13. La Subasta (2da Parte)
Phillip no sabía que rayos estaba haciendo en medio de aquella muchedumbre alrededor del escenario de la subasta, bueno, en realidad lo sabía, había cedido a la mirada de gato de Shrek que Enrique le mostro para que lo acompañara a la subasta, pero ahora el conocido Prince Carismático se había desaparecido del mapa.
El sonido de la melodía Para Eliza de Beethoven, le hizo girar la mirada hacia el escenario.
—Bueno, nuestra siguiente candidata es, ¡Aurora Basile! —Exclamó Alicia a través del micrófono, y sin hacerse esperar la figura de la rubia apareció en escena, enfundada en una ajustada falda gris y una blusa de estilo corsé negra.
Phillip no pudo evitar sorprenderse al ver lo adulta que se veía Aurora. Para nada se parecía a la chica que él conocía desde niños y que no hacía más que pensar en corazoncitos y cuentos de hadas.
—Ella es la vicepresidenta del Club de Relajación y de el Club de Canto —Dijo Alicia con euforia— Su tema de conversación favorito es El Amor, es adicta a la serie Twilight y pertenece al Team Jacob, el piropo que más le han dirigido es "Y yo aquí esperando que duermas, para ver si aparezco en tus sueños", y en estos momentos está en busca de su príncipe Azul.
Aurora solo sonrió nerviosa...
¿Acaso los miembros del club de Teatro eran de la CIA?
—¿Cuánto dan por esta romántica empedernida?
Luego de esas palabras una horda de gritos se hizo escuchar.
—60 mil —Gritó uno.
—70 mil. Yo doy 70 mil— Gritó otro.
—80 mil... Nena, aquí esta tu príncipe...
¿Eran en serio?
Se preguntó Phillip al ver la cara de los sujetos que pujaban por Aurora, aquellos adolescentes hormonales, parecían perros de caza corriendo tras su presa.
—85 mil —Vociferó otro.
¿De verdad esa chica idiota creía que alguno de esos chicos seria su príncipe azul?
Aurora necesitaba una dosis de realidad. Él le enseñaría que los cuentos de hada no existían, que el mundo no era como sus libros románticos y le daría una lección para que no volviera a participar de tonterías como esa subasta.
Sí. Le quitaría la venda de los ojos y le mostraría el mundo real.
—90 mil —Gritó Phillip con irritación. Desde el escenario Aurora parecía sorprendida y confundida al ver que él había pujado por ella.
Después de aquello nadie dijo nada más y él sonrió ladinamente.
—¡Vendida a Phillip Lynch! —Gritó la Alicia con emoción— Chica, querías un príncipe azul y te dimos uno, lindo y sexy.
Cuando Phillip llegó al escenario a reclamar su "mercancía", le extendió la mano a Aurora en un gesto caballeroso acompañado de una sonrisa deslumbrante.
—Ven conmigo. —Le dijo —Yo te llevaré a la luz.
Ante aquellas palabras las chicas que se encontraban en los alrededores soltaron unos chillidos de emoción.
—¿Qué bicho le habrá picado a Phillip? —Se preguntó Aurora al ver aun aquella sonrisa, que ya la estaba poniendo nerviosa.
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Flynn Rider se hallaba orgulloso de sí mismo, y es que ayudar a un amigo era gratificante.
Aunque con eso se hubiese quedado sin nada de dinero en su bolsillo.
Más valía que Alan aprovechara la compra de la Princesita del Oriente o tendría que pagarle el doble de lo que le prestó.
De todas maneras el motivo por el que estaba en medio de aquel gentío era cierta chica de cabellera kilométrica. Tenía muchísima curiosidad de como iría su subasta. Aunque si era sincero con él, lo que en verdad quería era estar cerca de ella para darle apoyo moral, después de todo la chica era antisocial y eso no la hacía muy popular que digamos.
—Al parecer mi amiga Alicia tuvo una sobredosis de entusiasmo y tuvo que descansar un rato, así que la subasta la sigo yo, Wendy Darling, miembro honorario del club de Teatro, y para todas las chicas que están escuchando les tengo unas palabras: Manténganse a metros de mi novio Peter, sino lo hacen, las perseguiré al inframundo —Aquellas últimas palabras las dijo con un aura oscura— En fin, sigamos —Agregó ahora con normalidad—...Ella tiene ojos verdes, y casi no habla, pero su cabello lo dice todo por ella —Comenzó a hablar Wendy— Con ustedes Rapunzel Grimm.
Gritos de euforia se hicieron escuchar en la multitud, sorprendiendo a Flynn.
—Por fin —Dijo un chico frente a él— Solo vine aquí por ella.
¡¿Qué?!
Luego de aquellas palabras de entrada, Rapunzel hizo acto de presencia en el escenario, luciendo una delicada blusa de color rosa y una falda morada.
Ante la vista de aquella falda, Flynn tragó grueso.
!Por Dios! Porque ella llevaba esa falda tan corta, tanto era así, que casi podía verle los tobillos.
Bueno quizás estaba exagerando con la falda, pero la blusa era otra historia. Era una de esas de tiritas con un escote pronunciado.
Además estaba maquillada, ¡Maquillada!
—Cálmate —Se dijo.
—Es la presidenta del Club de Arte y negó que haya fantasmas en el aula del mismo, ama pintar, escuchar música y declaró que lo más arriesgado que ha hecho en su vida ha sido volarse de clases —Comenzó a decir Wendy— Según nuestras fuentes el piropo que muchos chicos han querido decirle es "Quiero pintar tu figura, pero no encuentro pintura para tanta hermosura."
Ante aquel último dato Rapunzel se sonrojó.
—Bueno —Volvió a hablar la castaña— ¿Quien empieza a dar por esta chica?
Después de esas palabras un revuelo de cifras se formó en la multitud.
Y fue en ese momento en el que se sintió un estúpido por prestarle dinero a Alan.
Estúpida amistad leal...
Y aguantándose todo el coraje, a la cual aún no le encontraba explicación, se quedó ahí de pie viendo como el resto de chicos que si tenían dinero, pujaban por la chica de mirada verdosa.
—¡Vendida! —Gritó una entusiasta Wendy— A Pascal Furcifer del 2-D
—Maldito suertudo...Con dinero —Susurró al ver como el mencionado se acercaba al escenario para reunirse con Rapunzel, sin embargo en aquel instante su mente maquinó una gran idea, haciendo que una sonrisa algo malévola le invadiera el rostro.
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Mataría a Jazmine.
Aquel era el pensamiento de Mulan en ese momento.
—Y como dice la canción "Ritmo no pares, no pares, no" —Exclamó una eufórica Wendy—Bueno, y como sabemos que en la variedad está el gusto, la siguiente soltera es una extranjera, ¡ella es Fa Mula!
Al escuchar aquello la china se sintió morir.
¡Porque rayos no le había hecho caso a su abuela cuando le dijo que consiguiera un grillo de la suerte!
Mientras subía al escenario recordó la mirada de obsesa que tenía Jazmine cuando la "atacó" y le colocó aquella falda.
¡Nunca en su vida había usado una falda tan corta!
Sentía como la brisa se paseaba entre sus piernas...
Podía imaginarse a los estudiantes de artes marciales de su padre riéndose de ella.
—Le gusta hacer deportes, sus favoritos son el Kung Fu y el Kendo, le gustan los Daifuku de fresa, aunque yo no sepa que es eso —Explicaba Wendy con una sonrisa— Este es su primer años en este instituto, y como pueden ver, debajo de tanto trapo de mal gusto que generalmente usa hay una chica sexy que grita por salir.
¿Qué era lo que les pasaba a esas chicas con su ropa?
Más les valía que se buscaran su muerte natural.
—Bueno, ¿cuanto dan por ella?
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Shang no podía creer lo que estaba viendo.
¡¿En serio aquella chica estaba usando una falda?!
Realmente se estaba conteniendo para no reírse de la mueca de incomodidad que la chica tenía en su rostro. Claramente estaba pidiendo auxilio.
Aunque a él sería la última persona a la que le pediría ayuda. Después de todo lo veía como el obstáculo a superar para entrar al club de Kendo.
—70 mil —Gritó un chico.
—Yo doy 75 mil —Dijo otro.
A cada oferta, el rostro de Mulan iba palideciendo.
Al parecer no toleraba el escrutinio, ni estar en el escenario.
Shang se rió.
Supongo que hoy seré tu salvador, pequeña infiltrada...
—Doy 90 mil —Soltó él con su usual expresión seria, formando a su alrededor un silencio atroz, del cual el conocía muy bien el porque. y él sabía muy bien porque.
Muchos debían estarse preguntando, ¿Qué hacía precisamente él, el serio y distante vicepresidente del concejo estudiantil participando de ese tipo de actividades?
—¿Alguien da más? — Instó Wendy, recibiendo silencio por parte de la audiencia— Bueno...bandida...eh, digo ¡Vendida! Al sexy y misterioso Shang Li.
Ante aquel apelativo el mencionado levantó una ceja y Mulan chistó por lo bajo.
Mientras veía como el chico se acercaba, Mulan no dejaba de decirse que no había podido ser comprada por peor persona.
Estoy a un paso de ser descubierta...
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Flynn veía como aquel chico trataba en vano de agarrarle la mano a una silenciosa y distante Rapunzel.
Una sonrisa siniestra se formó en su boca.
—¡Ey, tú!— Les gritó, llamando la atención del par de inmediato. Luego de mirar alrededor, el tal Pascal se señalo a si mismo.— Si, tú.
—¿Qué pasa? —Le preguntó el chico con una expresión de hastio.
—Al parecer Adam Beaumont te anda buscando, aunque por la expresión que llevaba yo diría más bien que estaba de cacería.
Flynn presenció como el chico palideció de golpe y tuvo que contenerse para no reír.
—¿E-En serio? —Preguntó de manera nerviosa
—Amigo, yo no te mentiría.
Pascal se giró hacia Rapunzel y la miró sin poder esconder el nerviosismo que lo recorria.
—Yo, eh... Me tengo que ir, ya saldremos otro día — Y de inmediato salió corriendo como alma que lleva el diablo.
Ella solo se había quedado viendo por donde se había ido el chico, cuando de repente escuchó un carraspeo.
—Princesa, ya que te quedaste sin acompañante, ¿puedo ser yo tu cita?
Rapunzel, lo miró fijamente y luego sonrió, deslumbrando así al castaño.
—La verdad es que te prefiero a ti por mucho.
Flynn, se imaginó que ella no tenía ni idea de lo que esa frase produjo en él.
Al final se quedó con la chica y no tuvo que gastar nada de dinero gracias a la reputación de Adam Beaumont.
Quien dice que el ingenio no paga...
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