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Aquel joven de ojos negros le brindaba a TaeHyung una calma asombrosa, lo hacía sentir muy cómodo y feliz.
Ahora no sólo traía un lirio rojo, traiga dulces o chocolates, e incluso juegos de mesa.
Se sentaban en el porche de la casa o en la sala, riendo y comiendo entre los dos.
La persona que no los conociera fácilmente podía decir que eran pareja.
Y era lindo...
El pecho de TaeHyung se sentía liviano.
Tintin también estaba ahí, maullaba y ronroneaba feliz, también le gustaba la compañía de aquel chico.
Pero había un problema...
¿Quién era él? ¿Cómo se llamaba? ¿De dónde lo conocía? Y lo más importante... ¿Por qué le hablaba?
TaeHyung no lo sabía...
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