
36. Sentimientos a fuego lento: Tyana y Naveen
Tyana Newman era una chica organizada y de metas claras.
Ella sabía que tenía que mantener la beca con la cual estudiaba en la High School Disney, además de aprovechar los diversos cursos y clubes que tal ilustre institución ofrecía, para que cuando finalmente se graduara pudiera aspirar a un buen trabajo que lograra mantenerla a ella y a su madre en un cómodo estilo de vida y ahorrar para poder, algún día, abrir el restaurante de sus sueños.
Por lo que para ella, era habitual tener un plan, y aquella mañana no iba a ser diferente.
Así que mientras se vestía con un cómodo pantalón corto de jean y una camisa verde, no dejaba de imaginar la cara de estupefacción que pondría Naveen ante lo que ella tenía planeado.
—Prepárate principito, porque hoy será un día inolvidable para ti.
Y con una sonrisa conspirativa ella abandono su hogar.
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Naveen Maldonia había preparado un plan lleno de música y diversión para aquel día, hasta que Tyana había estropeado todo eso y le ordeno que la esperase, junto al niño que iban a cuidar, en el jardín frontal del instituto.
Había tenido ganas de decirle que él no era el mandadero de nadie, pero se lo pensó mejor.
Él quería que aquel día pasara rápido, después de todo lo último que quería era cuidar un niño, y sabía que si se ponía a discutir con ella el día realmente sería largo.
Sin embargo, a pesar del inmenso esfuerzo que él había hecho de madrugar, cosa nada habitual en él, Tyana aún no aparecía; Y es que si de algo él había estado seguro era de que ella sería puntual...
¡Ella siempre era puntual!
¡¿Entonces, dónde rayos estaba?!
—Oye, ¿exactamente que estamos haciendo aquí? —Le preguntó el pequeño niño de cabello grisáceo que lo acompañaba y que exhibía una expresión malhumorada.
Soltando un suspiro lanzó una mirada al cielo.
Porque no pudo haberle tocado un niño divertido y cool.
En vez de eso tenía a...
—¿Ya te había dicho que el olor de tu colonia me molesta?
... Mr. Quejoso.
—Si Kevin, lo has dicho alrededor de veinte veces.
—Remy, mi nombre es Remy Oswalt.
—Como sea.
—Sabes, yo estaba muy emocionado porque iba a pasar todo el día con la súper genial Tyana Newman, y en vez de eso estoy aquí contigo. —Cuando termino de hablar el niño le lanzo una mirada de desdén que lo desestabilizó totalmente.
—¿Genial? ¿Tyana?... Por favor niño, no te estarás equivocando de persona.
—Si, ella es genial —Dijo el niño adoptando una pose defensiva— No como tú, un amargado y aburrido.
¡Que!... Ese niño tenía que estar mal del cerebro.
—¡Oye tu...!
Cuando estaba a punto de arremeter contra la pequeña plaga, un suspiro de fastidio se escuchó tras él.
—Naveen, ahora sí que has tocado fondo, mira que discutir con un niño —Dijo Tyana, al tiempo que pasaba por su lado y se agachaba a la altura del pequeño.— Mucho gusto, mi nombre es Tyana Newman, ¿Cuál es el tuyo?
El niño tenía tal expresión de admiración en su rostro que Naveen se sintió incómodo.
—Yo, eh, soy, mi nombre es... —Comenzó a balbucear en infante, haciendo que la morena sonriera a causa de la ternura, cosa que el niño notó y se irguió firmemente para luego extender su mano— Soy Remy, y estoy muy feliz de poder pasar todo un día con la creadora del sándwich de helado y mermelada de zarzamora que sirven los viernes en la cafetería del instituto.
—¡Tu creaste esa cosa celestial! —Gritó Naveen en shock.
Tyana, realmente se estaba divirtiendo con eso.
—Sí, pero hasta donde yo sabía solo lo serven en la cafetería de Primaria y Pre-Escolar —Comenzó a decir ella mientras le lanzaba una mirada de sospecha— Así que, ¿cómo es que tú los conoces?
Naveen carraspeó un poco para pasar la incomodidad.
—E-eso no es asunto tuyo. —Ante aquella respuesta Tyana se soltó a reír y el chico decidió cambiar el tema—. Entonces cual es el súper plan que tienes pensado para hoy, y por el cual tuve que cancelar la reserva en el parque de diversiones.
Tyana volvió a sonreír animadamente, para tomar de la mano al pequeño que los acompañaba.
—Lo primero que tenemos que hacer es tomar el autobús y...
—¡Espera! ¿Dijiste Autobús?
—Sí, ella dijo Autobús, ¿Acaso eres sordo? —Dijo Remy, molesto de que hubiese interrumpido a la morena.
—Niñito, no te pases de listo...
—No es mi culpa ser más listo que tú...
Tyana no daba crédito a lo que estaba presenciando. Allí estaba, un chico de 17 años discutiendo a la par de un niño de seis años... Aquel era el momento ideal para tener un celular con cámara, desgraciadamente su celular era un Nokia prehistórico.
—¡Bueno, paren los dos! —Dijo para detener aquel patético enfrentamiento. Si seguían así nunca irían a ningún lado—Se van a subir a ese autobús.... ¡En silencio!
Cuando los vio que iban a replicar, ella se dio la vuelta y comenzó a caminar con dirección al paradero más cercano, y casi de inmediato fue seguida por Remy y Naveen.
Luego de un rato, por fin el autobús correcto llegó y sin esperar más aquellas tres personas se subieron y se sentaron sin demora. Una vez que estuvieron acomodados ella comenzó a hablar.
—Pienso que el objetivo que tuvo el Director al encargarnos el cuidado de un niño, es que aprendamos sobre la responsabilidad, y creo que es una idea genial, por lo que además de responsabilidad considero pertinente también aprender cosas como la humildad y la compasión.
—Aburrido.... —Farfulló Naveen con una mueca de hastío que molesto a la morena.
—Es por eso —Continuó Tyana en tono lúgubre—Que vamos a ir a una Casa de Acogida, pasaremos todo el día ofreciéndole compañía a personas necesitadas.
El pequeño Remy la miró con renovada emoción.
—Eso es lind...
—¿Qué?...¿Esto es en serio? —Comenzó a decir Naveen con incredulidad.
—Muy serio, y juro Naveen que como hagas sentir mal a alguien voy a golpearte tan fuerte como debería de haberlo hecho tu madre.
Luego de ese comentario un incómodo silencio se instaló entre ellos, el cual fue roto por el chico.
—Tyana... Una cosa es que yo sea esnob, lo reconozco, pero no me considero una mala persona por lo que nunca sería capaz de herir con intención a alguien que esté en ese tipo de situación.
La morena, se sintió realmente culpable por haber juzgado tan duramente a Naveen.
Se había dejado llevar por sus prejuicios y sin querer lo había herido.
—Lo siento
—No importa...
Y el silencio continuó hasta que llegaron a su lugar de destino.
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"Casa de Acogida LaBouff"
Ese era el nombre del sitio donde iban a pasar todo el día, y Naveen enseguida reconoció el apellido, ya que Eli LaBouff era un empresario que hacia negocios con su padre, sin embargo no sabía que aquel hombre tuviera interés en las causas sociales, aunque tampoco es que él se interesara en los pasatiempos de los socios de su padre.
Una vez que ingresaron, muchos ojos llenos de curiosidad se posaron sobre ellos, para luego ser reemplazados con sonrisas de felicidad al ver a la morena, y casi de inmediato se vieron rodeados por ancianos que se alegraban de verla, mujeres con miradas cándidas y niños llamándola con ternura.
Naveen se quedó anonadado con tal recibimiento, y más aún al ver la amplia sonrisa que adornaba la expresión de Tyana. Nunca la había visto de esa manera, es como si fuera otra persona, diferente a la seria y rígida que asistía al instituto.
—¿Vas a cocinar para nosotros hoy?—Le preguntó una mujer mayor de piel morena y extraños lentes oscuros
—Claro que si Mama Odie —Contestó Tyana con ánimo—Y traje un par de manos extra para que me ayuden.
Con aquella afirmación sus acompañantes tuvieron reacciones totalmente opuestas, y es que mientras Remy deliraba de entusiasmo por la idea, Naveen empalideció por el pánico, él nunca había cocinado, ¡Jamás!
—Así se hace muchacha, pon a trabajar los músculos de estos chicos— Comento la anciana al tiempo que hacia un contoneo de cadera y apretaba el brazo de Naveen— Unos muy buenos músculos debo decir.
El chico enrojeció sin querer ante ese comentario dicho por la anciana y Tyana sonrió ante la reacción de este.
—No creo que pueda siquiera cargar un kilo de arroz —Murmuro Remy borrando así cualquier rastro de vergüenza en Naveen.
—¡Niño malcriado, de verdad que eres una plaga! —Soltó el joven irritado, haciendo que el pequeño le sacara la lengua en una mueca burlona y comenzara a correr siendo perseguido por Naveen.
Momento 2 del día desperdiciado por no tener celular... Maldita pobreza...
—Ahí van de nuevo... Uff, quiero un poco de paz.
—Ay niña, a veces no conseguimos lo que queremos, pero si lo que necesitamos.
—¿Qué quiere decir con eso Mama Odie?
—Muchacha, las conversaciones serias son mejores con comida, bueno, todo es mejor con comida... Así que ve y cocina algo delicioso.
Y con esas palabras la anciana se marchó, dejando a la chica sin saber que pensar ante lo dicho. Después de unos segundos decidió no darle más vueltas a eso y se apresuró a rescatar a Remy de Naveen, quien por fin lo había alcanzado y no dejaba de apretarle las mejillas.
—Bueno chicos, ahora sí, a lo que vinimos.
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Aquella era la versión de "La casita del Horror" de Naveen... Una inmensa cocina industrial, llena de cosas plateadas... ¿Por qué rayos una cocina tenía que verse tan plateada?
—¡Esta cocina es genial! —Soltó el pequeño con emoción—Todo está hecho de acero inoxidable, no se parece en nada a la cocina de mi casa.
—Luché muchísimo para lograr una cocina idónea en este lugar —Explicó Tyana con suficiencia.
—Vaya, no me digas que hablaste directamente con el señor LaBouff —Dijo Naveen con suspicacia, ya que no se esperaba que eso hubiese sucedido de esa manera.
— Si, tuve que acosar día y noche a Papi LaBouff, al final lo convencí con una caja de Beignets* —Dijo la joven sin mucho interés, mientras tomaba al pequeño Remy de la mano y comenzaban a revisar la cocina, sin percatarse de la expresión llena de sorpresa de Naveen.
Y es que el chico no entendía como Tyana, la chica becada y pobre, conocía a alguien como Eli LaBouff.
—¿Remy, que te parece si cocinamos Gumbo* para hoy?
—¿Y porque mejor no hacemos Ratatouille*? —Contraatacó el pequeño con una expresión soñadora.
—Mejor hagan los dos —Interrumpió Naveen mientras se sentaba en uno de os banquillos que se encontraban en la cocina y comenzaba a jugar con su móvil. —Los dos platos son deliciosos.
—Mmm... No parece una mala idea —Comentó la morena con una sonrisa.
— ¡Sí! Y que el mejor plato gane —Dijo el niño con una expresión entusiasmada.
Y sin esperar más, los dos cocineros se fueron a lavar las manos, mientras iban comentando los alimentos que iban a necesitar, pero al dar una mirada a su alrededor, Tyana sintió que la irritación comenzaba a recorrerla.
Allí estaba, el príncipe egocéntrico, tomándose selfies.
—Es como una rana fuera de su charca, ¿cierto? —Le dijo el niño en un susurro.
—Pues que se agarre, porque lo voy a empujar a esta charca — Y lanzándole una mirada dura a Naveen, comenzó a acercarse a él— ¿Qué crees que estás haciendo?
Como si fuera un zancudo molestándole en el oído, el chico levanto la mirada y la miró con fastidio.
—Ehh... ¿Actualizando mi Instagram?
—Pues aquí no viniste a eso, viniste a trabajar.
—No lo creo.
—Pues si lo vas a hacer. —Replicó ella al tiempo que tomaba una postura retadora.
Haciendo una mueca de burla, Naveen se acomodó aún más en su lugar.
—Sabes Tyana, ya averigüé cuál es tu problema.
— ¿Ah, sí?...
—Sí, tu problema es que no sabes divertirte. Ya está.
Conteniendo las ganas de darle un golpe con un cucharon de metal, ella se volvió hacia la nevera y comenzó a sacar una serie de vegetales y comenzaba a lavarlos en el lavavajillas.
—Y yo averigüé cuál es tu problema, Naveen.
— ¿Soy demasiado maravilloso? —Dijo este estampando su mejor sonrisa.
—No, eres un holgazán —Soltó la chica al tiempo que colocaba en el mesón frente al moreno una tabla de picar, un cuchillo y los vegetales que acababa de lavar.
Naveen solo lanzó una mirada de reojo a lo que ella acaba de colocar, como si fuera algo de otro mundo.
— ¿Y eso que es? —Le pregunto este a la Tyana
—Bobo... Que no estás viendo que es una tabla de picar, un cuchillo y unos vegetales —Contesto el pequeño al tiempo que lanzaba una mirada al cielo como pidiendo paciencia. —Te pareces tanto a mi hermano Emile, creo que se llevarían muy bien.
—Oye niñito, no soy tan idiota para no saber que son esas cosas —Contestó Naveen con molestia.
—Entonces para que preguntas.
Tyana realmente estaba encantada con aquel pequeño. Pero por mucho que le divirtieran los desacuerdos de esos dos, sabía que tenía que cortarlo.
—Esto Naveen, es tu trabajo de hoy, vas a rebanar estos vegetales.
El moreno la miró como si ella le estuviera hablando en Arameo*
—Oye, creo que te estas equivocando, Yo nunca he hecho una cosa como esta...
—Pues ya es tiempo de que lo hagas.
Y sin decir nada más ella se volvió junto a Remy y comenzaron otra parte de la preparación.
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Tyana casi no podía contener la carcajada que quería escapársele, y es que no era para menos, no todos los días ves a Naveen Maldonia, el príncipe egocéntrico, totalmente concentrado en rebanar unos tomates.
Necesito, de veras que necesito con urgencia un celular...
—¡Si! ¡Terminé! —Soltó Naveen con emoción— Nada le queda grande al increíble Naveen.
Ante aquel despliegue de ego, Tyana no pudo seguir conteniéndose y se soltó a reír.
—Ni siquiera tú puedes quejarte de mí magnífico trabajo.
Ella podía ver como los ojos de Naveen brillaban por el trabajo realizado, y no se atrevió a decirle que los trozos de pimentón habían quedado muy grandes, y las cebollas muy rusticas.
—Sí, realmente magnifico. Si no estuvieras destinado a heredar una fortuna, serias un buen rebanador de vegetales.
El chico solo sonrió ante la alabanza de la chica y se fue hacia donde Remy a alardear de su magnífico trabajo.
—Bueno, se parece mucho a ti —Comentó el niño. Y con esa frase ambigua regresó la atención a su trabajo, que era vigilar, a través de la ventana del horno, que el Ratatouille se estuviera cocinando a la perfección.
—Donde estará el orégano —Dijo Tyana al aire— Tengo que echarle un poquito al Gumbo.
— ¡No! —Soltó el pequeño, al tiempo que agarraba el orégano de donde estaba y lo escondía en su mandil. —Mejor échale tomillo.
—No, Remy, tengo que echarle Oregano —Le dijo Tyana con una sonrisa conciliadora.
—Queda mejor con Tomillo —Dijo el chico con una mirada dolida al ver que su idola no tomaba en cuenta su sugerencia.
—Yo siempre lo he hecho con Orega...
—Tyana porque te pones tan insoportable —Le interrumpió Naveen al tiempo que tomaba en sus mano el frasco que contenía el tomillo— Solo complace a la pequeña plaga.
Y con esas palabras el chico le agregó el condimento a la preparación ante la atónita mirada de Tyana y una sorprendida de Remy. Naveen revolvió el Gumbo y luego tomo un poco con una cuchara diferente y lo probó.
—¡Whao!, esto está delicioso... Pruébalo —Dijo a la morena al tiempo que tomaba otra cucharada del guiso y se lo ofrecía a la chica.
Tyana, aun dudando sobre la recomendación del niño y la apreciación de Naveen, se decidió a aceptar la cucharada de la mezcla que el chico le ofrecía; Y cuando su lengua saboreo la comida, fue como si una explosión de sabores inundara su boca... Sabía totalmente...
—...Delicioso —Soltó la chica, como si no se lo creyera— Totalmente delicioso, Remy, en serio tu recomendación le dio un giro espectacular a esta preparación.
El pequeño niño se ruborizó y luego esbozó una tierna sonrisa.
—Quien iba a pensar que tenías algún talento pequeña alimaña —Elogió Naveen ganándose una mirada de desagrado del niño.
—¡Naveen! Deja en paz a Remy —Reprendió Tyana al moreno, quien solo sonrió ladinamente, para luego fijar la mirada en el rostro de la chica, hasta que esta se sintió incomoda— Porque me miras tanto, es que tengo algo en la cara o que.
—De hecho sí, tienes algo en la cara... —Al ver que esta se iba a limpiar con la mano, rápidamente la intercepto— No, deja y te ayudo con eso.
Tyana no entendía el porqué de tanta amabilidad del chico, pero aquello la estaba haciendo sentir incomoda, y más aún cuando se percató de que Naveen se había acercado demasiado a ella, tanto que sus rostros estaban a centímetros... Y ella no podía dejar de pensar en cómo habían terminado en esa situación.
Pum, pum, pum...
Aquello la asustó... ¿Porque su corazón se estaba acelerando de aquella manera?
Mientras que por otro lado, Naveen estaba totalmente divertido al ver como un tenue sonrojo se estaba instalando en el rostro de la chica, y no supo muy bien porque eso lo complació y sin pararse a pensar, con la punta de su lengua, limpio un rastro de Gumbo que se encontraba en la comisura de la boca de Tyana.
—¡Ahhhhhh! —Un estrepitoso y agudo chillido se escuchó desde la puerta de la cocina, haciendo que Tyana y Naveen se separaran de golpe— ¡Ay Tya, quien te ve!
—¿L-Lottie? —Alcanzó a balbucear Tyana al ver a la rubia en minifalda que se encontraba mirándola emocionada. —¿Qué haces aquí?
—Vine a ayudarte, pero veo que conseguiste una compañía muchísimo mejor —Contestó Lottie al tiempo que miraba a Naveen de arriba abajo.
Al ver aquello Tyana se avergonzó y sin saber porque, golpeó a Naveen con el codo, para apartarlo aún más de ella, ocasionando que este soltara un quejido.
—¡Oye! ¡Porque hiciste eso!
—¡Y tú, porque hiciste esa cosa con tu lengua!... ¡En mi cara!
—No me digas que no te gustó —Contestó el chico con una sonrisa.
—¡Ay no, ay no, me muero! —Comenzó a decir una excitada Lottie— ¡Tya, porque no me habías dicho que tenías novio!,¡ Y más cuando es un chico tan Yummy yummy como este!
Los dos chicos quedaron en shock ante aquella declaración... Y explotaron al mismo tiempo.
—¡Yo novia del príncipe egocéntrico, jamás!
—¡Yo novio de la aburrida empollona, jamás!
—Pues prefiero ser una empollona a ser un perezoso hijo de papi y mami.
—Por lo menos no soy una aburrida.
—Tú eres un inútil y vago —Contraatacó la morena fuera de si— ¡Mira que yo he tenido que trabajar mientras tú comías con cuchara de plata en tu mansión con piso de marfil!
—Es de mármol pulido... —Contestó el chico con una mueca de superioridad.
—Aish!!...
En ese momento Lottie se percató del pequeño que estaba en la cocina y se acercó a este.
—Dime lindura, ¿Estos dos, siempre pelean así?
—Al parecer, si —Contestó Remy sin apartar la vista del Ratatouille que se encontraba vigilando.
—Eso es lindo... Lo mejor de discutir, es que luego vienen las dulces reconciliaciones —Dijo la rubia con una sonrisa mientras seguía contemplando como el par de morenos seguían enfrascados en la discusión.
Nunca había visto a Tyana perder los estribos con alguien, por eso a ella, le parecía curiosa el tipo de relación que tenía aquel par.
—Tyana, ya está el Ratatouille —Soltó el pequeño. Y aquella simple frase hizo que la discusión cesara y sin demora, Tyana se acercó al horno a sacar la comida.
Al ver la oportunidad, Lottie se acercó al chico y enredo su brazo con el de él.
—Y dime Sweetheart, ¿Cómo te llamas?
—Naveen Maldonia para servirte —Contestó el moreno con su usual sonrisa deslumbrante. — Y tú eres Lottie.
—Sí, bueno, Soy Charlotte La Bouff, Lottie para los amigos —Contesto esta, para luego agregar con un gesto coqueto— Obviamente tu entras en esa categoría.
Naveen casi no lo podía creer, allí en la cocina de una casa de acogida se encontraba nada más y nada menos que única y consentida hija de Eli La Bouff, pero aún más shockeante era la estrecha relación que parecía tener con Tyana.
—Lottie —Llamó a la rubia una chica de larga cabellera que se encontraba asomada en la puerta de la cocina. —Tenemos un problema.
—Qué tipo de problema, Nilka —Contesto Lottie centrando toda su atención en la joven trabajadora del sitio.
—Bueno... —Dijo la chica tomando entonces una honda inhalación, al parecer lo que se venía era grande— ...Usted sabe que Mama Odie se pone irritable cuando no escucha música a esta hora, y al parecer el señor Reggie se puso a desarmar el equipo de música y ahora no funciona, por lo que Mama Odie está amenazando con buscar a su serpiente, entonces los hermanos Fenner, esos tipos encopetados que se creen la gran cosa, ¡están haciendo un alboroto que está poniendo de los nervios a todos! —Termino la chica jadeando y sin aliento.
—Entonces... —Comenzó a decir Lottie con expresión de extrema concentración que la hacía ver graciosa—... ¿El problema es la falta de música?
—Eh, si... —Contestó Nilka, sin poder creerse como había resumido todo aquel problema en algo tan sencillo.
Lottie se puso a mirar a su alrededor como si la respuesta al problema se encontrara allí.
De hecho, eso fue lo que pensó.
—Cariño —Dijo la rubia, llamando la atención de Naveen— ¿Tú sabes algo de música?
El chico se quedó mirándola como si no se hubiese esperado esa pregunta, pero se recuperó rápido de la sorpresa.
—¡Ja! Estas hablando con el Odiseo* Moderno —Declaró este con orgullo.
Un bufido de Tyana se escuchó desde el mesón, donde ella le estaba enseñando a Remy como batir una mezcla.
—Estúpido, ¡No es Odiseo, es Orfeo*! —Explico la morena con fastidio.
—Gracias por la corrección innecesaria —Dijo Naveen, para luego volver su atención a Lottie— En fin, volviendo a tu pregunta; si se sobre música, sé tocar la guitarra, el bajo, el ukelele, la batería y un poco el violín.
Tanto Lottie, como Tyana y Nilka, que aún se encontraba esperando una solución, se habían admirado ante aquella respuesta.
Al parecer el chico no era un engreído ignorante.
—Entonces cariño —Comenzó a decir la rubia con tal emoción que comenzó a dar saltitos— ¡Ve allá afuera, toma una guitarra y demuestra de lo que estas hecho! —Y sin esperar una respuesta del chico, Lottie lo tomó del brazo, y lo lanzó fuera de la cocina junto a Nilka. Sin detenerse, también tomo a Remy y lo lanzó fuera de la cocina.
Necesitaba privacidad para la charla de chicas que se iba a iniciar.
.
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Tyana no sabía porque, pero se sentía nerviosa, y no era por el interrogatorio al que la estaba sometiendo Lottie... Solo sabía que al recordar aquel acercamiento del moreno, su cuerpo entraba en un estado que la confundía.
—¿Y qué tal besa? —Le preguntó la rubia con una sonrisa picarona.
—Lottie, esta es la novena vez en diez minutos que te digo que Naveen y yo no somos nada, ni siquiera amigos.
—Pues no parecen que sean nada...
—Charlotte, solo deja el tema.
—Uff, cuando dices mi nombre completo es porque ya llegaste a tu limite —Comentó la rubia con diversión— Está bien Tya, dejare el tema, pero de verdad, porque no lo intentas con él, es muy guapo, se ve que tiene clase, y tiene dinero, sería como un romance de novela como esa que veía mi niñera hace años... "María la del Barrio"
Ante la mención de aquella novela, Tyana no pudo aguantarlo y se soltó a reír a carcajadas.
—Ay Lottie, definitivamente no quiero un romance de novela y menos como una de ese tipo.
La rubia se acercó a Tyana y la aferró en un abrazo.
—Tyana, yo solo quiero que seas feliz, tú lo mereces.
Y ante aquello Tyana se conmovió mucho.
Lottie era su mejor amiga, se conocían desde pequeñas cuando su madre comenzó a trabajar de empleada doméstica en la casa de los LaBouff. Cualquiera diría que Lottie bien podría tener todos los requisitos para ser una chica, superficial, egoísta y egocéntrica, lo usual en los hijos de familias adineradas; ella era todo lo contrario, si bien era una mimada al ser hija única, también era una chica soñadora, humilde y sensible... Y por eso agradecía al cielo el tenerla como amiga.
—Amiga, yo ya soy feliz.
—Lo sé... Pero hay distintos tipos de felicidad— Y con esa frase Lottie soltó el abrazo se puso a admirar los deliciosos platos que su amiga había preparado. — Tya, en serio que lo tuyo es la cocina... Mira estas delicias.
Tyana sonrió. El Gumbo se veía delicioso, igual que el Ratatouille, también había hecho una tarta de melocotón tamaño familiar que se veía muy apetitosa.
—Espero que la comida les guste a todos —Comentó la morena llena de alegría.
Mientras la morena seguía contándole a Lottie, cada cosa de la preparación de los platos, una serie de vitoreo, risas y aplausos se escucharon.
—Oye Tya, que tal si vamos fuera de esta cocina y vemos que tal está manejando las cosas aquel bombón de chocolate.
Como ya no había nada más que hacer, Tyana estuvo de acuerdo con Lottie, y las dos salieron, sin embargo el cuadro que encontraron.
Louis, un señor mayor que tenía una cara aterradora, se encontraba tocando la trompeta con una expresión pletórica, Remy tocaba un triángulo con mueca de aburrimiento y Naveen tocaba la guitarra y cantaba algo que parecía improvisado, mientras que los demás se encontraban bailando al ritmo de la melodía que ellos interpretaban.
La morena estaba bastante impresionada al ver la cara alegre y divertida de Naveen, totalmente distinta a la usual expresión de superioridad con la que se deslizaba por la vida, y ni qué decir de la manera en que cantaba y tocaba la guitarra... Lleno de pasión...
Pum, pum, pum...
¡Ay no!
¡Qué era lo que le estaba pasando!
—¡Ven Tyana, baila conmigo! —Gritó el moreno en plena cantada, con una sonrisa genuina, dirigida únicamente a ella.
¡Pum! ¡pum! ¡pum! ¡pum!...
Y Ella no se pudo resistir...
¡Estúpido, Mi corazón, Idiota!
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Espero que les haya gustado...
En este capitulo hace una aparicion especial Nilka Palomino ganadora de un evento en el grupo de Facebook.
Aqui les dejo algunas referencias del capitulo.
Beignets: dulce que se elabora mojando una fruta o una verdura en una masa bastante líquida y friéndola en aceite
Gumbo: Guiso criollo que contiene mariscos diversos y otras carnes.
Ratatouille: Es un plato que consiste en guisar tomates, ajo, pimientos, cebollas, calabacín y berenjenas, cortados en trozos, con aceite de oliva.
Arameo: Lengua de Jesús.
Odiseo: Heroe de la mitologia griega y protagonista de La Odisea
Orfeo: Personaje de la mitología griega. Según los relatos, cuando tocaba su lira, los hombres se reunían para oírlo y hacer descansar sus almas. Así enamoró a la bella Eurídice y logró dormir al terrible Cerbero cuando bajó al inframundo a intentar resucitarla.
Si quieren saber mas de esta historia, pueden unirse al grupo en Facebook: High School Disney Fic donde encontraran muchas cosas curiosas.
Nos estamos leyendo...
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