¿Ese sería su final? ¿Moriría en la soledad de su casa sin nadie que lo ame?

Mientras yacía en el suelo de la cocina soltando sus últimos suspiros de vida comenzó a lagrimear.

Preguntándose ¿Cuál era el mal que el había hecho? ¿Y por que era este su destino?

Los recuerdos golpeaban su mente, dándose cuenta que era cierto.

Nada era real...

Su psicóloga estaba en lo correcto.

JungKook no era real...

Tintin no era real...

Las flores no eran reales...

Todo había sido producto de su imaginación, que trataba de ayudar a su pobre corazón herido.

De un momento a otro comienza a toser sangre, alarmandose aún más de ver su final cerca.

Iba a morir...

Solo y triste en el suelo de su cocina por un "amor no correspondido".

Toda su ropa estaba manchada de carmín, escurriéndose por su torso y llegando al suelo formando un charco de sangre.

El castaño alza su cabeza, encontrándose nuevamente con la galaxia llena de estrellas que JungKook tenía por ojos.

El azabache yacía ahí de nuevo, mirándolo con tristeza.

──JungKook... ── gime de dolor.

Pero el contrario no hace nada, solo lo observa.

──Te amo... ── susurra TaeHyung con su último aliento.

La mano que empuñaba el cuchillo cae a un costado y su cuerpo se mantiene inerte, bañado de sangre y lágrimas de un amor no correspondiendo, con olor a flores y recuerdos hermosos.