KAPITEL 52: DER BLAUE HIMMEL
Alexa en la foto(L)
Uno de mis capítulos preferidos de esta historia, espero que lo disfruteís(L)
ALEXA
Tenía aquella foto abrazándola contra mi pecho llorando como nunca lo había hecho. Los recuerdos mezclados con la rabia de haber sido traicionada durante todos esos años, me estaba carcomiendo la vida. Si Colin me conocía, ¿Por qué no se había acercado a mí durante todo el tiempo desde la muerte de Robert? ¿Por qué ahora y no antes?
No entendía sus razones, no entendía su mentira por mucho que lo pensara. Me sentí más sola aun que aquel día en el entierro de mi hermano porque Colin podía haberse presentado y haberme apoyado.
¿Pero a quién quería engañar? ¿Acaso alguna persona normal aguantaba mi carácter?, yo bien sabía que ese día precisamente estaba en una actitud demasiado hostil que no ayudaba demasiado para entablar una conversación. Pero, aun así, él podía haberlo intentado de alguna forma, pero él no lo hizo.
Mi mente estaba en otra parte, pero mi corazón roto había tomado una decisión: iba a volver a esta casa, pero sola. No iba a volver a vivir con Colin porque por su culpa mi vida fue más difícil.
De pronto, una guitarra comenzó a sonar y una voz conocida entró por la puerta principal. No podía creerlo, ¿Estaba cantando Colin en la casa de mi hermano con el inmenso cabreo que llevaba encima?
Esa puta canción era la que siempre escuchábamos mi hermano y yo cuando estábamos en casa y Colin lo sabía. Con ello me quería demostrar que quizás estuvo más cerca de lo que yo pensaba, pero no era excusa para nada. Conforme iba cantando la canción, él ponía caras divertidas y posturitas que, sin quererlo, me hicieron reír como una idiota.
¿Por qué cojones adoraba a ese tío?¡Me había frito las neuronas, me había mentido y encima era un idiota!
https://youtu.be/0J2QdDbelmY
Pero el desgraciado era consciente del efecto que causaba en mí. Con unos tirantes que mostraban sus brazos y un poco el nacimiento de su pecho, me estaba volviendo loca. Sus músculos se marcaban con el esfuerzo que hacían sus manos contra las cuerdas de la guitarra y pequeñas gotas de sudor caían recorriendo su cuello.
En ocasiones, mientras cantaba, su lengua parecía hacer movimientos lascivos que iban dirigidos a mí. Con esa actuación, me estaba excitando y divirtiendo a partes iguales; un cóctel que me estaba sentando divinamente.
Cuando terminó de cantar, le arrebaté la guitarra y me pegué a su cuerpo como si fuera un imán. Me levantó en peso y me llevó hasta mi dormitorio como si ésta fuera su casa y se lo supiera todo de memoria.
-Perdóname Gatita, nunca más voy a mentirte.
Con mis labios sobre los suyos quise callarlo para no pensar más en cosas desagradables. Deseaba sentir placer en aquel momento y dejar de pensar de una maldita vez; ya habría tiempo para hablar:
- ¡Cállate Colin y usa esa boca para algo más productivo que hablar!
Él comenzó a reírse con fuerza mientras su lengua se deslizaba por mi cuello. Mi piel estaba tan impaciente que ardía contra el colchón de mi antigua cama. Era demasiado pequeña para mi gusto porque era una adolescente cuando dormía en ella, pero Colin parecía no importarle:
-Siempre quise entrar a tu cuarto en la noche para darte un buen susto, pero tu hermano no me dejaba acercarme ni un milímetro a ti
- ¿Y puede saberse por qué? -Le pregunté con impaciencia.
-Nunca me lo dijo pero creo que era porque sabía que te encariñarías conmigo demasiado.
Cuando él comenzó a reírse supe que era mentira; mi hermano jamás me 'prohibiría ver a nadie. Aquel idiota me estaba impacientando y quería la verdad. Colin se puso más serio y me dijo con un tono más dulce:
-Siempre quise conocerte preciosa, pero nunca podíamos coincidir por tus estudios y yo por mi trabajo. Sarah tampoco me lo ponía fácil y, cuando tu hermano murió, quise acercarme a ti en el funeral, pero vi que no querías hablar con nadie. Justo cuando te di unas semanas para que asimilaras la noticia, volví a esta casa, pero no estabas y yo no pude encontrarte nunca más.
Me acordaba de ese día con gran dolor, pero con Colin parecía más lejano y llevadero. Él me abrazó con fuerza y comenzó a besarme con más ternura que antes. En sus ojos se leía un profundo arrepentimiento y yo lo perdoné sin necesidad de que me dijera nada más. Ambos habíamos sido unos idiotas y la vida no nos lo puso fácil, por lo que estábamos en tablas.
-Es hora de empezar de cero, Colin
Ante aquella respuesta, Colin levantó la vista hacia mí y con una gran sonrisa me dijo emocionado:
-Ya era hora de que me lo propusieras; ya me veía secuestrándote para llevarte de nuevo a casa.
-No te miento, en un principio pensaba quedarme aquí, pero eres muy convincente....
-Siempre lo soy, gatita-Me dijo mientras que sus manos se deslizaban por debajo de la camiseta.
Justo cuando el cielo parecía más gris y anunciaba tormenta, vino Colin con su guitarra y su voz y el cielo se volvió de nuevo azul. Era tiempo de no volver a mirar atrás y por fin aceptar las cosas para seguir adelante. Mi vista se deslizó a una fotografía donde mi hermano salía con su gorro y su banda de graduación y yo posaba a su lado orgullosa. Aquel día de cielo tan azul como hoy mostraba que el futuro era posible si te esforzabas por ello. y ahora, en los brazos de Colin, lo veía todo tan claro que sentí una punzada de sorpresa que casi me hace reír.
Aquella fotografía mostraba a mi hermano realmente feliz, como aquella otra en la que salía con Colin. Yo bien sabía que él hubiera sido muy feliz si supiera que estaba con su mejor amigo y que me hacía la mujer más feliz de todas las galaxias y constelaciones que existían en el universo.
Mientras que Colin estaba ocupado quitando los botones de mis pantalones, miré al techo con una sonrisa aliviada y cerré los ojos. Mis labios se dejaron llevar por el corazón y dijo aquello que tanto ansiaba decir:
-Te quiero Colin.
Cuando lo dije, él se quedó petrificado donde estaba y al abrir los ojos, vi el rostro de Colin a pocos centímetros del mío. Su nariz se apoyó sobre la mía y sentí como si el peso que tenía en sus hombros, desapareciera de repente cayendo desplomado sobre mí. Una húmeda lágrima cayó por mi hombro y la voz de Colin se introdujo en mi mente como un susurro:
-Y yo a ti gatita; no sabes cuánto, pero voy a demostrártelo cada día. Incluso si dices que no estás convencida de ello me seguiré esforzando para que lo creas. Te quiero, te quiero con todo mi ser.
Y ambos comenzamos a reír como si hubiéramos perdido el juicio, pero realmente éramos libres. Éramos tan libres que, por primera vez, nos permitimos amar de verdad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro