círculo de comunicación apareció en la oreja izquierda del trío.
-Ya vamos hacia allí. ¿Como está la situación del lugar? -preguntó Yushiko viendo la academia en la lejanía- Porque el exterior está peor que nunca.
-Fatal, hay una cosa rara atacando y por alguna razón no le afectan nuestros ataques, Sona y el resto han resistido como han podido, están bastante mal y Asia les está curando. Le hemos atraído hasta el gimnasio -informó la voz desde el otro lado, justo cuando se escuchaba otra explosión.
-De acuerdo, ya llegamos... ¡Salid de ahí en 10 segundos! Etsu-chan prepara el ataque más fuerte que tengas pero el que te consuma menos energía. No sabemos si mataras a ésa cosa con el primero.
-OK. -la chica comenzó a formar una bola dorada que poco a poco se teñía de blanco azulado- Chaotic Desintegrate.
Al momento en que todos salieron del gimnasio ésta lanzó el ataque, formando un pilar de energía azulada de, al menos, 20 metros de alto y 5 metros de circunferencia.
-¡Lo logró! ¡Vencimos! -exclamó Issei eufórico, viendo el enorme pilar delante suya.
Aunque la euforia se perdió al ver como el enemigo salía del pilar como si nada. Era una figura humanoide, con rostro deforme, tenía alas de ángel, de ángel caído y de demonios, 2 pares de cada uno. En su cabeza parecía haber un casco de moto en lugar de cráneo debido a la deformidad. Inmediatamente después se esfumó de la vista de todos, hasta que Yushiko gritó alarmada
-Etsu-chan ¡Cuidado!
Antes de que la pelinaranja pudiera defenderse, fue golpeada con un ataque que las tres conocían muy bien. La chica cayó rebotando varias veces contra el suelo para horror de los demás, y la ira de Tirani y Yushiko.
-¿¡Es que acaso esa cosa es invencible!? -exclamó Xenovia incrédula ante la visión que tenía delante.
Las cosas en la Academia Kuoh pintaban muy mal para todos.
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¿Qué os ha parecido este capítulo? Aún faltan cosas por revelar, pero... ¿A que no os esperabais éste final?
¡Las respuestas se conocerán en el próximo capítulo!
Como ven, el fic se está alejando del canon, aunque habrá momentos donde el canon volverá, pero... ¿Habrá cambios?
Por último añadir qué, en mi opinión humilde y personal, éste capítulo no ha sido de los mejores que he escrito.
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