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35. El Desafio del Hielo: Jack Vs. Elsa

Para Elsa Arendelle aquella no era una mañana como las demás, y no solo por el hecho de que Anna no estaba como de costumbre tocando la puerta de su habitación insistiéndole para que hiciera el desayuno. No.

Aquella mañana tenía que ponerse en anda con aquel estúpido e ilógico castigo que el Director Walt Disney le había impuesto.

Castigada por ser demasiado seria y fría. ¿Era en serio?

Ella no se consideraba fría, ya que demostraba su afecto a aquellas personas por la cuales sentía cariño, como su hermana Anna, e incluso el mismo Kristoff, el novio de su hermana. Aunque por otro lado, y lo reconocía, podía llegar a ser un poco cortante con quienes le eran totalmente indiferente.

Además, había mucho imbécil en el instituto como para estar sonriéndole a todo el mundo.

¿A los niños? Sí. ¿A las chicas tiernas? Sí. ¿A los cachorros? Sí.

¿A los idiotas que creen que pueden jugar con los puros corazones de las chicas? Definitivamente no.

Especialmente a idiotas como Hans Westergaard.

Con un movimiento brusco, Elsa se puso de pie, tratando de borrar de su mente la imagen de aquel estúpido chico que en el pasado había utilizado a su adorable hermana para acercarse a ella. Era doloroso recordar como su querida Anna había estado tan deprimida, al punto en que no había sabido que hacer y era por esto que ella estaba tan agradecida con aquel rustico rubio que se había convertido en el novio de su hermanita, porque él si supo que hacer y la sacó de aquel rincón en el que ella se había refugiado.

Mientras se dirigía al baño, la rubia trató de cambiar sus pensamientos a cosas más alegres, pero lo primero que le vino a la mente era el recordatorio de quien iba a ser su compañero de castigo y sin poder contenerlo soltó un suspiro de fastidio.

Y es que como si no fuera suficiente ser castigada por algo tan trivial, su compañero tenía que ser aquel irritante chico que había conocido en la fiesta de Naveen Maldonia.

Jackson "Jack" Frost.

El mismo chico que había pasado toda la fiesta acaparando a su linda hermanita Anna.

Realmente ese Jack era una molestia, y es que una cosa era que tuviera que aceptar a Kristoff, el novio de Anna, pero ver como aquel recién aparecido de cabellos blancos trataba de atraer la atención de su hermana la había sacado de quicio.

Y mientras seguía rumiando en contra del chico se escuchó un fuerte toque en su puerta, seguido de una dulce voz cantándole desde afuera.

—Hey Elsa... ¿Y si hacemos panquecitos?

.

.

Jack estaba totalmente entusiasmado esa mañana.

La verdad era que desde que había sido transferido de la DreamWorks High a la High School Disney, no se había sentido así. Lleno de energía y expectativas.

Y todo era gracias a aquel castigo y a Elsa Arendelle, mejor conocida como la Reina de Hielo.

Solo de recordar aquella mirada que le lanzó en la fiesta de aquel presumido de Naveen, se estremecía de pies a cabeza.

Esos ojos fríos fijos en él, aquella pose soberbia y ni que decir de su rubia cabellera recogida en una salvaje trenza.

En definitiva, la chica lo había impactado y desde aquel día sus ojos no habían dejado de seguirla.

Pero por mucho que le encantara la chica, tenía que admitir que Elsa Arendelle era realmente exasperante; la única persona que gozaba de toda su atención era su hermana, al resto de los mortales, solo les lanzaba aquella mirada helada que era más letal que un Fatality de Sub-Zero*.

Pero era precisamente aquella distancia con la gente lo que lo instaba a molestarla como a nadie.

—Hoy va a ser un día emocionante. —Dijo el chico mientras se acomodaba su chaqueta azul y se encaminaba al instituto.

.

.

Jack se encontraba fuera del Aula Bosque Encantado, esperando que su compañera de castigo hiciera acto de presencia, y no tuvo mucho que esperar, ya que cuando estaba a punto de entrar al aula a buscar a la pequeña niña que les tocaba cuidar, pudo ver como Elsa se acercaba a él con su usual Poker Face, y mientras la veía caminar no pudo evitar que una sonrisa ladina se instalara en su rostro.

—Prepárate Copo de Nieve, hoy a ser un día que no olvidaras —Dijo en un susurro, sin embargo cuando estaba a punto de gritarle un comentario ingenioso, vislumbró como la rubia se detenía y fijaba la mirada en uno de los pasillos adyacentes, la vio sonreír tiernamente, algo que sinceramente lo perturbó, y sin más, ella cambio de rumbo.

¿Qué era lo que había pasado?

Sin poder evitar la curiosidad, él se dirigió al mismo pasillo, y la escena que encontró realmente no era cosa de este mundo.

Allí estaba, la fría Elsa Arendelle, cargando a un esponjoso conejo blanco que llevaba una especie de tutú, al tiempo que le acariciaba los cabellos a, nada más y nada menos que, Rapunzel Grimm, mientras le sonreía.

—Cariño, ¿Entonces me dices que esta bolita de ternura estaba en el aula del Club de Arte y que estás buscando a su dueña desde hace una hora?

—Se llama Tacita de Té, y si, llevo un buen rato buscando a Alicia y aun no la encuentro. —Le respondió la de cabellera kilométrica con su usual expresión delicada.

—Si quieres, puedes quedarte conmigo...—Y sin poder seguir resistiéndose, Elsa abrazó a la rubia, quien tomada por sorpresa no se resistió. —Yo te ayudo a buscarla, no te preocupes, soy una persona confiable. —Agregó mientras apapachaba aún más a Rapunzel.

A pesar de su manera de ser, Elsa realmente era débil antes las cosas tiernas y allí frente a ella se encontraban dos cosas así, por lo que, casi como un imán, no pudo evitar sentirse atraída por el cuadro que había formado la rubia de largos cabellos y el conejito blanco que había estado llevando en sus brazos.

Desde una distancia prudencial, Jack Frost, había presenciado todo aquel intercambio, y se sentía como si hubiese sido transportado a la Dimensión Desconocida. Y es que no era muy común ver a la fría Elsa Arendelle, conocida como la Reina de Hielo, tan cálida y cariñosa con alguien que no fuera su hermana. Y si era sincero consigo mismo, lo último que se esperaba era ver a ese par dispar en tal situación.

Aunque, pensó pícaramente, era casi como si una fantasía oscura se cumpliera, se las imaginó a las dos en una especie de harem que solo le perteneciera a él.

¡Oh por la luna!... Eso sería sensacional...

—¿Qué haces allí parado como un idiota? —Escuchó pronunciar a Elsa e instantáneamente salió de sus fantasías.

—Soñando con tu encantadora personalidad, mi hermoso Copo de Nieve —Le respondió él con una sonrisa divertida, que irritó a la chica de sobremanera.

—¿C-Copo de Nieve? —Preguntó ella vacilante. ¿Aquel estúpido se había atrevido a ponerle un apodo? Oficialmente Jack Frost acababa de encabezar su lista de personas detestables.

Cuando estaba a punto de replicarle, sintió que la chica entre sus brazos comenzaba a retorcerse buscando que la soltara, y sin pensar, la liberó. Cuando fijó sus ojos en la rubia pudo percatarse de que esta se encontraba sonrojada y le lanzaba una mirada indescifrable a Jack.

—Yo tengo que irme —Dijo rápidamente Rapunzel al tiempo que tomaba a Tacita de Té entre sus brazos y se apresuraba a alejarse lo más que pudiera de aquel quien le había robado su primer beso.

Al ver a Rapunzel casi escapar de aquel lugar, Jack tuvo un instante de remordimiento por lo que había sucedido en el Aula de Audiovisuales, pero no se arrepentía de nada.

Sería un estúpido si se arrepintiera de besar a una linda chica.

—¿Nos vamos? —Comentó Jack, al tiempo que le ofrecía su mano a Elsa, gesto que ella miro desdeñosamente, para luego seguir su camino como si él no hubiese dicho nada.

¡Auch! Casi pudo sentir como le arrebataba la espina dorsal...*

Tal vez debería de dejar de jugar tanto Mortal Kombat...

Y con ese último pensamiento, la siguió hasta que estuvieron en el umbral del Aula Bosque Encantado, y sin esperar más, los dos entraron al salón para recibir al niño que les tocaría cuidar ese día.

—Sean bienvenidos, jóvenes encantadores —Los saludó la maestra Poppins con una sonrisa casi empalagosa— Si no me equivoco son Elsa Arendelle y Jack Frost— Los dos asintieron con un movimiento afirmativo, por lo cual la mujer luego de revisar un listado continuó­— A ustedes se les asigno a la alumna Toothie Punjam.

Ante lo dicho un grito infantil de emoción resonó por toda el aula, para luego observar como una niña morena de hermosos ojos con heterocromia y rostro de angelito, se dirigía a toda velocidad hacia ellos.

Elsa se sentía dichosa al ver a esa pequeña niña correr hacia ella, ya casi podía imaginar lo divertido que iba a resultar aquel castigo, sin embargo, Jack, adivinando los pensamientos de la rubia, sonrió ampliamente y abrió los brazos para recibir a la pequeña que en ese momento se había lanzado hacia él como un rayo, ignorando totalmente a la chica que la miraba con la boca abierta.

— ¡Jack, eres tú! ¡Sí! —Decía la pequeña, muy emocionada, aferrándose al abrazo— Esto es genial.

—Baby Tooth, yo también me alegro de que seas tú la pequeña que me asignaron, pero recuerda tienes que ser amable —La reprendió el chico al tiempo que la bajaba y se arrodillaba frente a ella— No estoy solo y no es muy educado pasar junto a alguien sin saludar.

La pequeña se ruborizó un poco al verse regañada por el chico que casi consideraba su ídolo. Así que un poco avergonzada, Toothie se giró hacia Elsa, quien había observado aquel intercambio con incredulidad, y con una sonrisa la pequeña tomó la mano de la joven y se la agitó como un saludo.

—Mi nombre es Toothie Punjam —Se presentó la de ojos bicolores— ¿Y tu nombre, cuál es?

Elsa estaba muy tensa, ya que estaba tratando de controlar las ganas de estrechar entre sus brazos a la pequeña, tal y como había hecho Jack Frost. La envidia le estaba carcomiendo, sin embargo, hizo un esfuerzo y sonrió tiernamente.

—Yo soy Elsa Arendelle, es un placer conocerte Toothie. El día de hoy Jack y yo estamos encargados de tu cuidado.

—Asi es Baby Tooth —Agregó Jack al ver la alegría en el rostro de la niña— Pasaremos un día muy divertido

Los ojos de Toothie ahora brillaban con entusiasmo.

—¡Eso quiere decir que iremos a la Casita-Museo del Ratón Perez*!

Los dos jóvenes se quedaron de piedra, ninguno de los dos tenía idea sobre aquel lugar, sin embargo, Elsa, contagiada por la emoción de la pequeña, la atrajo a sus brazos y asintió.

—¡Por supuesto que iremos! ¡Hoy haremos lo que tú quieras!

—¡Si! —Gritó Toothie, quien abrazaba aún más a la rubia, la cual tenía una expresión de alegría.

Jack solo miraba a aquel par que ya se encontraban caminando hacia la salida del aula conversando como si conocieran de toda la vida.

.

.

Toothie estaba muy emocionada, corría de un lado a otro tan rápido que parecía un colibrí con una subida de azúcar. La pequeña tomaba de la mano al par de jóvenes que la acompañaba y los arrastraba por todo el lugar.

En un momento en el que la niña se encontraba admirando la pequeña maqueta que simulaba la casita del roedor mágico, Elsa que hasta ese momento estaba sonriendo, miró de reojo a su compañero y soltó un suspiro de fastidio.

—A pesar de que no me quejo de pasar un día con la encantadora Toothie —Empezó a decir la rubia— Lo cierto es que en este momento debería de estar estudiando para los exámenes que se acercan.

Al escucharla, Jack bufó ante lo que la chica decía.

—No me digas que eres la señorita responsable.

—Solo no me gusta estar perdiendo el tiempo.

—Oh vamos —Comenzó a decir de manera ladina el de cabellos claros— No estás perdiendo el tiempo, de hecho, eres afortunada de ver por todo un día al siempre apuesto Jack Frost.

Elsa, solo lo miró con molestia.

—Estúpido.

—¡Hey! Solo digo lo obvio.

—Lo obvio es que eres un egocéntrico.

—Y tú no tienes sentido del humor —Señaló el joven con una sonrisa divertida, notando como la joven se iba poniendo cada vez más roja.

—¡Mi humor era bueno hasta que me juntaron contigo!

—Así que admites que estamos juntos.

—¡P-Porque tienes que tergiversar lo que digo! —Comenzó ella un poco avergonzada, ya que al mirar a su alrededor se percató de que las personas que se encontraban en aquel museo estaban observando con diversión el intercambio que ellos estaban manteniendo.

—El amor juvenil es tan apasionado—Susurró una ancianita a otra, cosa que puso de los nervios a Elsa, haciéndola sonrojarse aún más.

—Él y yo n-no somos nada —Comenzó a explicar ella enérgicamente.

—Ahora me estas negando, amor mío —Dijo Jack con una falsa expresión de dolor que no hizo más que irritarla. — Y pensar que solo ayer me decías que yo iba a ser el padre de tus hijos.

—¡¿Hijos?! —Soltó la rubia muy exaltada.

Un gritito infantil de entusiasmo se escuchó a sus espaldas, y cuando los dos voltearon se encontraron con la pequeña Toothie, quien los miraba con ojos brillantes y una sonrisa hermosa.

—¿Ustedes van a tener bebés? A mí me gustan muchos los bebes, son pequeñitos y muy muy tiernos.

—Baby Tooth, eso solo era una broma —Le explicó Jack, al tiempo que se agachaba hasta quedar a su altura.—Elsa y yo no vamos a tener ningún bebé.

La pequeña lo quedó mirando fijamente, y Elsa casi pudo escuchar cómo se movían rápidamente los engranajes en la cabecita de Toothie.

—¿Es porque no saben cómo hacerlos? —Le preguntó la pequeña, dejando atónitos a sus dos acompañantes y creando un ambiente divertido para quienes se encontraban contemplando aquella escena. —Si no saben cómo hacerlos yo les puedo enseñar, la profesora Mary, nos dio clases de educación sexual para niños.

¿Podía haber algo peor que una nena de 6 años se ofrezca a enseñarte educación sexual?

La gente alrededor no pudo seguir conteniéndose, y se soltaron a reír, avergonzando aún más a Jack y Elsa...

Toda aquella situación era increíble.

—¿Hey, no crees que esta escena es digna de una canción? —Comenzó a decir en un susurro nada sutil una joven de cabellos grises que sostenía una guitarra, a otra que se encontraba junto a ella, ocasionando que Jack entrara en pánico al escuchar aquello, ya que nada podría empeorar aquella situación que una loca soltándose a cantar.

Ahí sí que Elsa lo mataría con una Ráfaga de Hielo*

—Vicky... Creo que mejor no —Le dijo la otra chica y Jack soltó un suspiro de alivio, además de agradecerle al cielo que Elsa estuviera tan concentrada en explicarle a Toothie que no era que no supiera como hacer bebés, sino que ese no era el momento para hablar de esas cosas.

—Di que sí... Solo unos pequeños versos —Seguía insistiendo la chica de cabello gris con una sonrisa divertida— Yo sé que tú también quieres escucharlos.

La acompañante que hasta ese momento había sido la voz de la razón en aquella estúpida conversación susurrada, sonrió y lanzándole una mirada cómplice a la otra, asintió...

Y Jack sintió como si el caos estuviera a punto de desatarse.

—¡Visitantes del museo! —Llamó la atención de todos alrededor la de cabellos grises y mirada divertida— Pienso que esta entretenida ocasión merece ser eternizada en una canción, así que sin más, ahí les va...

El chico sabía que tenía que hacer algo para detener esa locura, sin embargo, cuando estaba a punto de acercarse a la chica para detenerla, su pie resbaló con un caramelo que alguno de los niños en el lugar debió dejar caer, y como en cámara lenta, vio el instante en el que Elsa notó que algo andaba mal y se volteaba a mirarlo.

Pudo ver como los femeninos ojos se llenaban de sorpresa ante el inminente impacto que estaba a punto de ocurrir... Y así fue...

Ocurrido el choque, Jack solo podía pensar en lo fríos que eran aquellos labios tentadores.

Y con el conocimiento de que tal vez aquello no se volvería a repetir, Jack decidió alargar por unos instantes más aquel beso accidental.

Bendito caramelo...

.

.

Las prácticas del Club de Hockey habían llegado a su fin y Anna se encontraba esperando a que su novio, Kristoff, terminara de cambiarse su uniforme. Era divertido verlo transformarse de un chico tierno y sensible a uno rudo y competitivo.

Todo concentrado en su objetivo, patinando rápido y atacando certeramente.

Aww... Como amaba a ese idiota.

— ¡Whoa! Quien es esa chica tan hermosa —Al escucharlo decir esas palabras, ella comenzó a mirar a su alrededor levemente molesta, tratando de encontrar sobre quien estaba hablando su novio.

— ¿De quién estás hablando? —Le reprochó ella, al tiempo que se cruzaba de brazos.

Él se quedó mirándola fijamente como tratando de interpretar si su molestia era real o una broma.

—Nena, obviamente hablaba de ti.

Anna no pudo más que reírse bobamente, para luego lanzarse hacía él.

—Lo siento, pero ya sabes, me sorprendiste, aunque me parece bobo el ponerme celosa, aunque como me puse celosa de mi misma supongo que no cuenta, ahora, si te refieres a alguna parte especifica de mí, creo que el resto de mi si tendría que ponerse celosa de esa parte, aunque seguiría siendo yo al completo, ya que seguiría siendo parte de mi...

—Amor...—La interrumpió Kristoff, divertido, ya que le encantaba cuando Anna comenzaba a divagar— Te amo a ti por completo. Todita tú.

Y con eso se unieron en un suave beso que duró poco, pero estuvo repleto de sentimientos.

—Kristoff, no sabes cómo me gustaría que Elsa pudiera tener a un chico como tú.

—Es una lástima que no tenga un hermano gemelo.

—Creo que eso sería incomodo... Sería como si Elsa te estuviera besando a ti. —Le explicó Anna al tiempo que lo tomaba de la mano y comenzaban a caminar— Pero dejando eso de lado, creo que ella necesita a alguien con quien pueda ser juguetona y le quite esa mascara de hielo que se ha autoimpuesto.

—Eso sí. Ella es tan rígida como un iceberg

—Pero es un iceberg adorable. ¡Y por eso creo que deberíamos buscarle un novio!

—No creo que eso le guste mucho a tu hermana —Le comentó Kristoff, recordando la mirada cortante de Elsa.

—Al final nos lo agradecerá.

.

.

En ese momento, Jack, Elsa y Toothie, se encontraban de regreso al instituto envueltos en una aura de incomodidad inmensa, pero que no lograba matar la alegría que la pequeña estaba experimentando aquel día.

— ¿Entonces, son novios? —Preguntó repentinamente Toothie, ocasionando que los dos jóvenes se detuvieran.

—No pequeña, nosotros no somos novios —comenzó a explicarle Elsa mientras le acariciaba las mejillas a la pequeña. No se pudo contener, esas mejillas se veían bastante esponjositas.

— ¿Entonces, si no son novios porque se estaban besando?

Y aquellas palabras fueron como si un balde de agua fría hubiese caído sobre ella, y de manera inconsciente le soltó las mejillas de la pequeña y comenzó a caminar como un zombie.

—Oh vamos, Copo de Nieve, ya supéralo —Le dijo Jack, quien le dio alcance con una Toothie colgada en su espalda—Ese beso fue un accidente y ya he pasado más de media hora pidiéndote perdón.

—Aish, solo cállate Frosty-man*.

Él se quedó quieto un instante y luego comenzó a reír.

—Así que la reina de Hielo también sabe cómo bromear.

—Se hacer muchas cosas que no imaginas.

— ¡Ja! Apuesto que no sabes patinar en una pista de hielo —Comentó él con orgullo, ya que era miembro del Club de Hockey en Hielo.

—No creo que sea tan difícil.

Él la miró detenidamente. Aquella era su oportunidad.

— ¿Qué tal si hacemos una apuesta?

Elsa se giró a mirarlo, y sonrió divertida, cosa que sorprendió de sobremanera al chico.

— ¿Qué tipo de apuesta?

— ¿Que te parecería competir en el hielo?, Quien logre darle la vuelta completa a la pista de patinaje en menos tiempo, gana.

Elsa dejó que el silencio reinara por unos instantes. Era genial ver la leve tensión de la expectativa en el rostro del peliblanco.

—Suena bien. —Estuvo de acuerdo, para luego agregar— ¿Pero cuál sería exactamente el premio?

Jack sonrió. Elsa estaba resultando ser aún más de lo que había supuesto.

—Que tal, si yo gano, tienes que admitir lo genial que soy y acompañarme a una cita y si tu ganas te dejo en paz, para siempre.

La rubia lo miro de manera inquisidora, pero luego asintió.

—También creo que el ganador puede imponerle un castigo al perdedor.

El chico no pudo evitar soltar una sonrisa guasona.

—Copo de nieve, al parecer tienes muchas ganas de castigarme —Comentó Jack, para luego agregar con una mirada insinuante— Aunque, todo depende de qué tipo de castigo quieras imponerme, ya sabes a lo que me refiero —Aquello último fue dicho al tiempo que la barría con la mirada.

— ¡Asco, eres un pervertido!

El chico rió y ella lo miro mal.

—Jack, ¿Qué es un pervertido? —Preguntó una voz infantil, haciendo que los dos recordaran que la pequeña Toothie aún se encontraba con ellos.

.

.

Por fin habían llegado a la pista de hielo que se encontraba en las instalaciones del instituto, al sentir el frio de aquel lugar, Elsa se sintió como en casa. Era una lástima que aquella pista solo fuera utilizada por el Club de Hockey.

Mientras ella se encontraba en las gradas, junto a Toothie, que en aquel momento se estaba comiendo un helado de Nutella que olía de maravilla, Jack estaba buscando los patines para empezar la competencia.

—Dime Elsa —Comenzó a decir Toothie, quien con la carita sucia de helado se veía adorable— ¿Por qué no te gusta Jack?... Él es genial, tiene unos dientes súper blanquísimos y juega conmigo aunque soy una niña y el un niño. Sabes, a mi hermana le gusta.

Ante aquella confesión, Elsa no sabía que responder, y como si hubiese sido mandado por el cielo, Jack apareció en ese momento.

—Ahora sí, mi Reina Helada, no hay marcha atrás —Y con eso le entregó sus patines a la rubia que sin decir nada comenzó a sacarse los zapatos, para colocarse los patines, acción que imitó el chico. Una vez los dos listos, se dirigieron a la entrada de la pista.

—Primor, de antemano me disculpo por las dolorosas caídas que vas a sufrir en un futuro cercano —Le dijo Jack en tono burlón a Elsa quien solo sonrió divertida.

—Créeme, eso es lo que menos me preocupa —Le contestó esta, para luego virar la mirada hacia Toothie— Ahora cariño comienza el conteo.

La pequeña hizo un gesto afirmativo, y acto seguido comenzó a contar.

—Tres... Dos... ¡Uno! Comiencen.

Y como tal, el sonido de las cuchillas de los patines sobre el hielo hizo eco por todo el lugar.

Jack estaba atónito.

Aquella chica se deslizaba sobre el hielo casi como si ese fuera su habitad natural. Sus movimientos eran agiles y fluidos, ni que decir de la velocidad.

La había subestimado enormemente.

Por lo que sin esperar más, comenzó a acelerar, pero a pesar de que logró alcanzarla, ella fue quien llegó primera al extremo de la pista.

—Gané, Frosty-man —Dijo ella con un aire triunfante que la hacía resplandecer.

—¡E-Es imposible que ganaras! —Soltó Jack sin aliento.

—No, no es imposible, después de todo practico patinaje artístico en hielo desde los seis años.

La sorpresa se instaló en el rostro del chico y Elsa no pudo más que reír a carcajada ante tal expresión. Y para él, nunca una chica se había visto más hermosa, que Elsa Arendelle en aquel momento.

Ahí estaba, Jack Frost, nuevamente congelado ante ella.

—Lo admito, no sabía que estar contigo fuera tan divertido —Comentó ella, aun riendo— ¿Qué te parece si lo hacemos nuevamente?

Él asintió y comenzaron nuevamente a patinar.

La vio hacer piruetas y volteretas, y en su rostro pudo notar que realmente ella estaba pasando un buen rato.

— ¡Yo también quiero patinar! —Gritó Toothie desde las gradas— ¡Si porfis, porfis!

—Está bien, ya voy por ti —Le dijo Jack para luego acercarse a recoger a la pequeña y acomodarla sobre sus hombros— ¿Te gusta estar ahí?

— ¡Sí!! —Soltó la pequeña con emoción— Ahora has volteretas como Elsa.

—Baby Tooth, no se hacer volteretas, y tampoco podría hacerlas contigo en mis hombros.

La pequeña hizo un mohín, pero apartó su decepción y le exigió al chico que patinara más rápido, a lo cual Jack cumplió casi de inmediato.

Elsa notó que él se veía muy cómodo con la pequeña, y eso era señal de que era un buen chico, después de todo los niños tienen ese sexto sentido para identificar las buenas y malas personas.

—Entonces, Copo de Nieve —Dijo el chico sacándola de sus cavilaciones— ¿Cuál es el castigo que vas a imponerme?

Realmente ella no tenía nada en mente en ese momento.

—Voy a dejarte con la incertidumbre y cuando menos lo esperes, te diré cuál es.

—Oh vamos, Elsa, eso es infantil.

—Si alguien es un niño aquí, eres tú.

—No realmente... ¿Te gustaría comprobarlo?

—Ahí vas de nuevo con la fanfarronería.

—No soy fanfarrón, solo me gusta compartir lo genial que soy.

— ¿Genial?, más bien diría ego descomunal.

—Pero así te gusto.

Cuando estaba a punto de responderle, una femenina voz se escuchó por todo el lugar.

— ¿A quién le gustas, Jack?

Los tres invasores de la pista giraron al tiempo la mirada en aquella dirección y se encontraron con una chica morena de ojos rojizos, rostro agradable y cabello corto castaño con mechas azules y verdes.

La primera en reaccionar fue la pequeña en los hombros de Jack.

— ¡Hermana!

—Hola Toothiana —Saludó el chico con una inmensa sonrisa, que descolocó un poco a Elsa, al tiempo que se acercaban hasta el borde para hablar con la recién llegada.

—En el Aula de Toothie me dijeron que iba a estar a tu cargo el día de hoy, y como eres tú, supuse que estarías por aquí. —Explicó la chica al tiempo que miraba fijamente a Jack.

—¿A que no sabes hermana?, Elsa le gano a Jack en la pista —Dijo la niña con emoción al tiempo que señalaba a la rubia.

Luego de esas palabras, Toothiana por fin se percató de la acompañante de sus dos personas favoritas.

—Yo soy Elsa —Dijo secamente la rubia, ya que por alguna razón esa no terminaba por caerle bien del todo, a pesar de parecer tan agradable.

Sin embargo, a Toothiana le había pasado todo lo contrario, ya que cuando vio a Elsa hablar algo en sus ojos brilló.

—¡Oh dios! Mira esos dientes! —Soltó extasiada, al tiempo que tomaba el rostro de la rubia entre sus manos y sin esperar más comenzó a hurgar en la boca de esta— ¡Son tan blanco, limpios y perfectos!

Al presenciar aquella escena Jack comenzó a reír descontroladamente. Y es que Toothiana era así, de hecho su amistad había comenzado de manera similar, en el Jardín de Infantes, ella casi le había metido la mano hasta la garganta.

—Ey Toothiana, creo que la estas incomodando —Comentó este de manera casual una vez superado su ataque de risa.

—Lo siento, lo siento —Se disculpó la de cabello colorido al notar la incomodidad de Elsa— Es solo que amo los dientes y los tuyos son fantásticos, ojala todos los tuvieran así, bueno, si fuera así los odontólogos no tendrían trabajo.

Elsa no lo podía creer, aquella chica divagaba igual que Anna, y al recordar a su hermana, una sonrisa tierna se instaló en su rostro.

—No te preocupes y gracias por el cumplido a mis dientes.

—Son hermosos —Reiteró Toothiana— Los de Jack también lo son —Y dicho eso soltó un suspiro.

Ahora Toothiana le producía sentimientos contradictorios.

No sabía porque... Era dulce y agradable, pero algo de ella le molestaba...

—Jack a que no adivinas, Sally, la enfermera consiguió que trabaje por una semana como asistente de un odontólogo súper famoso en la ciudad... —Continuó hablando la morena a Jack, quien la miraba atentamente.

Y en ese momento Elsa recordó lo que la pequeña Toothie le había dicho poco tiempo atrás...

Sabes, a mi hermana le gusta...

Tal vez a Jack también le gustaba ella.

— ¡Oh Jack, esto es genial! —Soltó Toothiana repentinamente para lanzarse a los brazos del chico, haciendo que Elsa se incomodara aún más, así que de manera inconsciente miró el reloj de su muñeca y se percató de la hora.

—Hey, Frost —Llamó al chico, atrayendo su atención de inmediato— Ya son las cinco de la tarde y creo que oficialmente ya se acabó el horario del castigo.

El chico la vio desconcertado. Habían estado pasando un buen rato y de pronto ella volvía a su actitud fría y distante...

¿Qué era lo que había pasado?

Toothiana...

Ante ese pensamiento una gran sonrisa se formó en su rostro.

—Mi reina helada, ¿no me digas que estas celosa?

Elsa solo lo miró lo más cortante que pudo y después se dirigió hacia Toothie.

—Cariño, fue divertido pasar este día junto a ti —Comenzó a decirle, al tiempo que le apretujaba las mejillas, para luego volver la mirada hacia la hermana mayor de la pequeña— Fue agradable conocerte Toothiana, tienes una hermanita muy hermosa.

Y sin más, ella comenzó a dirigirse a la salida, pero fue alcanzada por Jack, quien la retuvo por un brazo.

—Elsa, no te vayas así —le dijo Jack con una expresión sería esta vez, y la rubia no pasó por alto que era la primera vez que la llamaba por su nombre.

—¿Así como?

—Ya sabes, toda distante y envuelta en tu aura de "No te me acerques"... Como si no quisieras tener que ver conmigo nunca más.

—En efecto, no quiero verme relacionada contigo nunca más.

Él la miró incrédulo, para luego rolar los ojos, en un gesto de fastidio.

—Mira, Copo de Nieve —Le dijo el chico en tono burlón—Eso no va a poder ser, porque soy bastante insistente con las cosas que quiero, y digamos que tú eres mi nuevo objetivo.

Cuando ella estaba a punto de replicar, Jack la detuvo con un gesto de su mano.

—Eso es todo... ¡Jack Frost fuera!.

Elsa se quedó allí de pie, viendo como aquel chico se encaminaba hacia las chicas, dejándola a ella con las palabras en la boca.

.

.

—Anna, deberías de dejar de ver esa novela cursi y ponerte a estudiar, los exámenes se están acercando—Le dijo Elsa a su hermana, quien se encontraba mirando fijamente la televisión, por lo que esta aprovecho para apapacharla —No quiero que esta vez tengas que estar reforzando materias.

—No te preocupes Elsa, ya sabes que estudio mucho mejor bajo presión —Contestó la pelirroja, acomodándose aún más en el abrazo— Además la novela está muy buena... ¡Por fin Cruz de la Trinidad recupera la memoria y recuerda que Federico Antonio, no es su novio, sino su ex marido quien la engaño con su prima segunda Soledad Eulalia!

Elsa solo la miraba sin poder creerse aquel argumento.

—Y hablando de engaños, ¿cómo te fue hoy en el castigo que te impuso el director?

—Anna, ¿qué tienen que ver los engaños con el castigo del director?

—No lo sé, yo simplemente los relacioné en mi mente —Le contestó, como si Elsa le hubiera preguntado alguna obviedad. — Así que no te hagas la loca y cuéntame todo, todo.

Soltando un suspiro, Elsa cedió ante el entusiasmo de su hermanita y comenzó a relatarle como había transcurrido su día.

— ¡Se besaron! —Gritó Anna al tiempo que lanzaba el cepillo con el que en algún momento de la conversación había comenzado a peinar a su hermana.

—Si —Contestó normal Elsa, para luego continuar— Y allí estaba esa chica de cabello gris riéndose como una foca...

—Eso no importa Elsa —La cortó la pelirroja, con una expresión extasiada— ¡Tú y ese chico se besaron! Este es el comienzo de un dulce romance.

—No, eso no es el inicio de nada.

—Sí.

—No.

—Sí, sí.

—No, no.

—Súper archi sí.

—Ya te dije que no fue nada, Anna. —Dijo la rubia con un poco de hastío.

—Está bien, continúa.

Sin embargo, entre más cosas contaba Elsa, mayor era la cara de emoción de Anna, tanto que casi era posible verla brillar del gusto. Cuando ella terminó de contar todo lo ocurrido en la pista de hielo, Anna no pudo seguir conteniendo un grito emoción.

— ¡Oh Elsa, eso es amor!

Ella solo miraba a Anna sin poder imaginar cómo era que había llegado a esa conclusión.

—No Anna, yo solo te amo a ti, mi linda hermanita —Le contestó al tiempo que la miraba con afecto.

—Aww, y yo a ti... Pero ese chico, John...

—Jack

—Como sea, te gusta y no lo quieres admitir.

—Lo acabo de conocer hoy, además, —Agregó— A mí no me interesa tener novio.

—Oh vamos, a quien crees que engañas con tanta negación. —Le dijo Anna al tiempo que tomaba a su hermana de las manos— Elsa, lo que sientes es hermoso...

—¡Ya te dije que no me gusta!

—Solo admítelo... Acéptalo —Continúo Anna como si esta no hubiese dicho nada.

—Solo fue un beso accidental... Y solo porque sus estúpidos dientes blancos se vean bonitos cuando sonríe no quiere decir nada.

Y como si le hubiesen dicho que Candy Candy* iba a tener un Live Action, Anna se levantó del sillón en el que se encontraban sentadas, y comenzó a gritar.

—¡Lo ves! ¡Lo ves!, ¡te gusta su sonrisa!... Ya ríndete Elsa, y dilo, vamos, dilo.

La rubia soltó un suspiro.

—Anna, eres una cursi y ves cosas donde no las hay.

—Puedes decirme cursi todo lo que quieras —Comenzó a decir la pelirroja al tiempo que volvía a sentarse junto a su hermana— Pero ya te digo yo, que tengo más experiencia que tú en estos temas del amor... Bueno, no es que tenga muuucha experiencia con chicos, después de todo Kristoff es mi primer novio, pero ya sabes lo que quiero decir, si yo digo que es amor es porque lo es.

—Mira, si algo hay entre Jack Frost y yo es tolerancia.

—Elsa, que tal si te hago una serie de preguntas y según a como contestes te digo si es o no es amor, ¿te parece?

La verdad es que Elsa quería acabar con toda esa bizarra discusión en la que se había visto envuelta, así que ya agotada, asintió.

—Bueno, primera pregunta: ¿Te divertiste con él?

Al recordar cómo le había ganado en la pista de patinaje y las ingeniosas provocaciones del chico, ella no pudo más que contestar afirmativamente.

—La verdad es que hoy me divertí mucho, él es muy chistoso.

—Okey, ¿Te parece lindo? —Le preguntó seguidamente.

—B-Bueno, tengo que admitir que el idiota es algo guapo —Respondió Elsa un poco avergonzada.

—¡Confirmado!... ¡Es amor!...Él te parece guapo y te diviertes con él.

—Anna, para que haya amor deben de necesitarse más cosas...

—Ya deja de poner trabas y dilo, di que es amor...

—No voy a decir nada —Contestó la rubia con un puchero, haciendo que Anna estallara en carcajadas.

—Ay Elsa, quieras o no ya caíste.

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Bueno, espero que les haya gustado...y se hayan divertido leyendo este capitulo. 

Con este me puse a la par con la historia publicada en Fanfic.Es, por lo que quiero comentarles que es posible que me demore un poquito en actualizar ya que los capitulos siguientes estan en mi anterior laptop que murió... Asi que estoy en plan de reescribirlos.

En este capitulo hace una aparicion especial Victoria Sainz Avila quien fue la ganadora de un evento en el grupo de este fic. (Espero que te haya gustado n_n)

Tambien hace un cameo la cancion No diré que es Amor que canta Megara en la pelicula Hercules.

Aqui les dejo algunas referencias de este capitulo:

- Fatality de Sub-Zero: Sub-Zero es un personaje del Juego Mortal Kombat que utiliza ataques de hielo. El Fatality es un movimiento especial mediante el cual el vencedor de un combate asesina a su rival,contrincante.

-"le arrebataba la espina dorsa" Es un fatality de Sub-zero

-Casita-Museo del Raton Perez: Un sitio en madrid sobre este personaje.

-Ráfaga de Hielo: Ataque de Sub-Zero

-Frosty-man: Es la abreviatura de Frosty the Snowman, que se refiere a un muñeco de Nieve.

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