HANNA

Aprovechando que Robert volvía a su tierra natal para anunciar a su familia nuestro compromiso, decidí organizar una pequeña fiesta para anunciar mi inminente boda. Robert me prometió que en tan solo tres días estaría de vuelta y me regaló un enorme oso de peluche que llevaba un tatuaje en el brazo para que me acordase de él en su ausencia. Ese detalle tan tierno me hacía subir aún más arriba en esa hermosa nube que llevaba varios días. Desde que se declaró, no le dije nada a nadie porque quería que fuera una completa sorpresa para todos. Invité a todo el mundo con una gran alegría en el pecho.

Quedamos en nuestro bar habitual y esperé que, uno por uno fueran llegando. Los primeros fueron Doris y Adam, que se sentaron con gran impaciencia sin saber qué tenía preparado.

Colin y Alexa no tardaron en llegar y, viendo sus aspectos un tanto desaliñados, supe que había hecho un alto en el camino antes de llegar.

- ¿Dónde está Jordan? -Le pregunté a Colin viendo que no llegaba a la hora acordaba, pero Colin parecía no saberlo.

¿Y si no iba a venir o no se enteró de mi mensaje? Lo llamé de nuevo, pero pareció estar ocupado porque no me cogía el teléfono, así que decidí lanzar la bomba que tanto tiempo llevaba maquinando. Tarde o temprano se enteraría porque tenía intención de que él fuera mi testigo junto a Colin.

Todos me miraban atentos con sus bebidas entre sus manos nerviosas. Yo los miré uno por uno con una sonrisa tan alegre como enigmática, lo que hizo que ellos se desesperaran aún más:

- ¡Oh vamos, dilo ya Hanna! -Me gritó Alexa.

- ¿Qué maldición está pasando? ¿Hay algo que vaya mal? –Preguntó Doris con cierto temor.

Era cierto que las semanas anteriores fueron bastante oscuras y llenas de problemas, pero parecía que todo volvía poco a poco a su lugar. Ahora, Alexa y Colin no se cortaban a la hora de demostrarse lo mucho que se querían; sus miradas ya los delataban. En cuando a Adam, parecía haber madurado tanto que no parecía ser la misma persona idiota que solo veía a las mujeres como cosas de usar y tirar, sino que ahora las miraba con respecto.

Doris seguía siendo la misma, una mujer de armas tomar con un humor tan ácido como un limón, pero una amiga realmente legar. Todas y cada una de las personas que más quería en mi vida estaban bien al igual que yo y no podía ser más feliz de elegir un momento como éste para anunciar una noticia aún mejor.

-Bueno, sé bien que he sido demasiado misteriosa con el tema, pero es que la ocasión lo merecía. Es una noticia que realmente no esperaba y estoy, aunque no me lo creo demasiado y espero a que todo haya sido un sueño, pero realmente está ocurriendo. Es una lástima que no esté aquí Jordan para compartirlo en primera persona, pero ya iré a verle para decirle la gran noticia.

- ¡No jodas que estás preñada! -Dijo Doris con la mano en la boca y una expresión entre el horror más absoluto y la sorpresa más exagerada.

- ¡No idiota, no es eso!, aún. Es algo que pensé que nunca iba a pasarme, pero..., con la llegada de Robert parece que todo es posible. Quisiera compartir mi gran alegría y que, dentro de una semana, podáis asistir a mi boda.

Todos me miraron atónitos como si en vez de dejar caer una bomba, hubiera caído un monzón sobre ellos con el agua tan fría que los parecía haber congelado. Pero, al cabo de unos largos instantes, una bomba de alegría en forma de gritos de júbilo y choques de vasos, resonaron en el local. Todos parecían felices y celebraban con gran placer mi boda inminente.

- ¡No has tenido mejor fecha!, la semana siguiente es la del concurso-Dijo Adam, lo que hizo girar a Alexa y Colin en su dirección un tanto serios.

Parecía ser que el tema del concurso era algo que habían olvidado, cosa que no los culpaba debido a todo lo pasado. Pero lo que más me sorprendió fue ver como Adam comenzó a caminar en dirección a Colin y le tendió la mano con una expresión amable:

-Tío, siento mucho lo que pasó con Sarah en primer lugar; no tenía ni idea que tenía pareja cuando iba a verla. De todos modos, yo le dejé bien claro que lo nuestro era casual y que no era una relación. También siento lo de Alexa; ella es muy importante para mí y es ante todo una de mis mejores amigas. Por supuesto quiero su felicidad por encima de cualquier cosa y sé que contigo estará mejor que conmigo. Me gustaría que me dierais el honor de tocar con vosotros en ese concurso y poder conseguir ese sueño que deseamos todos. Podemos ser un grupo de música grandioso y hacer cosas aún más grandiosas, sólo espero que al menos lo penséis.

Colin miró a Alexa y ella le sonrió indicándole que ella estaba de acuerdo. Doris se acercó a ellos y dijo con su tono sarcástico:

- ¡Eh, si la princesita de los mares puede, yo también!

- ¿Somos un equipo? -Preguntó Adam mirando a ambos.

Colin y Alexa se tomaron de las manos y asintieron con una sonrisa. Aquella celebración no podía ser mejor. Estaba tan emocionada de verlos por fin juntos y tenía tantas ganas de escuchar la música tan genial que eran capaces de componer.

Todos brindamos por un nuevo futuro mientras que mi mente la tenía bien lejos pensando en el que iba a ser mi futuro marido.

JORDAN

Estaba llegando tarde a la cita de Hanna y eso no me lo iba a perdonar. No pude ni siquiera contestar el mensaje para confirmarle que iría, por lo que pisé el acelerador lo máximo que la ley me permitía para poder llegar cuanto antes. El aparcamiento de la zona no es que fuera realmente excelente; casi todos los lugares estaban ocupados para mi mayor frustración.

Después de patearme un buen trozo de ciudad, pude entrar al local. Al fondo estaban todos y Hanna parecía estar radiante de felicidad allí de pie hablando ante las miradas sorprendidas de todos, ¿Qué estaba pasando?

Pero entonces, su voz se hizo más fuerte y emocionada, pudiendo escuchar claramente lo que decía:

-Bueno, sé bien que he sido demasiado misteriosa con el tema, pero es que la ocasión lo merecía. Es una noticia que realmente no esperaba y estoy, aunque no me lo creo demasiado y espero a que todo haya sido un sueño, pero realmente está ocurriendo. Es una lástima que no esté aquí Jordan para compartirlo en primera persona, pero ya iré a verle para decirle la gran noticia.

¿Qué era tan importante? ¿Y por qué tenía un mal presentimiento?

Tras una pausa, ella siguió hablando y yo me escondí para poder escuchar:

- ¡No idiota, no es eso!, aún. Es algo que pensé que nunca iba a pasarme, pero..., con la llegada de Robert parece que todo es posible. Quisiera compartir mi gran alegría y que, dentro de una semana, podáis asistir a mi boda.

Todos gritaron de alegría, pero yo no pude salir de detrás de la columna donde estaba escondido. El corazón se me rompió en dos al escuchar aquella noticia, pero no iba a quedarme de brazos cruzados. Por lo que pude escuchar, ella estaba sola dos días enteros en casa, por lo que la esperaría a que se marchase para presentarme en su casa.

No iba a dejar que la mujer que quería se me fuera tan fácilmente.