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22. Invitaciones


Era una mañana como cualquier otra en la entrada del Instituto High School Disney, sin embargo el estrepitoso sonido de un ritmo pegajoso y de moda irrumpió la aparente calma y monotonía de los estudiantes transeúntes.

—¡Buenos días! —Gritó a todo pulmón, a través de un megáfono, Naveen Maldonia quien se hallaba sobre el capó de una alta y lujosa camioneta de la cual provenía aquella estridente música.—Ya llegó a quien estaban esperando.

Ante aquella voz muchas chicas comenzaron a gritar extasiadas de emoción y se apresuraron a rodear el vehículo, mientras otras personas le lanzaban miradas incrédulas y molestas, entre ellas Tyana, la que no dejaba de repetirse que al parecer el imbécil superficial ya había tocado fondo.

—Sé que muchos han escuchado sobre la fabulosa fiesta de cumpleaños que suelo dar, y a la cual solo invito a un selecto grupo de personas. Sin embargo este año, mi sentido de la humildad me ha hecho reflexionar que también los plebeyo tienen derecho a divertirse —Concluyó este con toda naturalidad, ocasionando que un sinnúmero de gritos eufóricos se hicieran escuchar.

Tyana aún no se podía creer lo que estaba presenciando.

—Él ciertamente es una cosa fuera de este mundo —Musitó una delicada voz al lado de la morena atrayendo su atención de inmediato.

—Claire, si lo dices porque él generalmente parece estar en la luna y no con el resto de los mortales, entonces, si lo es —Agregó Tyana con una sonrisa. La rubia no se pudo contener y se soltó a reír.

Mientras las jóvenes se estaban riendo Naveen se encontraba repartiendo invitaciones de su fiesta entre una multitud que lo rodeaba entre gritos y vítores, sin embargo su vista se fijó en la morena que ahora se encontraba mirándolo con reproche.

Él sonrió y se bajó de un salto del vehículo en el que se encontraba y caminó hasta quedar frente a Tyana.

—¿Supongo que tú también estas aquí porque quieres una invitación a mi fiesta? —Le preguntó él con una sonrisa ladina.

—Primero besaría a un sapo —Arremetió la morena lanzándole una mirada de irritación.

—Si Tyana, yo también te quiero —Musitó Naveen con sarcasmo mientras depositaba una de sus invitaciones en la mano de la chica.

Ella solo hizo un gesto de hastío.

—Por cierto, aún no has comenzado las tutorías que la Profe Giselle te pidió que me dictaras —Soltó el moreno, para luego agregar con burla— ¿No me digas que eso le quedó demasiado grande a la pequeña Tyana?

Ella frunció el ceño y un tic de irritación se formó en su rostro.

—Pequeño tu... —Comenzó Tyana siendo interrumpida por Claire, quien le tapó la boca, sabiendo que su amiga se iba a referir a cierta parte de la anatomía del chico.

—Vámonos Tyana —La instó Claire.

La morena asintió y se echó a andar con su amiga. Naveen al ver como se alejaban no pudo contenerse.

—Y Tyana —La llamó— Ponte algo sexy.

—Muérdeme, imbécil –Le gritó ella con arrebato.

—Lo haría, pero temo que me dé mal de rabia —Contestó en medio de una carcajada al ver como Tyana intentaba tirarle un zapato siendo contenida por su amiga.

Mientras veía como las dos chicas se alejaban, sintió como si lo estuvieran viendo fijamente, y a pesar de que ya estaba acostumbrado a esa sensación, casi podía sentir, que quien lo miraba no lo hacía con muy buenas intenciones. Y un escalofrío lo recorrió al girarse y encontrarse con Lilo, Alicia y Wendy, las cuales lucían unas sonrisas conspiradoras.

—Hola Prince Naveen —Lo saludó Lilo al tiempo que se acercaba a él— Estábamos aquí las tres, viendo como repartías con tanto entusiasmo las invitaciones a tu fiesta.

—Y nos preguntábamos, si tenías algunas para nosotras —Continúo Alicia, quien se aferró a su brazo.

Para ese momento el moreno estaba a punto de entrar en pánico, después de todo él sabía que esas chicas eran bastante raritas. Así que haciendo un esfuerzo, logró reunir encanto y sonrió.

—No saben lo mucho que me gustaría, pero, ustedes están en un curso inferior.

—Ya me aburrí de ser diplomática —Soltó Wendy con irritación— Nos das esas invitaciones, o tendrás que vértelas con unos amigos que tengo en la Yakuza.

Naveen comenzó a sudar frio.

Por lo que sabía, aquello podría ser cierto. Así que sin esperar más, sacó tres invitaciones y se las entregó, para luego, apartarse apresuradamente de esas chicas y alejarse de aquel lugar.

Mientras Lilo veía como Naveen salía despavorido, Alice se giró hacia la castaña y la miró con curiosidad.

—¿En serio tienes contactos en la Yakuza?

—Claro que no —Contestó rápidamente Wendy con una sonrisa— Ni siquiera sabía que existían hasta ayer en la noche mientras hacía mi tarea de historia.

Las chicas se miraron entre sí, para luego reír.

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Adam no sabía si buscar una caneca para vomitar o que la camilla de la enfermería se lo tragara, y es que no se sentía nada cómodo viendo como Sally y su esposo Jack Skellington intercambiaban saliva.

—¡Rayos! Podrían dejar de succionarse las caras mutuamente —Gruñó sin poder contenerse, haciendo que la pareja se separara.

Sally soltó un suspiro y se volvió al natural pálido rostro de su esposo.

—Jack, nos vemos más tarde —Le susurró pícaramente, haciendo que Adam volviera a sentirse incomodo frente a la pareja. Jack solo asintió y salió rápidamente de la enfermería. Cuando el hombre elegantemente vestido abandono la estancia, Sally se giró para quedar frente al chico.

—Toma —Musitó la mujer con una sonrisa mientras le extendía un papel, el cual era el comprobante de que estuvo en la enfermería. Cuando el chico se acercó ella volvió a sonreír— Sabes Adam, dentro de poco también encontraras a alguien a quien te gustará succionarle la cara.

El chico la miró y le lanzó una mirada de incredulidad.

—Deja de decir estupideces —Le dijo él. Aveces Sally lo trataba como si fuese un niño de seis años.

Ella solo se limitó a alzar las manos en gesto de rendición.

En ese instante la puerta de la enfermería se abrió dejando visible a una joven castaña y de lentes que exhibía una mueca de dolor, lo que atrajo de inmediato la atención del chico.

—Hola —La saludó Sally— ¿Tu eres Bella Villeneuve, cierto?

La joven asintió, y comenzó a caminar al interior a paso lento y con una tenue cojera, y eso fue más de lo que Adam pudo soportar.

—¿Qué rayos te ha pasado? –Le preguntó de manera cortante. Bella solo se giró a verlo.

—Buenos días para ti también, los modales no te mataran te lo aseguro —Le reprochó la joven.

—Te hice una pregunta —Rugió Adam dejando estupefacta a Sally, ya que nunca había visto al joven tan iracundo por algo relacionado a otra persona.

Bella bajó la vista y comenzó a jugar con sus dedos.

—Un grupo de chicos comenzaron a molestarme cuando venía camino al instituto y me empujaron —Contó ella con expresión abatida—. Uno de ellos tenía el cabello negro recogido en una coleta, y parecía el líder —Bella se cortó un segundo para luego continuar— Él solo miraba desde lejos y se reía.

En ese instante Adam dio un golpe lleno de rabia a la pared, él sabía muy bien de quien se trataba e iba a tomar medidas drásticas.

—Sally, creo que más tarde volveré a la enfermería —Cuando vio que la pelirroja iba a replicar, le indicó con un gesto que no lo hiciera— Y tú —Musitó esta vez con dirección a Bella— No te preocupes, esos bastardos no volverán a molestarte.

Luego de eso dejó la enfermería y tras de sí a una castaña bastante sonrojada.

.

.

Ariel tenía una mirada soñadora en su rostro, mientras contemplaba a la distancia como Naveen le entregaba unas invitaciones para su fiesta a Shang y a Eric.

—¡Oh Aurora, esta es mi oportunidad de bailar con Eric! —Soltó sin poder contenerse— Te imaginas, los dos bailando bajo la luz de la luna frente a una hermosa playa.

—¡Si amiga, ese es el espíritu!, la vida de un joven debe de estar llena de romance —Le contestó la rubia con entusiasmo— Además creo que tu príncipe viene para acá, así que me desparezco.

Ariel no sabía qué hacer cuando confirmó que en efecto, Eric se dirigía hacia ella.

—Hola Ariel —La saludó el joven con una amplia sonrisa— ¿Iras a la fiesta de Naveen?

—Si —Logró decir la pelirroja luego de reponerse de aquella sonrisa— Dicen que ese va a ser el evento del siglo.

—Yo me estaba preguntando si...—Comenzó a decir dubitativo el moreno—...Este, yo me preguntaba si te gustaría ir conmigo... Ya sabes, como mi pareja.

¡Respira Ariel, respira!

Ella se encontraba en shock, nunca se imaginó que Eric la invitaría exclusivamente a ella como su pareja, así que no encontraba palabras con las cuales responderle, sin embargo aquel silencio fue malinterpretado por el joven.

—Claro, no te estoy obligando ni nada, si no quieres, no importa...

—¡No! —Gritó ella.

—Oh ya veo, no quieres ir conmigo...

—¡Podrías callarte! —Inquirió Ariel un poco harta de que Eric no la dejara hablar, haciendo que este guardara silencio de inmediato— Te estoy diciendo que si quiero ir contigo, de hecho estaría encantada de ir contigo.

Eric sonrió, mientras tomaba de la mano a la joven y la besaba.

—Seré la envidia de todos en esa fiesta.

.

.

Naveen se encontraba en el Aula 3-D debatiéndose si entregar o no la invitación que tenía en su mano.

Allí estaba él, delante del pupitre de Adam Beaumont.

La Bestia del Instituto.

Pero el chico en cuestión no se encontraba en su asiento, lo cual fue un alivio para él, así que solo se limitó a colocar la invitación sobre la mesa de este y se alejó lo más que pudo, para luego esbozar una sonrisa.

Ya había repartido todas las invitaciones.

Ahora solo faltaba la fiesta, y él tenía la certeza que sería la mejor del mundo.

¡Oh sí!

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