Capítulo especial narrado por Alexa contándole a Colin acerca de su pasado

https://youtu.be/9X_XofqHX3I

NARRA ALEXA

Era invierno y era casi navidades porque recuerdo que las calles estaban decoradas con motivos navideños y las luces parpadeantes llenaban los hogares esperando la llegada de Santa Clauss. Era una época realmente preciosa y mi hermano estaba deseando que cenásemos juntos porque tenía algo especial preparado. Yo sospechaba que era algo relacionado con el tema de la firma que iba a hacer con la discográfica que se había fijado en mí gracias a mi profesora de música. Su marido era dueño de una de las discográficas más importantes del Reino Unido por lo que, si me aceptaban, tendría la vida solucionada. Todo parecía demasiado bonito; demasiado perfecto para una pobre desgraciada como yo, pero era tan real que podía sentir las chispas de la emoción cuando pensaba en lo que había logrado y lo que lograría en el futuro. Aunque siempre fui una persona precavida, no veía ningún tipo de indicio de que aquello tuviera segundas intenciones porque aquella discográfica había ayudado a muchas cantantes y músicos como yo a lanzarse al estrellato sin que hubiese ningún tipo de problema.

Pero no siempre las cosas son lo que parecen y yo lo conocería de la peor de las formas. Recuerdo ese día como si fuera ayer, quizás porque desde entonces se ha repetido una y otra vez en mi cabeza. Ese día nevaba y eran de noche porque acababa de salir de la escuela de música a la que iba. Mi hermano iba a llevarme, pero le surgió un problema en el trabajo y no pudo hacerlo, pero le prometí que tomaría un autobús y que le avisaría cuando llegase al lugar.

Recuerdo cómo iba tarareando mientras que la música de mis auriculares se incrustaba en mi cabeza llena de pájaros que volaban bien alto. La mayor de las felicidades me recorría el cuerpo como un dulce escalofrío que me arrancaba sonrisas cada pocos segundos. Las navidades se presentaban tan magníficas que apenas podía creerlo y, por fin, podría comprarle el estudio de pintura a mi hermano que tanto deseaba. Tejía mis sueños mientras que la música me hacía volar más y más alto y mi mirada se iba posando en las personas que caminaban bajo la nieve y las casas iluminadas por cientos de luces parpadeantes.

Tenía tantas ganas de poder llegar al estudio para poder hablar con Anthony y así saber dónde iría de gira o quiénes serían el resto de músicos que me acompañarían. Quería saber todos los detalles y celebrarlo por todo lo alto con mi querido hermano que era lo único que tenía en el mundo. Mientras que escuchaba esa música, abrí la agenda telefónica y el nombre de mis padres me provocaron un pinchazo realmente desagradable. Por un segundo, casi llamo a casa para decirles la gran noticia y contarles también que mi hermano se había graduado en Bellas Artes, pero bien sabía que no les importaría en absoluto. Para ellos, el arte era algo semejante a un hobby, pero no tenía la seriedad de un trabajo de verdad porque no genera un estilo de vida "fijo", pero realmente, ¿Qué tipo de trabajo es fijo? ¿Qué problema había con arriesgarse y volar hacia otra cosa que podía ser mejor?

Yo siempre me he movido por las experiencias que me ha dado aquello por lo que he nacido y por lo que me he hecho a mí misma. A base de golpes, de malas palabras, de éxitos y fracasos, me he convertido en la mujer que soy ahora; la mujer que ahora abrazas y que ahora miras. Pero esa mujer que tanto adoras, ha llorado demasiado y ha sufrido cosas que juró jamás contar a nadie. Pero te prometí que lo haría porque tú eres especial para mí.

Nadie ha podido nunca conocerme mejor que mi hermano hasta que tú irrumpiste aquella mañana exigiéndome que te enseñara a tocar la guitarra. Al principio me pareciste un enorme coñazo y quise darte una gran patada para que no volvieses, pero poco a poco me fuiste ganando. Cuando aquel día me dijiste que sabías que yo había aprendido sola a tocar la guitarra, comencé a sospechar que quizás sabías algunas cosas de mí que no quisiste decirme, pero, ahora ya lo comprendo todo. Tú me conocías sin ni siquiera haberme visto en persona una sola vez. Tú eras como una sombra que caminaba a mi lado y que lo sabía todo de mí, que me protegía sin saberlo y que, después de todo lo que pasó, me seguiste buscando.

Éramos dos sombras destinadas a entrelazarse y a conocerse tras una gran tragedia. La muerte de mi hermano fue necesaria para remover al destino y que vinieras a mí. Bien sabes que me violaron; te lo dije aquel día que me fui corriendo de tu casa, pero...quizás no sabes lo que pasó, ¿O sí?

Puedo ver por tus ojos que bien lo descubriste, pero, sé que quieres oír mi versión y no donde sacaste la información. Nunca olvidaré el nombre de Anthony Carles porque él fue el que me arrebató toda mi ilusión y mis sueños.

Me quitó la inocencia, el confiar en los demás y en ver lo bueno de las personas. Instaló dentro de mí un vacío que nunca pude llenar y cogí un gran trauma al sexo. No podía acostarme con alguien, aunque lo intentase porque sentía algo semejante a unas agujas lacerando mi piel. Era como si aquel cerdo me violase de nuevo cada vez que lo intentara y lo peor de todo es que aún tenía 17 años.

Pasé la vergüenza de volver a casa cojeando y tener que mentirle a mi hermano acerca de lo que me había pasado. Ni siquiera fui al médico para ver si me había contagiado algo o simplemente estaba embarazada; era como si las ganas de vivir se me hubieran esfumado.

Tuve que tragármelo todo y decirle a mi hermano que al final no me habían contratado y que, para colmo, me había torcido el tobillo y por eso cojeaba. Los días fueron pasando y una llamada cuando estaba en la clase me hizo ir al despacho del director.

Mi hermano había muerto y no habían podido reanimarlo. Estaba sola en el mundo sin poder arreglármelas sola y lidiando con el escándalo que se estaba cociendo, pero aún no había explotado. Fue tras el entierro de mi hermano que comenzaron a lloverme las críticas tratándome de prostituta y de la peor de las mujeres. Lo peor de todo es que aquel tipo parecía ser más una víctima que el maldito abusador.

Pero su suerte se acabó de la mano de su mujer; aquel ángel que me dio la oportunidad de estudiar en aquella academia de música. Ella descubrió cientos de pruebas de pedofilia en el ordenador de ese cabrón y cintas donde se veía a chicas jóvenes como yo que eran tratadas como él lo quería. Desde juegos de masoquismo hasta disfrazarlas como él quería; todo era tan grotesco que casi parecía irreal.

La policía se hizo cargo y le cayó la perpetua, pero eso no me bastó para estar tranquila. Aquellos recuerdos me perseguirían siempre hasta el día de hoy y, para colmo, alguien que parece saber la historia me está amenazando. No sé si tiene que ver con el entorno de Anthony o es simplemente un antiguo fan que está queriendo hacer la broma, pero me está jodiendo la vida. No sé qué voy a hacer Colin, pero esto es algo serio que debo solucionar de alguna forma. 

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