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3. Invasión al club de Kendo, el ataque de las manzanas y el Anti-Amor


Aquella mañana Ariel deseaba que la tierra se abriera y se la tragara, y era por eso que se encontraba escondida detrás de un árbol en la entrada del instituto, tratando de pasar desapercibida usando unos recargados lentes de estilo hipster color verde neón.

—Que no me reconozcan, que no me reconozcan...—Se repetía aquello como un mantra.

—Ariel, ¿Qué haces ahí?

Al escuchar esa voz tan cerca de ella se sobresaltó y estuvo a punto de gritar, cuando se percató de que quien le había hecho aquella pregunta era Bella, quien la miraba con curiosidad a través de sus recatados lentes.

—Yo...eh...mmm... ¿estaba hablando con el árbol?

Aquella respuesta le gano una mirada incrédula de parte de la castaña.

—Ariel, eres la última persona que imaginaría que tartamudea —Le dijo la castaña al verla indecisa sobre qué decir, consiguiendo que la pelirroja sonriera

—No te preocupes Bells, es solo que ayer hice una estupidez, y por poco me pilla quien menos debía

—¡Apuesto lo que sea a que ese alguien es Eric! —Agregó una tercera voz sorprendiéndolas

—¡¿Quién eres y que has hecho con mi amiga Aurora?! —Soltó Ariel exageradamente

—¿De que estas hablando? —Preguntó la rubia sin entender nada

—Hasta yo sospecho —Dijo Bella con una sonrisa— Es raro verte tan temprano en el Instituto, por lo general siempre llegas corriendo al inicio de la primera clase.

—Mujeres de poca fe, dejen de desviar el asunto —Comentó Aurora un poco ofendida ante el escepticismo de sus amigas —Estaban hablando sobre algo que Ariel hizo ayer.

Un poco resignada, la pelirroja soltó un suspiro

—Está bien, les contaré...

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—Espera un momento —Dijo bruscamente una chica de cabello platinado —¿Nos estas diciendo que te harás pasar por un chico en el club de Kendo?

—Exacto —Dijo Mulan con una sonrisa de suficiencia, la cual se fue reduciendo al ver la expresión de la chica de piel canela frente a ella —Kida, ¿Porque me miras así?

—¿Sabes quién es el presidente del Club de Kendo? —La pelinegra negó con un movimiento de cabeza, y la chica continuó– Es Li Shang

— ¡Es Chino! –Gritó Mulan con incredulidad— Eso sí que complicara las cosas

—¿Y porque? —Preguntó Mérida quien hasta el momento no había participado en la conversación por estar terminando una tarea

—Porque contaba con que mis rasgos chinos confundieran al presidente del Club, pero ese, el tal Shang lo descubriría rápidamente —Explicó Mulan con preocupación, su sueño podría verse truncado, y todo por ese sujeto.

—Pero sabes —Dijo Kida— Li Shang, es un sujeto muy perspicaz y serio, porque mejor no hablas con él y...

— ¡No!, seguiré con mi plan —Soltó la china

A ese tal Li Shang no lo conocía y pero ya le caía mal.

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Mientras caminaba rodeado de una horda de femeninos suspiros anhelantes, Ferdinand no podía dejar de sentirse un chico con suerte. Y es que además de tener un gran atractivo físico que atraía a las chicas y hacer parte de una familia acomodada, también era el jugador estrella del Club de Futbol y ni que decir de formar parte de "Los Princes" del Instituto.

¿Qué más podía pedirle a la vida?

El chico sonrío ante aquel pensamiento...

— ¿Qué un ángel aterrizara en mi regazo? —musitó en voz alta con una leve carcajada.

Y como si esas palabras fueran alguna especie de señal, sintió como un repentino peso caía sobre él al tiempo que varias manzanas golpeaban su rostro.

Mientras soltaba un juramento separó bruscamente a la persona que aun permanecía encima de él.

— ¡Oye imbécil, fíjate por donde vas! —Al tiempo que se daba cuenta que no había empleado mucha fuerza para apartar al atravesado, por lo que cuando viró la mirada y se encontró con un par de ojos color ámbar, enmarcados por una cabellera azabache, que lo miraban fijamente se sorprendió de sobremanera.

¡Era una chica!...y una muy hermosa.

Casi sin poder evitarlo sus ojos pasearon por el cuerpo de la chica, quien vestía una corta falda amarilla y una camisa azul a juego, además de una cinta roja decorando su cabello.

Nunca en la vida hubiera podido olvidar tal belleza, así que quién era ella.

No la había visto en su Club de fans, Ni en el de los "Princes"

¿Cómo era que nunca la había visto?...

Cuando se disponía a saludarla, la chica se dirigió presurosa a recoger las manzanas que yacían regadas alrededor y para luego colocarlas en una canasta ignorándolo por completo.

Ferdinand sonrió, ella estaba usando la típica estrategia "Te ignoro para parecerte interesante". Así que usando su mejor sonrisa encantadora, se puso de pie y tomó entre sus manos una brillante manzana roja.

—Sabes, no era necesario que me lanzaras unas estúpidas manzanas para llamar mi atención

Notó que al terminar de decir aquella frase la pelinegra había detenido bruscamente sus movimientos y se levantaba para quedar frente a él

— ¿Llamaste estúpidas a las manzanas? —Musitó con voz trémula la joven, haciendo que el castaño se estremeciera un poco— ¡¿Acaso no sabes la importancia de esa fruta en la historia?!

Aquello petrificó a Ferdinand...

—¿Sabías que la fruta que tentó a Adán y Eva era una manzana?, ¿Y que fue una manzana la que inició la guerra de Troya?, y también fue una manzana la que hizo que Isaac Newton descubriera la gravedad. ¡Así que si no sabes nada no hables! —La chica soltó toda aquella verborrea de golpe, para luego inhalar con fuerza, soltar un suspiro y comenzar a alejarse, dejando tras de si a un impactado chico.

—¡Ey!, espera... Dime ¿cuál es tu nombre? —Se apresuró a preguntar Ferdinand, quien se acababa de recuperar de la palabrería de la joven, la cual se detuvo y volteó a verlo.

—Soy Nieves White, Aula 3-D, presidenta del Club de Jardinería y futura presidenta del Club de la Manzana —Se presentó la joven, para luego tomar una de las manzanas que llevaba en la canasta y tirársela con brusquedad, golpeándolo en el hombro, haciendo que el soltara una imprecación de dolor– Si quieres saber más sobre las manzanas, puedes buscarme.

El chico se quedó ahí de pie sobándose el hombro con una sonrisa pegada a su rostro, mientras la veía marcharse.

—Así que Nieves White, aula 3-D –Al notar que estaban en la misma aula su sonrisa se ensancho aún más— Al parecer la suerte aún permanece de mi lado...

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Aurora se hallaba recostada a la sombra de un gran árbol del patio frontal del instituto, mirando el lento viajar de las nubes mientras la suave brisa jugueteaba con su cabellera rubia como el sol, escuchando el sonido de las avecillas cantando y los acompasados sonidos de su corazón.

Si, ella disfrutaba mucho de las actividades del Club de Relajación.

Mientras se encontraba en ese estado de calma y armonía total recordó lo que Ariel les había contado a Bella y a ella.

Eric era quien había entrado al área de la piscina mientras ella se encontraba nadando allí sin autorización y al parecer él solo había visto la silueta de una mujer cuando ella estaba huyendo del lugar.

La rubia soltó un suspiro.

Ciertamente la situación romántica de Ariel le parecía muy tierna. Un amor puro inconfesado que ha permanecido por más de dos años.

Aquello simplemente disparó su imaginación...

Tal vez el destino estaba tratando de unirlos de alguna manera, ya que Ariel no se decidía a dar el primer paso y apuntarse al club de Natación.

—Sigue lo que dicta tu corazón y disfruta del amor amiga —Musitó al aire con anhelo

—¡Oh por Dios!...Ya estas metida de nuevo en tus películas románticas mentales —Soltó una voz masculina con evidente desagrado.

Una que ella conocía muy bien...

Mirando en dirección donde había llegado la voz, se encontró con una irritada mirada castaña.

—Phillip, tu como siempre tan inoportuno —Murmuro ella entre dientes al tiempo que se erguía frente a él.

—Yo solo estoy cumpliendo con el deber social de aterrizarte al mundo real. —Habló él de la misma manera.

—Pues, ¡Noticia de última hora! El amor hace parte del mundo real –Exclamó ella. Realmente Phillip sabía cómo sacarla de quicio.

Aurora tenía claro que él no era un mal chico, de hecho era muy amable, pero cuando oía la palabra "Amor", toda su personalidad cambiaba.

Y por eso chocaba con ella.

Aurora, era una enamorada del amor...

Y Phillip, pues... Él era el Grinch del San Valentin...

—Eso que tu llamas amor no es más que una reacción hormonal... —Explicaba el de manera seria— Producto de unas Feromonas y...

—...Y del sentimiento más puro nacido entre dos personas —Le interrumpió ella

— ¡Aish! Es imposible hablar contigo —Soltó el castaño con irritación al tiempo que se alejaba dejándola ahí soltando un suspiro de frustración.

Después de todo, cuando Aurora era más pequeña y soñaba con su príncipe azul, sin poder evitarlo, a su mente de inmediato venia el rostro de Phillip...

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—Respira profundo...

Eso era lo que se decía una y otra vez Mulan, quien se encontraba de pie frente al Club de Kendo vistiendo unos jeans anchos, una camiseta negra holgada y el cabello recogido y escondido debajo de una gorra.

Tomando una honda inspiración, se dijo que era ahora o nunca.

Así que dándose ánimos internamente comenzó a caminar con paso decidido hasta la puerta del Dojo* de Kendo.

—Hola, ¿hay alguien aquí?...

—Bienvenido al Club de Kendo, mi nombre es Chien Po, ¿en qué puedo ayudarte? —La saludo educadamente un chico bastante alto y rellenito.

—Soy eh... pues —comenzó a balbucear nerviosamente al percatarse de que no había elegido un nombre masculino para presentarse— ...eh...Ping, sí, soy Hua Ping

El gordito la miró con una rara expresión en su rostro y supo que había elegido un nombre algo estúpido, pero este sonrió.

—¿Te gustaría ver las instalaciones del Club?

—Claro que si —Respondió Mulan con entusiasmo

—Entonces, puedes pasar

Ella sonrió levemente

La primera parte de su plan estaba hecha

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