El tiempo había pasado tan rápido entre preparativos y caos, que cuando quisieron darse cuenta ya era el "tan esperado" día del Festival de Inicio del Instituto High School Disney.

—No se me ocurrió nada para librarme de la estúpida subasta —Dijo Mulan al tiempo que soltaba un suspiro de frustración.

—Eso no es nada —Musitó Kida con expresión de espanto— Deberías ver el ridículo vestido que tendré que usar en el Maid Café, ¡es diminuto y ajustado!

—No sé de qué te quejas, Kida —Agregó Mérida— Si tienes un cuerpo de infarto, ademas tu uniforme del Club de Voleibol, también es diminuto.

Al escuchar aquel comentario salir de su pelirroja amiga, Kida se avergonzó un poco.

—Además —Señaló Mulan con expresión ladina— Ya quiero ver la cara que va a poner Milo cuando te vea en el corto vestido de Maid.

—Cierto —Soltó Mérida con una sonrisa— El chico no te quitara la mirada de encima.

—Aun no entiendo porque no aceptaste salir a la cita que te pidió —Preguntó Mulan pensativa

A cada palabra que decían Kida se sonrojaba, cosa poco habitual en ella.

—¡Ya Detenganse! —Gritó en el punto máximo de la vergüenza, al tiempo que las otras dos reían a carcajadas.

—Bueno —Dijo Mulan al tiempo que se ponía de pie y soltaba un suspiro de hastio— Las dejo, tengo que ir a reunirme en el salón con las demás chicas subastadas— Lo último lo dijo con una mueca de desagrado.

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Mientras los demás se hallaban disfrutando de los distintos stands del festival, seis chicas se hallaban reunidas en el Aula 3-D.

—¡Como fue que termine metida en esto! —Se quejaba Aurora con su amiga Bella.

—Si no te hubieras quedado dormida habrías escuchado la información—Le respondió la castaña por decimotercera vez. 

El ruido de la puerta abriéndose hizo que todas giraran la mirada pensando que ya era hora de su salida, para encontrase solo con la figura de la china adentrándose al aula.

—Diganme que un meteorito se va a estrellar contra el instituto y esta subasta se suspendió— Soltó Mulan con anhelo.

-no, nada de eso ha pasado— Le respondió Claire mientras trataba de sofocar una carcajada.

La china dejo salir un suspiro de frustración.

—Hey, estudiante transferida —Le llamó Jazmine, atrayendo la atención de Mulan— ¿Vas a salir vestida de esa manera?

Ante eso, Mulan evaluó su vestuario, no encontrándole nada malo a sus jeans rotos y a la sencilla camiseta con el logo de Angry Bird que estaba usando.

—Sí, voy a salir con esto —Respondió, aun sin entender el porque de aquella pregunta. 

—Mira, no es que me emocione mucho ser vendida como si fuera ganado —Soltó Jazmine con desagrado— Pero, creo que por dignidad deberíamos vernos bien, así que ese estilo Hippie Pobre con un toque Geek desinteresado, que intentas emitir no es muy apropiado.

—¡Oye! Eso me ofendió —Resongó Mulan, ante lo cual la morena solo hizo un gesto con la mano restándole importancia a su queja, mientras rebuscaba entre su bolso.

—Solo espera a que te haga unos arreglitos y quedaras mejor —Continuó Jazmine, ahora con una sonrisa divertida al tiempo que se acercaba a Mulan con una blusa verde y una cosmetiquera entre sus manos.

—No, aléjate —Musitó la china con horror viendo como la joven se acercaba a ella como si fuera una presa.

—Oh si —Exclamó Jazmine para luego detenerse— Oye Aurora, porque no haces algo con esa otra chica —Le dijo a la rubia al tiempo que señalaba con dirección a Rapunzel— Ya sabes, quizás en esta subasta conozca al amor de su vida, monten unicornios rosas y vomiten arco iris amorosos por toda la eternidad.

Ante lo dicho Aurora se envaró.

No había pensado en eso. Aquella subasta podría ser el primer encuentro de un explosivo romance entre algún chico y una de sus compañeras, y mirando fijamente a Rapunzel, se dijo que ese podría ser el punto clave para que la silenciosa y tímida chica encontrara a su Príncipe Azul.

—Rapunzel, prepárate, creo que eres la presa de Aurora —Le susurró Claire a la de larga cabellera.

Y por alguna extraña razón, Rapunzel se sintió como un conejo frente a un depredador.

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El evento más esperado del día por fin estaba por iniciar y un tumulto de personas se arremolinaba en torno al escenario, por no decir que la gran mayoría eran chicos.

—¡Hola, Hello, Konbawa, Bonjour o como quieran! —Soltó una eufórica voz desde el escenario— Yo soy Alicia Lidell, miembro del Club de Teatro y voy a presidir esta Fanta-bulosa subasta, mientras mi compañera Wendy obliga a subir...Eh, digo invita a subir a las protagonistas de este evento —Corrigió rápidamente la rubia— Y sin más vueltas, démosle paso a nuestra primera soltera, y ella es la ¡Jazmine Budur!

Luego de esas palabras se pudo observar una morena de cuerpo escultural, subia al escenario luciendo un ajustado vestido verde jade, mientras se escuchaba de fondo la canción Simarik de Tarkan.

—Ella es la presidenta del club de Danza, conocida como La Reina del Oriente —Comentaba Alicia con entusiasmo a través del micrófono—Su comida favorita es el Harisseh, ama bailar y el piropo que más le dirigen es "¿Tienes hora? Es que quiero decirle a mi analista en que momento exacto me he vuelto loco"

Ante lo dicho por la rubia, Jazmine había quedado en shock. ¡¿De donde habían conseguido tanta información de ella?!

—Qué tal si por esta bella chica empezamos por $60 mil pesos.

—$65 mil —Gritó un chico desde el público.

—$70 mil — Gritó otro.

—$80 mil...Ella los merece —Soltó uno con expresión de baboso.

—¿Alguien da más? —Incitaba Alicia con emoción.

—$90 mil

—$95 mil

—$100 mil... ¡Es que está muy sexy!

—Yo ofrezco $150 mil —Gritó un chico, cuya voz Jazmine reconoció de inmediato.

Y cuando ella fijó su mirada son la de Alan, él sonrió con suficiencia. 

Te tengo...

—¿Alguien sube la oferta? —Preguntó Alicia por el micrófono, obteniendo silencio como respuesta— Entonces....¡Vendida! al chico que la mira como si quisiera morderla.

Tras aquella frase final la rubita se ganó una mirada asesina por parte de Jazmine, la cual ignoró.

—Acércate al escenario y retira a tu chica.

Alan se acercó rápidamente hasta situarse al lado de la morena.

—Princesa, eres toda mía —Le dijo con una sonrisa ladina.

—Recuerda que es solo por hoy, pobretón —Contraatacó Jazmine de manera arisca.

—No te preocupes, no necesito mas para mostrarte mi encanto. 

Aunque tendría que despedirse de todos sus ahorros...

Y sin más palabras se retiraron del escenario.

—Bueno, y como dice la canción "No pares, sigue, sigue"... Seguimos con nuestra segunda chica. Ella es dulce, es amable, es inteligente, es ¡Bella Villeneuve!

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Adam aun no podía creerse que ella participara de esa locura. 

Verla ahí expuesta en ese escenario, bajo la escrutadora mirada de los chicos, le dio un mal sabor de boca.

—Se ve bastante linda —Susurró Sally a su lado.

Él no le contestó, pero debía de admitir que la Nerd se veía muy bien con ese vestido amarillo y su cabello suelto.

Cuando se giró hacia su acompañante, esta frunció el entrecejo. 

—Adam, ese que esta allá es Gastón — Señaló la enfermera—Y no me gusta como esta mirando a la señorita Villaneuve.

Y era cierto, a él tampoco le gustó aquella mirada.

Gastón era un estudiante de otro instituto con el cual peleaba constantemente y sabía que era realmente peligroso, después de todo era el líder de una pandilla que había estado azotando algunos barrios de la ciudad, e incluso se rumoreaba que estaba en asuntos turbios con la mafia.

—¿Alguien da más? —Preguntó Alicia desde el escenario.

Adam notó como Gastón volteó a verlo con un gesto cínico, para luego ofrecer por Bella al tiempo que se acercaba a él.

¿Qué es lo que intentaba ese idiota?

—Sally, vete de aquí—Le dijo a la pelirroja, que aun permanecía a su lado.

— ¿Porque? —Increpó Sally con calma. 

—Porque no quiero que ese tipo de vea conmigo.

Ella entendiendo se fue de ahí sin despedirse del chico.

— Justo el chico que queria ver —Saludó Gaston con una sonrisa una vez que estuvo frente a él— Por cierto, no pude evitar notar que estabas muy, pero muy bien acompañado—Señaló el recién llegado mientras veía el sitio por el cual Sally se había ido.

—No sé de qué estás hablando —Soltó Adam con brusquedad.

—Aunque, por muy bella que sea esa pelirroja —Continuó el moreno—No creo que ella sea tu chica, se ve muy mayor para ti, sin embargo, ella... —Agregó al tiempo que fijaba la mirada en Bella— Se ve mas de tu rango, y también los vi el otro día bastante juntos.

Ante aquello Adam se estremeció.

¡Maldita sea!

—¡Ella no tiene que ver en nuestro asuntos! —Exclamó de manera cortante

—Por el contrario, por esa reacción, yo diría que ella tiene mucho que ver — Contestó Gaston con una sonrisa de suficiencia. 

—Ella es insignificante. En realidad es una nerd a la que estoy usando —Dijo este lo más indiferente que pudo fingir, después de todo le agradaba la chica y no quería que se viera involucrada en una batalla que nada tenía que ver con ella. Además por fin había encontrado a alguien que le hacía entender los ejercicios de Aritmética, eso la hacía aún más valiosa.

—Bueno, que bien que asi esten las cosas —Comentó antes de darse la vuelta—  Porque, seria muy triste que alguno de mis amigos se apropiaran de algo que tu valoraras, pero veo que no va a haber problemas con que ellos hayan estado ofreciendo por la chica en el escenario. — Y con esas palabras finalmente se marchó, dejándolo totalmente consternado.

Sabia muy bien que Gaston lo estaba manipulando.

Si ofrecia por Bella, confirmaría que ella era algo para él, y si no, ella terminaría en manos de alguno de esos delincuentes. 

Y por nada del mundo él pondría en riesgo a Bella.

Ella era una buena chica.

—¿Quién da mas?

Una gran persona y la primera chica, a excepción de Sally, que estaba cerca de él y no huía.

—¡Yo ofrezco por ella! —Soltó de manera inconsciente.

—¿Cuánto ofreces? —Preguntó Alicia por el micrófono.

—¿Cuál es la cifra actual?

—$80 mil —Contestó la rubia desde el escenario.

—Bueno yo doy $90 mil.

—¿Alguien da más?

Un tenso silencio se formó.

—Entonces ¡vendida!, a la Bestia del Instituto, digo, a Adam Beaumont, pasa y recoge a tu chica.

Mientras caminaba en dirección al escenario, por la mente de Adam rondaban las diferentes maneras en las que ese encuentro con Gastón se convertiría en un problema.

Porque de eso estaba seguro.

Ese tipo era un problema inminente.

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