COLIN

Mis clases de guitarra eran los pocos momentos en los que mi mente no parecía preocuparse por nada excepto por sentir las cuerdas bajo mis dedos. A pesar del mal carácter de Alexa, ella era un músico excelente con gran talento y la mejor profesora que podía desear. Aunque comenzamos con mal pie, ahora nuestra relación no era tan áspera y tirante e incluso compartíamos pequeños ejercicios musicales con los que conseguíamos que las clases fueran aún más entretenidas. En la última clase, hubo momentos en los que pude verla sonreír.

Ella sería la novia perfecta según mis padres; una persona dedicada en cuerpo y alma a la música, que vivía por ello y para ello y que había abrazado la fama.

Pero, por el momento, la que era mi novia era Sarah, pero parecía ser que eso también iba a perderlo.

Cuando terminé la clase eran las siete de la tarde por lo que decidí irme directamente a casa para pensar en cómo comenzaría a investigar a Sarah, pero por el camino la vi salir de un sex shop con varias bolsas.

Inmediatamente pensé:"Quizás es para que ambos juguemos cuando ella vuelva a casa" así que decidí darme prisa y esperarla allá.

Estaba realmente nervioso y el pensamiento de que, quizás por mi forma cortante en la conversación que mantuve con ella por mensaje, ella quería hacerse perdonar. A lo mejor no estaba engañándome con otro sino que, simplemente se encontraba agobiada por la relación y necesitaba tiempo en soledad.

Para hacer tiempo, tomé mi guitarra y la saqué de la funda para comenzar a tocar lo que saliera de mi mente. Poco a poco, la armonía de mis dedos comenzaba a hacerme sentir deseos de cantar como hacía oculto en mi habitación. Mi mente pensó en Sarah para que pudiera inspirarme, ya que siempre ella era mi musa.

https://youtu.be/88bwaRQhFhM

La música salía del corazón pero las lágrimas salían de mis ojos cansados y demacrados por la incertidumbre de no saber si Sarah me quería o no o simplemente se había aburrido de una relación que yo creía consolidada. Mi cabeza dolía como si un infierno se hubiera abierto en mitad de mi cráneo y mi voz, cada vez más ahogada, mostraba lo profundamente sepultado que estaba en estos momentos.

Tras ver el reloj, me di cuenta que ya había pasado una hora y Sarah no había vuelto. Los nervios comenzaron a comer mis entrañas sin compasión, tomando mi teléfono para comprobar si Sarah me había dejado alguna llamada o mensaje. Al ver que no había nada, comencé a escribirle para saber dónde estaba, pero un mensaje entrante me interrumpió:

"Hola amor, te mando este mensaje para decirte que no puedo ir a casa esta noche porque tuve un problema y tengo que quedarme con Cinthia porque está triste; le ha dejado su novio :(. Espero que me eches tanto de menos como yo a ti, te amo cariño"

Sarah

Entonces ese mensaje me confirmó las sospechas que tenía; ella me estaba engañando con otro,¿Porqué sino iba a comprar algo en el sex shop e iba a ver a su amiga Cinthia a la que hace dos meses que no veía?

Pero, a pesar de ya saberlo, quería pillarla con las manos en la masa, por lo que decidí que ya era momento de actuar. En la facultad, mi compañero Jordan era un excelente informático que sabía todos los trucos habidos y por haber. Él era capaz de hackear casi cualquier dispositivo así que era mi aliado perfecto.

Tomé el teléfono y tecleé su número. Tras varios tonos, él descolgó:

-¿Colin? ¿Qué ocurre tío?

-Necesito de tu ayuda cuanto antes, ¿Estás libre en estos momentos?

-Sí bueno, eso es lo bueno de estar soltero-Me dijo soltando una pequeña carcajada.

-Entonces ven a mi casa; tengo que contarte varias cosas.

-Está bien, ahora mismo voy.

Tras colgar, tomé mi guitarra y la guardé de nuevo en su funda. Tras la muerte de Alex, Jordan era lo más cercano a un amigo que podía considerar. Siempre ha estado ahí para mí a pesar de que al principio me negué a comenzar una relación de amistad con alguien.

Es un tipo que se deja querer y qué es de buen corazón. A pesar de ello, era un informático solitario que adoraba cultivar su mente, cosa que los demás encontraban aburrido pero para mí era apasionante. En cuanto a las mujeres, él no tenía suerte y no porque fuera precisamente feo o tuviera mal cuerpo sino porque su inteligencia hacía que se aburrieran o que se sintieran inferiores a ellas.

Jordan tuvo cientos de citas pero novias, nunca tuvo ninguna.

Mientras que estaba dando vueltas en círculos cerca de la puerta, el timbre sonó y corrí a abrir. Era Jordan con una bolsa de plástico en las manos.

-Por tu tono de voz era evidente que necesitabas un amigo y algo de beber para soltarte la lengua.

Aquel idiota tenía razón...

Asentí en silencio con una media sonrisa en la cara. Era evidente que no estaba precisamente feliz y el hecho de confiarle mis problemas a alguien que no fuera Alex era como traicionar su memoria pero era necesario para mí confiar en otra persona y tener otro amigo en mi vida.

-Siéntate por favor y coge lo que quieras del frigorífico.

-Uf tío...es evidente que las cosas no andan bien por aquí-Me dijo mientras se sentaba a mi lado y me daba una palmada en la espalda.

-Creo...creo que mi novia Sarah me está engañando con otro. Tengo mis sospechas pero deseo pillarla en sus mentiras.

Jordan puso cara de circunstancia mostrando que lo sentía por mí. Él sabía lo que era el dolor de perder a personas que quieres porque, por desgracia, él no paraba de dejar pasar mujeres por si vida sin quedarse ninguna.

-Voy a ayudarte pero con una condición; si la tía esa te engaña, debes de dejarla. No quiero que mi amigo sufra por una pedorra que no merece la pena.

Jordan extendió su mano a mi dirección para sellar el trato con un apretón de manos. Él tenía razón; si Sarah me engañaba con otro, no podía perdonarla.

-Acepto el trato-Y sellamos el trato con un vaso de cerveza.